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23/02/2023

¡Gracias, Spielberg!

 




Esta semana he ido a ver Los Fabelman de Spielberg, gran acierto el del director al evocar su infancia con aquella primera vez que fue al cine para ver El mayor espectáculo del mundo de Cecil B.DeMille, a aquel niño le impactó la escena del tren y la quiso rodar con uno de juguete, de ahí salió su pasión por querer hacer cine. 

Personalmente, le tengo mucho cariño a aquella película, la cual ya me viene de infancia, mi abuela y mi madre me contaban que la iban a ver a un cine de reestreno en el barrio de Gracia de Barcelona que se llamaba Comedia (no confundir con el del Paseo de Gracia). Por la descripción que recuerdo, era una sala muy modesta, pero aquello no era tenido en cuenta, la magia del cine hacía olvidar sus pobres condiciones y el recuerdo de poder tener contacto con el séptimo arte es lo que perduraba. La ilusión con la que recordaban siempre el espacio quizá me hicieron aficionar a querer las buenas películas y el cariño por el recuerdo de mi barrio.

La nostalgia para nada es mala siempre que la sepamos dosificar, a pesar de que, como su etimología indica, hay dolor. El cine de Spielberg siempre la ha utilizado y con gran sensibilidad, en una reposición de ET, la sala era un valle de lágrimas. En Los Fabelman ha querido autobiografiarse y reivindicar ese cine que tanto le marcó.

Sus películas  han sido siempre un gran antídoto contra la decadencia que el cine ya presentaba en los 70 cuando la televisión le iba ganando batallas, aunque no la guerra.Ver Tiburón en una pantalla grande no era lo mismo que en televisión, recuerdo cómo se reflejaba aquel azul en la sala donde la vi, el impacto y el suspense que suponía... O luego con los Indiana Jones que evocaban una película de aventuras de cine de barrio que se llamaba El secreto de los incas con un Charlton Heston vestido igual que aquel Harrison Ford, largas colas y ganas de que se estrenara, a los de mi generación les marcó, y a las anteriores también, era reivindicar ese cine que tanto nos entretenía y que no estaba reñido para nada con el de autor.

Precisamente, si hay un director de cine clásico con el que más se le puede comparar es con Cecil B.De Mille y su manera de concebir el séptimo arte como un auténtico espectáculo, acuérdense de la frase que siempre soltaba: "La película ha de comenzar como un terremoto e ir a más” De Mille distraía y a la vez proporcionaba obras notables, aunque para los más puristas tal vez no fuera un autor, sino un artesano, algo que también le pasa al director de ET. Pueden leer el especial que le dediqué en este enlace: http://nosinlostitulos.blogspot.com/2021/01/cecil-bdemille-el-hombre-que-convirtio.html


 Hace unos días el director le agradeció a Tom Cruise el empeño de que la secuela de Top Gun no fuera directamente a las plataformas, sino que se estrenara al cine: “Salvaste el trasero de Hollywood. Y es posible que hayas salvado la distribución en cine. En serio.(Top Gun) Maverick tal vez salvó a toda la industria del cine” https://youtube.com/shorts/Fsw7ycDsjjg?feature=share Y es que Spielberg sabe muy bien por dónde van los tiros, mientras en las redes, cierto cambio de tarifa en una plataforma provoca llantos, otros en cambio seguimos yendo al cine con la esperanza de que este séptimo arte vuelva a resucitar, ya que si este muere, lo otro también, y con Los Fabelman podremos opinar si nos gusta más o menos, pero hay algo que no cabe duda cuando acaba la película y es decir: ¡Gracias Spielberg!




20/01/2022

El West Side Story de Spielberg


Cartel de la película. Fuente: Wikipedia

Por fin pude ir al cine a ver el West Side Story de Spielberg, una película tan esperada desde hace ya un tiempo y que se ha ido retrasando por culpa del dichoso COVID, lamentablemente al final su estreno tardío ha coincidido con la variante del ómicron en su punto álgido, lo cual perjudica la asistencia a las salas, a pesar de que son más seguras que otros espacios a los que no se tiene tanto miedo.

Triste panorama este ya que donde la visioné solo entró una persona más, aunque esto no viene de ahora. Evidentemente el virus ha perjudicado, pero la crisis es más que evidente, más de uno ya se ha acostumbrado a las plataformas y otros menos esperarán que salga editada.



 Los números que está teniendo la película son de momento flojos, y ya se cuenta entre los fracasos de su director que en su día se le llamó el Rey Midas del cine, aunque ya conoció tropiezos monumentales como 1941, Always o Amistad. A sus ya 75 años ha podido ver realizado su sueño de llevar otra vez el musical de Leonard Bernstein con letra de Stephen Sondheim que tan brillantemente llevara al cine Robert Wise con la coreografía de Jerome Robbins.

Y es que esa película de 1962 que ganó 10 Oscars pasó rápidamente al terreno de lo mítico, y atreverse  con una nueva versión a pesar de los años, es toda una osadía en la que lo más seguro es que tengas más contras que pros.

Spielberg ha insistido en que se ha fijado más en el musical de Broadway que no en la película, y creo
que lo mejor para verla es olvidar momentáneamente la anterior, pero eso es imposible. Incluso hasta hay una contradicción en esas declaraciones, pues el director de fotografía, Janusz Kaminski, ha hecho todo lo posible para replicar, lo más fielmente posible, la iluminación y el estilo visual de la película original fotografiada por Daniel L. Fapp.

Sí varían los escenarios de varias canciones, quizá lo que más se esperaba es como quedaría esa “América” que cantaban anteriormente en una azotea de noche, aquí es en una calle y rodada con mucho brío, las comparaciones siempre serán odiosas y aunque no niego el talento en esta última, creo que se recordará más la antigua. (NOTA: No me ha sido posible colgar algunos números y más material que quería, es posible que algunos desparezcan del Youtube, pido disculpas si no funcionan los enlaces.)

Spot de la película

                                                           Número de "América" en la versión de 1962



Ansel Elgort (Wikipedia)
Entre los actores, se escogió a Ansel Elgort para Tony, no me ha parecido una interpretación ni brillante ni mala, cumple sin más, lo cual ya es mucho. Tampoco en su día Richard Beymer era un gran actor, ni le sirvió para grandes papeles, aunque su rostro de buen chico le iba bien al personaje, fórmula que aquí vuelve.

Y para María se eligió a Rachel Zegler, que era su debut cinematográfico y cuya interpretación ha elogiado mucho su director, no lo voy a negar, pero la fuerza que irradiaba Natalie Wood no es comparable, el tiempo dirá si recordamos también a esta María.




Si bien la duración de la película es parecida con la original, hay algunos añadidos como ahondar en el pasado de Tony y hacerlo más explícito. También, y esto es lo mejor, es ver a Rita Moreno en el papel de viuda de Doc que hasta canta el "Somewhere" ,vemos que aparece en los créditos como productora ejecutiva.


A pesar de las comparaciones, algún que otro corte de ritmo narrativo y un color algo artificioso que ya no sé si es culpa del cine al que fui, pasé dos horas y media de lo más entretenidas y encontrándole sentido a aquello que tanto ha olvidado la gente de ver una película de estas características en pantalla grande. Y es que el gran regalo de Spielberg aquí ha sido seguir ilusionando a los cinéfilos que reivindicamos unas películas para el gran público y a la vez de calidad. 

Ironías de la vida, el cine Aribau que estrenó en Barcelona el primer West Side Story ha pasado recientemente a ser un teatro, ni siquiera tuvieron el detalle de reponer la antigua en una sesión como despedida, al menos Spielberg nos ha brindado a toda una generación poder ver el musical donde se merece.

12/08/2021

Aquel Cliente muerto no paga, aquel cine, aquel barrio de Gracia (Barcelona)

 


Mediados de agosto, calor intenso, más de un lugar prepara sus fiestas mayores…Un recuerdo siempre viene hacia mí estos días, mi barrio de Gracia con sus vecinos engalanando las calles y rivalizando entre sí para llevarse el primer premio. Más de una suele recrear alguna película y es que en sus venas aun corre esa cinefilia que nunca debió perderse y que sí era una verdadera seña de identidad, aunque la mediocridad política nos quiera decir e imponer otras.

No se preocupen, que no les voy a hablar de las fiestas, pero sí me gustaría evocar el cine en Gracia, aunque esta página no me permita extenderme como quisiera. No es nada fácil crear una entrada de un blog y menos en un mes donde la mitad de tus lectores no te leen, cada semana comienzo con un esquema de lo que voy a hablar, consulto el material del que dispongo y luego el redactado, una vez finalizado hago de censor y corto mucho.

Cine Texas. Fuente: La Vanguardia

Demasiadas historias en esas calles que llegaron a albergar multitud de cines, más de uno bien podría haber sido nuestro particular Cinema Paradiso, pienso en el desaparecido "Comedia" de la C/ Gracia, en el "Texas" de la C/ Bailén tristemente cerrado de nuevo y que aglutinó a varias generaciones, desde aquellas que con el bocadillo de tortilla pasaban la tarde viendo La gran prueba con Gary Cooper, luego las varietés que contaban más de una vez con el artista Alady, y luego otra película, aunque ya más flojita... O las de mi edad que iban con palomitas, el único Alady que les sonaba era el Aladdin de la Disney y si en aquella cartelera ponían una de Van Damme, mejor.

Cine Bosque en los años 60. Fuente: TotGracia
No fui mucho de ese Texas para bolsillos con pocos recursos y que en vez del zotal de antaño, olía a
chándal usado de sábado por la mañana, pero más de una película de esas de acción que tanto gustaban, hoy sería ya casi un clásico en comparación con el cine actual. Iba más al Verdi, que era nuestra particular filmoteca y a los grandes cines como el Bosque, el Diagonal, etc. Ahí ya había un acomodador que no sé por qué llevaba la linterna encendida antes de comenzar, estaban bien perfumados y la gente solía arreglarse, aunque a veces se pasaban con ciertas colonias y llegabas a odiarlas si te tocaba alguna cerca y te fastidiaban la película, añorabas incluso aquella ropa de gimnasia antes mencionada.

Cine Casablanca. La Vanguardia

Pero si yo me pongo a hablar de todo esto me sale un libro y no un artículo, así que hay que darle al ingenio y que la inspiración venga a pesar de los 41 grados que me toca padecer y una calima que no me deja ver nada desde donde estoy. Por suerte, me vino a la mente un cine olvidado de ahí, el Casablanca ubicado en la parte alta del Paseo de Gracia, más conocidos como “Los Jardinets” o los jardines de Salvador Espriu.

Jaume Figueras. Fuente: IMDB
Se trataba de un cine de arte y ensayo muy pequeño con dos salas, algo así como el desaparecido Méliès, que buscaba un público cinéfilo. Se inauguró el 13 de diciembre de 1980, y según el libro de Jordi Torras Comamala “Somnis de reestrena: Història dels cinemes de Gràcia” fue una iniciativa de la sociedad “Els cinemes del Passeig de Gràcia” creadas por el crítico de cine Jaume Figueras que se encargó de la programación hasta el año 1991. Su primera cartelera estuvo compuesta por la magnífica reposición de Johnny Guitar y en la otra pantalla podíamos ver esa rareza de David Lynch que es Cabeza borradora.

Durante mucho tiempo tuvo en cartel Bagdad Café, película que en su momento fue todo un éxito inesperado y revitalizó el concepto de “arte y ensayo” que no vivía sus mejores tiempos. Incluso se asocia el recuerdo de la película con el del cine, pero a mí me pasa más con otra, Cliente muerto no paga de Carl Reiner de 1982

 Esta se había estrenado un 22 de octubre de 1982 en el Maryland de la Plaza Urquinaona (un cine más recordado por convertirse en sala X unos años más tarde), un mes más tarde llegó a los Casablanca. Es un filme bien curioso dirigido por Carl Reiner y protagonizado por Steve Martin que en aquellas fechas no era conocido en España. Se trataba de un homenaje al cine negro, una especie de pastiche que gracias a un gran montaje de repente se colaban retales de grandes clásicos de los 40 y como si de "Los fantasmas del Roxy" de Marsé se tratara, aparecían en aquella pequeñita pantalla de aquella sala.





De pronto el detective encarnado por Steve Martin era disparado por el Alan Ladd de El cuervo, o la Lana Turner de El cartero siempre llama dos veces le llamaba para declararse, con el James Cagney de Al rojo vivo se escapaba de la cárcel e incluso se permitía disfrazarse de rubia y bailar con el Fred McMurray de Perdición... Si las cosas salían mal, siempre estaba Bogart para llamarle…

El argumento funcionaba solo como pretexto, aderezado con varios gags y situaciones cómicas bien resueltas. Uno pasaba una hora y media divertida de ejercicio cinéfilo, si te conocías las películas aun disfrutabas más, y si no, te daban ganas de verlas. Además de esto fue la última colaboración de dos nombres míticos: la diseñadora de vestuario Edith Head y el músico Miklos Rozsa.


Steve Martin. Fuente: IMDB
La carrera de Steve Martin fue creciendo en popularidad, hay algunos que no les gusta nada, pero un repaso por esta nos permite disfrutar de películas como Dinero caído del cielo, su papel de dentista en La tienda de los horrores, la reivindicada Mejor solo que mal acompañado, la divertidísima e ingeniosa Un par de seductores o aquella comedia que quizá algún día se le reconocerá su valía como es Tres mujeres para un caradura, entre otras.

En el año 91 y en agosto se repuso Cliente muerto no paga en el Casablanca que la ofreció en sesión golfa y estuvo nada menos que un par de años, paseabas por delante y veías el cartel, más de uno la vio infinidad de veces, era como recorrer esas calles adornadas de la Fiesta Mayor e ir viendo sus detalles y redescubriendo otros.

Las crisis de las salas cinematográficas y falta de ayudas y apoyo fueron pasando factura al Casablanca, aunque aun nos brindó sorpresas cinematográficas como aquel año 1995 donde se pudo ver por primera vez la película de Michael Powell y de Emeric Pressburger restaurada A matter of Life and Death de 1946.


Un mal día del 2011 sus puertas aparecieron cerradas y ya no volvió más, se dijo que fue por deudas, impagos, etc. Su final pasó bastante inadvertido, ya no iba tanta gente y en aquella época también estaba en peligro el Verdi que por suerte pudo sobrevivir. Los Jardinets veían perder otros locales entrañables como aquella tienda religiosa de más arriba que cada Navidad se convertía en una tienda mágica llena de trenes eléctricos y cascanueces o aquella librería grande de delante que cuando comprabas un libro te decían si lo querías envuelto o en una bolsa, uno pedía obviamente la primera opción, aunque fuese para ver como cogían esa barra de pegamento y te pegaban el sello de la tienda...

Cine Casablanca: Fuente La Vanguardia
Ya saben, el 15 y si el COVID no da mucho la murga, empezarán las fiestas de Gracia y sus calles cambiarán su fisonomía también para soñar un escenario distinto al habitual de la vida diaria, como hizo aquel Casablanca más de treinta años. Mi pregón de tales fiestas será ver esta película en recuerdo y homenaje a toda la gente que de verdad trabajó por el bien del barrio, o de la Vila según prefieran, y que nunca tuvieron ni una mínima subvención ni ayuda, más bien todo lo contrario. Su único carnet que no hacía falta mostrar ni te lo exigían, fue el de la humildad y sus imposiciones fueron que disfrutásemos con la cultura, ahí cabíamos todos

08/01/2021

El cine hizo 125 años...¡Y que cumplas muchos más!

El pasado 28 de diciembre el cine cumplió 125 años. Fue entonces cuando los hermanos Lumière aprovecharon la gran afluencia de gente en Navidad para ofrecer unas proyecciones públicas en el Salón Indien, café del número 14 del Boulevard des Capucines de París para mostrar el nuevo aparato al que llamaron cinematógrafo y que habían patentado el 13 de febrero de 1895, por tanto la fecha en que se celebra el nacimiento del cine es la de la taquilla, la de cuando la gente pudo asistir a verlo en un sitio


 

 Ya había habido experimentos tiempo atrás, en el siglo XVII, intentando perfeccionar las prestaciones de la linterna mágica, la cual proyectaba imágenes fijas siguiendo principios parecidos a las diapositivas.

   

 El paso del tiempo fue dando otros ingenios mecánicos y fotográficos como el tambor giratorio hueco, con espejos y ranuras, en cuyo interior se colocaban unas tiras de dibujos que parecían moverse en el cilindro o el daguerrotipo que permitía fijar la imagen en planchas de cobre. Otro invento fue el praxinoscopio, una especie de zoótropo que podría proyectar imágenes o la película de celuloide con perforaciones que facilitaban su arrastre y el kinetoscopio entre otros, cámara para grabar imágenes en movimiento.

   

 El cine se convertiría además de una atracción en un arte al que llamamos séptimo ya que en la antigüedad las artes eran seis: pintura, escultura, literatura, arquitectura, danza y música. El cine ha tenido sus innovaciones en lo largo de su historia, sería largo ahora de explicar todo, pero ya sabemos que comenzó siendo mudo y luego sonoro, en los años 50 pasamos de una pantalla cuadrada a los inventos del cinemascope, cinerama, vistavisión etc, y así podríamos seguir la lista con los sistemas de sonido, la era digital, el 3D etc.

   

 ¿Y cómo lleva estos 125 años nuestro querido cine? Pues no está en su mejor momento, si bien hace un cuarto de siglo celebraba el centenario con buena salud, esta vez creo que no. Ya sabemos que el 2020 ha sido un año terrible por la pandemia del coronavirus, pero ya antes de esto estábamos asistiendo a un cambio en la forma de ver las películas. Lo que eran las salas grandes con su glamour y ambiente cinéfilo fueron desapareciendo, ya quedarán bien pocas. Uno de los casos más tristes lo vemos en Barcelona, hace unos días el director JA Bayona mostraba una foto de lo que ha quedado del cine Urgel (para quien no lo sepa, este cine era el más grande la ciudad, 1800 butacas, coqueto, pantalla muy grande…Más de uno quería ir a este cine para ver los estrenos). Lo que ha quedado de él son tres butacas en medio de un supermercado. Algunos sentirán añoranza y otros ni se darán cuenta…
También he podido ver fotos de lo que fue el Cine Niza, o como ya escribí aquí el Texas. También en Madrid han desaparecido muchos cines, aquellos que en algunas películas de Garci salían con su cámara nostálgica retratando la Gran Vía y que parecían decirnos con aquella música de Jesús Glück lo poco que iban ya a durar. En otras ciudades también ha pasado lo mismo y si se quiere ir al cine hay que ir a los centros comerciales.

   

 Pero esto último que digo está quedando ya anticuado, el auge de las plataformas digitales con series y películas comenzó a quitarles público y el dichoso virus está certificando el fin de lo que era ir al cine, aunque sea en un complejo multisalas, para ver la película. Incluso la todopoderosa Disney ha decidido estrenar sus películas por Disney Plus.

 Cierto es que es una medida transitoria de momento, pero el alargamiento de la pandemia y las pocas esperanzas en que el problema del virus se solucione rápido, hace que ya anuncien estrenos para este año por su plataforma en vez de en el cine y muchos nos preguntamos si en un futuro, ya sin peligro, esto continuará así.

Las plataformas tienen, claro está, su parte positiva, en estos momentos en que me encuentro desconectado de lo que es una ciudad me permiten seguir viendo cine, incluso hasta festivales (en Filmin, que es la plataforma más cinéfila, se han podido ver bastantes), pero todo ha de tener su mesura equilibrada, las salas y las plataformas han de saber complementarse. Los empresarios y gente del sector han de saber encontrar la fórmula para que las vuelvan a hacer atractivas y que se note la diferencia de lo que es ver cine en una sala y verlo en una tele.

 La historia del cine, como decía, ha tenido muchas innovaciones e inventos, que los siga habiendo es normal. Pero, por favor, que el cine se pueda seguir viendo en salas, es de esta manera cuando celebramos su cumpleaños. Que la gente lo sepa apreciar, se enseñe en los colegios y no se vea como un producto de consumo con fecha de caducidad rápida. Si no, naturalmente que seguirá habiendo películas, pero nos tendremos que preguntar qué ha sido de ese séptimo arte que tantas obras maestras y películas notables nos dio.

 

24/07/2020

Cinema Paradiso, un clásico que va ganando con los años

Cada cierto tiempo aparece una película con cierta magia, es lo que se llama de manera más vulgar un clásico, más de uno tendrá una definición diferente, yo diría que es aquella cinta que uno ve repetidas veces sin cansarse y encima encontrándole más encanto en cada proyección. Una de estas es sin duda Cinema Paradiso que la triste muerte de Ennio Morricone ha hecho que se volviera a programar en La2 de TVE con buena audiencia, pero no hacía falta que muriera el genial compositor italiano para volver a verla, incluso se ha vuelto a reponer y en ciertas ciudades es fácil verla cada año. ¿Por qué será?

 Ciertamente fue un éxito inesperado, a finales de los 80 el público de las salas cinematográficas había descendido si contamos desde los 60 nada más y nada menos que un 75%, si nos situamos en nuestro país podríamos hacer una lista interminable de cines que cerraron de aquella época. En Italia pasó igual, y dos cineastas quisieron hacer con sus obras una especie de memoria colectiva de aquellos años en los que se vivía el séptimo arte de otra manera. El filme de Scola, Splendor, no tuvo demasiado éxito, servidor no lo ha visto porque no ha tenido la ocasión, no está ni en DVD y por televisión se pasó hace muchos años cuando el que escribe no tenía ni video, pues su pase fue por la madrugada.

Del clásico de Tornatore sí que la recuerdo desde que era pequeño, la primera vez me chocó el cambio que hay cuando Totó deja de ser un niño, no me acababa de gustar esa parte adulta con la historia de amor, pero luego remontaba la película de manera impresionante y ya no hablemos con su final. La película al principio no tuvo mucho éxito y es por eso que, por consejo de su productor, Tornatore la recortó. Tal cambio fue un acierto, la película de esta manera se centra más en lo que verdaderamente interesa. Sin menospreciar el recuerdo de aquel amor que no fue, Tornatore en su montaje completo la muestra con un metraje fatigoso que hace que la película dure tres horas, incluso el personaje de Alfredo lo veremos de otra manera.

 En el DVD de A Contracorriente hay las dos versiones, yo tengo una edición que sacó Lauren con la versión entera y cuando llega ese metraje mejor pasarlo rápido. No necesariamente los "montajes del director" tienen que ser mejores, pero eso ya es otro tema. Cinema Paradiso nos emociona de nuevo y lo hace por dos motivos, un buen guion que hace que seas partícipe también de aquellos tiempos, aunque no los vivieras y lo segundo es porque por desgracia también estamos viviendo lo mismo, aunque de otra manera.

 Desde que empezó este siglo hemos visto otro cambio en la manera de ver cine, ya han desaparecido casi todas las pantallas grandes, ahora para ver cine uno ha de ir a un centro comercial muchas veces, siempre quedan algunos “cinemas paradisos”, pero van cayendo. Cuando en Cinema Paradiso vemos el derrumbe del cine, creo que nos viene a la mente más de uno que queríamos de verdad y que nos hizo pasar tardes inolvidables quedando una parte de nuestra vida ahí. De la historia de amor, también nos sentimos identificados, más allá de si uno ha tenido un romance. Hay también ahí el tema de la adolescencia y la juventud que se nos escapa... Cuando era niño y veía la película quizá no era consciente de ello, pero ahora en cada pase uno se da cuenta de que el poeta Horacio y su “carpe diem” es una de las verdades más absolutas que hay en la vida.

15/07/2020

Adiós al Meliés de Barcelona



Me disculparán si me pongo meláncólico al hablar de este ya desaparecido cine de Barcelona, la triste realidad de las salas cinematográficas nos hace hablar de tanto en tanto del cierre de uno de ellos, a todos ellos les tengo cariño, pero el Meliés era de aquellos que siempre me hubiera gustado ver abiertos.

Era un cine que incluso podríamos llamar anticine, sus dos salas eran pequeñas, la pantalla también, así que en un principio poco atractivo podría tener. Pero cuando abrió nos dio la oportunidad de ver cine clásico, y su programación apostaba por nombres como Billy Wilder, Hitchcock o Visconti.

Recuerdo aquella noche de jueves veraniega del año 97 en que pude ver por primera vez Ariane, la cinta de Wilder por aquellos tiempos estaba con unos problemas de derechos tontorrones que la hacían invisible, solo se había podido ver de escondido y sin anunciar en "petit comité", fue un gran gol el poder exhibirla.

 Por aquel entonces los VHS no eran como los DVDs de años posteriores y costaba ver ciertos títulos, pues apenas eran editados, aparte que tampoco se podían disfrutar en su versión original. Cada mes cogía la propaganda de la sala y como el internet era algo de lo que se hablaba, pero que aun pocos tenían, rellenaba en un papel mi dirección y cada mes me llegaba la programación.

También pude ver otras joyas como Las noches blancas de Visconti que estaba también desaparecida, recuerdo al público que iba de todas las edades y sin comer palomitas porque estaba prohibido, pero eso no hacía falta pues era un tipo de cinéfilo respetuoso y que sabías que no te iba a molestar. Otro tanto fue el poder ver American Graffiti de George Lucas, cinta de la que todos hablaban pero que pocos habían podido visionar. A pesar de que yo soy de una generación distinta, me gustó poder ir a esa sesión y disfrutarla.

El Meliés fue dejando los clásicos y con los años fue programando cine de autor, algunos ciclos esporádicos nos hacían recordar sus inicios, no hace mucho un ciclo Truffaut volvió a hacer las delicias de uno.

Cuando estudiaba en la UB me gustaba más de una vez acercarme, aunque no fuera a entrar.  Es algo que suelo hacer con determinados cines, al igual que más de una vez me paraba en la entrada de la antigua Filmoteca (el Aquitania) de la Avenida de Sarriá. El Melíés ya es historia, pero espero que todos aquellos que nos ilusionaba ese modesto cine podamos seguir sintiendo nuestro amor al séptimo arte y lo que es más importante, saber transmitirlo a los demás. De lo contrario la historia del cine quedará en un baúl polvoriento o en el contenedor donde ayer tiraban el material de este cine

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...