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09/09/2022

Centenario de Vittorio Gassman




El pasado 1 de septiembre hubiese cumplido 100 años uno de los más grandes del cine y de la escena, hablo de Vittorio Gassman (1922-2000). Pocos lo han recordado debido a la carencia de visionado de cine europeo clásico. Los dos espacios estrella de las televisiones convencionales, tanto el "Días de Cine Clásico" como el "Classics" suelen emitir cine estadounidense, atrás quedan esos años donde era habitual la programación de películas italianas, las cuales funcionaban bien en un país como el nuestro con tantas similitudes. 

Gassman tuvo una etapa en Hollywood que con el paso del tiempo ha quedado aun más extraña, su atractivo físico unido a un personaje que confeccionaba como nadie, combinación de diabólico, canalla y vividor en aquellos dramas como Ana o Arroz amargo hizo pensar a la Metro y ofrecerle un contrato del que nunca se sintió a gusto por la obsesión de querer convertirle únicamente en un "latín lover". Ello, unido a su matrimonio con Shelley Winters, le dio, no obstante, cierta popularidad que no acababa de tener ya que estaba relegado a papeles secundarios en su país.


Pero la mayoría de estos títulos no hay manera de verlos, a veces sí se ha podido ver Rapsodia de Charles Vidor, melodrama con piano y violín de por medio que interpretara con Liz Taylor o la extraña Mambo de Robert Rossen con Silvana Mangano. Entre estas. quizá la más popular fuese una italiana dirigida por un americano La mujer más guapa del mundo con Gina Lollobrigida y él de príncipe ruso dirigidos por Robert Z. Leonard, también aquí con mucha música, en este caso ópera, y un papel que a pesar de cogerlo con disgusto, le daba todo lo que podía.


 Luego vendría el Guerra y Paz de Vidor y su papel de malo encarnando el personaje de Anatol Kuragin.


A su compleja personalidad solía presentársele una horrible depresión y necesitaba a menudo ser vitoreado para volver en sí, le hacía volver a su Italia, tras algún proyecto personal como dirigir la vida del actor Edmund Kean. 

El éxito de Rufufú en 1958 sería clave para iniciar otra etapa en la que iría combinando grandes películas con otras más bien mediocres, pero que contando con él mejor sería buscar otro epíteto. Y es que grandes fueron La gran guerra, La letra, El estafador, Fantasmas de Roma, La escapada, La marcha sobre Roma, El éxito, Monstruos de hoy, Un italiano en la Argentina... Y entre los directores, quizá entre Monicelli, Risi y Scola fueron los que más supieron sacar partido de un actor que decía 
 detestar el cine.

   

 Precisamente Risi le diera su papel más recordado inaugurando otra etapa en Perfume de mujer y Scola con sus magníficas La terraza, La familia o La cena. Y de tanto en tanto seguía asomándose por el cine estadounidense, ya fuese para televisión o en algún que otro éxito como Sleepers.

 Por otra parte, su perfecto dominio del castellano le llevó a elaborar ese mayordomo de El largo invierno de Jaime Camino o leyendo "El matador" de Alberti.

 

Es imposible resumir toda la carrera de Gassman en un post de un blog de internet, simplemente me he atrevido a dar unos trazos de su carrera cinematográfica, ya que en teatro tiene una y bien dilatada, aparte que era su verdadera pasión, también escribió y en definitiva un personaje que llevaba la cultura encima. 

Como película y ya quedándome pocas líneas, recomendaré La Armada Brancaleone, que espero en otra ocasión hablar más de ella, de Mario Monnicelli de 1966, satírica comedia ambientada en la Edad Media, una época que por aquellas fechas estaba siendo llevada de distintas maneras, por una parte la visión filosófica bergmaniana, la romántica con mucho colorido e igualmente inolvidable del Hollywood clásico, pero que ya empezaba a decaer y desgastarse, tenemos una buena prueba en El señor de la guerra de Schafner que rompía con el tono familiar dado. Pero faltaba una comedia, y aunque el recordado crítico José Luis Guarner citaba Los cien caballeros, donde fue guionista, como la precursora de esta, nunca la he acabado de ver como una parodia, a pesar de ciertos toques.  

  La armada Brancaleone que hay que ver en versión original, fue prohibida en España y no llegó hasta mediados de los 80. 

Y es que dejaba mal parados a todos, tenemos un retrato de una religión ficticia y fanática, el antijudaísmo, doncellas para nada puras y angelicales como nos las retrataban, caballeros nada dignos… El que interpreta Gassman fue el preferido de su carrera, más de un crítico lo ha comparado con Don Quijote, aunque no estoy muy de acuerdo, si bien es cierto que puede recordar en las formas, pero no en el fondo, también con el Simplicissimus de von Grimmeldhausen. De lo que estoy seguro es que verán una gran actuación, se reirán y de paso a todos aquellos que no conozcan nada o poco de Gassman ni de Monicelli entrarles en la curiosidad de revisar las filmografías.

01/07/2022

La escapada (1962) del tímido Jean Lous Trintignant

 



El pasado 17 de junio fallecía el actor Jean Louis Trintignant a los 91 años, no repasaré su carrera cinematográfica, pero sí una de sus primeras películas con las que alcanzó no ya solo popularidad, sino un reconocimiento artístico, estoy hablando de La escapada (1962) de Dino Risi. Por cierto, hace dos meses también fallecía su protagonista Catherine Spaak, así pues, sirva de homenaje este post.

La escapada en nuestro país fue un gran éxito. En Barcelona, por ejemplo, estuvo 26 semanas seguidas en el desaparecido Cine Diagonal de Barcelona. Para muchos suponía un canto a la vida, en el personaje de Trintignant muchos veían reflejada esa represión a todos los niveles y enmarcada en unas coordenadas temporales muy determinadas. El personaje de Gassman suponía lo contrario, pero la habilidad del guion entre cuyos autores estaba Ettore Scola perfilaba también otro ser infeliz a pesar de la apariencias. Ese viaje en ese Ferragosto (15 de agosto) no dejaba de ser una “escapada” de lo que la vida deparaba en ambos.


Hablando de esta película, y viendo algún que otro comentario, se incide mucho en el final que tiene, el cual no desvelaré por si alguien no la ha visto. Los hay que lo ven con moralina, no creo que fuera esa la intención principal y más siendo una producción italiana y francesa, las comedias italianas no tenían que sufrir tanto el tema de la censura y tenían más libertad para mostrar explícitamente sus mensajes. 

El comienzo de la película no puede ser más brillante, un Gassman al que vemos conduciendo un coche en una Roma desierta, su rostro se refleja en el retrovisor, necesita realizar una llamada (¡qué tiempos en los que el móvil no existía!), no encuentra a nadie hasta que por fin ve una ventana abierta, ahí está Trintignant preparando sus exámenes con su timidez y cara de buen chico,  se ha de conformar con un amor platónico observando a la vecina por la ventana. Le pide Gassman que le llame por él, pero le deja entrar sin pensar quién podría ser ese desconocido. Le convence para que deje esos libros por un día y le acompañe a vivir la vida, ve en Gassman todo lo contario a él y su inseguridad le lleva a acompañarle. Durante el trayecto, a través de una voz en off, refleja lo que siente y sus ganas de querer ser como él.

La evolución del personaje de Gassman nos lleva a comprender que él es un fracasado, que aquella alegría no deja de ser un ropaje con el que ocultar sus miserias, y que también huye de sí mismo. Por tanto estamos ante dos personajes antagónicos, pero que no han sabido encontrar su lugar. Durante todo ese trayecto, veremos todo tipo de situaciones, cierto neorrealismo también del que Risi había mostrado ya, pero que la crítica no había valorado y lo tildaba de rosa en comparación con el que mostraba De Sica. Seguramente más de un espectador en su primer visionado vio en La escapada una comedia divertida, con una banda sonora repleta de canciones del momento, quizá oirían a García Lorca por primera vez y saldría del cine algo pensativo. Ver esta película no dejaba de ser una escapada particular de la vida de cada uno en medio de una sociedad sin apenas valores que oculta como puede todo lo negativo. Por tanto, complicado huir de esta si vas mucho más allá.

Dino Risi comentaba sobre el actor francés lo siguiente: “fue escogido de milagro, el sábado no teníamos a nadie y comenzábamos a rodar el lunes, había pensado en todo el mundo y le había descartado incluso a él porque le había visto interpretar a un asesino y no me parecía adecuado para La escapada. Pero su agente insistió mucho para que le conociera en persona por si me daba otra impresión, él estaba en París, lo vi tímido y adaptado al personaje. Contaré un secreto, antes de decidirme por él, ya había rodado dos escenas suyas con un doble, cuando se ve al personaje al principio de la película no es él. Tampoco en una de las escenas del coche con Gassman. Como ya tenía este material rodado, deseaba que el papel fuera para un rubio porque el doble era así”

Curiosamente, la vida de Trintignant tiene algún paralelismo con su personaje, también estudiaba Derecho, pero huyó al cine, se sentía sin talento. En 1957, Vadim lo contrata para Y Dios creó a la mujer, no aguantó la presión que le situaban en pleno romance con Brigitte Bardot y entonces vio en el ejército un "sorpasso". A pesar de trabajar con grandes directores, no se sentía muy satisfecho con su carrera y llegó a decir que es mejor dejar olvidados 100 títulos.


Y tal como decía al comienzo, falleció también Catherine Spaak, aunque a muchos ya ni les sonará el nombre, en su momento hasta puso de moda su peinado: corte largo y recto con flequillo. Dulces engaños de Alberto Lattuada fue su primer papel famoso, había aparecido sin acreditar dos años antes en la mítica La evasión de Jacques Becker. Con Damiano Damiani trabajó en La noia con Bette Davis. En La armada Brancaleone volvió a compartir cartel con Gassman, su fama la llevó a Hollywood donde Richard Quine la dirigió en Intriga en el Gran Hotel, sin embargo quiso volver a Europa. Mario Camus le dio el papel protagonista en Los pájaros de Baden Baden. Descansen en paz.

14/08/2020

La Escapada (1962) de Dino Risi

 

Llega el puente de agosto y uno siempre recuerda la imagen de la ciudad que se vacía, la llegada de unos días que parecen un oasis (siempre, claro está, para quien tenga suerte de poder aprovecharlo) e intentar llevar al máximo ese “carpe diem”, pues el tiempo ya nos marca pronto ese dichoso septiembre, por eso convenía hacer una escapada. Precisamente esa era el título del mítico filme de Dino Risi, en italiano "Il sorpasso". que se traduciría por adelantamiento (título que se puso de moda no hace mucho cuando se hablaba de cambios electorales)

La historia de un juerguista caradura (Vittorio Gassman) que casualmente encuentra a un estudiante (Jean Louis Tringtinant) que viene a representar todo lo contrario que él, pero al que logra convencer de pasar el día de vacaciones y hacer esta road movie. Dino Risi, su director, era uno de los padres de la denominada comedia italiana, pero siempre tuvo que conformarse con estar debajo de algún pedestal de otros realizadores más célebres según la crítica. Incluso su reconocimiento no llegó al principio de su carrera, sino que se dio cuando en sus películas comenzó a haber algún elemento dramático o especialmente pesimista, característica que acabo siendo básica en su filmografía desde mediados de los 60. Aquí participaba en el guion otro maestro, Ettore Scola.

La comedia italiana que Risi y otros tantos hicieron no dejaba de ser también un neorrealismo, pero echándole unas sonrisas. A cierta crítica no le gustaba nada esto, una de sus películas más divertidas y brillantes Sabela (1957) que ganó el Festival de San Sebastián fue recibida con silbidos en vez de con aplausos pues no se estaba de acuerdo con el veredicto.

La Escapada se estrenó con bastante éxito en España, a pesar de que la censura la veía algo peligrosa. En Barcelona, por ejemplo, estuvo 27 semanas seguidas en el Cine Diagonal y diez años después el mismo cine la volvió a programar. Ya más tarde, en el 88 hubo otra reposición, aunque en otro cine.

Muchos vieron el retrato aperturista de una época ya que el estudiante venía a ser quien había estado reprimido por la moral imperante, cierto que lo que veíamos era Italia, pero no podíamos dejar de pensar en España... Gassman, en cambio, era el juerguista, caradura, capaz de burlarse de todo y no tener piedad ni con la gente más humilde, por cierto recita la canción de "La casada infiel" de Lorca, se duerme con Antonioni y no para de tocar esa bocina que más de un nostálgico recordará de esa Radio Juventud en sus promos, un personaje totalmente sin ningún límite, norma y ética, un desahogo ante tantas prohibiciones llevado al más puro extremo, por eso más de uno se identificaría con él.. Probablemente sea su personaje mejor construido, incluso por encima del que hizo con el mismo director en Perfume de mujer.

 La escapada  ofrece varias lecturas una vez vista. Más de un censor de la época vería ejemplar cierto desenlace, aunque se le podía dar la vuelta también. Ya saben que una de las preguntas que hace Gasmman al tímido estudiante es si dos naves en el espacio chocan, ¿ cuál es la que paga?…

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...