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21/09/2021

Mario Camus. In Memoriam

 

Mario Camus en la Seminci (Fuente de la fotografía: Wikipedia)

El pasado sábado fallecía Mario Camus, para la mayoría el director de Los santos inocentes, el programador de TVE estuvo atento y la programó esa misma noche como homenaje, algo habitual hace un tiempo y que ahora no suele pasar, cosas de que la “programación ya está cerrada y aprobada”.

Fuente: FilmAffinity
Camus murió en el olvido, desde los 90 sus películas apenas llegaban a los 200.000 espectadores, sin
embargo su nombre sonaba para muchos estudiantes de instituto que recurrían a sus adaptaciones de obras literarias para no leerse el libro. Así pues La colmena, Los santos inocentes, La casa de Bernarda Alba o Fortunata Jacinta habían sido escritas por Camus para ellos y no por sus autores correspondientes.

Pero ver la película y no leer el libro podía traer nefastas consecuencias y que se dieran cuenta los profesores de la repelencia de aquellos estudiantes tan acostumbrados a no leer algo que no trajera algún dibujito. Por el contrario, disfrutar con su lectura y complementarlo con aquellas películas le enriquecía a uno y de paso arañaba algún punto en el temido examen.

Lástima que ya en los 90, los institutos no citaran para nada a escritores como Ignacio Aldecoa del que Camus realizó tres notables adaptaciones: Young Sánchez, Con el viento solano y Los pájaros de Baden Baden. Más de uno las descubrió un pelín tarde.

Cuando alguien muere en España, comienza a salir toda una hilera de intelectuales y de tuiteros lamentando el fallecimiento, pero no pasamos de ahí, quizá por aplicar en extremo lo de “En polvo eres y en polvo te convertirás”, mandamos al ostracismo a los nuestros, los velamos bien y los mandamos de nuevo al olvido. No hace muchos días podíamos ver la gran muestra de duelo de los franceses ante la muerte de Jean Paul Belmondo, sin duda alguna, el país galo tiene una concepción distinta a la nuestra para recordar a sus ilustres personajes.


El repaso a la historia del cine español está lleno de grandes olvidos, Camus debutó en la dirección en 1963 gracias a Ignacio F. Iquino que le produjo el filme y que volvió a contar con él para Young Sánchez, pero pocos han recordado este dato. Desde que comencé este blog, he pretendido que de tanto en tanto vayan saliendo nombres como el de mi admirado director de El Judas, tan denostado por muchos a los que dio de comer.

Camus tuvo la habilidad de rodar un cine ensayista y combinarlo con otro más popular, ahí están las de Raphael, las cuales tenían un toque de calidad que ya les hubiese gustado a otros cantantes en su cita con el celuloide. También Sara Montiel pudo mostrar sus dotes de buena actriz sin dejar de ser Saritísima, con un guion de Antonio Gala la vistió de monja para acto seguido verla de cantante, algo así como la Mangano en Ana. Lástima que Jorge Grau no pudiera con ella unos años después...

A Pepa Flores “Marisol” también le dio la oportunidad de demostrar sus grandes cualidades
como actriz y que se olvidasen de que la vida ya no era una tómbola en la notable “Los días del pasado”, pero el público no quiso saber mucho de ese cambio y acabó siendo un injusto fracaso. Incluso rodó con un Terence Hill sin que diera puñetazos con ruido de cazuelas en un extraño pseudowestern llamado La cólera del viento

Pero fue en los 80 con esas adaptaciones de Galdós, Cela y Delibes donde Camus consiguió su máxima popularidad. La colmena parecía una novela imposible de llevar a la pantalla en solo dos horas, el habilidoso guion firmado por José Luis Dibildos lo conseguía con un repaso por otras obras de él y donde la esencia del escritor quedaba bien retratada, más de una vez he pensado que el propio Cela intervino en ese guion. La película se llevó el Oso de oro del Festival de Berlín.


Con Los santos inocentes el director llegaba a su cima y el cine español aumentaba su reconocimiento internacional, Alfredo Landa conseguía que le reconocieran su actuación y así lo quiso corroborar el Festival de Cannes, aunque Pilar Miró (quien fuera pareja durante años del director) se empeñara en llamar a Dick Bogarde, entonces director del Festival, para que al final Francisco Rabal fuera premiado también.

 Se deducía que el nombre de Camus llegaría a más, y aun le quedaban bastantes años para seguir aumentando de grandes obras su carrera. Por desgracia, no fue así y el público lo olvidó completamente, ya nunca más tendría un éxito. Sin embargo, seguía rodando y poco le importaba lo que pedía el gran público o los críticos.


Combinaba aciertos como Sombras en una batalla o El color de las nubes con otras no tan inspiradas que acababan siendo fallidas por un tratamiento superfluo en sus personajes, como aquella adaptación de La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza. En el 2007 se despedía con El prado de las estrellas, tenía 72 años entonces y en este país rodar aun con esa edad era un logro. En su modestia declaraba que si había aportado algo al cine español, bienvenido era. Y así ha sido, efectivamente. Descanse en paz.

06/05/2021

El flashback de José Luis Garci con TVE

 


                                                                

Hace tres semanas en el programa "Cowboys de medianoche", unas declaraciones de José Luis Garci ante una pregunta de por qué no hacía más cine, se convirtieron en tendencia, aquello que llaman “trending topic” para entendernos. Bajo la etiqueta “#YoapoyoaGarci” impulsada por Juanma de la Poza en Twitter, bastantes seguidores en la red mostraron su apoyo al realizador de El Crack después de que dijera en el citado espacio que dos proyectos suyos habían sido ninguneados por TVE, a ello señaló que lo peor es que ni los debieron leer y cree que eso pasa porque él no fue uno de los que hizo lo de la ceja (campaña publicitaria a la que se unieron nombres de la Cultura para apoyar al por entonces Presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero). El director remarcó que él siempre se ha sentido independiente. Puso como ejemplo las etapas de su programa "Qué grande es el cine", el cual se lo ofreció Jordi García Candau y Ramón Colom en la etapa del PSOE en 1994.

   
                                        Primer programa de "Qué grande es el cine"

 Pero cuando el PP ganó en 1996, la nueva directora de TVE, Mónica Ridruejo, lo quitó enseguida. Unos meses más tarde en una cena coincidió con el Vicepresidente del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, que le preguntó por qué no hacía ya ese programa y él contestó que fueron ellos los causantes, entonces intercedió para que el programa volviera. Pero cuando gana el PSOE las elecciones en el 2004, la nueva directora Carmen Caffarel decide no renovarle el contrato y el programa desaparece un año después

                                              Último programa de "Qué grande es el cine"

El director lamentaba en el programa de Cowboys que una cosa es tener una ideología y otra bien distinta ser un sectario y que a él no le podrán llamar nunca fascista, ya que dedicó varias de sus obras a José Luis Gallego o a Pedro Dicenta, o que en su programa ha habido gente de todas las ideologías y que un director cuatro veces nominado como él ha de pasar una criba de otros 60 títulos en la Academia de Hollywood para que te elijan. 

A mí siempre me ha gustado el cine de Garci, y esa faceta de cinéfilo tan cercana con la que uno aprende, aparte de ser un gran escritor, se nota mucho en sus guiones, algo de lo que carece bastante el cine español. No hace mucho me programé un miniciclo con las películas de su primera etapa y me sorprendió que a partir de Sesión continua (1984) hubiera un corte en su carrera. Leyendo la hemeroteca, hallé un conflicto que tuvo con el entonces Director General de RTVE, José María Calviño, y que me recuerda en parte a esto que le ocurre en la actualidad, una especie de flashback como le pregunta el personaje de Jesús Puente al de Encarna Paso en el citado filme: ¿Pili, sabes qué es un flashback?.

  Garci estaba en su mejor momento con el primer Oscar para una película española, su debut fue todo un éxito de público y crítica, no sin antes pasar algunos apuros para que la produjeran, no la quería ninguna productora y fue José Luis Tafur quien acabaría adoptando el papel de productor, pero su capital era escaso por lo que Garci, González Sinde y los actores trabajaron como en una cooperativa repartiendo los beneficios en caso de que los hubiera.

 

Sus siguientes películas como director funcionan bien: Solos en la madrugada, Las verdes praderas y El crack. Entre estas escribe, produce y hasta se reserva un pequeño papel en Viva la clase media dirigida por José María González Sinde, pero que fue un fracaso.

   

 En 1982 estrena Volver a empezar que pasa inadvertida y las críticas apenas la elogiaban, más bien lo contrario. La nominación a los Oscars y su victoria produjo un reestreno en el que pudo recuperar la inversión.

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Se embarca entonces en una película muy personal, un sentido homenaje al cine como era Sesión continua que contaba en el guion con Alfredo Landa o José Sacristán de protagonistas, pero que por divergencias entre quien debía ocupar el primer puesto en los créditos, decidió sustituirlos por Jesús Puente y Adolfo Marsillach. La película contaba con un presupuesto de 60 millones de las antiguas pesetas, la producción corrió a cargo del propio Garci y de José Esteban Alenda y para recuperarla tendría que hacer una taquilla de 200 millones. El problema se agravaba al no poder contar con los beneficios de los derechos de exhibición en TVE, el ente público rechazó la película argumentando que se tenía que cambiar el guion al sustituir los actores previstos.

 El director contestó que una cosa era reescribir alguna página, pero no todo y que si ese comité de selección hubiera estado en los años gloriosos de la Warner, Bogart jamás hubiera rodado Casablanca porque inicialmente la película estaba destinada a Ronald Reagan y Ann Sheridan. Tanto disgusto le provocó que decidió abandonar el cine: “Con mi currículo debería ser un director de Primera División y en cambio ya ves, no creo que un director que ha ganado un Oscar y cuyas películas han funcionado más o menos bien tenga tantos problemas en ningún país para seguir trabajando, pero aquí no existe una industria y yo me siento cansado de luchar durante tantos años en solitario y pegándome contra el muro y es que esto del cine con los tinglados entre exhibición distribución producción es una mafia tremenda que no se aclara” (El Periódico, 13-09-84) “Estoy cansado, amo demasiado el cine como para aguantar todo esto también, estoy hasta el gorro de dirigir una película y tener que ir al banco, estar montándola y volver al banco, en este país para hacer cine te pasas la vida en el banco” 

 Al serle negados los derechos de antena para Sesión continua, Garci que ya había empezado a rodar el filme, se puso en contacto con la directora de cinematografía Pilar Miró y con el ministro Javier Solana. “Pilar me dijo que la postura de Televisión Española le parecía demencial pero que no podía hacer nada por tratarse de un ente autónomo. (…) Gracias a una gestión de amistad logré ser recibido por Calviño en su despacho. En aquella conversación, acepto mis argumentos y me dio la razón, (…) me hizo un planteamiento que yo acepté a pesar de los riesgos que entrañaba, debía mostrarles la primera copia de la película a los 4 miembros del comité y si a su juicio reunía el mínimo de calidad exigible me concederían los derechos de antena, en caso de no gustarles el filme, el asunto quedaría entre nosotros y yo me abstendría de realizar ningún tipo de declaración. (…) Calviño me aseguró que recibiría en la productora una carta por la cual Radio Televisión Española se comprometía a visionar Sesión continua y concederle los famosos derechos si reunía el no menos famoso mínimo de calidad, esta carta nunca llegó, hice nueve llamadas a Calviño, pero siempre estaba reunido (…) (BONET MOJICA, Lluis, La Vanguardia 13-09-84)

   

José Luis Garci matizó, sin embargo, lo de su retirada en un programa de Ángel Casas en TV3 “no puedo decir que será definitiva porque no sé qué voy a hacer dentro de 5 años, pero seguro que por lo menos en 3 años no dirijo otra película, puede que escriba algún guion o produzca algún filme de otro, no sé, pero la decisión de alejarme está bien tomada desde hace meses” Aunque la taquilla no fue nada bien para la película en cuestión, por lo menos pudo ver cómo era seleccionada y nominada para los Oscars otra vez, algo que podría ayudarle en pagar los 25 millones que adeudaba con esta, pero añadía que tampoco le haría variar su decisión de abandonar el cine temporalmente. 

Y así fue, Garci no volvió a dirigir hasta tres años después con Asignatura pendiente (1987), el director declaraba lo siguiente: “Dije que estaría mucho tiempo sin hacer cine, después de Sesión continua, entré en una crisis personal profunda y ahora estoy en otra mucho mayor de la que he decidido salir a través del cine “Yo no quería firmar con un estado de rencor, sentía agresividad y estaba tenso. En este tiempo he podido descansar del ritmo asfixiante que suponía hacer una película por año. Trabajar en la radio me ha enriquecido y pienso seguir en ella”. (NOGUEIRA, CHARO La Vanguardia 11-7-86)

   

El fracaso de la película también le provocó otra “retirada” en la dirección, aunque escribió para Mercero el guion de El tesoro (1990), adaptación de la novela de Miguel Delibes y comenzó un proyecto ambicioso como fue dirigir la serie Historias del otro lado. También produjo en ese tiempo las películas Biba la banda de Ricardo Palacios, La gran comedia de Juan Pinzas o El río que nos lleva de Antonio del Real. En opinión del director, el futuro del cine estaba en la televisión “hace falta el apoyo de la televisión para producir series tan maravillosas como La forja de un rebelde y el cine con mayúsculas necesita el apoyo del Departamentos de cultura, no quiere decir que un Ministerio tenga la culpa de la decadencia del cine, pero su visión en una época de crisis sería esforzarse en mantener el cine al igual que se ha esforzado en mantener el circo” (El Periódico, 22-04-90) Tanto apostaba por el medio que el director de Tele 5, Valerio Lazarov, le llamó para que elaborara un especial sobre la serie Twin Peaks a raíz del éxito de audiencia de su emisión donde decía que la serie de David Lynch era uno de los ejemplos más claros de la televisión de autor. El programa no lo he encontrado entero, sino algunos trozos:

   

Ya en 1994 volvería a ponerse detrás de la cámara con Canción de cuna, en declaraciones comentaba que la razón era el fracaso de sus dos anteriores películas: “ He hecho nada menos que 13 capítulos de hora y media para televisión, pero sí son 7 años sin hacer cine y para mí ha sido como empezar otra vez, he vivido las mismas sensaciones que cuando rodaba mi primera película, espero que esto sea un buen presagio y funcione bien porque una de las razones por las que me embarqué tantos años en una serie de televisión fue un poco el fracaso de público de mis dos últimas películas asignatura aprobada y sesión continua. Me pareció que algo estaba ocurriendo, que había perdido un poco el secreto de mi buena relación con el público y el sentido popular que pudiera tener."

 

Como hemos podido ver José Luis Garci no tuvo fácil dedicarse al cine, a él le debemos mucho también nuestra cultura cinematográfica con sus programas, libros, etc. Esperemos que aun pueda realizar más películas y seguir enseñándonos y compartir ese amor por esa “vida de repuesto” como él dice  que es el séptimo arte y que comparto plenamente.

10/10/2020

Adiós a Francesc Betriu, otra B de nuestro cine

El pasado miércoles fallecía el director de cine Francesc Betriu (Organyà, Lleida, 1940), un mensaje de la Filmoteca de Catalunya anunciaba la triste noticia que nos cogía por sorpresa. Estudió en la Escuela Oficial de Cine, donde fue compañero de Víctor Erice, José Luis García Sánchez, Manuel Gutiérrez Aragón y Ángel Fernández Santos, y colaboró en "Fotogramas" entre 1963 y 1967. Hizo un documental de los Beatles que fue prohibido por Fraga Iribarne ya que no quería que hubiera mucha propaganda del cuarteto de Liverpool.: “Rodamos con Pedro Costa toda la estancia de los Beatles en Madrid, la llegada al aeropuerto, la reacción de los fans, la actuación, incluso un plano de Ava Gardner y Donna Hightower juntas en el concierto. Era una producción de No-Do que debía durar media hora. Antes contactamos con Brian Epstein, el manager del grupo, que nos dio la autorización. Después, cuando estábamos montando el material, nos dijeron que Manuel Fraga Iribarne había dado la orden, sin haber visto el filme, de que ese material no fuera utilizado, quería minimizar el efecto Beatles en España. No-Do montó solo un minuto y medio, pero falseando la cantidad de gente en el concierto. La frase final de la noticia era que los Beatles habían pasado por España sin pena ni gloria.” Dirigió dos cortos que le dieron cierto empuje para empezar a filmar largos, son Gente de Mesón (1969) y Bolero de amor (1971), con el primero gana la medalla de plata del festival de Bilbao y con el segundo es premiado por el Círculo de Escritores Cinematográficos, el festival de Cork (Irlanda) y el de Bilbao. 

Iba a estudiar para farmacéutico por tradición familiar, luego se pasó a Ciencias Económicas y después a Ciencias Políticas porque para aquello había que ir a la capital y lo que quería era estudiar en la Escuela de Cinematografía. En una de las pruebas había que presentar un guion a partir de una noticia y fue suspendido, pero luego se encontró a Berlanga que le dijo que le había encantado lo que había escrito. Betriu iba superando obstáculos y apostó por rodar su primer largo, Corazón solitario, del cual decía que sólo él creía en ella, pero su objetivo era hacer cine popular, no cine para minorías. “'Corazón solitario', de 1973, es un filme casi invisible. Tenía que proyectarse en el festival de Venecia pero la copia no llegó a tiempo. En diciembre, tres meses después de la celebración del festival, me llamaron diciendo que les acaba de llegar la copia. Me la devolvieron a mí y durante años estuvo guardada en la farmacia de mi padre. Es la única copia que existe, muy castigada. Filmoteca de Catalunya ha asegurado que hará una reconstrucción del filme.” La película ganó la carabela en el festival de Valladolid y sigue adelante.




 En una entrevista con Ángeles Maso para "Revista de cinematografía" (17-V-1973) encontramos que quiere hacer una película con Alfredo Landa que sea un poco la explicación de los personajes cómicos que el actor interpreta, remarca que el guion ya está escrito. Probablemente parte de este  se plasmaría años más tarde cuando adapta la novela de Raúl Núñez, Sinatra. También comenta que quisiera hacer una película en Barcelona, pero que no hay industria cinematográfica organizada como tal, su objetivo era hacer una sobre el Paralelo, aunque no en el sentido nostálgico, sino referido a la realidad actual y que sería una historia colectiva. Betriu en más de una ocasión decía que era un director difícil de catalogar, de etiquetar y que ponía nervioso a más de un crítico. “El sector de la crítica que antes me reprochaba que hacía esperpento ahora juzga negativo el que me incline por otro tipo de género” dijo tras el estreno de Sinatra. Y es que Betriu es uno de los directores más inclasificables que hemos tenido y sin duda más interesantes e inteligentes, merece ser otra B de los grandes. Pero tuvo que chocar con cómo está montada la industria en este país, a lo mejor en otros lugares sería un maestro, aquí en cambio tuvo que amoldarse a lo que había. Decía que el cine no es una actividad unipersonal del director, que se trata de una industria y el hecho de crear una película depende tanto de la voluntad de este, como de los condicionantes externos: la censura las subvenciones, la producción…

 Su fama llegaría con su segunda película, Furia española, que llegó a las pantallas con dos años de retraso por estar prohibida. Los dos guiones que presenta fueron prohibidos, pero a su amigo José Luis García Sánchez se le ocurre la idea de presentar uno con el título “ Una pasión azulgrana” que sí pasa el corte, pero Betriu rodó el prohibido y eso hizo que tuviera el dudoso y a la vez elogioso honor de ser el director de la película con más cortes de la historia, un total de 22. Es una cinta popular como él quería, pero a la vez  de autor que se interesa por ese submundo de las grandes ciudades, de las barriadas, en este caso el barrio chino barcelonés. Más allá del deporte rey, es la historia de unos seres marginados qué mediante la integración en el mundo del fútbol quieren olvidar su imagen y encontrar una nueva identidad. Protagonizada por Cassen, el cual buscaba una película que le devolviera aquella genial interpretación en Plácido, aquí hace de cobrador de una “golondrina”. (Para los que no sean de Barcelona, las golondrinas son embarcaciones turísticas que dan la vuelta por el puerto) También la película chocaba con ciertos sectores nacionalistas. En una crítica publicada en el diario “Avui” el 29 de septiembre del 76 se puede leer lo siguiente y lo escribo en catalán para mantener la originalidad del texto, creo que más o menos se entiende: “Betriu, que és català, fa massa temps que viu allunyat físicament i moralment de les realitats de casa nostra (…). Betriu es mira les coses com si fos des del peu del monument a “El héroe de Cascorro” (…) La visió del poble barceloní és entelada per massa tòpics que no són precisament tòpics que ens pertanyin i ens caracteritzin. L´esquinçada de Betriu és una esquinçada perillosa. Deforma i enganya. Ha tirat al dret i la pilota no ha entrat a la portería”. JP (AVUI, 29-9-76)






 Quizá quien escribe esa crítica no estaba acostumbrado a ver la Barceloneta, el Paralelo, la calle Robador, el barrio chino, la emigración, la pobreza, Betriu conocía bien la Barcelona de las postales y la no oficial, además de dejarnos ver personajes populares algo escondidos que nos retrotrae aquel documental que filmó Summers de Juguetes rotos, así pues vemos a Dolores Continente León, la anciana vendedora de lotería que vendía delante de El Molino y qué allá por el 1915 cantó cuplés en el Paralelo con el nombre de María Conti, podemos ver también a “La niña de Vallecas” que actuaba cada noche en la bodega Apolo. También vemos a Lázaro Escarceller como vendedor de cacahuetes (su oficio real) en las golondrinas qué más tarde se haría famoso en el programa de TV3 “Filiprim” con Josep Maria Bachs, el cual lo traería al “1,2,3 responda otra vez” y ganaría fama también como el abuelo en Makinavaja. La película también supuso el debut de Amparo Moreno, que trabajaba en El Molino, como viajera en la golondrina, etc. El crítico Antoni Kirchner definió a Betriu como "la viva representación del esperpento de tanta raigambre hispánica" tras ver la película. A pesar de los problemas de la censura y de la productora Betriu siguió y no se echó para atrás y comenzó un nuevo proyecto: La viuda andaluza. Se trataba de una adaptación muy libre de La lozana andaluza (1528) con guion suyo. El libro que fue tachado de inmundo y feo por Marcelino Menéndez Pelayo (en la película se le menciona) fue escrito por el clérigo Francisco Delicado en 1528 y Vicente Escrivá acababa de hacer una adaptación. En los periódicos de otoño del 76 se podía leer el siguiente anuncio: “Productora de cine busca personas feas gordas o flacas de ambos sexos de cualquier edad que deseen intervenir en un próximo rodaje”.Betriu dijo que no buscaba monstruos, pero que si publicas un anuncio pidiendo gente para una película se presentan los que se creen guapos y así con este anuncio consiguió una gran riqueza de tipos. La película que hay que contextualizarla en la época en que fue rodada, o sea, en plena transición, tiene a Bárbara Rey de protagonista, la cual se desnuda bastantes veces y a Paco Algora, actor habitual de ese cine en el papel del pícaro Rampín.




 La película utiliza el castellano antiguo y se ve acompañada de canciones compuestas por Luis Eduardo Aute que personalmente creo que chocan un poco. Es una crítica social, una sátira burlesca irreverente de las instituciones, de la Iglesia, de las armas, de la sociedad en general, etcétera. Es muy irónica y alegre, tiene golpes escondidos bastante inteligentes como por ejemplo que el cardenal esté interpretado por Escamillo (Josep Pons Ortiz), actor del Molino, famoso por su humor homosexual. Aparece también un grupo de condecorados compuesto por concejales y por militares que curiosamente la censura no tocó. Otro momento impagable es que la viuda se aloja en el Ritz y en una de sus suites se hace un prostíbulo, ahí Bárbara Rey tiene una escena de cama nada menos que con Lázaro Escarceller, entre otros. El crítico JF Valls dijo que “Betriu vehícula una enorme cantidad de pesadillas generacionales masoquismos, sadismos, en fin, todo lo que compone la represión cultural y política que nos ha tocado vivir en las últimas décadas”.

 La película, al igual que Furia española, tuvo problemas con el productor, en este caso con Andrés Vicente Gómez, que dijo que la película se había pasado el presupuesto en un 40%.Un problema de retraso en los pagos a los extras levantó una cierta polémica en los diarios de la época.

 Un momento clave en su obra es la realización de 'La plaça del Diamant', de la cual hace un guion cinematográfico que queda en un cajón y TVE decide hacerla en serie y presentarla en un concurso de subvenciones. Mientras, rueda otra genialidad, Los fieles sirvientes, donde el director, según cierta crítica, abandona el estilo feísta, pero sin abandonar su tono corrosivo y esperpéntico. Debido a los problemas de las anteriores películas con los productores, aquí trabaja con una cooperativa que engloba tres productores asociados. El director explicaba así la intención del filme: “En cierta manera he querido hacer una crítica a las personas que tienen la oportunidad de liberarse y que no aprovechan la ocasión. (…) He intentado retratar el mundo de los criados, su servilismo. Los criados no pueden compararse a los proletarios porque, a diferencia de estos, jamás pretenden rebelarse contra su señor. (…) No es una comedia, aunque tenga humor".




 Betriu, nuestro más acreditado cultivador del esperpento, olvida aquí previas veleidades feístas para imponerse una mayor disciplina necesaria en este poco fácil terreno fronterizo entre la comedia satírica y el análisis social (José Luis Guarner, El Periódico, 30-V-80) 

 Y llega el momento de La plaça del Diamant, Betriu tenía un guion escrito con Benet Rossell en 1976 que debían producir Carlos Durán y Vicente Aranda, era un proyecto para largometraje y la historia concluía hacia 1946 con la primera comunión de los niños, no una década después cómo se acabó haciendo. “Me gustaría que el libro y la película fuesen complementarios. La persona que haya leído el libro que vea la película, y quien haya visto la película que lea y disfrute con la novela” dijo el director. Merçè Rodoreda estaba de acuerdo con esta decisión. Después cogió el proyecto Pepón Coromina y en 1980 fue la primera colaboración entre cine y televisión, una serie de 4 episodios, pero también llegó a un acuerdo para explotar la versión para cine. Betriu no quería recortar la serie, sino hacer un fin autónomo, mostró su disgusto con los cortes, había optado por una voz interior para equipararla a la primera persona de la novela, eso funcionaba bien en la serie, pero no en la película. Se quejaba también de que el personaje de Quimet queda muy desdibujado en el filme. Rechazó posteriormente hablar de la película y reivindicó siempre la serie. La Plaça del Diamant era lo primero que Betriu quería hacer en su carrera de director, es su realización más popular y recordada, por suerte la serie se puede ver en el archivo de TVE, sorprendentemente no está editada en DVD, algo extraño, ya que la mayoría de las series de la tele pública lo están, la película se editó solo en castellano en su momento por Suevia Films. En su momento fue todo un fenómeno cultural, social y hasta político, en el barrio de Gracia participaron muchos vecinos como extras, Betriu había vivido en las afueras de Gracia y conocía bien el lugar. El éxito le lleva a rodar una adaptación de la novela basada en la obra homónima de Ramón J. Sender, Réquiem por un campesino español. Del libro decía: “Casi parece la sinopsis de una película, es muy cinematográfico y además se trata de una gran novela. De la novela española más publicada después del Quijote porque “Réquiem…” sigue siendo libro de texto en las universidades norteamericanas”. No obstante, no quedó muy contento a pesar del interés de esta. Un absurdo lío con el título provocó una polémica, Pilar Miró entonces directora general del Instituto Nacional del cine anunció que retiraría la ayuda oficial para la presentación de la película en Venecia si ésta se presentaba con el título Réquiem por un campesino ya que un diario de Madrid lanzó el rumor de que TV3 había sugerido el recorte del título, o sea, la supresión de “español”. Betriu dijo que fue él quien lo suprimió y que la televisión catalana no había tenido nada que ver, que le parecía reiterativo el título completo y le preocupaba que las repercusiones de la polémica perjudicaran la carrera comercial del filme.





 Vino después Vida privada (1987) para televisión protagonizada por Héctor Alterio, Contaba con un guión desarrollado por Juan Marsé, Gustau Hernández, el propio Betriu, además de Jaime Gil de Biedma. “era algo que llevaba en mente desde hacía unos años, es una novela espléndida, muy actual. La primera razón para haberla adaptado es que soy un apasionado de ella, en el guion hemos sido fieles al espíritu de la obra, pero no miméticos y cosa rara, TVE no ha tocado nada” .Y en 1988 volvería al cine con Sinatra, adaptación de la novela de Raúl Núñez que trabajó también en el guion. Betriu decía que “la depresión de este personaje y de toda la gente que le rodea, que en principio van en su ayuda (…) acaban atosigándole, aumentando su estado depresivo. (…) Es mi película más pesimista (...)  “Sinatra es uno de estos personajes marginales que han estado fuera de la historia de la ciudad, y de la historia en general y que siempre me han interesado “ Para la película contó con las canciones de Joaquín Sabina, él quería que fuera el tercer guionista, sus canciones se amoldaban muy bien en la historia. Recibida con tibieza tanto por la crítica como por el público, escribí de ella esto

 Rueda también un capítulo de la ambiciosa serie Eurocops, "Cuellos blancos" en 1990, año que le hace volver al barrio de Gracia de Barcelona para rodar la versión televisiva de la novela de Marsé, Un día volveré. En esta ocasión fue una Gracia postiza de cartón piedra ya que la mayoría se hizo dentro de un decorado que diseñó el gran Gil Parrondo en el antiguo cuartel de la C/ Lepanto y que evocaba entre otros sitios el mítico Cine Rovira. La serie fue bastante maltratada por la dirección del ente que no creía demasiado en ella y se programó a una hora algo tardía. Se puede ver en el archivo.
 

Betriu no volvería a hacer cine hasta 1996, esta vez firmaría como Paco Betriu, y dirigió La duquesa roja, donde coincidiría con Andrés Vicente Gómez. La película con más aires berlanguianos que los suyos propios fue un fracaso, Betriu insistió una y otra vez en que se trataba de un sainete esperpéntico con ribetes de humor negro, que nadie buscara por tanto relación alguna con la biografía de la duquesa de Medina Sidonia, Luisa Isabel Álvarez de Toledo,  que por otro lado ya había marcado distancias exigiendo que sólo Luis García Berlanga se atreviera a hurgar con una cámara en su vida
Betriu calificaba la película como de encargo y que había nacido mal desde un principio. Volvería, a pesar de esta mala experiencia, al año siguiente con Una pareja perfecta, adaptación de la novela Diario de un jubilado de Miguel Delibes con Antonio Resines y José Sazatornil, Saza. No consiguió tampoco que la taquilla funcionara y la crítica la rechazó. Según Betriu el guión era prácticamente exclusivo de Rafael Azcona ya que él solo había introducido algunas sugerencias relacionadas con el original literario. Para el director, la experiencia en anteriores trabajos de origen literario le lleva a considerar que la fidelidad al texto no es una cuestión fundamental, sino que es más importante la fidelidad al espíritu de la obra.

 Participa luego en la creación de la serie para Tele 5, Petra Delicado, y en el 2001 vuelve al cine para hacer El paraíso ya no es lo que era, de nuevo con guion de Rafael Azcona y basada en un cuento de Carmen Rico Godoy, pretendía ser una vuelta a sus orígenes, pero pasó muy desapercibida y hace que abandone el cine durante 8 años. En el 2009 cambia de registro, aunque sin olvidar sus temas y personajes marginados y rueda Mónica del Raval, film entre el documental y la ficción, la historia de una chica manchega que durante 20 años ejerció la prostitución en el barrio del Raval de Barcelona. La crítica, esta vez, vuelve a reconciliarse con él y la película consigue cierta resonancia, aunque lejos de aquel cine popular que quería, se trata de un film para minorías. En el 2012 rueda El día que murió Gracia Imperio, se trata de un documental que indaga en la extraña muerte de la vedette Emilia Argüelles Catalina conocida como Gracia Imperio y su amante, hallados sin vida, en 1968, en Valencia. Con el pretexto de la historia volvía a interesarse por los personajes de variedades y a retratar la sociedad española de finales de los 60. . El último aviador de 2019 fue su última película, se trata de otro documental que ha podido verse por televisión y del que prácticamente no hay información.

Teaser "L'últim aviador" de Francesc Betriu from DACSA Produccions on Vimeo.

Betriu seguía con proyectos de cine experimental. Descanse en paz un director que fue uno de los grandes de nuestro cine y que tuvo que hacer frente a todo tipo de adversidades. Un premio Gaudí de la Academia Catalana fue su último homenaje a principios de este año, que el recuerdo y la revisión de sus películas siga. DEP.


El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...