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31/10/2024

Don Juan, mi querido fantasma (1990)

 



Última semana de octubre, toca retrasar la hora del reloj, hay que renovar el armario, ponerse ropa de manga larga o dejar de ir a la playa. Todo ello ya nos lo iban anunciando esas calabazas tenebrosas de la noche de Halloween que en los últimos años han ido penetrando en nuestra sociedad y que no paramos de ver en los escaparates.

Pero los más clásicos tenemos otros signos que marcan el cambio de tiempo: las castañeras y su olor característico que tanto nos evoca, las visitas a los cementerios y recordar a nuestros seres queridos y por otra parte, claro está, ver alguna función del Don Juan Tenorio de Zorrilla...


Ya que las diferentes cadenas de televisión no paran de repetir sus películas en poco espacio de tiempo, podría cortar y pegar los artículos que en años anteriores escribí acorde con el calendario: les hablé del día de los muertos de México en Macario (1960) o en Bajo el volcán (1983) y de una versión hollywoodiense del Don Juan en El burlador de Castilla (1948). Les paso los enlaces, de momento no me he contagiado y ofrezco algo a mis lectores “nuevo”, en este caso una comedia simpática sobre el Don Juan que dirigiera Antonio Mercero en 1990 y cuyo título era Don Juan, mi querido fantasma.


La acción se desarrolla en Sevilla un 1 de noviembre de 1990 cuando Don Juan sale de su tumba, como cada año, para redimir sus pecados y así poder salir del purgatorio. Paralelamente, el actor Juan Marquina está ensayando una versión musical de la obra. A partir de ese momento, sus dos mundos se unirán en un círculo de aventuras, enfrentándose ambos donjuanes con la colaboración de cuatro mujeres con influencia en sus destinos.

El propósito principal de Mercero era el de entretener y que el espectador se riera, aun hace tres décadas había un mayor conocimiento de este y el Halloween no nos había llegado, aunque era evidente aquello de que los tiempos cambiaban: “Se ha desmitificado bastante con el paso del tiempo, no tiene nada que ver con el que dibujó Zorrilla. Si además lo pasamos todo por el tamiz del humor, que siempre es un poco iconoclasta, tenemos una especie de caricatura del machista, altanero, orgulloso y vanidoso que es Don Juan” decía a la prensa.

El Don Juan, probablemente es uno de los grandes mitos patrios junto con Don Quijote, la Celestina o Segismundo, Valle Inclán lo había esperpentizado en Las galas del difunto con el personaje de Juanito Ventolera… Y en el cine teníamos una versión paródica a cargo de un Douglas Fairbanks, aunque no de las más recordadas del gran Alexander Korda.

Mercero ya se aproximó al personaje en un espacio de TVE de media hora de duración, él que se definía como un peregrino del cine (realizador de algún No-Do, documentalista, director de spots, de series...) acababa de cosechar un éxito crítico con Espérame en el cielo (también comentada en este blog) y se animó a pesar de tener proyectos de series (ya estaba sobre la mesa realizar Farmacia de guardia) a una comedia con un reparto coral en la que llamaba la atención la aparición de actrices “almodovarianas” tan de moda entonces, así pues teníamos a Loles León (curo rasgo más hábil es el habla, pero aquí se comunica paródicamente con castañuelas), María Barranco (como la Doña Inés en la función), Rossy de Palma o Verónica Forqué (como Inés en la vida real, cleptómana). “No son propiedad de Almodóvar” decía en plan de broma el realizador que contó con Juan Luis Galiardo, actor que había recuperado fama por su papel en la serie Turno de oficio y que estaba en plena lucha paradójica para quitarse la etiqueta de galán.


En el año de la producción lo que era la comedia popular española no pasaba por sus mejores momentos, sin embargo, esta consiguió una buena subvención, estábamos a las puertas del 92 y se quería promocionar la cultura propia. El público reaccionó con tibieza, no fue un gran éxito, pero tuvo su público. Se dijo también que las coreografías flamencas eran para comercializarlas en el extranjero: “Es un mito universal, tiene una gran fuerza de penetración en los mercados internacionales, y el cine español necesita abrir fronteras para ser rentable”.

El guion, en el que además del propio Mercero participó Joaquín Oristrell, nos mostraba que el falso Don Juan era despreciable, tiranizaba a los miembros de la compañía, maltrataba a su novia, se acostaba con todas, traficaba con cocaína… En cambio, el verdadero era bueno y afable... En la obra de Zorrilla es Doña Inés la que redime al burlador, pero aquí era él quien salva la salud mental de ella.

El lado más grotesco del filme y más de “españolada” venía representado con los chistes sobre los atributos sexuales donjuanescos, la forma de tratar el tema del narcotráfico, un par de policías algo atolondrados o la forma banal de tratar la psiquiatría.

La trama se construye como una obra de teatro, en el segundo acto asistimos a todo un vodevil con muchas puertas, camas y confusiones que agilizan bastante el metraje. De lo demás se ocupa el magnífico reparto que incluía a José Sazatornil “Saza” que se reunía de nuevo con el director después de su divertido personaje en Espérame en el cielo. Teníamos también a Luis Escobar, Antonio Gamero, Rafael Álvarez “el Brujo” o Pedro Reyes. Así pues, creo que visionarla estos días puede ser una forma  simpática de reivindicar que el Tenorio vuelva por estas fechas también.

Para abrir boca ahí va ese especial de Don Juan que Mercero realizó en los 70 en TVE con mucho elemento kitsch propio del momento

27/05/2022

Boeing, boeing. El vodevil vuelve a aterrizar

 


Consultando la programación teatral de Granada, leo que se va a representar el vodevil Boeing Boeing a mediados de junio y con él me viene a la mente el título que reunió en 1965 ni más ni menos que a Tony Curtis y a Jerry Lewis. Curiosamente, no es una película que se cite cuando se habla de ellos a pesar de lo divertidísima que es, todo un descubrimiento para quien no la haya visto.

La producción corría a cargo nuevamente de Hall B. Wallis para la Paramount, mis lectores ya leyeron la semana pasada que en 1968 tuvo que marchar a la Universal pues veía que no contaban con él, este fue de sus últimos trabajos en los estudios de la montaña, y fue el último de Jerry Lewis para estos poniendo fin a tres décadas donde pasó de ser el acompañante de Dean Martín a ser todo un excelente director y un reconocido cómico, pese a quien le pese. Lewis iniciaría a partir de ese año una cierta decadencia en sus trabajos a pesar de seguir siendo interesante, la comedia ya no interesaba tanto y él tampoco encajaba en los nuevos esquemas.

Boeing Boeing fue escrita en 1960 por el dramaturgo francés de origen italiano Mark Camoletti y fue representada con gran éxito en las principales capitales europeas, al productor le llamó enseguida la atención y ya propuso que se realizara, aunque llevando su acción a Roma, ya que creía que en París existía  cierta saturación de títulos, pero no lo consiguió. Se pensaron en muchos actores, incluso que la interpretara Mastroianni y Gassman o Peter O´ Toole del que Wallis estaba muy contento por Beckett. En cuanto las actrices, llegó a anunciar que Shirley McLaine estaría en el reparto, igualmente Janet Leigh, pero finalmente el reparto tuvo esta pareja extraña compuesta por Curtis y Lewis. En los créditos iniciales aparecen los dos nombres girando en círculo, me viene a la memoria aquella película folclórica de El balcón de la luna donde tuvieron que solucionar a quién colocar en primer lugar poniendo los tres nombres sin priorizar ninguno.

   




Tony Curtis entonces estaba en su momento más álgido, aunque empezaría a decaer en títulos poco afortunados posteriormente, su interpretación es excelente, creo que no descubro nada diciéndolo. En cambio la de Lewis es muy distinta de la que nos tenía acostumbrados, aquí no hace muecas y está más contenido. Se podría decir que es una interpretación de transición, aunque algunos críticos lo elogiaron por encima de Curtis, caso de Ángel Martínez Tomás en La Vanguardia : “de Jerry Lewis hemos de proclamar que es la mejor interpretación cinematográfica que hemos visto, en esta película no se comporta como un cretino atolondrado y estúpido en el que se le ha encasillado tan injustamente sino como un estupendo actor cómico que queda muy por encima de Tony Curtis a pesar de que éste se desenvuelve con soltura y gracia” 20-3-1965)


El director fue el poco conocido en cine John Rich, aunque en televisión tenía bastante fama especialmente con la serie Los héroes de Hogan, la película no sirvió para que se lanzase al séptimo arte, pero se desenvolvió bastante bien conjugando la pieza teatral con el lenguaje cinematográfico, priorizando el primero y sabiendo dónde usar el segundo. Mención aparte merecen las tres actrices que salen: Dany Saval, Christiane Schmidthmer y Suzanna Leigh, Ninguna tuvo una carrera significativa, más bien lo contrario, lo cual choca porque están realmente espléndidas en sus roles, pero quién se lleva la mejor parte es Thelma Ritter, de las mejores actrices secundarias que ha dado el cine

El argumento gira en torno al playboy Bernard Lawrence (Tony Curtis), un corresponsal destacado en París que engaña a tres azafatas haciéndoles creer a cada una de ellas que es su novia. Consigue mantener esta situación porque tienen un horario de trabajo diferente y en distintas líneas aéreas. Los problemas surgen cuando las chicas empiezan a trabajar para líneas aéreas que tienen potentes jets, lo que les permite pasar más tiempo en París.

Los especializados en teatro ya conocerán versiones de esta como la que 1962 dirigiera e interpretara Juanjo Menéndez, la que en 1964 dirigiera Carlos Lucena, la de Luis Varela en 1975, la de Paco Mir en el 2009, etc. Para esta ocasión el director será Ricard Reguant y tendrá como protagonistas a Andoni Ferreño y Agustín Bravo, para el papel que en la película interpretaba Thelma Ritter se cambia el género y lo hará Alberto Closas, las actrices serán Lydia Miranda, Lala Rod y Laura Artolachipi.


La obra estará de gira por toda España hasta llegar a Madrid el 17 de agosto, según Ferreño se trata de “la obra cumbre del vodevil moderno y como tal no tiene mensaje solo aspira a proporcionar diversión al espectador". Para el actor que aparte es promotor de esta, el vodevil es un género mágico muy difícil de hacer y hay que respetar sus entrañas para que funcione correctamente. Explica que no se parte de la película sino de la obra original, que se han actualizado algunos temas obligados como el uso del móvil y que el escenario será muy grande “siguiendo la máxima de nuestro maestro Arturo Fernández que decía que un vodevil necesita un gran decorado y aquí lo hay”.

Suerte pues para este Boeing Boeing, espero que sea una buena obra que nos haga reír en esta era post COVID y que de paso se vuelva a ver la película y recuperar las carreras de Tony Curtis, Jerry Lewis y Thelma Ritter. La tienen en DVD y en la plataforma Filmin



El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...