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17/10/2023

Hasta siempre, Pumares

 

─Sí, buenas noches, ¿dígame?

─Hola Carlos, ¿Qué tal?

─Fatal

─¿Por qué?

─Porque estoy trabajando

Este era uno de los comienzos habituales de las llamadas a Carlos Pumares en el Polvo de estrellas de Antena 3 Radio, programa cinematográfico que amenizó las madrugadas en una primera etapa desde 1982 hasta 1993. Con la entrada del Grupo Prisa a la citada emisora, varias de sus estrellas marcharon, aunque él se quedó dos años más si mal no recuerdo, pero el horario cambió y pasó a emitirse a las 20h y ya no era solo de cine, ahí Pumares dio espacio para la medicina natural, gastronomía, etc. No era tampoco ningún cambio brutal ya que le gustaba hablar de ello a menudo. Por desgracia esa Antena 3 Radio pasó en un año a ser "Sinfo Radio", una emisora solo de música clásica y Pumares se fue a la calle. Encontró ubicación en Radio Voz, emisora gallega cuyo proyecto era emitir para toda España, en Barcelona donde vivía no se escuchaba, así que le perdí la pista en 1994.

A mí me han echado de todos los sitios y me gustaría seguir haciendo radio, pero no me llaman, solo me recuerdan por el Fibergrán”, esta fue una de las cosas que me dijo en la sala 4 del Cine Verdi mientras esperábamos el comienzo de una película que se llamaba La vida sin Sara Amat del "BCN Film Fest", me encantó esos días poder haber hablar con él y le agradecí todo lo que había aprendido, confieso que al principio me dio miedo entablar conversación, soltarle algo que le enfureciera y me enviara a paseo, pero no fue así. Él puso de su parte y empezó diciéndome: “Lo bueno de este festival es que tiene unos horarios decentes, no como en Sitges que tenemos que ir en pijama, aunque ese es el mejor de todos” 

Conviene aquí hacer una parada en el texto y explicar qué es eso del "Fibergrán", a principios del 2000 Pumares pudo volver a hacer radio por la madrugada, fue a Onda Cero y entre película y película volvía con la medicina natural porque “ya ven ustedes los japoneses lo que duran”, en una de las llamadas con el doctor, este recetó a una mujer una medicina que se llamaba así, Fibergrán, la mujer no entendió bien el nombre y Carlos se prestó a ayudarla, el resultado fue este:

Puede que esto contribuyera a que Javier Sardá lo fichase para Crónicas Marcianas, ahí explotó y aumentó al máximo el personaje gruñón muy seguro de tener la razón, los que lo conocíamos no nos chocaba el fondo ya que repetía manías suyas como que la tortilla de patata es “solo de patata, sin cebolla”, recuerdo una vez que abrió el programa de radio diciendo que no le llamaran porque tenía que explicar algo grotesco que le había pasado, con voz serena empieza a contar que pide una tortilla de patata en un hotel, creo que dio el nombre, y que cuando se la sirven resulta que  me han puesto calabacín, qué vergüenza, ese cocinero tendría que ser expulsado” y etc., esta última frase gritando y luego preguntando a los oyentes qué les había parecido ese "atentado culinario".  Uno oyéndole hasta disfrutaba, era la madrugada, por lo que si alguien había sintonizado su programa para abrazarse a Morfeo, quedaba de nuevo desvelado por completo.

Sin embargo, entre esas extravagancias y su buen paladar, siempre repetía que iba a los restaurantes "Hispania" de Arenys de Mar con su habitual descripción inicial que era un lugar donde uno se jugaba la vida por una pirueta que había que hacer en la Nacional II y al "Giorgio" de Segur de Calafell al que le pedía que sirviera meriendas también, estaba el de un hombre culto, un cinéfilo que amaba el cine y que no le importaba decir si tal director venerado no le gustaba. A lo largo de los años ha tenido sus fobias, Hitchcock no era de sus favoritos, se ponía a explicar las chapuzas de sus montajes y a decir que Vértigo era mala porque a Kim Novak no le habían hecho la autopsia, de Woody Allen decía que era un gandul porque no realizaba el plano/contraplano, de Luis Buñuel dijo que El ángel exterminador era una tomadura de pelo “como casi todas las de él”, que Spielberg tenia que ir al psiquiatra porque siempre está poniendo bicicletas, señal que no le comprarían una.... No paraba de repetir que solo los grandes eran los que también hacían malas películas y que una vez le llamó la mujer de Berlanga enfadada porque había criticado Moros y cristianos, aquello le quedaría grabado porque no paró de repetirlo.

“Yo empezaba después de García y este decía al acabar que era ya muy tarde y que tenían que ir a dormir los oyentes, yo me enfadaba, pero es una gran persona”, esta fue otra de las frases que me soltó, añadiendo que cuando acababa, ponían la repetición de Supergarcía y que cuando explotó la Guerra del Golfo, con todas las noticias solo tuvo cinco minutos para poner una canción y dar paso otra vez a García.

"Fatal, fatal"... Así creo que estamos bastantes desde que el pasado 12 de octubre la cuenta de Cinemasmusic comunicara su fallecimiento en el Twitter, hacía un par de años que no sabíamos nada de él y al no acudir al Festival de Sitges el año pasado ya temíamos que su salud estaba mal. Muchos han sido los mensajes de afecto hacia su persona desde este mundo cinéfilo y casi todos se podrían resumir en que supo transmitirnos una afición al cine y aunque se enfadase o cortase la llamada, detrás había un buen tipo tal y como pude corroborar hace 4 años. No olvido aquellos especiales del monolito del 2001, los especiales de Qué bello es vivir (¿Recuerdan la escena cuando en El Crack 2, Alfredo Landa va a ver a Arturo Fernández? Se oye en la radio la voz de Martín Ferrand dando paso a un especial de Nochebuena de Pumares), la reivindicación del cine cómico mudo y sus admirados Stan Laurel y Oliver Hardy, con qué pasión explicaba sus gags…

Creo que sería injusto, aunque ahora me soltaría un grito, recordar que antes de Polvo de estrellas, había escrito varios guiones “espantosos todos ellos”, según él: La casa de las chivas de León Klimovsky, en su día todo un gran éxito de público a partir de la obra de Jaime Salom, Separación matrimonial de Angelino Fons, otra película que dio su dinero y tocando un tema polémico entonces, el estilo más que de dramón mexicano como alguno comentó, era más parecido al francés, con un final poco usual en el cine patrio. Luego vino Una mujer prohibida de José Luis Ruiz Marcos, incursión en el cine negro y El extraño amor de los vampiros otra vez colaborando con Klimovsky aunque en esta ocasión la película apenas tuvo difusión comercial. Para TVE escribió los guiones de El hotel de las mil y una estrellas, algo que años después declaró un gran error. En todos ellos aparecían otros nombres, pero él repetía que quien los había escrito en su totalidad era él. Y seleccionaba la película de La clave de José Luis Balbín.

Y de paso, acabo reivindicando el Polvo de estrellas televisivo del que nadie habla ( a ver si en Antena 3 TV pudieran poner un archivo para poder consultarlos) ahí daba paso a varias películas y entre ellas ofrecía entrevistas, información cinematográfica, etc. La cadena privada no gozaba de un gran catálogo de títulos por lo que la elección resultaba dificultosa. Si no recuerdo mal, una de las primeras que emitió fue El ladrón de Bagdad y La Kermese heroica curiosamente emitida en VOSE. Aquello no duró mucho y dejó de presentarlo tras unos meses, hasta apagaba el cigarro delante de todos, así era él, sincero, provocador, culto y buen tipo, pero ante todo un crítico cinematográfico que además era cinéfilo, pocos quedan que reúnan las dos condiciones.

25/11/2022

Once pares de botas (1954), cómo se vivía el fútbol en la España de los 50

 



Tiempos de Mundial en pleno noviembre, el fútbol, como todos saben, ha cambiado demasiado, aunque lo que permanece siempre es esa pasión que notamos en los momentos de los partidos, otros aprovecharán para pasear más  tranquilamente, mientras algún grito celebrando gol se oiga de lejos. Aprovechando estos días, propongo revisar la película de Rovira Beleta Once pares de botas de 1954.

Parte de una idea de Lluís Trías de Bes i Terres que había participado en algunos guiones como El conde Max sin acreditar o El casco blanco de Pedro Balañá, abogado y escritor en "La Vanguardia", fue directivo del RCD Espanyol en los 50, dato interesantísimo ya que hace unos años el crítico de cine Edmond Orts desveló en la revista “23 perico” que la escena inicial está inspirada en el fichaje frustrado de Kubala por parte del club periquito cuando este ya estaba citado para la rúbrica, pero el FC Barcelona se adelantó y envió a un emisario que se lo llevó al Hotel Majéstic del Paseo de Gracia donde firmó. En la película curiosamente las cosas cambian y es el RCD Espanyol el que quiere adelantarse y robar el fichaje del jugador interpretado por José Suárez por el club ficticio Hispania.


Distribuida por una Cifesa ya en línea decadente, fue la segunda película que produjo Alfonso Balcázar tras el fracaso de Catalina de Inglaterra, apostó por esta porque veía un producto comercial y contó con un Rovira Beleta para la dirección que acababa de tener un gran éxito de crítica y público con Hay un camino a la derecha, las cuentas previstas calculaban que muchos aficionados irían, pero el hecho es que no tuvo la repercusión esperada, el fútbol era para verlo en los estadios. Algunos críticos han señalado que las escenas en las que juegan son bastante pobres, pero hay que tener en cuenta que los medios para rodar el deporte rey no eran ni de lejos los que tenemos ahora, ni tan siquiera los de hace tres décadas. Aparte de esto, hubo problemas para poder filmar en estadios, cuenta el director en el libro Rovira-Beleta. El cine y el cineasta que le hizo Carlos Benpar  que rodaron escenas en medio de un descanso de un partido de la selección, en apenas el cuarto de hora que tenían hizo lo que pudo, aparte de intentar que José Suárez, que como actor era magnífico, quedase bien dándole al balón, algo que no fue así, pero es lo de menos analizando todo.

Y digo esto último ya que creo que el árbol no nos deja ver el bosque, no hay que analizar la película por cómo están rodados los partidos, sino por ser un retrato del fútbol, de sus costumbres y lo que hay detrás. Hace ya algunos años escribí una crítica en el FilmAffinity y destacaba que desde el inicio tiene esa peculiaridad de estar narrada por la farola de Canaletas, esta idea parece que fue idea del guionista Manuel María Saló que formó un tándem formidable con el director en más de una ocasión y le dota de unos diálogos excelentes.

La estructura de la película es básicamente de comedia, y ese inicio con la chica intentando “secuestrar” al futbolista es digno de Howard Hawks como ya han apuntado otros, añadiría también ese homenaje al "toque Lubitsch" cuando van a besarse en el tren y no lo vemos, pero la cámara enfoca al revisor que con su rostro mirando el vagón ya nos está diciendo qué pasa ahí. Tiene también su parte de drama: las lesiones, la compra de partidos o un tema como el de ese “dopaje” con esas pastillas que ya nos indicaban que algún refuerzo extra prohibido se tomaba más de uno.

Con el paso del tiempo creo que se revaloriza todo el costumbrismo de la época en torno al deporte rey, como seguir los partidos por la radio, la película es un gran homenaje al medio y la cámara nos enfoca varios aparatos en diferentes espacios desde la casa donde era el centro de atención de todos, incluso cuando se comía o en la casa del cura del pueblo. Vemos también al recordado Miguel Ángel Valdivieso retransmitiendo e insertando aquella publicidad en una frase, o el mítico Matías Prats con sus inconfundibles gafas oscuras… La gente más joven que me lea, probablemente, encuentre prehistórico todo esto, pero era una manera de vivir los partidos más cercana y entrañable, totalmente alejada del negocio audiovisual de hoy en día.

Un gran acierto fue contar con Manolo Morán como ese aficionado que hasta destroza sus gafas celebrando un gol, esas imágenes de él cogiendo ese tranvía lleno en la Plaza Cataluña de Barcelona, los partidos empezaban a primera hora de la tarde, para nada eso de empezar a las tantas. Su sufrida esposa que rellena una quiniela esperando que la suerte y ese dichoso fútbol cambien su destino...

Aunque como he dicho al principio no es película para ver grandes jugadas de nuestros futbolistas, sí en cambio podemos ver a varios actuando y salen bastante bien librados, Josep Samitier como secretario técnico del Hispania, Francisco Javier Marcet doblado por Juan Manuel Soriano, Mariano Martín dando vida a ese jugador arruinado que vive de la limosna, un Antoni Ramallets presumido que hasta se peina en la portería y doblado por Alfonso Santigosa, Aldecoa de entrenador y con voz de Felipe Peña... No solo doblaron a los futbolistas, la protagonista Carmen Pardo está doblada por Carmen Lombarte y Elisa Montes por la recordada Rosa Guiñón, esta fue su primera película donde prestó su bella voz. Ya hacia el final vemos a otros futbolistas de distintos equipos cuando son citados por la Selección Nacional y la farola de Canaletas dice que la mayoría de aficionados no acertó en la lista de convocados, en algo el fútbol sigue siendo igual.

Entre los secundarios hallamos a un entrañable Pepe Isbert que le da instrucciones al monaguillo de donde ha de poner la vela según quien marque para él enterarse, escena que, volviendo al libro de Carlos Benpar, cuenta Rovira Beleta que se la cortaron y que él enfadado se fue hasta La Coruña en coche desde Madrid para hablar personalmente con el cura que había dicho que se quitara, finalmente consiguió ser escuchado y que la pudiéramos ver. 

También vemos a una Mary Santpere que a pesar de tener un papel secundario, y no muy agradecido, lo dotaba con su comicidad y desparpajo habitual escuchando tras la puerta lo que comentaban los jugadores, los cuales vivían en pensiones y no en hoteles lujosos. Sale una frase por ahí en la que le dicen sus compañeros a José Suárez, que al principio presume de estar hospedado en el Excelsior, que vaya mejor a una pensión pues se descansa igual y al menos te sangran por la mitad, qué tiempos aquellos en que los divos del calzón corto como diría aquel periodista asturiano no vivían de lujosas mansiones, coches último modelo, vacaciones lujosas y sueldos desorbitados.

Recomiendo, pues, ver Once pares de botas y debatir cómo ha ido evolucionando esto del fútbol y la sociedad, en una escena la chica muestra unas películas rodadas de cuando el futbolista jugaba en segunda división y hasta hay un momento en que la gente del pueblo muestra su ira hacia el árbitro contestando ella que “es como una película de Vittorio de Sica”, pero no, estamos ante la eficacia  de todo un maestro como Rovira Beleta que iría perfeccionando ese neorrealismo inmediatamente después con El expreso de Andalucía y nos seguiría dando grandes películas en un cine español que tan poco le gusta reconocer a sus grandes.

16/10/2018

Aquella radio cinéfila de los 90


Quienes ya han crecido con el internet y poniendo velas a San Google probablemente encuentren anticuado mi artículo. Para mí, y creo que también para muchos será eterno el amor a la radio y especialmente a esa radio cinéfila hoy tristemente en vías de extinción.

Con aquellos transistores crecimos, aprendimos y desarrollamos nuestra pasión cinéfila. Esas palabras algo repelentes que se han ido apoderando del vocabulario como “masterclass” no existían para nosotros, la mejor lección era leer y escuchar mucho, contrastar opiniones y respetarlas.

Viajo en el tiempo y me voy a la década de los 90, y en concreto a esa radio, la FM aun era incipiente y había bastante variedad de programas, entre ellos un buen surtido de dedicados al séptimo arte. Me centro en los que se podían escuchar en Barcelona.

Probablemente el programa mítico fue el Polvo de estrellas de Carlos Pumares que cada madrugada esperábamos. Se emitía después de Supergarcía, con lo cual uno se perdía esperando a que sonara aquel maravilloso Stardust…

 Según el día, Pumares salía a la 1:30 de la madrugada, a las 2 o vaya usted a saber…Horas imposibles, había que madrugar y salvo los viernes y los veranos era complicado escucharlo.
La estructura del programa era sencilla, empezaba con una canción y luego daba paso a llamadas telefónicas donde le preguntaban de todo.
 A veces se ha querido dar de él una imagen antipática, de poca paciencia con los oyentes y algo grosera. No negaré que a Pumares a veces se le iba el programa, pero si ponemos en una balanza lo bueno y lo malo, gana lo primero por mayoría aplastante. Con Carlos aprendí mucho de cine, y también a ser sincero en gustos. Él no se cortaba en decir que Woody Allen era mal director porque no usaba el plano/contraplano, que no le gustaba Vértigo o que el mago del suspense hacía muchas chapuzas. Obviamente no comparto para nada todo eso, pero me gustaba que alguien primara ante todo lo que él pensaba...

Había otros programas de cine que recuerdo con cierta emoción, en la extinguida Onda Rambla teníamos las tardes de los sábados Cine el cuerpo conducido por Eduardo de Vicente. Con este crítico compartía bastante sus gustos cuando ponía las estrellas en el Periódico. (En este diario había tres críticos entonces: Quim Casas, él, y el malogrado Norberto Rebechi).
El programa tenía un aire más humorístico. Su sintonía eran unos cortes de unas películas seguida de la música de Taras Bulba. Luego cuando él empezaba a hablar sonaba Bitelchús.
 Lo primero que hacía era repasar los estrenos de la semana (se notaba que curraba pues las veía casi siempre todas), luego había entrevistas, concursos…En la segunda hora la gente votaba por su película favorita, la música que sonaba era la de Hoosiers de Goldsmith.



 Otro programa que había y que por suerte aun está en antena a pesar de los múltiples cambios de horario es La claqueta con la música de Silverado ya como emblema
 En aquel tiempo la escuchaba por Radio Salud primero los sábados, luego los domingos. Su presentador Pepe Nieves creaba un espacio muy bien cohesionado y la participación del experto Edmond Orts (por aquel entonces Don Hollywood) era más que interesante. Él probó un espacio en la COPE que se llamó Avanti  en homenaje a la infravalorada película de Wilder y que comenzaba con la música de Río Conchos .

En Radio 4 hubo durante un breve espacio de tiempo un excelente programa que conducía Víctor Alexandre y que contaba con el crítico musical Joan Padrol "Hollywood Boulevard". Había una sección en que se analizaba una película o a alguna estrella. Era un programa hecho con cariño, muy en la línea de los que ofrecía esta emisora por entonces
En la misma cadena apareció después otro llamado Va de cine que presentaba Conxita Casanovas, pero ya con otro formato.

En Catalunya Radio desde que era pequeño siempre he visto al mismo crítico, Àlex Gorina. Se le ocurrió durante unos veranos hacer una especie de programa que competía con el de Pumares simulando que estaba haciendo un viaje en un barco, la gente en vez de llamar simulaba “subir a bordo”. Era muy fan de las bandas sonoras, consiguió que en la emisora de música clásica de la corporación tuviera cabida un espacio los martes. Sigue los fines de semana a altas horas de la madrugada con su programa de La finestra indiscreta.

También en las radios locales teníamos espacios, en Radio Gracia los sábados por la mañana teníamos Els somnis de Hollywood. Con modestia se demostraba que se podía hacer un buen espacio. No hace mucho les escribí preguntando si podía enviar un proyecto de programa de cine, pero tuve la callada por respuesta.

En fin, fueron ondas que contribuyeron a hacernos ante todo más felices con el cine y a vivirlo más. A todos ellos gracias por esa radio inolvidable.

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...