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06/06/2024

Cervantes (Vincent Sherman, 1967)

 


Hoy toca una de esas superproducciones olvidadas de las cuales apenas hay información y que la mayoría de cinéfilos ni habla, se trata de Cervantes del año 1967 dirigida por Vincent Sherman y con capital francés, italiano y español, además del norteamericano (ahí estrenada como The Young Rebel). La película trataba sobre la vida del insigne escritor, pero en su etapa de juventud y con especial atención a su participación en la batalla de Lepanto y su cautiverio en Argel.


Para abordar tales años se tomó la novela de Bruno Frank Un hombre llamado Cervantes escrita en 1934, tal escritor alemán tenía un origen judío y tuvo que exiliarse de la Alemania nazi, tras varios periplos acabó de guionista en Hollywood donde nos dio interesantes trabajos como el guion (sin acreditar) de María Antonieta (1938), Esmeralda, la zíngara (1939), Paso al noroeste (1940) o La zarina (1945). El libro se volvió a editar hace unos años con motivo del cuarto centenario de la muerte del autor del Quijote por la editorial Almuzara y actualmente lo pueden seguir encontrando a un buen precio. La primera vez que llegó fue en 1941 editada por Espasa Calpe, traducida por Paul Keins y con prólogo de Nicolás González Ruiz. A pesar del atractivo, nunca fue un libro usado por los estudiosos e incluso hasta desconocido e ignorado. De todas maneras, hubo otras ediciones como la de la editorial Edhasa en Barcelona en 1997 llamada Cervantes: La novela de un genio.

En la publicidad de esta se nos dice que está considerada la mejor novela sobre nuestro más célebre escritor, pero curiosamente no se nos dice nada que fue la base de la película que hoy comento. El proyecto de llevarla a la gran pantalla nació ya en 1964 e incluso parece que el propio King Vidor estaba interesado y llegó a escribir bastante sobre esta y a documentarse tras el rodaje de Salomón y la reina de Saba en España, pero sin saber los motivos se desvinculó. Se habló en la prensa de que Alain Delon la iba a protagonizar y estaría acompañado de Ava Gardner y de Yul Brinner, pero nada de nada.

Cuando se encuentra la financiación que tal tipo de película requería, se contrata a Enrique Llovet para que adaptara la citada novela, él que era dramaturgo, teórico del teatro, escritor, guionista, periodista, crítico y diplomático tenía bastante experiencia en este tipo de producciones ya que había sido mano derecha de Samuel Bronston en varias de sus creaciones. En la parte francesa se contó con el escritor y artista Max Morise. Cabe apuntar que en la parte española se fundó incluso una productora llamada Prisma, la cual desapareció después de acabarse el rodaje.

Vincent Sherman
Pero la principal fuente fue la inyección de dinero norteamericano proveniente de los Salkind (padre e hijo), estos seguramente influyeron con cambios en el guion y apostar más por la espectacularidad de escenas y un producto que fuese ante todo comercial para el gran público. Apostaron por un director estadounidense como Vincent Sherman con trabajos en los 40 y 50 muy notables y considerado como un experto en dirigir actrices en la Warner, no en vano trabajó con Bette Davis, Joan Crawford o Rita Hayworth, películas excelentes como Vieja amistad (1943), El señor Skeffington (1949), La envidiosa (1950), también hizo divertimentos como El burlador de Castilla (1948) tratada en este blog. Sin embargo, fue acusado de comunista y eso le valió que fuera despedido, se le cortaron las alas y su cine ya fue más esporádico y sin el nivel anterior. Michel Salkind que era todo un experto en recuperar y ayudar a directores marginados (acababa de financiar el Austerlitz  (1960) de Abel Gance y El proceso (1962) de Orson Welles). decidió que se pusiera tras la cámara y pudiera relanzar su carrera.

En la versión francesa, la cual se tituló Les aventures extraordinaires de Cervantes aparece incluso firmando con la fórmula de “un film de”, reivindicando su carácter de autor, aunque la realización la compaginó con Isidoro M. Ferry, famoso nadador antes que cineasta y que se retiraría al año siguiente con Cruzada en la mar, su título más ambicioso. Otros operadores españoles como Julio Sempere o Ricardo Huertas completaban el trabajo. El resto del equipo técnico estaba bien cuidado, el vestuario de Luis Argüello (que había trabajado en aquella olvidada e interesante Dulcinea (1953) de Vicente Escrivá), la fotografía panorámica de Edmond Richard (colaborador con Buñuel o Welles) y sobre todo un diseño de producción a cargo del gran Enrique Alarcón. Hay detalles que pueden pasar desapercibidos y más hoy en día como cuando se rueda la batalla de Lepanto comandada por Don Juan de Austria y vemos un Cristo inclinado, tal figura hace referencia a la que se venera en la Catedral de Barcelona y que la leyenda dice que se movió para esquivar una bomba y otra apunta que cubrió un agujero en la bodega y evitar que el barco se hundiera.

Sin embargo, se descuidó el reparto que acabó siendo un erróneo proceso de selección tras la negativa de Delon, se eligió a Horst Bucholz, un actor alemán muy fotogénico con un rostro muy jovial y simpático que había alcanzado gran fama tras participar en Los siete magníficos (1960) o el Uno, dos tres (1961) de Billy Wilder, pero no acababa de afianzar su carrera y le daban papeles en películas más bien mediocres. Su composición de Cervantes dándole ese toque osado costaba bastante creerlo ya que teníamos una imagen muy diferente (no era todo culpa del actor) del escritor. Luego teníamos a Gina Lollobrigida en el papel de Giulia, una cortesana que la actriz en las primeras secuencias no parece estar muy cómoda dándole vida, hay una frialdad y una falta de química entre ellos dos apabullante en el primer encuentro, luego mejora a raíz de que el personaje adquiere más dramatismo. A favor de Bucholz está que el guion no ofrecía apenas una imagen introspectiva del personaje, le faltaba esa profundidad psicológica, pero cumplió con lo que le dijeron que hiciera, donde mejor está es en las escenas más juguetonas como la  inicial en la que se ha de presentar entrando por una ventana porque no lo conocen o cuando contesta a Felipe II sin pedirle permiso. (ya verán que algunos vídeos están en alemán, es lo que se encuentra en Youtube)

Peor resultaba Louis Jourdan en su rol del Cardenal Acquaviva, su inexpresividad era tal que hasta podía ser vista como una forma de expresarse, se notaba una total desgana a la hora de confeccionar el personaje. El que mejor estaba era José Ferrer dando vida a Hassan Bay, de hecho los momentos más interesantes de la película son cuando este aparece, sus frases resultan más ingeniosas y ayudan bastante a despertar la narración, también destaca Francisco Rabal como el Rodrigo Cervantes, empatiza bastante. En papeles secundarios destaca Fernando Rey en la composición de Felipe II, tratado aquí negativamente, se dice que Bruno Frank en la novela había querido hacer con él una traslación de Hitler para poder desahogarse de haber tenido que marchar de Alemania y que los nazis le quemaran varios libros. Hay otros actores españoles en papeles secundarios, tales como Ángel del Pozo como Don Juan de Austria, Ricardo Palacios como Sancho (personaje interesante en el film, con rasgos también del Sancho Panza), José Nieto como Ministro de Felipe II, Jorge Rigaud como el Conde Di Luca o Andrés Mejuto como padre de Cervantes (todos doblados en la versión española a excepción de Rey).

Pero la que más destaca sin que, paradójicamente, pueda hacerlo es Soledad Miranda como Nessa, en Argel juega un papel como cuidadora del escritor y este se enamora... Sin embargo, la película apenas nos muestra nada de ello, leí que sí se habían rodado bastantes escenas con ella, en una web dedicada a la actriz se dice que fue por envidia de Gina Lollobrigida que se eliminasen, En cualquier caso, el vacío de estas provoca una carencia demasiado palpable en un personaje que incluso Cervantes la apoda como la Dulce Nessa, de ahí la Dulcinea y que Frank en la novela la viera como la inspiración de su inmortal personaje.

Y es que hablando de la desaparición de tales secuencias, el montaje del film resulta bastante irregular, se notan demasiado los cambios de escena con cortes incluso abruptos, mejor rodadas están las escenas de la batalla de Lepanto, su cautiverio en Argel y las recreaciones y ambientación que Enrique Alarcón (como he mencionado antes el ejemplo del Cristo de Lepanto) ofrece. Sí, en cambio, hay una buena selección de localizaciones en ciudades como Alcalá de Henares, Denia (Alicante) o Granada con La Alhambra…

Es obvio que Vincent Sherman no había recuperado la forma de los años 40 y 50 y tras el fracaso crítico de esta dejó el cine, aunque luego fue requerido para rodar bastantes series en los EEUU. Uno cuando ve Cervantes se pregunta cómo lo hubiese hecho Bronston y si King Vidor la hubiera rodado. De todas maneras, que una película sea mediocre como es el caso no significa que no tenga su interés y también el hecho de ver un Cervantes distinto del que muchos tienen en mente es motivo ya sobrado de atracción. Ya sabrán que catorce años más tarde TVE rodó su vida y en aquella ocasión la dirigió Alfonso Ungría y con Julián Mateos en el papel del escritor, aquella fue una serie muy controvertida, pero eso ya es otra historia y quizá algún día hable de ella. Si quieren ver la película de Sherman solo la hallarán en un DVD con una copia algo deficiente (dudo de que haya más). En el momento de su estreno y según datos del MCU fue vista por 654.226 espectadores, cifra aceptable para films modestos, pero totalmente insuficiente para este tipo de producciones.

 

10/06/2021

La saga de los Rius (TVE) de Ignacio Agustí cumple 45 años

 

 
Hoy hablaré de una serie que cumple 45 años y que no está editada en DVD, pero que por suerte con el maravilloso archivo de TVE podemos recuperar. Se trata de La saga de los Rius, dirigida por el pionero de la casa Pedro Amalio López y adaptada por Juan Felipe Vila San Juan. La serie de trece capítulos sigue el discurrir de las novelas de Ignacio Agustí: Mariona Rebull (1944), El viudo Rius (1945) y Desiderio (1957), englobadas dentro de una pentalogía llamada La ceniza fue árbol que añadía dos más posteriores, pero que ya no forman parte de la serie de TVE: Diecinueve de julio (1965) y Guerra Civil (1972). 

Fuente: Amazon



Se trata de, como bien dice el título, un recorrido por la familia burguesa de los Rius y sus tres generaciones entre 1882 y 1916, un retrato histórico de esa Barcelona emprendedora, el desarrollo industrial, acontecimientos históricos, amoríos, etc. Pero paremos un momento y detengámonos en el autor de las novelas: Ignacio Agustí (Lliçà de Vall 1913-Barcelona 1974), probablemente a los más jóvenes e incluso a los de mediana edad no les sonará de nada el nombre, tampoco se estudia ni se cita, no forma parte de esos cánones oficiales tan discutibles...

 Sin embargo, sí que fue conocido en su día, vayamos a la hemeroteca y veamos lo que dijo Azorín sobre él cuando escribe Mariona Rebull: “¡Por fin tenemos un novelista!”. Tal fue el éxito de sus dos primeras novelas, que el director José Luis Sáenz de Heredia se interesó en llevarlas a la pantalla y tres años después de su publicación asomaba la película de Mariona Rebull con un notable éxito de público y de crítica, ahí teníamos a José María Seoane como Joaquín Rius, a Blanca de Silos como Mariona y una joven Sara Montiel como chica de revista que ya presagiaba sus películas posteriores

 

Fuente: Amazon
Fíjense que Horacio Sáenz Guerrero en "La Vanguardia" del 6-4-1947 no detalla el argumento ya que “las dos novelas de Ignacio Agustí son ampliamente conocidas para que nosotros tengamos que dar una referencia de ellas” La película impactaba y en ella teníamos la famosa escena de la bomba del Liceo “probablemente superior en riqueza escenográfica y en densidad dramática a todo lo que hasta ahora nos haya podido ofrecer nuestro cine… y el de los demás” sentenciaba el artículo. Por cierto, que más de uno cree que Mariona Rebull fue un personaje real, de ahí la grandeza de la novela, la de convertir un personaje ficticio en todo un referente mítico de la ciudad.  

 

Si uno busca enciclopedias de escritores en lengua española no hallará mucho de Ignacio Agustí, tan solo las referencias a estas novelas y algunos datos interesantes como que fue director de la Revista "Destino" entre 1944 y 1956. Con malevolencia quizá no intencionada, se nos apuntará que apoyó la causa nacional en la Guerra Civil, lo cual es cierto, pero convendría cuando se escribe sobre alguien que se dijese todo y no quedarnos vagamente en un periodo de su vida como sucede en este tipo de entradas. Ignacio Agustí tiene todo un historial contradictorio que debería interesar y no quedarse con una sola imagen.


 En su centenario, hace 8 años, el periodista Sergi Doria publicó una interesante biografía del escritor titulada Ignacio Agustí, el árbol y la ceniza y con el subtítulo de “la polémica vida del creador de La saga de los Rius”  matizaba su “reaccionarismo” y retrataba con profundidad su vida, sus luces y sus sombras. Acaba con esa etiqueta de que era falangista, sí lo fue entre el 37 y el 42 como muchos otros provenientes de la “Lliga” de Cambó. Sin embargo, después estuvo amenazado por ellos que entraron pistola en mano preguntando por “el cabrón de Ignacio”, en la sede de "Destino" ya que había liberalizado de tal manera la revista que veían un peligro en él, eso le lleva a abandonar Barcelona momentáneamente y de hecho Mariona Rebull la escribe en Zúrich.
Fuente: Amazon

Fuente: Amazon



 La Reina Isabel II le concedió la “Medalla por el Servicio en la Causa de la Libertad” por su apoyo, como director de "Destino", a  Gran Bretaña durante la II Guerra Mundial. Crea a su vuelta en 1944 el famoso “Premio Nadal" y su voto es decisivo para que Carmen Laforet se lo llevara por Nada, eso le comporta un alejamiento con Josep Vergés que no estaba de acuerdo y con González-Ruano que pensaba que sería el ganador. 

Contrató luego a Ana María Matute que publicaría sus primeras novelas. Otros datos interesantes para citar son que, a raíz de la disolución de "Destino", compra la Librería Argós en 1957, situada en el número 30 del Paseo de Gracia; arranca de Manuel Fraga Iribarne la autorización para publicar “Tele/Estel” al amparo de la empresa “Tele/Exprés” que congregó a un buen plantel de firmas catalanas, fue la primera publicación escrita íntegramente en catalán después de la Guerra Civil sin estar vinculada con la Iglesia Católica. 

Fuente: Amazon



Cabecera del diario. Fuente: Wikipedia

Manifestaxión delante de la Catedral de Barcelona
 Fuente: Germinans Germinabit

 En el diario Tele/eXpres ejerce de director, pero en este causa polémica un artículo suyo en el que critica la manifestación de sacerdotes efectuada el 11 de mayo de 1966 y que oficialmente era para protestar por la detención y palizas efectuadas a Joaquim Boix, delegado de los estudiantes de la Escuela de Ingenieros y militantes comunistas. Los sacerdotes, que iban ensotanados, fueron hasta la Jefatura de Policía de Vía Layetana para entregar al comisario Creix una carta. Esta fue reprimida por la policía y provocó una nueva división entre las relaciones de la Iglesia y el régimen. Cabe apuntar que sectores catalanistas de esta no aceptaban que el Arzobispo Marcelo González hubiera sido designado sucesor de Gregorio Modrego en Barcelona y varias pancartas con el lema de “Volem Bisbes catalans” aparecieron en determinadas parroquias aquel mismo año. También hay que recordar la famosa “Caputxinada” de solo dos meses antes, en la cual centenares de estudiantes e intelectuales se encerraron en el convento de los capuchinos situado en la C/ Cardenal Vives i Tutó 2 de la ciudad condal.

 Ignacio Agustí escribió un artículo criticando la manifestación y calificó a los sacerdotes de “bonzos incordiantes” en su artículo "La procesión política", expresión que fue, según cuentan las crónicas, bastante popular en su momento y que provocó un fuerte rechazo entre los sectores catalanistas, el escritor no entendía por qué el escrito había levantado tantas ampollas, del cual llegó a recibir, según cuenta, mil cartas a favor y otras mil en contra, pero lo peor fue que se inició una campaña contra él.

(Pueden leer el citado artículo "La procesión política" en la interesante página de "La hemeroteca del buitre" clicando aquí,  hay un lapsus en la fecha, debería poner 1966, no 1976.

 La fachada del diario fue pintada con un “¡Feixisme no, Democràcia!”, se incendiaron ejemplares del diario, la policía tuvo que proteger el edificio, y el denominado “Comité de la defensa de la Dignitat Ciutadana” escribió a Luis Sentís, Presidente del Consejo de Administración del diario, pidiéndole una rectificación y si en tres días no lo hacía, se declararía a Agustí como “enemigo público número 1 de Cataluña”, se llamaría a un boicot al diario, así como a sus marcas comerciales. Finalmente, Ignacio Agustí tuvo que dimitir y la dirección pasó a Carlos Sentís. (CREIXELL Joan La "manifestació" de capellans de 1966. Publicacions de l'​Abadia de Montserrat. Col·lecció "Biblioteca Serra d'Or". Barcelona 1992)

 

Ignacio Agustí falleció el 26 de febrero de 1974, en la misa “in corpore sepulto” celebrada en la parroquia de San Eugenio I, Papa, acudieron numerosas personalidades de la vida cultural, entre otros Guillermo Díaz-Plaja, Carmen Mieza, Ana María Matute, Carmen Kurtz, Francisco Rovira Beleta, Josep Cañas, Xavier Montsalvatge, Manuel Blancafort, Maurici Torra-Balari, Delmiro de Caralt, etc.

 Llegaron muestras de afecto entre otros escritores como Camilo José Cela: “quisiera dejar constancia de que su obra me parece la de un novelista de cuerpo entero”; Vicente Aleixandre: “Mariona Rebull fue para mí una de las revelaciones de la nueva literatura posterior a la guerra española”; Joaquín Calvo Sotelo: “Me remuerde la conciencia en la parte alícuota que me corresponde, de que la Academia no haya inscrito su nombre en la lista de sus miembros. Con su muerte se va un escritor imaginativo. Un creador de seres humanos, no de muñecos y un hombre honesto. Son esas virtudes tan raras que valen la pena de llorarlas.”; Miguel Delibes: "Fue uno de los contados novelistas que abrieron camino a nuestra novela después de nuestra guerra y que consiguieron atraer la atención del público español que estaba en manos de los Lajos Zilahy, hermanas Brontë, etc.”; Dionisio Ridruejo: "Ha muerto un escritor de su ciudad, de la que nunca ha querido salir espiritualmente, su desaparición constituye un verdadero dolor para las letras nacionales." (Hemeroteca de La Vanguardia, 27 de febrero de 1974)

 En los años 70 empezó a gestionarse en TVE que La ceniza fue árbol podía convertirse en serie, Juan Felipe Vila-San Juan convenció a los directivos a raíz del éxito que estaba teniendo en televisiones europeas La saga de los Forsyte producida por la BBC y que adaptaban las novelas de John Galsworthy, de ahí que se diera el título de La saga de los Rius.  

Dirigida por uno de los pioneros de TVE Pedro Amalio López, el cual con Vila-San Juan ya habían tenido un gran éxito con la adaptación de El conde de Montecristo, contó con un excelente reparto: Fernando Guillén daba vida a Joaquín Rius, Maribel Martín a Mariona Rebull, José María Caffarel a Desiderio, etc. Podíamos ver a rostros como Mari Carmen Prendes, Ramiro Oliveros, Alejandro Ulloa, Emilio Gutiérrez Caba, Montserrat Carulla, Rafael Anglada, Alfred Lucchetti, Victoria Vera, Teresa Gimpera entre otros. Su presupuesto fue de 60 millones de pesetas.

Personalmente me encanta ver esta serie, ya que está rodada con gran sensibilidad, era una época en que no se notaba ese nerviosismo de tener que ir a toda velocidad en las tramas como en bastantes producciones actuales. Tiene una música del gran Augusto Algueró que mezcla  composiciones populares catalanas. Hay momentos de la serie inolvidables como ese paseo de Joaquín Rius con su hijo hasta la fabrica o el famoso atentado del Liceo, rodado con un brillante color, del que hay que recordar que muchos no lo pudieron apreciar en el momento de su estreno ya que aun las televisiones en color no eran mayoría. 

 



TVE nos da la oportunidad en su archivo de verla en español o en catalán, sin embargo, esta última está algo resumida y la calidad de imagen no es del todo lo deseable, recomiendo mejor ver la versión castellana. La serie tuvo bastante éxito, incluso la revista "Diez Minutos" regalaba las acuarelas de diferentes lugares de Barcelona que aparecen en los créditos del inicio y del final. Lástima que tal serie no saliera editada en DVD, caso extraño este, ya que la mayoría de las series de TVE han sido editadas con numerosos extras y esta, sin duda, era de las más atractivas. También hay que lamentar que las dos restantes de la pentalogía no hayan sido adaptadas. Pueden seguir la serie desde el cápitulo 1 clicando aquí, en el archivo de de RTVE:

13/05/2021

Los guiones cinematográficos de Caballero Bonald

 

El pasado domingo fallecía el escritor José Manuel Caballero Bonald, en su trayectoria literaria tuvo tiempo también para escribir tres guiones para el cine: El amor brujo (1967) dirigida por Rovira Beleta, El balcón abierto (1984) de Jaime Camino y otro sobre Hernán Cortés para el mismo director, pero que no vería la luz. Con él haría un cameo en Dragon Rapide , un año antes también lo pudimos ver en Caso cerrado (1985) de padre de Pepa Flores “Marisol”, una película que pasó con más pena que gloria y que supuso el fin de la carrera cinematográfica de la que fuera la niña prodigio del cine español. Luego lo veríamos en La seducción del caos (1990) de Basilio Martín Patino como vendedor en el Rastro madrileño.

   

 En cuanto El amor brujo, no se puede saber con exactitud cuál fue la aportación del escritor, el director catalán le pidió un guion a él, al igual que a J.A Medrano y según como cuenta en el libro de Carlos Benpar, Rovira Beleta, el cine y el cineasta: “tuve dos guiones, el de Medrano que era normal clásico y el de Caballero Bonald que era un poco exagerado y sobre todo muy largo, cogí los dos guiones y sin decir nada a ninguno de los dos redacté el definitivo y a rodar”. 

Como sabrán, El amor brujo es un ballet de Manuel de Falla, con libreto de Gregorio Martínez Sierra, esta adaptación cinematográfica se diferenciaba del original ya que el papel del amante muerto (Diego) tenía otro rol. Se conseguía un curioso musical policiaco, algo así como recrear el mundo de Los Tarantos con el de la trilogía policiaca de Hay un camino a la derecha, El expreso de Andalucía y Los atracadores. La película obtuvo la nominación a los Oscars como mejor película de habla extranjera, la segunda que conseguía el director barcelonés (algo que en Barcelona se ve que olvidan, pues no tiene calle alguna). La armonía que conseguía entre lo trágico, los amores pasionales, lo misterioso de esos ballets oníricos salpicados de un cromatismo angustioso con esas alargadas sombras, y el aprovechamiento de esos barrios de Cádiz con calles jeroglíficas que incluso evocaban el mundo lorquiano no cayeron en el olvido para la crítica, aunque el público no respondió como se esperaba, en parte por la odiosa comparación con Los Tarantos.

   

El rodaje fue algo accidentado y tuvo que ser rodado parte en 70 mm y parte en techniscope, aunque el talento del director disimulaba muy bien la diferencia. Otra situación, entre el humor negro y el macabro, se dio al tener que esperar a que muriese el inquilino de la vivienda que iba a ser la casa de Candelas para ocupar esta, corrió entonces un rumor que las ancianas que lo cuidaban habían acelerado su muerte para poder percibir el alquiler. Por último, Antonio Gades tuvo  dificultades al bailar en las azoteas por sufrir de vértigo.

 Hace cinco años, en diciembre de 2015, cuando la Filmoteca en Barcelona la proyectó con motivo de la exposición dedicada al realizador, presentaron una copia que mutilaba el formato, presenté una queja y pidieron disculpas. Algún día me gustaría poder verla en pantalla grande en condiciones y que la copia en DVD esté ya mejorada anamórficamente en 16:9. 

 En cuanto El balcón abierto está fundamentalmente inspirada en la obra y en la vida de Federico García Lorca, aunque el director Jaime Camino declaró que no se trataba en absoluto de una película biográfica. Su título proviene de sus versos “si muero dejad el balcón abierto” 

Si muero, dejad el balcón abierto. 
El niño come naranjas. (Desde mi balcón lo veo). 
El segador siega el trigo. (Desde mi balcón lo siento).
¡Si muero, dejad el balcón abierto! 

"Lo que Caballero Bonald y yo hemos escrito, podríamos decir para hacer una síntesis, es que se trata de una “cinematografización” de la obra de García Lorca que es quien lleva en todo momento la batuta de la película, nosotros hemos procurado siempre ser muy fieles a sus escritos hasta el punto de que todos los textos que se leen en el filme son suyos, bien sean en prosa, bien en poesía e incluso los datos biográficos están sacados de lo que él mismo cuenta en alguna entrevista en su correspondencia." declaraba el director en "La Vanguardia" (17-11-1984)

   

A Lorca nunca le vemos en imagen, su voz está interpretada por José Luis Gómez y marca el hilo narrativo , es la que explica dónde nació, su vida, hilando los fragmentos y opiniones en un argumento que va liándose con los personajes tales como “el Amargo”, “la Mujer”, “la Madre”, “el Jinete”, etc. que cobran vida e interpretan su propio drama.

 Otro tema inevitable era el de la homosexualidad de García Lorca que hasta la fecha era como un tema tabú sacarlo a relucir, Rafael Alberti manifestó públicamente su satisfacción por el trato sobre este hecho en el filme. En Granada, después de las fuertes protestas derivadas de la emisión, también por Televisión Española, de Mariana Pineda y que mereció la queja formal de diferentes instituciones culturales granadinas al grito de “que penita lo que nos han hecho con Marianita”, "El Diario de Granada" ofreció una crítica muy positiva resaltando que el catalán Camino había conseguido dar en su filme con la imagen de un Lorca por encima de todo granadino, alegórico, pero bastante real.

 Las escenas en las que se trataba la homosexualidad del poeta fueron motivo de comentario en las tertulias de la capital y levantaron “un escandaloso silencio” según informaba el citado diario a "El Periódico de Cataluña" del 20-12-85. La película estuvo editada en DVD hace un tiempo, pero está descatalogada desde hace ya tiempo. Sigue siendo un filme bastante desconocido. 

El tercer guion en el que trabajó y que finalmente no vio la luz se trataba sobre una biografía de Hernán Cortés, proyecto en el que también trabajaba Román Gubern y que parece ser que era ambicioso tanto artísticamente como desde el punto de vista de producción. Se trataría de una narración histórica, aunque también una interpretación. Barajó el título de La serpiente emplumada, símbolo del dios azteca que tiene que regresar al mundo, más que un retrato de Cortés, desarrollaría el enfrentamiento y encuentro de las dos civilizaciones. 

La relación con el cine de Caballero Bonald no se reduce solo a estos tres guiones, En el tercer volumen de su extensa obra Relecturas, prosas reunidas (1956-2005) hallamos cinco artículos dedicados al cine: Eisenstein, el neorrealismo italiano y Vittorio de Sica, El silencio de los corderos, Pedro Almodóvar y el cine fantástico son sus temas.

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...