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19/09/2024

Centenario de Lauren Bacall: El trompetista (Young Man with a Horn, 1950)

 


Un 16 de septiembre de 1924 nacía en El Bronx (Nueva York) la mítica actriz Lauren Bacall, su imagen se asocia más en el recuerdo al cine negro y especialmente por formar pareja con Humphrey Bogart, títulos míticos como Tener y no tener (1944), El sueño eterno (1946), Cayo Largo (1948)…Pero en este blog, como suele pasar cuando hablo de centenarios, me decanto por otros no tan conocidos, en este caso hablaré de Young Man with a Horn (1950), aquí titulada como El trompetista, un biopic sobre el músico Bix Beiderbecke (1903-1931) interpretado por Kirk Douglas y en la que también compartía protagonismo con Doris Day.

De entrada, es lógico que el nombre de este trompetista no les suene a la mayoría, murió a los 28 años y su vida fue bastante autodestructiva, la escritora Dorothy Baker quiso recordarlo en 1938 publicando la novela en la que este tomaba el nombre de Rick Martin y que fue considerada como la primera sobre el jazz. El material fue reelaborado por los guionistas Carl Foreman y Edward H. North, el primero ya tenía experiencia en escribir un papel que explotara las habilidades de un joven Kirk Douglas en El ídolo de barro (1949). Fue producida por la Warner y esta encargó a Michael Curtiz la dirección.

Pero El trompetista, que es como se llamó en España, no se estrenó aquí en los cines, la primera vez que se vio fue en un pase de TVE un 10-12-1977, se desveló que el papel que encarnaba Lauren Bacall tenía una carga lesbiana que la actriz ni tan siquiera notó, ella declaró años más tarde que las referencias eran muy sutiles y a ello añadía que en aquellos tiempos se confesaba ingenua y que no había comprendido hasta mucho más tarde al personaje. La productora no quiso tampoco hacer hincapié en el tema, además de optar por un final optimista, aunque no exento de dramatismo.


Douglas fue doblado por Harry James de quien hablamos no hace mucho por su interpretación en Escuela de sirenas, a pesar del edulcoramiento impuesto, transmite sabiamente el tormento de su vida, por otra parte se debate entre las dos mujeres de su vida, una acertada contraposición entre el carácter frío y distante de la Bacall y el de Doris Day que supone todo lo contrario.

La aparición de la Bacall es espléndida, digna de sus mejores películas, aparece reflejada de repente en un espejo, mantiene un diálogo extraño con Douglas que acertadamente le contesta con un “no entiendo nada, pero me encanta tu voz”, nos adentramos en su dificultosa personalidad, que no ha sabido encontrarse a ella misma y que es incapaz de amar porque para eso hay que respetarse y no lo ha hecho ni consigo misma... Curtiz la enfoca como si de una "femme fatale" del cine negro se tratara,  algunos critican que por la condición sexual antes mencionada se le dan todos estos estereotipos negativos, pero no deja de ser cine y por aquel entonces no era fácil mostrarlo ni querer hablar de ello (cuesta creer que la Bacall lo ignorase...), hay ahí toda una lección de interpretación y pocas actrices con una personalidad como ella se meterían en la piel de una perdedora, magnífica la escena en la que bailan juntos por primera vez, pero él está más por ver cómo está tocando el trompetista de la orquesta. Esas miradas lo decían todo...

Pero no hay que dejarse llevar solo por esto, El trompetista es una notable película, creo que Curtiz en parte pudo corregir el error de cuando rodó la biografía de Cole Porter en Noche y día y haber cedido demasiado a las presiones también de la Warner de no mostrar el entonces "lado oculto" del músico, aunque ahí nos mostraba un rostro casi tenebroso de Cary Grant al final que ya lo decía todo y que poco tenía que ver con el “happy end” impuesto. Si bien en Noche y día la película pasaba más por un musical, aquí hay más dinamismo de géneros: Doris Day se encarga de cantar varias canciones, no hay coreografías, pero sí que aprovecha todos estos momentos para mostrarnos una habilidad del trompetista, ya la primera escena, cuando ella muestra su malestar por los arreglos, y ganas también de querer robarle el protagonismo, servirá de base para los momentos finales en un perfecto guion.

Por otra parte, la música está perfectamente utilizada, ni sobra ni falta en todo el metraje, ayuda mucho a que penetremos en el interior de él, por otra parte Curtiz logra desde el primer minuto que nos interese esta biografía aunque poco conozcamos a este músico. Se sirve de recursos como cuando su amigo “Smoke” (Hoagy Carmichael) rompe la cuarta pared no más empezar, luego cuando recrea la infancia de este, el niño que lo interpreta lo hace magníficamente, hay muchos movimientos de cámara, pero que no tienen la pretenciosidad del cine actual donde parece que haya que justificar en todo momento ir haciendo piruetas con esta. Emotivo resulta el primer contacto con esa orquesta y con el trompetista Art Hazzard, igualmente se utiliza otro recurso cuando va a la tienda a comprar una trompeta que recuerda en parte al del trombón de Glenn Miller en Música y lágrimas. La fotografía de Ted D. McCord impresiona con todas esas tonalidades de negros y esos rascacielos neoyorquinos tan bellos como tenebrosos, el director optó por rodar algunas escenas en exteriores, algo que resultaba novedoso entonces y más en un film con estas características que tiene, aunque no lo sea, aires de cine negro.

Creo que El trompetista es una buena oportunidad de descubrir una gran película y disfrutar de su música jazzística, además de rendir homenaje a la mítica Lauren Bacall que como decía al principio se la recuerda más por esos papeles de cine negro, pero que tampoco tendríamos que olvidar sus dotes para la comedia, aquí hablé de Cómo casarse con un millonario y les recomendaría que vieran también Mi desconfiada esposa de Vincente Minnelli. En fin, pueden encontrarla en alguna plataforma como la de Movistar, la TCM la emite varias veces y en DVD salió en una buena copia. También sirva de homenaje a Michael Curtiz cuya filmografía suele estar  subvalorada a partir de esta década, pero que fue otro de los grandes que no dejaba indiferente en ninguna realización.

 

10/01/2024

Cómo casarse con un millonario (1953) La verdadera

 




El pasado 5 de enero me puse a mirar por curiosidad qué películas ofrecían las televisiones y me sorprendió que en la 1 estuviera programada Cómo casarse con un millonario por la madrugada, por un momento pensé que volvían los clásicos a la hora de las brujas, algo que a la tele púbica siempre le había ido bien, la mayoría de cinéfilos recuerda con agrado el Cineclub de la 2. Pero aquello fue un espejismo, se trataba de una película polaca reciente que no conocía, telefilmes de esos con los que suelen rellenar huecos sin saber qué criterios siguen los programadores. Con el ratón Mickey ya de dominio público, se ve que la normativa que impedía titular igual dos películas pierde su efecto tras los años.

Me entraron ganas de revisar la película que, al menos antes, casi todos conocíamos, protagonizada por Marilyn Monroe, Lauren Bacall y Betty Grable del año 1953, desempolvé el DVD de aquella colección que presentaba las películas de la mítica actriz por primera vez restauradas y respetando sus formatos originales. La dirigía Jean Negulesco, un nombre que para ciertas generaciones ya nacidas a partir de los 90 no les dirá casi nada. Era rumano y había sido pintor y decorador antes que cineasta, emigró a los EEUU buscando fortuna en aquel Hollywood glorioso, sus inicios fueron dificultosos, fue reemplazado de la dirección de El halcón maltés tras dos meses en ella por John Huston, su amistad con Anatole Litvak le propició que pudiera dirigir su primera película importante: La máscara de Dimitrios (1944), consiguió ya renombre con Humoresque (1946) y especialmente con Belinda (1948) con aquella Jane Wyman en el papel de una sordomuda, por aquel entonces esposa de Ronald Reagan, que hacía sufrir a los espectadores.


Pero el estilo Negulesco no gustaba a Jack L. Warner y a pesar de los logros y el éxito de público de esta última le recriminaba que hubiesen hecho una película de “una sordomuda en el estudio que creó el sonoro”, sus continuos roces le hicieron cambiar de casa y se fue a la FOX donde empezó con un excelente melodrama muy olvidado e infravalorado: Regresaron tres, si tienen la oportunidad de verla se la recomiendo. Pero el “toque Negulesco” que él mismo reivindicaba tener en sus películas se materializó en las comedias y melodramas que realizó durante los 50 para estos estudios. Cómo casarse con un millonario fue el inicio de un esquema de comedia glamourosa, cuyo mayor protagonismo residía en las actrices, la temática solía ser blanca e ingenua, pero en su conjunto quedaban unos productos agradables y felices. Coincidió aquello con el nacimiento del Cinemascope, de hecho esta fue la primera película rodada en este formato, pero la FOX cambió a última hora y adelantó el estreno de La túnica sagrada ya que la consideraba una película más importante para presentar el nuevo invento.

No les ha de sorprender que la película tarde casi 9 minutos en comenzar, había que promocionar aquella pantalla gigantesca y tras la fanfarria de la FOX salía Alfred Newman dirigiendo una gran orquesta e interpretando una partitura suya que se utilizó en un film de King Vidor llamado La calle donde ni siquiera salía su nombre, la música tenia un toque a lo George Gershwin y para esta comedia quedaba bastante bien al estar ambientada en Nueva York, también la FOX aprovechaba para promocionar el sonido estereofónico, después de los créditos salía un conjunto de escenas de Nueva York como si fuera el Manhattan de Woody Allen, las cuales causarían asombro en aquel momento a un público que solo había visto películas “cuadradas” y no "rectangulares" para entendernos. No sé hoy si esta película fuese programada en televisión si todo esto quedaría suprimido, en los 90 cuando la vi se respetaba todo, pero ahora ya saben y como a la FOX parece que les importe un churro sus películas antiguas pues a saber qué pasaría.


Después de toda esa promoción comenzaba el argumento con una Lauren Bacall elegante que cerraba un acuerdo para alquilar un apartamento donde ella con otras dos amigas se dedicarían a buscar un millonario con quien casarse. Aparece entonces una Marilyn Monroe que no quiere llevar gafas, pero que es incapaz de ver tres en un burro, lo cual provoca gags a lo largo del film y sonrisas. A la actriz no le gustaba nada este papel de chica ingenua y pizpireta, sin embargo cumplía y demostraba ser una gran actriz de comedia. A ella se unía la ya por entonces “veterana” Betty Grable, que hasta entonces era la rubia oficial de la FOX y casi era una manera de presentar el relevo.

Más que por el argumento, destacaba el film por su elegancia a la hora de tratar las distintas historias, este tipo de comedia sirvió de base para muchas comedias españolas tipo El día de los enamorados, el público salía contento de la sala, veía unas grandes actuaciones, se maravillaba con la fotografía y concebía el cine como esa fábrica de sueños que le permitía evadirse de sus problemas. Negulesco decía que ser director no era difícil porque ya se rodeaba de un equipo y todo lo más era poner sus nombres en los títulos de crédito. Aquí, por ejemplo, estaba rodeado del guionista y productor Nunnnally Johnson uno de los mejores guionistas de la FOX que había trabajado con John Ford en Las uvas de la ira o con Lang en La mujer del cuadro, aquí adaptaba una obra de teatro que ya había servido de modelo para otras películas del estudio no tan conocidas como Tres rubias (1932) o Se necesitan maridos (1942). Por otra parte contaba en la fotografía con Joseph McDonald cuyo trabajo en Niágara resultó excelente y ya al tener experiencia con Marilyn se decidió que fuese él quien la inmortalizara en su primer Cinemascope, directores artísticos como Leland Fuller o Lyle R. Wheeler que había trabajado en Lo que el viento se llevó o el vestuario de Travilla que ya vistiera a la Monroe en Los caballeros las prefieren rubias y posteriormente en La tentación vive arriba.


Al ser una película de actrices, no se quiso poner a actores importantes, con perdón de William Powell, y se decidió promocionar a los galanes jóvenes del estudio a la búsqueda de algún nuevo Tyrone Power. Así pues teníamos entre los pretendientes de las mujeres a un David Wayne en un papel deliciosamente poco creíble y también con problemas a la hora de llevar gafas, su carrera no tuvo mucho eco salvo en televisión. Más famosos serían Rory Calhoun, inexpresivo donde los haya, pero por entonces con ese perfil de guaperas que acabó de secundario en westerns o el malo de Río sin retorno también con Marilyn, Sergio Leone lo rescató para protagonizar El coloso de Rodas en plan Victor Mature. Y el otro era Cameron Mitchell, popular en televisión con sus series del oeste y también como secundario en varios, pero sin cuajar en grandes películas los tres. A ellos se unían los veteranos William Powell en su penúltima aparición como el pretendiente de la Bacall que por razones de edad no quiere estar con ella, pero la Bacall le contesta que a ella le gustan los hombres maduros como ese galán de La reina de África, divertida referencia a su entonces marido Humphrey Bogart. Luego teníamos al siempre notable Fred Clark en un papel divertido que lleva a la Grable a un refugio de montaña totalmente distinto a lo que ella pensaba, para calmarla le pone una música que ella reconoce de Harry James (otra referencia curiosa ya que el músico era también su esposo).

El papel de Marilyn y la comedia en sí recuerdan a Los caballeros las prefieren rubias, aunque evidentemente la mala baba de la novela de Anita Loos y la ironía de Hawks aquí no están presentes salvo en algunos diálogos como el que hace referencia a Dorothy Parker y su sentencia de que "los hombres rara vez se insinúan con chicas que usan gafas".

El éxito de esta comedia propició que Negulesco repitiera el esquema en otras deliciosas comedias blandas como Creemos en el amor o El mundo es de las mujeres, pero en los 60 Hollywood empezaba a cambiar y ya estos modelos no encontraban acomodo, a pesar de que Negulesco era un gran director e incluso buscó seguir su carrera en Europa rodando Jessica en Italia con una Angie Dickinson esplendorosa, su tiempo había acabado dentro de ese cine como fábrica de sueños. Su amigo Orson Welles le recomendó vivir en España, le buscó una casa en Marbella y se trasladó a mediados de los 60 hasta su muerte en 1993 y ahí está enterrado por si a alguien de TVE le interesa y en vez de un telefilme ofrecer una película de él, al menos nos sirve esto para llenar unos cuantos párrafos, ya que lo emitido el otro día no creo que diera ni para dos líneas.


El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...