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05/08/2021

Ver cine no es perfecto

 

Con el mes de agosto, uno cree que tiene más tiempo para todo, se supone que es una época de relajación, de cierta evasión de la vida ordinaria en la que uno, si ve cumplidos sus deseos, alcanza la felicidad casi absoluta, pero en mi caso no sucede. Siempre tengo una larga lista de espera, y entre estas, una de películas para ver. Entre los títulos a revisar, tengo bastantes de Eric Rohmer, aquel cineasta del que Gene Hackman decía que su cine era como ver crecer la hierba en La noche se mueve, personalmente a mí no me aburre, incluso me entretiene, aunque puedo entender perfectamente a quien no le guste.

 

En la plataforma Filmin hay una interesante muestra de su cine, la mayoría de las copias están remasterizadas y son las que distribuye "A contracorriente" en DVD/Blu-ray. Así que hace 15 días empecé con La coleccionista, pero un fallo me fastidió el final, a falta de unos 30 segundos me sale un pantallazo con un código de error, algo que me ha sucedido con otros títulos. Por ejemplo, los títulos de crédito de bastantes me desaparecen cuando faltan unos 30 segundos, les escribí y me respondieron que el problema era la codificación (?) y que no era debido a mi dispositivo, o sea que el problema es general y que daban parte para que se resolviera. Al cabo de unos días ya se podía ver bien el final, sin embargo, sigo sin poder acceder a los créditos de otras que también les cité como Manhattan o Toma el dinero y corre de Woody Allen, pero como la mayoría no ve los créditos no se dan cuenta.

 Cuando hay un error, te entran ganas de maldecir a todos los que lo provocan y ciertamente, mal lo tenemos los cinéfilos ya que cuando no es esto (ahora no hablo de Filmin), es el formato mutilado de Sabrina que exhibe la TCM y que La 2 quiso apuntarse también hace unas semanas o la Trece que a este paso acabará empezando las películas por la mitad.

Con estos calores, donde ese “más tiempo para todo” nos permite filosofar y reflexionar. intento ser comprensivo. Me vino a la cabeza qué pasaría si un mal día dejaran de existir las plataformas, los DVDs estuvieran llenos de hongos, ya no quedara ningún reproductor a la venta, o incluso qué pasaría si la Trece la cerrara el Cardenal Omella como quiere hacer con no sé cuántas parroquias de su diócesis de Barcelona…Al menos la gente sigue viendo películas del oeste, aunque a la Conferencia Episcopal no le guste como canta Tex Ritter la canción de Solo ante el peligro del principio ya que siempre desaparece en sus incontables pases.



Pero mientras haya errores y nos podamos seguir quejando, señal de que existen y podemos seguir viendo el cine en casa, no de la manera correcta, pero menos da una piedra, es nuestra única manera de ver el cine y algo de cariño incluso les tenemos. Me vino a la cabeza cuando de niño veía películas en TVE, una tarde echaban La vuelta al mundo en 80 días. El pase televisivo se vio salpicado de un corte cuando Cantinflas toreaba, un pantallazo y una voz en off de aquellas tan educadas y con perfecta dicción nos pedían disculpas y ponían la banda sonora de West Side Story, luego la cambiaban y ya ponían la de la película en cuestión. En casa alguien diría aquello cuando se estropeaba la emisión  de “son ellos”, esos “ellos” me los imaginaba corriendo en busca de una cinta de celo, o lo mismo se había quedado atascada la película y no sabían dónde estaban las herramientas ese sábado por la tarde o tal vez mandaban al chico de los recados al videoclub rápidamente a buscar otra copia y a saber cuánto tardaría... Pero a los 10 minutos ya volvía la tranquilidad y la película seguía. 

   

Con los años, las películas ya no se rompían en TV, pero el descuido de los programadores seguía, las madrugadas en los 90 estaban llenas de grandes películas, pero grabar de madrugada era toda una aventura, nunca comenzaban a la hora exacta, se necesitaba un cursillo de malabarismo matemático que nadie nos había enseñado y que tampoco nos haría subir la media de las notas, las ecuaciones de segundo grado eran simples adivinanzas al lado de todo eso.

 Uno podía jugar con ventaja si ponía una cinta VHS de cuatro horas en vez de la standard de tres, pero
te decían que aguantaría menos. Otros recurríamos también a aquello del SP/LP que los más nostálgicos recordarán y que los más jóvenes pensarán que me he vuelto loco. Grabar en LP te permitía que la cinta de 180 horas se doblara, así grababas toda la madrugada completa y te asegurabas ver la película, pero perdía la calidad de imagen y de sonido, algún día tendremos que hablar de aquellos tiempos del vídeo y de los videoclubs, que omito ahora porque no acabaría nunca.

 Las televisiones generalistas, con los años, fueron olvidando el cine, apareció el DVD que al principio era carísimo, pero nos aseguraban que era el formato definitivo. Recuerdo que uno de los primeros títulos que compré fue el de Willow, tenía muchos extras y era barata, ahí el actor decía que por fin ya podíamos gozar para siempre de la película. Como futurólogo no se ganaría la vida… Poco a poco vimos que los discos se rayaban, yo los conservaba bien, pero ibas a una biblioteca a alquilar alguna y parecía que habían cocinado una tortilla de patata encima.

 No sé por qué algunos títulos se descatalogaron enseguida, me fui a todas las tiendas a buscar un packde Harold Lloyd y nada, pero en una biblioteca cercana a la zona alta de la Calle Balmes de Barcelona lo tenían para coger en préstamo. Cuando por fin lo tengo, veo que los discos están impecables, pero algún iluminado pegó el código con la alarma en la parte de lectura del disco. Aun recuerdo el espectáculo de algún empleado intentando quitarlo tras quejarme,  el disco quedó finalmente archivado y tal vez acabara ahuyentando las palomas o de posavasos.

 Nadie es perfecto como decían Billy Wilder e I.A.L Diamond, convivir con defectos es lo más normal del mundo y mientras los sigamos contando, será señal de que sigue existiendo esto del séptimo arte en casa. Hace tiempo maldecíamos las colas de los cines, ojalá ahora volvieran… Miedo me da cuando un día todo sea correcto y perfecto, quizá ya no seamos humanos. ¿ A ver cómo finalizarían el remake de Con Faldas y a lo loco?

24/07/2020

Cinema Paradiso, un clásico que va ganando con los años

Cada cierto tiempo aparece una película con cierta magia, es lo que se llama de manera más vulgar un clásico, más de uno tendrá una definición diferente, yo diría que es aquella cinta que uno ve repetidas veces sin cansarse y encima encontrándole más encanto en cada proyección. Una de estas es sin duda Cinema Paradiso que la triste muerte de Ennio Morricone ha hecho que se volviera a programar en La2 de TVE con buena audiencia, pero no hacía falta que muriera el genial compositor italiano para volver a verla, incluso se ha vuelto a reponer y en ciertas ciudades es fácil verla cada año. ¿Por qué será?

 Ciertamente fue un éxito inesperado, a finales de los 80 el público de las salas cinematográficas había descendido si contamos desde los 60 nada más y nada menos que un 75%, si nos situamos en nuestro país podríamos hacer una lista interminable de cines que cerraron de aquella época. En Italia pasó igual, y dos cineastas quisieron hacer con sus obras una especie de memoria colectiva de aquellos años en los que se vivía el séptimo arte de otra manera. El filme de Scola, Splendor, no tuvo demasiado éxito, servidor no lo ha visto porque no ha tenido la ocasión, no está ni en DVD y por televisión se pasó hace muchos años cuando el que escribe no tenía ni video, pues su pase fue por la madrugada.

Del clásico de Tornatore sí que la recuerdo desde que era pequeño, la primera vez me chocó el cambio que hay cuando Totó deja de ser un niño, no me acababa de gustar esa parte adulta con la historia de amor, pero luego remontaba la película de manera impresionante y ya no hablemos con su final. La película al principio no tuvo mucho éxito y es por eso que, por consejo de su productor, Tornatore la recortó. Tal cambio fue un acierto, la película de esta manera se centra más en lo que verdaderamente interesa. Sin menospreciar el recuerdo de aquel amor que no fue, Tornatore en su montaje completo la muestra con un metraje fatigoso que hace que la película dure tres horas, incluso el personaje de Alfredo lo veremos de otra manera.

 En el DVD de A Contracorriente hay las dos versiones, yo tengo una edición que sacó Lauren con la versión entera y cuando llega ese metraje mejor pasarlo rápido. No necesariamente los "montajes del director" tienen que ser mejores, pero eso ya es otro tema. Cinema Paradiso nos emociona de nuevo y lo hace por dos motivos, un buen guion que hace que seas partícipe también de aquellos tiempos, aunque no los vivieras y lo segundo es porque por desgracia también estamos viviendo lo mismo, aunque de otra manera.

 Desde que empezó este siglo hemos visto otro cambio en la manera de ver cine, ya han desaparecido casi todas las pantallas grandes, ahora para ver cine uno ha de ir a un centro comercial muchas veces, siempre quedan algunos “cinemas paradisos”, pero van cayendo. Cuando en Cinema Paradiso vemos el derrumbe del cine, creo que nos viene a la mente más de uno que queríamos de verdad y que nos hizo pasar tardes inolvidables quedando una parte de nuestra vida ahí. De la historia de amor, también nos sentimos identificados, más allá de si uno ha tenido un romance. Hay también ahí el tema de la adolescencia y la juventud que se nos escapa... Cuando era niño y veía la película quizá no era consciente de ello, pero ahora en cada pase uno se da cuenta de que el poeta Horacio y su “carpe diem” es una de las verdades más absolutas que hay en la vida.

15/07/2020

Adiós al Meliés de Barcelona



Me disculparán si me pongo meláncólico al hablar de este ya desaparecido cine de Barcelona, la triste realidad de las salas cinematográficas nos hace hablar de tanto en tanto del cierre de uno de ellos, a todos ellos les tengo cariño, pero el Meliés era de aquellos que siempre me hubiera gustado ver abiertos.

Era un cine que incluso podríamos llamar anticine, sus dos salas eran pequeñas, la pantalla también, así que en un principio poco atractivo podría tener. Pero cuando abrió nos dio la oportunidad de ver cine clásico, y su programación apostaba por nombres como Billy Wilder, Hitchcock o Visconti.

Recuerdo aquella noche de jueves veraniega del año 97 en que pude ver por primera vez Ariane, la cinta de Wilder por aquellos tiempos estaba con unos problemas de derechos tontorrones que la hacían invisible, solo se había podido ver de escondido y sin anunciar en "petit comité", fue un gran gol el poder exhibirla.

 Por aquel entonces los VHS no eran como los DVDs de años posteriores y costaba ver ciertos títulos, pues apenas eran editados, aparte que tampoco se podían disfrutar en su versión original. Cada mes cogía la propaganda de la sala y como el internet era algo de lo que se hablaba, pero que aun pocos tenían, rellenaba en un papel mi dirección y cada mes me llegaba la programación.

También pude ver otras joyas como Las noches blancas de Visconti que estaba también desaparecida, recuerdo al público que iba de todas las edades y sin comer palomitas porque estaba prohibido, pero eso no hacía falta pues era un tipo de cinéfilo respetuoso y que sabías que no te iba a molestar. Otro tanto fue el poder ver American Graffiti de George Lucas, cinta de la que todos hablaban pero que pocos habían podido visionar. A pesar de que yo soy de una generación distinta, me gustó poder ir a esa sesión y disfrutarla.

El Meliés fue dejando los clásicos y con los años fue programando cine de autor, algunos ciclos esporádicos nos hacían recordar sus inicios, no hace mucho un ciclo Truffaut volvió a hacer las delicias de uno.

Cuando estudiaba en la UB me gustaba más de una vez acercarme, aunque no fuera a entrar.  Es algo que suelo hacer con determinados cines, al igual que más de una vez me paraba en la entrada de la antigua Filmoteca (el Aquitania) de la Avenida de Sarriá. El Melíés ya es historia, pero espero que todos aquellos que nos ilusionaba ese modesto cine podamos seguir sintiendo nuestro amor al séptimo arte y lo que es más importante, saber transmitirlo a los demás. De lo contrario la historia del cine quedará en un baúl polvoriento o en el contenedor donde ayer tiraban el material de este cine

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...