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16/05/2024

La culpa fue de Eva (1958)

 


Como bien sabrán, el próximo 18 de mayo es el Día internacional de los Museos, me puse a pensar en las películas rodadas en el Museo del Prado y aparte de documentales, encontré algunas como El pobre García (1961) dirigida e interpretada por Tony Leblanc (ya saben que siempre decía, incluso en su biografía, que nació ahí) donde daba vida a un inefable guía, Último chantaje del mismo año dirigida por George Marshall con Rita Hayworth y Rex Harrison de ladrones y paseando por los pasillos de este y ya décadas más tarde tenemos La hora de los valientes (1998) de Antonio Mercero, aunque mayoritariamente las escenas están rodadas en decorados. No hay demasiadas como ven, en el exterior encontraríamos más, sin embargo hay una que no se suele citar y es precisamente la que traigo hoy, se trata de La culpa fue de Eva (1958) o en su título original en italiano: Totò, Eva e il pennello proibito.


El nombre de Totò, que quizá más de uno lo asocia al niño de Cinema Paradiso, está actualmente olvidado injustamente, fue un importante cómico italiano nacido en Nápoles en 1898 y su nombre era Antonio Vincenzo Stefano Clemente, había empezado en el teatro de variedades y como comediante solía utilizar el dialecto napolitano ya que era la variedad que había conocido en la calle, su físico con su rostro de mentón largo, sombrero viejo, figura enjuta y dos ojos grandes con vista perpleja le daban un aire a lo Buster Keaton, en un principio se le comparaba mucho con él.

Pero fue tomando más forma en sus actuaciones un humor sarcástico, bastante atrevido para la época, el cine empezó a fijarse en él y en 1937 debuta con Fermo con le mani, eran películas muy locales, pero grandes de la comedia italiana empezaron a querer contar con él: Monicelli, Eduardo de Filippo, Mario Mattoli, De Sica o un tal "Steno" que es el director precisamente de la película de este artículo.

Tal apodo correspondía a Stefano Vanzina que empezó como caricaturista y con este firmaba sus dibujos, el antes mencionado Mario Mattoli viendo su habilidad le contrató como guionista y más tarde comenzaría como ayudante de dirección, precisamente su colaboración con Monicelli en varias que tenían de protagonista a Totò fueron sus mejores obras como Guardias y ladrones (1951) , Steno puso de moda incluir el nombre artístico del cómico en el título, de ahí surgieron Totò busca piso, Totò y el rey de Roma, Totò a color...Otros realizadores seguirían con el mismo esquema, incluso para los más curiosos había aquella que tras el éxito de Marcelino, pan y vino (1955) rodó con nuestro Pablito Calvo: Totó y Pablito (1958) (ahí llamada Totò e Marcellino).


La carrera de Steno no fue muy valorada posteriormente, aunque fue de los primeros en darle oportunidades a cómicos como Alberto Sordi en Un americano... de Roma (1954), sus películas tenían éxito, pero la crítica cargaba contra él por verlo demasiado comercial, títulos como Copacabana Palace (1962), Amor a la italiana (1966) El aventurero de la rosa roja (1968) figuran entre las más conocidas. Intentó, cuando pudo, realizar un cine diferente y así en 1972 rodó La policía agradece, un thriller que se llevó ni más ni menos que la Concha de plata del Festival de San Sebastián.  También ofreció a Bud Spencer papeles más serios, que aunque seguían siendo comedias, tenían un tono más serio: El super poli (1972), Puños fuera (1975) o Zapatones (1980), o la serie Big Man (1988) en la que interpretaba al detective Jack Clementi, pero también con él siguió con títulos más cómicos y famosos como Banana Joe (1982), pero como ya pueden intuir, este cine casi era innombrable para la crítica.


La culpa fue de Eva fue una coproducción italiana con Francia y España, reunía un reparto de los tres países, en lo patrio encontrábamos a José Guardiola que por aquel entonces había protagonizado una gran película negra llamada El cerco (1955) de Miguel Iglesias y había conseguido protagonizar, aunque en roles secundarios, coproducciones como Los amantes del desierto (1957) con Carmen Sevilla (película que luego se haría famosa cuando fue doblada por Tip y Coll en El asalto al castillo de la Moncloa (1978)), junto a ella también saldría en Aventura para dos (1958) de manos de Don Siegel. También encontramos a Pilar Gómez Ferrer, otra de nuestras grandes secundarias, que hace aquí de millonaria estadounidense en plan Margaret Dumont.

Como ven, no teníamos un gran protagonista aquí, aunque poníamos el escenario principal: el Museo del Prado y Madrid. En la parte francesa se contó con Louis de Funes (de ascendencia española) cuyo nombre estaba empezando a sonar bastante desde que Claude Autant-Lara le diera unos minutos en la popular La travesía de París (1956), aunque fue Yves Robert sobre todo quien empezó a popularizar su comicidad en Visto y no visto (1958), así que juntarlo con el ya reconocido Totò podía ayudar a que siguiera adelante su carrera e internacionalizarlo. Aquí no lo vemos tan expresivo como de costumbre, aunque ya encontramos características de su personaje, ahí estaba su torpeza habitual, su carácter regañón,  sus nervios…A Totò le impresionó su manera de actuar, especialmente las gesticulaciones que luego popularizaría aun más, se pensaba que estaba loco, el cómico italiano tenía una enfermedad por la que estaba perdiendo vista y al no verlo bien incluso se asustaba cuando hablaba. Los dos formaron un buen tándem, aunque evidentemente Totò era el personaje principal y De Funes aquí secundario, Steno los volvió a reunir en Los defraudadores al año siguiente.

Y para que la comedia tuviera su interés comercial faltaba una actriz que llamase la atención, se contrató a Abbe Lane que por aquel entonces era la esposa de Xavier Cugat (la cuarta que tuvo) y la cantante de su orquesta, el rodaje coincidió con una gira que el músico estaba haciendo por España, ella había trabajado anteriormente con Totò es Mi mujer es doctor (1957). Desde que formalizaron matrimonio y la popularidad que esto conllevaba, comenzó a tener papeles en westerns de serie B, luego comedias italianas, algún peplum, pero no consiguió grandes papeles, tras su divorcio en 1965 fue quedando en el olvido.


El germen de esta comedia, y creo que es interesante referirme a ello, está en la producción de Henry Koster de 1958 La maja desnuda que reunía ni más ni menos que a Ava Garder como la Duquesa de Alba y a Tony Franciosa como Francisco de Goya, ya saben que las lenguas viperinas decían que  había habido un romance, qué mejor oportunidad para los productores italianos que contar con capital hollywoodiense e intentar un gran éxito, pero España no quiso saber nada de esto, ni se rodó nada en nuestro país, incluso se prohibió la película y no fue hasta 1989 en un pase de TVE que se pudo ver. La popularidad de tal rodaje en Italia hizo que se quisiera estirar la cuerda con el tema de Goya y la Maja con una película cómica, algo frecuente en las películas de Totò como Totò y CleopatraTotò y Tarzán, Totò de Arabia, Tottò, Peppino y la Dolce Vita.


La culpa fue de Eva tuvo sus problemas también con la censura española, un metraje de 99 minutos fue reducido a poco más de 75, se cortaron todas las escenas que salía el cuadro con "La Maja" usando bikini, bañador, vestidos cortos…También se eliminaron curiosamente los momentos en que se ve el cuadro de "La maja desnuda" en el Prado, todo un disparate paranoico.

El argumento giraba en torno a un delincuente apodado el "marqués" (un magnífico Mario Carotenuto) que acababa de salir de la cárcel y decidía volver a las andadas, con ayuda de su compinche (Abbe Lane), que se hará pasar por su esposa. Ahora se trata de estafar y para ello pide a un copista (Totò) que plagie un cuadro de Goya, para convertirlo en la tercera "maja": "La maja con el camisón". Más tarde, un experto (Louis de Funès) creerá que se trata de la obra original, ya que está subyugado por la esposa del "marqués"...El guion estaba escrito por los habituales de las películas de Steno: Vittorio Metz y Roberto Gianniti, para acoplar los diálogos de De Funes en la versión francesa se contó con Jean Halain que sería también un fijo en sus posteriores comedias más populares. Otro nombre, aunque no acreditado en el guion, era el de Ruggero Maccari que había escrito grandes comedias con Totò como Guardias y ladrones (1951) o Miseria y nobleza (1954), participaría en grandes clásicos del cine italiano como La escapada (1961), Monstruos de hoy (1963), Perfume de mujer (1974) o Una jornada particular (1977)


Como ven el argumento era bastante ingenuo y de lo que se trataba era que hiciera reír, más que creerse la historia. Para ello, se producen bastantes confusiones lingüísticas entre el italiano y el castellano con el personaje de Totò que con su peculiar expresividad y mirada resultan graciosas, juega con los seseos, las confusiones de palabras, diálogos que hasta resultan surrealistas y que recuerdan a los de los Hermanos Marx. Una de las mejores escenas es cuando decide disfrazarse de torero cuando llega a Madrid porque piensa que así pasará inadvertido, pero es detenido por la Guardia Civil, Totò los señala y les dice que también ellos van disfrazados de generales, evidentemente estas secuencias fueron eliminadas en su momento en la versión española.

Desgraciadamente, al quedar tan reducido aquí el metraje se estrenó compartiendo cartel con otra película, por ejemplo en Barcelona junto con El valle de las mil colinas en el Cine Atenas de la calle Balmes (toda una doble sesión de cine de barrio auténtico). "La Vanguardia" del momento solo recogía información de esta última, mientras que de la película de Steno tan solo decía que era una cinta desenfadada y divertida que tenia como principal aliciente la figura serpentina de Abbe Lane y la intervención del bullicioso y pintoresco Totò. En Madrid fue al Lope de Vega de la Gran Vía.

A pesar de que Louis de Funes iría alcanzando una popularidad incluso mayor que la de Totò, especialmente en nuestro país, la película fue olvidada rápidamente, hubo que esperar a la llegada de las televisiones privadas que por aquel entonces programaban bastantes películas de los dos cómicos y muchos los descubríamos ahí, así Tele 5 la emitió un par de veces, pero en la versión reducida antes comentada. Resultaban curiosos, y más hoy en día, ciertos comentarios en la sección de críticas de cine en televisión, Ángeles Maso la describía así: "La escultural ex esposa de Cugat hubiera merecido que el pintor realizara una réplica de la Maja de Goya, desnuda, pero entonces el horno no estaba para bollos" (4-11-91)

Poco a poco se dejaron de emitir estas películas, pero llegó otra “resurrección” de estas con la llegada del DVD y así La culpa fue de Eva fue editada en DVD, al principio por una empresa llamada JV Imagen que distribuía la misma copia utilizada por el canal privado. Por suerte, tras unos años, fue distribuida por "La casa del cine para todos" que recuperó bastantes buenos títulos europeos en condiciones óptimas y nos ofreció la copia íntegra, se podían diferenciar claramente las partes mutiladas ya que no se doblaron de nuevo y se presentaban en versión original.

Recomiendo, pues, recuperar esta comedia, mantener en la memoria ese genio llamado Totò y ese gran cómico que fue Louis de Funes y que tantos buenos ratos nos hizo pasar, para algunos tales nombres les sonarán a reliquia, pero estas se guardan en los museos y se deduce que para ser expuestas (y vistas), aprovechemos tal día para desempolvar nuestros olvidos (y prejuicios) y tal vez más de una sorpresa habrá, seguro que por lo menos no podrán evitar alguna risa.

24/04/2024

Asesinatos de la calle Morgue (1971)

 


En esta semana tan literaria vamos a asomarnos a alguno de esos escritores tan tratados en el cine como es el caso de Edgar Allan Poe (1809-1844), si consultamos el IMDB nos salen nada menos que 479 referencias entre películas, series, programas, cortos…Pero las más famosas quizá fueron las adaptaciones de Roger Corman que aprovechó la carencia de medios económicos para agudizar el ingenio a la hora de lograr unos productos que lograban bien su propósito de aterrarnos y de paso ser fiel al espíritu del escritor.

Hollywood se fijó especialmente en su cuento publicado en 1841 con el título de The Murders in the Rue Morgue, este reunía una serie de características como ser considerado el primer relato detectivesco de la historia de la literatura o en el que se retaba al lector a resolver un enigma de apariencias inexplicables. Poe creaba con su personaje de Auguste Dupin una especie de modelo de lo que sería el Sherlock Holmes posterior y durante el relato teníamos un buen uso de cierto humor negro con momentos como cuando los testigos van diciendo qué lengua habían escuchado.

Ya el cine mudo había tratado el cuento en cuatro ocasiones, pero fue la versión de la Universal de 1932 dirigida por Robert Florey la que tuvo resonancia, aunque en su momento no fuera bien recibida. Los estudios le habían reemplazado un año antes en la dirección de El doctor Frankenstein por James Whale y Boris Karloff  habia sustituido a Lugosi. Como compensación, Universal asignó a Florey y a Lugosi la película Murders in the Rue Morgue estrenada aquí como El doble asesinato de la calle Morgue, con una importante dosis de influencia de expresionismo alemán, fue un film maldito ya que se cortaron más de 20 minutos por considerarla demasiado violenta. Introducía varios cambios respecto al texto, aunque el tópico de ser fiel al menos en las constantes del autor se podría decir que se respetaba, aunque los más exigentes no lo vieran así

La otra versión más famosa fue la de la Warner de 1954, la cual encargó al artesano Roy del Ruth una versión en 3D para seguir con el éxito de Los crímenes del museo de cera en plena batalla contra la televisión, la película seguía más el esquema de la versión de la Universal por lo que tampoco era fiel, aunque hay que decir que cinematográficamente el guion estaba milimétricamente estudiado para establecer una buena simbiosis entre lo que es una adaptación cinematográfica distinta, pero que reflejara los temas que trataba Poe. Contaba con el gran Karl Malden de protagonista y con el tiempo se ha revalorizado ya que en su día aquello de ser vista como un divertimento para disfrute con esas gafas tridimensionales le restó puntos entre los más puristas.

La versión que traigo aquí es de 1971 y fue dirigida por Gordon Hessler, un director de origen alemán, criado en Inglaterra y que emigró a los EEUU de joven. Ahí trabajó en la serie de Alfred Hitchcock presenta supervisando guiones, produciéndola y dirigiendo varios episodios. Su primera película importante fue La caja oblonga (1969), otro relato de Poe que reunía a Cristopher Lee esta vez con Vincent Price, aunque en su posterior La carrera de la muerte (1970) consiguió que Peter Cushing completara el trío. Estamos, pues, ante un nombre que conocía bien el género.

Eran películas con escaso presupuesto y la fórmula que la Hammer tan bien exprimió y que tuvo tantas imitaciones empezaba a decaer, Polanski había revolucionado el género con La semilla del diablo (1968) producida por una "major" (la Paramount) y de otros grandes estudios llegarían El exorcista (1973) (Warner) o La profecía (1976) (Fox). La crítica y el público empezaba a dejar de lado estos entrañables filmes de terror de las pequeñas productoras, aquí era la American International Pictures que se había formado en 1954 de la mano de James H.Nicholson y Samuel Z. Arkoff y que se había especializado en varios géneros y que tuvo en Roger Corman uno de sus máximos exponentes. 

Hessler rodó Murders in the Rue Morgue en España para reducir aun más los costes, concretamente utilizó calles de Toledo, su Teatro de Rojas, San Lorenzo de El Escorial, Colmenar Viejo, el parque del Capricho de Madrid y su Palacio de los Duques de Osuna. Contó con el diseñador de producción José Luis Galicia que estaba haciendo muchos westerns en Almería, la fotografía corría a cargo de Manuel Berenguer, de la música se encargaba Waldo de los Ríos que acababa de tener un gran éxito musicando La residencia de Narciso Ibáñez Serrador (A día de hoy una de las mejores bandas sonoras jamás compuesta para una película española,). Al director le habían recomendado el nombre del operador de cámara Salvador Gil que había trabajado entre otros con Ladislao Vajda en sus títulos más famosos y lo fichó para la importante tarea que este tenía para el film. Otros nombres en el equipo eran los de Juan Carlos (“Kuki”) López Rodero que tendría una carrera pletórica. 


Pero los seguidores de Poe se llevaron otro gran chasco ya que los productores dejaron bien claro que no valía la pena rodar otra versión del cuento a pesar de que la fidelidad al texto original brillaba por su ausencia en las anteriores y que había que seguir dándole otras vueltas, Hessler pensó en mezclarla con El fantasma de la ópera de Gaston Leroux y así se nos presenta a Cesar Charron (Jason Robards), el propietario del teatro Grand Guignol de París que está representando una adaptación de Los crímenes de la Rue Morgue, pero a su hija Madeleine (Christine Kauffman), la obra le provoca pesadillas. Varios miembros de la compañía empiezan a ser asesinados y Charron empieza a sospechar que quizá René Marot (Herbert Lom), el asesino de su mujer (Lilli Palmer) al que la policía dio por muerto, esté vivo.

 

  Cobraba especial interés el personaje de Pierre Triboulet interpretado por el actor Michael Dunn que medía «1,19m» a causa de una enfermedad. Podemos ver a varios actores españoles entre los secundarios, aunque más bien de extras especialmente entre los miembros de la compañía, nombres como María Martín, Rafael Hernández, Luis Rivera, Xan das Bolas, José Cobo... Un poquito más de papel tenían el inefable y mítico Víctor Israel como conductor del carruaje o Inma de Santis como la Madeleine adolescente.

En esta versión no aparece el personaje de Auguste Dupin, pero sí el del inspector Vidocq que fue realmente el que había inspirado a Poe, lo interpreta Adolfo Celi y lo caracteriza bastante bien, se come bastante a Jason Robards quien no estaba a gusto en la película ya que la consideraba un paso atrás en su carrera, y tal como comentara su director se trataba de un personaje malhumorado interpretado por un actor con poco sentido del humor, valga la redundancia. Herbert Lom en cambio conseguía un personaje siniestro con su rostro y mirada penetrante, ya había interpretado en 1962 la versión de la Hammer de El fantasma de la ópera por lo que su elección era más que oportuna.


Durante casi todo el metraje hay un peculiar uso de la cámara (de ahí la importancia en que fuera alguien que la dominara), en muchos planos esta es llevada en mano, hay un uso constante del contrapicado, ángulos que por aquel entonces no eran los más habituales y que creaban una sensación angustiosa. Como hemos dicho y reiterado, apenas había presupuesto por lo que el director tenía que saber crear un poder de sugestión que lo lograba en escenas como rodando con el teatro vacío, la feria, el parque del Capricho con esa fotografía espléndida que resaltaba el ambiente melancólico otoñal o el palacio con todos esos objetos algo peculiares. Resaltar que la también aquí notable música de Waldo de los Ríos y los efectos sonoros ayudaban bastante a conseguir la atmósfera deseada

El guion corría a cargo de Christopher Wicking y de Henry Sleser, este último había escrito también varios episodios de La hora de Alfred Hitchcock y Hessler conocía de primera mano su talento, también escribió guiones para las series de La dimensión desconocida y Tales of the Unexpected, de bien seguro que su mano se nota en esos toques algo irónicos que tiene el film o en su enigmático final.

Asesinatos en la Calle Morgue tiene una puntuación muy baja en las distintas webs de cine, ni está (ni se le espera) en las diferentes plataformas, sí que salió en DVD en el 2013 en una copia pasable, pero sin llevar los subtítulos en castellano, aunque en la caja sí los anunciaban. Creo que vale la pena verla y es una buena muestra del género sin tener que recurrir al sexo o al exceso de sangre como pasó en el "fantaterror" español a medida que avanzaba la transición.  Aquí tienen la banda sonora de Waldo de los Ríos:





29/02/2024

El signo del Zorro (1940)

 



Aprovechando la emisión de TVE de la serie sobre el Zorro (floja según la crítica y finalmente relegada a la madrugada), pensé que era buena ocasión para recuperar una de las mejores versiones que sobre el personaje creado por Johnston McCalley en La maldición de Capistrano (1919) se han hecho y que había sido ya  llevada en 1920  por Fred Niblo y Theodore Reed con un inolvidable Douglas Fairbanks. Pero yo hablaré de la que interpretó Tyrone Power en 1940 a las órdenes de Rouben Mamoulian para la Twentieth Century Fox y que detecto bastante olvidada y eso que está al mismo nivel que los clásicos de aventuras de la época, especialmente las de Michael Curtiz con la pareja Flynn-De Havilland.


Parte de esa "amnesia" es debida a una nefasta programación de esta película a lo largo de las décadas, emitida en TVE en los lejanos 70 en un ciclo del actor, en los 80 en vez de emitirla en su "Primera Sesión" nos la ofreció en su espacio de "Cine de Madrugada", ignoro si alguna autonómica la recuperó después, pero hubo que esperar al estreno de la versión de Antonio Banderas para que Antena 3 la emitiera en varios pases, pero a las cinco de la mañana, aquellas eran épocas de programar el vídeo y que nos saliesen anuncios de la vidente Aramís Fuster o teléfonos pornográficos... Por suerte la FOX la editó en VHS y ya pudimos disfrutar de ella sin sobresaltos, pero cuando sale en DVD nos la ofrecen en una única copia coloreada y desde entonces ya no se ha vuelto a saber sobre ella.

También esa marginación puede ser debida al poco conocimiento también que hay actualmente de Mamoulian, director que fue de los más importantes de los años 30 en Hollywood, era algo más que un artesano, pero su carrera empezó a decaer por su carácter quisquilloso y seguir queriendo ser un autor, no aceptó las trabas de la FOX mientras rodaba Laura y pasó esta a manos de Preminger, que también lo sustituyó en Porgy And Bess, con la misma productora empezó Cleopatra y al final se tuvo que ir y el pobre Mankiewickz tuvo que padecer todas las neuras del rodaje y lo que vino a continuación que casi hunde a los estudios.

Pero la fama de Mamoulian fue, principlamente, con los estudios de la Paramount donde se especializó en musicales (Ámame esta noche, 1932) en cine de gánsteres (Las calles de la ciudad, 1931), terror (El hombre y el monstruo, 1931)... En 1933 tuvo su primer revés de crítica y nada menos que rodando con Marlene Dietrich El cantar de los cantares, curiosamente ese mismo año lograba su película más recordada y con Greta Garbo, esta vez para la Metro: La Reina Cristina de Suecia. Las comparaciones de los filmes entre las dos divas fueron algo más que odiosas. Mamoulian había conseguido también grandes avances técnicos, consiguió que el sonido de la cámara no se entrometiera en los diálogos y con La feria de la vanidad (1935) para la RKO consiguió que fuese el primer largometraje en ser grabado en Technicolor de tres tiras.

Vean ese despertar de Ámame esta noche:


Así pues, no nos tendría que sonar a extraño su nombre y para una película de aventuras como El signo del zorro podía mostrar todas sus cualidades, a pesar de tener que ceder a lo que era el canon impuesto en este tipo de producciones para ir en programas dobles, las cuales no tenían que ir más allá de los 90 minutos. El guion era de John Taintor Foote, no muy conocido, aunque escribió posteriormente el de Encadenados ,Garret Fort que había trabajado ya con el director y que se habia especializado en el cine de terror escribiendo los de la Universal para Drácula y El Doctor Frankenstein y Bess Meredyth que había trabajado para varios estudios importantes y que participó en el primer Ben-Hur (1925), fue la tercera esposa y viuda de Michael Curtiz

Por una parte, El signo del zorro no es una película de grandes exteriores, la mayor parte de la acción transcurre en decorados, Mamoulian demuestra su experiencia en variedad de géneros al presentarnos ya desde el comienzo una puesta en escena coreográfica con los espadachines u otro despertar excelente como aquel mostrado antes con la primera aparición del héroe ante los habitantes del pueblo todos al unísono; el uso de las sombras (la fotografía fue de Arthur Miller, uno de los habituales de Ford en la FOX), especialmente en las apariciones del protagonista que recuerdan el cine de terror e incluso las del cine negro posterior; la comedia con los diálogos entre Power y Darnell en la capilla o el personaje del fraile o el personaje del gobernador que tiene su lado cercano, es de esos malos que caen bien por lo patoso que es, el guion daba al personaje de Basil Rathbone (El Capitán Esteban Pasquale) toda la maldad.

Por otra parte, detectamos una estructura de cómic en el que tenemos muchas licencias, damos por verosímil la excusa de que se piensen que el zorro es el fraile, el pasadizo secreto que deja con sus huellas, los juegos de magia que le ayudarán posteriormente, de hecho Powell le da al personaje de Don Diego bastante versatilidad, hay quien ha visto incluso un toque amanerado en más de una ocasión que contrasta con la ingenuidad y candidez de Linda Darnell, luego actriz que desarrollaría otro tipo de caracteres. Hay escenas como la de cuando el protagonista ha de lanzarse con el caballo por el puente que pecan de ser totalmente increíbles, pero el espectador lo daba por bueno (!¡y qué más daba!), además lo mejor era lo que venía antes, en este caso tenemos una persecución antológica y si no se salvaba él pues cómo iba a continuar el filme, este tipo de cuestiones también se siguen dando en el cine de superhéroes.

Quizá la escena mas recordada sea la del duelo de espadas entre el Zorro y Rathbone, dos años antes este último se batía con Errol Flynn en Robin de los bosques en otra antológico momento, en aquella ocasión se jugaba más con la acrobacia, aquí Mamoulian cambia el registro y lo hace más realista para no calcarlo, son dos tipos de vista y ambos son excelentes y ya han pasado a la historia del cine, aunque particularmente creo que ambos serían superados por el duelo que hay en Scaramouche de George Sidney. Por cierto, como anécdota, se nos dice que el personaje de Basil Rathbone fue instructor de esgrima en Barcelona, a esto le gustaba recordarlo Juan Marsé y agradecía que Hollywood se acordase de lo que para él era "el culo del mundo" en aquellos años.

 Ahí tienen el duelo y cómo acaba, aunque se deduce quién va a ganar, aviso por si las moscas...

La película fue un gran éxito y contribuyó a que Tyrone Power fuera de los galanes más considerados en aquella época, su físico le dio para papeles hispanos en Sangre y arena del mismo Mamoulian y repitiendo con Linda Darnell o El capitán de Castilla. Desgraciadamente ambos morirían jóvenes, Rathbone seguiría con una filmografía irregular en la que combinaba títulos mayores con otros mediocres, podía ser tan de pronto Sherlock Holmes como uno de los grandes villanos del séptimo arte.

En fin, creo que si tienen la oportunidad de verla, pasarán un rato de lo más agradable y seguro que tras un tiempo querrán verla otra vez, pues es de esas películas que no cansan y que ayudan a que el tiempo pase más rápido, una manera de hacer cine ya perdida, como esa excelente banda sonora de Alfred Newman que tanto se echa en falta en las producciones modernas.

24/01/2024

Tiempos duros para Drácula (1976) (Homenaje a José Lifante)

 


El pasado 16 de enero fallecía uno de los grandes rostros secundarios del cine español, se trataba de José Ruiz Lifante, nacido el 3 de junio de 1943 en Barcelona, empezó bien joven y prácticamente ha estado trabajando cada año hasta el final. Debutó en papeles sin acreditar de la mano de Iquino en Juventud a la intemperie (1961) y con Rovira Beleta en Los atracadores (1962) donde era uno de los policías.  Su carrera, no obstante, se desarrolló en el teatro durante esta primera década. Ya en los 70 vuelve a la gran pantalla y es en 1974 con su papel en la película de Jorge Grau No profanar el sueño de los muertos que logra popularidad.

Casado con la recordada actriz Elisenda Ribas de quien enviudó hace poco, su peculiar fisonomía y parecido con Christopher Lee le llevaron a hacer de vampiro en varias obras de teatro y a participar en varios títulos de aquel terror/suspense setentero con bastantes seguidores aun hoy en día, como aquel film de Leon Klimovsky con guion de Carlos Pumares El extraño amor de los vampiros (1975). Y mientras su fama crecía, más de un gran director se fijaba en él, así pues Fernando Fernán Gómez lo contrató para la serie El pícaro y luego lo volvió a llamar para su "zarzuela" negra Bruja más que bruja. (en el DVD/BluRay tienen un coloquio donde participa)

Aunque siempre de secundario, trabajó entre otros con Bardem en El puente, Gonzalo Suárez en Beatriz, Pedro Lazaga en Vota a Gundisalvo y Ladrido, Antonio Mercero en Tobi, Jaime de Armiñán en Al servicio de la mujer española, Eloy de la Iglesia en Miedo a salir de noche, Luis García Berlanga en Patrimonio nacional

Sin embargo, sí fue el protagonista de una película muy peculiar y de la que apenas hay información: Tiempos duros para Drácula (1976). El día de su fallecimiento, hasta un crítico que suele citar en Twitter de carrerilla los papeles de los actores cuando mueren, tuvo un lapsus y escribió que estaba dirigida por Carlos Bempar. El error, fácil de producirse, se debe a que este dirigió El jovencito Drácula un año después y en esa no aparecía él. De la que yo hablo, tiene como director a Jorge Darnell, el cual no conozco su filmografía, había dirigido a Lifante en un pequeño papel tenebroso como proxeneta en El juego del diablo (1975) donde perseguía a una joven Inma de Santis.

Tiempos duros para Drácula era una coproducción hispano argentina, Lifante acababa de ganar un premio en el Festival de San Sebastián con otra extraña película llamada País, S.A dirigida por Forges que le consolidaba entre la crítica más culta. El guion estaba firmado por el realizador más el escritor Solly Wolodarsky y contaba con un equipo técnico con bastante nombre, ahí estaba Teo Escamilla (el habitual de Carlos Saura) dirigiendo la fotografía, la música corría a cargo de Adolfo Waitzman y se amoldaba muy bien a la historia, como solía ser habitual en el compositor argentino, ofrecía unos arreglos y variantes muy peculiares de la "Marcha fúnebre" de Chopin y de la canción “Those were the days”.

 La película trataría en clave de humor la decadencia del famoso conde en un guion donde hábilmente se combinaba el humor más disparatado con el drama y casi que lo mejor es cuando profundiza en la soledad de este. Antes de seguir he de decir que esta película la encontré por casualidad en un "container" de DVDs a 1 € en un supermercado cuando estos aun se vendían bastante hará 15 años. Al ver la carátula, y como tampoco me iba a arruinar, quise probar suerte, aunque me daba miedo que tuviese los tópicos de lo que era la producción de terror de la transición con escenas de sexo lamentables. Pero no fue así, hay algún que otro desnudo no grosero y aunque los créditos eran algo chapuceros (un mal montaje de escenas de la película para ir anunciando los actores), ya la primera escena resumía perfectamente lo que iban a ser los 75 minutos posteriores, ahí veíamos a Drácula de espaldas bajo un chaparrón llamando a una puerta de un sanatorio desesperado y pidiendo una transfusión. O sea que te reías y a la vez te compadecías de él.


Ahí era atendido por un psicólogo interpretado por Miguel Ligero, el hijo del popular actor homónimo, y en plan psicoanálisis le pedía que le explicara lo que le había pasado, inevitable la carcajada cuando Lifante, con su voz, se lamentaba que todo era culpa del "maldito castillo" que no podía mantener y que había decidido que pudieran visitarlo los turistas, ahí lo vemos a él controlando el vuelo de los murciélagos y en la entrada se podía adquirir un amuleto para que este no te atacase. Pero las deudas hicieron que al final la compañía de la luz le cortase el suministro y se le fuera tal fuente de ingresos.

Lo que son os primeros 45 minutos funcionan bastante bien y hay momentos y detalles notables como cuando vuelve a coger la capa de la casa de empeños, su visita al dentista porque se le ha roto un colmillo, la boda que, aunque se le va un poco de las manos, tiene un desenlace trabajado, su paso como músico pop, como campesino…Todo ello rodado con quizá un exceso de contrapicados, aunque aquí curiosamente no tenemos el mareante zoom, con lo que gana bastante la realización vista hoy.  La última media hora no está tan conseguida a pesar de tener escenas que con un montaje más cuidado y si no hubiera tenido que ajustarse a una duración corta estarían más acopladas. Aunque dentro de ese montaje irregular, destaca cuando va al cine o cuando quiere emular a Anthony Perkins en Psicosis. Todo esto se sigue muy bien gracias en parte a la fenomenal actuación de José Lifante, al que se le nota que había estudiado el personaje con profundidad, está muy creíble, divertido y dramático cuando el guion lo requiere. El director se reserva un final sorpresa, no tanto por lo que sucede, sino por el matiz que le da.

La película sí llegó a estrenarse, pero en cines de reestreno y de lo que antes llamábamos "de barrio", ignoro si tuvo alguna carrera en VHS, hasta sorprende que saliera esta edición en su día en DVD que consiguió que los pocos que la adquirimos, aun tuviéramos más querencia por este gran actor. Si no consiguen el DVD, ya “descatalogadísimo" o a precios abusivos, es difícil verla, creo que nunca se ha emitido por televisión, no me suena tampoco que esté en plataforma y si estas conocen el filme... Descanse en paz el gran José Lifante.

(los fragmentos de las películas han sido tomados de su canal en Youtube https://www.youtube.com/@joselifante  ) Ha sido imposible encontrar más fragmentos del filme libres de derechos)

05/10/2023

Centenario de Charlton Heston: Pasión bajo la niebla (1952)

 


Un 4 de octubre de 1923 nacía en Evanston (Illinois) John Charles Carter, bautizado por el séptimo arte como Charlton Heston. Probablemente sea uno de los actores más carismáticos de la historia cuya fama y filmografía fue y sigue siendo compartida por varias generaciones. En los últimos años de su vida se le criticó su pertinencia a la "Asociación del Rifle", la cual llegó a presidir. Cierta crítica cinematográfica lo marginó (prueba de ello es que apenas hemos podido revisar en las dos filmotecas más importantes de España una de sus películas para tal efeméride, esperemos que programen algo en los próximos meses…). Cierta amnesia “voluntaria” de algunos olvida su lucha contra el “apartheid” o su apoyo a directores sin medios para que pudieran acabar sus obras, casos de Orson Welles (Sed de Mal) o Sam Peckinpah (Mayor Dundee)


Precisamente, muchas de las películas del actor convendría verlas en pantalla grande, imagínense Los diez mandamientos, Ben-Hur, El Cid, 55 días en Pekín, El señor de la guerra, El planeta de los simios… Alejándonos de las Filmotecas, una de ellas ya hizo la misma jugada cuando la gran Olivia de Havilland cumplió los cien y encima estaba viva, sí que el actor ha tenido reconocimiento a través de libros (El universo de Charlton Heston de Notorius Ediciones o Charlton Heston, un héroe para la eternidad de Fernando Alonso Barahona y Juanma de la Poza. Por la red en el portal Decine21 se votó cuál era la mejor de él. La elegida fue Sed de mal, seguida muy de cerca por El planeta de los simios y Ben-Hur.  

Al no ser muy amante de las votaciones, ni de establecer un “top ten”, he pensado en recurrir a alguno de sus filmes no tan famosos, pero a la misma altura. Pensé en El señor de la guerra, El más valiente entre mil, Cuando el destino nos alcance…Pero al final, opté por Ruby Gentry, aquí titulada vulgarmente como Pasión bajo la niebla de King Vidor. Es del año 1952, el mismo en que el actor consiguió su primer y sonado éxito gracias a Cecil B-DeMille y su esplendida El mayor espectáculo del mundo. El actor se iba afianzado en la taquilla gracias a westerns o películas de aventuras de serie B para la Paramount como Hoguera de odios o El secreto de los incas, pero le faltaban papeles en que pudiera desarrollar más su talento y tal oportunidad no la desaprovechó.


Pasión bajo la niebla está ambientada en Carolina del Norte, ahí Ruby (Jennifer Jones) interpreta a una joven campesina de fuerte temperamento, la cual está enamorada de Tackman (Charlton Heston), un hombre que se va a casar con la hija de un rico hacendado. Por despecho, se casa con Gentry (Karl Malden), el hombre más poderoso de la comarca. Pero el matrimonio no será bien visto. El argumento bien podría ser tildado de folletín si no fuera por el oficio del director, que siempre le encantó mostrar al individuo frente a la sociedad, en este caso centrada en la figura femenina y la marginación que sufre. Más de un crítico la comparó con su anterior Duelo al sol, casi como una especie de borrador sin tener la producción de Selznick incordiando, aunque eso es relativo ya que al tener a su esposa también aquí, debió aguantar algún que otro “consejo”.

La sensualidad que despliega el filme no sería la misma sin Heston, el cual borda un personaje con garra, pasional y frío a la vez, desborda un erotismo que luego recuperaría en Cuando ruge la marabunta. Es de sus mejores actuaciones, y paradójicamente no suele nombrarse en estos cánones que tanto gustan hoy en día, claro que tampoco aparece entre las más famosas de Vidor o de Jennifer Jones (el propio actor recordaba en sus memorias que ella jamás se maquilló en esta película). Son de esos magníficos filmes que quizá por ciertas temáticas no tuvieron en su día la distribución adecuada y que a los cinéfilos nos toca reivindicar. En nuestro país fue censurada, incluso había un título propuesto: La indómita. Pero los censores pensarían que sería algo peligrosa para ciertas almas y se tuvo que esperar una década, los carteles de la época la promocionaban así: “Jamás la pantalla ofreció una historia tan violenta como la de Ruby Gentry, una mujer tan peligrosa, destructora y mortal como el mismo amor”

Sabedor Vidor del escaso presupuesto que tenía, supo rodearse bien, para el guion contó con Silvia Richards, colaboradora de Fritz Lang en Secreto tras la puerta o Encubridora, la fotografía recayó en Russell Harlan, habitual de Howard Hawks que cuenta en su haber grandes trabajos como el que hizo con Minnelli en El loco del pelo rojo o con Wilder en Testigo de cargo y para la dirección artística contó con Charles D. Hall, el cual trabajó con Chaplin en Luces de la ciudad o Tiempos modernos.

La precisión de los encuadres, el ritmo de cada fotograma, la ambientación cuidada y ese clímax final convierten lo que podía haber sido un culebrón más en una película extraordinaria no ya solo con la lucha de Ruby contra su amor, sino también en una visión de la tierra y de la feminidad alejada de la imagen tópica maternal, estamos ante una mujer de bajo estrato social con pasiones de clase alta en una Carolina del Sur clasista y llena de fanatismo religioso, este último presente casi desde el principio hasta el final.

Aunque la película ha tenido copias muy malas en DVD y en pases televisivos, hay una en Filmin bastante notable y me reafirmo en que creo que merece este título estar en el canon de las mejores de Charlton Heston.

01/06/2023

El secreto de los incas (1954). Las raíces de Indiana Jones

 



Ya que en este mes se estrena la quinta y esperada entrega de Indiana Jones, no está de más recuperar películas en las que se inspiraran Lucas y Spielberg para la confección de su personaje, una de las más llamativas es El secreto de los incas de 1954 dirigida por Jerry Hooper y con Charlton Heston de protagonista que interpreta a Harry Steele, un aventurero que quiere llegar a la ciudad legendaria de Machu Picchu para hallar un tesoro.

Se trata de un filme de aquellos que se suelen agrupar como de “serie B” en un sentido más bien peyorativo, probablemente la abundancia de este tipo de producciones provocó la subvaloración de muchos de ellos. Era un cine popular, muchos rellenaban las tardes de los cines de barrio y posteriormente se programaban con frecuencia en las tardes del fin de semana de las televisiones. Mucha gente las conserva en la memoria y con grato recuerdo, la aparente sencillez y sus pocas pretensiones proporcionaban una fácil aceptación.

Cuando Spielberg rueda En busca del arca perdida cuenta con un gran presupuesto, un guion muy elaborado, abundancia de efectos especiales y amplias pretensiones artísticas y comerciales, no sería correcto, obviamente, decir que son dos películas comparables. Sin embargo, George Lucas cuando construye el personaje bebe de todas estas producciones, a ello se suma la estética “cómic”, la cultura pop, los "Pulp magazines" de los 30 como "Doc Savage" y no tanto tener referentes literarios como pasaba con el gran cine de aventuras de los 40 y 50. A ello se suma la conjunción del lenguaje cinematográfico con el del videojuego.


El vestuario de Indiana lo dibuja Jim Steranko, dibujante de cómics como "Nick Furia" con la premisa por parte de Lucas que se pareciera al Humphrey Bogart de El tesoro de Sierra Madre,  pero el modelo acabó siendo claramente  el personaje de Charlton Heston, o sea una chaqueta de cuero marrón, sombrero de fieltro y pantalones color canela. Cabe apuntar que ya el actor había utilizado una ropa parecida en El mayor espectáculo del mundo, película recientemente homenajeada por Spielberg en Los Fabelman. No es solo este el detalle con el que coinciden, sino la escena final de El secreto de los incas (spoiler) cuando él entra en el templo y halla por los rayos el lugar del disco de oro, algo parecido ocurría en En busca del arca perdida cuando Indy encontraba el arca gracias a un rayo de luz.

Spielberg y Lucas consiguieron en su momento romper la taquilla con su fórmula, pero es injusto decir que solo pensaban en los más jóvenes, precisamente estas reminiscencias consiguieron que público de todas las edades llenasen los cines y que la industria siguiera. De Indiana salieron otras réplicas, algunas de considerable calidad como aquellas de Tras el corazón verde o La joya del Nilo, también el director olvidado J Lee Thompson rodó una nueva versión de Las minas del rey Salomón con la misma estética   o incluso conseguir que Chuck Norris fuera un aventurero en El templo del oro. El cine italiano que ya estaba en crisis se dedicaba en los 80 a copiar las películas estadounidenses de éxito, acuérdense de aquella saga interminable de Karate Kimura, Bud Spencer intentando entrenar a otro Rocky en Bombardero y curiosamente para copiar a Indiana Jones recurrieron también a la película interpretada por Heston y rodaron El secreto del imperio de los Incas.

Volviendo a la película de Hooper, este fue un director artesano de la Paramount especialmente, había trabajado con Heston en El triunfo de Buffalo Bill (1952) o La guerra privada del Mayor Benson (1955). La primera era otro western B al que el actor le daba energía y en la segunda conseguía que cambiase de registro y lo viéramos en una comedia, género poco frecuentado por él. En este 2023 que estamos en el año de su centenario reivindico totalmente su figura, bastante eclipsada mediáticamente por su papel en la "Asociación Nacional de Rifle" estadounidense, pero que olvidan el papel del actor en la defensa de la raza negra y la ayuda que prestó a directores sin presupuesto como Sam Peckinpah en Mayor Dundee o Orson Welles en Sed de mal.

Heston concibe el personaje de Harry Steele de una manera muy interesante, el guion nos omite su pasado, tenemos que pensar que es un aventurero bien dotado culturalmente, pero con escasos medios económicos para poder conseguir sus metas y que tiene que hacer de guía. Se podría caer en la fácil tentación de decir que es machista, de hecho hay algunos momentos que así nos lo harán parecer, pero a la vez es comprensible y atento interiormente a los problemas de ella. Crea un personaje frío expresamente, se aleja del prototipo de aventurero romántico de otras compañías como podría ser el Errol Flynn de la Warner, el Tyrone Power de la Fox o el Stewart Granger de la Metro. Seguramente estamos ante un perdedor, su personaje está más cerca de Hemingway.

Curiosamente, la protagonista también se aleja del estereotipo de estas producciones, a excepción del habitual toque anticomunista, ella ha huido de Rumanía y busca entrar en los EEUU… Compone otro personaje algo distante que no empatiza, pero no por una mala actuación, sino porque así se ha pretendido. La actriz era la francesa Nicole Maurey con una filmografía también sorpresiva en la que llegó a trabajar ni más ni menos que con Robert Bresson que rechazaba a los actores profesionales, la dirigió en Diario de un cura rural. Su carrera posterior en Hollywood fue bastante irregular.

Y entre los secundarios el mítico Thomas Mitchell, aquí de villano y cumpliendo. Por otra parte, tenemos a Robert Young como el arqueólogo Stanley Moorehead, personaje plano en contra de aquel Donovan como rival de Indiana. La que logra empatizar y esta vez requiriéndolo el guion es Yma Sumac y las canciones que va interpretando. Afirmaba ser descendiente de los emperadores incas, ya que el apellido de soltera de su madre, Atahualpa, era el mismo que el del último gobernante inca. Sumac acostumbraba a vestir túnicas coloridas con oro y plata para transmitir la imagen de una princesa. Controversias posteriores negaban esto y que todo se debía a montajes comerciales, pero aquí que somos fordianos, siempre nos quedaremos con la leyenda. Fue homenajeada por los Coen en El Gran Lebowski utilizando varios de los temas que interpretaba.

Otra característica que la convierte en una película recomendable es que sabe dosificar su presupuesto modesto, hay dos partes bien diferenciadas, una primera que nos recuerda más al cine negro, escenas de tono oscuro entre Heston y Thomas Mitchell con una mesa de billar de por medio y otra segunda ya entrada la mitad del metraje más vistosa en cuanto el color y los paisajes, uno de sus atractivos radica también en los atuendos de los descendientes de los incas, no en vano ahí está el trabajo de Edith Head. La historia del film fue escrita por Sidney Bohm capaz de elaborar producciones modestas como Cuando los mundos chocan, El salvaje (también con Heston), o irse al cine negro como con Los sobornados o Sábado trágico. Otro guionista fue Ronald MacDougall, otro todoterreno que tenía en su haber Objetivo Birmania, Cuando ruge la marabunta (otra con Heston) o la mítica Cleopatra de Mankiewicz.

Acabando ya el artículo, no puedo dejar de sentir cierta nostalgia hacia este tipo de cine tantas veces calificado de ingenuo, pero con un atractivo innegable y bien cuidado en todos los aspectos. Seguramente a los más forofos del cine de Spielberg y Lucas les sabrá a poco, pero es necesario conocer las raíces de su cine. Por desgracia, El secreto de los incas no es fácil de ver en una copia decente, salió editada en DVD en España en una colección diseñada por el Corte Inglés con el nombre de CineClub y editada por Paycom Multimedia, la cual ya será difícil hallar. Esta presentaba una imagen mejorable, algo distorsionada (parecía que Heston había engordado para el papel...) seguramente debido a que era la copia televisiva, aunque por lo menos la imagen no era borrosa. No suele estar programada en las distintas televisiones, ni tampoco aparece en plataformas, si van por Youtube posiblemente la encuentren... En EEUU he visto que hay editados dos Blu-Ray, que aunque mejoran la imagen, tampoco le hacen la suficiente justicia... 

09/03/2023

El congreso se divierte (1931)

 


El Congreso de Viena fue una Conferencia internacional que congregó a los representantes de los principales Estados europeos, desarrollado en la capital en 1815, con objeto de establecer la paz en el continente al término de las guerras napoleónicas y resolver problemas de interés común. De ella se escribió mucho, casi se diría que ahí están los cimientos de la crónica rosa, desde que se celebraban a diario bailes que terminaban a altas horas de la madrugada y en la que los delegados rivalizaban en el baile en busca de amoríos. Pero, especialmente, dos personajes fueron los que más acaparaban la atención: el zar Alejandro I y el príncipe Clemente de Metternich, ministro de relaciones exteriores del Imperio Austríaco, su hija María Luisa fue esposa de Napoleón, tal matrimonio de estado arruinó la débil alianza de por sí entre Napoleón y el zar, por lo que acabaron siendo “enemigos íntimos”.

Ambos personajes tenían fama de mujeriegos, del zar se escribió que llegó a asistir 40 noches seguidas a las fastuosas fiestas que se celebraban en los salones. La ironía llegaba a tal punto que el príncipe Carlos José de Ligné acuñó la frase de que el Congreso no avanzaba, sino que bailaba.

A pesar de tantos desmanes, salió un nuevo equilibrio europeo que no fue del gusto británico y que favorecía sobre todo a Rusia, entre esta y Prusia se repartieron Polonia, no obstante Metternich tuvo el mérito de frenar los afanes imperialistas del zar Alejandro cuyas intenciones eran quedarse con media Europa.


Tal Congreso fue objeto de una excelente comedia alemana en 1931 que se llamó El congreso se divierte. Por desgracia, en el recuerdo queda más el título que la película en sí, en ninguna plataforma está y la edición en DVD hace tiempo que quedó descatalogada, aunque era una muy buena copia restaurada en la colección “Orígenes del cine” editada por Divisa. Con todo el encanto de la opereta alemana, la película supuso un bálsamo para el género del musical e influyó en el que se hacía en Hollywood que resultaba entonces demasiado estático, el mérito lo tiene Erik Charell, nombre muy olvidado, un director teatral que había tenido grandes éxitos en revistas y operetas, y que supo combinar el estilo de esta con modismos del teatro musical estadounidense, con la esperanza de crear un estilo alemán más cosmopolita.

Charell sabía diferenciar bien entre teatro y cine, El congreso se divierte es una gran prueba, todo estudioso del séptimo arte debería verla y aprender de esa libertad de cámara y aprovechar cada plano. Pero no solo en el apartado técnico brillaba, el argumento, en un principio aparentemente algo ingenuo con Metternich y el zar jugando al perro y al gato, se convierte en toda una delicia. La ironía empieza desde el primer momento, frases con doble sentido y escenas implícitas muy en la línea de lo que fue el “toque Lubitsch”, una de las que más me gustan es cuando los diplomáticos están bailando y se muestra la sala de reuniones vacía, pero sus sillas se balancean, Metternich aprovecha para anunciar ahí un asunto como aprobado y que la decisión se ha tomado por unanimidad.

Sorprende ver a los actores tan expresivos recién salidos de un cine mudo, Lilian Harvey en su papel de Christel, la vendedora de guantes que le lanza un ramo de rosas al zar y que se confunde con una bomba, esto da pie a todo el enredo amoroso y que tendrá su mejor momento en toda una inolvidable secuencia donde monta en el coche que le lleva a la cita con el zar interpretado por Willy Fritsch, se pone a cantar y hace el recorrido en un plano luego bastante imitado. Encarnando al príncipe Metternich tenemos a Conrad Veidt, quizá el actor que más conocemos por sus papeles luego de malo. Todo ello ayuda a conseguir 90 minutos de total alegría, si alguien se siente triste, le recomendaría que acudiera a verla, será una buena medicina.

No pasó por alto el talento de su director en Hollywood, en 1934 dirigió Caravana para la Fox con Charles Boyer y Loretta Young, con música de Werner Heymann y algunas canciones de Cole Porter, sin embargo resultó una película fallida por la estética presentada que no convenció al gran público, en su país se vio apartado por la llegada del partido Nazi ya que él era de ascendencia judía, a ello hay que añadir que El Congreso se divierte no gustó nada a Goebbles que la prohibió por la visión que daba de la nobleza y de los altos mandatorios, o sea que otra razón más para verla. Y es que los personajes están dulcemente ridiculizados, por ejemplo, el secretario de la embajada rusa aparece gordo, dejado y algo desquiciado, su única misión parece ser concertar citas entre el zar y la vendedora de guantes

En 1955 fue objeto de un remake que jamás he podido ver, esta se presentó como la primera película austríaca en Cinemascope. Sí, en cambio, he podido visionar la tercera versión realizada en 1966 por Geza Radvanyi y con Curd Jurgens como el Zar Alejandro I, Lilli Palmer como la princesa Metternich, cuyo marido es interpretado por Hannes Messemer. Salió editada hace 5 años en DVD por esa empresa algo enigmática llamada “Mon Inter Comerz” que aunque muchos la critican, es de las pocas maneras de tener accesible este cine. El problema es que ha salido con el título horrible de Amantes y reyes, parece que tal título fue idea para algún pase televisivo, aunque las pocas veces que se ha emitido no llegó nunca a anunciarse así. La copia de tal edición respeta el formato, aunque en la portada indique 1:33.

No sé si porque me dio por revisar antes la primera versión, encontré algo floja esta, lo cual no quiere decir que sea una mala película, más bien que le cuesta arrancar. La historia varía algo, la trama resulta más enrevesada, la acción empieza en un museo de cera que sirve para que su guía nos vaya presentando a los personajes y volver hacia atrás. A o largo de sus 90 minutos también tendremos otras introducciones como la del pintor que va describiendo lo que ve, una aparición de Napoleón, alguna que otra broma, una cortina que cierra cierta escena porque se nos dice que en el cine “actual” ya hay demasiado sexo, etc.


Da la sensación de haber querido remarcar más la parte técnica, vemos muchas persecuciones, tomas aéreas de Viena, mucho colorido, en España se estrenó en las Navidades de 1966, en Barcelona se despidió el año con ella en el olvidado cine Waldorf que ese año volvía a abrir sus puertas renovado y bautizado como Waldorf Cinerama…El juego de como el perro y el gato entre el zar y Metternich no tiene la química de la anterior, resulta más logrado el papel de Lilli Palmer y el papel de Paul Meurisse como Conde Talleyrand que nos dice que los ideales políticos son como el tiempo, siempre parece que van a cambiar. Quizá la mejor escena es la de cuando el zar saca un mapa mientras está en la cama para ir poniendo nuevas fronteras, remarca que es su método para coger el sueño, mientras otros cuentan ovejas.

A pesar de la diferencia que hay entre ambas versiones, su visión también es agradable y simpática, en un momento determinado se sustituye el vals por un baile “ye ye” de los 60, me hizo recordar a aquella versión de La verbena de la Paloma de José Luis Sáenz de Heredia de 1963.

Siento no poder poner un enlace con la película completa y subtitulada, en determinadas bibliotecas de algunas ciudades pueden encontrar el DVD. A la venta y a precios elevados aun encontrarán alguna copia, si la hallan, no lo duden y guárdenla bien.


16/02/2023

Marathon (1993): La dura prueba olímpica de Carlos Saura



Carlos Saura rodando Marathon en 1992 


El pasado viernes fallecía Carlos Saura, la casualidad quiso que el mismo día coincidiera con la muerte de Hugh Hudson, el director de Carros de fuego. Del segundo apenas se habló, su filmografía fue como una gaseosa, tras su oscarizado film le llegó otro gran éxito Greystoke, la leyenda de Tarzán, el rey de los monos, sin embargo un año después fracasaba estrepitosamente con Revolución, filme sobre la Independencia de los EEUU que contaba con un reparto encabezado por Al Pacino, Donald Sutherland o Natassja Kinski, incluso provocó que su actor principal se retirase momentáneamente del cine hasta Melodía de seducción

Hudson siguió, pero en un segundo plano, algunos documentales o películas anodinas como Nuevos rebeldes en 1989. Más de uno estará pensando por qué me pongo a hablar de Hudson y no de Saura, pido calma ya que todo tiene una relación. Volvamos a la fecha donde lo había dejado, empezaban los 90 y al cabo de dos años los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, alguien pensó de nuevo en Hudson y lo contrató para que filmase la película oficial de las Olimpiadas teniendo en mente su oscarizada película, que a pesar de la decadencia de su filmografía, seguía bien viva en la memoria colectiva.



   

 El director aceptó, pero al cabo de un tiempo renunció al no aceptar que le impusieran técnicos españoles que no eran de su confianza, él solo dirigiría con los suyos. Había que buscar otro nombre y el elegido fue Carlos Saura, nombre propuesto por el coproductor del filme Andrés Vicente Gómez tras una reunión del Comité Organizador Olímpico de Barcelona (COOB). Para Saura fue una sorpresa, pidió el guion y dos días para pensárselo. El guion llevaba por título Marathon (Las llamas de la paz) y estaba escrito por Melvyn Bragg que contaba en su obra con Isadora, La pasión de vivir o Jesucristo Superstar. Estaba concebida como una mezcla de documento y de ficción, se pensó en Sean Connery y Antonio Banderas para el reparto, su presupuesto era de unos 900 millones de las añoradas pesetas. 

 El 14 de julio de 1992 y tras el sí de Saura, este se puso a trabajar en ella, la rueda de prensa para hablar del rodaje fue multitudinaria, la prensa llegó a comparar al director con una estrella hollywoodiense por su recibimiento y la expectación creada con esta película. Pero poco a poco se fue desinflando el proyecto inicial, el director dejó bien claro que el guion leído era “muy complejo y laborioso”, que no contaría con Sean Connery porque “la apariencia física de un actor tan conocido destruiría toda la continuidad narrativa. Vendría a ser un número de circo innecesario”. El director aragonés se mostraba enfadado ya que la "Asociación Catalana de Productores Cinematográficos y Audiovisuales" criticó su elección, en una nota se podía leer que Saura era “un director de tipo intimista que había fracasado cuando había pretendido filmar temas más épicos”. Tal nota provocó la dimisión del director del "Instituto de Cine Catalán", Joan Antoni González.

 La estructura del guion reescrito estaría formada por una serie de historias paralelas iniciadas por Filípedes, soldado griego que tras recorrer 42 kilómetros para anunciar la victoria de su ejército sobre los persas, murió. Reiteró que no necesariamente toda la película sería sobre deporte, quería también enfocar el esfuerzo de Barcelona para la organización de los Juegos. Descartó también que otros actores salieran por la misma razón que había rechazado a Connery y desveló que esta había sido su condición para aceptar dirigirla: "Se trata de una película sobre los Juegos y en la que se pretende destacar el esfuerzo y la vida muy solitaria de los corredores del maratón”. No obstante, la película podía variar porque se tenía que ceñir a solo 100 minutos y la cantidad de metraje tendría que ser forzosamente manipulado, incluso llegó a decir que se planteaba rodarla en blanco y negro porque criticó que las mejores imágenes las tendrían las televisiones, ya que estas ocuparían mejores lugares para filmar y que tendría que recurrir a lo que no se muestra como los momentos de descanso, la preparación física, etc.

 La verdad es que Saura se encontró con una buena prueba, la de querer filmar una película de autor cuando se pretendía algo más comercial, incluso la productora se empeñaba que diera vuelta atrás y aceptara a Antonio Banderas, pero tal y como dijo Andrés Vicente Gómez: "Saura es muy aragonés y no cambiará de opinión". En cada rueda de prensa le preguntaban lo mismo, incluso en una le sugirieron filmar a algunas de las estrellas hollywoodienses que estaban en Barcelona viendo los juegos: "Prefiero filmar una entrevista con un atleta que con Jack Nicholson. No ruedo un filme de sociedad

 Saura se mostró sorprendido con "La fura dels Baus" que calificó de fantásticos y extraordinarios y que recrearían la batalla entre persas y griegos que supuso la revelación de Filípedes. Zanjó la polémica de las imágenes y el conflicto con las televisiones asegurando que estaba satisfecho con lo que estaba obteniendo. Insistía en querer reflejar su preocupación por el ser humano: “el deporte es una cosa muy bárbara, algo animal, porque la gloria está en función de décimas de segundo, el que llega antes es el que corre más. También por eso, creo que tiene mucho de infantil” También aprovechaba para reflexionar sobre el papel del cine: “parece que el cine tiene una simplicidad infantil, falta ansiedad para hacer una película, es una sensación que no puedo explicar, está moribundo contar las mismas historias, prefiero a alguien que cuente algo, aunque sea imperfecto, pero que de verdad lo sienta y exprese. Me molestan los guiones de hierro, las películas en las que ya sabes lo que va a pasar”.(…) “El mundo del cine como el de la literatura pide esfuerzo y dedicación, que marque la diferencia con la mediocridad y el aburrimiento que nos ofrece el mundo de la televisión, el cine ha de ser inteligente y sensible ante la superficialidad actual que nos ofrecen los concursos baratos y los culebrones malos, que sea la base de nuestra cultura moderna y también de nuestra existencia

 Llegó el mes de septiembre del 92 y el director anunció que el rodaje se alargaba hasta finales de año mientras presentaba su documental Sevillanas en Venecia: "hoy estamos en lo que se podría denominar una segunda fase, primero rodamos imágenes documentales de los juegos y esto lógicamente está acabado. Además de todo el material rodado, que será muy difícil de montar, tenemos a nuestra disposición las imágenes de la maratón que aparece en todos los anteriores filmes olímpicos. No me interesa tanto la figura de los ganadores como la de los otros atletas que participaron. Antes de la carrera, los expertos me diseñaron los favoritos y ninguno ganó, viajaremos a diversas ciudades del mundo para entrevistar y filmar a varios atletas".

 

Sin embargo, las fechas no fueron como dijo y Saura interrumpió el montaje en noviembre del 92, lo justificó porque tenía comprometido, antes de aceptar la dirección de Marathon, el rodaje de Dispara, coproducción hispano-franco-italiana, aseguraba tener ya más de la mitad del camino recorrido, lo que le faltaba era decidir por dónde iba a ir el largometraje porque “todavía estoy un poco abrumado ante la cantidad de material, sobre diez horas de montaje que es a lo que quiero reducir todo lo que tengo, haré una segunda reducción para obtener una hora y cuarenta minutos que será la duración aproximada del largometraje"

Puntualizó varios cambios efectuados hasta el momento, decidió incluir una voz en off que apoyase las diferentes partes de que constaba el filme, quedaba en una incógnita la participación de la Fura dels Baus que Saura daba como segura en agosto: “no lo tengo claro ahora, debo visualizar todo para comprender lo que quiero hacer, que es algo más que un documental, pretendo opinar sobre lo que he visto en Barcelona, el material es tan rico y abrumador que no sé aún cómo canalizaría mi colaboración con con La Fura, necesito reflexionar para completarlo todo. En cualquier caso, queda la intención primera de no llevar a cabo una historia épica ni grandilocuente, sino un filme formalmente extraño en el que se mezclarán, sin pudor, vídeos, fotografías e imágenes documentales para hablar de lo que duele y conmueve” 

Andrés Vicente Gómez
Empezábamos el 93 y vino otro problema, Andrés Vicente Gómez anunciaba en marzo que paraba la
película por falta de subvención. El productor había solicitado 85 millones y, al ser rechazados, paró en secreto la película, la carta que envió al ministro aseguraba que no había recibido dinero del COOB, tan solo facilitar el trabajo al director. Esta fue solo una de las múltiples aclaraciones que se tuvieron que hacer, varios miembros del comité de selección de subvenciones se opusieron a la concesión de la ayuda ya que no estaba muy clara la financiación en la que habían colaborado Iberoamérica Films, Ovídeo y Lola Films. Gómez dijo que llevaba gastados 400 millones y le faltarían unos 100 para poder acabarla.

 El consejero delegado del COOB Josep Miquel Abad tildó de incomprensible que el Ministerio de Cultura no diera la subvención, el ministro Solé Tura achacó a los representantes catalanes en el Comité asesor de ayudas a la Cinematografía del ICAA el rechazo, estos en una nota dijeron que el proyecto de Marathón fue rechazado de entrada por el grupo de trabajo de guiones del comité por defectos de forma en el guión presentado, ya que no se ajustaba a lo rodado, y no por el grupo encargado de proyectos catalanes de acuerdo con los criterios de evaluación establecidos por el ICAA. Finalmente el culebrón acabó con la subvención dada en junio y el ministro explicando que la no concesión fue por causas burocráticas, pues la petición formal no se ajustaba al reglamento.

 La película finalmente se acabó y se anunció el estreno el 25 de julio de 1993 coincidiendo con el aniversario de los JJOO. Andrés Vicente Gómez aseguró que esta vez Marathon  recibió la ayuda ministerial por sus protestas de hace unos meses y porque la productora había presentado como domicilio social de la cinta el de Madrid y no el de Barcelona porque en la anterior ocasión eran dos miembros catalanes de la Junta los que se oponían  para que hubiera otras películas catalanes subvencionadas, puntualizó que a  pesar de la subvención no recuperaría la inversión. Habría un preestreno en Lausana el 22 de junio que contaría con Juan Antonio Samaranch y Pasqual Maragall. La carrera comercial del filme no sería hasta después del verano.

 

Vino el prestreno y hubo opiniones más bien frías, unos alababan la belleza formal de las imágenes, pero se echó en falta la ausencia de muchos deportes y especialmente del espíritu ciudadano. Saura explicó dicha ausencia argumentando que la repercusión de Barcelona 92 estuvo machacada por las transmisiones televisivas y razonó su preferencia por el atletismo debido a que es un deporte que él practicó y que es en su opinión el que mejor reflejaba lo que eran los juegos. Tal frialdad en las opiniones motivó que se solicitaran modificaciones para el estreno que tendría lugar el 25 de julio en el Palau Sant Jordi de Barcelona, se obligaba al director a que aligerara al menos en 10 minutos la parte que se dedicaba al atletismo e incluir por sugerencia del COOB el tema “Amigos para siempre”. El presidente de la Federación catalana de natación David Moner declaró que estaba claro que “Saura era de secano” visiblemente molesto al no incluir apenas imágenes de la piscina olímpica. 

La reacción del director fue negativa al decirle que tenía que cambiar la película, aunque al día siguiente admitía la posibilidad de aligerarla. La reacción del público en su estreno fue fría, Saura dijo no sentirse afectado por determinados comentarios, en el plano de la política, el presidente de la Generalitat Jordi Pujol, destacó que la cinta le había permitido revivir lo que pasó hacía un año y disfrutar todavía más de la ceremonia inaugural y que reflejaba los aspectos humanos de los deportistas, el alcalde de Barcelona Pasqual Maragall evaluó que la cinta era de gran profundidad sobre todo por el reflejo de la victoria y la derrota, pero encontró a faltar la ciudad, el ministro de Comercio y Turismo Javier Gómez Navarro destacó que la producción le había gustado más en esta versión que en la que había visto en Lausana: el recorte de escenas había beneficiado porque con la inclusión de otras se resaltaba la epopeya y la lírica del deporte", el portavoz del grupo popular Alberto Fernández Díaz reiteró que era una película excesivamente larga y que no recogía el calor humano de una ciudad que se volcó en el evento olímpico. 

Los diarios reflejaban la decepción con el filme: Un documento sin ideas innovadoras titulaba Quim Casas en "El Periódico" que había defendido al director desde el principio, el "Avui" cargaba duramente, su crítico Joan F. Molina escribía que la impresión que daba era la de una competición de atletismo entre EEUU y el Estado español en una ciudad donde solo se habla en castellano, “Marathon inútil” escribía Àlex Gorina en la "Guía del Ocio", el crítico fue duro con el cineasta: “Hace años que no se sabe qué historia nos está contando, ni lo que le interesa y Marathon es el perfecto símbolo de su despiste integral"

Andrés Vicente Gómez defendió que tanto Pasqual Maragall como Joan Antoni Samaranch habían
hablado bien de la película y calificó de paletos a los miembros de la Asociación de Productores Catalanes en el Festival de San Sebastián que criticaron la elección del director. Saura suavizó el enfado del productor y argumentó la ausencia de la ciudad: "Para mí, Marathon es un acto de amor a Barcelona y creo que Barcelona está presente en cada metro de la película. Es una ciudad que quiero y encontré en ella toda la colaboración. Ahora bien, un documental sobre la Barcelona que vivía los JJOO sería otra cinta" y advirtió sobre los peligros de "los chovinismos"

Pero la polémica siguió acompañando a la película, problemas en la distribución que no creía en su comercialidad impidieron su estreno en cines, TVE la emitió al cabo de unos meses, lo cual provocó que el Ministerio de Cultura amenazara con quitarle la subvención, hubo otro cruce de acusaciones en los que Andrés Vicente Gómez aseguraba que aun no la había recibido y la tele pública se defendía diciendo que había pagado 150 millones a la productora por emitirla y que en el contrato no especificaba nada de cuándo se tenía que emitir. 

Con este post, he querido homenajear a Carlos Saura, ya que creo que refleja muy bien lo que un cineasta de autor ha de soportar. La película al cabo de 30 años está completamente olvidada, ni se cita su trabajo que podría gustar o no. Apenas he encontrado imágenes de ella en el Youtube.  Se puede ver entera en:


Carlos Muñoz Muriedas

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...