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12/08/2021

Aquel Cliente muerto no paga, aquel cine, aquel barrio de Gracia (Barcelona)

 


Mediados de agosto, calor intenso, más de un lugar prepara sus fiestas mayores…Un recuerdo siempre viene hacia mí estos días, mi barrio de Gracia con sus vecinos engalanando las calles y rivalizando entre sí para llevarse el primer premio. Más de una suele recrear alguna película y es que en sus venas aun corre esa cinefilia que nunca debió perderse y que sí era una verdadera seña de identidad, aunque la mediocridad política nos quiera decir e imponer otras.

No se preocupen, que no les voy a hablar de las fiestas, pero sí me gustaría evocar el cine en Gracia, aunque esta página no me permita extenderme como quisiera. No es nada fácil crear una entrada de un blog y menos en un mes donde la mitad de tus lectores no te leen, cada semana comienzo con un esquema de lo que voy a hablar, consulto el material del que dispongo y luego el redactado, una vez finalizado hago de censor y corto mucho.

Cine Texas. Fuente: La Vanguardia

Demasiadas historias en esas calles que llegaron a albergar multitud de cines, más de uno bien podría haber sido nuestro particular Cinema Paradiso, pienso en el desaparecido "Comedia" de la C/ Gracia, en el "Texas" de la C/ Bailén tristemente cerrado de nuevo y que aglutinó a varias generaciones, desde aquellas que con el bocadillo de tortilla pasaban la tarde viendo La gran prueba con Gary Cooper, luego las varietés que contaban más de una vez con el artista Alady, y luego otra película, aunque ya más flojita... O las de mi edad que iban con palomitas, el único Alady que les sonaba era el Aladdin de la Disney y si en aquella cartelera ponían una de Van Damme, mejor.

Cine Bosque en los años 60. Fuente: TotGracia
No fui mucho de ese Texas para bolsillos con pocos recursos y que en vez del zotal de antaño, olía a
chándal usado de sábado por la mañana, pero más de una película de esas de acción que tanto gustaban, hoy sería ya casi un clásico en comparación con el cine actual. Iba más al Verdi, que era nuestra particular filmoteca y a los grandes cines como el Bosque, el Diagonal, etc. Ahí ya había un acomodador que no sé por qué llevaba la linterna encendida antes de comenzar, estaban bien perfumados y la gente solía arreglarse, aunque a veces se pasaban con ciertas colonias y llegabas a odiarlas si te tocaba alguna cerca y te fastidiaban la película, añorabas incluso aquella ropa de gimnasia antes mencionada.

Cine Casablanca. La Vanguardia

Pero si yo me pongo a hablar de todo esto me sale un libro y no un artículo, así que hay que darle al ingenio y que la inspiración venga a pesar de los 41 grados que me toca padecer y una calima que no me deja ver nada desde donde estoy. Por suerte, me vino a la mente un cine olvidado de ahí, el Casablanca ubicado en la parte alta del Paseo de Gracia, más conocidos como “Los Jardinets” o los jardines de Salvador Espriu.

Jaume Figueras. Fuente: IMDB
Se trataba de un cine de arte y ensayo muy pequeño con dos salas, algo así como el desaparecido Méliès, que buscaba un público cinéfilo. Se inauguró el 13 de diciembre de 1980, y según el libro de Jordi Torras Comamala “Somnis de reestrena: Història dels cinemes de Gràcia” fue una iniciativa de la sociedad “Els cinemes del Passeig de Gràcia” creadas por el crítico de cine Jaume Figueras que se encargó de la programación hasta el año 1991. Su primera cartelera estuvo compuesta por la magnífica reposición de Johnny Guitar y en la otra pantalla podíamos ver esa rareza de David Lynch que es Cabeza borradora.

Durante mucho tiempo tuvo en cartel Bagdad Café, película que en su momento fue todo un éxito inesperado y revitalizó el concepto de “arte y ensayo” que no vivía sus mejores tiempos. Incluso se asocia el recuerdo de la película con el del cine, pero a mí me pasa más con otra, Cliente muerto no paga de Carl Reiner de 1982

 Esta se había estrenado un 22 de octubre de 1982 en el Maryland de la Plaza Urquinaona (un cine más recordado por convertirse en sala X unos años más tarde), un mes más tarde llegó a los Casablanca. Es un filme bien curioso dirigido por Carl Reiner y protagonizado por Steve Martin que en aquellas fechas no era conocido en España. Se trataba de un homenaje al cine negro, una especie de pastiche que gracias a un gran montaje de repente se colaban retales de grandes clásicos de los 40 y como si de "Los fantasmas del Roxy" de Marsé se tratara, aparecían en aquella pequeñita pantalla de aquella sala.





De pronto el detective encarnado por Steve Martin era disparado por el Alan Ladd de El cuervo, o la Lana Turner de El cartero siempre llama dos veces le llamaba para declararse, con el James Cagney de Al rojo vivo se escapaba de la cárcel e incluso se permitía disfrazarse de rubia y bailar con el Fred McMurray de Perdición... Si las cosas salían mal, siempre estaba Bogart para llamarle…

El argumento funcionaba solo como pretexto, aderezado con varios gags y situaciones cómicas bien resueltas. Uno pasaba una hora y media divertida de ejercicio cinéfilo, si te conocías las películas aun disfrutabas más, y si no, te daban ganas de verlas. Además de esto fue la última colaboración de dos nombres míticos: la diseñadora de vestuario Edith Head y el músico Miklos Rozsa.


Steve Martin. Fuente: IMDB
La carrera de Steve Martin fue creciendo en popularidad, hay algunos que no les gusta nada, pero un repaso por esta nos permite disfrutar de películas como Dinero caído del cielo, su papel de dentista en La tienda de los horrores, la reivindicada Mejor solo que mal acompañado, la divertidísima e ingeniosa Un par de seductores o aquella comedia que quizá algún día se le reconocerá su valía como es Tres mujeres para un caradura, entre otras.

En el año 91 y en agosto se repuso Cliente muerto no paga en el Casablanca que la ofreció en sesión golfa y estuvo nada menos que un par de años, paseabas por delante y veías el cartel, más de uno la vio infinidad de veces, era como recorrer esas calles adornadas de la Fiesta Mayor e ir viendo sus detalles y redescubriendo otros.

Las crisis de las salas cinematográficas y falta de ayudas y apoyo fueron pasando factura al Casablanca, aunque aun nos brindó sorpresas cinematográficas como aquel año 1995 donde se pudo ver por primera vez la película de Michael Powell y de Emeric Pressburger restaurada A matter of Life and Death de 1946.


Un mal día del 2011 sus puertas aparecieron cerradas y ya no volvió más, se dijo que fue por deudas, impagos, etc. Su final pasó bastante inadvertido, ya no iba tanta gente y en aquella época también estaba en peligro el Verdi que por suerte pudo sobrevivir. Los Jardinets veían perder otros locales entrañables como aquella tienda religiosa de más arriba que cada Navidad se convertía en una tienda mágica llena de trenes eléctricos y cascanueces o aquella librería grande de delante que cuando comprabas un libro te decían si lo querías envuelto o en una bolsa, uno pedía obviamente la primera opción, aunque fuese para ver como cogían esa barra de pegamento y te pegaban el sello de la tienda...

Cine Casablanca: Fuente La Vanguardia
Ya saben, el 15 y si el COVID no da mucho la murga, empezarán las fiestas de Gracia y sus calles cambiarán su fisonomía también para soñar un escenario distinto al habitual de la vida diaria, como hizo aquel Casablanca más de treinta años. Mi pregón de tales fiestas será ver esta película en recuerdo y homenaje a toda la gente que de verdad trabajó por el bien del barrio, o de la Vila según prefieran, y que nunca tuvieron ni una mínima subvención ni ayuda, más bien todo lo contrario. Su único carnet que no hacía falta mostrar ni te lo exigían, fue el de la humildad y sus imposiciones fueron que disfrutásemos con la cultura, ahí cabíamos todos

05/08/2021

Ver cine no es perfecto

 

Con el mes de agosto, uno cree que tiene más tiempo para todo, se supone que es una época de relajación, de cierta evasión de la vida ordinaria en la que uno, si ve cumplidos sus deseos, alcanza la felicidad casi absoluta, pero en mi caso no sucede. Siempre tengo una larga lista de espera, y entre estas, una de películas para ver. Entre los títulos a revisar, tengo bastantes de Eric Rohmer, aquel cineasta del que Gene Hackman decía que su cine era como ver crecer la hierba en La noche se mueve, personalmente a mí no me aburre, incluso me entretiene, aunque puedo entender perfectamente a quien no le guste.

 

En la plataforma Filmin hay una interesante muestra de su cine, la mayoría de las copias están remasterizadas y son las que distribuye "A contracorriente" en DVD/Blu-ray. Así que hace 15 días empecé con La coleccionista, pero un fallo me fastidió el final, a falta de unos 30 segundos me sale un pantallazo con un código de error, algo que me ha sucedido con otros títulos. Por ejemplo, los títulos de crédito de bastantes me desaparecen cuando faltan unos 30 segundos, les escribí y me respondieron que el problema era la codificación (?) y que no era debido a mi dispositivo, o sea que el problema es general y que daban parte para que se resolviera. Al cabo de unos días ya se podía ver bien el final, sin embargo, sigo sin poder acceder a los créditos de otras que también les cité como Manhattan o Toma el dinero y corre de Woody Allen, pero como la mayoría no ve los créditos no se dan cuenta.

 Cuando hay un error, te entran ganas de maldecir a todos los que lo provocan y ciertamente, mal lo tenemos los cinéfilos ya que cuando no es esto (ahora no hablo de Filmin), es el formato mutilado de Sabrina que exhibe la TCM y que La 2 quiso apuntarse también hace unas semanas o la Trece que a este paso acabará empezando las películas por la mitad.

Con estos calores, donde ese “más tiempo para todo” nos permite filosofar y reflexionar. intento ser comprensivo. Me vino a la cabeza qué pasaría si un mal día dejaran de existir las plataformas, los DVDs estuvieran llenos de hongos, ya no quedara ningún reproductor a la venta, o incluso qué pasaría si la Trece la cerrara el Cardenal Omella como quiere hacer con no sé cuántas parroquias de su diócesis de Barcelona…Al menos la gente sigue viendo películas del oeste, aunque a la Conferencia Episcopal no le guste como canta Tex Ritter la canción de Solo ante el peligro del principio ya que siempre desaparece en sus incontables pases.



Pero mientras haya errores y nos podamos seguir quejando, señal de que existen y podemos seguir viendo el cine en casa, no de la manera correcta, pero menos da una piedra, es nuestra única manera de ver el cine y algo de cariño incluso les tenemos. Me vino a la cabeza cuando de niño veía películas en TVE, una tarde echaban La vuelta al mundo en 80 días. El pase televisivo se vio salpicado de un corte cuando Cantinflas toreaba, un pantallazo y una voz en off de aquellas tan educadas y con perfecta dicción nos pedían disculpas y ponían la banda sonora de West Side Story, luego la cambiaban y ya ponían la de la película en cuestión. En casa alguien diría aquello cuando se estropeaba la emisión  de “son ellos”, esos “ellos” me los imaginaba corriendo en busca de una cinta de celo, o lo mismo se había quedado atascada la película y no sabían dónde estaban las herramientas ese sábado por la tarde o tal vez mandaban al chico de los recados al videoclub rápidamente a buscar otra copia y a saber cuánto tardaría... Pero a los 10 minutos ya volvía la tranquilidad y la película seguía. 

   

Con los años, las películas ya no se rompían en TV, pero el descuido de los programadores seguía, las madrugadas en los 90 estaban llenas de grandes películas, pero grabar de madrugada era toda una aventura, nunca comenzaban a la hora exacta, se necesitaba un cursillo de malabarismo matemático que nadie nos había enseñado y que tampoco nos haría subir la media de las notas, las ecuaciones de segundo grado eran simples adivinanzas al lado de todo eso.

 Uno podía jugar con ventaja si ponía una cinta VHS de cuatro horas en vez de la standard de tres, pero
te decían que aguantaría menos. Otros recurríamos también a aquello del SP/LP que los más nostálgicos recordarán y que los más jóvenes pensarán que me he vuelto loco. Grabar en LP te permitía que la cinta de 180 horas se doblara, así grababas toda la madrugada completa y te asegurabas ver la película, pero perdía la calidad de imagen y de sonido, algún día tendremos que hablar de aquellos tiempos del vídeo y de los videoclubs, que omito ahora porque no acabaría nunca.

 Las televisiones generalistas, con los años, fueron olvidando el cine, apareció el DVD que al principio era carísimo, pero nos aseguraban que era el formato definitivo. Recuerdo que uno de los primeros títulos que compré fue el de Willow, tenía muchos extras y era barata, ahí el actor decía que por fin ya podíamos gozar para siempre de la película. Como futurólogo no se ganaría la vida… Poco a poco vimos que los discos se rayaban, yo los conservaba bien, pero ibas a una biblioteca a alquilar alguna y parecía que habían cocinado una tortilla de patata encima.

 No sé por qué algunos títulos se descatalogaron enseguida, me fui a todas las tiendas a buscar un packde Harold Lloyd y nada, pero en una biblioteca cercana a la zona alta de la Calle Balmes de Barcelona lo tenían para coger en préstamo. Cuando por fin lo tengo, veo que los discos están impecables, pero algún iluminado pegó el código con la alarma en la parte de lectura del disco. Aun recuerdo el espectáculo de algún empleado intentando quitarlo tras quejarme,  el disco quedó finalmente archivado y tal vez acabara ahuyentando las palomas o de posavasos.

 Nadie es perfecto como decían Billy Wilder e I.A.L Diamond, convivir con defectos es lo más normal del mundo y mientras los sigamos contando, será señal de que sigue existiendo esto del séptimo arte en casa. Hace tiempo maldecíamos las colas de los cines, ojalá ahora volvieran… Miedo me da cuando un día todo sea correcto y perfecto, quizá ya no seamos humanos. ¿ A ver cómo finalizarían el remake de Con Faldas y a lo loco?

11/09/2020

¡Felicidades Apartamento !

El apartamento de Billy Wilder cumple 60 años, hay películas por las que uno siente algo más que cierta pasión cinéfila y esta es una de ellas. Tendría unos 10 años cuando la vi por primera vez, en aquel visionado había aspectos que por mi edad aun no entendía del todo, pero ya me llamó la atención, hasta tal punto que cada vez que había un pase televisivo la volvía a ver. Por aquel entonces las críticas que salían en los diarios eran más completas y ayudaban bastante a hacerte una pequeña introducción de lo que ibas a ver, el papel del crítico es y tendría que seguir siendo ese. También había bastante oferta de programas cinematográficos de los que ya hablé y Billy Wilder era de los directores que más se hablaba. En toda mi EGB y luego Bachillerato y el COU jamás me dijeron nada de Billy Wilder, y en general nada de cine clásico, solo nos pasaban El nombre de la rosa de Annaud, y en Filosofía El pequeño salvaje de Truffaut. Nunca entenderé por qué el cine está tan olvidado de la enseñanza. El apartamento está en mi lista de 10 películas que me hicieron amar el cine, una vez en un juego de Facebook me las pidieron y acepté, a lo mejor ahora variaría la lista porque han sido afortunadamente muchas más. 

 Pero ver El apartamento no solo me hace seguir el séptimo arte con devoción, los geniales guiones que firmaban Wilder con I.A.L Diamond también me adentraban a la literatura y ese tema musical no se me iba de la cabeza, luego me enteré de que no era original de la película sino de Charles Williams y su título es “Jealous Lover” descubriéndolo en un policíaco español que se llama ¿Crimen imposible? de César F. Ardavín de 1954, pero la elección de ese tema encajaba perfectamente en los fotogramas de Wilder.  

 Hay un momento de la película en que el personaje de Shirley McLaine le dice a Jack Lemmon que en esta vida hay "víctimas y aprovechados, usted es víctima". Sin duda alguna es una de las mejores definiciones de esta sociedad en la que vivimos. Wilder era un genio, tanto podía criticar aquí el capitalismo como el comunismo después en Uno, dos tres. Él no se casaba con nadie, al contrario de lo que pasa hoy en día, donde cada vez más la gente se convierte en un juguete de lo que impera en la mediocre política, en los medios de comunicación, en la moda efímera, etc. y es incapaz de tener un pensamiento propio. El apartamento me adentró en la filmografía de Wilder, entonces no estaba toda editada en vídeo, fui grabando lo que emitían, que por cierto era bastante de él. Abarcó todos los géneros menos el oeste y la ciencia ficción, aunque él defendía que Bésame tonto se podría definir como una especie de western, humor nunca le faltó. Según muchos críticos, El apartamento es la mejor película de Wilder, difícil elección teniendo en cuenta la cantidad de gran cine que hizo. Pasa como con Hitchcock, en este caso se elige Vértigo, pero bien podía haber otras. También como suele pasar con cada autor hay las llamadas películas menores que en el caso wilderiano cada vez me gustan más. Sabrina es una de ellas y me alegro de que ya haya gente que la considere obra maestra, de todas maneras tampoco hay que obsesionarse con si una película es de cinco estrellas, de cuatro o de tres, tiene que haber de todo y ya se sabe que “Nadie es perfecto”. Y otra que fue muy mal recibida por la crítica fue Avanti (estrenada como ¿Qué ocurrió entre mi padre y tu madre?), confieso que son mis vacaciones de cada año, esas dos horas y cuarto me relajan, me desconectan y encima me río y hago turismo. 

En fin, felicidades por estos 60 años, alguien dirá que estoy personalizando una película y que me he vuelto loco, pero para mí ese DVD pelado de extras por desgracia al ser introducido en el reproductor me hace sentir muy, pero que muy acompañado y me hace creer que hay otro tipo de mundo, de personas, de principios y de justicia social. Redescúbranlo si aun no lo han hecho.

21/08/2020

Gracias por seguir levantado, Groucho

Cada agosto se celebran los aniversarios luctuosos de tres grandes: Marilyn Monroe, Elvis Presley y Groucho Marx, esto nos sirve para refrescar la memoria y en el caso del último volver a reír con sus películas. Las efemérides son la excusa perfecta para hablar de alguien y si es de Groucho aun lo hacemos con más ganas. Teniendo en cuenta los tiempos tristes e inciertos que corren, recurrir al humor surrealista de él y sus hermanos es una buena medicina para ir sobreviviendo. Su nombre real era Julius Henry Marx, nació en Nueva York un 2 de octubre de 1890 en el seno de una familia de inmigrantes judíos, era el cuarto de seis hermanos. Con Chico, Harpo y Zeppo debutan en el cine después de un exitoso paso por el teatro con Los cuatro cocos (1929). Tras la que para muchos es su obra maestra Sopa de ganso (1933) firman un contrato con la MGM que se inicia con la que quizá sea su película más popular Una noche en la ópera (1935), el esquema se va repitiendo luego en posteriores películas. Personalmente siempre me han gustado todas las de los Marx excepto la fallida Amor en conserva (si se puede considerar como una película de ellos, claro). Groucho en solitario después no tuvo mucha suerte y salió en algunas películas que estaban a años luz de su talento, una lástima. Se barajó su nombre para el papel del médico de El apartamento, pero Wilder no lo veía muy claro. Guardo muy buen recuerdo de aquellos sábados por la tarde en lo que antes se llamaba “Primera sesión”, en la que emitían una de ellos cada mes en los 80, fue una especie de ciclo encubierto que me dio la oportunidad de ver prácticamente todas y descubrirlos, luego las fui recuperando gracias a que se fueron editando en VHS y luego en DVD. Actualmente apenas se ven por las televisiones. Quisiera hacer mención de los actores de doblaje que tuvo, a Groucho en versión original es muy difícil seguirle por lo que no era tarea nada fácil. La voz que yo prefiero es la de Vicente Bañó, admiro también otros dobladores que tuvo como Josep Maria Angelat, pero creo que el primero le dio un toque personal y una ironía que el segundo tenía de diferente manera, recordemos que Angelat era la voz sobretodo de Louis de Funes, trabajo que hizo perfectamente. Bañó seguía más el estilo del gran José María Ovies cuyos doblajes no se han guardado muchos. (En el primer vídeo la voz es de Angelat, en el segundo de Bañó) Hay quien cree que los Hermanos Marx no tuvieron un gran director, a excepción de Leo McCarey en Sopa de ganso , pero ellos funcionaban solos: Harpo sería el elemento surrealista, Chico hacia el diálogo hilarante con Groucho, luego había los números musicales de ellos, Groucho cantaba, Chico tocaba el piano y Harpo el arpa. Y sobretodo había los encontronazos entre Groucho y Margaret Dummont, de la cual él dijo que no se enteraba de nada. Una vez el cine de los Marx fue perdiendo espacio, quedaron para la posteridad las apariciones de Groucho en televisión y sus geniales frases, en muchas de ellas podemos ver un fiel reflejo de nuestros políticos, por ejemplo, en la de “Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros”. La política la definía de esta manera: “Es el arte de buscar problemas, encontrarlos en todas partes, diagnosticarlos incorrectamente y aplicar las soluciones equivocadas.” Seguramente más de uno estamos pensando en varios nombres al leer esto Groucho sabía reírse de todos y de él mismo, ya dijo que “Nunca pertenecería a un club que admitiera como socio a alguien como yo”. En la década de 1950, fue invitado a realizar un recorrido por la Bolsa de Valores de Nueva York. Mientras estaba en la cabina de observación, tomó el auricular del sistema de megafonía y comenzó a cantar "Lydia the Tattooed Lady". Al escuchar el silencio que venía del piso de negociación, apareció ante la vista, los comerciantes le dieron un fuerte aplauso y gritó: "Señores, en 1929 perdí ochocientos mil dólares en este piso, ¡y tengo la intención de obtener el valor de mi dinero! " Durante quince minutos, cantó, bailó, contó chistes y, durante todo este tiempo, el indicador bursátil de Wall Street se quedó en blanco. Precisamente esa pérdida de dinero le acarreó problemas de salud como un insomnio crónico del que jamás se recuperó. Durante bastantes años nos hicieron creer que en su epitafio se leía “Perdone que no me levante”, pero parece que no es verdad. Han pasado 43 años de su muerte y no hacía falta que pidiera disculpas porque bien levantado sigue estando.

15/07/2020

Adiós al Meliés de Barcelona



Me disculparán si me pongo meláncólico al hablar de este ya desaparecido cine de Barcelona, la triste realidad de las salas cinematográficas nos hace hablar de tanto en tanto del cierre de uno de ellos, a todos ellos les tengo cariño, pero el Meliés era de aquellos que siempre me hubiera gustado ver abiertos.

Era un cine que incluso podríamos llamar anticine, sus dos salas eran pequeñas, la pantalla también, así que en un principio poco atractivo podría tener. Pero cuando abrió nos dio la oportunidad de ver cine clásico, y su programación apostaba por nombres como Billy Wilder, Hitchcock o Visconti.

Recuerdo aquella noche de jueves veraniega del año 97 en que pude ver por primera vez Ariane, la cinta de Wilder por aquellos tiempos estaba con unos problemas de derechos tontorrones que la hacían invisible, solo se había podido ver de escondido y sin anunciar en "petit comité", fue un gran gol el poder exhibirla.

 Por aquel entonces los VHS no eran como los DVDs de años posteriores y costaba ver ciertos títulos, pues apenas eran editados, aparte que tampoco se podían disfrutar en su versión original. Cada mes cogía la propaganda de la sala y como el internet era algo de lo que se hablaba, pero que aun pocos tenían, rellenaba en un papel mi dirección y cada mes me llegaba la programación.

También pude ver otras joyas como Las noches blancas de Visconti que estaba también desaparecida, recuerdo al público que iba de todas las edades y sin comer palomitas porque estaba prohibido, pero eso no hacía falta pues era un tipo de cinéfilo respetuoso y que sabías que no te iba a molestar. Otro tanto fue el poder ver American Graffiti de George Lucas, cinta de la que todos hablaban pero que pocos habían podido visionar. A pesar de que yo soy de una generación distinta, me gustó poder ir a esa sesión y disfrutarla.

El Meliés fue dejando los clásicos y con los años fue programando cine de autor, algunos ciclos esporádicos nos hacían recordar sus inicios, no hace mucho un ciclo Truffaut volvió a hacer las delicias de uno.

Cuando estudiaba en la UB me gustaba más de una vez acercarme, aunque no fuera a entrar.  Es algo que suelo hacer con determinados cines, al igual que más de una vez me paraba en la entrada de la antigua Filmoteca (el Aquitania) de la Avenida de Sarriá. El Melíés ya es historia, pero espero que todos aquellos que nos ilusionaba ese modesto cine podamos seguir sintiendo nuestro amor al séptimo arte y lo que es más importante, saber transmitirlo a los demás. De lo contrario la historia del cine quedará en un baúl polvoriento o en el contenedor donde ayer tiraban el material de este cine

30/06/2020

60 años de La aventura de Antonioni


 Entre las efémerides de este año hay una que no debería olvidarse, y es que La aventura de Michelangelo Antonioni cumple 60 años, no sé si mal llevados o lo contrario.

A los espectadores más jóvenes poco les dirá ya este nombre a no ser que sean cinéfilos, y entre los que aun llamamos "séptimo arte" al cine, y que calificaba de obra maestra la película, habrá quien quien haya desaparecido también sin explicaciones.

De lo que nadie debería dudar es del impacto que supuso su visionado en su estreno, la revista Sight and sound famosa, entre otras cosas, por publicar un ránking con más de cien críticos cada década, la eligió ya en 1961 como la segunda mejor película de la historia, se mantuvo en el top ten hasta los 90, década en la que nuestra vista debe bajar demasiado para encontrarla, y digo esto porque es curioso su bajón, y más viéndose superada por películas anteriores a ella.

Servidor no había nacido en su estreno y mi primer contacto con Antonioni ya fue tarde, aunque mi edad era de adolescente, me impactó mucho La noche y el uso que hacía de arquitectura milanesa o ese paseo solitario de la Moreau, alguien me dijo que era un realizador aburrido, pero yo no lo encontré así, aquellos silencios, aquel jazz, aquellas miradas hablaban mucho, más que lo que puedan decir no sé cuantos guionistas en las producciones de ahora.

La Aventura no es de mis cintas favoritas, pero me gusta verla, no es por su larga duración ni por los vacíos que hay en su argumento, pero siempre que la veas encontrarás algo. Lo importante es que dio que hablar e hizo que una práctica tan saludable como el cineclub creciera. Hoy en día el espectador no cinéfilo (entiéndase por esta palabra amante del cine como arte) ve una película simplemente para pasar el rato, querrá que la acción sea rápida, a unos hasta les dará igual si está empezada, a otros que la gente hable y no les importará atender el dichoso whatsapp.

La aventura es de aquellas películas no aptas para este tipo de gente, si un día la visionas en la filmoteca o en algún canal te librarás de todos estos pesados. Es un cine contemplativo, entenderla del todo no será lo importante, luego la comentas y uno te dirá una cosa y en otro pase quizá lo contraria, pero qué gusto dará enfrentarte a ella e intentar comprender lo que quizá, y seguramente, no sepas nunca. Eso lo consiguió Antonioni, al contrario de ootros imitadores a los que uno ya no vuelve, probablemente no fue un genio, ni sus películas las obras maestras que nos dijeron, pero no cabe duda de que entre nosotros siempre habrá un hueco para su obra.

17/06/2020

La inmortal censura



 Se esta hablando mucho estos dias de la retirada que la plataforma HBO ha hecho del clásico Lo que el viento se llevó y, francamente, el tema resulta demasiado cansino.
¿Por qué digo esto? Porque desgraciadamente no es un tema novedoso, al parecer los espectadores nos hemos vuelto estúpidos y nos han de decir estos medios lo que es bueno y malo, si algo necesita una explicación previa o como hace la Disney prohibirnos poder ver Canción de sur, al igual que como cuando éramos niños no podiamos coger caramelos de extraños pues estaban envenenados.

Si yo estuviera abonado a esa plataforma ya me habría borrado, no hay cultura sin libertad y sin poder debatir tranquilamente los temas, cada uno tendrá su opinión porque nadie es propietario de la verdad, pero parece que en la sociedad actual manda twitter, lo políticamente "correcto" y la mediocridad.
Y mientras esctribo esto me entero de un ejemplo que evidencia todo, hace unos días Spike Lee defendió a Woody Allen, pero ahora resulta que vuelve a salir por la red twitter y dice que no, que se le ha entendido mal... Poco criterio tendrá y escasa valentía, este cambio de actitud equivale a decir que está al servicio de lo que digan los medios, quizá nos equivocamos lo que veiamos en él un director políticamente incorrecto.

No hace mucho la revista Cinemanía publicaba un reportaje que con el nombre de "10 peliculas que no sabían que eran  racistas" (el título del artículo ya nos dice lo tontos que hemos sido y lo listo que es el articulista que ha descubierto la ignorancia en la que vivíamos) https://cinemania.20minutos.es/noticias/peliculas-que-no-sabias-que-eran-racistas/  El escrito es un auténtico disparate que hasta ve racismo en El planeta de los simios porque dice que los "simios matones" tienen la piel negra. Leyendo esto me vino a la mente cuando Berlanga explicaba que no podía sacar un plano general de la Gran Vía madrileña ya que el censor le dijo que lo mismo sacaba un cura saliendo de un sex-shop y se le escapaba. Y es que quien ejerce la censura  no para de ver cosas ahí donde no hay, y a veces puede resutar el mejor de los guionistas.

John Ridley, el guionista de 12 años de esclavitud, ha sido quien ha escrito que el clásico producido por Selznick es racista. Reconozco que no sabía ni quien era y ya no me acordaba de aquella película producida entre otros por Brad Pitt. Así como Lo que el viento se llevó a pesar de sus más de 80 años de vida sigue viéndose, dudo de que la película escrita por este neocensor tenga un espacio en la memoria del espectador de aquí pocos años, y esto les duele. Muchos psudodirectores salen hoy en día de sus escuelas sin saber nada de historia del cine, lo mismo pasa en otros campos como la literatura, quien manda es la ignorancia. No hace mucho un director de cortos me dijo que John Ford era racista, le pregunté qué había visto de él, me dijo que nada y se quedó tan tranquilo.

Si el cine ha sido el séptimo arte ha sido enre otras cosas por la valentía de quienes lo hicieron grande, de quienes supieron torear bien la censura y no temblaron a la hora de defender a quien se le acusaba injustamente. Cierto que hubo gente también que tuvo que ceder, caso de Elia Kazan por ejemplo, pero que después en la pantalla reflejó su pensamiento independiente.

En fin, vean cualquier obra sin prejuicios, no hagan caso de Twitter y tengan en cuenta que la censura al igual que Lo que el viento se se llevó siempre nos acompañarán.






05/03/2020

La muerte de las grandes salas de cine

Hace unas semanas leí que cerraba el Palacio Balañá de Barcelona, uno de los cines más grandes que quedaba en la ciudad. La empresa del mismo nombre ha ido cerrando sus cines poco a poco, no hace mucho caía el Aribau de la Gran Vía y duro fue el cierre hace ya más tiempo del mítico Cine Urgel, con su desaparición (una sala que tenía 1800 butacas) moría una forma de ver cine.

La noticia ya no impacta, incluso me atrevo a decir que hasta pasa desapercibida. Ir al cine ya no es aquella ilusión de ir con bastante tiempo de antelación para hacer menos cola, ver las fotos, la carátula, pisar la catifa, que el acomodador te acompañara, una pantalla grande con una cortina, etc.

Hoy en día ya sabemos que hasta hay gente que ve cine por el móvil, incluso el DVD es otra víctima de los nuevos tiempos que no siempre son mejores. No pretendo con mis palabras pasar como un reaccionario o el abuelo Cebolleta nostálgico, pero el cine si era arte es porque tenia un componente que lo diferenciaba de otros: el social. Había el teatro, sí, pero era más caro a menos que fuese uno amateur, comparen precios.

En el mundo de hoy en día, movido por el dinero, la inmediatez y la falta de sensibilidad parece no tener espacio ya la sala de cine como conocemos, sino complejos de multisalas con párquing  y  restaurante de comida rápida al lado.Y probablemente en un futuro ya ni eso, cada vez se va más a las plataformas por internet y lo que estas ofrezcan. Es el triste final del cine que únicamente si siguen habiendo películas de calidad podrá ser considerado arte y no un producto de consumo como está sucediendo cada vez más





01/05/2019

El Festival de Cine de Barcelona del Verdi (BCN FILM FEST 19)



Se ha celebrado la tercera edición del BCN FILM FEST en los Verdi. Ha sido un festival muy ameno, apto para todo tipo de públicos, con variedad de géneros y con bastante calidad. Además, el hecho de celebrarlo por Sant Jordi y enfocarlo hacia la literatura le da un toque original que lo diferencia de otros. Por él han pasado desde Mike Leigh que presentó su última película La tragedia de Peterloo hasta Jeremy Irons haciendo de ilustre visitante del Museo del Prado en el ameno documental Pintores y reyes del Prado. Este año la directora ha sido Conchita Casanovas, periodista de RNE con buena experiencia cinéfila. Se inauguró el pasado 22 de abril con Litus, la nueva película de Dani de la Orden, una comedia dramática agradable con buenas salidas de guion que en general gustó al público.

En la sección oficial han brillado sobretodo Cartas a Roxane, donde de nuevo el cine francés ha mostrado su buen gusto a la hora de mostrar su cultura y presumir de sus obras. La película es como la filmación del primer Cyrano de Bergerac, predomina a lo largo de la cinta el buen humor y la agilidad narrativa. Si se quedan a ver los créditos, podrán ver una recopilación de grandes actores que hicieron el Cyrano, no faltan los cinematográficos José Ferrer y Gerard Depardieu.

Otra sorpresa ha sido el cambio de registro de Agustí Villaronga con Nacido Rey, superproducción que domina con gran pulso y que será una película que dará que hablar y gustará. También han destacado, entre otras, Hotel Mumbai, sobre los atentados en el Hotel Taj Mahal de 2008, es una cinta violenta, pero también es destacable el análisis de los personajes, esquema que recuerda a cintas catastrofistas clásicas como La aventura del Poseidón.

Como todo festival también hay cintas de las que uno se esperaba más, por ejemplo El bailarín, que con un tema interesante no logra su objetivo, Peca de un mal guion y una desastrosa realización, aunque con buenos momentos como los de Nureyev solo viendo arte en Paris. Al finalizar noté bastante decepción en el público, llegando a la indignación incluso.Tampoco la esperada cinta de Mike Leigh ha logrado unanimidad, si bien fue más interesante poder verlo en persona y todas las explicaciones que dio. La cinta resulta algo larga y cuesta entrar en ella.

En secciones fuera de competición fue emotiva la presentación de Buñuel en el laberinto de las tortugas con su equipo, en ella vemos al sordo de Calanda capaz de hacer lo mejor y lo peor en la filmación del mítico documental de Las Hurdes ,tierra sin pan y que hizo que se humanizara. También gustó La importancia de llamarse Oscar Wilde, el director Rupert Everett impacta con este Wilde tan decadente.

El festival no se olvida de los grandes clásicos y un merecido homenaje a Buster Keaton ha estado presente, algo que es de agradecer, jóvenes y no tan jóvenes quizá verían por primera vez El maquinista de la General en pantalla grande, película que todo cinéfilo y amante de la cultura ha de ver. El documental sobre él de Peter Bogdanovich, El gran Buster, que también se pudo ver es muy notable y bastante apto también para quien no lo conozca, seguro que saldrán con la curiosidad de ver sus películas.

Como suele pasar en varios festivales, la adjudicación de los premios me resultó algo sorprendente, ganó Soledad y es probablemente la película de la que he oído hablar peor de las exhibidas tanto entre los críticos como entre el público. Luego está el tema de La vida sense la Sara Amat que se llevó el premio del público, por cierto, a mí no me dieron ninguna papeleta para votarla, quizá se votó en la otra sesión. También ha recibido el premio de la crítica ACCEC.

Creo que Laura Jou hace un buen trabajo en cuanto dirección de actores, pero el relato, una adaptación de la novela de Pep Puig que habla de la ingenuidad de la adolescencia, cae víctima precisamente de esta, hay varias lagunas en el transcurso de la historia que no la hacen muy creíble, así como elementos sobrantes, tal vez con una historia más elaborada, la directora pueda demostrar en el futuro su talento, el cual creo que tiene. En la sesión del domingo entró todo un grupo de adolescentes que iban juntos, no sé si serían del pueblo donde se rodó o de una escuela y ya aplaudían fuerte antes de verla y valorarla, probablemente muchos la han votado no tanto por su calidad cinematográfica.

En fin, larga vida a este festival aun joven, con sus defectos de no estar maduro aun, pero con la ilusión de querer crecer y hacerse un hueco entre los importantes, de momento este año ha sido mejor que los otros dos, esperemos y confiemos en su avance, que el público responda y que le dé a Barcelona ese glamour cinéfilo algo apagado con tanto cierre de cines y el auge de las plataformas.



El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...