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18/08/2023

La secuela de Tiburón

 



Nunca segundas partes fueron buenas, con los años la frase se ha vuelto más tópica debido a la constante irrupción de sagas, algunas incluso mejoran los precedentes, véase Misión Imposible cuya primera entrega siempre me ha parecido más floja que las restantes. Pero antes de todo esto, era normal que los productores quisieran estirar la cuerda de cualquier éxito sin tampoco cuestionarse mucho la calidad del producto resultante, aquí ya hemos hablado de verdaderos desastres como la secuela de Grease o de Fiebre del sábado noche.

Tiburón (1975), sin embargo, no tuvo una mala secuela en 1978, tampoco es que fuera ninguna maravilla, pero su nivel era más que aceptable, quizá por culpa de la tercera y cuarta entrega, además de las apócrifas. Esta quedó algo marcad por ello  y olvidada con el tiempo, se la rescató cuando salió en DVD y ahora ciertas cadenas como la Trece la están recuperando. No hace muchos días se informó de la muerte de Marc Gilpin que hacía de hijo de Roy Scheider aquí. Siendo un actor con corta carrera, llamaba la atención la repercusión de la noticia, incluso en redes más de un cinéfilo lo sintió. Con esto se deduce que no dejó mal sabor de boca en su momento.


El actor contaba que cuando estaban filmando una de las escenas en la balsa improvisada de yates naufragados, un tiburón martillo real los estaba rodeando, los actores comenzaron a gritar, pero el equipo de producción, que estaba filmando esa escena desde la distancia, no se dio cuenta del peligro y pensó que estaban actuando y de forma bastante real, por cierto.

La película tuvo su éxito, se comercializó bajo el lema de “Justo cuando pensabas que era seguro volver al agua”, sin embargo su enfoque estaba más dirigido al púbico adolescente, las reminiscencias literarias del filme de Spielberg aquí desaparecían. La acción se situaba cuatro años después  que un gran tiburón blanco aterrorizara el pequeño pueblo costero de Amity, el alcalde quería atraer de nuevo al turismo, pero dos submarinistas que  exploraban la zona donde había aparecido el peligroso escualo son encontrados devorados Su desaparición alerta a Brody, es verano y al pueblo están llegando muchos veraneantes. Mientras tanto, un grupo de chicos, entre los que están los hijos de Brody, van de excursión a una península cercana.

 

 En un principio el director propuesto fue John D. Hancock, pero tuvo numerosos problemas con la Universal, a esto se añadió un conflicto con el productor Richard D. Zanuck que no le gustaba que en el guion tuviera tanto protagonismo la mujer de Brody (Roy Scheider) interpretada por Lorraine Gary. Al final, se puso detrás de las cámaras Jeannot Szwarc, un director televisivo que no tuvo mucha suerte en la pantalla grande con desastres comerciales como Supergirl o Santa Claus, el film.

Ver Tiburón 2 supone toda una sorpresa, y más si se ve con prejuicios de que es una mala película, no lo es en absoluto, tiene garra, fuerza narrativa, los sustos sorprenden y el problema antes mencionado de darle más protagonismo a la actriz está muy bien resulto ya que aporta una dosis de dramatismo bien dosificada. A ello se añade que en el apartado musical se conto nuevamente con John Williams y sus notas están aprovechadas al máximo. Lo único que sucede es lo anteriormente dicho, la falta de recursos literarios, algo que este tipo de cine iría acusando más en los 80, dando más protagonismo a la estética del videojuego y pensando especialmente en un público joven.

En España funcionó perfectamente, se estrenó en noviembre de 1978 y contó con 2.941.287 espectadores.


29/06/2023

La comedia sexual de una noche de verano (1982)

 



Ahora que Woody Allen acaba de rodar la que probablemente sea su última película Coup de chance, miro con más entusiasmo, si cabe, su notable filmografía y ya que hemos empezado el verano me paro en La comedia sexual de una noche de verano (1982).

Pertenece este título a aquellos considerados como “menores”, en su momento la crítica la recibió mal, en el Festival de Venecia decepcionó, luego se mitigaron aquellos comentarios, pero el film no acostumbraba a se citado cuando se habla de él.

Sus enemigos siempre han dicho que se pasó la vida haciendo la misma película y no les falta algo de razón, pero el mérito estaba en conseguir que cada título se viera como diferente, con un atractivo particular para cada uno, fórmula que por otra parte utilizaba sabiamente Rohmer, nombre que no suele citarse entre las influencias del director neoyorquino, pero cuyo cine guardaba bastantes coincidencias.

La comedia sexual de una noche de verano se ambientaba a comienzos del siglo XX. Tres parejas se reúnen para pasar un fin de semana en el campo: la primera compuesta por un financiero de Wall Street (Woody Allen) que ha creado un invento para ver el más allá  y su mujer (Mary Steenburgen), que atraviesa un problema de insatisfacción sexual; un profesor de filosofía (José Ferrer) que solo cree en la razón y su joven prometida, una librepensadora (Mia Farrow); y la última, formada por un médico mujeriego (Tony Roberts) y su enfermera entendida en cuestiones de sexo (Julie Hagerty). Durante esos días alejados de la urbe saldrán recuerdos e infidelidades.

Bien, como verán, ninguna novedad aparente, pero sí que las había. Ya por empezar es la primera que Allen rodaba con Farrow, las comparaciones con Diane Keaton siempre fueron odiosas aquel año, tanto el director como ella supieron hacer frente a estas y olvidándonos de cómo acabó todo, fueron una de las grandes parejas del cine y eso se materializa en la cantidad de excelentes películas que rodaron juntos.

Por otra parte, Allen abandonaba su amado Nueva York para irse al “odiado” campo, pese a que nunca le ha gustado, conseguía toda una oda a este, bien es cierto que la formidable fotografía de Gordon Willis contribuía a ello. La luz se presentaba suave, sin un sol ardiente, más bien ya próxima al otoño. A ello le acompaña la música de Mendelssohn, aquí Allen abandonaba el jazz y entre otras utilizaba El sueño de una noche de verano basada en la obra de Shakespeare homónima más otros conciertos suyos.

En aspectos de producción era la primera que rodaba para la Orion Pictures tras no llegar a un acuerdo con la United Artists y retomaba de nuevo rodar en color ya que en las dos anteriores había utilizado el blanco y negro.

En 1982,  Allen ya estaba bastante asentado como gran director, pero aun le faltaban películas para ser considerado un clásico, cada estreno de él provocaba altas expectativas, quizá por ello esta Comedia sexual de una noche de verano decepcionara, las críticas más severas hablaban de superficialidad y gratuidad para resolver las neurosis de las tres parejas, aparte de encontrar ridículo el desenlace. Sin embargo, había unanimidad a la hora de hablar de la técnica que más tarde el director  dejaría algo de lado con su cámara en movimiento y como decía Carlos Pumares siempre incapaz de hacer por gandulería el plano/contraplano.

También se acusaba bastante de sufrir una "bergmanitis", la película estaba claramente inspirada en Sonrisas de una noche de verano de Ingmar Bergman y ésta a la vez influida por la obra de Shakespeare de El sueño de una noche de verano, de ahí la música antes citada. Cuando Allen consiguió contra todo pronóstico ser el gran triunfador en 1977 con Annie Hall, sorprendió al año siguiente con Interiores, un drama intimista trágico al estilo de los del director sueco. Luego volvió a su cauce maravillando a crítica y público con Manhattan, incluso que la gente aceptara aquel blanco y negro maravilloso, pero luego volvió a una obra personal, Recuerdos, donde remitía a otro de sus ídolos Federico Fellini y Allen hasta conseguía mofarse de sí mismo y hasta de quienes lo alababan. En su momento muchos no captaron esa ironía y esperaban que el siguiente filme volviera a ser como un Manhattan.

No fue así, y el nivel de La comedia sexual… no es el de Manhattan, pero no es ni mucho menos una película fallida, incluso estaría en mi opinión entre la lista de sus películas notables. Quizá, empezando por lo negativo, no utiliza demasiadas frases intelectuales de las suyas, opta por medirse y a la vez suaviza la acción sin por ello renunciar a sus temas. Es por ello que quien no aguante su cine y sus neuras le recomendaría que la viese ya que creo que la podrá aguantar bastante bien.

La comedia es agradable y más en estas noches de calor, al director le interesa reflejar ese ambiente bucólico, utiliza la magia de esas noches veraniegas con cierto aire melancólico para intentar creer en ese mundo que la racionalidad niega, quizá sea uno de los Allens con más fe de toda su filmografía, aunque aquí no se cita la religión salvo en una escena, más bien busca la reflexión sobre el existencialismo.

Aunque la película sea una comedia, no tiene tampoco momentos cómicos, aunque sí algunos tics, por ejemplo la aparición primera de Allen con su invento del pájaro volador y que se estrella fuera de plano nos remite a El dormilón. También utiliza la contraposición de personajes como el del profesor mientras canta y la mujer de Allen en la otra habitación intentando tener una relación sexual, algo que no consigue, aunque Allen defiende que no ha sido una guarrada porque ni siquiera se ha sacado la ropa.

 El personaje de José Ferrer sería el más interesante, una especie del Gunnar Björnstrand bergmaniano. Allen no tiene mucha piedad con él ya que sus ideas son puestas en cuarentena, algún día sería interesante recopilar todos los filósofos que han aparecido en sus películas y comprobar el tratamiento dado

Por otra parte, tenemos a un habitual en el cine de Allen, Tony Roberts que cumple a la perfección, luego sería Alan Alda quien haría este tipo de papeles, su pareja es Julie Hagerty, la protagonista de Aterriza como puedas, una de las comedias preferidas de Allen. Me gusta su actuación y me pregunto por qué no pudo hacer más comedias de calidad. Y sobre la primera aparición de Farrow, sin ser un papel para lucirse, cumple bastante bien, hay más química con él que con Mary Steenburgen, algo fría, aunque el guion está pensado así expresamente.

Les recomiendo su (re)visión y más si tuvieron en su momento algún reparo con ella, si pueden compleméntela con Sonrisas de una noche de verano y con la obra de Shakespeare, aunque sea una referencia vaga. La pueden ver en Filmin y está editada en DVD, aunque descatalogada a día de hoy.

05/08/2022

Especial de agosto: Vacaciones escuchando la música de Avanti (1972)

 



Tedioso agosto de temperaturas altas tanto en la calle como en las tiendas, pesimismo en cualquier conversación y en líneas generales hartazgo de casi todo... Suerte tenemos, y no somos plenamente conscientes de ello, de ser cinéfilos y aplicar esa “vida de repuesto” que tan bien describía José Luis Garci en una entrevista. Al no hacer vacaciones, cuando me preguntaban a dónde iba, respondía que estaría unos días con Monsieur Hulot contemplando aquel mar de Saint-Marc-sur-Mer que esos niños descubrían de repente en uno de los primeros planos, quizá visitaría de nuevo el Innisfree de El hombre tranquilo de John Ford porque un pueblo donde se unen fuerzas y tanto aplauden al cura católico como al protestante sería lo más cercano al paraíso, y también marcharía a Ischia de la mano de Billy Wilder en Avanti . Seguro que me tomarían por más chiflado de lo que estoy, pero desconectaría de ese mundo tan cansino que aparece en nuestras conversaciones, algo que sigue siendo el principal objetivo de cuando uno marcha, al menos así era... 

 ¿Qué ocurrió entre mi padre y tu madre? (1972) fue el vulgar título que en España se puso a Avanti, yo la descubrí por televisión y aun recuerdo el comentario que aparecía en un diario: “El peor Wilder sigue siendo una gran película”, han pasado ya años de aquel pase y con el tiempo se ha ido reivindicando, recurro de nuevo a Garci que la citaba con frecuencia en Qué grande es el cine, en la 2 entonces, y la calificaba de obra maestra, lástima que no la emitiera nunca si no me falla la memoria. También el crítico Edmond Orts en su libro de Cien películas inolvidables la califica de obra maestra y aconseja que cuando la veamos, nadie nos moleste para nada. 

Avanti cuenta las andanzas de Wendell Armbruster (Jack Lemmon), un hombre de negocios casado americano que se ve obligado a viajar a Italia, donde su padre ha muerto en un accidente de coche. Ahí se entera de que su padre tenía una amante, que lo acompañaba en el momento del accidente. Conoce a la hija de la amante de la que se enamora y reproducirán los “pecados” que cometían cada año entre el 15 de julio y el 15 de agosto por esas tierras. 

Aunque la película en España funcionó bien, contó con casi un millón y medio de espectadores, es cierto que Wilder estaba menospreciado en EEUU y sus películas no contaban con tan buenas críticas como antaño desde el Bésame, tonto (1964) y es que no gustaba por ahí que se reflejara esa doble moral de forma tan explícita. A pesar de ello, consideraba Avanti como blanda y que por ello en EEUU no había tenido el éxito esperado, le daba la vuelta a la tortilla y de forma irónica le contaba a Cameron Crowe en Conversaciones con Billy Wilder que la versión que tenia en la cabeza era que el padre de él fuera homosexual y tuviese un botones a su lado en el momento del accidente. 

 A pesar de minusvalorar su trabajo como suelen hacer los genios, Wilder ofrecía un retrato ácido sobre las medias verdades, las costumbres estadounidenses enfrentadas con las europeas, la burocracia, una visión caricaturesca de Italia que siempre le ha gustado reírse de sí misma…El argumento partía de una obra de Samuel Taylor, el mismo de Sabrina, y cuenta con una serie de personajes secundarios espléndidos como el director del hotel (Clive Revill), el enterrador (Pippo Franco) del que suelta que siempre está ocupado porque conoce a todas las viudas, el empleado deportado, el diplomático estadounidense (Edward Andrews) con sus aires de grandeza…

 Durante las dos horas y cuarto, también se despliega cierta melancolía aderezada por las canciones que van apareciendo como la mítica “Senza Fine” de Gino Paoli. Ciertas normas no escritas dicen que en verano tenemos que ser más ligeros en nuestros artículos y creo que al final he hecho un post largo, así que concluyo recomendando que se vayan de vacaciones viendo Avanti, y que escuchen sus canciones, muchas no son las originales que salen, pero creo que les gustará. Hasta la semana que viene

 'Cuore ´Ngrato'  Cordiferro Y Cardillo:
   

 'Un Óra Sola Ti Vorrei' Bertini Y Marchetti  

 'Palcoscenio'  E. Bonagura, A. Giannini Y S. Bruni  

 'La Luna'  Don Backy Y Detto Mariano: En la película suena instrumentalmente solo, esta versión que es la única que he encontrado del tema está cantada por Milva  

 'A Taza E´ Caffe'  G. Capaldo Y V. Fassone Esta napolitana también solo suena instrumentalmente en la película, la versión aquí ofrecida está cantada por Gabriele Vanorio  

 Y como no la gran "Senza Fine" cantada por Gino Paoli:  

 Y aquí una suite con los temas más la música añadida y arreglos de Carlo Rustichelli :  

 Y si quieren escuchar la banda sonora entera, en youtube está puesta:

24/06/2022

El sueño de una noche de verano (1935)

 





Empieza el verano y para rendirle pleitesía nos vamos a Shakespeare y la adaptación cinematográfica de 1935. Fue la única película de Hollywood del legendario director de escena Max Reinhardt que declaraba que el autor de Hamlet necesitaba el cine para conseguir todo su valor ya que permitía realizar visualmente todo lo que no había hecho más que sugerir. Es fiel a la obra estrenada en 1595 en Londres, salvo en lo de acortar algún que otro diálogo.

Para prepararla fue necesario dividir la producción en tres grandes secciones: la dramática, la coreográfica y la técnica. La división coreográfica bajo la dirección de Nijinska y Tina Theilade dedicó muchas semanas a los ensayos. «El nocturno» merece especial atención, magnífico ejemplo de pantomima artística en la belleza de sus imágenes y el mensaje que encierra.


La dirección dramática comenzó con la lectura de la obra, llevada a cabo mediante los mimos métodos
que generalmente se usan en las presentaciones teatrales, pero ofreciendo una gran diferencia, que estriba en que Reinhardt supervisó la recitación de cada uno de los versos, hasta haber obtenido la entonación deseada, una clara dicción y acentuación dramática que él consideraba apropiada a cada expresión. Parece ser que estos ensayos resultaron infernales para algunos actores que ni siquiera dormían para llegar a tener lo exigido.

Viendo hoy la película, se echa en falta que no fuese en color, sé que decir esto puede molestar a más de uno. Probablemente, que una película tan pictórica sea en blanco y negro la ha llevado al olvido, de la misma manera que resultaría inimaginable ver Un americano en París de esta manera, pues así me pasa con esta. De todas maneras el blanco y negro resultante es exquisito también, aunque costó lo suyo. Según la autobiografía de Hal B. Wallis, cuando el bosque que diseñó Reinhardt no se podía iluminar de manera efectiva, Hal Mohr, que ganó el Oscar por la fotografía, aclaró los árboles, los roció con pintura de aluminio y los cubrió con telarañas y diminutas partículas de metal que reflejaban la luz.

Reinhardt al no hablar inglés, pidió a su amigo William Dieterle que le hiciera de intérprete y la codirigiera. El director de teatro se tuvo que ausentar una semana debido a una denuncia de una compañía francesa teatral que lo acusaba de incumplimiento de contrato, finalmente se resolvió el problema, por eso no hay que buscar mucho en qué parte dirigió uno y cuál otro.


La obra narra como el duque Teseo ultima los preparativos de la boda de su hija Hipólita, al tiempo que aconseja a Egeo para que dé el visto bueno al matrimonio entre su hija Hermia y Demetrio. Lo que Egeo ignora es que Hermia está enamorada de Lisandra, y que la que está loca por Demetrio es Helena. En medio de tan curiosos enredos sentimentales, pululan las hadas y los duendes del bosque como Puck, que es el encargado de mezclar pociones mágicas que sirven para enamorar a los seres humanos.

Supuso el debut cinematográfico de Olivia de Havilland que tuvo que aguantar que un error la presentara como Oliva, entre el reparto bastante curioso unos jóvenes James Cagney, Dick Powell (que no le gustó nada su interpretación y pidió que lo eliminaran), Joe E. Brown o un Mickey Rooney que se rompió la pierna en medio del rodaje y provocó más de un quebradero de cabeza para disimularlo.

Para la música, el compositor Erich Wolfgang Korngold fue elegido personalmente por Max Reinhardt . Ambos acordaron desde el principio de la producción utilizar la música incidental original escrita por Félix Mendelssohn., como banda sonora de la película. (Reinhardt había realizado una espléndida producción teatral de la obra en el Hollywood Bowl y había utilizado su música. Esa producción inspiró a Warner Bros. a hacer esta versión cinematográfica). Como la película dura dos horas, era obvio que la composición de Mendelssohn sería demasiado corta. En lugar de simplemente repetir varias pistas musicales para ajustarse a la duración final de la película, Korngold adaptó la música incidental y partes de algunas otras composiciones de Mendelssohn, las volvió a orquestar para una orquesta y un coro más grandes y compuso algunos puentes musicales cortos por sí mismo. Así creó una partitura sinfónica completa para la película basada en la música de Mendelssohn. ¡Qué tiempos aquello en los que se prestaba tanta importancia a la música en el cine!

Recomiendo verla, ya que a pesar de lo dicho sobre el color, es la que mejor nos adentra en ese mundo shakesperiano. En DVD la pueden encontrar aun en algún sitio, en plataformas no me consta que esté, por lo que guárdenla bien. Películas como esta ya las vamos conociendo pocos.

02/09/2021

September, el Allen más pesimista

 

Carátula de September. FilmAffinity

Se acabó el agosto y llega septiembre, un mes tan odiado como amado, para muchos el inicio del año después de coger fuerzas. En cambio, otros comenzarán más fatigados y bastantes ni empezarán ni finalizarán nada .

Pensando en las incertidumbres que tal giro del calendario produce, me ha venido a la cabeza aquella película de Woody Allen que la tituló simplemente September y que es de las menos recordadas de él. Nos vamos a 1987, el director ya se había consagrado lo suficiente y estaba en una etapa creativa fuerte: La rosa púrpura de El Cairo, Hannah y sus hermanas, Días de radio…De pronto vino con esta película que desconcertó algo a sus seguidores, era algo así como cuando rodó aquellos Interiores en 1978 y que rompían absolutamente toda relación con la comedia.

Pero el director sabía que no podía tropezar dos veces con la misma piedra y a pesar de que September tiene muchos puntos en contacto con aquella, definía a la prensa su nuevo trabajo como “mucho menos cerebral y más cálido que Interiores, pero no tan amable como Hannah y sus hermanas”.

Fuente: Amazon

Esta vuelta a lo bergmaniano estaba envuelta también del teatro de Chejov del que Allen ya se había fijado vagamente en Hannah y sus hermanas con Las tres hermanas, aquí fija su mirada en La gaviota. La película era bien simple, solo seis personajes más los que aparecen para comprar esa casa de campo en la que no vemos ni un solo exterior, incluso todas las cortinas están echadas. Rodaba, pues, una especie de pequeña pieza de cámara con su toque particular.

No quedó nada contento al acabar el rodaje y resulta que comenzó de nuevo, un lujo que ya se lo podía permitir, incluso cambió a varios actores: Maureen O ‘Sullivan (la madre de Mia Farrow en la vida real) era sustituida por Elaine Stricht, Denholm Elliot cambiaba el rol asignado y pasaba a ser el vecino que había encarnado Charles Durning, Sam Waterston sustituía a Sam Sephard que a la vez había reemplazado a Christopher Walken.

El director justificaba tales cambios al considerar que la película le había salido lenta, con diálogos aburridos y que la tensión solo aparecía al final. Pero tampoco quedó contento con esta versión y más de una vez declaró que la tenía que haber rodado una tercera vez.

 La comedia sexual de una noche de verano (1980)
FilmAffinity

Hay quien dice que Allen realiza la misma película siempre, yo matizaría que siempre expone el mismo fondo, aunque va variando la forma. Esta casa de campo ya no es la bucólica y soleada de La comedia sexual de una noche de verano de siete años antes, el director incluso aprovecha una tormenta para dejarles sin luz y resaltar aun más esas vidas sin norte, en September abunda el pesimismo, todos los personajes son fracasados.

Tampoco estamos en un apartamento de Nueva York y viendo sus calles, todo el metraje está acompañado de cantares de pajaritos, grillos, etc. algo artificiosos, pero que le dan ese toque de redundar en el intimismo. El piano y esas melodías maravillosas acompañan esos escasos 79 minutos de metraje en que no le faltan escenas brillantes como cuando esos compradores de la casa descubren a los personajes de Dianne Wiest y Sam Waterson besándose o esos diálogos irónicos como el que le lanza Denholm Elliot al fracasado escritor de que su obra es como la "Enciclopedia británica".

Los diálogos, sin embargo, no son lo densos que en un principio pudiera parecer,  es un filme bastante accesible y no reservado únicamente a seguidores del cine de arte y ensayo, incluso hasta podría gustar a quien se siente alejado de su obra. En el argumento toma prestada la famosa y trágica historia de la hija de Lana Turner, tema que también sería utilizado poco tiempo después por Pedro Almodóvar en Tacones lejanos.

La dirección de actores es excelente, aunque el personaje del escritor no acaba de encontrar su lugar, quizá por ello utilizó hasta tres actores para este. El mejor momento es el diálogo que tiene con Jack Warden sobre el sentido de la vida, le pregunta si hay algo más terrible que la destrucción del planeta, este le responde que sí, saber que no importa y que todo está hecho al azar, que se origina en la nada y desaparece para siempre, y que encima le pagan por probarlo.

Carátula (FilmAffinity)

El personaje de la madre encarnado por Elaine Stritch es el que más protagonismo tiene, ingeniosamente la cámara enfoca sus fotos antiguas entre botellas de alcohol, en una de las mejores escenas se mira ante el espejo reflexionando sobre la vejez y lo dura que es, sobre todo cuando se siente una con veinte años. El personaje de la hija encarnado excelentemente por Mia Farrow es uno de los más pesimistas que se hayan visto, totalmente falto de confianza, lleva encima la carga de lo que cometió en el pasado, hay un momento en que la madre le dice que viste como una refugiada polaca.

 Su contrapunto es el que interpreta Dianne Wiest, indecisa e insatisfecha sin saber tampoco cómo moverse en la vida. Tenemos también al gran actor Denholm Elliot que creo que está bastante desaprovechado como un jubilado profesor de francés, también con una visión amarga de la vida. Son pues, diversas personas que reaccionarán de distintas maneras ante los mismos acontecimientos y temas

 September en su momento la vio muy poca gente, se estrenó encima en vísperas de Navidades de ese 1987, tal vez la Orion pensó que era una buena alternativa al cine familiar de las fechas, Allen volvería al drama intimista con Otra mujer, aunque aquí la crítica le arropó más.

Como seguro que la música les encantará, decir que el tema principal que suena  se llama My Ideal interpretado por Art Tatum y Ben Webster y escrito por Richard A. Whiting, Newell Chase y Leo Robin. September está editada en DVD y en la plataforma Filmin se puede ver en la fecha que escribo esto.

My Ideal




06/08/2020

5 películas para este agosto


Empezamos un agosto extraño y difícil, el cine nos asegurará al menos un buen rato sin pensar en las mascarillas, en si hay nuevos brotes o perder el tiempo en el google buscando cuándo habrá un remedio para tan dichoso virus. Vamos a intentar desconectar con 5 películas ambientadas en verano: 

 Calabuch (1956) Uno de esos Berlangas que no suele estar entre la crítica de entre los mejores, incluso Truffaut mostró su cara menos amable al verla y escribió: "Viendo esta película uno desea que la bomba atómica caiga por fin, pero sobre la cabeza del director". Menos mal que no se cumplió y Berlanga nos regaló obras mejores, pero esta no tiene nada que desmerecer, ya encontramos muchos de sus temas. Rodada en una Peñíscola que cinco años más tarde sería escenario de El Cid, Calabuch es de esos lugares en el que uno se quedaría a vivir, pero la visión atenta del filme ya nos dice que esto no es así y que detrás de ese bienestar hay también dramas como la soledad, el contrabando, la pobreza...Pero por encima de los problemas hay una bondad y humanidad en sumo grado que es lo que nos irradia esas ganas de visitarlo cada año o las veces que haga falta en nuestra pantalla. La escena: El cohete y las letras de Calabuch.

  Las vacaciones de Monsieur Hulot (1953) El director Jacques Tati logró con su segundo largo su película más popular no exenta de su habitual perfeccionismo, tanto es así que se podría hacer una tesis con las diversas versiones que hay de sus películas con metrajes distintos, cambios en la música, color, etc...Acompañan sus fotogramas esa música de Alain Romans que solo al oírla nos evoca ya esa brisa del mar y nos relajará bastante, además de reírnos ya que la película tiene muchos gags brillantes, pero yo siempre me quedo con ese plano de los niños cuando ven por primera vez el mar. Por cierto, es Monsieur Hulot el único que disfruta de unas verdaderas vacaciones.

 La tentación vive arriba (1955) La parodia del personaje del Rodríguez escrita por Axelrod y que Wilder se las ingenió para que quedara como una obra inmortal que supiese esquivar a la censura. Ropa interior en el refrigerador y una Marilyn más divertida que nunca nos harán olvidar el calor, vale la pena que nos caiga una tomatera si el resultado es este, poco importará que a ella no le guste Rachmaninov 

 ¿Qué ocurrió entre mi padre y tu madre? (1972) Otra de Wilder y con esa habilidad de hacer un cine de autor y a la vez popular. Avanti (este es su título original) es uno de sus mejores ejemplos, hay en ella muchos temas profundos y una gran acidez en la forma de tratarlos, pero también una comedia mediterránea a la italiana que se ríe mucho de sus costumbres, algo que en Italia siempre han sabido aceptar. Visiten cada año ese hotel y ya verán que encuentran cosas nuevas. Por cierto, me encantaría en un hotel encontrar a un director como Clive Revill, está genial. 

Pandora y el holandés errante (1951) Dejamos las comedias y entramos en esta enigmática película que entraría dentro de aquello que algunos llaman “cine literario”. De la misma manera que si uno visita el Museo del Prado ha de tener cierto conocimiento cultural para entender las obras, aquí pasa lo mismo. Pero en Pandora no solo encontraremos la mitología, también el universo de Lorca se nos hace presente con ese color verde constante que la protagonista lleva en todo momento. Fue la película que hizo conocer internacionalmente la Costa Brava, rodada especialmente en Tossa, también podemos encontrar paisajes de S´Agaró, Sant Feliu de Guíxols, Playa de Aro o una plaza de toros ya para el recuerdo de Girona.

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...