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10/01/2024

Cómo casarse con un millonario (1953) La verdadera

 




El pasado 5 de enero me puse a mirar por curiosidad qué películas ofrecían las televisiones y me sorprendió que en la 1 estuviera programada Cómo casarse con un millonario por la madrugada, por un momento pensé que volvían los clásicos a la hora de las brujas, algo que a la tele púbica siempre le había ido bien, la mayoría de cinéfilos recuerda con agrado el Cineclub de la 2. Pero aquello fue un espejismo, se trataba de una película polaca reciente que no conocía, telefilmes de esos con los que suelen rellenar huecos sin saber qué criterios siguen los programadores. Con el ratón Mickey ya de dominio público, se ve que la normativa que impedía titular igual dos películas pierde su efecto tras los años.

Me entraron ganas de revisar la película que, al menos antes, casi todos conocíamos, protagonizada por Marilyn Monroe, Lauren Bacall y Betty Grable del año 1953, desempolvé el DVD de aquella colección que presentaba las películas de la mítica actriz por primera vez restauradas y respetando sus formatos originales. La dirigía Jean Negulesco, un nombre que para ciertas generaciones ya nacidas a partir de los 90 no les dirá casi nada. Era rumano y había sido pintor y decorador antes que cineasta, emigró a los EEUU buscando fortuna en aquel Hollywood glorioso, sus inicios fueron dificultosos, fue reemplazado de la dirección de El halcón maltés tras dos meses en ella por John Huston, su amistad con Anatole Litvak le propició que pudiera dirigir su primera película importante: La máscara de Dimitrios (1944), consiguió ya renombre con Humoresque (1946) y especialmente con Belinda (1948) con aquella Jane Wyman en el papel de una sordomuda, por aquel entonces esposa de Ronald Reagan, que hacía sufrir a los espectadores.


Pero el estilo Negulesco no gustaba a Jack L. Warner y a pesar de los logros y el éxito de público de esta última le recriminaba que hubiesen hecho una película de “una sordomuda en el estudio que creó el sonoro”, sus continuos roces le hicieron cambiar de casa y se fue a la FOX donde empezó con un excelente melodrama muy olvidado e infravalorado: Regresaron tres, si tienen la oportunidad de verla se la recomiendo. Pero el “toque Negulesco” que él mismo reivindicaba tener en sus películas se materializó en las comedias y melodramas que realizó durante los 50 para estos estudios. Cómo casarse con un millonario fue el inicio de un esquema de comedia glamourosa, cuyo mayor protagonismo residía en las actrices, la temática solía ser blanca e ingenua, pero en su conjunto quedaban unos productos agradables y felices. Coincidió aquello con el nacimiento del Cinemascope, de hecho esta fue la primera película rodada en este formato, pero la FOX cambió a última hora y adelantó el estreno de La túnica sagrada ya que la consideraba una película más importante para presentar el nuevo invento.

No les ha de sorprender que la película tarde casi 9 minutos en comenzar, había que promocionar aquella pantalla gigantesca y tras la fanfarria de la FOX salía Alfred Newman dirigiendo una gran orquesta e interpretando una partitura suya que se utilizó en un film de King Vidor llamado La calle donde ni siquiera salía su nombre, la música tenia un toque a lo George Gershwin y para esta comedia quedaba bastante bien al estar ambientada en Nueva York, también la FOX aprovechaba para promocionar el sonido estereofónico, después de los créditos salía un conjunto de escenas de Nueva York como si fuera el Manhattan de Woody Allen, las cuales causarían asombro en aquel momento a un público que solo había visto películas “cuadradas” y no "rectangulares" para entendernos. No sé hoy si esta película fuese programada en televisión si todo esto quedaría suprimido, en los 90 cuando la vi se respetaba todo, pero ahora ya saben y como a la FOX parece que les importe un churro sus películas antiguas pues a saber qué pasaría.


Después de toda esa promoción comenzaba el argumento con una Lauren Bacall elegante que cerraba un acuerdo para alquilar un apartamento donde ella con otras dos amigas se dedicarían a buscar un millonario con quien casarse. Aparece entonces una Marilyn Monroe que no quiere llevar gafas, pero que es incapaz de ver tres en un burro, lo cual provoca gags a lo largo del film y sonrisas. A la actriz no le gustaba nada este papel de chica ingenua y pizpireta, sin embargo cumplía y demostraba ser una gran actriz de comedia. A ella se unía la ya por entonces “veterana” Betty Grable, que hasta entonces era la rubia oficial de la FOX y casi era una manera de presentar el relevo.

Más que por el argumento, destacaba el film por su elegancia a la hora de tratar las distintas historias, este tipo de comedia sirvió de base para muchas comedias españolas tipo El día de los enamorados, el público salía contento de la sala, veía unas grandes actuaciones, se maravillaba con la fotografía y concebía el cine como esa fábrica de sueños que le permitía evadirse de sus problemas. Negulesco decía que ser director no era difícil porque ya se rodeaba de un equipo y todo lo más era poner sus nombres en los títulos de crédito. Aquí, por ejemplo, estaba rodeado del guionista y productor Nunnnally Johnson uno de los mejores guionistas de la FOX que había trabajado con John Ford en Las uvas de la ira o con Lang en La mujer del cuadro, aquí adaptaba una obra de teatro que ya había servido de modelo para otras películas del estudio no tan conocidas como Tres rubias (1932) o Se necesitan maridos (1942). Por otra parte contaba en la fotografía con Joseph McDonald cuyo trabajo en Niágara resultó excelente y ya al tener experiencia con Marilyn se decidió que fuese él quien la inmortalizara en su primer Cinemascope, directores artísticos como Leland Fuller o Lyle R. Wheeler que había trabajado en Lo que el viento se llevó o el vestuario de Travilla que ya vistiera a la Monroe en Los caballeros las prefieren rubias y posteriormente en La tentación vive arriba.


Al ser una película de actrices, no se quiso poner a actores importantes, con perdón de William Powell, y se decidió promocionar a los galanes jóvenes del estudio a la búsqueda de algún nuevo Tyrone Power. Así pues teníamos entre los pretendientes de las mujeres a un David Wayne en un papel deliciosamente poco creíble y también con problemas a la hora de llevar gafas, su carrera no tuvo mucho eco salvo en televisión. Más famosos serían Rory Calhoun, inexpresivo donde los haya, pero por entonces con ese perfil de guaperas que acabó de secundario en westerns o el malo de Río sin retorno también con Marilyn, Sergio Leone lo rescató para protagonizar El coloso de Rodas en plan Victor Mature. Y el otro era Cameron Mitchell, popular en televisión con sus series del oeste y también como secundario en varios, pero sin cuajar en grandes películas los tres. A ellos se unían los veteranos William Powell en su penúltima aparición como el pretendiente de la Bacall que por razones de edad no quiere estar con ella, pero la Bacall le contesta que a ella le gustan los hombres maduros como ese galán de La reina de África, divertida referencia a su entonces marido Humphrey Bogart. Luego teníamos al siempre notable Fred Clark en un papel divertido que lleva a la Grable a un refugio de montaña totalmente distinto a lo que ella pensaba, para calmarla le pone una música que ella reconoce de Harry James (otra referencia curiosa ya que el músico era también su esposo).

El papel de Marilyn y la comedia en sí recuerdan a Los caballeros las prefieren rubias, aunque evidentemente la mala baba de la novela de Anita Loos y la ironía de Hawks aquí no están presentes salvo en algunos diálogos como el que hace referencia a Dorothy Parker y su sentencia de que "los hombres rara vez se insinúan con chicas que usan gafas".

El éxito de esta comedia propició que Negulesco repitiera el esquema en otras deliciosas comedias blandas como Creemos en el amor o El mundo es de las mujeres, pero en los 60 Hollywood empezaba a cambiar y ya estos modelos no encontraban acomodo, a pesar de que Negulesco era un gran director e incluso buscó seguir su carrera en Europa rodando Jessica en Italia con una Angie Dickinson esplendorosa, su tiempo había acabado dentro de ese cine como fábrica de sueños. Su amigo Orson Welles le recomendó vivir en España, le buscó una casa en Marbella y se trasladó a mediados de los 60 hasta su muerte en 1993 y ahí está enterrado por si a alguien de TVE le interesa y en vez de un telefilme ofrecer una película de él, al menos nos sirve esto para llenar unos cuantos párrafos, ya que lo emitido el otro día no creo que diera ni para dos líneas.


12/11/2021

Formatos alterados: del Greco a Botero

 

Fuente: Amazon
Hoy hablaremos de los formatos e intentaré no cargar demasiado la página, pues el tema daría para bastante más. Vamos a ver, hasta 1952 las películas tenían un formato para entendernos “standard”, lo que sería un 4:3 en las pantallas de televisión, o sea cuadradas.

Con la competencia de la televisión empiezan a proliferar los formatos que ensanchaban la pantalla, uno de los más famosos fue el Cinemascope iniciado por la FOX, la primera película rodada así fue Cómo casarse con un millonario (1953), si recuerdan al comienzo de esta salía la orquesta de la FOX  tocando el tema de "Street Scene" con la música de Alfred Newman para que el espectador gozase de aquella pantalla gigantesca. Sin embargo, la productora encontró más adecuado estrenarla con La túnica sagrada del mismo año, también al inicio de esta se nos mostraba todo un sinfín de imágenes explicándonos las maravillas de Roma y de paso mostrarnos las del Scope. Por lo tanto, y en plan Coco de Barrio Sésamo para que me entiendan, las películas pasan de ser cuadradas a rectangulares y en las pantallas de TV sería un 16:9.

Fuente: Wikipedia

Otros formatos compitieron con el Cinemascope, la Paramount patentó el Vistavisión estrenado con Navidades Blancas (1954) y que tuvo bastante aceptación. Los diez mandamientos (1956), por ejemplo, fue rodada también de tal manera, el formato se adaptaba mejor luego a las pantallas de televisión. Otros no tuvieron tal éxito y no porque estuvieran mal, sino por la dificultad de rodarlas de tal manera, el más famoso fue el Cinerama cuya producción más famosa fue La conquista del oeste (1962), recordarán en añejos pases televisivos que se podían distinguir tres líneas verticales molestas, pues tres eran las cámaras que se utilizaban para rodar. Gracias a una restauración que se puede gozar en el DVD, estas quedan bastante disimuladas.

Otro formato fue el Todd-AO creado por Michael Todd y estrenado con Oklahoma (1955), para poder disfrutarlo se necesitaba de una pantalla cóncava, a veces se habrán dado cuenta en determinadas películas como El tormento y el éxtasis (1965) o La vuelta al mundo en 80 días (1956) que en los lados se nota un cambio de aspecto como si la imagen se inclinase, eso era debido a lo dicho anteriormente.


Cuando TVE empieza sus emisiones y a emitir cine, las copias venían todas cuadradas, o sea en 4:3 tal y como eran las teles de antes, no era culpa de ellos, sino de las copias que las distribuidoras enviaban. Así pues, si pasaban una película en formato rectangular en una pantalla cuadrada se cortaban los lados derecho e izquierdo, o había otra solución que era homenajear al Greco, o sea alargar la imagen.

Adoración de los Pastores (El Greco) Fuente: Wikipedia

Con los años, la reivindicación cinéfila y quejas de cineastas que veían su obra alterada hizo que empezaran a distribuirse en vídeo aquello que leíamos en el lomo de Widescreen (pantalla ancha), directores como Woody Allen exigieron que películas como Manhattan (1979) solo podían ser exhibidas tal y como la rodó, Spielberg o Scorsese se sumaron, aunque hubo casos contrarios como el de Stanley Kubrick que si bien  para  2001 mandó que se respetara la fotografía, exigió que El resplandor solo se distribuyera en 4:3 y hasta hace bien poco no se ha podido ver en su imagen correcta.

Las televisiones empezaron a tomar nota, en ello jugó un papel importantísimo Pilar Miró, que tuvo que aguantar de todo porque las películas se vieran en su integridad. La ignorancia, en más de un caso inocente, de algunas personas les hacia creer que su televisión se había roto con aquellas bandas negras arriba y abajo, o que más de uno dijera que la pasan “cortada” cuando era precisamente lo contrario. Si bien TVE desde entonces tuvo bastante sensibilidad en el tema, no se puede decir lo mismo de cuando aparecieron las privadas, Tele 5 era una caja de sorpresas, a veces lo respetaba, otras  no…Antena 3 en cambio, casi nunca lo hacía, el Canal Plus de pago si que emitía todas en su imagen correcta, y las autonómicas en general también, aunque algunas veces nos disgustaban.

Pasaron los años, y llega el DVD, para gozo cinéfilo la mayoría de las ediciones ya se presentaban con el formato original, o al menos aproximado que teniendo en cuenta lo que teníamos que padecer ya era un logro.

Mona Lisa niña (Fernando Botero) Fuente: Wikipedia

Sin embargo, poco duró la alegría en casa del cinéfilo, las cada vez más abundantes pantallas planas de TV que sustituían a las de tubo y pasaban a ser rectangulares nos presentaban unas bandas negras si veíamos una película cuadrada, esta vez en el lado derecho e izquierdo. Todo aquel que no las quisiera ver, tenía el mando para ensanchar la imagen, aunque para ello perdería imagen por arriba o por abajo. Otra manera de no verlas era en vez de homenajear al Greco, hacerlo con Botero.

Tal mala práctica la llevan a cabo determinadas televisiones hoy en día cuyos nombres tenemos en la cabeza. Últimamente me he llevado también una sorpresa al ver la aplicación de RTVE Play, cuando la veo a través del Fire TV me presenta primero las series antiguas en 16:9, o sea que hay que coger el mando y pasarlo a 4:3, cuando lo normal es que la primera opción de visionado fuese la correcta.

El hombre del oeste. Fuente:Filmaffinity
Parte de culpa de estos destrozos culturales está en la poca formación de la gente en cuanto historia del cine, pero más responsabilidad tienen nuestros queridos directores actuales incapaces de decir nada al respecto. Érase una vez un director Carles Benpar que en 1988 viendo El hombre del oeste (1958) sin el Scope denunció a TVE, fue la primera que se presentó por modificar la imagen. El cineasta explicaba que una de las últimas secuencias de El hombre del Oeste es un ejemplo modélico de esto: Gary Cooper se tirotea con un bandido a través del piso de tablas del saloon y el encuadre permite verlos a ambos, mientras ellos no se ven. En la amputada proyección de TVE, que no respetó el encuadre original, no se veía a ninguno de los dos. Benpar subrayaba que "la ley permitía  salir en defensa de un autor muerto en ocasiones como ésta, en la que se menoscaba su memoria, su obra" y recordó que TVE había infringido el "Manifiesto de Barcelona", redactado en julio de ese mismo año y firmado por directores de todo el mundo

Desconozco el recorrido de tal denuncia, aunque tal y como he dicho TVE se tomó en serio el tema y la situación cambió. Hoy, 33 años después me pregunto: ¿Cuántos Carles Benpar harían lo mismo?

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...