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26/09/2024

La noche de Varennes (1982)

 


Seguimos con los centenarios esta semana, esta vez toca el de Marcello Vincenzo Domenico Mastroianni más conocido como Marcello Mastroianni que nacía un 28 de septiembre de 1924 en Fontana Liri (Italia) y que falleció el 19 de diciembre de 1996. Trabajó bajó las órdenes de los grandes: Visconti (Noches blancas), Fellini (La dolce vita, 8 y medio…), De Sica (Matrimonio a la italiana, Ayer, hoy y mañana), Antonioni: (La noche)... Y otros nombres que han ido cayendo en el olvido en las últimas décadas, tales como Monicelli, Risi, Comencini, Blassetti, Germi, etc. Entre ellos está el de Ettore Scola y que formó otro gran dúo con el actor, películas como Una jornada particular, Macarrones, Splendor

En 1981 rodó La noche de Varennes, un curioso filme histórico en el que un viaje en diligencia desde París a Verdún de un variopinto grupo el 20 de junio de 1791 servía como medio para recordar las circunstancias históricas que rodearon la frustrada fuga de Luis XVI y María Antonieta. Entre ese abanico de personajes teníamos al escritor y liberalista Restif de la Bretonne (Jean Louis Barrault), el ensayista político Tom Payne (Harvey Keitel), una aristócrata (Hanna Schygulla), un estudiante (Pierre Malet)… A ellos se añadía Giacomo Casanova, papel del que dijo el director que solo podía haber hecho Marcello Mastroianni y que creo que es de sus mejores caracterizaciones.


Más de uno al leer la sinopsis le habrá venido a la cabeza La diligencia de John Ford que a la vez ya saben que venía inspirada por el cuento Bola de sebo de Guy de Maupassant, a Scola se lo recordaron bastante y él contestaba que aunque no fue el modelo, sí que estaba en el inconsciente y añadía un irónico: “¿Quién no la tiene?”. El guionista Sergi Amidei que había trabajado con Roberto Rossellini o De Sica firmó su obra póstuma, si se fijan en los créditos verán que está dedicada a él ya que falleció en pleno rodaje.

Recuerdo cuando en la EGB tocaba el tema de la Revolución Francesa y la profesora recomendó este título ya que la emitirían en la 2 próximamente, pero nos dijo que narraba la fuga del rey y era entretenida,  así que me lo imaginé en plan western huyendo y sorteando todo tipo de aventuras como un John Wayne defendiéndose de los indios, cuando por fin descubrí La noche de Varennes me llevé un pequeño chasco, solo veíamos sus pies y hacia el final, el resto eran los diálogos de toda esa gente interesante.

Cuento esa anécdota porque puede costar en un principio situarse, pero el espectador que quiera saber de historia no va a quedar decepcionado, todo lo contrario, asistirá a toda una lección y lo que es más importante, a reflexionar sobre esta. Si Scola nos había mostrado en Una jornada particular que la Historia afectaba a un individuo, aquí el individuo incide en esta y es que fue el mismo pueblo quien detuvo a Luis XVI. Aparte, el guion y la plasmación del director era desde cierta distancia, él hablaba de que estaba al lado de todos: “Ellos hablan de ideales como de un modo de sentirse en paz consigo mismos, de sentirse seguros. Lo que cuenta, en mi opinión, es enfrentarse con uno mismo (…) y ver si se está o no en armonía con lo que sucede alrededor.”

Estando acostumbrados hoy en día a la subjetividad cuando se presenta algo y al partidismo, lo cual es peor, se agradece esta cosa tan rara en nuestros días llamada objetividad. De ahí que uno de los personajes que se lleva mayor protagonismo sea el de Restif de la Bretonne (Jean-Louis Barrault) que reconoció los méritos de la Revolución Francesa, pero que se preocupó también en conocer a sus oponentes y poder comprenderlos.

Pero es obvio que a pesar de la genialidad en que le vemos y escuchamos, el personaje que se come a todos los demás es el de Giacomo Casanova y es que Mastroianni daba otra lección de interpretación, su personaje ya envejecido reflejaba en cada fotograma su cansancio y visión sarcástica de la vida, Scola nos lo presenta, ya desde el principio, arreglándose la peluca y ayudando al escritor para que suba en esa diligencia. Es tal la grandeza que hasta se permite romper la cuarta pared y decirnos cuándo morirá este. A tenor de esto, el director expone el film como si de un espectáculo de linterna mágica se tratara con el prólogo y el epílogo y parar de tanto en tanto para dar algunas explicaciones que no resultan nada pedantes, se concebía como un homenaje a los enciclopedistas. Con esto se reivindica el papel del cine como arte didáctico, aspecto muy olvidado en los últimos tiempos con la concepción peyorativa del cine solo como entretenimiento

Los diálogos de Casanova con el resto de los personajes tienen un tono irónico que ayudan aun más a que disfrutemos de su actuación, cuando el escritor siente necesidades fisiológicas y le exclama que maldita vejez, él le contesta con un “se nos castiga de donde más hemos pecado”, en otro momento se sorprenden que coma tanto y su respuesta es la de “sí, incluso cuando tenía otros placeres”, memorables también sus contrarréplicas al personaje del estudiante (quizá el menos tratado) cuando sentencia que el pueblo es el más tiránico de los soberanos.

En fin, que si quieren disfrutar de una gran actuación de Mastroianni para este centenario, creo que La noche de Varennes les va a satisfacer plenamente, además de poder gozar de Harvey Keitel o Hanna Schygulla entre otros. Por cierto que el actor Jean Louis Barrault, que interpreta a Restif se le apodó como el Laurence Olivier francés, no se prodigó mucho en cine, aunque lo vimos en grandes títulos como Los niños del paraíso, La ronda, Diálogo de Carmelitas o El día más largo. Para verla, se editó hace pocos años en DVD y Blu-ray por Divisa y aun está a la venta, solía estar en alguna plataforma como Filmin, pero, ahora mismo, no.

Si algún día desaparece el formato físico definitivamente, este tipo de películas correrá la misma suerte...

19/07/2023

La Marsellesa de Renoir

Suelo en este blog repasar efemérides y como el 14 de julio era el Día nacional de Francia ya que conmemora la Toma de la Bastilla me fui a mi videoteca particular a ver una relacionada con el tema, esta vez le tocó a La marsellesa (1938) de Jean Renoir, quizá no sea de sus obras más valoradas, algo que, tras finalizar el visionado, lo encuentro bastante injusto.

 Se trata de una exaltación de la Revolución Francesa, pero para nada es el panfleto con el que alguno suele rebajar la calidad de este film. Para ver esta película, y todas las que un cinéfilo quiera analizar correctamente, hay que situar la obra en su contexto, algo que se olvida actualmente en todas las corrientes, Renoir quiso establecer una similitud entre aquellos acontecimientos y la llegada al poder del Frente Popular de las izquierdas durante esa época, el objetivo no era otro, claro está, que transmitir esperanza al espectador.

La Segunda Guerra Mundial estaba muy próxima y en sus películas lanzaba valores como la paz o la hermandad entre clases antagónicas como en la inolvidable La gran ilusión. Renoir estaba involucrado por entonces con el Partido Comunista, este entendía que la Revolución podía unir perfectamente el sentimiento nacionalista de todo el pueblo con la identificación popular.


   

 Para rodar la película se recurrió a una suscripción que en algunas copias aun vemos anunciada, el Frente Popular la planteaba como una necesidad colectiva de los franceses, pero el tema escogido necesitaba más dinero, así que la CGT tuvo que acabar financiándola.

 La copia que se estrenó en Francia no llegaba a los 100 minutos, hubo que esperar a 1967 para verla íntegra. En nuestro país llegó en 1972 en salas de arte y ensayo. Pese a todo esto, vuelvo con el tema del "panfleto", si Renoir lo hubiera rodado así, hoy en día no tendría el nombre que tiene, evidentemente que había una intención, pero todo gran autor sabe respetar al espectador que es quien debe valorar el filme y él lo sabía muy bien.

 Decía el director: La función es ante todo mirar el mundo tal como es, intentar verlo sin poner por medio cristales de color. Ver el mundo con ojos desnudos puros (…). Los espectadores sorprendidos, porque no están acostumbrados por esto, puede que digan: “esto no es verdadero”. Y esta función tiene un nombre (…): desmitificación” 

El guion se centraba en la marcha de un batallón de marselleses hacia París, cuando hacía ya algunos años que la Revolución había iniciado. Renoir daba pleno protagonismo a cada capa social: los campesinos, el clero, los aristócratas, el Rey Luis XVI...

   

 A este último lo vemos plenamente humano, ni tan siquiera le inquieta la toma de la Bastilla, prefiere hablar de su afición por los tomates o de que hay que cepillarse los dientes, al contrario de lo que le dice María Antonieta. Una de las mejores escenas es aquella en que pasando revista, se da cuenta que lleva la peluca al revés.  Más allá de si había una parodia ahí, Renoir apostaba por humanizar los personajes.

 La Marsellesa tiene otra particularidad, oímos a los protagonistas sin amoldar sus voces, es un sonido directo, Renoir odiaba todo aquel proceso posterior de sincronizar el sonido o doblar posteriormente.  Durante el metraje, los personajes más populares alzan la voz, hablan espontáneamente...

   

 El director intercala diálogos que cualquier película histórica convencional rechazaría como hablar sobre los pies y cómo cuidarlos en plena marcha de los Federados hacia París. Esto tiene más valor aun cuando el 75% del diálogo estaba extraído de documentos históricos.

 Incluso lanza a través de uno de sus personajes principales una critica hacia el himno: "Hay algo en esa canción, algo salvaje y grandilocuente que no me gusta nada”. Luego tal personaje niega haberlo comentado. La Marsellesa fue alabada por Bazin o Truffaut entre otros, véanla y analicen cómo Renoir se acerca a cada clase social con respeto, aunque difiera de sus pensamientos, más allá de estos hay también una profunda introspección de cada individuo. Rebajar el filme a panfleto es no haberlo visto o no saber captarlo. El director comentaba: “no creo que la monarquía cayera solamente a consecuencia de los ataques populares, cayó porque tenía que caer, porque había llegado a su fin, y tenían que llegar los otros, aunque no siempre suceda así, el mayor éxito de los revolucionarios es llegar a tiempo, saber cuándo hay que hacer la revolución” La tienen en Filmin y editada en DVD y Blu-Ray por Divisa.

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...