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21/10/2025

Recordando a Diane Keaton: Buscando al Sr. Goodbar (Richard Brooks, 1977)

 Amigos del No sin los títulos, reanudo el blog ya con normalidad a partir de la semana que viene. Mientras y como homenaje a Diane Keaton, permitidme que os vuelva a escribir el post que publiqué el año pasado sobre Buscando al Sr.Goodbar , una de sus mejores actuaciones y aun hoy en día una película desconocida para muchos, solo hace falta analizar la información sobre la muerte de la actriz estos días.


 


Aprovechando que se ha celebrado el Día internacional de la mujer y se han programado películas de distintas directoras o con temática femenina, voy a hablar de una invisible en plataformas y en televisión, aunque sí está en DVD, me refiero a Buscando al Sr. Goodbar de 1977, adaptación de la novela de Judith Rosner dirigida por Richard Brooks e interpretada por Diane Keaton. Ignoro los motivos de la “desaparición” de esta película, en su momento originó controversias y es posible que se vea políticamente incorrecta.



Brooks es de esos grandes nombres de la historia del séptimo arte no ya solo como director, sino como guionista, pasó de escribir a dirigir como antaño hicieran Wilder o Sturges para preservar la integridad de su obra, si nos fijamos en los créditos de sus filmes (ya saben que este blog se llama No sin los títulos…) aparece siempre el “Written for the screen”, su declaración de principios al espectador. Su faceta periodística le llevó a tratar temas entonces tabúes como la independencia de la prensa en El cuarto poder (1952), la delincuencia juvenil en Semilla de maldad (1955), el colonialismo en Sangre sobre la tierra (1957) o retratos femeninos en Con los ojos cerrados (1969) interpretada por la que fuese su tercera esposa Jean Simmons. Adaptó a varios escritores: Tennessee Williams: La gata sobre el tejado de zinc (1958), Dulce pájaro de juventud (1962),  Scott FitzgeraldLa última vez que vi París (1954), Joseph Conrad: Lord Jim (1965), Fiódor Dostoyevski: Los hermanos Karamazov (1958) o Truman Capote: A sangre fría (1967). Por lo tanto su nombre se adecuaba perfectamente para el tema de la película y darle el lenguaje cinematográfico adecuado a este best seller

Buscando al Sr. Goodbar describe a Theresa Dunn (Diane Keaton), la cual decide independizarse de su familia. Empieza ahí una doble personalidad que hace de ella una sensible profesora de niños sordos durante el día y una mujer que busca placeres nocturnos por los bares de la gran urbe. La novela había tenido bastante éxito y se promocionó con el eslogan de “Un best seller para mayores con reparos”. Sin embargo, el material partía de un caso real, el de Roseann Quinn, una profesora de escuela primaria asesinada en 1973 en Nueva York y que como el personaje de Diane Keaton tenía esa dualidad. Quien haya visto la película y lea su vida, comprobará que se han respetado bastante los hechos reales.

Brooks tuvo tanto empeño en querer llevar al cine esta historia que hasta hipotecó su casa para poder financiarla, el tema le servía de nuevo para enfocar y denunciar aspectos de la sociedad contemporánea y mostrar la cara más amarga. Su método, como buen periodista que era, fue el de diseccionar y vertebrar el personaje protagonista, llegó a entrevistarse con 600 mujeres que habían leído la novela de la cual introdujo algunos cambios como el de resaltar más el carácter cerrado y ultraconservador católico de sus padres, potenciar su faceta de profesora en una escuela de sordomudos, o darle más protagonismo al papel de su hermana Katherine.

Se trasladó la acción a 1976 (en una radio se oye un anuncio de la campaña de Jimmy Carter), quizá pueda pasar por alto este dato, podríamos pensar, un tanto ingenuamente, que era una manera de querer alabar el cambio político en EEUU y más por un director cercano al Partido Demócrata. Con la película ya avanzada, su hermana en un momento le recrimina a Theresa que no crea en nada y que ni siquiera fuera a votar, hay ahí lanzado un dardo envenenado a la política y es que Brooks no se casaba con nadie.

Diane Keaton ofreció una interpretación maravillosa, aquel mismo año había ganado el Oscar por Annie Hall, bien podía haberlo obtenido también por esta. Refleja perfectamente los estados de ánimo de su personaje, su mala relación con su padre queda patente ya sea a través de flashbacks (se nos muestra que fue operada de una escoliosis debida a una poliomielitis y arrastra una cicatriz desde entonces, el tema será retomado luego en una fuerte discusión con este por su negativa a tener hijos o pesadillas (sueña que va a verlo en su capilla ardiente, incluso llega a llorar, pero este se despierta y ofrece una sonrisa tenebrosa). Constantemente es despreciada por sus ideas liberales.

Otro vínculo reforzado en la película es el que tiene con su hermana Katherine (Tuesday Weld), tampoco encuentra su lugar en la vida y recurre al sexo en grupo, drogas, visionado de cine X…probablemente era el modelo perfecto para su padre, pero acabó fracasando su matrimonio, tiene que abortar a escondidas (se hacen bastantes referencias a este tema), llega a tener una relación con un hombre judío y esto también es aprovechado, aunque de manera más superficial, para mostrar la falta de compenetración entre religiones. Hay un momento que sorprende y es una buena trampa de guion en la que ella disfrazada apuñala a Theresa con un cuchillo de goma.

Y el tercer refuerzo que introdujo Brooks fue el de intensificar su vida de día como profesora de una escuela para sordomudos, hay un momento en que corrige el apellido de una alumna, pero le dicen sus compañeros que es que se pronuncia de esa manera, esto sirve también para que la veamos como una persona frágil que comete errores sin querer y sensible ante estos. Muestra mucho afecto hacia los niños y hasta consigue que una niña afroamericana marginada consiga hablar probablemente por el cariño mutuo...Estamos, pues, viendo dos personajes marginados por el sistema que se necesitan. Una de las mejores escenas es cuando ella un día llega tarde debido a que se ha tomado una pastilla para dormir y no tiene reparos en explicarlo, uno de los niños le suelta que no le cree ya que la han glorificado y les imposible que tenga problemas.

Y luego tenemos el esqueleto principal que son sus aventuras de noche, se nos presentan varios personajes, la lista ya había empezado con el del profesor universitario con el que consigue su primera relación sexual, pero que la va marginando, no se ve capaz de dejar a la que es su mujer y más bien la utiliza para satisfacer sus deseos. Entre toda esa gente que deambula por esos bares destaca el de Tony (un Richard Gere aun no muy conocido, con una sobreactuación en este caso bien trazada) del que hallamos pistas también de su condición psicológica, suelta una frase demoledora: “La cocaína sirve para ver a América amable”, a pesar de ser un personaje que recurre a la violencia al ser rechazado, muestra también una dualidad ya que también se preocupa por ella, incluso parece quererla de verdad. Hay un momento tenebroso en el que saca una navaja que se ilumina y va bailando delante de ella, otra trampa de guion que como el de Katherine antes mencionado presagia el final y también remarca el camino a la perdición de Theresa.

La introspección de esta que realiza Brooks llega al espectador, si se sigue con atención el metraje observamos la baja autoestima, su sentimiento de culpa, probablemente también que ella misma sepa que va a acabar mal…Me atrevo a decir que más que retratar a una perdedora, se decanta más por el de una persona discapacitada psíquicamente que no tiene hueco en esa gran urbe y en ese sueño americano que debería atenderla y ayudarla.

En el aspecto técnico, la realización de Brooks está cuidada, utiliza mucho los espejos donde se reflejan los estados de ánimo de los rostros y logra unos encuadres notables, lo visual destaca y más en un film nocturno y asfixiante. Hay cierto elemento también de suspense/terror como las dos escenas que he comentado y un final que en el cine tendría más fuerza y que deja la piel de gallina. Hay una estética setentera que algunos minusvaloran, pero es que tanto los hechos como el film son de esa década, nunca he entendido bien esas críticas. En los bares suena mucha música de esos años, supone un gozo algo extraño en una película dura, pero al menos escuchar toda esa banda sonora alivia algo, Magnífica fotografía de William A. Fraker mostrando todos esos rótulos luminosos de los locales en contraste con la oscuridad de la vida de noche y perdida de la protagonista.

 Y vamos con las controversias que había citado al principio, cierta crítica acusó la película nada menos que de moralista, antifeminista, homofóbica e incluso desde el otro lado de maniqueísta ya que los personajes masculinos que van apareciendo son todos negativos. En "El País" (1-4-78) Fernando Trueba escribía que era “una historia netamente edificante cuyo único fin parecía deprimir y luego moralizar.” Elvira Roca Sastre escribía en "Mundo Diario" (15-4-78): “Ignoro si Richard Brooks ha sido fiel al texto literario, pero en esta ocasión hubiera sido preferible dejar los logaritmos moralistas y encontrar un final sorpresa más original y homologado con la textura del filme.” Ruiz de Villalobos (19-4-78): “Un final moralizante -más aparente que efectivo- quita esa fuerza final que la película deja entrever a lo largo de su proyección

Evidentemente, no se tuvo en cuenta de donde partía todo el material y se ignoraba la historia antes mencionada de Roseann Quinn y su muerte, por lo tanto no había ninguna intención del director de querer castigar a esta mujer, se limitaba a seguir los hechos tal y como ocurrieron. El trabajo de Brooks podía ser puesto en cuestión por otros aspectos tales como quizá mostrar demasiado sexo explícito o haberse alargado demasiado (aunque ambas cosas creo que están bien tratadas). Por lo tanto, recomiendo el visionado de la película y conocer el material de donde se parte antes de lanzarnos a la piscina sin agua con nuestra valoración.

13/03/2024

Buscando al Sr. Goodbar (1977)

 


Aprovechando que se ha celebrado el Día internacional de la mujer y se han programado películas de distintas directoras o con temática femenina, voy a hablar de una invisible en plataformas y en televisión, aunque sí está en DVD, me refiero a Buscando al Sr. Goodbar de 1977, adaptación de la novela de Judith Rosner dirigida por Richard Brooks e interpretada por Diane Keaton. Ignoro los motivos de la “desaparición” de esta película, en su momento originó controversias y es posible que se vea políticamente incorrecta.



Brooks es de esos grandes nombres de la historia del séptimo arte no ya solo como director, sino como guionista, pasó de escribir a dirigir como antaño hicieran Wilder o Sturges para preservar la integridad de su obra, si nos fijamos en los créditos de sus filmes (ya saben que este blog se llama No sin los títulos…) aparece siempre el “Written for the screen”, su declaración de principios al espectador. Su faceta periodística le llevó a tratar temas entonces tabúes como la independencia de la prensa en El cuarto poder (1952), la delincuencia juvenil en Semilla de maldad (1955), el colonialismo en Sangre sobre la tierra (1957) o retratos femeninos en Con los ojos cerrados (1969) interpretada por la que fuese su tercera esposa Jean Simmons. Adaptó a varios escritores: Tennessee Williams: La gata sobre el tejado de zinc (1958), Dulce pájaro de juventud (1962),  Scott Fitzgerald: La última vez que vi París (1954), Joseph Conrad: Lord Jim (1965), Fiódor Dostoyevski: Los hermanos Karamazov (1958) o Truman Capote: A sangre fría (1967). Por lo tanto su nombre se adecuaba perfectamente para el tema de la película y darle el lenguaje cinematográfico adecuado a este best seller

Buscando al Sr. Goodbar describe a Theresa Dunn (Diane Keaton), la cual decide independizarse de su familia. Empieza ahí una doble personalidad que hace de ella una sensible profesora de niños sordos durante el día y una mujer que busca placeres nocturnos por los bares de la gran urbe. La novela había tenido bastante éxito y se promocionó con el eslogan de “Un best seller para mayores con reparos”. Sin embargo, el material partía de un caso real, el de Roseann Quinn, una profesora de escuela primaria asesinada en 1973 en Nueva York y que como el personaje de Diane Keaton tenía esa dualidad. Quien haya visto la película y lea su vida, comprobará que se han respetado bastante los hechos reales.

Brooks tuvo tanto empeño en querer llevar al cine esta historia que hasta hipotecó su casa para poder financiarla, el tema le servía de nuevo para enfocar y denunciar aspectos de la sociedad contemporánea y mostrar la cara más amarga. Su método, como buen periodista que era, fue el de diseccionar y vertebrar el personaje protagonista, llegó a entrevistarse con 600 mujeres que habían leído la novela de la cual introdujo algunos cambios como el de resaltar más el carácter cerrado y ultraconservador católico de sus padres, potenciar su faceta de profesora en una escuela de sordomudos, o darle más protagonismo al papel de su hermana Katherine.

Se trasladó la acción a 1976 (en una radio se oye un anuncio de la campaña de Jimmy Carter), quizá pueda pasar por alto este dato, podríamos pensar, un tanto ingenuamente, que era una manera de querer alabar el cambio político en EEUU y más por un director cercano al Partido Demócrata. Con la película ya avanzada, su hermana en un momento le recrimina a Theresa que no crea en nada y que ni siquiera fuera a votar, hay ahí lanzado un dardo envenenado a la política y es que Brooks no se casaba con nadie.

Diane Keaton ofreció una interpretación maravillosa, aquel mismo año había ganado el Oscar por Annie Hall, bien podía haberlo obtenido también por esta. Refleja perfectamente los estados de ánimo de su personaje, su mala relación con su padre queda patente ya sea a través de flashbacks (se nos muestra que fue operada de una escoliosis debida a una poliomielitis y arrastra una cicatriz desde entonces, el tema será retomado luego en una fuerte discusión con este por su negativa a tener hijos o pesadillas (sueña que va a verlo en su capilla ardiente, incluso llega a llorar, pero este se despierta y ofrece una sonrisa tenebrosa). Constantemente es despreciada por sus ideas liberales.

Otro vínculo reforzado en la película es el que tiene con su hermana Katherine (Tuesday Weld), tampoco encuentra su lugar en la vida y recurre al sexo en grupo, drogas, visionado de cine X…probablemente era el modelo perfecto para su padre, pero acabó fracasando su matrimonio, tiene que abortar a escondidas (se hacen bastantes referencias a este tema), llega a tener una relación con un hombre judío y esto también es aprovechado, aunque de manera más superficial, para mostrar la falta de compenetración entre religiones. Hay un momento que sorprende y es una buena trampa de guion en la que ella disfrazada apuñala a Theresa con un cuchillo de goma.

Y el tercer refuerzo que introdujo Brooks fue el de intensificar su vida de día como profesora de una escuela para sordomudos, hay un momento en que corrige el apellido de una alumna, pero le dicen sus compañeros que es que se pronuncia de esa manera, esto sirve también para que la veamos como una persona frágil que comete errores sin querer y sensible ante estos. Muestra mucho afecto hacia los niños y hasta consigue que una niña afroamericana marginada consiga hablar probablemente por el cariño mutuo...Estamos, pues, viendo dos personajes marginados por el sistema que se necesitan. Una de las mejores escenas es cuando ella un día llega tarde debido a que se ha tomado una pastilla para dormir y no tiene reparos en explicarlo, uno de los niños le suelta que no le cree ya que la han glorificado y les imposible que tenga problemas.

Y luego tenemos el esqueleto principal que son sus aventuras de noche, se nos presentan varios personajes, la lista ya había empezado con el del profesor universitario con el que consigue su primera relación sexual, pero que la va marginando, no se ve capaz de dejar a la que es su mujer y más bien la utiliza para satisfacer sus deseos. Entre toda esa gente que deambula por esos bares destaca el de Tony (un Richard Gere aun no muy conocido, con una sobreactuación en este caso bien trazada) del que hallamos pistas también de su condición psicológica, suelta una frase demoledora: “La cocaína sirve para ver a América amable”, a pesar de ser un personaje que recurre a la violencia al ser rechazado, muestra también una dualidad ya que también se preocupa por ella, incluso parece quererla de verdad. Hay un momento tenebroso en el que saca una navaja que se ilumina y va bailando delante de ella, otra trampa de guion que como el de Katherine antes mencionado presagia el final y también remarca el camino a la perdición de Theresa.

La introspección de esta que realiza Brooks llega al espectador, si se sigue con atención el metraje observamos la baja autoestima, su sentimiento de culpa, probablemente también que ella misma sepa que va a acabar mal…Me atrevo a decir que más que retratar a una perdedora, se decanta más por el de una persona discapacitada psíquicamente que no tiene hueco en esa gran urbe y en ese sueño americano que debería atenderla y ayudarla.

En el aspecto técnico, la realización de Brooks está cuidada, utiliza mucho los espejos donde se reflejan los estados de ánimo de los rostros y logra unos encuadres notables, lo visual destaca y más en un film nocturno y asfixiante. Hay cierto elemento también de suspense/terror como las dos escenas que he comentado y un final que en el cine tendría más fuerza y que deja la piel de gallina. Hay una estética setentera que algunos minusvaloran, pero es que tanto los hechos como el film son de esa década, nunca he entendido bien esas críticas. En los bares suena mucha música de esos años, supone un gozo algo extraño en una película dura, pero al menos escuchar toda esa banda sonora alivia algo, Magnífica fotografía de William A. Fraker mostrando todos esos rótulos luminosos de los locales en contraste con la oscuridad de la vida de noche y perdida de la protagonista.

 Y vamos con las controversias que había citado al principio, cierta crítica acusó la película nada menos que de moralista, antifeminista, homofóbica e incluso desde el otro lado de maniqueísta ya que los personajes masculinos que van apareciendo son todos negativos. En "El País" (1-4-78) Fernando Trueba escribía que era “una historia netamente edificante cuyo único fin parecía deprimir y luego moralizar.” Elvira Roca Sastre escribía en "Mundo Diario" (15-4-78): “Ignoro si Richard Brooks ha sido fiel al texto literario, pero en esta ocasión hubiera sido preferible dejar los logaritmos moralistas y encontrar un final sorpresa más original y homologado con la textura del filme.” Ruiz de Villalobos (19-4-78): “Un final moralizante -más aparente que efectivo- quita esa fuerza final que la película deja entrever a lo largo de su proyección

Evidentemente, no se tuvo en cuenta de donde partía todo el material y se ignoraba la historia antes mencionada de Roseann Quinn y su muerte, por lo tanto no había ninguna intención del director de querer castigar a esta mujer, se limitaba a seguir los hechos tal y como ocurrieron. El trabajo de Brooks podía ser puesto en cuestión por otros aspectos tales como quizá mostrar demasiado sexo explícito o haberse alargado demasiado (aunque ambas cosas creo que están bien tratadas). Por lo tanto, recomiendo el visionado de la película y conocer el material de donde se parte antes de lanzarnos a la piscina sin agua con nuestra valoración.

24/03/2022

Vivir sin aliento, el remake del "A Bout de Souffle" de Godard

 

En 1959, Jean Luc Godard dirigía la que es su película más famosa y una de las cumbres de la "Nouvelle Vague": Al final de la escapada (A bout de soufflé), el guion estaba escrito por François Truffaut de cuando los dos eran amigos antes de partir peras. Protagonizada por Jean Paul Belmondo y Jean Seberg, él se metía en la piel de un ladrón de coches de poca monta que acababa de matar a un policía y ella era una joven norteamericana que anhelaba ser periodista y que había tenido un breve noviazgo con este. La historia destacaba por los contrastes entre los dos, Belmondo en su mejor interpretación se amoldaba en ese personaje fantasioso, inestable, imitador de Humphrey Bogart. Ella en cambio, era culta, inteligente, aunque también algo ingenua que vivía sola en París.

Se puede decir, aunque siempre habrá otras opiniones, que esta junto a Hiroshima mon amour de Resnais y Los 400 golpes inauguran esta nueva corriente que tanto marcó a la crítica joven del momento, no tanto a la que ya tenía más años y Godard pasó a ser un gurú para ellos. También la película provocaría un cambio en el cine, aparte de influenciar en el Hollywood posterior.

24 años más tarde, un director con trabajos “underground” Jim McBride se atrevió a rodar un remake de esta bajo el título de Breathless, aquí estrenada como Vivir sin aliento. La protagonizaba Richard Gere que venía de encadenar dos grandes éxitos como American Gigoló y especialmente Oficial y caballero, aunque a partir de esta, su carrera se vendría algo abajo. Ella era Valérie Kaprisky, actriz francesa que había llamado la atención por una película erótica en su país llamada Afrodita. Lo cierto es que compararla con Jean Seberg resultaba hasta un sacrilegio, su filmografía lejos de lo que en un principio se pensó, fue anodina, muy televisiva y hoy en día pocos la recuerdan.

La película obtuvo mucha división de críticas, los más admiradores de Godard se cebaron en ella. ¿Qué es lo que dijo Godard sobre ella? Pues esto comentó: "Es lo que quise hacer yo con A bout de soufflé, una cinta media de cine negro a la americana. Pero como no sabía la técnica, me salió una cinta experimental." Son curiosas estas declaraciones... ¿quería una película comercial, copiar el esquema americano sin crear algo propio, o lo dijo por decir? De todas maneras Vivir sin aliento fue un fracaso comercial y llegó a estar olvidada hasta que con Pretty Woman los videoclubs de entonces y las cadenas de televisión rescataran las anteriores películas de Richard Gere.

En este remake se intercambiaban las nacionalidades, él pasaba a ser norteamericano y ella francesa. El personaje le venía de perlas a Gere, lástima que McBride le deja demasiada libertad, pues en determinadas escenas su sobreactuación llega a irritar, como ese final que tanto ponen en Youtube. Ella, en cambio, no está muy bien en su papel.

Al salir editada en Blu-Ray hace unos meses y estar ahora en Filmin, la he revisado después de algunos años ya, tenia una impresión mejor, este pase me ha supuesto una cierta decepción. No obstante, es una película creo yo, que de momentos, pues el argumento se debilita a los 20 minutos y el director no logra cogerle el pulso narrativo necesario hasta casi la última media hora.

 Pero hay toques a destacar, por una parte es que juega sin ninguna trampa con lo irreal, concibe una especie de cómic adulto, el personaje siempre tiene en la mano el "Silver Surfer" y se crea un símil entre ambos, el color es llamativo con esas transparencias exageradas que parecen sacadas de la saga de Aterriza como puedas y esos amaneceres rojizos oníricos en la carretera . Viste también una ropa chillona, primero con esa camisa roja y pantalón azul algo ridículos que parecen sacados de las películas de Jacques Demy, luego se la cambia por otra de segunda mano. El sentimiento de fatalidad lo acompaña con ese “tengo gafe” que más tarde defina como tener la bendición, pero del diablo.

Las referencias cinéfilas son numerosas, en un momento se para en un letrero que anuncia el "Museo de Cera de Hollywood", va con ella a "Los pinos" que era el refugio de Errol Flynn, otro personaje que como el de Gere tiraba los dados demasiado, como le dice ella en un momento. En otra secuencia entran en un cine rancio que está proyectando El demonio de las armas (Gun Crazy) de Joseph H. Lewis, esta referencia tiene una clara indirecta y es que Godard se fijó mucho en ella para ciertos planos de A final de la escapada.


 Aparte de la cinefilia, hay referencias al mundo del arte, a la arquitectura de Frank Lloyd Wright, a la música de Jerry Lee Lewis comenzando por su título, a William Faulkner y su frase de “entre la tristeza y la nada, me quedó con la tristeza”. Esa tristeza precisamente de un personaje gafado que lleva tatuado un corazón roto y que sabe que su destino está marcado, por eso le lleva a vivir sin aliento esos instantes.

La película hubiese vuelto a caer en el olvido a no ser por las referencias que Tarantino hace de ella, que la lleva a considerar como de sus preferidas, parece incluso que estemos frente a uno de sus productos, incluso parece sonar una versión instrumental del “Girl. You´ll Be a Woman Soon” cuando están en el cine.

En fin, he querido esta semana traer esta película no tanto por su calidad, sino por su cinefilia y también por seguir con el tema de la "Nouvelle Vague" desde otras perspectivas, como hice la semana pasada con Curvas peligrosas sin que Wilder tuviera la constancia de que estaba adelantándose a ella, y aquí con la curiosidad de que esta nos ha acabado llevando, también sin saberlo, al cine de Tarantino.

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...