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17/01/2024

El hombre mosca (1923)

 



Ya que estamos en la semana del que llaman el día más triste del año, nada mejor que combatirlo con una comedia y si encima nos remitimos al cine cómico mudo mucho mejor para reírnos de todos aquellos que nos programan el calendario con tonterías. Para estas últimas, más vale elegir las que elaboró dignamente Harold Lloyd, un cómico a la misma altura que Chaplin o Keaton, pero que con el paso del tiempo fue cayendo en el olvido.

Curiosamente, Lloyd fue un actor bastante taquillero, él como persona caía bien a todo el mundo, ofrecía un aspecto algo distinto a sus colegas, se presentaba con esas gafas de concha (casi se puede decir que un antecedente de las de Woody Allen) que no se quitaba ni para dormir, un sombrero de paja y un rostro afeitado y pulido, todo ello hacía que su rostro encajara perfectamente en el de un personaje tímido y bondadoso que buscaba como podía un hueco en una sociedad hostil.

Hará 15 años salió en DVD toda una colección muy cuidada de sus películas editada por la Universal y revisada por su nieta, pero la colección enseguida quedó descatalogada. A partir de ahí, de tanto en tanto, salía alguna de sus comedias de aquella manera, hace un par de años volvía El hombre mosca tanto en DVD como en Blu-Ray y como hiciera Lloyd, también aquello era intentar que la voluntad triunfara en una sociedad cinéfila que cada vez depende más de las plataformas. Creo que ya no se encuentra a la venta, aunque quizá en alguna tienda más especializada o por alguna web haya alguna edición.

El hombre mosca era su cuarta película y en ella hay la famosísima escena de él escalando ese edificio y sosteniéndose en las manecillas de un reloj, homenajeada luego en Regreso al futuro o por los Coen en la infravalorada El gran salto. El argumento era sencillo, un joven de pueblo para intentar conquistar a su novia decide probar fortuna en la gran ciudad y ganar el dinero necesario para casarse, se pondrá a trabajar en unos grandes almacenes, ahí se hará pasar por uno de los jefes cuando su prometida viaja para verle.

Aunque la película, como la mayoría de las de Lloyd, está dirigida por Fred Newmeyer y Sam Taylor, lo cierto es que el actor las supervisaba, a ello se añade el nombre del mítico Hal Roach en el guion. Lloyd ya había escalado edificios en algunos cortos como High and Dizzi (1920), Look out below (1919) o Never Weaken (1921), la idea provino de una exhibición que él mismo presenció y contrató al héroe de esa hazaña Bill Strother para que saliera en la película.

Pero sería injusto únicamente pararnos en esta escena o como suele pasar en bastante bibliografía ponernos a hablar de si Lloyd se jugó la vida o si por el contrario había más de un trucaje. Fue una escena con riesgo para él y cualquier debate es prescindible, aparte que saberla convertir en un ejercicio cómico con todas esas palomas inoportunas, la pegajosa red, la mujer impertinente y muy especialmente agarrarse a ese reloj hace que poco nos importe si era una transparencia o si estaba rodada en otro edificio.

Igualmente injusto es detenernos solo en esta escena, hay gags totalmente celebrados como aquel en el se esconde bajo un abrigo colgado en una percha o el inicio en el que lo vemos detrás de la reja junto a un hombre con gorra de policía y la soga de una horca al fondo. Mientras su madre y su prometida se despiden de él, el travelling hacia atrás revela que se trata de la despedida en la estación de ferrocarril.

Les recomendaría que la tuvieran en DVD, no esperen demasiado de las plataformas ni hagan caso de si está en YouTube, nunca se sabe cuando la pueden quitar, de verdad que se llevarían una joya para ver más de una vez sin cansarse y quitarse estas depresiones de "lunes tristes" que nos impone esta sociedad de hoy en día con finalidades comerciales. Como curiosidad, fue objeto de una especie de remake con el mismo Lloyd, la cual no he visto, llamada ¡Ay, que me caigo!(Feet first, 1930)

25/11/2021

El Viernes Negro del formato físico

 


Disco Blu-Ray. Fuente: Wikipedia


Semana del "Viernes negro", semana de compras compulsivas y de ganas de encontrar algo lo suficientemente económico para no deprimirse en la cuesta de enero, de ilusión también se vive…Entre las compras los hay aun que buscamos DVDs y Blu-Rays para ir completando nuestra colección, estos días se pueden ver en los grandes almacenes más gente buscando películas en esos reducidos espacios donde han acabado tristes y huérfanos.

Edición de El Hombre Mosca Fuente: Fnac

Curiosamente, entre ellos, di con El hombre mosca, clásico de la comedia muda con Harold Lloyd, la edición es de esas en las que no se ve la marca, puede que sea un BD-R, o sea un disco no prensado, según la carátula no hay ningún extra y la forma de presentarla es mejorable.

En determinados foros surge la polémica sobre este tipo de ediciones, los más sibaritas rechazan su compra si no cumple todas las condiciones, otros las compramos de la misma manera que cuando vamos a votar, o sea con una pinza en la nariz y apelando el mal menor ya que es probable que sea la única forma de poder verlas.

Cuando el DVD empezó a proliferar, parecía que íbamos a gozar de todos los clásicos de la historia del cine… Uno siempre visitaba las webs de las “Majors” y se alegraba cuando por fin editaban aquello que esperaba. Había que ahorrar, eso sí, y más de una se nos escapaba porque la cartera tampoco daba para tanto, precisamente este “hombre mosca” apareció en un pack editado por la Universal a un precio astronómico y cuando uno ya estaba dispuesto a comprarlo, o bien ya estaba descatalogado o se había encaprichado con otros títulos.

Poco a poco el negocio se fue desinflando y la falta de sensibilidad de las majors hacia su público hizo que más de uno desconfiara. Uno de los casos más lamentables fue el de la Warner, la mayoría de su catálogo empezó a distribuirlo una empresa que se llamaba Impulso, pero los másteres que llegaban no eran de la misma calidad que los de otros países, no era culpa de "Impulso" ya que ellos recibían lo que se les daba, más de una película parecía una grabación del entrañable, pero obsoleto VHS.

Ir a comprar películas era ya como una lotería, recuerdo la compra de Historia de una monja, la calidad de imagen del DVD que distribuyó Warner para la colección de Imprescindibles de El Corte Inglés era pésima, sin mejora anamórfica y nada que ver con la que pasan por televisión. Servidor encontró un pack años más tarde editado por "Versus Entertainment", que entonces editaba con mucha calidad y cuidado, en la portada aparecían unos formatos equivocados, pero al poner 16:9 uno se fio demasiado, pues la copia seguía siendo la misma, eso me originó ya desconfianza con "Versus" que poco a poco fue dejando de editar aquellos DVDs maravillosos como los que sí hizo con John Ford o Jean Renoir.

Blu-Ray de Hello Dolly. Fuente: FNAC
Otro tema se da con los musicales, antes era obvio que las canciones fueran subtituladas, pero ahora se da el caso de que en la mayoría, las letras desaparecen y ya da igual que la veas en versión original o doblada. Un ejemplo de esto sucede en el Blu-Ray de Hello Dolly editado por Karma que es una buena marca, pero que aquí se estrelló. En alemán bien salen los subtítulos, pero en español nada, por suerte aun están en inglés, porque en otros títulos ni así.

Estos son algunos ejemplos de los muchos que podría citar, ya no hablaré de los formatos para no repetirme con el post de hace dos semanas, pero en definitiva lo que vengo a decir es que cuando los editores buscan culpables en las plataformas, en las ediciones piratas o que alguien ha subido tal película en YouTube, lo primero que tendrían que hacer es mirarse a sí mismos y reflexionar.


 

Actualmente, hay buenos editores de DVD, uno de los mejores ejemplos es "A Contracorriente", a pesar de los elevados precios te proporciona una confianza y lo que es mejor, te ilusiona de nuevo mirar sus próximos estrenos, lástima que no toquen mucho el mercado norteamericano, películas como El apartamento que desde hace unas semanas hay que estar viéndola en las estanterías en su edición de Blu-Ray sin extras y por una marca invisible o este Hombre mosca requerían del mimo de una gran editora, pues si no cuidamos el gran cine, este acabará en el olvido.

Rohmer editado brillantemente por A Contracorriente. Fuente: Amazon


El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...