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04/05/2023

Última sesión (2012)

 


Semana mala para los clásicos europeos en Filmin, la sección de “últimos días” nos entristecía con una larga lista de películas que iban a desaparecer del catálogo. Algunas, por suerte, las teníamos en DVD, pero otras ni están ni se les espera, por lo que la única manera de acceder a ellas es mediante esta plataforma, ni TVE, ni la TRECE programan cine europeo en sus espacios cinéfilos, quién sabe si hasta puede ser haber sido nuestro último visionado en más de una, algún día ni los programadores las conocerán…

Tal sección contrasta con la de “últimas subidas” donde van apareciendo clásicos que ni siquiera ellos los publicitan, mezclados con estrenos que pasaron desapercibidos .Mientras los repasaba, me llamó la atención una película española del 2012 llamada Última sesión y vi que en la carátula aparecía Paco Morán. Al ser el año de su fallecimiento pensé en un primer momento que se trataba de un documental, pero no, es un modestísimo film de un director que entonces debutaba y que no continuó después llamado Francesc Páez y que narraba la última noche en un cine ubicado en Mataró.


Paco Morán, como ya sabrán, fue un hombre de teatro, sus incursiones en el cine se dieron más bien en papeles secundarios, algunas en películas con renombre, desde clásicos patrios como Los cuervos de Julio Coll, Rey de reyes de Nicholas Ray, El valle de las espadas de Javier Setó…Su popularidad le vino en los espacios teatrales de TVE. En los 70 se fue a vivir a Barcelona donde se convirtió en uno de los rostros habituales de la cartelera de la ciudad condal, incluso ya en su etapa final saboreó el éxito como pareja artística de Joan Pera.

Ignacio F. Iquino intentó que Morán se dedicase más al cine en los 80 y rodó dos comedias con él de protagonista: Un millón por tu historia y Dos pillos y pico. Pero el público prefería verlo en la escena, el cine español estaba cambiando y aunque Iquino era todo un maestro en encontrar fórmulas comerciales, aquí no la encontró. Para volver a verlo en la pantalla grande tuvimos que esperar a una “superproducción” catalana de Francesc Bellmunt, Monturiol, el señor del mar donde de nuevo aparecía brevemente.


La intervención del actor en Última sesión (2012) fue gracias a que un día su director, que entonces estaba de empleado donde Morán llevaba el coche a lavar, se atreviera a presentarle un guion. Lo leyó en un día y le dijo que adelante, ni siquiera cobró y dejó su casa para ensayar, según cuenta Francesc Paez: Era muy generoso (...), lo hacía todo fácil, más fácil para los demás. (...) Él tenía muchas ganas de hacer algo dramático" Su papel era el de Mauri, un acomodador cuya vida se desvanece al cerrar el cine en el que ha estado trabajando durante 40 años, junto a él discurren otras vidas como las de Teresa, la mujer de la limpieza; Bruno, el proyeccionista; Carol, la boletera que sigue enamorada en secreto de este…

Es una película sencilla hasta el extremo, el guion no acaba de coger fuerza hasta prácticamente la mitad, cuando no está Morán pierde, pero con esto no quiero decir que esté mal, incluso valoro positivamente que en apenas 78 minutos se cuenten las otras historias de los demás, aunque sean más bien pinceladas, especialmente me gusta el personaje de Teresa y sus silencios. Es de destacar el uso que hace de la noche, casi como una metáfora de ese mundo aparte de reloj parado que es esa sala. Desprende cinefilia con conversación en la que él recuerda el estreno en 1953 de Los sobornados, un cartel de Jennie en las escaleras, las hojas del guion de la historia de la sala para que pueda ser una película…

Va caracterizado como un acomodador clásico, recuerda cuando iban los críos y tenía que poner orden, el niño al que le dejaba colar a cambio de una piruleta…Es incapaz de hacer frente a la nueva situación y se emborracha, con su periquito mantiene conversaciones en las que desprende cierto hartazgo de la vida. La emotividad del filme se va intensificando, aunque desde una barrera algo gruesa, no provocará lágrimas, se distancia aquí del esquema de  Cinema Paradiso 

Rodada en el 2007, tardó hasta cinco años en estrenarse y fue en un mes de agosto, unas semanas antes había fallecido el actor y su estreno fue concebido como un homenaje póstumo en el cine Alexandra, ya sabemos que en este país uno ha de morir para que te rindan algunos honores. Sin querer, fue la verdadera última sesión con Paco Morán, aquí bien lejos de hacernos reír, como si viéramos en su rostro también el reflejo de lo que serían estos últimos años donde multitud de salas han cerrado, la pandemia ha originado un antes y un después y el cine, tal y como lo hemos conocido, agoniza.

Échenle un vistazo si pueden, Última sesión no pasará a la historia del cine, ni es buena ni es mala, fue un intento loable por parte de su director  de querer homenajear esas salas que llevamos dentro y que los más jóvenes no podrán nunca recuperar porque no tuvieron la oportunidad de conocerlas.

23/10/2020

El cierre del Texas de Barcelona: El sueño de un cine de reestreno


El cine Texas de Barcelona ha cerrado definitivamente sus puertas, otra sala que desaparece y lo que es peor, ya no nos sorprenden estas noticias, sino que las vemos como habituales. El popular cine nació con el nombre de Bailén en una fecha poco precisa hacia la segunda década del siglo XX en un cobertizo y el 11 de septiembre de 1947 ya con el nombre mítico de Texas, según el libro "Somnis de reestrena" escrito por Jordi Torras Comamala que publicó el "Taller d´història de Gràcia" en 1999. 

Estaba situado en el barrio de Gracia, con bastante afición cinéfila. Ya había "muerto" hace unos años cuando Lauren se quedó con el local y la crisis de finales de la segunda década del 2000 acabó con ellos, pero el director Ventura Pons los cogió y los resucitó y volvió a ser un cine de reestreno con precios populares. La gente y muy en especial los de Gracia y parte del Ensanche barcelonés iban a este cine, recuerdo que hasta se podía ver una cola larga que hacía que servidor tuviera que bajar por la otra acera de la C/ Bailén para no encontrársela. Ventura Pons que ha sido un director algo irregular a lo largo de los años, capaz de lo mejor y de lo peor, devolvía al barrio un cine emblemático y de paso homenajeaba a 4 grandes dedicándoles sus salas: Francisco Rovira Beleta, Bigas Luna, José Luis Guarner y Néstor Almendros

 No hay persona en Gracia que no te hable del Texas, aunque no le gustase nada. Los más mayores recuerdan cuando había incluso varietés y que hasta el mítico y hoy olvidado Alady había actuado. Luego hay la generación de la EGB que recuerda aquellas dos sesiones seguidas a un precio baratísimo, si ibas al Texas te encontrabas a parte de tu clase o a tus vecinos, así que si querías ir de incógnito mejor que no fueras. Era un cine donde te llevabas la merienda y matabas toda la tarde. 


                                                       (Cine Texas en los 90. Fuente: El Periódico)

Ese Texas era una sala grande, más de 1000 personas cabían ahí,  pero ya olía a otros tiempos en los 90, te podía tapar el de delante porque mucha bajada no tenía, las butacas  eran algo incómodas y viejas y el sonido no era de lo mejor, pero tenía ese aroma de cine de barrio que tantas veces he citado por aquí. El 9 de julio de 1995 finalmente cerraba para volver a abrir el 27 de julio de 1996 pero ya como Lauren Gracia. El nuevo cine funcionó al principio, los Lauren era una cadena de cines con ciertas ventajas, ofrecían un precio económico en la primera sesión, estaban bien cuidados y el personal era bastante amable, al menos con el que traté. Pero llegó la crisis, no solo la económica, y sin que se supiera, cerró en agosto del 2013.

 Muchas veces se habla de aquella maldita subida del IVA que efectivamente fue un factor desencadenante, pero hay otros como puede ser la piratería, nuevas formas de ver cine, bajón en la calidad de las películas que hace que te dé igual ya verlas en pantalla grande que en la pequeña... Las crónicas de la época decían que el aforo del Lauren Gracia ocupaba solo un 20%. Era una época en que estaban cayendo cines míticos de la ciudad: El Urgel, el Rex, el Palacio del Cinema, etc.


                                                           Cine Urgel antes de su cierre

 Antoni Llorens, quien fuera presidente de los Lauren explicaba que el local era de alquiler y que no se podía mantener el precio de este con las taquillas que se estaban haciendo. Se quejaba también de que los vecinos, especialmente los jóvenes, ya no iban mucho al cine porque lo consideraban caro y que las administraciones no hacían caso para proteger e impulsar la industria del cine. Por último, hacía un llamamiento a que productoras, distribuidoras y exhibidoras afrontaran conjuntamente la crisis. 

Aquellas palabras del malogrado Llorens resuenan de nuevo con este cierre del Texas, el cual empezó a vislumbrarse cuando una pintada en la puerta decía: “Ventura paga” en febrero de 2019 que dejaban en evidencia los problemas económicos que estaba habiendo con los trabajadores. El director había querido repetir la fórmula recuperando un cine en Valencia (El Albatros) con las mismas características que la sala de Gracia en 2017 y en 2018 recuperar el cine Las Vegas de Figueras. Estas dos aventuras no funcionaron y en Valencia tuvo que cambiar el esquema por uno más comercial y Las Vegas fue un fracaso que desencadenó los impagos. El diario del "Independent de Gràcia" (22-09-2019)  explicaba que fuentes cercanas al cine Texas temían que los problemas económicos de Figueras acabarán afectando al espacio de la calle Bailén porque no se estaba haciendo frente a los compromisos con los proveedores como puede ser el alquiler de las salas o los gastos de distribución.


                                                      Cine Texas en la época de Ventura Pons (Fuente: El Periódico)

 El cine fue escogido mejor cine de España por Europa cinemas en el 2016 y en 4 años y medio tuvo un público fiel y heterogéneo con un promedio que superaba el 70% de la entrada. El sueño de volver a un cine de reestreno parecía hacerse realidad, pero al final ha acabado siendo una pesadilla y especialmente para Ventura Pons del que se dice que está en una muy mala situación económica.

 Siento mucho que el cine Texas haya acabado de esta manera, me encantaba ir .Incluso cuando empezó esta aventura, envié mi currículum porque quería trabajar en un cine, no me enviaron ni acuse de recibo, pero en fin, ya está olvidado. Espero que el local pueda seguir siendo una sala cinematográfica como está pidiendo una plataforma creada hace poco en el barrio, recogen firmas clicando  aquí . 

Creo sinceramente que podría haber una segunda Filmoteca o seguir el ejemplo de Madrid  donde además del Cine Doré hay una Cineteca. Sin embargo, no veo al Ayuntamiento muy puesto, además de que cualquier lugar cultural tendría que ser independiente y no politizarse. La crisis del coronavirus también será el arma perfecta para ir dando largas, pero en fin, el Texas ya sabe lo que es resucitar y aunque parezca una quimera verlo de nuevo en funcionamiento, nunca se sabe. En el escaparate se podían leer frases de cineastas, había una de Wilder que decía: "Si quieres decir la verdad, sé divertido, de lo contrario te matarán.". Ahora estoy siendo serio, mejor que vuelva a seguir el consejo del gran Wlder cuando hable de este cine.
 Cualquier iniciativa que haya será promocionada por este humilde blog como "gracienc" que soy, pero ante todo cinéfilo y que lamenta cualquier cierre como tristemente he tenido que ir escribiendo de otros.


01/10/2020

El cine de barrio de TVE que ya cerró hace tiempo

A pesar de que ya poco cine veo por televisión, tengo por costumbre hablar de sus espacios, el más veterano de ellos, “Cine de Barrio”, cambió de presentadora el pasado sábado. Olvido Gara, más conocida por “Alaska” tomó el relevo de Concha Velasco que llevaba al frente de este desde el 2011, año en que Carmen Sevilla lo dejó por ya apreciarse en ella, por desgracia, signos de la terrible enfermedad del Alzheimer. Había cogido el programa en el 2005, sustituyendo a José Manuel Parada, que fue para entendernos el “padre” del programa. 

Corría el año 1995, año del centenario del cine, y la TVE de entonces estrenó dos espacios cinematográficos míticos, uno fue el “Qué grande es el cine” presentado por José Luis Garci y que estuvo una década la noche de los lunes en la 2. En el segundo canal también aparecía por verano un programa que llevaba por nombre “Cine de barrio” y que apostaba por unas películas poco emitidas que al parecer estaban a punto de caducar sus derechos. Se tuvo la idea de que fueran acompañadas por una presentación y se escogió a José Manuel Parada que quiso que el espacio fuera algo más que hablar tres minutos sobre la película y recordar ese cine que, según palabras de él, aunque no tuviera el beneplácito de la crítica, lo veíamos mientras quizá alguien nos decía que nos quería en la última fila de esos cines de barrio.  El programa contaba con invitados relacionados con el filme que se iba a ver, se echaba mano del archivo de TVE para recordar noticias del año de la producción y como no del NO-DO. El pianista Pablo Sebastian se encargaba de poner la guinda cantando la canción de la película o de algún invitado, etc. Antes de continuar, hay que concretar que el llamado cine de barrio de toda la vida no significaba películas españolas antiguas, a pesar de que la popularidad del programa ha hecho que las conozcamos así desde hace dos décadas. Solía haber dos proyecciones de reestreno, eran salas para nada lujosas, muchas veces el zotal y las pulgas eran un signo característico de estas, pero resultaban entrañables para toda una generación de gente humilde que llenaba las tardes de los sábados de alegría y que con el bocadillo en la mano veían la película, la magia del cine se hacía sentir en cada rostro y no había necesidad de beso...

No solo había programas dobles, también se reestrenaban grandes producciones, en mi barrio de Gracia de Barcelona había el Comedia (no confundir con el de Paseo de Gracia esquina Gran Vía) que cada verano proyectaba El mayor espectáculo del mundo, antes de la película se proyectaban cortos de Charlot, Jaimito, etc. Seguro que cada uno de ustedes tendrá un recuerdo del cine de barrio de su ciudad o pueblo. A finales de los 60 empezaron a cerrar por diversos motivos, ya fuera por el estado de higiene y conservación de la sala, por la competencia de la televisión, el boom turístico de la España del 600…Todos hemos visto Cinema Paradiso y ahí podemos ver lo que era un cine de estos.




 El espacio de José Manuel Parada apostaba únicamente por películas españolas y empezó con una película que pocos conocerán hoy en día titulada La chica del gato, al menos en la versión que se emitió ese día dirigida por el director barcelonés Ramón Quadreny, cuyo cine era simplemente para pasar el rato y cuya obra está bastante desfasada. Al plató fue invitada Josita Hernán, actriz popular por haber sido la primera "tonta del bote" antes de que Lina Morgan popularizara el papel, también intervino en este primer espacio Mary Carrillo. 

 Durante la primera semana se emitieron también El hereje de Francisco Borja que contó con José Guardiola (el cantante) y Julio Riscal, Posición avanzada de Pedro Lazaga y con Manolo Zarzo y Manuel Tejada de invitados, Navidades en junio de Tulio Demichelli acudiendo al plató Antonio Alvarado y María del Puig y finalmente un western Tierra de fuego de Jaime Jesús Balcázar con la presencia de Manolito Royo despidiendo la primera semana de “Cine de barrio”.




 Como podrán ver, no eran películas muy emitidas, incluso rarezas que a saber dónde estarán, salvo la de Lazaga que sí se ha vuelto a recuperar. Poco a poco el éxito del programa hizo que los directivos de TVE vieran una gallina de los huevos de oro y ya enseguida decidieron que en otoño pasara a la primera cadena para ocupar la segunda franja de la tarde de los sábados, la cual anteriormente se destinaba más al público infantil-juvenil. Este viaje al primer canal tendría sus inconvenientes ya que las cintas no podían ser tan desconocidas, sino más populares para el gran público, pues el espacio tenía que liderar la audiencia, así pues abundaron las cintas de Paco Martínez Soria, de Lina Morgan, de Manolo Escobar…Mención especial merece el tema de Joselito, que podríamos decir que fue su invitado fetiche y supuso una vuelta a la popularidad tras unos años oscuros del pequeño ruiseñor. La familiaridad con que José Manuel Parada presentaba el espacio, los personajes creados para este, la excelente documentación y sensibilidad hacia las películas y los que trabajaron en ellas hicieron que el espacio llegase a tener cuotas de audiencia hoy impensables del 40%. Por ejemplo, cada vez que había un fallecimiento había un especial hecho con bastante delicadeza, eran tiempos que en TVE no se miraba tanto el reloj y aun se notaba el sello de calidad de la tele pública. En el 2004 se anunció que José Manuel Parada dejaba el programa, se dice que fue a raíz de un vídeo algo subido de tono con Marujita Díaz, pero también es cierto que la dirección del ente empezaba a encontrar caro el programa, la llegada de Carmen Sevilla trajo otro tipo de programa, ya no era ese salón con el pianista, etc. 
El cambio que sufre la tele pública a mediados de la pasada década que lleva a bastantes despidos y jubilaciones de profesionales de toda la vida y a la eliminación de la publicidad pasó factura al programa. Para hacer la parrilla sin ya nada de publicidad, tenían que ocupar las cinco horas con la película de después del telediario más el cine de barrio, vieron que era demasiado tiempo y decidieron  programar dos telefilmes rutinarios y dejar el espacio pasadas ya las 19h y no hacia las 18h que era cuando empezaba antes, con lo cual se reducía drásticamente todo, ya era igual quien lo presentase, el problema era el cambio de formato y las prisas. 

A pesar de que Concha Velasco ha hecho lo que ha podido y ha tenido que superar problemas graves de salud, tampoco podía hacer milagros para levantar el programa que solía ser la tercera opción de las tardes, lejos de aquel liderazgo que tuvo y de ser objeto de parodias.  

Para colmo en más de una ocasión en el programa se reduce el tiempo de hablar del filme para hablar de algún director, actor, cantante que estrena película, programa, obra de teatro, disco, etc. A la falta de interés que suscita el espacio se une también la poca originalidad a la hora de programar las películas, las repeticiones cada vez son más frecuentes, a veces hasta se pone el filme dos veces en un año. Y en otro orden, también es cierto que tristemente cada vez queda menos gente del cine español de esos tiempos.A pesar de ellos ha habido buenos programas como el dedicado a Los Bravos con la proyección de Los chicos con las chicas que contó con el director Javier Aguirre recientemente desaparecido y el productor de la banda





 Desde la dirección de la cadena también demuestran poco interés quitando el programa cuando hay algún “evento” ya sea deportivo, musical, político, etc. En abril pasado se llegó al ridículo programando Don José, Pepe y Pepito no sé cuántas semanas, pero saltando de la programación por las interminables ruedas de prensa del Presidente del Gobierno para hablar de la pandemia y hasta se colaba en plena retransmisión de estas que se estaba ofreciendo la película 

La elección de Alaska en la página del Facebook del programa no ha sentado muy bien, hay bastante gente que pedía que fuera Lola Herrera la continuadora o incluso la vuelta de Parada, argumentan que ella poco pinta en el espacio, también aparecen quejas de que no se emite por TVE Internacional. Yo creo que podría ser una muy buena presentadora, pero ya digo que el problema no es quien salga a hablar, sino el tiempo que la cadena pública le quiera dar y qué pretende ahora con el espacio. Al parecer pocas novedades habrá, la propia Alaska ha anunciado que se verán también películas de los 80 y 90, pero eso es algo que ya ha pasado en la etapa de Concha Velasco. Esperemos que el espacio resurja y al menos el único cine de barrio que queda continúe abierto, aunque creo que este ya cerró hace años.

05/03/2020

La muerte de las grandes salas de cine

Hace unas semanas leí que cerraba el Palacio Balañá de Barcelona, uno de los cines más grandes que quedaba en la ciudad. La empresa del mismo nombre ha ido cerrando sus cines poco a poco, no hace mucho caía el Aribau de la Gran Vía y duro fue el cierre hace ya más tiempo del mítico Cine Urgel, con su desaparición (una sala que tenía 1800 butacas) moría una forma de ver cine.

La noticia ya no impacta, incluso me atrevo a decir que hasta pasa desapercibida. Ir al cine ya no es aquella ilusión de ir con bastante tiempo de antelación para hacer menos cola, ver las fotos, la carátula, pisar la catifa, que el acomodador te acompañara, una pantalla grande con una cortina, etc.

Hoy en día ya sabemos que hasta hay gente que ve cine por el móvil, incluso el DVD es otra víctima de los nuevos tiempos que no siempre son mejores. No pretendo con mis palabras pasar como un reaccionario o el abuelo Cebolleta nostálgico, pero el cine si era arte es porque tenia un componente que lo diferenciaba de otros: el social. Había el teatro, sí, pero era más caro a menos que fuese uno amateur, comparen precios.

En el mundo de hoy en día, movido por el dinero, la inmediatez y la falta de sensibilidad parece no tener espacio ya la sala de cine como conocemos, sino complejos de multisalas con párquing  y  restaurante de comida rápida al lado.Y probablemente en un futuro ya ni eso, cada vez se va más a las plataformas por internet y lo que estas ofrezcan. Es el triste final del cine que únicamente si siguen habiendo películas de calidad podrá ser considerado arte y no un producto de consumo como está sucediendo cada vez más





El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...