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23/03/2023

Un par de seductores: Cuando Caine hizo de Niven

 




Acaba de cumplir 90 años Michael Caine, más de un medio ha aprovechado para repasar sus mejores películas y su carrera en general, me apunto a ello y escojo una de sus interpretaciones más curiosas, la que ofreció en 1988 en Un par de seductores dirigida por Frank Oz y acompañado por Steve Martin.

La película era un remake de una comedia de 1964 dirigida por el veterano realizador televisivo, poco
pródigo en el cine, Ralph Levy y que contaba ni más ni menos que con Marlon Brando y David Niven que no pudieron evitar que fuera un fracaso, a Brando no se le daban bien los intentos por hacer comedia y el público no respondía a sus esfuerzos de cambio de registro, recuerden aquella La casa de té de la luna de agosto. En cambio, David Niven sí encajaba perfectamente en el género con su aire caballeresco, no hacía mucho que acababa de interpretar el personaje de Sir Charles Lytton en La pantera rosa.

Pero antes de contar con Caine y Martin, originalmente fue un proyecto para Mick Jagger y David Bowie Después del éxito de su video "Dancing in the Street" en 1985, los jefes de estudio buscaban un guion para ponerlos juntos en una película y el guionista Dale Launer (Por favor, maten a mi mujer, Cita a ciegas)se puso manos a la obra y sugirió un remake de estos olvidados Dos seductores (1964) y adquirió los derechos de uno de los escritores originales, Stanley Shapiro. Pero durante el desarrollo de la producción, Jagger y Bowie abandonaron, no había manera de poder hacer encajar al primero, y Steve Martin y Michael Caine fueron contratados como reemplazos.


El resultado fue una gran pareja cómica y aunque se calcaban escenas de la original, aquí funcionaba mejor la química entre el humor inglés y el americano. Se recogían distintas opiniones sobre quién estaba mejor de los dos, Caine contestaba elegantemente: bueno, un crítico es una persona como usted y como yo, unos dicen que Martín y yo formamos un gran equipo, otros que Michael Caine roba el espectáculo a Steve Martin y otros que Steve roba el espectáculo a Michael (…)El punto de vista de cada cual es muy subjetivo. De hecho, lo que de verdad pasó en el rodaje es que nadie intentó robar a nadie porque trabajábamos como auténticos compañeros y como amigos, además nos conocíamos de antes, no se trata de robar el plano cuando tratamos de ayudarnos el uno al otro.

La película es la historia de un elegante timador Lawrence Jamison (Michael Caine) que vive feliz en la Riviera haciéndose pasar por un príncipe destronado y sacándole el dinero a las señoras ricas hasta que invade su territorio un bribón de poca monta y similares objetivos Fredy Benson, el timador de altos vuelos decidirá entonces quitarse de encima la competencia, pero no le quedará más remedio que aceptarlo como alumno hasta que la aparición de una chica, Janet Colgate (Glenne Headly) la reina del jabón americano, motivará una apuesta entre ellos, el primero que le saque 50000 dólares se irá del pueblo.

Una de las peculiaridades de la interpretación de Caine es que preparó su personaje para homenajear a David Niven, no pasó así con Martin y Marlon Brando: “Pensé que era la manera, como él, en que quería encarnarlo. Recuerdo que un día en el rodaje viendo salir el sol me quedé mirando la casa de David Niven que quedaba cerca de allí, me sentí muy extraño el estar en aquel lugar después de tantos años haciendo su papel, llevaba puesto el bigote de lápiz y el cabello combinado y peinado hacia atrás” dijo en una entrevista.

Detrás estaba Frank Oz que había dirigido a Steve Martin en La pequeña tienda de los horrores donde hacía el papel de aquel dentista sádico y rockero, la carrera del director fue sumando una serie de comedias divertidas (¿Qué pasa con Bob?, Esposa por sorpresa, Bowfinger...) que animaron el papel algo decadente que sufría el género y su nombre dejó de sonar solo como el colaborador más estrecho de Jim Henson para "Los Muppets" ("Los Teleñecos").

 Un par de seductores supera a su precedente, aporta novedades que para todo aquel que no la haya visto, mejor no comentar mucho. Tiene además una partitura de Miles Goodman con un tema principal pegadizo y aportes jazzísticos que le imprimen ritmo. No nos podemos olvidar de la actriz Glenne Headly, todo un talento para la comedia, que había trabajado con Woody Allen en La rosa púrpura de El Cairo, con Warren Beatty haciendo de su novia en Dick Tracy o en Sargento Bilko de nuevo con Steve Martin entre otros muchos trabajos, desgraciadamente murió en el 2017.

Pueden ver la película a través de Filmin, así como la primera versión. También ambas están editadas en DVD, aunque actualmente descatalogadas.

24/03/2022

Vivir sin aliento, el remake del "A Bout de Souffle" de Godard

 

En 1959, Jean Luc Godard dirigía la que es su película más famosa y una de las cumbres de la "Nouvelle Vague": Al final de la escapada (A bout de soufflé), el guion estaba escrito por François Truffaut de cuando los dos eran amigos antes de partir peras. Protagonizada por Jean Paul Belmondo y Jean Seberg, él se metía en la piel de un ladrón de coches de poca monta que acababa de matar a un policía y ella era una joven norteamericana que anhelaba ser periodista y que había tenido un breve noviazgo con este. La historia destacaba por los contrastes entre los dos, Belmondo en su mejor interpretación se amoldaba en ese personaje fantasioso, inestable, imitador de Humphrey Bogart. Ella en cambio, era culta, inteligente, aunque también algo ingenua que vivía sola en París.

Se puede decir, aunque siempre habrá otras opiniones, que esta junto a Hiroshima mon amour de Resnais y Los 400 golpes inauguran esta nueva corriente que tanto marcó a la crítica joven del momento, no tanto a la que ya tenía más años y Godard pasó a ser un gurú para ellos. También la película provocaría un cambio en el cine, aparte de influenciar en el Hollywood posterior.

24 años más tarde, un director con trabajos “underground” Jim McBride se atrevió a rodar un remake de esta bajo el título de Breathless, aquí estrenada como Vivir sin aliento. La protagonizaba Richard Gere que venía de encadenar dos grandes éxitos como American Gigoló y especialmente Oficial y caballero, aunque a partir de esta, su carrera se vendría algo abajo. Ella era Valérie Kaprisky, actriz francesa que había llamado la atención por una película erótica en su país llamada Afrodita. Lo cierto es que compararla con Jean Seberg resultaba hasta un sacrilegio, su filmografía lejos de lo que en un principio se pensó, fue anodina, muy televisiva y hoy en día pocos la recuerdan.

La película obtuvo mucha división de críticas, los más admiradores de Godard se cebaron en ella. ¿Qué es lo que dijo Godard sobre ella? Pues esto comentó: "Es lo que quise hacer yo con A bout de soufflé, una cinta media de cine negro a la americana. Pero como no sabía la técnica, me salió una cinta experimental." Son curiosas estas declaraciones... ¿quería una película comercial, copiar el esquema americano sin crear algo propio, o lo dijo por decir? De todas maneras Vivir sin aliento fue un fracaso comercial y llegó a estar olvidada hasta que con Pretty Woman los videoclubs de entonces y las cadenas de televisión rescataran las anteriores películas de Richard Gere.

En este remake se intercambiaban las nacionalidades, él pasaba a ser norteamericano y ella francesa. El personaje le venía de perlas a Gere, lástima que McBride le deja demasiada libertad, pues en determinadas escenas su sobreactuación llega a irritar, como ese final que tanto ponen en Youtube. Ella, en cambio, no está muy bien en su papel.

Al salir editada en Blu-Ray hace unos meses y estar ahora en Filmin, la he revisado después de algunos años ya, tenia una impresión mejor, este pase me ha supuesto una cierta decepción. No obstante, es una película creo yo, que de momentos, pues el argumento se debilita a los 20 minutos y el director no logra cogerle el pulso narrativo necesario hasta casi la última media hora.

 Pero hay toques a destacar, por una parte es que juega sin ninguna trampa con lo irreal, concibe una especie de cómic adulto, el personaje siempre tiene en la mano el "Silver Surfer" y se crea un símil entre ambos, el color es llamativo con esas transparencias exageradas que parecen sacadas de la saga de Aterriza como puedas y esos amaneceres rojizos oníricos en la carretera . Viste también una ropa chillona, primero con esa camisa roja y pantalón azul algo ridículos que parecen sacados de las películas de Jacques Demy, luego se la cambia por otra de segunda mano. El sentimiento de fatalidad lo acompaña con ese “tengo gafe” que más tarde defina como tener la bendición, pero del diablo.

Las referencias cinéfilas son numerosas, en un momento se para en un letrero que anuncia el "Museo de Cera de Hollywood", va con ella a "Los pinos" que era el refugio de Errol Flynn, otro personaje que como el de Gere tiraba los dados demasiado, como le dice ella en un momento. En otra secuencia entran en un cine rancio que está proyectando El demonio de las armas (Gun Crazy) de Joseph H. Lewis, esta referencia tiene una clara indirecta y es que Godard se fijó mucho en ella para ciertos planos de A final de la escapada.


 Aparte de la cinefilia, hay referencias al mundo del arte, a la arquitectura de Frank Lloyd Wright, a la música de Jerry Lee Lewis comenzando por su título, a William Faulkner y su frase de “entre la tristeza y la nada, me quedó con la tristeza”. Esa tristeza precisamente de un personaje gafado que lleva tatuado un corazón roto y que sabe que su destino está marcado, por eso le lleva a vivir sin aliento esos instantes.

La película hubiese vuelto a caer en el olvido a no ser por las referencias que Tarantino hace de ella, que la lleva a considerar como de sus preferidas, parece incluso que estemos frente a uno de sus productos, incluso parece sonar una versión instrumental del “Girl. You´ll Be a Woman Soon” cuando están en el cine.

En fin, he querido esta semana traer esta película no tanto por su calidad, sino por su cinefilia y también por seguir con el tema de la "Nouvelle Vague" desde otras perspectivas, como hice la semana pasada con Curvas peligrosas sin que Wilder tuviera la constancia de que estaba adelantándose a ella, y aquí con la curiosidad de que esta nos ha acabado llevando, también sin saberlo, al cine de Tarantino.

20/01/2022

El West Side Story de Spielberg


Cartel de la película. Fuente: Wikipedia

Por fin pude ir al cine a ver el West Side Story de Spielberg, una película tan esperada desde hace ya un tiempo y que se ha ido retrasando por culpa del dichoso COVID, lamentablemente al final su estreno tardío ha coincidido con la variante del ómicron en su punto álgido, lo cual perjudica la asistencia a las salas, a pesar de que son más seguras que otros espacios a los que no se tiene tanto miedo.

Triste panorama este ya que donde la visioné solo entró una persona más, aunque esto no viene de ahora. Evidentemente el virus ha perjudicado, pero la crisis es más que evidente, más de uno ya se ha acostumbrado a las plataformas y otros menos esperarán que salga editada.



 Los números que está teniendo la película son de momento flojos, y ya se cuenta entre los fracasos de su director que en su día se le llamó el Rey Midas del cine, aunque ya conoció tropiezos monumentales como 1941, Always o Amistad. A sus ya 75 años ha podido ver realizado su sueño de llevar otra vez el musical de Leonard Bernstein con letra de Stephen Sondheim que tan brillantemente llevara al cine Robert Wise con la coreografía de Jerome Robbins.

Y es que esa película de 1962 que ganó 10 Oscars pasó rápidamente al terreno de lo mítico, y atreverse  con una nueva versión a pesar de los años, es toda una osadía en la que lo más seguro es que tengas más contras que pros.

Spielberg ha insistido en que se ha fijado más en el musical de Broadway que no en la película, y creo
que lo mejor para verla es olvidar momentáneamente la anterior, pero eso es imposible. Incluso hasta hay una contradicción en esas declaraciones, pues el director de fotografía, Janusz Kaminski, ha hecho todo lo posible para replicar, lo más fielmente posible, la iluminación y el estilo visual de la película original fotografiada por Daniel L. Fapp.

Sí varían los escenarios de varias canciones, quizá lo que más se esperaba es como quedaría esa “América” que cantaban anteriormente en una azotea de noche, aquí es en una calle y rodada con mucho brío, las comparaciones siempre serán odiosas y aunque no niego el talento en esta última, creo que se recordará más la antigua. (NOTA: No me ha sido posible colgar algunos números y más material que quería, es posible que algunos desparezcan del Youtube, pido disculpas si no funcionan los enlaces.)

Spot de la película

                                                           Número de "América" en la versión de 1962



Ansel Elgort (Wikipedia)
Entre los actores, se escogió a Ansel Elgort para Tony, no me ha parecido una interpretación ni brillante ni mala, cumple sin más, lo cual ya es mucho. Tampoco en su día Richard Beymer era un gran actor, ni le sirvió para grandes papeles, aunque su rostro de buen chico le iba bien al personaje, fórmula que aquí vuelve.

Y para María se eligió a Rachel Zegler, que era su debut cinematográfico y cuya interpretación ha elogiado mucho su director, no lo voy a negar, pero la fuerza que irradiaba Natalie Wood no es comparable, el tiempo dirá si recordamos también a esta María.




Si bien la duración de la película es parecida con la original, hay algunos añadidos como ahondar en el pasado de Tony y hacerlo más explícito. También, y esto es lo mejor, es ver a Rita Moreno en el papel de viuda de Doc que hasta canta el "Somewhere" ,vemos que aparece en los créditos como productora ejecutiva.


A pesar de las comparaciones, algún que otro corte de ritmo narrativo y un color algo artificioso que ya no sé si es culpa del cine al que fui, pasé dos horas y media de lo más entretenidas y encontrándole sentido a aquello que tanto ha olvidado la gente de ver una película de estas características en pantalla grande. Y es que el gran regalo de Spielberg aquí ha sido seguir ilusionando a los cinéfilos que reivindicamos unas películas para el gran público y a la vez de calidad. 

Ironías de la vida, el cine Aribau que estrenó en Barcelona el primer West Side Story ha pasado recientemente a ser un teatro, ni siquiera tuvieron el detalle de reponer la antigua en una sesión como despedida, al menos Spielberg nos ha brindado a toda una generación poder ver el musical donde se merece.

09/12/2021

"El Bazar de las sorpresas" y el otro remake del que nadie habla y que no es "Tienes un email"

 

El bazar de las sopresas (fuente: Filmaffinity)


Aproveché el pasado puente no para compras compulsivas, sino para ver buen cine. En estas fechas, las diversas televisiones nos ofrecen una serie de telefilmes insulsos navideños para ir rellenando las parrillas rutinarias. En plataformas y otros canales se puede ver cine más clásico o por lo menos estrenado en salas. Consultando la TCM vi que daban El bazar de las sorpresas (1940) de Lubitsch, es un título que no tiene la fama de otros de él como Ser o no ser o Ninotchka, pero que está a la misma altura y tiene a James Stewart y Margaret Sullavan de pareja protagonista. 

Tienes un email. Fuente: Filmaffinity
La primera vez que la vi fue en el espacio de Garci de "Qué grande es el cine", ahora llamado "Classics". A finales de los 90 fue objeto de un remake actualizado aprovechando la química de la pareja Tom Hanks y Meg Ryan y dirigida por la malograda Nora Ephron que no estaba mal. Es una película ambientada en estas fechas prenavideñas, basada en una pieza teatral húngara llamada Perfumería de Nikolas Laszlo .

 Seguramente, sin esta adaptación cinematográfica no conoceríamos nada de ese autor y es que Lubitsch logra darle protagonismo a todo su reparto y la hace interesante en todo, ahí está el jefe de esa pequeña aunque entrañable tienda llamado Matuschek que a pesar de su carácter frío y calculador intenta suicidarse al saber de una infidelidad de su mujer. Entre sus empleados tiene a un fanfarrón llamado Vadas o a Pepi, un repartidor que busca protagonismo y llegar más alto. Stewart como siempre muestra otra de sus interpretaciones geniales, su rostro capta enseguida todo, y qué decir de Margaret Sullavan, actriz excelente e injustamente olvidada con una gran carrera.

 Todos estos dan lo máximo en una producción que sin la firma del gran Lubitsch hubiese pasado desapercibida. Fíjense cuando la vean en el estilo y el ritmo, así como esos diálogos que tan pronto pasan de mostrar un humor cínico a un dramatismo, en la doble lectura de muchos de ellos o en la composición de escenas como la de la cita en el café que recuerda al Tú y yo de McCarey en sus dos versiones, así como el final con una gran puesta en escena en la cual la conversación entre ellos dos va desgranando todo. Lubitsch estaba muy orgulloso de ella y escribió lo siguiente: “jamás hice un filme en el cual la atmósfera y los personajes fueran tan reales como este. realizada en 26 días con un presupuesto muy molesto, la obra quizá no fuera sensacional pero tuvo bastante éxito” (Carta escrita a H.G. Weinberg, 1947).






En aquel viejo verano. Fuente: Filmaffinity
Pero volvamos al remake y no para hablar de Tienes un email, sino de En aquel viejo verano (1949), más de uno no sabrá qué título es este, hablamos de un filme de Robert Z. Leonard, un director algo anodino que tuvo fama al rodar El gran Ziegfeld (1936). Aquí la pareja está compuesta por una Judy Garland que ya atravesaba muchos problemas en su vida privada y su pareja era Van Johnson, otro actor que quizá ha ido cayendo en el olvido, cabe recordar que incluso Woody Allen lo rescató para La rosa púrpura de El Cairo. 

La película es agradable, dulce y blanda, quizá demasiado... Omite todo el capítulo del intento de suicidio y la infidelidad, se sustituye por un equívoco con un violín. No tuvo apenas éxito, las canciones que se intercalan no llegan a memorizarse y el director calca muchos planos de Lubitsch. Sin embargo, tiene un ingrediente que hace que cualquier cinéfilo la vea y retenga: la presencia de Buster Keaton, 

En aquellos años, trabajaba de asesor de la MGM para comedias, de ahí diversos gags de Los hermanos Marx en el oeste que nos recordaban a El maquinista de la General. Keaton había sido despedido en 1933 de la Metro y fue precisamente con este En aquel viejo verano que volvió como actor para estos estudios, sus anteriores participaciones en el cine sonoro fueron bastante desafortunadas. 

 Fíjense en un dato, en los créditos del inicio sale su nombre en pequeño seguido de otros sin ninguna distinción, lo cual nos provoca tristeza e indignación, pero así era Hollywood y de Keaton pocos se acordaban.



Aquí creó diversos gags como el del violín o el destrozo del sombrero de la Garland a cargo de un patoso Van Johnson que es lo mejor de la película. Peter Bogdanovich en su excelente documental de El gran Buster lo recuerda. Así pues, no estaría mal que al programar El Bazar de las sorpresas junto a Tienes un email, se le diera una oportunidad a esta película que cuenta también con la peculiaridad de ver a Liza Minelli por primera vez en el cine, aunque siendo un bebé en brazos de su madre. 





El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...