Mostrando entradas con la etiqueta Cine español. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cine español. Mostrar todas las entradas

09/10/2024

Los peces rojos (1955)

 


El pasado domingo 6 de octubre era el día del cine español y yo sin saberlo, desde que escribo este blog hace ya 6 años he dedicado bastantes entradas a películas españolas no tan conocidas (ni aceptadas) hoy en día, hay suficientes elementos, si no sacamos nuestros prejuicios, que permitirían no ser tan desdeñosos con nuestra historia fílmica y especialmente alabar la profesionalidad de gran parte de nuestros directores que tenían que torear la censura, cambios de guiones, presupuestos ínfimos… Uno de esos nombres sería el de José Antonio Nieves Conde, no más citarlo a los más cinéfilos les saldrá Surcos, ejemplo de película que acaba comiéndose casi toda su filmografía en la que destacan también las famosas Balarrasa, El inquilino o la que traigo hoy Los peces rojos.

Decía el propio director que él solo se había dedicado al cine y ya desde niño mostró su afición al séptimo arte, nacido en Segovia empezó como ayudante de dirección de Rafael Gil y fue crítico de la revista "Primer Plano" o del diario "Pueblo" donde marchó por desavenencias con la línea editorial.  Ya empezó desde joven con el género policíaco con títulos hoy imposibles de ver como Senda ignorada (1946) o Angustia (1947), pero su fama vendría con Balarrasa (1951) donde ya destacaba su habilidad por crear híbridos de géneros, ahí nos presentaba un argumento bélico con el drama religioso que tanta popularidad estaba cosechando en aquella época y se permitía incluso un humor encubierto y cierta crítica social que al estar tan solapada de forma inteligente no tuvo tanta repercusión en la censura del momento.  Luego vino Surcos con guion de Gonzalo Torrente Ballester y Natividad Zaro y argumento de Eugenio Montes, ahí se nos retrataba casi por primera vez la España del momento y lo abordaba utilizando técnicas realistas del cine norteamericano, aunque se quiso ver más su estilo como asociado al neorrealismo italiano.

A partir de entonces ya no sería José Antonio Nieves Conde, sino "el director de Surcos" y si uno repasa la mayoría de las críticas esta le persigue porque no se paraba de escribir que no había llegado nunca al nivel de esta. Incluso se quiso presentarlo como el De Sica español y cuando Visconti rueda después Rocco y sus hermanos las comparaciones fueron aun más evidentes, evidentemente los encasillamientos le molestarían y en Los peces rojos hasta tenemos alguna que otra prueba, lo que estaba claro es que el director transmitía una sólida formación técnica y un sentido directo de la puesta en escena.

Los peces rojos suponía cierta novedad al mezclar nuevamente diversos géneros, estábamos ante un policiaco, pero con gran fuerza melodramática, una historia de pasiones, engaños, histeria…Una introspección psicológica de a dónde pueden llegar las miserias humanas, no había ninguna moralidad en los personajes y eso no encajaba tampoco en los moldes de la época, por lo que suponía otra prueba de riesgo contra la censura que decidió actuar e imponer otro final. No se preocupen que no voy a desvelarlo, pero el arte del director supo lidiar también con esta exigencia y un análisis más profundo tampoco permitiría que lo aceptáramos como un final feliz.

Aviso que si quieren disfrutar plenamente de la película no lean demasiado el argumento que viene en distintas páginas ya que desvelan una parte importante, dejémoslo en que empieza con una noche de tormenta en la que llegan a un hotel de Gijón Hugo e Ivón acompañados del hijo millonario del primero, Carlos, con el que ella había tenido una relación. Hace mal tiempo, pero sienten que tienen que ver el mar embravecido, pero poco después Ivón regresa pidiendo socorro porque el chico ha sido arrastrado por el mar. Al no aparecer el cadáver, un comisario se hará cargo del caso.

El personaje de Hugo Pascal estaba interpretado por Arturo de Córdova y nos presentaba a un escritor sin apenas suerte para que le editaran las novelas, los cinéfilos lo recordarán especialmente por esa maravilla de Luis Buñuel llamada Él (casi la mejor película que sobre los celos se ha realizado), el actor mexicano tuvo tanta fama que hasta llegó a Hollywood, aunque sin películas destacables, supo explotar su imagen de galán tenebroso y neurótico, uno de sus mejores papeles fue en El esqueleto de la señora Morales (1960). En el cine español también lo recordamos por su papel en La herida luminosa (1956). La protagonista era Emma Penella que empezaba a tener papeles en películas de gran calidad como Los ojos dejan huellas (1952) o Cómicos (1954), ya estaba a punto de iniciar su etapa inolvidable con Manuel Mur Oti y aquí nos mostraba un personaje hipócrita cuya obsesión es casarse con alguien millonario para no tener que seguir trabajando.

El guion corría a cargo de Carlos Blanco, de los mejores en esos años, había escrito el de Locura de amor (1948) y destacaba también su trabajo en el cine negro por ser el autor del de Los ojos dejan huellas  de Sáenz de Heredia. La relación entre él y el director tuvo sus diferencias pues Nieves Conde no quería los flashbacks que aparecen, aunque finalmente cedió. La razón se fundamentaba en querer dar un aspecto más real a la historia, pero precisamente ese juego con la ficción es lo que dota de atractivo a la historia. Si en Surcos aparecía un diálogo en el que se hablaba de que las películas neorrealistas eran las que estaban de moda y no las “psicológicas”, aquí el personaje del librero le rechaza al protagonista los escritos por ser “fantasiosos” y no mostrar la realidad y vuelve a citar lo del “neorrealismo”, lo que origina una discusión que escondía también cierto humor y ganas de querer reivindicar y a la vez parodiar lo que realmente se quería.

Precisamente ese aire psicológico que se repudiaba es lo que tiene Los peces rojos que la hacen especial, el suspense de Hitchcock con elementos de Rebecca Recuerda especialmente y el de Siodmark jugaban también con este. Aquí vamos entrando en la evolución enfermiza de las personalidades del protagonista, por una parte el deseo de querer evadirse en lo ficticio para afrontar la realidad y, por otra, el ansia de poseer sin apenas realizar esfuerzo alguno de ella para huir de la miseria y la vida banal que le toca vivir como bailarina de esas revistas de poca categoría con esa primera fila reservada para los "mirones" tal y como se nos muestra. De forma implícita se nos mostraba un reflejo de la pobreza de la época como en Surcos por lo que aunque son dos películas formalmente muy distintas, guardan puntos en común.

La puesta en escena resultaba fresca, abandonando el acartonamiento de los decorados, incluso con un presupuesto menor, lograba sacar partido a los exteriores, uno de los mayores aciertos era mostrar escenas de ese Madrid de los 50 sin tampoco exceder en ello, fijémonos cómo a través de la ventana del despacho del abogado vamos viendo la calle o una tranquila, en aquellos tiempos, calle Alcalá con la librería, el barrio de Embajadores nocturno o las localizaciones en Gijón con una composición curiosa llena de guardias civiles con el tricornio buscando el cuerpo de Carlos. Por cierto, que en la decoración este fue uno de los primeros trabajos de Gil Parrondo, aquí acompañado de Luis Pérez Espinosa

Entre los personajes secundarios destaca la figura del conserje interpretado por Manuel de Juan, está tan aburrido por la nula actividad turística de la ciudad que nos va enseñando sus trucos para aguantar la guardia de noche y nos lo presenta con una boina ya que apenas recibirá visitas, su testimonio a la policía resultará divertido y es que se inventa partes con la justificación que lo tenía que "amenizar". Es un personaje simpático y entrañable que incluso puede llegarnos a recordar, también por ser de Gijón, al de Agustín González en Volver a empezar.

Sé que en este tipo de intrigas más de uno hallará defectos, por una parte pueden encontrar bastante ingenuidad en ella o no considerar creíble cómo puede estar viviendo él o el personaje de la tía que le está pagando una pensión a Carlos desde que nació... Hay hacia el final una ironía que lanza el protagonista y que creo que venía a responder a todo aquel que acusa las novelas o películas ficticias precisamente por lo poco que podían resultar veraces. Fijémonos que incluso antes hay una escena algo surrealista cuando ella está hablando con su amiga y de repente nos muestra un juego de magia en el que de repente esta se convierte en un pavo. Hay que tener en cuenta que por mucho neorrealismo que se quisiera transmitir, no deja de ser cine y quizá esas ansias de querer ver siempre la verdad resultaban una quimera.

En fin, creo que les gustará ver Los peces rojos y una buena muestra de que en el cine español con pocos medios, pero con creatividad se podía también mostrar un gran suspense, escenas simples como la del disco resultaban eficaces para mantener en vilo al espectador, incluso hay una excelente utilización de la escalera en un plano breve nada pretencioso. Es una película que como bastantes policiacos de calidad en el cine español está subvalorada y olvidada, cuando Hugo Pascal nos enseña esa maleta llena de novelas desechadas las cambio en mi mente por la cantidad de títulos que apenas se dan a conocer. Como curiosidad, en el 2003 Antonio Giménez Rico rodó un remake titulado Hotel Danubio producido por José Luis Garci, el objetivo era querer mostrar esa historia con el final sin censura y otra estructuración más acorde con el tiempo, pero mejor no seguir hablando demasiado y que puedan gozarla sin que les destapen la trama.

24/01/2024

Tiempos duros para Drácula (1976) (Homenaje a José Lifante)

 


El pasado 16 de enero fallecía uno de los grandes rostros secundarios del cine español, se trataba de José Ruiz Lifante, nacido el 3 de junio de 1943 en Barcelona, empezó bien joven y prácticamente ha estado trabajando cada año hasta el final. Debutó en papeles sin acreditar de la mano de Iquino en Juventud a la intemperie (1961) y con Rovira Beleta en Los atracadores (1962) donde era uno de los policías.  Su carrera, no obstante, se desarrolló en el teatro durante esta primera década. Ya en los 70 vuelve a la gran pantalla y es en 1974 con su papel en la película de Jorge Grau No profanar el sueño de los muertos que logra popularidad.

Casado con la recordada actriz Elisenda Ribas de quien enviudó hace poco, su peculiar fisonomía y parecido con Christopher Lee le llevaron a hacer de vampiro en varias obras de teatro y a participar en varios títulos de aquel terror/suspense setentero con bastantes seguidores aun hoy en día, como aquel film de Leon Klimovsky con guion de Carlos Pumares El extraño amor de los vampiros (1975). Y mientras su fama crecía, más de un gran director se fijaba en él, así pues Fernando Fernán Gómez lo contrató para la serie El pícaro y luego lo volvió a llamar para su "zarzuela" negra Bruja más que bruja. (en el DVD/BluRay tienen un coloquio donde participa)

Aunque siempre de secundario, trabajó entre otros con Bardem en El puente, Gonzalo Suárez en Beatriz, Pedro Lazaga en Vota a Gundisalvo y Ladrido, Antonio Mercero en Tobi, Jaime de Armiñán en Al servicio de la mujer española, Eloy de la Iglesia en Miedo a salir de noche, Luis García Berlanga en Patrimonio nacional

Sin embargo, sí fue el protagonista de una película muy peculiar y de la que apenas hay información: Tiempos duros para Drácula (1976). El día de su fallecimiento, hasta un crítico que suele citar en Twitter de carrerilla los papeles de los actores cuando mueren, tuvo un lapsus y escribió que estaba dirigida por Carlos Bempar. El error, fácil de producirse, se debe a que este dirigió El jovencito Drácula un año después y en esa no aparecía él. De la que yo hablo, tiene como director a Jorge Darnell, el cual no conozco su filmografía, había dirigido a Lifante en un pequeño papel tenebroso como proxeneta en El juego del diablo (1975) donde perseguía a una joven Inma de Santis.

Tiempos duros para Drácula era una coproducción hispano argentina, Lifante acababa de ganar un premio en el Festival de San Sebastián con otra extraña película llamada País, S.A dirigida por Forges que le consolidaba entre la crítica más culta. El guion estaba firmado por el realizador más el escritor Solly Wolodarsky y contaba con un equipo técnico con bastante nombre, ahí estaba Teo Escamilla (el habitual de Carlos Saura) dirigiendo la fotografía, la música corría a cargo de Adolfo Waitzman y se amoldaba muy bien a la historia, como solía ser habitual en el compositor argentino, ofrecía unos arreglos y variantes muy peculiares de la "Marcha fúnebre" de Chopin y de la canción “Those were the days”.

 La película trataría en clave de humor la decadencia del famoso conde en un guion donde hábilmente se combinaba el humor más disparatado con el drama y casi que lo mejor es cuando profundiza en la soledad de este. Antes de seguir he de decir que esta película la encontré por casualidad en un "container" de DVDs a 1 € en un supermercado cuando estos aun se vendían bastante hará 15 años. Al ver la carátula, y como tampoco me iba a arruinar, quise probar suerte, aunque me daba miedo que tuviese los tópicos de lo que era la producción de terror de la transición con escenas de sexo lamentables. Pero no fue así, hay algún que otro desnudo no grosero y aunque los créditos eran algo chapuceros (un mal montaje de escenas de la película para ir anunciando los actores), ya la primera escena resumía perfectamente lo que iban a ser los 75 minutos posteriores, ahí veíamos a Drácula de espaldas bajo un chaparrón llamando a una puerta de un sanatorio desesperado y pidiendo una transfusión. O sea que te reías y a la vez te compadecías de él.


Ahí era atendido por un psicólogo interpretado por Miguel Ligero, el hijo del popular actor homónimo, y en plan psicoanálisis le pedía que le explicara lo que le había pasado, inevitable la carcajada cuando Lifante, con su voz, se lamentaba que todo era culpa del "maldito castillo" que no podía mantener y que había decidido que pudieran visitarlo los turistas, ahí lo vemos a él controlando el vuelo de los murciélagos y en la entrada se podía adquirir un amuleto para que este no te atacase. Pero las deudas hicieron que al final la compañía de la luz le cortase el suministro y se le fuera tal fuente de ingresos.

Lo que son os primeros 45 minutos funcionan bastante bien y hay momentos y detalles notables como cuando vuelve a coger la capa de la casa de empeños, su visita al dentista porque se le ha roto un colmillo, la boda que, aunque se le va un poco de las manos, tiene un desenlace trabajado, su paso como músico pop, como campesino…Todo ello rodado con quizá un exceso de contrapicados, aunque aquí curiosamente no tenemos el mareante zoom, con lo que gana bastante la realización vista hoy.  La última media hora no está tan conseguida a pesar de tener escenas que con un montaje más cuidado y si no hubiera tenido que ajustarse a una duración corta estarían más acopladas. Aunque dentro de ese montaje irregular, destaca cuando va al cine o cuando quiere emular a Anthony Perkins en Psicosis. Todo esto se sigue muy bien gracias en parte a la fenomenal actuación de José Lifante, al que se le nota que había estudiado el personaje con profundidad, está muy creíble, divertido y dramático cuando el guion lo requiere. El director se reserva un final sorpresa, no tanto por lo que sucede, sino por el matiz que le da.

La película sí llegó a estrenarse, pero en cines de reestreno y de lo que antes llamábamos "de barrio", ignoro si tuvo alguna carrera en VHS, hasta sorprende que saliera esta edición en su día en DVD que consiguió que los pocos que la adquirimos, aun tuviéramos más querencia por este gran actor. Si no consiguen el DVD, ya “descatalogadísimo" o a precios abusivos, es difícil verla, creo que nunca se ha emitido por televisión, no me suena tampoco que esté en plataforma y si estas conocen el filme... Descanse en paz el gran José Lifante.

(los fragmentos de las películas han sido tomados de su canal en Youtube https://www.youtube.com/@joselifante  ) Ha sido imposible encontrar más fragmentos del filme libres de derechos)

22/11/2023

Raza: El espíritu de Franco (1977)

 


Aprovechando el 20N y ya que en este blog he traído varias películas sobre la figura del General Franco, hoy hablo de una de las más singulares, probablemente tal afirmación ha quedado coja con el tiempo,  me estoy refiriendo a Raza, el espíritu de Franco que en 1977 dirigiera Gonzalo Herralde. El embrión del proyecto viene de un visionado de Raza (1942) por parte del director y sus ganas de  ahondar en que lo que ahí se proyectaba era una autobiografía del dictador más unas pautas de lo que tenía que ser la familia española.

El título dado al documental jugaba con el que recibió la película en su reestreno en 1950: El espíritu de una raza. Ya en plena transición y tras el éxito crítico de El desencanto de Jaime Chavarri, el director apostó por rodar unas entrevistas y contó para ello con Pilar Franco Bahamonde (la hermana del General) a la que calificó como “un auténtico animal cinematográfico de una extraordinaria fotogenia y con una indiferencia completa hacia la cámara” y por otra parte con el protagonista de la película, Alfredo Mayo, que le servía de puente entre la ficción de la pantalla de Raza y la realidad de Franco.


No se contó con otros nombres, el más obvio el del realizador de aquella, José Luis Sáenz de Heredia, pero Herralde declaraba que su intervención era innecesaria puesto que su película no planteaba un análisis de la autoría cinematográfica, sino que era más bien un análisis de la autoría de la historia. Ana Mariscal, la actriz principal de la película, se negó a participar.


La creación del filme nace paralela al estudio que Román Gubern hace sobre el mismo tema en el libro Raza: un ensueño del General Franco, la película  era la historia de una familia gallega, los Churruca, el padre es un marino que muere heroicamente en Cuba (el de Franco era un intendente de la Armada que abandonó a su mujer y despreciaba a su hijo Paquito, su esposa se llama Isabel de Andrade (apellido de la rama materna del dictador) y entre sus hijos hay un republicano que se redime cambiando de filas (como Ramón Franco que llegó a militar hasta en Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)) y el héroe José Churruca de Andrade, que acaba la película en el desfile de la victoria... El director buscaba el guion del filme y se puso en contacto con él, de ahí surgió una colaboración y que participara en el de esta. Cabe recordar que Gubern resultaba inevitable en cualquier película sobre Franco, de él hemos hablado ya en Dragon Rapide o Espérame en el cielo.

Raza, el espíritu de Franco se estrenó el 27 de octubre de 1977 y los que acusaban al director de cierto oportunismo comercial pudieron comprobar que el público apenas fue a verla, ni tan siquiera la crítica fue muy benévola con ella, Joan de Sagarra escribía que se había aburrido y que era darle vueltas a lo mismo, con los análisis, lecturas, comentarios más o menos ingenuos o mordaces en torno al franquismo y al general. Probablemente, la comparación con El desencanto dañó las expectativas ya que este documental para nada era polémico, aunque pudiera parecerlo en un principio.


No obstante, hubo quienes lo defendieron a pesar de las carencias, debido a que en aquellos tiempos aun seguía siendo un tema tabú profundizar en su figura, de hecho el director, con cierta ironía, explicaba que había utilizado la biografía de Ricardo de la Cierva porque la encontraba interesante, especialmente la parte omitida o las biografías de Luis Ramírez en "Ruedo Ibérico"

Herralde definía así su película: “No es un panfleto, ni un ataque a la figura política de Franco, sino que lo que pretende es desvelar la verdad oculta detrás de todo un aparato discursivo que Franco estableció y que posteriormente se fueron desarrollando en el cine español las pautas así formadas

Y así es efectivamente, hay que agradecerle un trabajo riguroso y que sea el propio espectador el que saque las conclusiones, aunque sí se observa cierta ironía, muy especialmente con los comentarios de Alfredo Mayo, algunos de ellos quizá sin intención inicial de utilizar ese recurso. Hay ahí un proceso de desmitificación del actor que se vio encasillado en papeles parecidos y que no cree que exista una raza hispánica, hay un momento en que se le pregunta qué eran los almogávares, le cuesta definirlos y al final admite que no lo sabe. Divertidas son anécdotas como el pase con Franco y que esperaba que le dieran alguna medalla, pero que al finalizar se despidieron sin más y ya está. El actor se muestra cercano, incluso muestra cierta inquietud también irónica cuando no sabe muy bien la verdadera intención del documental y que él contestará a sus preguntas, pero que los directores actuales son muy habilidosos con las tijeras luego.

En cuanto a Pilar Franco, tiene su interés oír de su propia voz toda la historia desde la figura poco edificante del padre, las relaciones con su hermano Ramón, la frustrada vocación de marino, la utilización del apellido Andrade…El único defecto es que puede resultar demasiado reiterativo escucharla, aunque el director conjuga bien los cortes de Raza con sus opiniones intercalándolos con los de Alfredo Mayo. De su boca saldrán, entre otras cosas, que su abuelo murió por una indigestión de chorizos o que su padre estuvo separado de la familia largo tiempo y que llevaba cierta "vida alegre" en Madrid, un funcionario del cementerio de la Almudena desvela que hasta hace poco su nombre no aparecía en la tumba familiar. Nos relata también que la muerte de su hermano Ramón fue un asesinato masónico o no le importa desvelar algún roce con Francisco Franco a raíz de unos tapices para el Rey de Marruecos en un desfile, entre otros temas

Cierto es que el tiempo y quizá ese déficit en 1978 convertido actualmente en sobrexplotación hacia el personaje hagan de esta Raza, el espíritu de Franco una película que ya no desvele apenas sorpresas. Sin embargo, la recomiendo primero por su objetividad y por aportar información a la película como la anécdota que también explica Mayo de que un motorista se presentaba en el rodaje desde el Pardo con papeles de revisión de guion. Lástima, eso sí, que no contara con la participación de Sáenz de Heredia ya que la mayor parte del público que acude a este documental le hubiera interesado y más teniendo en cuenta que era primo hermano de José Antonio Primo de Rivera y que en 1964 dirigiera Franco, ese hombre por los llamados 25 años de paz.

 

La pueden ver entera siguiendo el link que hay abajo, no se me permite insertarla directamente en el blog. Recomiendo que vean este canal de Editrama en Youtube creado por el propio Herralde con buena parte de su filmografía, documentales en los que ha participado o las entrevistas restauradas del "A fondo" de Soler Serrano: https://www.youtube.com/watch?v=Pr3Ms0CVt-U&t=5s

11/10/2023

El sur (1983) inacabado de Víctor Erice

 


La última y maravillosa película de Víctor Erice aparte de traer serenidad al cine actual tan necesitado de esta, también ha despertado la curiosidad de varias generaciones que no les sonaba para nada su nombre. La última película suya databa de 1992, han pasado nada menos que 31 años para poder ver una nueva obra suya en pantalla grande. La crítica no ha reaccionado de manera tan uniforme como en aquellas únicas tres obras que nos brindó. Esta vez ha habido de todo, desde decir que es una obra maestra o un sopor inaguantable, pero lo que llamaba la atención en alguna era cierta desmitificación de su figura al exponer que más bien solo había realizado una película de verdad, su ópera prima El espíritu de la colmena, ya que El sur era una obra inacabada y El sol del membrillo un documental.



El estreno de Cerrar los ojos ha traído consigo la reposición de sus dos primeras películas en algunas ciudades, no así de El sol del membrillo que a pesar de contar con una nueva copia digital en 4K realizada por la Filmoteca de Catalunya en el 2017, no podemos disfrutar de ella comprando el Blu-Ray o DVD correspondiente o viéndola por televisión, misterios sin resolver y por desgracia habituales ya… Mientras hacía cola en el cine (sí, he escrito bien…) me comentaba una persona que había visto por primera vez El sur y que se había aburrido “porque era muy lenta”, me lo repitió más de una vez, le dije que estaba inacabada y si tenía conocimiento de ello, la respuesta fue negativa, me reiteró que esperaba que esta fuera más divertida porque estaba rodada en Granada…Me vinieron a la cabeza unas palabras del propio Erice en las que comentaba que las películas una vez realizadas ya no son del director, sino de la gente.

El sur es de 1983, 10 años después de su ópera prima, el director admitía no saber contestar a la eterna pregunta de tal tardanza: “He hecho El sur forzándome a mí mismo, un poco para poder comprender por qué he tardado diez años en hacer una segunda película” (Presència, mayo 1983). Su vuelta al cine por desgracia fue frustrante ya que es una película tal como él decía “inacabada como relato cinematográfico”, aunque tuviera la crítica a su favor. 


 

 


Ángel Fernández Santos con el que escribió el guion de El espíritu de la colmena y que estuvo un tiempo también trabajando en este, contaba lo siguiente: “la historia que Erice manejaba, era el resultado del encuentro de otras dos. Una, que transcurría en una ciudad castellana, procedía de un relato ideado por Adelaida García Morales, su mujer. La otra era de cosecha propia de Erice, parte de una saga familiar andaluza en la que años antes había trabajado. El encuentro entre las dos historias se había producido de una manera natural y creaba algunas dificultades de síntesis, pero no insalvables. Erice la salvó durante el pasado verano y el guion quedó terminado a finales de julio (…) hoy supe después por los periódicos que el rodaje se había interrumpido semanas antes de lo previsto, dejándose sin filmar la parte específicamente sureña del relato (…) (El País, 9-V-83). Así pues, un guion que estaba en torno a las 1000 páginas se redujo a unas 500.

La decisión de tal supresión fue del productor Elías Querejeta que le había financiado su primera obra, a lo largo de los años eludió el tema cuando se le preguntaba: “El sur es un filme acabado que hay que contemplar tal como es. Si el rodaje se suspendió o no, es algo marginal a la propia existencia del filme” (El Periódico, 28-V-83). Erice tampoco fue muy proclive a hablar del tema: “El rodaje fue detenido, en definitiva, yo lo he aceptado, esto, aunque no me pueda solidarizar con todas y cada una de las secuencias que el hecho comporta, a pesar de comprender algunos de los motivos (…). Yo soy consciente que el cine es un proceso industrial y lo asumo con todas las consecuencias (…) lucharé, si puedo, para completar esta historia (…). En cuanto los motivos que el rodaje no continuara, no quisiera entrar, no quiero polemizar ya que el productor no está presente aquí y respeto absolutamente su opinión.”

La relación entre los dos se enfrió, eran amigos, pero siguieron respetándose, quizá porque cada uno sabía de sobras cómo funciona el cine, sin Querejeta no hubiera habido El espíritu de la colmena y tal vez ni estaría hablando hoy de Erice porque lo mismo ni hubiera podido rodar nada. Cuando la productora dio la orden de la suspensión, todo el equipo estaba ya preparado para partir hacia Carmona (Sevilla). El director sabía hasta la hora del tren, y los actores, entre los que se encontraba Fernando Fernán Gómez, estaban todos contratados. Tanto director como productor hicieron público un documento firmado por ambos, donde se hablaba de la suspensión del rodaje, pero en el que se consideraba también la posibilidad de reanudar la película hasta completar el proyecto original.

Sin embargo, se produjo otro hecho que no gustó a Erice, Querejeta quiso llevarla al Festival de Cannes y el montaje se tuvo que apresurar, Erice comentaba que no era partidario de llevarla: “hemos tenido que acabar la película demasiado rápido, acelerar las mezclas de sonido. De aquí que el trabajo de la música no haya sido tan cuidado como hubiese deseado” Su pase por Cannes no fue del todo afortunado como se preveía, ya que se proyectó en la jornada postrera y pasó casi desapercibido. Al día siguiente se estrenó en Madrid con gran entusiasmo de la crítica, sin apenas objeciones a por qué no se había acabado. Un total de 437.581 espectadores la vieron durante los meses que estuvo en cartel, una cifra algo anodina e inferior a los 534.362 de El espíritu de la colmena.


Desde entonces, en cada visionado de El sur, para los que sabíamos los entresijos de la producción, nos imaginábamos qué hubiera podido ser, en algunos programas como Qué grande es el cine en 1996, Juan Cobos y Miguel Marías que habían conversado con Erice de esa parte no rodada, hablaban de un gran festival de colorido, del personaje aventurero que encarnaría Fernán-Gómez y un tono que probablemente incluso hiciera cambiar la imagen de Erice de director frío, casi nórdico. Se remarcaba que el director no quería hablar del tema y eso lo dijo con la condición de tener el magnetofón cerrado.(Pueden verlo en el siguiente vídeo al final del párrafo, a partir del minuto 43:22, se desvelan partes de la película por si no la han visto). 



Quedan muchas preguntas ya sin respuesta y varias contradicciones, como que Erice ya sabía que no habría continuación cuando montó la película. Y cuando uno ve El sur ha de verla por lo que hay, tal como decía Querejeta: “Ni una película ni un poema han de medirse por lo que sucedió durante la creación”.

En todo caso, ese qué pudo ser ya casi forma parte de la mitología de El sur, incluso viendo Cerrar los ojos uno se puede preguntar si ahí había algo del guion frustrado, como lo hay de El embrujo de Shanghai que no pudo realizar con el guion hecho. La historia del cine está llena de finales cambiados o montajes alterados (piensen en Orson Welles con El cuarto mandamiento, Sam Peckinpah con Mayor Dundee, Billy Wilder con La vida privada de Sherlock Holmes…), así que imaginémonos, si acaso, en palabras de Erice ese final “con acento romántico en su búsqueda incesante, siempre hacia el sur, cada vez hacia el sur, hacia los misteriosos y sabios Mares del Sur de Robert Louis Stevenson


28/09/2023

Falleció el doble de Franco, Pepe Soriano

 




Hace un par de semanas fallecía el actor argentino Pepe Soriano, probablemente su nombre no suene demasiado, incluso nada según la generación, las noticias de agencias ponían en su titular que había fallecido el actor de La Patagonia rebelde y El último tren y en su país original se había sentido su muerte. Pero si les digo que él fue el doble de Franco en aquella divertidísima comedia de Antonio Mercero Espérame en el cielo ya les dirá algo.

Corría el año 1987 y a Mercero se le ocurrió llevar a la pantalla un argumento suyo en torno la vida de un doble de Francisco Franco, según contaba, le estaba dando vueltas a la idea desde que le explicaron el rumor de que un actor catalán (en según que escritos salen varios nombres: Julio Bustos, Mario del Busto, Julio Bastos) llegó incluso a suplantarle en una final de la entonces "Copa del Generalísimo" y a ser vitoreado en plena Gran Vía madrileña, pero este ya no podía más y lo dejó.


Con un guion bastante hábil en el que colaboró Romà Gubern que acababa de escribir Dragon Rapide y Horacio Valcárcel se optó en todo momento por una película cómica con algún que otro toque emotivo sentimental (recordadas son las escenas en que el doble se toca la oreja mientras lo filman en el NO DO para que su mujer (Chus Lampreave) sepa que no es el verdadero Franco y ser una especie de beso a lo que ella contesta : “Y yo a ti también”.

Tan solo hacía doce años de la muerte del dictador y Mercero confesaba que se preguntaba si no era muy osado realizarla, pero al no caer en ningún momento en cierta irreverencia ni entrar en el lado político se conseguía una película en cierto modo blanca y que tanto podía gustar a quienes aun sentían nostalgia de él como a sus más aferrados detractores. Y todo esto se conseguía porque según palabras del director, “este era un filme  sobre un supuesto doble de Franco, no sobre Franco, y la risa nos libera de muchos fantasmas, y eso es bueno para el país". Era la primera vez que se rodaba en el Palacio de El Pardo o en el yate Azor.

Y para buscar ese doble, se pensó primero en Alfredo Landa que hizo varias pruebas, pero que le reconoció a Mercero que no sería creíble. Entonces, se pensó en Raúl Sender, al que le encantaba cómo quedaba: “con esa calva que tiene y la nariz aguileña, conseguimos que se pareciera (…). Pero existía el problema de compatibilidad del rodaje con sus galas” Cabe recordar que por aquellas fechas salía en el "Un, dos tres" de TVE y era muy popular, por lo que era arriesgado dejarlo por la película.

Se desestimó la idea de que fuera Juan Diego (Franco en Dragon Rapide) ya que quería alguien de 50 años para arriba. Soriano, que era un total desconocido en España, hizo llegar un vídeo a Mercero a través de su amigo Héctor Alterio y le convenció, pero había un problema, tenía que engordar bastante, por aquel entonces el actor se había sometido a un severo régimen. Solucionado el problema, fue contratado.

"He necesitado engordar 12 kilos, me han rapado la cabeza, uso lentillas marrones y sobre todo llevo dos meses hablando incluso con mi mujer en impecable castellano y sin acento argentino.Además he visto infinidad de documentales de la época y he leído muchísimos libros sobre Franco". Al actor le preguntaban también sobre si la película originaría polémica, pero contestaba lo mismo que el director: “no pretendemos caricaturizar al general Franco, entre otras cosas porque no tiene sentido. Se busca hacer reír y reflexionar sobre la situación que vive mi personaje el sosia”.

Su preparación para interpretar tanto a Franco como al pobre doble Paulino se nota y es excelente, hasta tal punto que debería considerarse como uno de los mejores que ha habido, lamentablemente se le suele olvidar al ser una comedia. El actor contaba una anécdota de que un día en el rodaje se durmió en el despacho de Franco, al cabo de un rato unos turistas abrieron la puerta y se asustaron. Por lo tanto, he aquí una buena prueba de la convicción de su papel.

Soriano llevaba 35 años actuando en Argentina, se formó en el teatro universitario bonaerense donde llegó a representar más de 60 obras, tuvo amistad con Alejandro Casona con el que trabajó en algunos proyectos, la actitud contestataria del grupo donde trabajaba les costó la voladura de la sala por orden de la Junta militar de Videla. Regentó durante 2 años el teatro Margarita Xirgu que se encontraba en dos bajos del "Casal de Cataluña" donde se reunían los exiliados catalanes y en el que nunca llegó a poner los pies el embajador español. “Terminé participando en las reuniones que hacían en el centro catalán y aprendí a hablar algo en catalán y a bailar la sardana”. Su esposa tenía incluso varios familiares que vivían en la ciudad condal.

Confesaba que su visión de Franco era solo parcial, la que le habían ofrecido los exiliados, que eran muchos y profundamente antifranquistas. Para Soriano, le gustaba más que le preguntaran por el papel de Paulino, según él “ofrecía mayores dificultades, el de Franco no es más que una referencia histórica dentro del relato general”.

Al ser esta su primera aventura en el cine español tuvo muy buenas palabras para José Sazatornil “Saza” que interpretaba al patoso comandante Sonsoles, y reconoció que le había ayudado mucho.

A pesar de que no consiguió grandes papeles en nuestro cine, lo pudimos ver en varias series famosas por entonces, desde Historias del otro lado de José Luis Garci. Miguel Servet, La huella del crimen…Con Mercero volvió a trabajar en Farmacia de Guardia. En cine lo pudimos ver entre otras en Matar al Nani, El rey pasmado o La taberna fantástica. La añoranza por su país hizo que regresara.

Volví a ver el otro día Espérame en el cielo y sigue tan divertida como entonces, les recomiendo que la vean, aunque recuerden bien que la intención es la de hablar del doble y ofrecer una comedia para reír y reflexionar, no busquen una película política.


 

25/08/2023

Garcine: Una excelente exposición sobre José Luis Garci

 




Hará cosa de año y medio que en el programa de Cowboys de medianoche se esbozó la idea de una exposición sobre la obra de José Luis Garci coincidiendo con los cuarenta años del Oscar por Volver a empezar. A final se hizo realidad y en el Centro de Cultura Contemporánea Condeduque se exhibe esta hasta el 15 de octubre con el nombre de "Garcine", como sabrán los más cinéfilos, él siempre dice que el séptimo arte es una vida de repuesto, tal fusión con su apellido es plenamente acertada.

El pasado sábado la visité con altas expectativas, las cuales se cumplieron, durante una hora y media disfruté no ya solo repasando su filmografía, sino todas sus aficiones y su manera de entenderlas y concebirlas, ya sea el fútbol, el boxeo, su pasión por Madrid… Comisariada por Andrés Amorós, propone un recorrido cercano y entrañable que el visitante agradece. Aparte de los textos, vamos leyendo frases sueltas y pensamientos del propio director relacionadas con cada apartado.

Es de señalar, incluso, que la exposición también es un retrato de un tiempo y un excepcional documento con excelentes fotografías, al empezar vemos una de Martín Santos Yubero de la calle y el cine Narváez con el siguiente texto del director: hoy el tranvía 52 cruza la calle Narváez. Enfrente, el portalón del diario Pueblo, la tienda de comestibles y la lechería, el portal de mi casa, la frutería de Cayo y el bar de Bernal, que tenía futbolín. El dueño de la tienda de ultramarinos se llamaba Pedro, era del Atleti y despachaba siempre con una chaquetilla blanca, muy limpia. Como Pedro sabía que yo también era colchonero, siempre me daba algo, un pedacito de queso, una rodaja de chorizo o una chocolatina. Con razón Umbral escribió que «José Luis no es que escriba bien, sino que es un escritor»


La melancolía entrañable penetra con gran sensibilidad mientras se desgranan sus recuerdos, los cuales, gracias al cine, reviven sin necesidad de convertirnos en estatuas de sal.  La personalidad de Garci la vamos conociendo aun más gracias a sus anécdotas como cuando explica que se sentó entre Billy Wilder y David Lean a los cuales les contó  que era un guionista reciclado a director y que ya no sabía qué le gustaba más, si ir al cine o hacerlo, Wilder le contestó: "Hablar de cine".

Precisamente esto último, prácticamente sin parar, es lo que ha hecho el director, ha sido y es de las personas que más han enseñado a ver el séptimo arte muy especialmente con el programa “Qué grande es el cine” y sus continuaciones con otros nombres, actualmente Classics en la Trece. Pero su cinefilia también se extendió a la radio de la cual es un gran enamorado como ya demostró en Solos en la madrugada y en la rica bibliografía de la cual también hay un buen repaso en la exposición.

La figura de Garci también esta vista desde otras facetas como la pintura, encontramos un bonito cuadro cubista de García Meana.



Objetos personales, la máquina de escribir antigua y otra más “moderna” de donde han salido tantos guiones, fotografías familiares e importantes de su vida, sus amistades, Robert Wise le dijo: “eres uno de los nuestros”…Mientras lo vamos viendo, se escuchan varias bandas sonoras de sus películas y uno incluso hasta se para un momento para evocar todo ese cine que nos ha regalado el director y que tendrán un bonito homenaje al final.

No solo están sus películas, también sus trabajos en televisión como guionista de La cabina o dirigiendo Historias del otro lado. También hay facetas no tan conocidas como una fotografía de 1959 en el escenario del Teatro Parque Móvil poco antes de actuar en la obra de teatro  Escuadra hacia la muerte de Alfonso Sastre que cinco años más tarde dirigirá en el "Círculo Catalán" y en el "Teatro Club Atocha". 60 años más tarde volvería al teatro dirigiendo otra obra del mismo autor Cargamento de sueños en el "Teatro Español".

Y claro está, viene el repaso a su filmografía, con fotografías muy cuidadas de los rodajes que ya justificarían por si solas una exposición. No puede faltar el Oscar ganado por Volver a empezar y cantidad de detalles que creo que cuando uno los vea hasta tendrá ganas de repasar su obra.  Y esa música que va sonando tiene su explicación, sale de un minicine al final de esta donde entramos y vemos varios fragmentos de sus películas acompañados por las bandas sonoras, no hay los diálogos, lo que permite apreciar más la ambientación de estas, la fotografía o las expresiones de los rostros en sus películas.







Les recomiendo verla y ojalá se pudiera ver en otros puntos de España. Se les quedará guardada en la retina. Aparte de la exposición, quien tenga la suerte de vivir en Madrid puede repasar sus títulos en una programación en el mismo centro cultural.




 

22/06/2023

Centenario de José Luis Ozores: El fotogénico (1957)

 


Se celebra estos días el centenario de José Luis Ozores (Madrid, 18 de junio de 1923-Ib., 10 de mayo de 1968), La Filmoteca Española le dedica varias sesiones y charlas sobre él, su recuerdo sigue. Estuvo a las órdenes de directores como Neville, Bardem, Berlanga, Rafael Gil, Sáenz de Heredia, JM. Elorrieta, Rafael J. Salvia, Luis Lucia, Iquino…Quizá su papel más popular fue el de Recluta con niño (1956)bajo la dirección de Pedro L. Ramírez, uno de sus grandes valedores y del que Alfredo Landa protagonizaría un remake años después con Cateto a babor.

Así que he pensado esta semana en traer una película de él y no precisamente de las mejores ni de las más famosas, pero que sí reúne las características del personaje que caracterizaba. Se trata de El fotogénico de 1957 y dirigida por Pedro Lazaga, en ella interpreta a un pueblerino que acude a Madrid para presentarse a un concurso en el que buscan caras nuevas en el cine, de paso aprovechará para conocer a su idolatrada estrella, Carmen Reyes.

El argumento es de lo más previsible, funciona gracias a él que resuelve perfectamente toda una serie de equívocos que se dan y que provocarán si no una carcajada, por lo menos una sonrisa. En aquellos años Lazaga iba abandonando sus intentos de ser director/autor, pero su habilidad detrás de las cámaras no pasaba desapercibida y sus trabajos se multiplicaban, con la productora Hispamex firmó un contrato para tres películas: Roberto, el diablo (1956), adaptación de la historia de Antonio Guzmán Merino, y dos con José Luis Ozores: El aprendiz de malo (1957) y la que traemos hoy.

La película cuenta con Lolita Sevilla de protagonista, un intento de afianzarla en el cine y en papeles de comedia, pero no cuajó. Aquí intercala varias canciones, pero sus dotes como actriz quedaron olvidadas posteriormente, solo rodó después Lo que cuesta vivir (1958) y Habanera del mismo año. A lo largo de la película ofrece un papel algo antipático y distante, hay que decir a su favor que lo exigía el guion, en los momentos en que ofrece más dulzura, esta queda algo artificial, fue una de las posibles causas por las que El fotogénico no tuvo la popularidad de otras películas del actor.

Lazaga ya apuntaba varias de sus constantes posteriores, la imagen estereotipada del pueblerino llegando a la estación de Atocha y perdiéndose anticipaba a la de Martínez Soria en La ciudad no es para mí. Por otra parte, su cinefilia y conocimiento de todas sus dotes le lleva a rodar una de las mejores escenas del filme, aquella en que él observa una foto de la cantante que cobra vida y empieza a cantar en un decorado que el más cinéfilo reconocerá un homenaje a Cantando bajo la lluvia.

En el reparto encontramos a Antonio Ozores como representante de Lolita Sevilla, aquí ya exhibía, aunque no tan acusadamente como después, sus juegos con el lenguaje y aprovechar su físico para explotar al máximo su comicidad. También tenemos a José Luis López Vázquez como recepcionista del hotel en uno de esos papeles para llamar la atención con su sobreactuación buscada y que le irían dando paso al protagonismo en breve.

El fotogénico es una película con humor blanco, no esperen una gran comedia, entre otras cosas porque el guion firmado por José Manuel Iglesias (que escribió bastantes para el lucimiento de Marujita Díaz) no lo pretendía. Pero sí puede servir para ver a José Luis Ozores en todo su esplendor, un personaje que combinaba hilaridad y sensibilidad a la vez, yendo lejos hasta podríamos compararlo con el Bourvil francés con esa bonhomía compuesta por una ingenuidad ambigua o el Peter Sellers de El guateque por ser de esas personas que, como le pasaba a Michael Crawford en aquella serie de la BBC, había nacido estrellado.

José Luis Ozores era magnífico y su carrera seguro que hubiese tenido grandes actuaciones de no ser porque la enfermedad se cruzó en ella, una esclerosis múltiple comenzó a deteriorarle a finales de los 50, aunque él intentaba trabajar todo lo que pudiera. Postrado en una silla de ruedas declaraba que sus libros de cabecera eran La Biblia y Tres hombres en una barca de Jerome K. Jerome. El cariño de los espectadores se hizo patente en un programa de la Cadena Ser llamado "Ustedes son formidables" en el que se recaudó dinero para el actor que vivía con ciertas carencias al reducírsele los papeles.

En 1965, Joaquín Calvo Sotelo escribió expresamente una obra para él llamada El poder en que encarnaba postrado en la silla de ruedas al Príncipe Bruno conspirando y tramando para hacerse con el poder y que fue dirigida por Adolfo Marsillach. En cine se despidió dos años antes de su muerte con Hoy como ayer, una de las comedias más extravagantes de la época y de lo mejor del director Mariano Ozores 

 

 

 

04/05/2023

Última sesión (2012)

 


Semana mala para los clásicos europeos en Filmin, la sección de “últimos días” nos entristecía con una larga lista de películas que iban a desaparecer del catálogo. Algunas, por suerte, las teníamos en DVD, pero otras ni están ni se les espera, por lo que la única manera de acceder a ellas es mediante esta plataforma, ni TVE, ni la TRECE programan cine europeo en sus espacios cinéfilos, quién sabe si hasta puede ser haber sido nuestro último visionado en más de una, algún día ni los programadores las conocerán…

Tal sección contrasta con la de “últimas subidas” donde van apareciendo clásicos que ni siquiera ellos los publicitan, mezclados con estrenos que pasaron desapercibidos .Mientras los repasaba, me llamó la atención una película española del 2012 llamada Última sesión y vi que en la carátula aparecía Paco Morán. Al ser el año de su fallecimiento pensé en un primer momento que se trataba de un documental, pero no, es un modestísimo film de un director que entonces debutaba y que no continuó después llamado Francesc Páez y que narraba la última noche en un cine ubicado en Mataró.


Paco Morán, como ya sabrán, fue un hombre de teatro, sus incursiones en el cine se dieron más bien en papeles secundarios, algunas en películas con renombre, desde clásicos patrios como Los cuervos de Julio Coll, Rey de reyes de Nicholas Ray, El valle de las espadas de Javier Setó…Su popularidad le vino en los espacios teatrales de TVE. En los 70 se fue a vivir a Barcelona donde se convirtió en uno de los rostros habituales de la cartelera de la ciudad condal, incluso ya en su etapa final saboreó el éxito como pareja artística de Joan Pera.

Ignacio F. Iquino intentó que Morán se dedicase más al cine en los 80 y rodó dos comedias con él de protagonista: Un millón por tu historia y Dos pillos y pico. Pero el público prefería verlo en la escena, el cine español estaba cambiando y aunque Iquino era todo un maestro en encontrar fórmulas comerciales, aquí no la encontró. Para volver a verlo en la pantalla grande tuvimos que esperar a una “superproducción” catalana de Francesc Bellmunt, Monturiol, el señor del mar donde de nuevo aparecía brevemente.


La intervención del actor en Última sesión (2012) fue gracias a que un día su director, que entonces estaba de empleado donde Morán llevaba el coche a lavar, se atreviera a presentarle un guion. Lo leyó en un día y le dijo que adelante, ni siquiera cobró y dejó su casa para ensayar, según cuenta Francesc Paez: Era muy generoso (...), lo hacía todo fácil, más fácil para los demás. (...) Él tenía muchas ganas de hacer algo dramático" Su papel era el de Mauri, un acomodador cuya vida se desvanece al cerrar el cine en el que ha estado trabajando durante 40 años, junto a él discurren otras vidas como las de Teresa, la mujer de la limpieza; Bruno, el proyeccionista; Carol, la boletera que sigue enamorada en secreto de este…

Es una película sencilla hasta el extremo, el guion no acaba de coger fuerza hasta prácticamente la mitad, cuando no está Morán pierde, pero con esto no quiero decir que esté mal, incluso valoro positivamente que en apenas 78 minutos se cuenten las otras historias de los demás, aunque sean más bien pinceladas, especialmente me gusta el personaje de Teresa y sus silencios. Es de destacar el uso que hace de la noche, casi como una metáfora de ese mundo aparte de reloj parado que es esa sala. Desprende cinefilia con conversación en la que él recuerda el estreno en 1953 de Los sobornados, un cartel de Jennie en las escaleras, las hojas del guion de la historia de la sala para que pueda ser una película…

Va caracterizado como un acomodador clásico, recuerda cuando iban los críos y tenía que poner orden, el niño al que le dejaba colar a cambio de una piruleta…Es incapaz de hacer frente a la nueva situación y se emborracha, con su periquito mantiene conversaciones en las que desprende cierto hartazgo de la vida. La emotividad del filme se va intensificando, aunque desde una barrera algo gruesa, no provocará lágrimas, se distancia aquí del esquema de  Cinema Paradiso 

Rodada en el 2007, tardó hasta cinco años en estrenarse y fue en un mes de agosto, unas semanas antes había fallecido el actor y su estreno fue concebido como un homenaje póstumo en el cine Alexandra, ya sabemos que en este país uno ha de morir para que te rindan algunos honores. Sin querer, fue la verdadera última sesión con Paco Morán, aquí bien lejos de hacernos reír, como si viéramos en su rostro también el reflejo de lo que serían estos últimos años donde multitud de salas han cerrado, la pandemia ha originado un antes y un después y el cine, tal y como lo hemos conocido, agoniza.

Échenle un vistazo si pueden, Última sesión no pasará a la historia del cine, ni es buena ni es mala, fue un intento loable por parte de su director  de querer homenajear esas salas que llevamos dentro y que los más jóvenes no podrán nunca recuperar porque no tuvieron la oportunidad de conocerlas.

16/03/2023

Calabuch: De ilusión también se vive

 



Acercándose las Fallas e intentando pensar en alguna película inexistente que las reflejara, lo más cercano que me ha venido era el cine de Berlanga, así que esta semana repasaremos una de sus películas quizá más infravaloradas, Calabuch. Nos situamos en 1956, fecha clave en la que Berlanga y Bardem presentaban sus películas por separado tras constituir esa pareja feliz, el segundo con Calle Mayor

En más de una ocasión he criticado en estas líneas el reduccionismo tan típico de hoy en día de solo hablar de obras maestras, incluso cuando no se habla de ellas se aplica tal término. Al hablar de Berlanga se suele producir una disyuntiva: ¿Cuál es la mejor, Plácido o El verdugo? Y nos olvidamos de tantas otras que sin llegar a tal consideración son notables: Vivan los novios, La escopeta nacional, La vaquilla, Calabuch... Sí, ¡Calabuch!, probablemente, la gran olvidada de estas listas tan de moda últimamente.

Calabuch también era en parte menospreciada por su director, “demasiado blanda” decía. No hay que hacer mucho caso de esto, todo director siempre tiene una obra distinta en su cabeza de la que acaba rodando y es lógico que acabe repudiándola. En cuanto la crítica hubo de todo, famosa es la (injusta y desproporcionada) frase que le soltó Truffaut: “Viendo esta película uno desea que la bomba atómica caiga por fin, pero sobre la cabeza del director”, pero en general la crítica fue buena.

Los carteles publicitarios de la época en los cines invitaban a pasar dos horas en el pueblo “más feliz de la tierra”, la Oficina Católica Internacional del Cine (OCIC) la premiaba en el Festival de Venecia, en aquel año el premio a la mejor película del festival quedaba desierto, por lo que este tuvo más relevancia y de paso sirvió para que la censura no actuase mucho en ella.


A pesar de que hará casi siete décadas de su realización, Calabuch no ha perdido interés, decía el crítico de entonces del ABC, Donald, que todo era tomado con humor excepto la bondad y la paz. Lo más seguro es que ese pueblo no fuera ni mucho menos el paraíso, ya se encargaba el guion de decírnoslo por boca de la maestra, pero sí quedaba reflejada esa solidaridad de un lugar humilde con personajes entrañables. El momento en que se lanza el cohete y vemos las letras del pueblo emociona, y ya podía comentar Berlanga lo que quisiera, es uno de los momentos cumbre de su filmografía.

Calabuch contó con varios guionistas, la historia original era de Leonardo Martín, el cual acabaría escribiendo guiones de películas con cantante: Cuando tú no estás, La vida sigue igual, Los chicos con las chicas… Luego encontramos los nombres de Florentino Soria, habitual co-guionista y llama la atención el de Ennio Flaiano, inseparable de Fellini y que hasta Giulietta de los espíritus participaría en sus guiones, pero en su haber hay grandes comedias como esa Guardias y ladrones de Mario Monicelli, incluso trabajó con Antonioni en La noche. El propio Berlanga también estuvo escribiendo el guion…

Cuando me sueltan la pregunta de Plácido o El verdugo a veces contesto Calabuch. Ya no sé si queriendo o no, a Berlanga le salió redonda la ironía, ya por comenzar tenemos a Edmund Gwen como protagonista, los más cinéfilos lo recordarán como el Santa Claus en De ilusión, también se vive (título que se amoldaría perfectamente aquí), pero es que el actor venía de trabajar en La humanidad en peligro dando vida al Dr. Harold también en otra particular lucha contra la radiación atómica. 

¿Qué es exactamente el pueblo de Calabuch? Nos lo podemos preguntar en cada visionado y reflexionar, ¿una arcadia levantina?, ¿nuestro peculiar "Shangri-La"?, ¿una utopía?, ¿o simplemente un retrato de esa España de 1956 que a pesar de los años sigue teniendo muchos puntos en común e incluso hasta peores? En fin, la lista se haría eterna.

Lo que está claro es que en Calabuch hay los cimientos de la obra berlanguiana, la solidaridad en grupo como sucede en el resto de su filmografía fracasa, Berlanga haciendo uso del sarcasmo decía que eso lo diferenciaba de Bardem ya que este al creer en el marxismo rechazaba tal planteamiento. Jorge en un momento del filme dice que le gusta Calabuch porque aquí cada uno hace lo que quiere. El director argumentaba que era su única película por la que se le podía acusar de “escapista”, es una obra que tiene varias lecturas, incluso la censura no cayó mucho en ella y eso que toca diferentes pilares de la época.

Sigamos visitando pues este amable, o quizá no tanto, pueblo de Calabuch y fijémonos bien en cada rincón…

16/02/2023

Marathon (1993): La dura prueba olímpica de Carlos Saura



Carlos Saura rodando Marathon en 1992 


El pasado viernes fallecía Carlos Saura, la casualidad quiso que el mismo día coincidiera con la muerte de Hugh Hudson, el director de Carros de fuego. Del segundo apenas se habló, su filmografía fue como una gaseosa, tras su oscarizado film le llegó otro gran éxito Greystoke, la leyenda de Tarzán, el rey de los monos, sin embargo un año después fracasaba estrepitosamente con Revolución, filme sobre la Independencia de los EEUU que contaba con un reparto encabezado por Al Pacino, Donald Sutherland o Natassja Kinski, incluso provocó que su actor principal se retirase momentáneamente del cine hasta Melodía de seducción

Hudson siguió, pero en un segundo plano, algunos documentales o películas anodinas como Nuevos rebeldes en 1989. Más de uno estará pensando por qué me pongo a hablar de Hudson y no de Saura, pido calma ya que todo tiene una relación. Volvamos a la fecha donde lo había dejado, empezaban los 90 y al cabo de dos años los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, alguien pensó de nuevo en Hudson y lo contrató para que filmase la película oficial de las Olimpiadas teniendo en mente su oscarizada película, que a pesar de la decadencia de su filmografía, seguía bien viva en la memoria colectiva.



   

 El director aceptó, pero al cabo de un tiempo renunció al no aceptar que le impusieran técnicos españoles que no eran de su confianza, él solo dirigiría con los suyos. Había que buscar otro nombre y el elegido fue Carlos Saura, nombre propuesto por el coproductor del filme Andrés Vicente Gómez tras una reunión del Comité Organizador Olímpico de Barcelona (COOB). Para Saura fue una sorpresa, pidió el guion y dos días para pensárselo. El guion llevaba por título Marathon (Las llamas de la paz) y estaba escrito por Melvyn Bragg que contaba en su obra con Isadora, La pasión de vivir o Jesucristo Superstar. Estaba concebida como una mezcla de documento y de ficción, se pensó en Sean Connery y Antonio Banderas para el reparto, su presupuesto era de unos 900 millones de las añoradas pesetas. 

 El 14 de julio de 1992 y tras el sí de Saura, este se puso a trabajar en ella, la rueda de prensa para hablar del rodaje fue multitudinaria, la prensa llegó a comparar al director con una estrella hollywoodiense por su recibimiento y la expectación creada con esta película. Pero poco a poco se fue desinflando el proyecto inicial, el director dejó bien claro que el guion leído era “muy complejo y laborioso”, que no contaría con Sean Connery porque “la apariencia física de un actor tan conocido destruiría toda la continuidad narrativa. Vendría a ser un número de circo innecesario”. El director aragonés se mostraba enfadado ya que la "Asociación Catalana de Productores Cinematográficos y Audiovisuales" criticó su elección, en una nota se podía leer que Saura era “un director de tipo intimista que había fracasado cuando había pretendido filmar temas más épicos”. Tal nota provocó la dimisión del director del "Instituto de Cine Catalán", Joan Antoni González.

 La estructura del guion reescrito estaría formada por una serie de historias paralelas iniciadas por Filípedes, soldado griego que tras recorrer 42 kilómetros para anunciar la victoria de su ejército sobre los persas, murió. Reiteró que no necesariamente toda la película sería sobre deporte, quería también enfocar el esfuerzo de Barcelona para la organización de los Juegos. Descartó también que otros actores salieran por la misma razón que había rechazado a Connery y desveló que esta había sido su condición para aceptar dirigirla: "Se trata de una película sobre los Juegos y en la que se pretende destacar el esfuerzo y la vida muy solitaria de los corredores del maratón”. No obstante, la película podía variar porque se tenía que ceñir a solo 100 minutos y la cantidad de metraje tendría que ser forzosamente manipulado, incluso llegó a decir que se planteaba rodarla en blanco y negro porque criticó que las mejores imágenes las tendrían las televisiones, ya que estas ocuparían mejores lugares para filmar y que tendría que recurrir a lo que no se muestra como los momentos de descanso, la preparación física, etc.

 La verdad es que Saura se encontró con una buena prueba, la de querer filmar una película de autor cuando se pretendía algo más comercial, incluso la productora se empeñaba que diera vuelta atrás y aceptara a Antonio Banderas, pero tal y como dijo Andrés Vicente Gómez: "Saura es muy aragonés y no cambiará de opinión". En cada rueda de prensa le preguntaban lo mismo, incluso en una le sugirieron filmar a algunas de las estrellas hollywoodienses que estaban en Barcelona viendo los juegos: "Prefiero filmar una entrevista con un atleta que con Jack Nicholson. No ruedo un filme de sociedad

 Saura se mostró sorprendido con "La fura dels Baus" que calificó de fantásticos y extraordinarios y que recrearían la batalla entre persas y griegos que supuso la revelación de Filípedes. Zanjó la polémica de las imágenes y el conflicto con las televisiones asegurando que estaba satisfecho con lo que estaba obteniendo. Insistía en querer reflejar su preocupación por el ser humano: “el deporte es una cosa muy bárbara, algo animal, porque la gloria está en función de décimas de segundo, el que llega antes es el que corre más. También por eso, creo que tiene mucho de infantil” También aprovechaba para reflexionar sobre el papel del cine: “parece que el cine tiene una simplicidad infantil, falta ansiedad para hacer una película, es una sensación que no puedo explicar, está moribundo contar las mismas historias, prefiero a alguien que cuente algo, aunque sea imperfecto, pero que de verdad lo sienta y exprese. Me molestan los guiones de hierro, las películas en las que ya sabes lo que va a pasar”.(…) “El mundo del cine como el de la literatura pide esfuerzo y dedicación, que marque la diferencia con la mediocridad y el aburrimiento que nos ofrece el mundo de la televisión, el cine ha de ser inteligente y sensible ante la superficialidad actual que nos ofrecen los concursos baratos y los culebrones malos, que sea la base de nuestra cultura moderna y también de nuestra existencia

 Llegó el mes de septiembre del 92 y el director anunció que el rodaje se alargaba hasta finales de año mientras presentaba su documental Sevillanas en Venecia: "hoy estamos en lo que se podría denominar una segunda fase, primero rodamos imágenes documentales de los juegos y esto lógicamente está acabado. Además de todo el material rodado, que será muy difícil de montar, tenemos a nuestra disposición las imágenes de la maratón que aparece en todos los anteriores filmes olímpicos. No me interesa tanto la figura de los ganadores como la de los otros atletas que participaron. Antes de la carrera, los expertos me diseñaron los favoritos y ninguno ganó, viajaremos a diversas ciudades del mundo para entrevistar y filmar a varios atletas".

 

Sin embargo, las fechas no fueron como dijo y Saura interrumpió el montaje en noviembre del 92, lo justificó porque tenía comprometido, antes de aceptar la dirección de Marathon, el rodaje de Dispara, coproducción hispano-franco-italiana, aseguraba tener ya más de la mitad del camino recorrido, lo que le faltaba era decidir por dónde iba a ir el largometraje porque “todavía estoy un poco abrumado ante la cantidad de material, sobre diez horas de montaje que es a lo que quiero reducir todo lo que tengo, haré una segunda reducción para obtener una hora y cuarenta minutos que será la duración aproximada del largometraje"

Puntualizó varios cambios efectuados hasta el momento, decidió incluir una voz en off que apoyase las diferentes partes de que constaba el filme, quedaba en una incógnita la participación de la Fura dels Baus que Saura daba como segura en agosto: “no lo tengo claro ahora, debo visualizar todo para comprender lo que quiero hacer, que es algo más que un documental, pretendo opinar sobre lo que he visto en Barcelona, el material es tan rico y abrumador que no sé aún cómo canalizaría mi colaboración con con La Fura, necesito reflexionar para completarlo todo. En cualquier caso, queda la intención primera de no llevar a cabo una historia épica ni grandilocuente, sino un filme formalmente extraño en el que se mezclarán, sin pudor, vídeos, fotografías e imágenes documentales para hablar de lo que duele y conmueve” 

Andrés Vicente Gómez
Empezábamos el 93 y vino otro problema, Andrés Vicente Gómez anunciaba en marzo que paraba la
película por falta de subvención. El productor había solicitado 85 millones y, al ser rechazados, paró en secreto la película, la carta que envió al ministro aseguraba que no había recibido dinero del COOB, tan solo facilitar el trabajo al director. Esta fue solo una de las múltiples aclaraciones que se tuvieron que hacer, varios miembros del comité de selección de subvenciones se opusieron a la concesión de la ayuda ya que no estaba muy clara la financiación en la que habían colaborado Iberoamérica Films, Ovídeo y Lola Films. Gómez dijo que llevaba gastados 400 millones y le faltarían unos 100 para poder acabarla.

 El consejero delegado del COOB Josep Miquel Abad tildó de incomprensible que el Ministerio de Cultura no diera la subvención, el ministro Solé Tura achacó a los representantes catalanes en el Comité asesor de ayudas a la Cinematografía del ICAA el rechazo, estos en una nota dijeron que el proyecto de Marathón fue rechazado de entrada por el grupo de trabajo de guiones del comité por defectos de forma en el guión presentado, ya que no se ajustaba a lo rodado, y no por el grupo encargado de proyectos catalanes de acuerdo con los criterios de evaluación establecidos por el ICAA. Finalmente el culebrón acabó con la subvención dada en junio y el ministro explicando que la no concesión fue por causas burocráticas, pues la petición formal no se ajustaba al reglamento.

 La película finalmente se acabó y se anunció el estreno el 25 de julio de 1993 coincidiendo con el aniversario de los JJOO. Andrés Vicente Gómez aseguró que esta vez Marathon  recibió la ayuda ministerial por sus protestas de hace unos meses y porque la productora había presentado como domicilio social de la cinta el de Madrid y no el de Barcelona porque en la anterior ocasión eran dos miembros catalanes de la Junta los que se oponían  para que hubiera otras películas catalanes subvencionadas, puntualizó que a  pesar de la subvención no recuperaría la inversión. Habría un preestreno en Lausana el 22 de junio que contaría con Juan Antonio Samaranch y Pasqual Maragall. La carrera comercial del filme no sería hasta después del verano.

 

Vino el prestreno y hubo opiniones más bien frías, unos alababan la belleza formal de las imágenes, pero se echó en falta la ausencia de muchos deportes y especialmente del espíritu ciudadano. Saura explicó dicha ausencia argumentando que la repercusión de Barcelona 92 estuvo machacada por las transmisiones televisivas y razonó su preferencia por el atletismo debido a que es un deporte que él practicó y que es en su opinión el que mejor reflejaba lo que eran los juegos. Tal frialdad en las opiniones motivó que se solicitaran modificaciones para el estreno que tendría lugar el 25 de julio en el Palau Sant Jordi de Barcelona, se obligaba al director a que aligerara al menos en 10 minutos la parte que se dedicaba al atletismo e incluir por sugerencia del COOB el tema “Amigos para siempre”. El presidente de la Federación catalana de natación David Moner declaró que estaba claro que “Saura era de secano” visiblemente molesto al no incluir apenas imágenes de la piscina olímpica. 

La reacción del director fue negativa al decirle que tenía que cambiar la película, aunque al día siguiente admitía la posibilidad de aligerarla. La reacción del público en su estreno fue fría, Saura dijo no sentirse afectado por determinados comentarios, en el plano de la política, el presidente de la Generalitat Jordi Pujol, destacó que la cinta le había permitido revivir lo que pasó hacía un año y disfrutar todavía más de la ceremonia inaugural y que reflejaba los aspectos humanos de los deportistas, el alcalde de Barcelona Pasqual Maragall evaluó que la cinta era de gran profundidad sobre todo por el reflejo de la victoria y la derrota, pero encontró a faltar la ciudad, el ministro de Comercio y Turismo Javier Gómez Navarro destacó que la producción le había gustado más en esta versión que en la que había visto en Lausana: el recorte de escenas había beneficiado porque con la inclusión de otras se resaltaba la epopeya y la lírica del deporte", el portavoz del grupo popular Alberto Fernández Díaz reiteró que era una película excesivamente larga y que no recogía el calor humano de una ciudad que se volcó en el evento olímpico. 

Los diarios reflejaban la decepción con el filme: Un documento sin ideas innovadoras titulaba Quim Casas en "El Periódico" que había defendido al director desde el principio, el "Avui" cargaba duramente, su crítico Joan F. Molina escribía que la impresión que daba era la de una competición de atletismo entre EEUU y el Estado español en una ciudad donde solo se habla en castellano, “Marathon inútil” escribía Àlex Gorina en la "Guía del Ocio", el crítico fue duro con el cineasta: “Hace años que no se sabe qué historia nos está contando, ni lo que le interesa y Marathon es el perfecto símbolo de su despiste integral"

Andrés Vicente Gómez defendió que tanto Pasqual Maragall como Joan Antoni Samaranch habían
hablado bien de la película y calificó de paletos a los miembros de la Asociación de Productores Catalanes en el Festival de San Sebastián que criticaron la elección del director. Saura suavizó el enfado del productor y argumentó la ausencia de la ciudad: "Para mí, Marathon es un acto de amor a Barcelona y creo que Barcelona está presente en cada metro de la película. Es una ciudad que quiero y encontré en ella toda la colaboración. Ahora bien, un documental sobre la Barcelona que vivía los JJOO sería otra cinta" y advirtió sobre los peligros de "los chovinismos"

Pero la polémica siguió acompañando a la película, problemas en la distribución que no creía en su comercialidad impidieron su estreno en cines, TVE la emitió al cabo de unos meses, lo cual provocó que el Ministerio de Cultura amenazara con quitarle la subvención, hubo otro cruce de acusaciones en los que Andrés Vicente Gómez aseguraba que aun no la había recibido y la tele pública se defendía diciendo que había pagado 150 millones a la productora por emitirla y que en el contrato no especificaba nada de cuándo se tenía que emitir. 

Con este post, he querido homenajear a Carlos Saura, ya que creo que refleja muy bien lo que un cineasta de autor ha de soportar. La película al cabo de 30 años está completamente olvidada, ni se cita su trabajo que podría gustar o no. Apenas he encontrado imágenes de ella en el Youtube.  Se puede ver entera en:


Carlos Muñoz Muriedas

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...