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04/01/2024

Chitty Chitty Bang Bang (1968)

 

Damos la bienvenida al año y como suele ser habitual en este blog recordamos alguna película infantil, en este caso traigo Chitty Chitty Bang Bang dirigida por Ken Hughes en el año 1968. En su momento fue un gran éxito y en nuestro país su resonancia fue tal que hasta tuvo un reestreno en 1980. Digo esto porque era un musical y ya en esos años empezaba el tema a decaer, no hace mucho hablaba de la versión de Willy Wonka con Wilder que pasó desapercibida como pasó con otros films similares.

La película partía de un libro de Ian Fleming, el autor de James Bond, escrito en 1959, el productor de estas Albert R. Broccoli quiso aprovechar el éxito de la saga y adaptarla, no era tarea fácil ya que estaba dirigida a un público infantil y era demasiado arriesgado, la fórmula ideal era  escoger a Dick Van Dyke que estaba en la retina de muchos por su interpretación en Mary Poppins y  contó con los músicos de esta y de otras producciones Disney: Los hermanos Sherman. Mientras los estudios del ratón Mickey seguían llorando la muerte de Tío Walt y no consiguiendo los éxitos de antaño, la habilidad de Broccoli les dio mil vueltas.

En el guion tuvo el acierto de contar con Roal Dahl, su intervención se nota ya que le añade ese toque casi mágico de recrear ese mundo fantástico y de ensueño de los juguetes, en el reparto teníamos a Benny Hill en un papel entrañable y que también participó en la historia para añadirle humor y que no se les fuera demasiado la historia al combinar tantos elementos.

Ken Hughes no fue un director con una gran carrera, participó en la dirección de la estrambótica Casino Royale (1967), otra novela por entonces no muy conocida de Ian Fleming, su mejor película fue Cromwell (1970), antes había tenido alguna comedia negra como Cáete muerta, cariño (1966) con Tony Curtis que convendría revisar. Para el papel de la protagonista, eligió a la casi desconocida Sally Ann Howes, la cual estaba llamada a ser una de las grandes estrellas del cine tras diez años en Broadway triunfando en obras como La leyenda de la ciudad sin nombre. Broccoli la escogió en un casting que contó con 200 aspirantes y que suponía el regreso a su país, pero prefirió posteriormente dedicarse a la televisión y al teatro. En el resto del reparto teníamos notables secundarios como Lionel Jeffries o Gert Frobe en un papel de malvado muy curioso, más aun a raíz de su Goldfinger, otro acierto el contar con él por parte del productor y conseguir traer al cine público no exclusivamente infantil.

A pesar de no ser una película Disney, de bien seguro que más de uno la vería así, incluso las canciones en la versión española tenían los mismos dobladores que en Mary Poppins, a él ponía su voz el ya mítico Salvador Escamilla y a ella la olvidada Teresa María. Más de un crítico dice que las canciones son demasiado infantiles, se supone que no iban a ser tenebrosas ni de un corte dramático, yo las encuentro muy pegadizas, casi todas son de un nivel de notable y con coreografías conseguidas.

Otro acierto fue la fotografía panorámica y sus escenarios, muy especialmente rodar en el castillo de Neuschwanstein de Luis II de Baviera, todo lo que era la ambientación, la dirección artística, el vestuario estaba bien cuidado y es una película que cada vez que la emitían en televisión a mí me hacía ilusión verla  y volver por un momento a esa candidez de la infancia y que en Navidades y más en vísperas de las fiestas de los Reyes Magos siempre gusta revivir.

 

13/12/2023

Un mundo de fantasía (1971): El primer Willy Wonka

 



Se acaba de estrenar una nueva versión del libro de Roal Dahl Charlie y la fábrica de chocolate, la verdad es que cuando vi el tráiler hace unas semanas pensaba que sería la típica película para pasar las navidades, pero la crítica está diciendo maravillas de ella, incluso añaden la muletilla que hasta uno se olvida que es Timothée Chalamet quien hace de Wonka. Como recordarán tal personaje fue interpretado anteriormente por Gene Wilder y Johnny Deep, aprovechando el momento vamos a repasar la primera versión de 1971.



Dahl había escrito el libro en 1964 y Mel Stuart, un director no muy conocido, recibió el encargo nada menos que de su hija, la cual se encaprichó de aquella lectura y le pedía que hiciera una película, al final aquel empeño pudo y se puso manos a la obra. Está catalogada como musical, aunque los números son pocos y la coreografía algo pobre, la partitura corrió a cargo de Anthony Newley y Leslie Bricusse que tenían ya cierta experiencia en similares producciones dirigidas a un público infantil como Muchas gracias, Mr. Scrooge o El extravagante Dr. Doolitle. Este tipo de cine estaba de capa caída como corroboran fracasos como Las aventuras de Alicia, El pájaro de fuego y cierto bajón en la Casa Disney que no acababa de encontrar su línea desde la muerte de Walt en 1966.



En España la conocimos como Un mundo de fantasía y su estreno fue en unas navidades, sus números fueron flojos, apenas 288.510 espectadores y cayó en el olvido, salvo cuando se reponía en televisiones también por esas fechas ya que lograba una buena audiencia. La versión de Burton rescató tal versión y comenzó a ser editada en DVD, por cierto en una excelente edición en el extranjero. También se puso de moda, hace unos años, con la cara de Wilder hacer unos "memes" a través del WhatsApp o de otras redes sociales  donde el personaje irónicamente lanzaba una pregunta.

Fuente: Perú21

Gene Wilder por aquel entonces aun no tenia la fama posterior, aunque ya había trabajado con Mel Brooks en Los productores, película que en nuestro país se estrenó tarde y después del éxito de El jovencito Frankenstein, su personaje sirvió también para que apareciera en un papel en la versión musical que Donen hiciera de El pequeño príncipe. Probablemente sea de sus mejores creaciones, le puso una condición al director y esta era que le dejara en la primera escena salir cojeando y luego dar un salto para que así el público no supiera si está diciendo la verdad. Tal idea parece que gustó a Mel Stuart que utilizó también la táctica de rodar las reacciones de los actores sin que supieran si aquello formaba parte del guion, hasta en una escena los actores pensaban que Wilder había sufrido una crisis psicótica.


No he leído el libro, así que no puedo comparar, pero deduzco que bebe bastante de clásicos de la literatura infantil como Alicia en el país de las maravillas, él mismo quiso participar en el guion y a pesar de tener una historia que visualmente podía ser bastante rica, no logró los resultados esperados:  los ríos y cascadas de chocolate, las ocas gigantes que ponen huevos de oro, burbujas que permiten volar, los caramelos que nunca se acaban, televisores que envían a través de las ondas objetos y personas en vez de imágenes no acaban de convencer, aunque el encanto kitsch en años posteriores les hace tener algo de encanto.


Tampoco la historia es nada del otro mundo, cinco niños que ganan un sorteo para ver la fábrica de tal enigmático personaje , todos ellos llenos de tópicos, desde el glotón, la avariciosa, el tramposo o el niño protagonista que es humilde, con buen corazón y con cara de no haber roto ningún plato, ya lo dice el personaje en un momento que todos son unos maleducados, incluidos sus padres que los acompañan que aun son peores. Pero a pesar de estas objeciones, lo que salva el film es la actuación de Gene Wilder, por lo que la película se ha revalorizado y va gustando más. La versión de Burton, aunque más rica visualmente, tenia mucho de su mundo particular y se le acusó de no ser fiel al espíritu del escritor.

Veremos, pues, si esta nueva versión corrige los defectos de las dos anteriores a pesar de Timothée Chalamet.

08/02/2022

Centenario de Albert Lamorisse, el autor de El globo rojo

 

Albert Lamorisse (Fuente: Amazon)

Suelen ser los centenarios la excusa perfecta para profundizar en diversas personalidades aunque solo sea por un año, pero como todo en la vida, hay sonoros abandonos, el año pasado justamente se recordó a Berlanga y en menos medida a Fernán Gómez, pero otros nombres quedaron en el olvido.

El nombre que traigo hoy probablemente no les diga nada a una gran parte de mis lectores, especialmente si son nacidos a partir de los 90, a los demás sí que les sonará algo el nombre, o mejor dicho una de sus obras: El globo rojo. Creo que fue en el año 91 que La 2 de TVE en ese espacio de cine infantil que se llamaba “Cine para todos” la proyectó y sirvió de descubrimiento. Aquel mediometraje, solo dura 35 minutos, es del año 1956 y dejó un gran recuerdo a aquellos niños que tuvieron la suerte de verla en pantalla grande.

Su director era Albert Lamorisse, nacido en París un 13 de enero de hace 100 años. Obsesionado con Túnez y su paisaje a raíz de un viaje en 1946, le lleva a rodar un documental, pero va más allá y piensa en una película que refleje el país, su gente y sus niños, el resultado sería Bim, el pequeño asno en 1950.


Tres años más tarde rueda Crin blanca, también una cinta infantil en la que un niño asegura poder capturar al caballo más salvaje de los llanos. En ambas películas se halla un estilo poético que llama la atención y le lleva a ganar la Palma de Oro del Festival de Cannes.

Esa concepción del cine le lleva a querer experimentar con más elementos, uno de ellos el color, y aquí surge El globo rojo del que más adelante hablaré. El gran éxito que consigue le lleva a rodar su primer largometraje Viaje en globo donde experimenta el fotografiar desde un helicóptero y captar instantáneas con un nuevo sistema, algo que seguirá efectuando. El filme es otro éxito y gana el Festival de cine de Venecia en 1960.



No obstante, pasarían 5 años hasta su siguiente largo, Fifí, la plume que estuvo nominada a la Palma de Oro de Cine de Cannes, aunque aquí la critica se mostró algo más dividida, ya que no hallaba tanto esa vena poética de sus anteriores realizaciones. Él decía que rodaba a su manera, que no era un profesional, sino un aficionado. Durante ese tiempo había rodado documentales y hasta creado un juego que más de uno tendrá aun: El Risk.


La fatalidad llegó en 1970 y en uno de esos helicópteros donde tanto quiso perfeccionar sus vistas, la muerte le llegó en un accidente con solo 48 años. Estaba rodando el documental “El viento de los enamorados”, su viuda y su hijo la acabaron y recibió un Oscar a título póstumo.

Pero vuelvo, como he prometido, a su obra más inolvidable, El globo rojo, fíjense que tratándose de un mediometraje y prácticamente sin diálogos, ganara el Oscar al mejor guion original, competía ese año con Robert Lewin y Amanecer sangriento, Andrew Stone por Julie, William Rose por El quinteto de la muerte y Federico Fellini y Tullio Pinelli por La Strada.

La historia de un niño que un buen día se encuentra un globo de ese color al que sigue por todas partes penetró profundamente en la sensibilidad de los espectadores que se emocionaban viéndola, en los cines hasta regalaban un globo como recuerdo.



Lamorisse rodaba en el barrio parisino de Ménilmontant, parte de este remodelado posteriormente debido al estado en que se hallaba, con una tonalidad entre gris y azulada en contraste con el vivo color rojo. La imagen típica del París con la Torre Eiffel no la vemos aquí, solo hacia el final y muy lejana. Ponía la cámara en esas callejuelas feas, pero que conseguían gracias a ese globo tener esa extraña alegría que daba un optimismo y esperanza a esa pobreza retratada, hasta llega a entrar en ese antiguo y tenebroso colegio que aunque no lo veamos por dentro, nos lo imaginamos, y que  nos evoca a esos 400 golpes. Por cierto, a Truffaut no le gustaba nada la película ya que criticaba que se hubiese humanizado al globo.

El tema de la infancia quedaba perfectamente inmortalizado, ya sea con la bondad inocente del protagonista o con esa maldad de quienes por envidia quieren acabar con el globo. Un emocionante y sensible final nos dejaba un buen sabor de boca.

Aunque Lamorisse no se definiera, como antes he escrito, como un profesional, tiene las virtudes de un grande, rodar en pantalla standard y convertirla como si fuera más ancha que de un Cinemascope conlleva saber de cine, qué grande resulta esa fotografía sin necesidad de recurrir a grandes pantallas. O qué gran uso del travelling hacia atrás cuando el niño corre, da la sensación en poco tiempo de ver mucho.

La película fue editada en DVD por "39 escalones" e "Impacto Films" en el 2014, recogía las otras películas de él, aun se puede encontrar si buscan a fecha de este artículo, si la hallaran no lo duden y cómprenla. Mientras, lo mismo por Youtube encuentran algo ya que en las plataformas por mucho centenario no se han acordado o no saben quién es…Ellos se lo pierden, pero ustedes intenten conocer quién fue Albert Lamorisse... Y no crean que está olvidado, en La La Land hay un homenaje y en El regreso de Mary Poppins se nota la influencia entre otras. 

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...