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25/09/2020

El Gaudí invisible de un director maldito




Aunque a más de un lector de menos de 30 años le pueda parecer imposible, hubo un tiempo en que se podía visitar el Parque Güell tranquilamente, incluso entraban los coches  y podían llegar hasta las tres cruces, la Sagrada Familia parecía que se iba a quedar solo con las ocho torres y poco se podía pensar que la Casa Batlló se podría visitar a un precio poco humilde. Con la nominación de Barcelona en 1986 para albergar las Olimpiadas del 92 hubo un resurgir de la ciudad, mucho se comenta que descubrió el mar, pero también a Gaudí.

 No estoy diciendo que no fuera nadie a sus monumentos, naturalmente que iban y eran iconos, pero no había esa fiebre que en las últimas décadas ha habido y que han obligado a medidas impopulares como hacer pagar para entrar al Parque Güell o los controles excesivos de seguridad que hay en la Sagrada Familia. Sin duda alguna, Antoni Gaudí i Cornet fue un genio, pero como suele pasar en la vida, es mucho más apreciado por los de fuera que por los de dentro, ya se sabe aquello de que nadie es profeta en su tierra. 

Esto pasó también en el mundo del cine, si preguntamos rápidamente películas de la vida de Gaudí lo más probable es que la gente se quede en blanco, aunque los más cinéfilos recordaremos un inquietante y extraño mediometraje de Manuel Huerga que se estrenó para inaugurar el segundo canal de la televisión autonómica catalana. Seguramente muy pocos citarán una película realizada en 1960, de hecho si vamos al IMDB no hay ni la nota que ponen los usuarios (al menos en el momento en el que estoy escribiendo), ya que se necesitan como mínimo 5 valoraciones, lo mismo pasa en el Filmaffinity, tampoco la hay.
   Esta película la vi hace unos años por la Betevé (el canal municipal de Barcelona), en su momento me pareció más que correcta, muy bien ambientada y que profundizaba en el misticismo del arquitecto en contraposición a sus ideas de joven, la música de Xavier Montsalvatge ayudaba también en ello. Hace una semana la reencontré en youtube y la volví a ver, me pareció mejor que aquella primera vez, tiene algunas irregularidades en el guion, aunque no sé si es producto de alguna censura o de haber recortado metraje porque según veo hay varias duraciones establecidas, la que vi es de una hora y media, pero otras apuntan casi a las dos horas, por lo que es deducible que haya algún que otro tijeretazo. 

Echo en falta por ejemplo más trama de la que hay en el momento en que Gaudi acepta dirigir las obras de la Sagrada Familia y más recreación de su obra arquitectónica, tampoco se cita nada sobre su catalanismo, algo lógico por el año en que se hizo, pero esto no empaña mi valoración global, creo que es una buena película sobre él y el actor  Carlos Mendi está bastante creíble en el papel. Me puse manos a la obra y quise saber quién era su director cuyo nombre no me sonaba de nada, Josep Maria Argemí, pero la información encontrada es escasa y hasta confusa. 

Nace en 1920 en Sabadell y muere un año después de esta película en 1961, busqué en la hemeroteca de "La Vanguardia" el motivo de su fallecimiento, pero no sale la noticia. Removiendo información leo que produjo dos películas, una de Lazaga: El frente infinito (1959) y una de Julio Coll (1957): La cárcel de cristal. De la primera hay una copia en youtube entera, se trata de un Lazaga de esos “serios” sobre un sacerdote que ha de incorporarse a las fuerzas nacionales como capellán militar y que le provocará angustia el horror de la guerra. Es un filme interesante si se ve sin prejuicios ideológicos y tenemos a Marsillach haciendo el papel protagonista que tanto le gustaba hacer en aquellos tiempos, curiosamente la película en el Filmaffinity tampoco tiene nota, en el IMDB ya sale un 5,3 (Lo cual es mucho, pues mucha gente a este tipo de películas les pone ceros), pero vista solo por seis personas, o sea que otra película desconocida. Peor suerte corre La cárcel de cristal de Julio Coll, invisible por la red, ya no hablo de TV ni de DVDs. En el IMDB no tiene nota y encima pone: “En este momento, se desconoce el argumento”, el reparto está encabezado también por Marsillach. Estas producciones de Argemí son de ECA Films, su propia productora fundada a raíz de una mala experiencia que tuvo con la película La legión del silencio (1956), película que quería producir porque veía en ella un éxito seguro ya que era una fórmula como la de El Judas, pero finalmente fue Yago Films quien dio el dinero y Forqué y Nieves Conde los realizadores. Por cierto, no tuvo la resonancia de la película de Iquino y fue un fracaso estrepitoso en su día, en youtube la pueden ver. Argemí decidió pasar a la dirección, además de producir y escribir sus películas, debuta con una adaptación de Pigmalion llamada Cristina que no convence y pasa inadvertida, en las páginas consultadas hay el error de poner que es de 1967 (ya hacía seis años de su muerte), es del 59. Tras el fracaso, no interrumpe el proyecto de realizar la vida de Gaudí, película que llevaba tres años preparándola según lo leído. Cabe remarcar que Argemí la escribe con la ayuda del escritor y editor Mario Lacruz, que ya gozaba de cierta resonancia con su novela El inocente (1953), traducida a 8 idiomas y llevada posteriormente y de manera brillante al cine por Josep Maria Forn con el título de Muerte al amanecer (1960). Lacruz dejó toda una serie de obras inéditas que fueron descubiertas con su muerte en el 2000, en el 2004 se comercializa su libro Gaudí, una novela, hecha sobre la base del guion cinematográfico de la película.

 Como he dicho anteriormente, poca información hay sobre el filme, en “La Vanguardia” del 23 de febrero de 1960 en las típicas entrevistas que hacía Manuel del Arco con la caricatura del entrevistado aparece una con Argemí, la cual comienza con una advertencia sobre “Los amigos de Gaudí” y que están temiendo la película, el director se defiende diciendo que “El señor Bergós, el más autorizado sobre la materia, lo llevo yo de asesor. Todas las advertencias que sobre el guion me ha hecho las he tenido en cuenta” (Bergós era un arquitecto, gran amigo de Gaudí y uno de sus discípulos más próximos, autor de la primera biografía sobre él). Aparte de esto, cita los dos libros sobre la vida del arquitecto catalán de Cesar Martinell y el de Bergós de los que ha partido para la reconstrucción biográfica, además de anécdotas y consultas con personas cercanas a Gaudí.

 Remarca también que los personajes que hicieron daño a Gaudí aparecen con nombres cambiados y los que le ayudaron con verdaderos. Sobre las mujeres que aparecen, cita un “las habría” y se basa en dos de las que habla Bergós. Sobre el misticismo que aparece en su Gaudí da tres causas: “Los efectos que produce su forma de pensar equivocada sobre sus compañeros de juventud, el encargo de las obras del templo, que siendo un hombre considerado, precursor del funcionalismo, le lleva a estudiar liturgia y libros sagrados y la amistad entrañable con el obispo de Astorga, doctor Grau, natural de Reus”.

Argemí explica que lo que quiere es ir primero al Gaudí hombre, desde sus veintidós años hasta su muerte, y en segundo término al Gaudí arquitecto. Del Arco le hace una pregunta algo maliciosa cuando el director le dice que se ha gastado ocho millones de pesetas en el filme, entonces le pregunta si no hubiera sido mejor destinarlos para la construcción del templo, a lo que contesta: “Ocho millones de pesetas, de enterrarlos en el templo habría X metros más de la fachada de la Pasión, pero sin esta película, Gaudí y su obra continuarían en el punto de desconocimiento que están ahora” Como vemos la ambición del director es fuerte, Del Arco acaba la entrevista con el deseo de que la gente vea la película y sobretodo “Los amigos de Gaudí” (Estos eran y son una Asociación creada en 1952 con plenas capacidades jurídicas y de actuación para proyectar al arquitecto en todas sus facetas).

 La crítica que aparece en "La Vanguardia" el 24-9-1960, un día de la Virgen de la Merced, la patrona de Barcelona, por lo que deduzco que se estrenaría en plenas fiestas, es buena y se intuye en ella un realizador a tener en cuenta: “José María Argemí, que ya había apuntado estimables cualidades de realizador en otros films, se muestra en este mucho más seguro, y fluyente en el empleo de los medios cinematográficos, así como en la largueza de los elementos técnicos que ha puesto en juego”. En el ABC no es tan entusiasta la crítica que firma Miguel Pérez Ferrero bajo el pseudónimo de Donald, aunque la acaba considerando correcta.

 Creo que es una lástima que la película no esté ni editada, ni se vea en televisión y solo podamos recurrir a ella (y aun gracias) a una copia en youtube hecha en el formato 4:3 sin la mejora anamórfica, por lo que la veremos más pequeña. Y creo que la figura de Josep Maria Argemí, a pesar de su escasa obra, debería recuperarse, estamos ante otro director “maldito” que podía haber dado mucho de sí, muestras daba con este Gaudí. Aquí tienen la película completa y disculpen si en el momento en que leen mi artículo no estuviera, en youtube nunca se sabe.

18/09/2020

Ha muerto el Cristo de Pasolini, Enrique Irazoqui

El pasado 16 de septiembre fallecía Enrique Irazoqui, a la mayoría no le sonará el nombre, no era un actor profesional, pero su nombre siempre irá unido al de Pasolini que lo eligió para hacer de Jesús en su El Evangelio según san Mateo. Mucho se escribió de la película en su época y el tiempo también la mitificó, no hace mucho que desempolvé el DVD que sacó Filmax y la película me decepcionó un poco, ya no tenía esa fuerza que años antes poseía, en parte por un mal montaje de escenas y la sensación de que Pasolini quería contentar a todos, a pesar de lo que dijera.

 Ahí tenía que haber aprendido aquellas palabras de Jesús de que no se puede contentar a dos amos, y es que la película decepcionó a las corrientes marxistas de la época, y la Iglesia más conservadora no le hacía mucha gracia que un director ateo y comunista hiciera esta película, comenzaron a originarse fantasías de si era una película irreverente, una propaganda de su ideología, que si mostraba a un Cristo homosexual, etc. Pasolini tuvo que aguantar varias protestas cuando la presentó en el Festival de Venecia, pero una vez exhibida tuvieron que callar. Y es que conviene recordar que el Evangelio de la película no era el de Pasolini sino el de Mateo, eso sí quitándole la santidad en su título, aunque en España se le volviera a canonizar en el título.

 La película no tenía guion, y el mismo director mostraba el Evangelio diciendo que este ya estaba ahí, todo el diálogo era de la Biblia, no había nada añadido, salvo la singularidad de su puesta en escena y el reparto formado por campesinos, comerciantes, camioneros, etc. Para el papel de Jesús pensó en Jack Kerouac, Allen Ginsberg, incluso Luis Goytisolo, pero se decantó por un estudiante de 19 años de Literatura española llamado Enrique Irazoqui. Era militante del PSUC desde 1963 y estaba en un sindicato progresista de estudiantes de la Universidad de Barcelona, naturalmente clandestino por aquellos tiempos y fue detenido en una manifestación a raíz de la condena a muerte de Julián Grimau. 

En 1964 viaja a Italia y no me queda claro cómo conoció a Pasolini ya que, según el IMDB, Irazoqui había escrito una tesis sobre la novela del director italiano “Ragazzi di vita” y estaba interesado en visitarlo, sin embargo, en una entrevista del “Vanity Fair” de hace pocos años dice que no sabía nada de él.  Su interpretación del mesías era totalmente diferente que la que habíamos visto en Rey de Reyes de Nicholas Ray con un Jeffrey Hunter con gran expresividad en sus ojos, afable y cercano o la de Max Von Sydow en La aventura más grande jamás contada de George Stevens algo más hierática pero sensible. Pasolini argumentaba que “El Cristo de San Mateo no puede tener un carácter afable, porque la afabilidad es típica de la burguesía”, de ahí esa inexpresividad del “actor” cuya fuerza estaba en las palabras del Evangelio, en la versión original tuvo que ser doblado. En España ese trabajo recayó en Simón Ramírez que lo hace extraordinariamente bien y que creo que ayudó mucho. De todas maneras, Pasolini que como todo intelectual, no cumplía a rajatabla sus propósitos, tampoco quería que su Cristo fuera un personaje Michelangiolesco en todo el metraje, le decía al actor que pensara en los “grises” cuando veía a los fariseos y así mostrar algo más de fuerza expresiva. El actor no quedó muy contento del rodaje ni de su relación con el director, aunque en sus últimas apariciones suavizaba sobre el tema.

 Tenemos un interesante comentario que hizo Irazoqui en una mesa redonda en Barcelona en el año 1965 y que recogió muy oportunamente Juan Francisco Torres el 16-9-81 en el desaparecido "Tele Express": “La película lo único que había hecho era cambiar la imagen física”, así de contundente se manifestaba Irazoqui que mostraba el fracaso de la intención del director: “Quiso política y socialmente romper moldes iconográficos para que el pueblo se viera obligado a replantearse sus conceptos religiosos. Creo sinceramente que no lo consiguió” Más adelante seguía con sus críticas y que lo rodado no era lo pensado: “Al principio pretendía filmar únicamente el texto humano, prescindiendo por completo de lo sobrenatural (…). Pasolini fue intercalando después los hechos sobrenaturales (…). La resurrección la repetimos veinte y pico de veces. No encontraba la manera de resolver la escena porque no la sentía. (…) Cuando la película estuvo terminada cortó muchos metros. Duraba cuatro horas y media. Fue un rollazo. Cortó las secuencias que mostraban una ligazón más estrecha al personaje con el público. Ahora el personaje ha quedado desligado de sus condiciones sociales”

Se nota en sus palabras el chasco que sintió, también hay que tener en cuenta la edad en que las pronunciaba, años más tarde seguía hablando de ello, pero con más moderación, a Irazoqui no le interesaba la imagen de Cristo ya que no creía en él y detestaba a la Iglesia Católica en España por su papel cercano al régimen, pero también reconocía que un marxista tiene el “sermón de la montaña” en su ideología. Pasolini, que además de cineasta era escritor y poeta, meditaba mucho y era normal que no se quedara con una idea inicial, no creo que hubiera traición alguna a sus principios, sentía una fascinación propia de una persona inteligente que no se deja llevar por prejuicios por la figura de Jesucristo, él decía: “Yo no creo que Cristo sea el Hijo de Dios, porque no soy creyente. Pero creo que Cristo es divino, ideal, que sobrepasa los límites de la Humanidad”. La elección de Mateo era porque lo consideraba el más revolucionario de los evangelistas, atacaba a los fariseos y a los ricos dando una dimensión social.

 Aunque se ha hablado de si la película fue prohibida en España, de si Irazoqui fue castigado por participar en una pelicula de propaganda comunista (?) esto no es así, se estrenó el 2-4-65 en Madrid y el 8-4-65 en Barcelona  , concretamente en el cine Alexandra, la reacción fue la que se podía esperar, no fue un éxito de taquilla ni mucho menos, pero reunió a un público intelectual considerable, fue apreciada por los católicos conciliares hasta el punto de tenerla como modelo. En más de una parroquia progre de la ciudad era habitual que hubiese un cinefórum sobre ella, de hecho la película empieza con una dedicatoria “a la querida, feliz y familiar memoria de su Santidad Juan XXIII”. Su supervisor general de la publicidad, Albert Armengol, explicaba en La Vanguardia del 9 de abril de 1994 que envió cartas a los prelados españoles ya que si 800 padres del Concilio Vaticano II la habían visto y aplaudido no había razón para que fuera anatematizada desde púlpitos y cartas pastorales españolas, pero solo recibió 7 respuestas y de estas solo una alababa la película, 5 la condenaban y la restante le enviaba un acuse de recibo.

 Irazoqui vivía retirado en Cadaqués desde hacía años, había ejercido docencia en Llançà, se había afiliado a Podemos en el 2014, pero se marchó rápido al ver la tibieza con la que trataban el tema del proceso independentista catalán, lo rechazaba completamente. He encontrado en YouTube y en TV3 unos videos que lo muestran más afable que en aquellas épocas convulsas y en las que cuenta anécdotas de la película y de Pasolini ya desde el punto de vista de profesor jubilado y no de estudiante activista, en eso se nota. Interesante personaje, también contradictorio como Pasolini sin que se dé cuenta y es que es imposible aferrarse a una única verdad, a una única ideología y a un único pensamiento. Con su muerte se habrá guardado muchas historias,pero por desgracia con poco público ya para saber escucharlas DEP Enrique Irazoqui.

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...