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13/02/2023

Homenaje a Burt Bacharach. Su música en el cine

El pasado jueves nos dejaba Burt Bacharach a los 93 años, su pegadiza música y esa mezcla de estilos entre el jazz, el pop o la bossa nova con un ritmo melódico dejó imborrables partituras y en el cine tuvo gran repercusión. Por eso, lo homenajearemos repasando su trayectoria en la gran pantalla. Comenzaremos en 1957 con El recluta, una divertida comedia con Jerry Lewis, como curiosidad no aparece acreditado, la letra ya fue de Hal David

   

La carrera del músico se centraba más en espectáculos televisivos, teniendo su propio programa especial, su amistad con el director musical Peter Matz le lleva a convertirse en arreglista y director orquestal en una triunfal gira con Marlene Dietrich, mientras su disco “Magic Moments” cantado por Perry Como se convertiría en su primer gran éxito. Cinco años hubo que esperar para que volviera al cine, y lo hizo con una peculiar película que condensaba en EEUU la trilogía de Sissí con Romy Schneider, se llamaba Forever My Love y se estrenó en 1962, la canción fue a cargo de Dionne Warwick de la que quedó prendido por su voz.

   

La popularidad del músico hace que en 1964 Norman Jewison le llame para escribir la canción principal de la película No me mandes flores con la pareja Doris Day-Rock Hudson

   

En 1965 se ocupa de la banda sonora de ¿Qué tal, Pussycat?, la canción la interpretaría Tom Jones, la comedia era un guion de Woody Allen, el cual debutaba y que confesaría que no le gustaba nada, pero es lo primero que nos viene a la cabeza al mencionarla.

 

En la película compuso también este Here I Am que volvía a cantar Dionne Warwick.  

Otro tema de la película fue My Little Red Book, cantado por Paul Jones:

   

Y sin acreditar en la película, aparecía esta otra composición suya Dance Mamma, Dance Pappa, Dance


 

Aquel año, Vittorio de Sica le contrata para Tras la pista del zorro, repetía con Peter Sellers, pero su música solo fue para la copia americana, ya que la italiana fue compuesta por Piero Piccioni

 

Aquel año lograba un importante éxito escribiendo la canción principal de la película Alfie de Lewis Gilbert con Michael Caine: La versión inglesa fue cantada por Cilla Black a quien vemos en el vídeo:

  

Para la versión estadounidense, la cantó Cher:

   

Y como no hay dos sin tres, en 1967 volvía a repetir con Peter Sellers en Casino Royale y con un gran reparto de estrellas, también contaba con Woody Allen como un divertido villano. La adaptación de la novela de Ian Fleming con un James Bond jubilado tuvo muy malas críticas y contó con hasta cinco directores: John Huston, Ken Hughes, Val Guest, Joseph McGrath y Robert Parrish. Aquí va su tema principal:

 

En la película salió por primera vez Look of love, una de sus creaciones más famosas y que ha salido en innumerables películas:

   

Estamos sin duda en el momento de máxima inspiración creativa, dos años más tarde compondría la que es quizá su canción más recordada en el cine, el Raindops Keep Fallin' on My Head de Dos hombres y un destino dirigida por George Roy Hill

   

La banda sonora se diferenciaba mucho de los westerns de siempre, también fue una respuesta a la música que Morricone estaba popularizando en los spaghetti westerns. A Robert Redford no le gustaba nada la música. Aquí tenemos un "Dabadá" tan de la época que Francis Lai, Michel Legrand o aquí nuestro añorado Antón García Abril habían popularizado en sus partituras. Bacharach se llevó el oscar a mejor banda sonora y mejor canción:

   

Aquel año compuso una canción para la comedia Locos de abril con Jack Lemmon y que pretendía abrir la carrera de Catherine Deneuve en Hollywood, pero la película no cuajó, su director Stuart Rosenberg no se mostraba muy a gusto en el género

   

Se aprovechó la película para lanzar su gran éxito que acababa de componer I Say a Little Prayer, cantada aquí por Susan Barrett:

   

En 1969 colabora con Paul Mazursky en Bob, Carol, Ted y Alice, la canción What The Word Needs Now supone otro gran éxito y un himno para la época:

 

En 1972, el director Andrew V. McLaglen lo contrata para la canción del western La primera ametralladora del oeste, la intención era repetir el éxito de Dos hombres y un destino, pero el resultado quedó lejos, el film pasó bastante desapercibido, contaba con Dean Martin en el reparto, los pases televisivos la han popularizado más.

   

En los 70 empieza un declive que en el cine se materializará con el fracaso de la adaptación de su musical sobre la película de Frank Capra Horizontes perdidos en 1973, años muy complicados ara el género salvo alguna que otra excepción, suele ser uno de los trabajos más olvidados de Bacharach, Hasta Woody Allen lanzó una frase lapidaria: "Si volviera a nacer haría exactamente todo lo mismo que he hecho hasta hoy…excepto ver el musical Horizontes perdidos” La crítica vio la música como cursi, rancia y totalmente desfasada. Lo mismo verla hoy provoca otras reacciones:

   

Seis años tardó en volver Bacharach al cine, lo hizo con Together?, poco conocida película dirigida por Armenia Balducci con Jacqueline Bisset y Maximilian Schell que el músico reescribió para la versión estadounidense con la canción I Don't Need You Anymore co-escrita con Paul Anka, un trabajo bastante anodino.

 Pero en 1981 volvería con fuerza al cine al escribir el tema de Arthur, el soltero de oro, con la canción Best That You Can Do se llevó el Oscar y conoce a la letrista Carole Bayer con quien se casa por tercera vez tras Paula Stewart y Angie Dickinson. A pesar del éxito, se dedicó más a su faceta de productor posteriormente. A continuación dejo otras como curiosidades.

 

CURIOSIDADES

 Magic Moments fue su primer éxito, cantado por Perry Como, la canción ha salido en películas como El diario de Bridget Jones, Vida de este chico o Loca academia de policía.

  

En teatro compuso las canciones de la obra Promises, promises (1968) de Neil Simon, musical basado en El apartamento de Billy Wilder

   

En 1962 escribió una canción basada en la película El hombre que mató a Liberty Valance:

 

Hal David fue su gran colaborador y letrista, pero con el fracaso de Horizontes perdidos se rompió la relación. En 1999 se reconciliarían para las canciones de Ella es única:

   

En 1997 Mike Myers recuperó su canción I´ll Never Fall in Love Again de Promises, promises para la película Austin Powers donde el mismo músico aparecía.

   

Continuando con esta canción, Karina la cantó en castellano con arreglos de Waldo de los Ríos en 1971:

  

Núria Feliu la cantó en catalán en 1972, aquí los arreglos fueron de Jaume Picas:

  

La cantante catalana dijo en varias entrevistas que Bacharach era de sus compositores favoritos, en 1967 cantó el tema de Alfie con arreglos de Josep Maria Andreu

En 1987 cantó en catalán el Raindops Keep Fallin' on My Head de Dos hombres y un destino, también con arreglos de Josep Maria Andreu

   

La canción tiene versiones muy curiosas, esta de Fiorella Faltoyano en el programa de Valerio Lazarov Señoras y señores de 1974:

   

Jaime Morey en 1970 en Galas del sábado:

   

B.J. Thomas por fin la pudo cantar al séptimo intento para la película, ya que a Bacharach no le acababa de convencer

   

No cabe duda que es una de las escenas más famosas de la historia del cine la de la bicicleta, en Espía como puedas con Leslie Nielsen tenemos una divertida parodia:

 

DEP Burt Bacharach

23/09/2022

"Ennio, el maestro" en el Cine Madrigal de Granada

 


Como sabe más de uno, el hecho de desplazarme a Granada me comporta dificultades para ver algunos estrenos, uno de ellos era el documental que Giuseppe Tornatore estrenó el pasado mayo sobre el compositor Ennio Morricone. Por suerte, el cine Madrigal ha brindado la oportunidad esta última semana de poder visionarlo, así que fui el pasado martes y las expectativas positivas que tenía se cumplieron.

Antes de proseguir, permítanme que les hable de este cine que hasta el pasado agosto aun proyectaba las películas en 35 milímetros, algo que mantenía desde su inauguración en 1960, ver Ennio, el maestro aquí tenía incluso un encanto especial, entre lo nostálgico y lo reivindicativo, recordar cuando la mayoría de grandes películas tenían una banda sonora que con los años perdura en nuestra mente y por otra parte, lamentar los cánones actuales de que la música ha de pasar inadvertida.




Quizá Ennio Morricone fue el músico que más se alejaría de esta nueva concepción, sus partituras tenían un gran protagonismo, aunque la mayoría de los directores la supieron acoplar perfectamente en los fotogramas, algo que por cierto no sucede en la actualidad con los sonidos mediocres que nos acompañan en más de una ocasión. El cine como séptimo arte se caracterizaba por ser la suma de todo: literatura, pintura, música...Pero parece que ahora ha de ser la resta de todos sus ingredientes, algo que lleva a su desaparición y a verlo únicamente para pasar el rato.

 Tornatore ha vuelto a abrir el baúl de la nostalgia, con el músico romano formó un buen binomio, incluso Morricone llegó a declarar que era el único director que le podía hacer salir del retiro. El documental es largo, pero no pesado, se va hacia las dos horas y media, un Morricone más cercano de lo habitual se llega a emocionar en algún momento, se intercalan opiniones de Clint Eastwood, Bruce Springsteen, Quentin Tarantino, Roland Joffé o Hans Zimmer, entre otros. Más de una curiosidad asoma como cuando no pudo componer la música de La Biblia de John Huston porque a él no le gustaba y por un contrato de exclusividad con la RCA, que Pasolini dejase de utilizar a Bach para acabar rendido a él, su concepción del ajedrez, su decepción al no conseguir el Oscar por La Misión

Al acabar el documental, uno retrocede en el tiempo y vuelve a tararear en su cabeza algún que otro tema, algo que me lleva a recordar cuando en su momento buscaba los CDs de más de una banda sonora, es verdad que ahora en YouTube podemos encontrar la mayoría dando un clic, incluso escucharlas rematadamente mal en un móvil, sin ya molestarnos mucho de si es la manera correcta. Es como cuando alguien te dice que ha visto una película de John Ford mientras iba en el AVE…La verdad es que muchos cinéfilos nos hemos vuelto muy mediocres y lo peor es que en más de una ocasión estamos como obligados en contra de nuestra voluntad. 

Cuenta el gerente del Cine Madrigal, Juan Torres-Molina, que se vio obligado a tener que apearse de los 35mm., a las distribuidoras les costaba 2000 € hacerles una copia, ahora solo 20, las cuentas no salían y más en unos años tan oscuros como estos últimos con pandemias, la moda de las plataformas de streaming, etc. El 10 de agosto pasado los espectadores fueron invitados por él a la sala de máquinas para que escuchasen por última vez el taca-taca.

La verdad es que ha valido la pena ver este Ennio, el maestro con retraso, y no había mejor cine que el Madrigal de Granada para verlo, una forma de despedirse con dignidad de ese gran músico como fue Ennio Morricone y escuchar sus bandas sonoras en una pantalla grande.

15/07/2022

Monty Norman y la leyenda del tema musical de Bond

 



El pasado lunes fallecía el compositor Monty Norman, seguramente a más de uno no le sonaría el nombre, fue quien compuso el tema de James Bond para 007 contra el Dr. No, a partir de ahí aquella melodía siempre sonó al inicio de las películas de la saga. Sin embargo, su autoría siempre fue puesta en evidencia por John Barry que se consideraba el verdadero autor, motivo que hasta acabó en el Juzgado y dando la razón al primero. Pero Barry tenía sus motivos, aunque Norman tenía la prueba de que la mayoría de notas eran suyas ya que utilizó una canción previa propia para un musical que no llegó a estrenar, a los productores de la saga no les llamaba la atención y llamaron a Barry que arregló y orquestó el tema, así pues ese tema de 007 tal vez no hubiera sido lo mismo sin él, y a saber si hubiese sonado de esta forma tan rara.


 Norman ya no fue llamado para la segunda entrega Desde Rusia con amor, y Barry ya fue el músico oficial y al que debemos que las películas aun fueran más entretenidas, concretamente en esta compuso un tema infinitamente mejor que el citado y en el intento fallido de que George Lazenby fuera el nuevo James Bond en Al servicio secreto de Su Majestad compuso otro, también para mi gusto, excelente. 

Así pues, más de un medio debería poner atención en lo que publica, pues he leído titulares como el siguiente: ”Fallece el musico de las películas de James Bond”. No sé si algunos recordarán, los más jóvenes ya no lo vieron, aquel programa de Tele 5 del "Caiga quien caiga" que conducía el Gran Wyoming, dentro de este se emitía una sección que llevaba Juanjo de la Iglesia que se titulaba “Curso de ética periodística” donde Juanjo de la Iglesia repasaba irónicamente un titular de un diario ya fuese porque era erróneo o porque encerraba otros mensajes y mostraba cómo se tenía que haber escrito para ser verdaderamente objetivo.

El mundo de la banda sonora está en franca decadencia actualmente, no ya solo por la falta de inspiración de los músicos, sino por la forma en que se utiliza, antes casi cada gran película tenía asociada sus notas musicales. Nombres como Rozsa, Bernstein, Goldsmith o Tiomkin fueron los continuadores de la música clásica y en cierta medida no dejaban de ser cineastas también. Sin embargo, muchos de sus trabajos no hubieran sido lo mismo sin los orquestadores, uno de los trabajos más desagradecidos en la música ya que la mayoría permanecían en el anonimato.

 Precisamente estos días se recuerda también a Ennio Morricone y más de uno comete el error de poner el tema de amor de Cinema Paradiso y que acompañaba la última escena como suyo, pero lo había compuesto su hijo Andrea. Sin embargo, no hubiera sonado igual sin la orquestación de su padre. Por tanto, estamos ante el mismo dilema del tema de Bond: ¿Quién tiene más mérito, el que pone las notas o quien las arregla y adapta? La carrera de Andrea Morricone en el cine fue corta y, salvo los que nos quedamos a ver los créditos, la mayoría concibe toda la música como de Ennio, sobre todo ese tema que es el más recordado. Ya ni aparece el nombre de Andrea....

Mientras escribo estas líneas La 2 está emitiendo El hombre que mató a Liberty Valance de John Ford, sin querer hacer "spoiler", creo que para quien no la haya visto no le estaré estropeando nada, se suelta esa frase de “En el oeste, cuando la leyenda supera la verdad, publicamos la leyenda”. Pues bien, en la música, como casi todo en la vida, también. Así pues, que cada uno elija quién compuso el tema de 007, razón no le faltará, pero si no quieren más quebraderos de cabeza, no escuchen este tema Nightmare de Artie Shaw de 1938...



05/04/2022

Centenario de Elmer Bernstein

 


Este lunes hubiese cumplido cien años el músico Elmer Bernstein, en estos tiempos actuales en los que la música de cine vive una época decadente, su nombre aun me trae más añoranza. Voy a recordar y homenajear brevemente con algunas de sus músicas el blog hoy, obviamente no son todas las que quisiera yo poner, el espacio es limitado y también más de una no está colgada en Youtube o puede que el vídeo que funcione hoy no lo haga mañana, no obstante, que estos impedimentos no sirvan para no hablar de él.

Elmer Bernstein nació en Nueva York hace cien años, ya de pequeño siente un gran interés por la música, se educa en la Universidad de su ciudad, al incorporarse al ejército, hace arreglos para la banda de Glenn Miller y compone temas patrióticos para programas de radio, actividad que combinará ofreciendo conciertos como solista de piano. En 1950 es llamado por el vicepresidente de la Columbia para que empiece a componer bandas sonoras, una de las primeras películas famosas que justamente ahora sale editada en DVD y Blu-Ray es Miedo súbito (1951), su sello ya empieza a marcar distancias tomando como punto de referencia el jazz e insertando sonidos duros y sensuales, El hombre del brazo de oro (1955) sería su mejor banda sonora de esos principios.

   

 Pero a Bernstein le seguían dando sobre todo películas menores, le faltaba una película lo suficientemente famosa para que su nombre no acabara cayendo en  el olvido, en 1956 lo consigue gracias a Cecil B. DeMille y Los diez mandamientos ya que tuvo que sustituir a su habitual músico Victor Young por enfermedad y acabó contratándolo, el músico nunca  olvidaría tal confianza:
   

"Era más que un director, era una institución, un monumento. Era un hombre en completo control de todos los aspectos de su película. Sabía lo que quería, su visión era clara, era grandiosa, estaba dispuesto a correr riesgos. . .. Era un hombre con un concepto excelente, con una autoridad excelente, era un hombre que creía en sí mismo como ningún otro director con el que haya trabajado."

De Mille supervisó mucho su música, le ordenó que para acompañar el gran éxodo de los esclavos fuera de Egipto las notas fueran alegres y optimistas en vez del estilo serio con el que en un principio había pensado Bernstein
   
Quedó tan satisfecho que lo volvió a llamar para Los bucaneros (1958), aunque en este caso fue el director quien enfermó. El éxito de estas le lleva a trabajar en grandes películas como Chantaje en Broadway (1957) o: Como un torrente (1958)   

 1960 supone un punto de inflexión en su carrera con la composición de Los siete magníficos siguiendo el referente del folklore americano de Copland. Esta partitura supuso que se abandonase "el sonido ucraniano de Tiomkin que había imperado en la década anterior" según dijo el músico. La pieza resulta vitalista, dinámica, pegadiza, a partir de ahí es difícil escuchar algo de él que no quede enseguida en la memoria. Por desgracia, quizá en el recuerdo han quedado solo estas composiciones, marginando las otras brillantes que también fue ofreciendo prácticamente hasta su muerte.

   

 De ese mismo año es Perdidos en la gran ciudad, otra de sus colaboraciones con Robert Mulligan, partitura bellísima y donde el músico podía desarrollar con total libertad su estilo jazzístico primero, Verano y humo (1961) de Peter Glenville fue otra de sus grandes creaciones, música que no solo describía el lugar sino que se adentraba en el interior de los personajes.

Llegamos a 1962 donde crea la que para muchos es su obra maestra, Matar a un ruiseñor y la predilecta de él, excelente reflejo del mundo infantil, la música nos adentraba en la América profunda de la gran Depresión. Aquel fue un gran año para él, compone otros éxitos como La gata negra en la que vuelve al jazz y gracias a unos inolvidables títulos de crédito iniciales diseñados por Saul Bass la convierten en todo un icono, El hombre de Alcatraz con esas notas que expresan perfectamente el deseo de libertad y Una muchacha llamada Tamiko, otra de sus colaboraciones con John Sturges, aquí con una partitura muy romántica y bella  

 Un año más tarde sus notas vuelven a dar otro tema inolvidable, el de La gran evasión y su marcha, lástima que la popularidad de este olvide el resto de la banda sonora, a destacar las notas de la persecución a McQueen.

   

 En medio de otras que me veo obligado a dejarlas en el olvido injustamente, seguía con los westerns: Los comancheros, Hud, Los cuatro hijos de Katie Elder, La batalla de las colinas del whisky 
 La Academia de Hollywood le dio finalmente el Oscar en 1967 por Millie una chica moderna.  

 Más de uno empezó a ver un cierto estancamiento en sus composiciones, no obstante los productores le pedían que siguiera con su estilo propio en los westerns y ese toque tan genuino suyo: Valor de ley, El gran Jake, La soga de la horca. Tan amigo se hizo de John Wayne que le siguió en sus películas durante 15 años desde Los comancheros hasta El último pistolero.  

 En los 80 empezó a trabajar en comedias populares como las de John Landis que le devolvieron en parte su popularidad, aunque en algunos casos su partitura quedaba relegada por la canción principal, caso de Los Cazafantasmas, utilizó a menudo las “Ondas Martenot”, un instrumento electrónico inventado en Francia en 1928. Entre estas comedias, Fred Zinnemann le llamó para su última película Cinco días, un verano (1982) en la que también lo utilizó. La Disney confió en él para la música de Tarón y el caldero mágico, el fracaso del filme olvidó por completo su notable música y la Disney eliminó la partitura que había compuesto para Natty Gann sustituyéndolo por James Horner.  

 A finales de los 80 compone la de Los timadores que se hace muy popular y consigue de nuevo ser pegadizo, su gran música parece de nuevo resurgir con El prado, aunque en el 92 ha de aguantar que Robert Redford también sustituya su composición de El río de la vida por la de Mark Isham. Pero en 1993, Martin Scorsese le da la película con la que consigue crear una composición maestra La edad de la inocencia. Los que habían renegado de él tuvieron que rectificar.  
 Bernstein seguiría hasta su muerte, Coppola le llamó para Legítma defensa, su última fue Far from Heaven, Scorsese le volvió a llamar para Gangs of New York, pero no le convenció esta vez y rechazó la partitura por otra menor  de Howard Shore, lo que le había dado en el 93, esta vez se lo quitó. 

Esperemos que el cine actual vuelva a apostar por las bandas sonoras de calidad y que el nombre de Elmer Bernstein sea recordado y sirva de ejemplo para futuros músicos.

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...