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05/09/2024

Cuando llegue septiembre (Come September, 1964)




Tras unas semanas de obituarios, vuelvo a seguir el calendario y  no está de más recordar Cuando llegue septiembre (Come September, 1964), aunque esta se desarrolla plenamente en el mes de julio... Hubo un tiempo, hace ya tres décadas cuando no nos podíamos ni imaginar qué era una plataforma, que en TVE nos programaban los domingos, especialmente, películas de los 50 y 60 y entre ellas abundaban las protagonizadas por Rock Hudson (la razón era que tenían los derechos de gran parte de la Universal). Lideraban la audiencia de aquellas tardes con picos del inimaginable hoy en día 30% de share. Parte de mi generación descubrió y se aficionó también a verlas, de ahí que tenga también un cierto cariño añadido a estas.

Una de las que más se emitió era la que comento, se trataba de una comedia dirigida por Robert Mulligan, perteneciente a la "generación de la televisión" formada entre otros por Delbert Mann, Martin Ritt, John Frankenheimer, Sidney Lumet, Arthur Penn… De algunos he hablado en artículos anteriores, el caso de Mulligan era algo peculiar porque prometía mucho y acabó siendo valorado como irregular, aunque a ello se suma quizá cierta subvaloración. Su primera película El precio del éxito (1957) apuntaba maneras, vino luego la comedia dramática Perdidos en la gran ciudad (1960) y repetiría con Curtis en El gran impostor (1961), en medio de estas la de hoy. Después vendría su gran título Matar a un ruiseñor (1962), sin embargo no consiguió luego el mismo nivel, algo que le perjudicó ya que se despreciaban películas notables tales como La última tentativa (1965). Vendría después una etapa de recuperación con filmes que han acabado siendo de culto como Verano del 42 (1971) o El otro (1972).

A Mulligan se le achacó que no se movía bien en la comedia, aquí partía de un guion que contaba entre otros con Stanley Shapiro y Maurice Richlin que habían escrito comedias de la Universal para Rock Hudson tales como Confidencias de medianoche (1959) o Pijama para dos (1963), la historia corría a cargo de Stanley Roberts que acabó escribiendo muchas series como Bonanza o Banaceck, otro nombre que figura es el de Robert Russell que participó en comedias clásicas como El amor llamó dos veces (1943) o la que fue la despedida de Cary Grant en Apartamento para tres (1966).

En el reparto, además del ya mencionado Hudson, destacaba una Gina Lollobrigida en sus intentos de incorporarse al "Star System" hollywoodiense, repetiría años después con el propio Hudson en Habitación para dos (1965). Teníamos también los ya míticos nombres para aquellas generaciones de Sandra Dee (otros la conocemos más por aquel número de Grease donde se la parodiaba) y el de Bobby Darin, cantante y actor muy popular en su momento y que había contraído matrimonio con ella en 1960, su relación duró 7 años. Murió prematuramente a causa de problemas cardiacos en 1973.

Que Mulligan no se moviera bien en la comedia era algo discutible, pero en cambio sabía dirigir bien a los actores, aquí Gina Lollo está realmente espléndida y nos olvidamos de aquella inexpresividad o  más bien frialdad que caracterizaba sus papeles en Hollywood, le da la graciosidad adecuada a su personaje y se muestra muy natural a la vez, no en vano es un personaje italiano, pero también había que saber actuar para que se notara eso y el gusto que deja es el de que era algo más que una cara bonita. Hudson también cumple, más de una vez se le ha reprochado que estaba a años luz de un Cary Grant, evidentemente era exigirle demasiado, pero, sin embargo, uno lo ve aquí, al igual que en las que actuó con Doris Day, y sabe sacarle también a su rol toda esa chispa necesaria para que una comedia funcione.



Cuando llegue septiembre tenía también ese lado de comedia turística con muchos pasajes de ensueño que a primera vista pueden dar la sensación de película alimenticia. Billy Wilder ya nos mostraría una década más tarde que se podían conjugar bien estos rasgos y ser más trascendente. Por cierto, que algo nos recuerda a Avanti esta, aquí se nos narra como Robert Talbot (Rock Hudson) un adinerado neoyorkino viaja cada septiembre a la mansión que tiene en propiedad en Roma, pero esta vez lo hará en julio.Su amante, Lisa Fellini (Gina Lollobrigida) se iba a casar con un inglés llamado Spencer… y a su mayordomo, Maurice (Walter Slezak), lo tomará in fraganti usando su villa como un hotel.

Como ven, estamos ante una farsa sexual con más de un mensaje implícito envuelto en forma de comedia divertida e inofensiva, tenemos por una parte la parodia del americano de clase alta que presume de ser superior a todos, breves pinceladas lo van colocando en su sitio, tampoco convenía hacer un ejercicio de introspección y arrepentimiento... Interesante, aunque poco dibujado, es el personaje del inglés pretendiente que le suelta a Gina lo complicado que resulta decir que se casa con una extranjera, en una buena contestación ("zasca" como ahora dicen en los medios) ella suelta que en Italia el extranjero sería él.

La realización de Mulligan es más bien funcional, cumple sin que tampoco nos maraville con planos imposibles, era más bien un producto alimenticio, recurre también a partir la pantalla en dos para mostrarnos las llamadas telefónicas, algo que puede chirriar a más de uno. Creo que la película gana con la aparición de los jóvenes que ya se habían encontrado con Hudson al comienzo e intercambiaban sus burlas hacia sus coches. La ingenuidad, tan inocente como aceptable entonces, con el paso del tiempo lo más seguro es que le reste valor al conjunto, choca ver a Sandra Dee rápidamente haciendo de psicoanalista de Hudson ya que el mayordomo le había dicho que estaba loco y se hacía pasar como el verdadero dueño al principio. Precisamente, este personaje es de los mejores del film, interpretado por Walter Slezak ofrece un contrapunto, aunque más en la primera parte, a las extravagancias de los demás y permite la reflexión en un guion que, a pesar de los nombres mencionados, tampoco pretendía acabar en un clásico.

La “guerra” entre los chicos comandados por Bobby Darin contra Hudson constituye un giro cada vez más evidente hacia el "slapstick". Aunque los guionistas reparten para todos, se decantan más por la madurez que no hacia la juventud, por cierto que con esta película algunos empezamos a escuchar ese término de “lemmings” que es tal y como se califica Darin y que mi generación conoció a través de un juego de ordenador de los 90, el cual traumatizaba con aquello de que eran seres destructivos que se mataban en masa. En la actualidad apenas ya se utiliza, modas de antaño...

El desenfado palpable desde el inicio se va desarrollando más: muchas escenas con las vespas, bailes, tono vodevilesco y una media hora final con una buena mezcla entre lo que era  la comedia italiana de los 50 y parte de los 60 con la comedia de oro hollywoodiense, alguna frase ingeniosa vamos encontrando como que el hombre es tan estúpido que es capaz de construir el Empire State como para acabar tirándose. En fin, creo que ya que estamos inmersos en el dichoso septiembre y más de uno estará melancólico o todo lo contrario, sonriamos con una buena comedia que hará más llevadero el temido mes. Pongan atención en los secundarios y verán a Joel Grey, el maestro de ceremonias de Cabaret

06/06/2024

Cervantes (Vincent Sherman, 1967)

 


Hoy toca una de esas superproducciones olvidadas de las cuales apenas hay información y que la mayoría de cinéfilos ni habla, se trata de Cervantes del año 1967 dirigida por Vincent Sherman y con capital francés, italiano y español, además del norteamericano (ahí estrenada como The Young Rebel). La película trataba sobre la vida del insigne escritor, pero en su etapa de juventud y con especial atención a su participación en la batalla de Lepanto y su cautiverio en Argel.


Para abordar tales años se tomó la novela de Bruno Frank Un hombre llamado Cervantes escrita en 1934, tal escritor alemán tenía un origen judío y tuvo que exiliarse de la Alemania nazi, tras varios periplos acabó de guionista en Hollywood donde nos dio interesantes trabajos como el guion (sin acreditar) de María Antonieta (1938), Esmeralda, la zíngara (1939), Paso al noroeste (1940) o La zarina (1945). El libro se volvió a editar hace unos años con motivo del cuarto centenario de la muerte del autor del Quijote por la editorial Almuzara y actualmente lo pueden seguir encontrando a un buen precio. La primera vez que llegó fue en 1941 editada por Espasa Calpe, traducida por Paul Keins y con prólogo de Nicolás González Ruiz. A pesar del atractivo, nunca fue un libro usado por los estudiosos e incluso hasta desconocido e ignorado. De todas maneras, hubo otras ediciones como la de la editorial Edhasa en Barcelona en 1997 llamada Cervantes: La novela de un genio.

En la publicidad de esta se nos dice que está considerada la mejor novela sobre nuestro más célebre escritor, pero curiosamente no se nos dice nada que fue la base de la película que hoy comento. El proyecto de llevarla a la gran pantalla nació ya en 1964 e incluso parece que el propio King Vidor estaba interesado y llegó a escribir bastante sobre esta y a documentarse tras el rodaje de Salomón y la reina de Saba en España, pero sin saber los motivos se desvinculó. Se habló en la prensa de que Alain Delon la iba a protagonizar y estaría acompañado de Ava Gardner y de Yul Brinner, pero nada de nada.

Cuando se encuentra la financiación que tal tipo de película requería, se contrata a Enrique Llovet para que adaptara la citada novela, él que era dramaturgo, teórico del teatro, escritor, guionista, periodista, crítico y diplomático tenía bastante experiencia en este tipo de producciones ya que había sido mano derecha de Samuel Bronston en varias de sus creaciones. En la parte francesa se contó con el escritor y artista Max Morise. Cabe apuntar que en la parte española se fundó incluso una productora llamada Prisma, la cual desapareció después de acabarse el rodaje.

Vincent Sherman
Pero la principal fuente fue la inyección de dinero norteamericano proveniente de los Salkind (padre e hijo), estos seguramente influyeron con cambios en el guion y apostar más por la espectacularidad de escenas y un producto que fuese ante todo comercial para el gran público. Apostaron por un director estadounidense como Vincent Sherman con trabajos en los 40 y 50 muy notables y considerado como un experto en dirigir actrices en la Warner, no en vano trabajó con Bette Davis, Joan Crawford o Rita Hayworth, películas excelentes como Vieja amistad (1943), El señor Skeffington (1949), La envidiosa (1950), también hizo divertimentos como El burlador de Castilla (1948) tratada en este blog. Sin embargo, fue acusado de comunista y eso le valió que fuera despedido, se le cortaron las alas y su cine ya fue más esporádico y sin el nivel anterior. Michel Salkind que era todo un experto en recuperar y ayudar a directores marginados (acababa de financiar el Austerlitz  (1960) de Abel Gance y El proceso (1962) de Orson Welles). decidió que se pusiera tras la cámara y pudiera relanzar su carrera.

En la versión francesa, la cual se tituló Les aventures extraordinaires de Cervantes aparece incluso firmando con la fórmula de “un film de”, reivindicando su carácter de autor, aunque la realización la compaginó con Isidoro M. Ferry, famoso nadador antes que cineasta y que se retiraría al año siguiente con Cruzada en la mar, su título más ambicioso. Otros operadores españoles como Julio Sempere o Ricardo Huertas completaban el trabajo. El resto del equipo técnico estaba bien cuidado, el vestuario de Luis Argüello (que había trabajado en aquella olvidada e interesante Dulcinea (1953) de Vicente Escrivá), la fotografía panorámica de Edmond Richard (colaborador con Buñuel o Welles) y sobre todo un diseño de producción a cargo del gran Enrique Alarcón. Hay detalles que pueden pasar desapercibidos y más hoy en día como cuando se rueda la batalla de Lepanto comandada por Don Juan de Austria y vemos un Cristo inclinado, tal figura hace referencia a la que se venera en la Catedral de Barcelona y que la leyenda dice que se movió para esquivar una bomba y otra apunta que cubrió un agujero en la bodega y evitar que el barco se hundiera.

Sin embargo, se descuidó el reparto que acabó siendo un erróneo proceso de selección tras la negativa de Delon, se eligió a Horst Bucholz, un actor alemán muy fotogénico con un rostro muy jovial y simpático que había alcanzado gran fama tras participar en Los siete magníficos (1960) o el Uno, dos tres (1961) de Billy Wilder, pero no acababa de afianzar su carrera y le daban papeles en películas más bien mediocres. Su composición de Cervantes dándole ese toque osado costaba bastante creerlo ya que teníamos una imagen muy diferente (no era todo culpa del actor) del escritor. Luego teníamos a Gina Lollobrigida en el papel de Giulia, una cortesana que la actriz en las primeras secuencias no parece estar muy cómoda dándole vida, hay una frialdad y una falta de química entre ellos dos apabullante en el primer encuentro, luego mejora a raíz de que el personaje adquiere más dramatismo. A favor de Bucholz está que el guion no ofrecía apenas una imagen introspectiva del personaje, le faltaba esa profundidad psicológica, pero cumplió con lo que le dijeron que hiciera, donde mejor está es en las escenas más juguetonas como la  inicial en la que se ha de presentar entrando por una ventana porque no lo conocen o cuando contesta a Felipe II sin pedirle permiso. (ya verán que algunos vídeos están en alemán, es lo que se encuentra en Youtube)

Peor resultaba Louis Jourdan en su rol del Cardenal Acquaviva, su inexpresividad era tal que hasta podía ser vista como una forma de expresarse, se notaba una total desgana a la hora de confeccionar el personaje. El que mejor estaba era José Ferrer dando vida a Hassan Bay, de hecho los momentos más interesantes de la película son cuando este aparece, sus frases resultan más ingeniosas y ayudan bastante a despertar la narración, también destaca Francisco Rabal como el Rodrigo Cervantes, empatiza bastante. En papeles secundarios destaca Fernando Rey en la composición de Felipe II, tratado aquí negativamente, se dice que Bruno Frank en la novela había querido hacer con él una traslación de Hitler para poder desahogarse de haber tenido que marchar de Alemania y que los nazis le quemaran varios libros. Hay otros actores españoles en papeles secundarios, tales como Ángel del Pozo como Don Juan de Austria, Ricardo Palacios como Sancho (personaje interesante en el film, con rasgos también del Sancho Panza), José Nieto como Ministro de Felipe II, Jorge Rigaud como el Conde Di Luca o Andrés Mejuto como padre de Cervantes (todos doblados en la versión española a excepción de Rey).

Pero la que más destaca sin que, paradójicamente, pueda hacerlo es Soledad Miranda como Nessa, en Argel juega un papel como cuidadora del escritor y este se enamora... Sin embargo, la película apenas nos muestra nada de ello, leí que sí se habían rodado bastantes escenas con ella, en una web dedicada a la actriz se dice que fue por envidia de Gina Lollobrigida que se eliminasen, En cualquier caso, el vacío de estas provoca una carencia demasiado palpable en un personaje que incluso Cervantes la apoda como la Dulce Nessa, de ahí la Dulcinea y que Frank en la novela la viera como la inspiración de su inmortal personaje.

Y es que hablando de la desaparición de tales secuencias, el montaje del film resulta bastante irregular, se notan demasiado los cambios de escena con cortes incluso abruptos, mejor rodadas están las escenas de la batalla de Lepanto, su cautiverio en Argel y las recreaciones y ambientación que Enrique Alarcón (como he mencionado antes el ejemplo del Cristo de Lepanto) ofrece. Sí, en cambio, hay una buena selección de localizaciones en ciudades como Alcalá de Henares, Denia (Alicante) o Granada con La Alhambra…

Es obvio que Vincent Sherman no había recuperado la forma de los años 40 y 50 y tras el fracaso crítico de esta dejó el cine, aunque luego fue requerido para rodar bastantes series en los EEUU. Uno cuando ve Cervantes se pregunta cómo lo hubiese hecho Bronston y si King Vidor la hubiera rodado. De todas maneras, que una película sea mediocre como es el caso no significa que no tenga su interés y también el hecho de ver un Cervantes distinto del que muchos tienen en mente es motivo ya sobrado de atracción. Ya sabrán que catorce años más tarde TVE rodó su vida y en aquella ocasión la dirigió Alfonso Ungría y con Julián Mateos en el papel del escritor, aquella fue una serie muy controvertida, pero eso ya es otra historia y quizá algún día hable de ella. Si quieren ver la película de Sherman solo la hallarán en un DVD con una copia algo deficiente (dudo de que haya más). En el momento de su estreno y según datos del MCU fue vista por 654.226 espectadores, cifra aceptable para films modestos, pero totalmente insuficiente para este tipo de producciones.

 

26/01/2023

Homenaje a Gina Lollobrigida: La romana (1954)



El pasado lunes 9 de enero fallecía Gina Lollobrigida a los 95 años, una de las grandes divas del cine italiano con carrera en Hollywood también. A raíz del Pan. Amor y fantasía (1953) el productor Howard Hughes se fijó en ella y en su carrera compartía cartel con Humphrey Bogart en La burla del diablo o con Errol Flynn en Espadas cruzadas, el fracaso de esta última le hizo volver a Italia, aunque pocos años más tarde retomaría su periplo hollywoodiense.

 En Italia le esperaba un gran éxito en 1954: La romana, dirigida por Luigi Zampa con quien había trabajado en sus inicios, se trata de una adaptación de la novela homónima de Alberto Moravia, el cual trabajó también en el guion. Ambientada en Roma en 1935, Gina interpreta a Adriana Silenzi que es inducida por su madre a trabajar como modelo para un pintor para hacer frente a su pobreza. Ahí conoce a Gisela otra modelo quien le propone salir con hombres ricos y poderosos.

   

 El guion cuando fue leído por la actriz fue rechazado y le dijo al productor: “Guardate, que io una puttana, cosí non la faccio”. En España hubo que esperar hasta 1970 para poder verla y en 1988 se llevó a la televisión en una miniserie en la que el escritor también colaboró en el guion y que volvió a contar con la actriz, en este caso haciendo de madre de la protagonista.En nuestro país fue emitida por Tele 5

   

 Moravia en sus novelas seguía una línea neorrealista con bastante crítica social y también existencialista, prueba de ello son  El conformista, Dos mujeres, o El aburrimiento, en varias ocasiones fue propuesto para premio Nobel, aunque su mayor recompensa probablemente fuera ver llevadas a la gran pantalla muchas de sus obras, un total de 73 veces sale su nombre si vamos al IMDB entre guiones suyos, adaptaciones y colaboraciones.

 La Romana dura apenas 90 minutos, suficientes para condensar los temas que se esconden tras el dramón aparente que una visión superficial del filme podría dar. La fugacidad de la vida, el arrepentimiento o la lealtad a unos principios se van mostrando, ya sea a través del personaje de ella o de sus relaciones. En absoluto es una película blanca, en el guion también trabajó Ennio Flaiano que escribiese con Fellini (Los inútiles, La Strada, Las noches de Cabiria…) y eso se nota porque esta reducción de la novela está muy bien esquematizada, quizá con un punto flaco que es el papel de la medre de ella, la cual tiene bastante protagonismo en la primera mitad, pero que luego lo pierde.

 Tras la gran popularidad de la película, la carrera de Gina siguió sumando éxitos como la secuela de Pan, amor y Fantasía o La mujer más guapa del mundo que le valió llevar este apodo durante gran tiempo y otra vuelta a Hollywood para protagonizar Trapecio. Su carrera es menor que la de Sophia Loren, pero  podía haber sido al revés, antes he comentado lo que le dijo Gina al productor de La romana, Moravia pensaba nuevamente en ella para el papel de La Ciociara ( Dos mujeres) y De Sica estaba muy de acuerdo, pero la actriz no quería este tipo de personajes, Magnani también lo rechazó y Loren lo cogió, papel que como bien saben le valió el Oscar. 

   

 La carrera de Gina empezó a decaer a finales de los 60, en más de una ocasión comentaba que rechazaba papeles porque el cine estaba cambiando y ya no le interesaba. En 1973 rodaba con Rovira Beleta No encontré rosas para mi madre, película que supuso un adiós prolongado a la gran pantalla, pues luego solo cogió papeles televisivos, no sin antes protagonizar una polémica en nuestro país cuando en 1977 decidía volver al cine para protagonizar Nido de viudas, la actriz abandonó el rodaje y declaró que ella solo daba dinero a los pobres, pues el productor Tony Navarro no le pagaba. En una entrevista con José María Íñigo negaba que su marcha tuviera que ver con malas relaciones con Valentina Cortese y soltaba que eran amigas. Sirva la película que he escogido para homenajearla y comprobar que era una gran actriz más allá del terreno extra cinematográfico. Descanse en paz


El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...