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02/03/2023

40 años del Oscar de Volver a empezar

 



Aprovechando la proximidad de la noche de los Oscars, no está de más recordar los 40 años del primer Oscar a una película española, el 11 de abril de 1983 lo ganaba Volver a empezar, su director vestido con un smoking blanco lo recogía y decía que desde niño soñaba con ese momento y que los sueños, a veces, se convertían en realidad. 

Aquel año había varios títulos que sonaban para que optara al premio a la mejor película de habla no inglesa, estaba Demonios en el jardín de Manuel Gutiérrez Aragón, La colmena de Mario Camus y con menos posibilidades Antonieta de Carlos Saura. Según explica Garci “los partidarios de La colmena, para no votar a Demonios en el jardín, votaron a Volver a empezar, y al revés. De rebote, salimos nosotros.”

La película se había estrenado en Arango (Gijón) el 11 de marzo de 1982, el estreno en Madrid fue en el Coliseum, sin embargo, pasó bastante inadvertida. Una de las razones fue su coincidencia en cartel con En el estanque dorado, película que retrataba también un romance otoñal.

He visto Volver a empezar en innumerables ocasiones, me encanta y con el paso del tiempo creo que ya se puede considerar un clásico. Ya desde el comienzo con esas imágenes otoñales y serenas de Gijón que contrastarán luego con las de un San Francisco activo, que no hacen sino decirnos que la vida sigue. La mirada profunda de Ferrandis viendo el mar, el cine Robledo, el estadio del Molinón, qué gran actor era, en pocos minutos penetramos en su interior. 


 

 Y ya no hablemos de escenas maestras como la de la charla entre él y José Bódalo en la que le dice por qué ha regresado, según Garci este fue uno de los momentos clave para que le dieran el Oscar. Pero hay muchas más, siempre que la veo pienso si ella sabe de verdad lo del cáncer, la escena en el aeropuerto es de una emotividad inmensa, a la altura de ese cine de LeoMcCarey que tanto admira.

Pero más que analizar la película, vamos a viajar en el tiempo y recoger lo que decía la prensa y cómo sentó el premio. Hubo de todo, incluso más positivo que negativo en un primer momento, creo que la concesión de la estatuilla no sentó demasiado bien a determinadas corrientes y desde ese momento el cine de Garci fue bastante despreciado por una parte de la crítica, ello provocó cierto parón y que se concentrase más en la serie para TVE Historias del otro lado. Una verdadera lástima porque después de Volver a empezar y rodar la secuela de El crack, tanto Sesión continua (1984) y Asignatura aprobada fueron otras dos notables películas y aprovecho para pedir que se editen. Por suerte a mediados de los 90 volvió y nos ha seguido ofreciendo buen cine.

En la prensa de aquel 1982 podíamos leer esto:

En "El País" del 14 de marzo de 1982 se recogía una crónica de José Manuel Vaquero: Volver a empezar, película que toma el título de una melodía de Cole Porter es la historia de la recuperación del encanto de la fe en la vida y en el ser  protagonizada por dos personas mayores

 En la presentación los autores Garci y Ángel Llorente homenajean a la generación de los jóvenes de los años 30, “El tema no está de moda, pero los españoles no podemos permitirnos el lujo de ser pasotas y debemos hacer frente al futuro como Antonio y Elena sintiéndonos jóvenes por dentro, la música de Cole Porter refleja el espíritu vitalista de esa generación que invita a los españoles de hoy a volver a empezar, después de tanto tiempo perdido”

En "El noticiero universal" del 19 de marzo de 1982, Jorge de Cominges escribía: "José Luis Garci utiliza la música con sensibilidad cinematográfica, se vale de las panorámicas con singular elegancia y cuaja los diálogos de frases aptas para el lanzamiento publicitario y el recuerdo inolvidable. Todo ello, claro está, dentro de la más pura tradición del cine americano, esta solidez de su labor artesanal queda a veces empañada por ciertos tics en él habituales como el afán por citar marcas y lugares conocidos que proporcionen al espectador un cierto sentido de complicidad o una peligrosa tendencia-conversación telefónica con el rey- hacia el chiste redundante."

Respecto a esta escena, Garci decía lo siguiente en "El Periódico" del 23 de marzo de 1982: "en cuanto a la voz del Rey, yo creo que hay que tomar partido y decir que Juan Carlos es la persona idónea para que las cosas funcionen en España y recordar que está allí desde el 23 de noviembre de 1975 y la verdad es que tenemos que preguntarnos dónde estaríamos después del 23 F si no llega a ser por el Rey".



Conviene recordar que la película fue rodada entre octubre y noviembre de 1981, el año del fallido Golpe de Estado ocurrido el 23 de febrero.

En "La Vanguardia" del 21 de marzo de 1982, Ángeles Maso redactaba: "de limpia factura como le gusta a Garci, plano contra plano, encuadres explícitos, panorámicas suaves y elocuentes. Comedia sentimental que desafía al tiempo".

Ruiz de Villalobos en el "Diario de Barcelona" el 23 de marzo de 1982: "la serena madurez fílmica y evidentemente humana, en la que está entrando de forma progresiva Garci, queda reflejada en la serenidad que preside Volver a empezar. La aridez del tema, su melodramatismo a priori podía hacer pensar en algunos momentos de desmadre, nada de eso, todo el film está medido, sabiamente dosificado en todo momento, la película tiene un ritmo interior equilibrado y medido que va introduciendo al espectador en ese drama tan humano, tan real, tan sencillo, tan cotidiano, tan de todos."

En el ABC del 31-3-82, Pedro Crespo la alababa también: "historia desesperanzada con esperanza, Volver a empezar tiene como base fundamental, junto a un eficiente ritmo narrativo y un paisaje asturiano excelentemente fotografiado, a un cuarteto de actores que han sabido dar otras tantas lecciones magistrales de su trabajo."

Pero entre medio de buenas críticas, se hallaba una muy negativa y más por ser del gran José Luis Guarner en "El Periódico de Cataluña"  del 31 de marzo de 1982: "postales turísticas, música insoportablemente acaramelada que incluye Begin the Beguine, el tema inmortal de Cole Porter y largas, largas secuencias coloquiales, que se pretenden llenas de “feeling”, jalonan su recorrido reluciente como un parquet, translúcido como una gelatina que remata en un voluntarioso texto de agradecimiento, la gran especialidad del director, a una generación suspendida ¿otra alusión a Asignatura pendiente? por la guerra civil. El conjunto acredita consolidarse como el primer artista en sollozo contenido en nuestro cine."


A pesar de excepciones notorias como esta última, la crítica fue más bien buena, no así con el Oscar, el diario "El País" no ocultaba cierto disgusto en un entonces sorprendente editorial el 13 de abril de 1983 que mejor sería llevar a un curso de ética periodística por sus contradicciones:

Esta es la primera vez en cualquier caso que un largometraje en castellano -de cualquier nacionalidad- recibe el premio de Hollywood. Doble motivo de satisfacción para José Luis Garci y mayor causa de meditaciones para la Academia que concede los premios, pues sin depreciar el mérito de Volver a empezar, hay que decir que la filmografía en nuestra lengua tiene obras muy superiores a la ahora galardonada, y guionistas y directores más cuajados. En cualquier caso bienvenido sea el premio, que repara en la persona de Garci las injusticias o carencias cometidas con los otros realizadores y que sin duda tiene una proyección específica cara a los castellanoparlantes de los Estados Unidos, y una justificación ideológica acorde con los sentimientos moderados de la Academia.

Pero más duro en el mismo diario fue Ángel Fernández Santos en un artículo titulado “Las paradojas de volver a empezar” el 23 de abril de 1983:

 La masiva repercusión, casi con caracteres de acontecimiento cultural máximo en la radio, en la televisión y en la prensa escrita españolas del Óscar obtenido por un filme, que meses antes fuera acogido por esos mismos medios con tibieza y parquedad, cuando no, con hostilidad, es un indicio desde mi punto de vista, un poco ingenuo, un mea culpa entonado indirectamente por quien siente que ayer se pilló los dedos y hoy quiere ocultar la mano como si así arreglara un entuerto que en rigor no existe. Y he aquí la paradoja, se otorgan por decreto hollywoodiense toneladas de incienso a una obra cinematográfica a la que antes se sometió al ayuno del pan y la sal y, sin embargo, irremediablemente Volver a empezar sigue siendo la misma película mediocre ahora que hace 6 meses. Hollywood va a abrir las puertas del mundo al filme, pero no va a aumentar ni un solo gramo en su calidad con tal fin. A mi juicio, este con Óscar o sin él, es una obra artificiosa, pequeña y superficial, que no va a ocupar ningún lugar significativo en la historia del cine y la cultura españolas a las que nunca fue destinada por sus creadores que se limitaron a pergeñar un producto cinematográfico estereotipado de factura digna, solvente. vendible y nada más”

 Lo cierto es que mientras se producían estos debates, la carrera comercial en EEUU iba  bien, en "La Vanguardia" del 9 de agosto de 1983 podíamos leer:  “ha sido una de las películas españolas que más dinero ha ganado en taquilla en los Estados Unidos, aun careciendo de datos concretos, su permanencia en la cartelera ha sido muy superior a cualquiera de las películas de Saura, el único director español que goza de cierta audiencia nacida con el éxito de Cría cuervos, gran parte de esta bonanza comercial se debe a la distribución y promoción de la Twenty Century Fox que creyó en el film desde el primer momento, mucho antes de que ganara la famosa estatuilla. En los últimos 4 años tan solo 5 películas españolas, además de la mencionada Volver a empezar, han llegado a estrenarse comercialmente en Los Ángeles y ninguna ha sido un éxito de taquilla: 3 Sauras, Mamá cumple 100 años, Dulces horas y Bodas de sangre, El nido de Jaime de Armiñán, puesto que estuvo nominada para el Óscar y Ópera prima, de todas ellas tan solo Bodas de sangre aguantó más de una semana en cárcel."

Es una pena que la concesión de un premio provoque muchas veces sentimientos de esos que nada tienen que ver con la valoración objetiva ante una obra. Creo, como decía al principio, que el cine de José Luis Garci nunca ha sido valorado como merece y particularmente esta película. Animo a mis lectores más jóvenes que la descubran, a pesar de lo poco que se habla de ella. Creo que a más de uno, un visionado sin prejuicios les puede deparar una muy agradable sorpresa. Tal efeméride merecería una reposición en pantalla grande.

22/02/2022

Cabaret cumple medio siglo

 




El pasado 13 de febrero, el mítico filme Cabaret de Bob Fosse cumplía medio siglo, en aquel año fue la única que le hizo sombra a la todopoderosa El Padrino. En la ceremonia de los Oscars, el musical se llevó ocho estatuillas: Mejor director, actriz, actor secundario, fotografía, montaje, sonido, adaptación musical y decoración, pero el de mejor película recayó en la de Coppola.


En ese 1972 el género del musical sufría una cierta crisis, a pesar de que en los 60 películas como West Side Story, My Fair Lady o Sonrisas y lágrimas constituían éxitos de crítica y público, pero también se producían fracasos rotundos como La estrella, Hello Dolly, incluso el propio Bob Fosse vio como su excelente Noches en la ciudad se veía arrinconada por un público que tan pronto amaba como odiaba el género.

Cabaret no es un musical convencional tal y como se entendía el género, tampoco es un esquema innovador como se dice, nosotros teníamos el modelo de película con Sara Montiel, o sea una película con una trama aderezada con unas canciones. Si Cabaret pasa a la historia es porque todos los ingredientes de aquel cóctel funcionaron a la perfección y quedaron bien marcados en la retina.

Todos los números eran pegadizos, partituras brillantes de los músicos Kander y Ebb, recordemos varias: “Maybe this time”, cantada con una sentimentalidad por Liza Minnelli que hasta diríase que rompía la pantalla, el comienzo con el famosísimo “Willkomen” que nos introducía a aquel mundo evasivo del cabaret, “Money”, qué decir ya de esta canción con ese humor tan ácido o la que cierra la película “Life is the cabaret”, donde uno ha pasado dos horas entretenido y a la vez ha meditado, ha compartido la alegría del musical, pero a la vez se ha adentrado en ese mundo terrible que era la entrada del Partido Nazi en esa Alemania.


Hay dos canciones que nos ponen la piel de gallina, una es el “Tomorrow belongs to me”, un chico rubio aparentemente inocente en un primerísimo plano empieza a cantar una canción melódica, bella, pero poco a poco vemos que es nazi y ese ambiente casi bucólico que creaba la melodía acaba siendo del todo aterradora.

Luego teníamos la del “If You Cold See” donde Joel Grey cantaba con una gorila y apelaba que si la gente tuviese otros ojos aceptarían ese humor, la canción que era vista como cómica y provocaba risas entre el público se cambiaba súbitamente al final cuando decía: “Si la vieran con otros ojos, no dirían que es judía”. De pronto, las risas se transformaban y te hacían pensar en esa animalización de personas degradante ejecutada por los nazis y que, por desgracia, se sigue haciendo, incluso de manera inconsciente, en más de un programa televisivo actual.

Fosse lograba en más de una canción que viéramos la reacción del público rodado con un estilo feísta buscado intencionalmente, que participáramos de la acción detrás del escenario o que hubiese una acción simultánea entre las canciones como la brutal paliza que ejecutan los nazis.

Cabaret partía del musical estrenado en 1966 producido y dirigido por Harold Prince y coreografía de Ron Field, el reparto era diferente en sus personajes principales excepto de el del excelente maestro de ceremonias Joel Grey. Hace ya unos años pude verla en el Teatro Apolo de Barcelona y sinceramente me quedo con la película, creo que la supera.

El argumento provenía de un libro de Christopher Isherwood GoodBye to Berlin del cual el dramaturgo americano John Van Drutten extrajo el material para la obra Soy una cámara llevada al cine anodinamente por Henry Cornelius.

La acción se sitúa en el Berlín de 1931, dos años antes de que Paul Von Hindemburg designase canciller a Adolf Hitler. El cabaret servía como una evasión y ahí la vida era, como nos cuenta sarcásticamente Grey, “hermosa,incluso la orquesta”.

El guion estructuraba la acción en dos niveles, el exterior y el interior. El personaje de Michael York como ya sabrán era el de un tímido traductor de inglés que aun estudiaba en Cambridge, por sus palabras deducimos que no siente ya nada hacia las mujeres, aunque se enamora de ella. Uno de mis planos favoritos es el de cuando se van a gritar al pasar el tren, ella con su espontaneidad consigue que él repita la acción de forma tímida, tal escena da bastante de sí, de cuando en el cine no hacía falta mostrar tanto para saber qué es lo que te estaba indicando.

Aparece otro personaje, el de Fritz Wendel obsesionado con la riqueza que le lleva a fijarse en una joven rica hija de un millonario hebreo, pero Sally empieza a enamorarse de él también obsesionada por el lujo y la riqueza. En otra genial escena vemos las cabezas de los dos protagonistas masculinos con el de Sally mirándose tras una excursión, se van acercando mientras la cámara gira, otro perfecto resumen sin necesidad de alargar la narración y sacar el tema de la bisexualidad que empezaba a verse de manera más explícita. Otro tema tabú como el del aborto suponía una novedad en un musical, algún crítico calificaba la película como el primer musical serio, quizá una afirmación algo excesiva, aunque razonable

Cabaret fue todo un éxito de taquilla, en nuestro país funcionó perfectamente, algunos de mis lectores que tengo en Barcelona la asociarán con el antiguo cine Florida (hoy Renoir) donde estuvo en cartel un año y medio.

Cuando TVE la estrena en 1981 se produce una polémica que fue bastante comentada en su día, los distribuidores se quejaban de que tal pase reduciría la taquilla ese fin de semana y hasta se acusó de “pase clandestino” aquella emisión que llegó incluso a estar en el aire, eran ya tiempos en los que se vivía la decadencia de ir al cine y el comienzo del cierre de muchas. ¡Qué lástima que no se hiciera de aquellas salas cinematográficas  un musical también! Las veríamos agonizando al final y con los espectadores haciendo más caso del dichoso WhatsApp que de la película

17/12/2020

Irving Berlin, Una Blanca Navidad y 800 canciones

Seguimos con la Navidad y en este caso homenajear al autor de una de las canciones más populares que se oyen en estas fechas, probablemente “la canción” y no solamente calificarla como una navideña más, pues es la más vendida de la historia, me estoy refiriendo al "White Christmas" (“Blanca Navidad”) de Irving Berlin.

 

Mucho se cuenta sobre cómo la compuso, se habla de que estando en una piscina y tras leérsela a su secretaria, se dio cuenta de que había escrito, tras varios intentos, su mejor canción. Esta era para la película Holiday Inn con Bing Crosby y Fred Astaire del año 1942 e inédita en España, aunque está editada en DVD y alguna plataforma como Filmin la tiene. En algunos sitios se la bautiza como “Quince días de placer” y se ambienta en las fiestas de durante todo el año en EEUU: Año Nuevo, Cumpleaños de Lincoln, Día de San Valentín, Cumpleaños de Washington, Domingo de Pascua, Día de la Independencia, Acción de Gracias y Navidad.

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 La primera interpretación pública de la canción "White Christmas" la hizo el propio Bing Crosby en su programa de radio de NBC "The Kraft Music Hall" el día de Navidad de 1941, durante el rodaje, que se estrenó siete meses después. Curiosamente, no se esperaba que fuera una canción de éxito. Se pensó que la canción "Be Careful, It's My Heart", sería el gran hit de la película. Cuando el mismo Crosby escuchó “Blanca Navidad” por primera vez, no le impresionó, no tuvo mucha vista pues la canción ganó el Oscar ese año y no era consciente de que sería el single más vendido de la historia

 

 Cierta controversia rodeó la historia de la canción "White Christmas" cuando se informó en una noticia de 1960 que Irving Berlin escribió la canción en 1938. Si la canción se hubiera publicado o introducido fuera de este film, no habría sido elegible para los Oscars. Pero las fuentes coinciden en que fue escrito para la película, con derechos de autor como inédito en 1940 y luego publicado junto con el estreno en 1942. 

La increíble popularidad de la canción "White Christmas" se debió en gran parte gracias a los militares estadounidenses que prestaron servicios en el extranjero durante la Segunda Guerra Mundial. Los sentimientos expresados en la canción reflejaban lo que sentían las tropas en Navidad y la cantaban entre ellos. A Berlin no le gustaba especialmente que hubiera adquirido este toque, pero el momento histórico la contextualizó sin buscarlo de esta manera y convertirse en una canción de paz en tiempos de guerra.

Quizá esto hizo que la Paramount, una década más tarde, decidiera hacer un musical con el nombre de la canción, ambientada en el mundo militar, aunque en un segundo plano e interpretada por el mismo Bing Crosby que la cantaría de nuevo. Dirigida por Michael Curtiz tendría también otras grandes canciones de Irving Berlin como Blue Skies, The Best Things Happen When You're Dancing, o Sisters y contaría con Danny Kaye, Rosemary Clooney, Vera Ellen y Dean Jagger entre otros. 

 

 Su argumento es este: Bob y Phil acaban de volver de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Consumados cantantes y bailarines, deciden ganarse la vida haciendo números musicales. Así conocen a dos hermanas que se dedican a lo mismo. Siguiéndolas, van a parar a un hotel de Vermont, que tiene graves problemas financieros. El administrador del hotel resulta ser el antiguo jefe de los muchachos en el ejército, razón por la cual deciden ayudarlo a salir a flote. La película fue un gran éxito y esta vez si se pudo ver en España donde también fue la más exitosa de ese año, estrenada el 15-4-55 y en EEUU 14-10-54.
   

Sin duda alguna que "Navidades blancas" popularizó mucho a su compositor Irving Berlin nacido en Temum (Rusia) un 11 de mayo de 1888 y fallecido en Nueva York un 22 de septiembre de 1989, 101 años ni más ni menos. La película tenía muy buenas coreografías y era una delicia su reparto, la hoy olvidada Vera Ellen hacía uno de sus mejores trabajos y poder ver a Rosemary Clooney era todo un lujo, Danny Kaye que no era la primera opción (se quería a Fred Astaire)  daba un toque cómico a la película y demostraba sus dotes de bailarín llegando a bailar descalzo, mención aparte merece la interpretación de Dean Jagger siempre convincente.Fue la primera película hecha con el sistema Vistavisión.

 

Por cierto, como curiosidad podemos ver a un joven y entonces desconocido George Chakiris:  

 

 Pero volvamos a la carrera de Irving Berlin, su familia emigró a los EEUU en 1893, con solo 13 años, su padre fallece y él ha de buscar comida para sus siete hermanos en todo tipo de trabajos, hasta hace de cantante en el café Chinatown de Nueva York. Comienza a escribir canciones en 1907 con una formación autodidacta y en 1911 conseguiría su primer éxito con el mítico Alexander Ragtime Band

 

 En 1927 desembarca en Hollywood para trabajar en El cantor de Jazz donde su canción "Blue Skies", un éxito desde 1926, fue cantada por Al Jolson:

 

 Su carrera iría de éxito en éxito, aunque sus musicales de Broadway Annie Get your gun (1950) de George Sidney o Call Me Madam de Walter Lang no tendrían el eco esperado en sus adaptaciones cinematográficas.

   

 En cine sí que gozarían de éxito sus canciones para los musicales de Fred Astaire y Ginger Rogers, composiciones como el Cheek to Cheek o el Puttin on the Ritz forman parte ya de la historia y han sido utilizadas también en otras películas como en El jovencito Frankenstein de Mel Brooks en un número cómico

   

Y también pueden ver a Clark Gable cantándola en la película de Clarence Brown  Idiot´s delight (1939)

   

 Berlin es autor también de uno de los grandes himnos, por así llamarlos, del Hollywood de la época, me refiero al There´s No Busines Like Show Bussines que también daría pie a un musical en 1955 con Marilyn Monroe de secundaria que aquí se llamó Luces de candilejas de Walter Lang. 

 

 Famoso también por componer el God Bless America que hemos podido escuchar en muchas películas, me viene a la cabeza ahora Érase una vez…América de Sergio Leone. El presidente Truman le otorgó la Medalla de Mérito de la Armada en 1945, Eisenhower la Medalla de Oro del Congreso en 1955, y el presidente Ford la Medalla de la Libertad en 1977. 

 

Una vida de 101 años y un total de 800 canciones, este fue Irving Berlin que por estas fechas siempre lo recordamos con su blanca Navidad y que durante el resto del año nos hace alegrar la vida también y más en estos tiempos.

 Para quienes no me puedan leer estos días, les deseo una feliz Navidad y mejor año sobretodo. La semana que viene habrá un post especial con motivo de las fiestas navideñas. Gracias por leerme y dar a conocer este blog.

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