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19/07/2023

La Marsellesa de Renoir

Suelo en este blog repasar efemérides y como el 14 de julio era el Día nacional de Francia ya que conmemora la Toma de la Bastilla me fui a mi videoteca particular a ver una relacionada con el tema, esta vez le tocó a La marsellesa (1938) de Jean Renoir, quizá no sea de sus obras más valoradas, algo que, tras finalizar el visionado, lo encuentro bastante injusto.

 Se trata de una exaltación de la Revolución Francesa, pero para nada es el panfleto con el que alguno suele rebajar la calidad de este film. Para ver esta película, y todas las que un cinéfilo quiera analizar correctamente, hay que situar la obra en su contexto, algo que se olvida actualmente en todas las corrientes, Renoir quiso establecer una similitud entre aquellos acontecimientos y la llegada al poder del Frente Popular de las izquierdas durante esa época, el objetivo no era otro, claro está, que transmitir esperanza al espectador.

La Segunda Guerra Mundial estaba muy próxima y en sus películas lanzaba valores como la paz o la hermandad entre clases antagónicas como en la inolvidable La gran ilusión. Renoir estaba involucrado por entonces con el Partido Comunista, este entendía que la Revolución podía unir perfectamente el sentimiento nacionalista de todo el pueblo con la identificación popular.


   

 Para rodar la película se recurrió a una suscripción que en algunas copias aun vemos anunciada, el Frente Popular la planteaba como una necesidad colectiva de los franceses, pero el tema escogido necesitaba más dinero, así que la CGT tuvo que acabar financiándola.

 La copia que se estrenó en Francia no llegaba a los 100 minutos, hubo que esperar a 1967 para verla íntegra. En nuestro país llegó en 1972 en salas de arte y ensayo. Pese a todo esto, vuelvo con el tema del "panfleto", si Renoir lo hubiera rodado así, hoy en día no tendría el nombre que tiene, evidentemente que había una intención, pero todo gran autor sabe respetar al espectador que es quien debe valorar el filme y él lo sabía muy bien.

 Decía el director: La función es ante todo mirar el mundo tal como es, intentar verlo sin poner por medio cristales de color. Ver el mundo con ojos desnudos puros (…). Los espectadores sorprendidos, porque no están acostumbrados por esto, puede que digan: “esto no es verdadero”. Y esta función tiene un nombre (…): desmitificación” 

El guion se centraba en la marcha de un batallón de marselleses hacia París, cuando hacía ya algunos años que la Revolución había iniciado. Renoir daba pleno protagonismo a cada capa social: los campesinos, el clero, los aristócratas, el Rey Luis XVI...

   

 A este último lo vemos plenamente humano, ni tan siquiera le inquieta la toma de la Bastilla, prefiere hablar de su afición por los tomates o de que hay que cepillarse los dientes, al contrario de lo que le dice María Antonieta. Una de las mejores escenas es aquella en que pasando revista, se da cuenta que lleva la peluca al revés.  Más allá de si había una parodia ahí, Renoir apostaba por humanizar los personajes.

 La Marsellesa tiene otra particularidad, oímos a los protagonistas sin amoldar sus voces, es un sonido directo, Renoir odiaba todo aquel proceso posterior de sincronizar el sonido o doblar posteriormente.  Durante el metraje, los personajes más populares alzan la voz, hablan espontáneamente...

   

 El director intercala diálogos que cualquier película histórica convencional rechazaría como hablar sobre los pies y cómo cuidarlos en plena marcha de los Federados hacia París. Esto tiene más valor aun cuando el 75% del diálogo estaba extraído de documentos históricos.

 Incluso lanza a través de uno de sus personajes principales una critica hacia el himno: "Hay algo en esa canción, algo salvaje y grandilocuente que no me gusta nada”. Luego tal personaje niega haberlo comentado. La Marsellesa fue alabada por Bazin o Truffaut entre otros, véanla y analicen cómo Renoir se acerca a cada clase social con respeto, aunque difiera de sus pensamientos, más allá de estos hay también una profunda introspección de cada individuo. Rebajar el filme a panfleto es no haberlo visto o no saber captarlo. El director comentaba: “no creo que la monarquía cayera solamente a consecuencia de los ataques populares, cayó porque tenía que caer, porque había llegado a su fin, y tenían que llegar los otros, aunque no siempre suceda así, el mayor éxito de los revolucionarios es llegar a tiempo, saber cuándo hay que hacer la revolución” La tienen en Filmin y editada en DVD y Blu-Ray por Divisa.

02/03/2022

La gran ilusión de no más guerras

 

Desgraciadamente la guerra vuelve a ser actualidad, no significa que antes viviéramos en tiempos de paz, hay muchas en todo el mundo, pero por tocarnos cerca, la vivimos con más intensidad y nos damos cuenta de lo que acarrea.

Más de uno recurre a la historia del cine para mostrar títulos antibelicistas como forma de protestar también: Senderos de gloria, Sin novedad en el frente, Johnny cogió su fusil…No voy a ser menos y he elegido La gran ilusión (1937) de Jean Renoir. No veo que esté en ninguna plataforma antes que me lo pregunten, pero sí se puede encontrar fácilmente en DVD e incluso a precios bastante asequibles, por lo que recomiendo que la tengan en casa y la vean con frecuencia.

Es una película bélica, pero sin bombas, ni ataques aéreos... La acción acontece en la Primera Guerra Mundial, en un campo de concentración alemán y en el día a día de unos prisioneros que preparan una huida. Como diría Truffaut, se hace la guerra con educación, como si fuera un juego entre caballeros y con la “ilusión” de que cuando se acabe todo, se volverá a la normalidad. Ahí tenemos a un inolvidable Erich von Stroheim como Capitán von Rauffenstein, modelo de “junker” prusiano que trata con corrección a los franceses y se fía de ellos, especialmente con el Capitán Boeldieu (Pierre Fresnay) por compartir clase social, solo con darle su palabra basta, hasta ordena que no le revisen nada. 

Aparte de los dos personajes mencionados antes, tenemos entre otros, a un obrero (Jean Gavin) que hace de Teniente Maréchal, o a Rosenthal, un judío procedente de la alta burguesía francesa. Estamos, pues, ante una narración original, pues no se nos ofrece la trama desde el punto de vista antagónico entre ellos, sino que Renoir enfoca a cada personaje desde su lado humano a pesar de las diferencias ideológicas. “Hice la gran ilusión porque soy pacifista… día vendrá que los hombres de buena voluntad encontrarán la forma de entenderse” declaraba el director francés, buen conocedor de la guerra al participar en ella y basarse para el filme en experiencias reales contadas por los que fueron sus compañeros. En la película salen soldados de verdad, tanto alemanes como franceses, y es que esa “ilusión” del título la palpaban creyendo que aquella “Gran Guerra” sería la última.

Renoir presentía que se acercaba la II Guerra Mundial, pero quiso dar optimismo, en España teníamos la Guerra Civil, en Alemania el partido Nazi se iba rearmando o en Italia seguía el fascismo. Lanza un mensaje contra todas las fronteras que desembocan en una guerra y que han sido creadas por los humanos como se nos dice hacia el final en una inolvidable escena. Las razas, las clases sociales, las fronteras territoriales...son barreras que dificultan la fraternidad y la igualdad de los individuos.

Ciertamente, La gran ilusión no paró la II Guerra Mundial y algún crítico y más de un espectador tilda la película no ya de utópica, sino de desfasada. Creo que definirla así es un error, cualquier canto de esperanza es bien recibido y más teniendo a un director que le imprime una belleza y una emoción de aquellas para reflexionar horas y horas.

El cine de hoy en día recibe más bien visionados planos, o mejor dicho, muchos espectadores ven una película y cuando se acaba ni piensan en lo que han visto. El tipo de cine de La gran ilusión es justo lo contrario, hay que reflexionar, analizar, revisarla constantemente, leer todo tipo de críticas…Y eso es lo que lleva a que a sus 85 años uno la vuelva a ver y cuando la guerra sale de nuevo en Europa su visión debería movernos y pensar qué tipo de mundo es el que tenemos

El arte de Renoir con esos travellings horizontales siguiendo a los personajes, la iluminación difusa de interiores en contraste con la utilizada en los exteriores para enfatizar ese sentimiento de la libertad, la profundidad de campo que al menos antes se estudiaba en las escuelas de cine o esa emoción de escenas como la de cuando cantan "La marsellesa", un claro precedente de la mítica secuencia de Casablanca, no pasó inadvertido en los EEUU donde Roosevelt declaró que "todos los demócratas del mundo deberían ver este film".

En Francia a los dos años de su estreno se desaconsejó su proyección, en Alemania, Goebbels dijo que “este filme es el enemigo público número uno”. En España tengo algún dato, se aprobó una copia de 94 minutos un 25 de septiembre de 1950, no dispongo de los cines donde se pudo ver en Madrid. Sé que en Barcelona, se vio en octubre de 1953, aunque en cines de barrio como el Arenas, Liceo, Albéniz y Alborada en Sants. Radio Nacional de España organizó un cinefórum en la Ciudad Condal un 10 de mayo de 1959 en “La casa del médico” ubicada en la Vía Layetana 31 con motivo de su reestreno en Francia e ignoro si era la copia íntegra ya, posteriormente se vio en cinefórums universitarios. El 4 de noviembre de 1970 fue presentada por Miquel Porter Moix en el Cine Club de las Asociaciones de Ingenieros bajo el título de “Implicaciones sociopolíticas en el cine durante los años 1930-1940”. En la Filmoteca se ha podido ver con frecuencia, en televisión no las veces que merecería, actualmente hasta resulta invisible.

Esperemos que algun día, como pensó Renoir, las guerras se acaben... No perdamos esa gran ilusión.

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...