Mostrando entradas con la etiqueta Navidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Navidad. Mostrar todas las entradas

21/12/2023

Feliz Navidad y cinco películas de los 80

 

Ya en vísperas de Navidad y este blog os quiere felicitar las fiestas y agradecer vuestra lectura semanal, ya que son fechas especiales, hoy cambio el formato y os recopilo 5 tráilers de películas de los 80 que nos gustaban, o quizá lo contrario, ver durante estos días.

 Empiezo por Los fantasmas atacan al jefe, esta fue una versión moderna del popular Cuento de Navidad de Charles Dickens con un Bill Murray más irónico que nunca, el título en español aprovechaba el éxito de Los cazafantasmas, en televisión no paraba de darla Tele5 cada año en los 90, incluso a veces hasta fuera de fechas. Murray luego se superaría en Atrapado en el tiempo y como si fuera la marmota, siempre la vemos, aunque la sepamos de memoria.

   

 Otra comedia ochentera navideña fue Entre pillos anda el juego (1983), un inspirado John Landis ofreció una comedia con aires de clásico. El reparto contaba con otro "cazafantasmas" Dan Aykroyd y un Eddie Murphy antes del Superdetective en Hollywood, mención aparte merecen Ralph Bellamy y Don Ameche, geniales malvados aquí. Con este film, algunos entendieron cómo funcionaba la Bolsa.

 

Dejamos de momento las comedias y nos vamos a una película de amor, cuando en 1995 Meryl Streep protagonizó Los puentes de Madison, el más cinéfilo ya sabía que la actriz tenía experiencia en un papel similar, se trataba de Enamorarse (1984) en la que se enamoraba de Robert de Niro, el flechazo empezaba en un metro, pero sobre todo en una librería en plena compra impulsiva navideña donde, por error, se intercambiaban los títulos. Dirigida por Ulu Grosbard, no dejaba de ser otra especie de “remake” de Breve encuentro. La película no estaba nada mal.

   

 Vamos ahora al género de terror, en 1984 Steven Spielberg consiguió uno de sus mayores éxitos como productor, se trataba de Gremlins y la dirigía Joe Dante, con los años ya se ha convertido en todo un clásico de estas fiestas a pesar de ser un filme totalmente antinavideño, incluso en algunos de sus diálogos. La nostalgia ha convertido todos esos bichos feos más el bueno en unos iconos de un tiempo que ya no volverá, de cuando íbamos asiduamente al cine, alquilábamos y comprábamos el VHS, esperábamos su pase por televisión, nos comprábamos su banda sonora, los muñecos…

   

Y para acabar con este quinteto, recurrimos a Santa Claus. El director Jeannot Szwark que quedó muy tocado por haber dirigió aquella Supergirl, pero tuvo una de sus películas más recordadas con Santa Claus, el film. David Huddleston hacía el papel, aunque la estrella era el hoy ya muy olvidado Dudley Moore cuya comicidad estaba en auge. No era una gran película, pero sí un film simpático, agradable, que llenaba alguna que otra tarde pesada, la música era de Henry Mancini, por cierto. Título bastante reivindicado por el recuerdo también, ni en DVD ni en plataformas está, a veces algún pase perdido....

20/12/2022

 



Tiempo de Navidad, días especiales y entradas de este blog que también se visten para la ocasión, en otros años he hecho especiales sobre el cine infantil español, Irving Berlin o recomendaciones para estas fechas. Este año lo dedicaré a canciones navideñas y nada mejor para empezar que con Judy Garland en el año de su centenario y su eterno Have yourself a merry little Christmas que aparecía en Cita en San Luis de 1944, un musical de Vincente Minelli con música y letra de Ralph Blane y Hugh Martin del año 1944 ambientado en la Exposición Universal de San Luis de 1903. 

En la escena, la familia protagonista vive momentos angustiosos ya que el padre quiere mudarse a Nueva York antes de que comience la citada feria. En vísperas de Navidad, Judy Garland la entona para animar a su hermana de cinco años. La canción suele aparecer en las listas de las mejores melodías  del cine estadounidense, a ello ayudó que se hiciera popular entre las tropas estadounidenses que servían en la II Guerra Mundial  

Es evidente que si tuviéramos que elegir una, probablemente a muchos les saldría la canción White Christmas escrita por Irving Berlin y que apareció por primera vez en ese divertidísimo musical llamado Holiday Inn, aunque la mayoría la recuerde en Navidades Blancas donde Bing Crosby aparecía junto a Danny Kaye, Vera Ellen, Rosemary Clooney y Dean Jagger. Ya que la navidad también es tiempo de evocar la nieve, recordemos otro tema de la película "Snow"  

 Las fechas de Navidad son también para recordar clásicos Disney, muchos los reponían por estas fechas y aun hay algunos cines que conservan la tradición, en el comienzo de La dama y el vagabundo (1955) teníamos esta corta canción que nos evocaba el paisaje idílico de estos días: "Peace on Earth" escrita por Sonny Burke y Peggy Lee y cantada por Donald Novis and Studio Chorus

   

Pero no solo las canciones nos traen recuerdos. ¿Qué me dicen de este excelente comienzo de Ben-Hur con la música inmortal de Miklos Rozsa? Nos recuerda esos belenes que estos días visitamos, nos transportan y nos crean una magia especial.

   

Cambiamos de ritmo y nos vamos al villancico de "Los campanilleros", estos eran gente que iban tocando la campana llamando a la gente a acudir a la misa del Alba para el rezo del rosario, la tonada adquirió un tono flamenco y el cantaor de Jerez Manuel Torre creó la primera versión, aunque fue la Niña de la Puebla quien la popularizó más , es un canto emotivo, incluso triste, emociona escucharlo. En la película Búsqueme a esa chica (1964) de Fernando Palacios, Marisol ofrecía su versión  

Durante esta época también solemos ver más de una versión del famoso relato de Charles Dickens Cuento de Navidad, en 1970 se hizo un espléndido musical en una época en la que ya estos iban decayendo, este con música y letra de Leslie Bricusse es de los mejores de esa década y creo que sigue estando algo infravalorado. Entre sus temas, está este "Christmas Children"

   

Y yendo a canciones de navidad singulares, encontramos en Odesa (1974) de Ronald Neame una de Andrew Lloyd Webber con la que empieza el filme, Christmas Dream:

   

 Hay canciones que no son nada navideñas y acaban convirtiéndose, es el caso de "Put A Little Love In Your Heart", exitosa canción original de 1969 de Jackie DeShannon quien la compuso con su hermano Randy Myers y Jimmy Holiday, en 1988 Annie Lenox y Al Green lanzaron una nueva versión que fue utilizada para Los fantasmas atacan al jefe, la nueva versión del cuento de Dickens con Bill Murray y se coloco en los primeros puestos en las listas. Vean las dos versiones:

   

 Y para acabar este especial nos vamos a 1990 y Solo en casa con música de John Williams, la canción "Somewhere in My Memory" fue nominada al Oscar y ya es todo un clásico que no suele faltar en conciertos de estas fechas. Incluso para la secuela se contó con Ana Belén para que la interpretara en castellano, su título fue “ Sombras de otros tiempos”. Con el deseo de que los malos vientos no se lleven nunca los buenos recuerdos y podamos compartir los cinéfilos cada semana en este blog, les deseo una Feliz Navidad y un Año Nuevo, lleno de ilusión, en el que se vean realizados sus mejores deseos. Nos vemos pronto

 

24/12/2021

Feliz Navidad a todos los lectores del No sin los títulos

 

Servidor os desea una Feliz Navidad y un próspero Año Nuevo, que los Reyes Magos os traigan muchas cosas, si no ahora, durante el 2022 y que superemos de una vez esta pandemia, así como otros problemas de los que nadie habla y que también están ahí.

Volveré después de fiestas, agradezco vuestra lectura, comentarios y difusión de este modesto blog que lo que pretende es sencillamente que améis el cine y en más de un caso aquellas películas de las que no se suele hablar. Mi correo ya sabéis que está abierto a cualquier comentario, sugerencia, etc.

Os recomiendo que leáis estos posts de otros años por estas fechas con ilusión dejé aquí impresos

https://nosinlostitulos.blogspot.com/2020/12/estimados-lectores-de-no-sin-los.html

https://nosinlostitulos.blogspot.com/2018/12/vuelve-casa-el-clasico-de-navidad.html

https://nosinlostitulos.blogspot.com/2020/12/irving-berlin-una-blanca-navidad-y-800.html

https://nosinlostitulos.blogspot.com/2020/12/dos-capras-navidenos-que-no-son-que.html

https://nosinlostitulos.blogspot.com/2020/11/placido-el-inicio-del-tandem-berlanga.html


Hasta pronto y mucho cine

16/12/2021

Dos Fords navideños

 

Suelen preguntarme en estas fechas por recomendaciones de películas navideñas, pero que a la vez no lo sean, o sea que es como si me pidieran una comedia para reír, pero que no se notara el humor…Bueno, hay solución para todo, recuerdo que el pasado año les recomendé Ginger y Fred de Fellini, este año elegiré a John Ford.

Y precisamente escojo dos títulos con John Wayne de protagonista, uno de los cuales no lo suficientemente conocido, se trata de Tres padrinos (1948), basado en un cuento de Peter B. Kyne que Ford ya había adaptado en su etapa silente. En España no llegó a estrenarse, carezco de la información necesaria para saber exactamente cuáles fueron los motivos, pero probablemente al salir el tema del suicidio, la censura actuara. El doblaje que se efectuó es de 1984 y para un pase en TVE, posteriormente se pudo ver en las privadas y últimamente en algún pase en los westerns de la Trece.




Tres padrinos cuenta la historia de tres asaltadores de un banco, perseguidos por un sheriff, que se adentran en el desierto donde encuentran a una mujer moribunda a punto de dar a luz. Estrenada en 1948, año en el que realizó su más famosa Fort Apache, se le criticó cierta sensiblería en el tema, incluido todo un maestro libre de sospecha como José Luis Guarner la tildó de insulsa en el plano dramático.

Pero cada visionado trae sorpresas, y al no tener esa aureola de gran película, uno puede observarla y analizarla en busca de querer hallar más de lo dicho profesionalmente. Más que criticarle la densidad dramática, creo que falla algo en el hilo narrativo, pero que se ve compensado en el excelente trato pictórico consiguiendo escenas inolvidables y es que Ford al dirigir era como un gran pintor, en cada encuadre encuentras algo y al final qué más da si la historia falla al lograr captar su esencia 


Este cuento navideño, en el que es fácil hallar comparaciones entre los tres bandidos y los tres Reyes Magos, así como otros episodios evangélicos, tiene una fuerte carga de espiritualidad, recordemos que el salón que sale en el último tramo se llama “la taberna de la última oportunidad”.

Para todo aquel que diga que Ford está pasado de moda, decir que esta premisa argumental se halla en Tres hombres y un biberón y aquellas adaptaciones que luego la Disney hiciera. También en una película de animación japonesa reciente Tokyo Godfathers, que ya en su título lo homenajea.

 


El otro título, ya más conocido es La taberna del irlandés (1963). Aquí si que estamos en una película muy alegre, desenfadada, vitalista... Un Ford ya de su última etapa que rodó en plenas vacaciones y uno cuando la ve, se le va la imagen de hombre rudo que tenemos en mente de él.

Es inevitable la comparación con El hombre tranquilo, aquí también tenemos una pelea buenísima entre Wayne y Marvin que aunque se hagan daño, sabemos que son puñetazos sin rencor. Pero aquí no hay desplegada con tanta intensidad la nostalgia tan bien medida de aquella.

Ford aborda el tema de la mujer, algo que siempre levanta controversias, y diré aquello de que más de uno se fija demasiado en el árbol y no ve el bosque. Cierto que hay alguna bofetada, sin ánimos tampoco de ser un maltrato, sino englobada en un humor slapstick y más para parodiar el personaje masculino, además tenemos que tener en mente las  coordenadas temporales y sociales. ¿Qué les voy a decir? A Ford a menudo se le tacha de conservador, efectivamente lo era, pero qué me dicen ustedes de películas como Las uvas de la ira o Qué verde era mi valle, ojalá fueran así aquellos directores que tienen fama de lo contrario y han sido incapaces de abordar esas temáticas. Ford no era machista, sencillamente porque no tenía noción sobre qué se entiende por ello hoy en día, y era capaz de filmarte una película femenina como Siete mujeres, además el personaje de Elizabeth Allen que aquí se nos presenta tiene bastante profundidad.



La acción acontece en unas Navidades, donde los amigos ya retirados del Ejército pasan su tiempo en la taberna de Donovan, lugar donde discuten, pelean, se liberan de la monotonía de la vida tropical… Es entonces cuando llega esta bostoniana que busca a su padre y eso provocará una serie de problemas ya que tuvo mestizos con otra mujer.

La película es un canto a la diversidad de creencias y razas. hay presente ese choque de civilizaciones con los recuerdos de la guerra. Los personajes presentados son ya más bien apátridas  e incluso hasta se podría hacer una lectura quizá arriesgada de encontrar así la felicidad con ese exilio del mar.

Ford rueda una misa del gallo en la que es imposible que uno no suelte una carcajada, especialmente en el papel de Marvin, actor que acababa de ser Liberty Valance y que aquí está simpatiquísimo jugando con ese tren eléctrico, así como Wayne. Creo que ya no hace falta que defienda que era un gran actor. En los secundarios tenemos a una siempre excelente Dorothy Lamour, actriz que merecería más recuerdo, o a un César Romero que borda su papel mezclando su cinismo con ese toque elegante

Son películas ambas que estaría bien analizar con más detalle en coloquios, en todo caso creo que se ajustan a lo que me piden y pueden pasar un rato de buen cine sin tampoco perder ese espíritu navideño.

 

09/12/2021

"El Bazar de las sorpresas" y el otro remake del que nadie habla y que no es "Tienes un email"

 

El bazar de las sopresas (fuente: Filmaffinity)


Aproveché el pasado puente no para compras compulsivas, sino para ver buen cine. En estas fechas, las diversas televisiones nos ofrecen una serie de telefilmes insulsos navideños para ir rellenando las parrillas rutinarias. En plataformas y otros canales se puede ver cine más clásico o por lo menos estrenado en salas. Consultando la TCM vi que daban El bazar de las sorpresas (1940) de Lubitsch, es un título que no tiene la fama de otros de él como Ser o no ser o Ninotchka, pero que está a la misma altura y tiene a James Stewart y Margaret Sullavan de pareja protagonista. 

Tienes un email. Fuente: Filmaffinity
La primera vez que la vi fue en el espacio de Garci de "Qué grande es el cine", ahora llamado "Classics". A finales de los 90 fue objeto de un remake actualizado aprovechando la química de la pareja Tom Hanks y Meg Ryan y dirigida por la malograda Nora Ephron que no estaba mal. Es una película ambientada en estas fechas prenavideñas, basada en una pieza teatral húngara llamada Perfumería de Nikolas Laszlo .

 Seguramente, sin esta adaptación cinematográfica no conoceríamos nada de ese autor y es que Lubitsch logra darle protagonismo a todo su reparto y la hace interesante en todo, ahí está el jefe de esa pequeña aunque entrañable tienda llamado Matuschek que a pesar de su carácter frío y calculador intenta suicidarse al saber de una infidelidad de su mujer. Entre sus empleados tiene a un fanfarrón llamado Vadas o a Pepi, un repartidor que busca protagonismo y llegar más alto. Stewart como siempre muestra otra de sus interpretaciones geniales, su rostro capta enseguida todo, y qué decir de Margaret Sullavan, actriz excelente e injustamente olvidada con una gran carrera.

 Todos estos dan lo máximo en una producción que sin la firma del gran Lubitsch hubiese pasado desapercibida. Fíjense cuando la vean en el estilo y el ritmo, así como esos diálogos que tan pronto pasan de mostrar un humor cínico a un dramatismo, en la doble lectura de muchos de ellos o en la composición de escenas como la de la cita en el café que recuerda al Tú y yo de McCarey en sus dos versiones, así como el final con una gran puesta en escena en la cual la conversación entre ellos dos va desgranando todo. Lubitsch estaba muy orgulloso de ella y escribió lo siguiente: “jamás hice un filme en el cual la atmósfera y los personajes fueran tan reales como este. realizada en 26 días con un presupuesto muy molesto, la obra quizá no fuera sensacional pero tuvo bastante éxito” (Carta escrita a H.G. Weinberg, 1947).






En aquel viejo verano. Fuente: Filmaffinity
Pero volvamos al remake y no para hablar de Tienes un email, sino de En aquel viejo verano (1949), más de uno no sabrá qué título es este, hablamos de un filme de Robert Z. Leonard, un director algo anodino que tuvo fama al rodar El gran Ziegfeld (1936). Aquí la pareja está compuesta por una Judy Garland que ya atravesaba muchos problemas en su vida privada y su pareja era Van Johnson, otro actor que quizá ha ido cayendo en el olvido, cabe recordar que incluso Woody Allen lo rescató para La rosa púrpura de El Cairo. 

La película es agradable, dulce y blanda, quizá demasiado... Omite todo el capítulo del intento de suicidio y la infidelidad, se sustituye por un equívoco con un violín. No tuvo apenas éxito, las canciones que se intercalan no llegan a memorizarse y el director calca muchos planos de Lubitsch. Sin embargo, tiene un ingrediente que hace que cualquier cinéfilo la vea y retenga: la presencia de Buster Keaton, 

En aquellos años, trabajaba de asesor de la MGM para comedias, de ahí diversos gags de Los hermanos Marx en el oeste que nos recordaban a El maquinista de la General. Keaton había sido despedido en 1933 de la Metro y fue precisamente con este En aquel viejo verano que volvió como actor para estos estudios, sus anteriores participaciones en el cine sonoro fueron bastante desafortunadas. 

 Fíjense en un dato, en los créditos del inicio sale su nombre en pequeño seguido de otros sin ninguna distinción, lo cual nos provoca tristeza e indignación, pero así era Hollywood y de Keaton pocos se acordaban.



Aquí creó diversos gags como el del violín o el destrozo del sombrero de la Garland a cargo de un patoso Van Johnson que es lo mejor de la película. Peter Bogdanovich en su excelente documental de El gran Buster lo recuerda. Así pues, no estaría mal que al programar El Bazar de las sorpresas junto a Tienes un email, se le diera una oportunidad a esta película que cuenta también con la peculiaridad de ver a Liza Minelli por primera vez en el cine, aunque siendo un bebé en brazos de su madre. 





18/11/2021

Navidades antes de tiempo

 


Mame (Ante todo mujer) Fuente: Filmaffinity

Hace unos días, estando en un centro comercial no paraban de sonar canciones navideñas y eso que faltan semanas para dichas fiestas en cuestión. Luego, en los días señalados se escuchan poco, pero eso ya es otra historia. Mientras las escuchaba pensé que la que mejor iría sería aquel  “We Need a Little Christmas” del musical Mame escrito por Jerry Herrman dos años después de su espléndido Hello Dolly, la letra hablaba de adelantar la Navidad.


Tal musical fue llevado al cine en 1974 por la Warner Bros y estaba basado en la novela Auntie Mame de Patrick Dennis que también tuvo su adaptación para la gran pantalla dirigida por Morton da Costa e interpretada por Rosalind Russell y Forrest Tucker en 1958.

Para el musical, el papel de Mame Dennis recayó en Lucille Ball y ahí encontrábamos también al gran Robert Preston. La película no tuvo demasiada repercusión a pesar de contar con números brillantes, tampoco hoy en día parece que la gente la recuerde... Sí salió una edición en DVD hace años editada por Impulso para bien y para mal, sin la mejora anamórfica, algo que la Warner lamentablemente tendía a obsequiarnos siempre con la peor copia.

Si bien en cuanto músicas me vino la canción antes mencionada, en cuanto películas recordé a Preston Sturges, del que parece que la gente se va olvidando, y como no lo cuidemos, ya nadie hablará de él. Navidades en julio fue su segundo título y es de 1940, narra la historia de un oficinista que cree ganar en un concurso 25.000 dólares. Bajo el formato de comedia amable e incluso inofensiva se esconde una feroz crítica al capitalismo salvaje y a la deshumanización de la sociedad en general.

Su visión de la clase media norteamericana tenía un punto más pesimista que la de Capra, era más mordaz e irónico, su falta de recursos le llevaba a simplificar la historia, aquí no pasa de los 70 minutos. Pero eso no significa que no cuidara cada secuencia, ahí está esa sala con 50 puestos de trabajo alineados y despersonalizados, su uso del slapstick que siempre tendría en cuenta, diálogos inteligentes que van mucho más allá de esos malentendidos que se crean.

Fuente: Filmaffinity
En definitiva, una comedia que propone la igualdad de oportunidades para todos, incluso sale el tema de la incorporación y derechos de la mujer en el mundo laboral. El concepto de esa bondad que parece destinada solo alrededor del 25 de diciembre, bien se puede, y tendría que dar, en cualquier mes. Si así es, bienvenidas sean esas canciones que ahora suenan en los centros comerciales y el adelanto de las luces para un mundo mejor en esta Navidad en otoño, pero ya sabemos por donde van los tiros…

Por cierto, no confundir con otro título parecido, el cual no he visto, Navidades en junio de Tulio Demichelli con Alberto Closas e inspirado en la obra de teatro de Alfonso Paso El cielo dentro de casa

17/12/2020

Irving Berlin, Una Blanca Navidad y 800 canciones

Seguimos con la Navidad y en este caso homenajear al autor de una de las canciones más populares que se oyen en estas fechas, probablemente “la canción” y no solamente calificarla como una navideña más, pues es la más vendida de la historia, me estoy refiriendo al "White Christmas" (“Blanca Navidad”) de Irving Berlin.

 

Mucho se cuenta sobre cómo la compuso, se habla de que estando en una piscina y tras leérsela a su secretaria, se dio cuenta de que había escrito, tras varios intentos, su mejor canción. Esta era para la película Holiday Inn con Bing Crosby y Fred Astaire del año 1942 e inédita en España, aunque está editada en DVD y alguna plataforma como Filmin la tiene. En algunos sitios se la bautiza como “Quince días de placer” y se ambienta en las fiestas de durante todo el año en EEUU: Año Nuevo, Cumpleaños de Lincoln, Día de San Valentín, Cumpleaños de Washington, Domingo de Pascua, Día de la Independencia, Acción de Gracias y Navidad.

<  

 La primera interpretación pública de la canción "White Christmas" la hizo el propio Bing Crosby en su programa de radio de NBC "The Kraft Music Hall" el día de Navidad de 1941, durante el rodaje, que se estrenó siete meses después. Curiosamente, no se esperaba que fuera una canción de éxito. Se pensó que la canción "Be Careful, It's My Heart", sería el gran hit de la película. Cuando el mismo Crosby escuchó “Blanca Navidad” por primera vez, no le impresionó, no tuvo mucha vista pues la canción ganó el Oscar ese año y no era consciente de que sería el single más vendido de la historia

 

 Cierta controversia rodeó la historia de la canción "White Christmas" cuando se informó en una noticia de 1960 que Irving Berlin escribió la canción en 1938. Si la canción se hubiera publicado o introducido fuera de este film, no habría sido elegible para los Oscars. Pero las fuentes coinciden en que fue escrito para la película, con derechos de autor como inédito en 1940 y luego publicado junto con el estreno en 1942. 

La increíble popularidad de la canción "White Christmas" se debió en gran parte gracias a los militares estadounidenses que prestaron servicios en el extranjero durante la Segunda Guerra Mundial. Los sentimientos expresados en la canción reflejaban lo que sentían las tropas en Navidad y la cantaban entre ellos. A Berlin no le gustaba especialmente que hubiera adquirido este toque, pero el momento histórico la contextualizó sin buscarlo de esta manera y convertirse en una canción de paz en tiempos de guerra.

Quizá esto hizo que la Paramount, una década más tarde, decidiera hacer un musical con el nombre de la canción, ambientada en el mundo militar, aunque en un segundo plano e interpretada por el mismo Bing Crosby que la cantaría de nuevo. Dirigida por Michael Curtiz tendría también otras grandes canciones de Irving Berlin como Blue Skies, The Best Things Happen When You're Dancing, o Sisters y contaría con Danny Kaye, Rosemary Clooney, Vera Ellen y Dean Jagger entre otros. 

 

 Su argumento es este: Bob y Phil acaban de volver de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Consumados cantantes y bailarines, deciden ganarse la vida haciendo números musicales. Así conocen a dos hermanas que se dedican a lo mismo. Siguiéndolas, van a parar a un hotel de Vermont, que tiene graves problemas financieros. El administrador del hotel resulta ser el antiguo jefe de los muchachos en el ejército, razón por la cual deciden ayudarlo a salir a flote. La película fue un gran éxito y esta vez si se pudo ver en España donde también fue la más exitosa de ese año, estrenada el 15-4-55 y en EEUU 14-10-54.
   

Sin duda alguna que "Navidades blancas" popularizó mucho a su compositor Irving Berlin nacido en Temum (Rusia) un 11 de mayo de 1888 y fallecido en Nueva York un 22 de septiembre de 1989, 101 años ni más ni menos. La película tenía muy buenas coreografías y era una delicia su reparto, la hoy olvidada Vera Ellen hacía uno de sus mejores trabajos y poder ver a Rosemary Clooney era todo un lujo, Danny Kaye que no era la primera opción (se quería a Fred Astaire)  daba un toque cómico a la película y demostraba sus dotes de bailarín llegando a bailar descalzo, mención aparte merece la interpretación de Dean Jagger siempre convincente.Fue la primera película hecha con el sistema Vistavisión.

 

Por cierto, como curiosidad podemos ver a un joven y entonces desconocido George Chakiris:  

 

 Pero volvamos a la carrera de Irving Berlin, su familia emigró a los EEUU en 1893, con solo 13 años, su padre fallece y él ha de buscar comida para sus siete hermanos en todo tipo de trabajos, hasta hace de cantante en el café Chinatown de Nueva York. Comienza a escribir canciones en 1907 con una formación autodidacta y en 1911 conseguiría su primer éxito con el mítico Alexander Ragtime Band

 

 En 1927 desembarca en Hollywood para trabajar en El cantor de Jazz donde su canción "Blue Skies", un éxito desde 1926, fue cantada por Al Jolson:

 

 Su carrera iría de éxito en éxito, aunque sus musicales de Broadway Annie Get your gun (1950) de George Sidney o Call Me Madam de Walter Lang no tendrían el eco esperado en sus adaptaciones cinematográficas.

   

 En cine sí que gozarían de éxito sus canciones para los musicales de Fred Astaire y Ginger Rogers, composiciones como el Cheek to Cheek o el Puttin on the Ritz forman parte ya de la historia y han sido utilizadas también en otras películas como en El jovencito Frankenstein de Mel Brooks en un número cómico

   

Y también pueden ver a Clark Gable cantándola en la película de Clarence Brown  Idiot´s delight (1939)

   

 Berlin es autor también de uno de los grandes himnos, por así llamarlos, del Hollywood de la época, me refiero al There´s No Busines Like Show Bussines que también daría pie a un musical en 1955 con Marilyn Monroe de secundaria que aquí se llamó Luces de candilejas de Walter Lang. 

 

 Famoso también por componer el God Bless America que hemos podido escuchar en muchas películas, me viene a la cabeza ahora Érase una vez…América de Sergio Leone. El presidente Truman le otorgó la Medalla de Mérito de la Armada en 1945, Eisenhower la Medalla de Oro del Congreso en 1955, y el presidente Ford la Medalla de la Libertad en 1977. 

 

Una vida de 101 años y un total de 800 canciones, este fue Irving Berlin que por estas fechas siempre lo recordamos con su blanca Navidad y que durante el resto del año nos hace alegrar la vida también y más en estos tiempos.

 Para quienes no me puedan leer estos días, les deseo una feliz Navidad y mejor año sobretodo. La semana que viene habrá un post especial con motivo de las fiestas navideñas. Gracias por leerme y dar a conocer este blog.

10/12/2020

Dos Capras navideños que no son "¡Qué bello es vivir!

La proximidad de las fechas navideñas nos hace cada año pensar en los clásicos que por este tiempo se suelen revisar, películas como De ilusión también se vive, La mujer del obispo, Muchas gracias Mr. Scrooge, Entre pillos anda el juego o Polar Express seguro que las volvemos a ver (vean mi antiguo artículo sobre cine navideño aquí, pero hay una que reina sobre todas ellas y esa es ¡Qué bello es vivir! de Frank Capra. Sin embargo, no voy a hablar de ella, sino de otras dos ambientadas en Navidad que el realizador hizo: Juan Nadie y Un gángster para milagro

.  

Juan Nadie (1941) trata sobre un magnate que compra un periódico y despide a casi todo el personal, entonces una periodista publica una falsa carta que lleva la firma de Juan Nadie. En ella se anuncia el suicidio de uno de los empleados despedidos. El éxito del artículo es tal que el periódico decide crear un Juan Nadie y, con este fin, contrata a un vagabundo que acaba convirtiéndose en un personaje extraordinariamente popular.  Gary Cooper que había trabajado con él en El secreto de vivir ofreció una de sus mejores interpretaciones, Capra solo lo veía a él en el papel, igualmente Barbara Stanwick estaba maravillosa, el director fue quien la hizo debutar en papeles importantes en los 30 y poder desarrollar su carrera. 

 Se trata de una parábola política como la mayoría de sus películas que seguían los principios del "New Deal" propugnado por Roosevelt para acabar con las secuelas de la Gran Depresión. Aborda los temas del sensacionalismo periodístico, la corrupción política, o la explotación de los desheredados en época de crisis social. Se estarán dando cuenta de que por desgracia son temas actuales hoy en día.

 El cine de Capra se basaba sobretodo en la creencia firme de las buenas intenciones del ser humano, los buenos sentimientos podían cambiar el mundo. Es así, pues, que la mayoría de sus filmes acaban bien a pesar de la oscuridad de sus temas. Eso hace que, a veces, público exigente no vea sus películas como realistas, sino más bien blandas, con una pérdida de perspectiva social y cierto sensacionalismo carrinclón. Tal consideración la veo injusta, una película que acabe mal no ha de ser mejor en teoría, además rodar buenos finales esperanzadores exige también un gran trabajo para que todo quede bien atado y el director era un maestro en eso.

 De todas maneras, Juan Nadie es probablemente su película más pesimista y con un final que, aunque sigue el patrón de sus obras no deja la misma sensación. Rodó cuatro finales diferentes, pero todos fueron rechazados durante las vistas previas, una carta de un miembro de la audiencia sugirió un quinto final, que al director le gustó y usó en la película terminada. El escritor Robert Riskin, su guionista aquí, tuvo la oportunidad de mostrar películas recientes de Hollywood en diversos países europeos mientras los aliados los liberaban de los nazis, pero se negó a incluir Juan Nadie, ya que veía que transmitiría una visión demasiado oscura de América.

 El hecho de que tampoco veamos esta cinta por Navidad con la frecuencia de ¡Qué bello es vivir! también nos avisa, en cierto modo, de que es un Capra singular, a ello se añade que los derechos de autor originales nunca se renovaron y pasó a ser de dominio público con copias bastante malas y ediciones cutres, aunque en España hubo una versión cuidada por parte de Versus hace unos años. 

 Así pues, el director que fue calificado peyorativamente por Juan Antonio Barden como “nuestra abuelita” era capaz también de dejarnos fríos una vez acabada la proyección y ver cómo el país de las oportunidades tampoco ofrecía muchas posibilidades.

 La otra película es Un gangster para un milagro (1961), remake de su filme Dama por un día de 1931. Ambientada en la época de la Ley Seca (1920-1933), Dave es un contrabandista de alcohol que está a punto de cerrar un trato importante con un mafioso de Chicago. Como las manzanas de la mendiga Annie siempre le han dado suerte, envía a uno de sus hombres a buscarla para cerrar la operación. Pero Annie está completamente desesperada: su hija, a la que no ve desde hace muchos años, llega de Europa acompañada de su novio y de su suegro, unos aristócratas italianos, y Annie tendrá que convertirse en una gran dama para no defraudarla. 

 

El argumento, que ha sido muy imitado en multitud de comedias, sin ir más lejos Ocho apellidos vascos bebía bastante de esta premisa, es un relato agradable donde el optimismo hace superar los convencionalismos de la trama. Su humor limpio y emotivo desdramatizará los momentos más duros de la película. Es bastante superior a su original, la cual ha perdido bastante fuerza. 

 Supuso el canto de cisne de Capra, y un enorme fracaso en el momento de su estreno que él no esperaba, su mundo parecía ya no tener cabida. Aparte de esto, no guardaba buen recuerdo del rodaje, en su autobiografía explica que la producción fue "moldeada en el fuego de la discordia y filmada en una atmósfera de dolor, tensión y aversión". Entre Frank Capra y Glenn Ford, no hubo de todas maneras una discusión real de estar enfadados, pero sí muchos puntos de vista que disgustaban al director, Ford era coproductor e impuso a Hope Lange y cambió otros detalles, no se llevaba bien con Bette Davis y discutían, según Ford él le había ayudado a que fuera la elegida para el papel, a lo que Davis llegó a escribir que "ese cabrón no me hubiera ayudado nunca a salir de la alcantarilla". Capra se quejó en su autobiografía sobre la actitud del actor, y Glenn Ford le reprochó haber esperado tanto tiempo para discutir en lugar de decírselo cara a cara durante la producción de la película. 

 

Frank Capra estaba decepcionado con el resultado final, calificándolo de "película miserable". Sin embargo, estaba más que feliz con la actuación de Peter Falk, refiriéndose a ella como "la única chispa brillante". De todas formas, creo que infravaloró el trabajo que hizo con Bette Davis que hacía un gran papel y demostraba que aun podía dar bastante, a pesar de haber entrado ya en los años de decadencia. En el reparto también tenemos a Thomas Mitchell, el médico borracho de La diligencia, o el debut de Ann Margret que logran que una película de 136 minutos pase rápido a pesar de cierta dificultad en el arranque, originalmente tenía que durar 96. 

El filme contiene además el primer uso en Hollywood de "padrino" como sinónimo de jefe de la mafia. Algunos expertos citan al jefe de la mafia Joe Valachi como el creador del término en la lengua vernácula popular, pero esta película es anterior a su testimonio. A pesar del fracaso y que se la catalogaba como naif, desfasada y anclada en un tiempo que ya había pasado, en los últimos años se fue reivindicando. En el desaparecido programa de "Qué grande es el cine" de José Luis Garci fue proyectada con grandes elogios, hablando incluso de obra maestra y Ángel Fernández Santos la elogiaba en "El País": “El explosivo contraste entre la farsa torrencial y la comedia sentimental serena, vuelven a fundirse con sorprendentes aciertos"

 

Si ven estas Navidades de nuevo "Qué bello es vivir" acuérdense de estos dos títulos, lo mismo el año que viene serán tres los Capras que deberán desempolvar.

19/11/2020

Plácido: El inicio del tándem Berlanga-Azcona

 

Dicen las malas lenguas que en España se olvida fácilmente, pero que se entierra muy bien. Luis García Berlanga murió hace diez años y aquel día recuerdo que fue portada en la mayoría de la prensa y abriendo los telediarios de las cadenas que en la mayoría de las ocasiones olvidan su obra. Ahora tras este tiempo se le ha vuelto a recordar en algunas cadenas y seguramente el año que viene, si el virus nos deja en paz, habrá homenajes con su centenario. Este blog quiere acercarse también a hacer un pequeño homenaje al gran director valenciano y para ello he pensado en hablar de su película Plácido (1961) podía haber elegido otras como El verdugo, Calabuch, La escopeta nacional, etc. Pero si voy a esta es porque supuso el inicio de una nueva etapa en su cine. 

Sus primeras películas, no exentas de ironía también, eran más dulces, el director declaró que quería únicamente mirar la bondad del hombre a través de lo social y lo humano. De todas maneras, se pueden ver en ellas borradores de lo que será este cambio de rumbo, películas como Bienvenido, Mr. Marshall en su etapa con Bardem o Calabuch tenían un fondo dramático y una carga crítica no menos fuerte, pero por el contrario se acercaba a los personajes. Berlanga que admiraba a Rafael Azcona y los guiones que había hecho para Marco Ferreri en El pisito y El cochecito comenzó a trabajar con él en el guion de Se vende un tranvía (1959) que tenía que formar parte de una serie que no vio finalmente la luz y Plácido sería su primera película juntos. “A partir de mi encuentro con Azcona, la labor crítica de mi cine es más eficaz e incisiva. De ahí que Plácido era para mí un título fundamental” (Berlanga)

   

 Poco a poco van perfilando un guion que había sufrido varios cambios y junto con José Luis Colina y José Luis Font presentan un proyecto que llevaba el título de “Siente (a) un pobre a su mesa” que es aceptado por Jet Films, empresa catalana del exhibidor Alfredo Matas que iniciaba su carrera como productor. La censura obligó al cambio de nombre, aceptando finalmente el de Plácido, también se instó al director a cortar la escena del artista poniéndose la liga, a suprimir el plano de la señora moviendo la cabeza del moribundo para que dé su consentimiento en la boda "in articulo mortis" -aunque finalmente los responsables solo suavizaron el movimiento- y a modificar la secuencia del centinela “en el sentido de que se aclare que se trata de un cuartel y sustituir el santo y seña de España por otro. Algún censor como Patricio Gómez defendía la prohibición del filme por suponer un ataque a la piedad tradicional de España, de hecho, la censura eclesiástica quiso que no sonara el villancico “Madre, en la puerta hay un niño” al final ya que veían un ataque a la obra caritativa de la Iglesia, por suerte no se les hizo caso y ahí sigue sonando.  Final de Plácido:  

El tema de la caridad y ver esta película como si fuera únicamente una crítica a la falsedad de esta, molestaba mucho a Berlanga qué insistía una y otra vez que era una anécdota, que lo que él quería poner de manifiesto era el problema de la incomunicación entre los seres humanos: “Habla de la incomunicación, pero no al estilo de Antonioni, sino la comunicación externa social”. Efectivamente, ver Plácido supone ver a una serie de personajes donde todos aparentan hacerse caso, oírse y no decirse nada. Ningún lazo los une, pero todos van juntos a alguna parte. 

Tendríamos por una parte a la aristocracia representada por la presidenta y su familia, a la burguesía con la familia donde se muere el pobre y al proletariado con Plácido y su familia. A ningún personaje de esta farsa se le tiene tiempo suficiente ante la cámara para que tengamos algo más que un apunte, excepto Plácido (Cassen en su extraordinario debut cinematográfico) que es tan pobre como sus futuros beneficiarios y trabaja directamente al servicio de los ricos o Quintanilla, “el de las serrerías” (López Vázquez), que solo va a la suya y le importa bien poco los problemas de la letra de Plácido y los pobres.Pero tampoco gozan estos dos de cierto cariño por parte de Berlanga y Azcona, todos tienen un rasgo negativo, nadie se salva.

 

José Luis López Vázquez decía que las películas de Berlanga son esperpentos no de la España de la época, sino de la España eterna. El director hablaba del “humor español, el de la picaresca española, desde Quevedo a Buñuel, pasando por Goya y Solana, todo señor que haya intentado diseccionar a los españoles, es decir, diseccionarse a sí mismo, ha tenido que recurrir por fuerza a esto que llaman humor negro 

.  

Recuerdo la primera vez que vi Plácido y me llamó la atención que era una película sin apenas sol, vemos nublado, un ambiente frío y nocturno, luces artificiales, etc. El ambiente es desagradable, la mujer de Plácido trabaja en los urinarios públicos, el belén está encima del lavabo, la cesta en el inodoro, él se irá moviendo por la ciudad, pasando por el banco, el casino de la subasta, hogares que acogen a los pobres...En todos ellos veremos gente lamentable y repelente, aunque el humor irónico nos hará soltar una sonrisa y luego temblar parafraseando ahora a la revista "La Codorniz". La presencia de la muerte es constante a lo largo de la película, ya desde el principio con ese entierro que se cruza en la cabalgata o al muerto que ha de transportar en su motocarro. El día de Nochebuena se convierte en un día triste, esa caridad se convierte justamente en lo contrario y aunque Berlanga quiera reflejar más bien lo anterior, nunca escondió su odio hacia este tipo de campañas benéficas que seguía viendo actualizadas en los telemaratones que se dan en la actualidad.

 

El trayecto que sigue el cuerpo sin vida de Pascual, primero bajado del domicilio de los Helguera y luego elevado a su casa nos dice también algo más, una buena muestra de esconder a la censura la verdadera intención que es la de un homenaje enmascarado a la España defenestrada por la guerra: Vemos como parte del domicilio de unos republicanos, y pasa delante de una placa conmemorativa que evoca el emplazamiento del cuartel general de Franco durante la guerra civil y recala en los sótanos de un baluarte del ejército victorioso. Este tipo de escenas que Berlanga y Azcona sabían tan bien hacer y pasaban inadvertidas, no solo a los censores sino al público en general, motivó que llegara un punto que se le eliminaran escenas sin ninguna razón, como la de un plano general de la Gran Vía madrileña en otra de sus películas.

 Años después conoció al censor y le dijo: «¿Si hubiera sido otro el director..., pero tratándose de Berlanga quién nos podía garantizar que no ponía usted entre los peatones a un cura que entra en el Pasapoga?» (El Pasapoga era una sala de fiestas, luego discoteca de la popular calle madrileña).

  La película fue rodada en Manresa, más de un vecino recuerda aun el rodaje, albergar tal obra maestra debería ser motivo de constante homenaje y así ha sido, aunque también ha habido y hay voces que no les gustaba que la película se hubiera rodado ahí por la imagen que podía dar la ciudad y que se reflejara la España profunda en sus calles, ya decía Berlanga que “la acidez de estómago no aparece hasta unas horas después de haber comido”. 

 

En fin, Plácido es otra de las grandes muestras de este que homenajeamos constantemente los cinéfilos y los medios esporádicamente cuando hay alguna fecha conmemorativa.

18/12/2018

Vuelve a casa el clásico de Navidad

Entramos ya en la semana previa de Navidad, cierto que con estos inventos del "Black friday" y parecidos parece que las fiestas hayan comenzado antes, o quizá la necesidad de celebrarla, eso el musical Mame, aquí titulado Ante todo mujer, tenía un buen número.


 
 Las navidades son una de las fiestas más entrañables del año, probablemente la que más. Fijémonos en el arte, casi todos los músicos han escrito sobre ella, al igual que los cantantes, pintores, escritores...A pesar del ninguneo que algún que otro Ayuntamiento, no hace falta dar nombres, siempre perdurarán ya sea de una manera u otra. Y sobretodo ese retorno a la patria de la infancia nos servirá a muchos para volver a emocionarnos y coger algo de ilusión para el nuevo año.

El cine no podía dejar de lado la Navidad y ha estado muy presente a lo largo de su historia. Seguramente a mis lectores les habrá salido enseguida Qué bello es vivir y la pregunta sería: ¿Por qué sigue perdurando esta película? Pues sencillamente por su profunda humanidad y optimismo, tendría que ser de visión obligada, incluso para las personas que muchas veces se sienten tristes. Capra supo dirigir una historia que reivindica el papel de cada persona por mucho que a veces podamos pensar que hemos fracasado.

 
 Hay un par de películas más de Capra que quisiera recomendar: Juan Nadie, película algo eclipsada por la anterior, pero que es una obra maestra de la misma categoría y Un gangster para un milagro, remake de Dama por un día con una Bette Davis inolvidable.

Evidentemente, no puedo ahora citar todas las películas navideñas, así que recomendaré unas cuantas y ya me diréis si os gustan.

Por una parte tenemos una comedia divertidísima con un guion no acreditado de Billy Wilder, La mujer del obispo, que fue objeto de un flojo remake hace unos años al servicio de la malograda Whitney Houston. Muy entrañable y con un buen mensaje, es un filme que creo que gustará bastante si buscáis todos los ingredientes navideños.


 
 Otra que suelo ver es Siguiendo mi camino, no es exactamente navideña, pero ya salen las fiestas y alguna canción. McCarey era todo un maestro en sensibilidad y si queréis emocionaros aquí tenéis una buena muestra. Ganadora de 7 Oscars, incluyendo mejor película y un Bing Crosby que aunque no canta "Navidades blancas", si lo hace con el "Ave María" de Schubert.


  Precisamente Navidades blancas  de Michael Curtiz es otro delicioso musical que en España fue la película más taquillera de ese año. Coreografías inolvidables, un vestuario de sueño a cargo de Edith Head, un gran reparto y una música de Irving Berlin inolvidable.


 

 Pero quien no quiera un clásico navideño convencional se puede ir a toda una obra maestra como es El apartamento con su amargura y cinismo, con esa llave corriendo de planta en planta. Excelente el contraste entre las navidades de McMurray y las que tiene que pasar el pobre Jack Lemmon.


 

 Durante estas fiestas nos sentimos también niños, y es posible que recurramos a algún Disney, La dama y el vagabundo está ambientada en Navidad, pero es igual, cualquiera será como un adorno de nuestras casas. A mí siempre me ha gustado ver Pinocho durante las fiestas y todos esos detalles que tiene. Por algo la Disney se convirtió en un imperio, la razón está en la calidad de su primera etapa.


 

 No puede faltar el "Cuento de Navidad" de Dickens y sus varias versiones, me gusta el musical de Muchas gracias, Mr Scrooge por su atmósfera, la música de Leslie Bricusse o un Finney excelente. Es un musical muy de la época, por su caracterización recuerda a Oliver.
 Otra versión que no puede faltar y ambientada en época moderna es la de Richard Donner con un Bill Murray que se sale en Los fanstasmas atacan al jefe, probablemente su mejor papel, a la altura del de Atrapado en el tiempo.


 
 Clásicos más modernos, fíjense que utilizo ya la palabra, son Entre pillos anda el juego de John Landis, una película que gana con el tiempo y que tiene mucho de Capra de y de las grandes comedias clásicas. No en vano ahí están Ralph Bellamy y Don Ameche.


 

 Y para quien le guste Papa Noel no se puede dejar De ilusión también se vive, comedia muy dulce con un inolvidable Edmund Gween de Santa Claus y Natalie Wood de niña estirándole la barba. Polar Express ya más moderna, es otra gran película del personaje. Quizá faltaría alguna de los Reyes Magos muy buena, se hizo una de dibujos aceptable, de todas formas salen en Ben-Hur, un clásico que cae también por estas fechas.


 

 En fin, he querido citar algunas para no cansar, me dejo muchas que me gustan, tal vez haga otro post, si no pues quiero desearos una Feliz Navidad y un próspero Año Nuevo lleno de salud y buen cine y que no falte la caridad, algo que ya lo trató sabiamente Berlanga en su inolvidable Plácido. Un abrazo a todos mis lectores y gracias por el número de visitas.


El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...