25/06/2021

Porgy and Bess de George Gershwin y su película maldita

 

 

 Este 21 de junio como ya sabrán marca el inicio del verano, y una de las más bellas canciones que llevan su nombre es este "Summertime", melodía que más de uno desconoce su procedencia. La canción está escrita por George Gershwin, letra de su hermano Ira, y forma parte de su ópera Porgy and Bess. Tal vez también este título le será desconocido o no lo habrá visto, fue estrenada el 30 de septiembre de 1935 en Boston y en Broadway el 10 de octubre de aquel mismo año.

 
Rouben Mamoulian

La producción y dirección en teatro fueron a cargo de Rouben Mamoulian, cuyo nombre cinematográficamente es bastante valioso: La reina Cristiana de Suecia, El signo del zorro, Sangre y arena, La bella de Moscou, etc. Estos y otros más configuran una notable filmografía, pero que no pudo sumar finalmente la adaptación para el cine de Porgy and Bess, le sustituyó Otto Preminger. Del film ya hablaremos luego, repasemos antes a su autor.

 George Gerhwin es uno de los nombres de oro del musical estadounidense, fallecido prematuramente de un tumor en el cerebro cuando solo contaba con 38 años en 1937, siempre lamentaremos cuántas melodías se llevó consigo. Su primer éxito fue la canción "Swanee" , canción que años más tarde cantó Judy Garland en Ha nacido una estrella (1954)

   

En 1924 compuso "Rhapsody in Blue", inmortalizada posteriormente por Woody Allen en el prólogo de su película Manhattan (1979). Escribió luego musicales como Oh, Kay!, Funny Face, Girl Crazy, Of Thee I Sing, etc. Muchas de las melodías de estos se han utilizado en películas, finalmente en 1935 estrena la obra de la que hablamos Porgy and Bess.  En 1945 siguiendo los cánones del Hollywood clásico se lleva su vida al cine, Rapsodia en azul de Irvin Rapper, con Robert Alda en el papel de compositor y con más de un elemento ficticio.

   

 En 1951 Vincente Minnelli aprovecha la partitura de Un americano en París, para elaborar un musical con varias de sus canciones y piezas más famosas, la película se lleva 7 Oscars incluyendo el de mejor película y es una de las cumbres del género.

   

Stanley Donen llevó al cine en 1957 su musical Una cara con ángel, película que con el tiempo se ha ido revalorizando con justicia ya que en su estreno estaba algo ensombrecida por películas de él como Cantando bajo la lluvia.

   



En 1964 Billy Wilder en Bésame tonto recupera algunas canciones de él que permanecían inéditas como "Sophia", "I´m a Poached Egg" y "All the Livelong Day".





Al ya mencionado Woody Allen, cabe destacar también el film de Ridley Scott que utilizó el título de una de sus canciones "Someone to watch over me", aqui traducida como La sombra del testigo (1987)


A lo largo de la historia del cine, valga la redundancia, encontraremos en más de una ocasión sus temas como este "The Man I Love" de la película New York, New York (1977) de Martin Scorsese

   


Me aficioné hace ya años a ver si podía encontrar algo sobre esta adaptación cinematográfica de Porgy and Bess de 1959, pero todo estaba confuso, que si estaba incompleta, que si estaba secuestrada, incluso preguntando a más de uno la confundían con Carmen Jones, otra de Preminger que se basaba en la ópera Carmen de Bizet con el elemento del racismo. 

Según cuenta el IMDB, esta película nunca se ha lanzado oficialmente en ningún formato , aunque hay numerosas copias piratas, que duran 115 minutos que estuvieron disponibles en VHS y DVD-R. La versión original tiene una duración de 138 minutos, sin incluir la obertura y la música de entrada. Por lo tanto, aquello de que estaba inconclusa y guardada en un cajón tenía bastante razón.

 La raíz de todo este lío parece estar en que la familia Gershwin no estaba satisfecha con la película, porque no se representó como una verdadera ópera con todo el recitativo interpretado musicalmente, y también porque los dos protagonistas estaban doblados. El director original de la película, Rouben Mamoulian , quería filmar en exteriores, pero Samuel Goldwyn se negó. Para colmo, un incendio destruyó los decorados, y Mamoulian solicitó rodar nuevamente fuera. Enfurecido, Goldwyn sintió que Mamoulian se estaba aprovechando de una desgracia y lo despidió y contrató a Otto Preminger., quien hizo la película en escenarios en Hollywood. Goldwyn no quedó nada satisfecho del resultado Problemas de derechos y que las familias Gershwin y Goldwyn no llegaran a un acuerdo económico, han imposibilitado absurdamente que tal película pueda ser vista adecuadamente.


Por fortuna, un día en la tienda del 79 de la Calle Tallers de Barcelona vi en las estanterías una de esas ediciones piratas, pregunté a los de ahí que siempre son muy amables, y me advirtieron que se veía muy mal, pero la compré ya que era la única manera de poder ver algo, si no pues la puedes usar para espantar palomas, de posavasos, aprovechar el estuche y si eres coleccionista guardar la carátula, aunque es algo fea la de esta edición.  Efectivamente ese DVD es un desastre, pero menos da una piedra, parece una grabación televisiva borrosa, pero tal y como está el asunto, casi es como tener un tesoro tenerla. 

Ambientada en un pueblo de pescadores de Carolina del Sur, Bess (Dorothy Dandridge), una mujer con mala reputación deseada por varios pretendientes, trata de librarse de Crown, su amante (Brock Peters), estribador del muelle y pendenciero. La única persona dispuesta a pasar por alto su pasado es Porgy (Sidney Poitier), un tullido que emplea como piernas un minúsculo carrito tirado por una cabra. Pero su relación se ve amenazada por la desaprobación de la gente y por el retorno de Crown. Además de los dos protagonistas, destacaba un Sammy Davis Jr en el papel de Sportin' Life, un traficante de cocaína venido del Harlem neoyorquino, el número de "It Ain´t Necessarily So" es de los mejores del filme.

   

Otto Preminger

Preminger conseguía una película bella, de un lirismo en cada fotograma impresionante y que supera incluso a su Carmen Jones, la ambición del autor en cada proyecto se notaba y si se pudiera ver en las condiciones que merece no habría duda de que su reputación de cineasta subiría varios escalones. La partitura instrumentalizada por André Previn nos deja grandes interpretaciones como esos dúos de los dos protagonistas con con el “Bess, you is My Woman Now”, o el “I Love You”, Porgy. La ambientación es perfecta, desde el Summertime antes citado, o en escenas como la de la mujer de las fresas vendiendo su mercancía o el del vendedor de cangrejos.

   

Tanto Sidney Poitier como Dorothy Dandrige fueron doblados, el primero por Robert McFerrin y ella por Adele Addison. Sidney Poitier se había negado rotundamente a asumir el papel de Porgy cuando se lo ofreció Samuel Goldwyn porque sentía que perpetuaba los estereotipos de los negros de una época pasada. Sin embargo, lo convencieron ya que el rechazo de una oferta de Samuel Goldwyn, hubiese afectado su carrera. 


El rodaje fue un infierno, al ya mencionado despido de Mamouilian hay que añadir la pugna entre Goldwyn que quería manejar todo y más teniendo en cuenta que se trataba de su última película. A Preminger le molestaba su intromisión en la edición de la película, por lo que filmó casi todo en tomas largas, con la cámara moviéndose hacia adentro y hacia afuera y los ángulos de la cámara, rara vez cambiaban durante las tomas. También hubo pocos primeros planos. Esto impidió que Goldwyn incorporara sus propias ideas fotográficas en la película.

 Curiosamente, el enfoque de Preminger fue precisamente el opuesto al de Trevor Nunn , quien filmó una versión televisiva en video de 1993 al estilo de una película cuadrada

   

Samuel Goldwyn

La película llegó unos años tarde a España, en Barcelona se estrenó el 13 de mayo de 1969 en el Waldorf y con todo el esplendor de la pantalla ancha , lo cual debió ser un gran gozo para aquellos que tuvieron la suerte de poder ir.

La crítica en general fue buena, A. Martínez Tomás en La Vanguardia del 15-5-1968 escribía: "Porgy and Bess es uno de los más brillantes espectáculos realizados hasta ahora por el cine"

La película estuvo patrocinada por el Gran Teatro del Liceo. Cabe recordar que en la ciudad condal, la ópera de Gerswhin se estrenó ahí el 3 de febrero de 1955 con gran éxito. En una crónica de Ángel Zúñiga para "La Vanguardia" también, daba cuenta que la música de Gershwin había llegado por primera vez a Barcelona de la mano de Fernando Bayés "en las revistas internacionales que hicieron famosa la frivolidad del Principal Palace" (Teatre Principal de las Ramblas). Señala que su canción "Swanee" era tatareada en toda Barcelona en 1920.

George Gershwin

El diario también aportaba un escrito de Xavier Montsalvatge un día antes del estreno, en el que recogía unas palabras de lo que Gerhwin en su día opinaba sobre su obra: Me piden a menudo por qué Porgy and Bess ha sido calificada de ópera folclórica. La explicación es simple: Porgy and Bess es una historia folclórica. Cuando empecé la partitura decidí no utilizar el folclore porque quería escribir una música coherente, de una sola pieza. Compuse mis propios "spirituals" y canciones conservando la palpitación original de la música popular. Así concebida en el estilo de una ópera clásica, Porgy and Bess no deja de ser una ópera folclórica (...). Me aseguré que sería capaz de escribir no solamente música seria, sinó además canciones alegres para que el humor y el drama se conjugaran evitando cualquier sensiblería"



 Los años pasan y no da la sensación de que podamos ver la película como se merece. De todas maneras, quién sabe, lo mismo cualquier día nos encontramos con una copia de calidad encontrada no sé dónde y que había guardado algún alma caritativa. No perdamos la esperanza, pero seamos realistas...

17/06/2021

Por San Juan, La dama del alba

 

                                        Cartel de la película de Francisco Rovira Beleta, La dama del alba (1966)

Tras el éxito de crítica y público con Los Tarantos, el director Rovira Beleta llevó a la gran pantalla la obra de teatro de Alejandro Casona La dama del alba ambientada en la noche de San Juan. Según cuenta a Carlos Benpar en Rovira-Beleta, el cine y el cineasta había visto una adaptación para televisión muy mala, pero la obra le parecía de un autor revolucionario, un teatro nuevo, aunque luego dice que estaba bastante pasada y que se engañó a sí mismo.
 El teatro de Casona tiene sus defensores y detractores, más numerosos estos últimos que lo tachan de conservador, de escribir un teatro anticuado y de no abordar los problemas realistas y evadirse en un mundo fantástico. Casona se defendía diciendo: no soy escapista que cierra los ojos a la realidad y fundante… lo que ocurre es, sencillamente, que yo no considero solo como realidad la angustia, la desesperación y el sexo. creo que el sueño es otra realidad tan real cómo dar vigilia” (José Luis Cano: "Charla con Alejandro Casona", Ínsula 1961, pág.5 





El autor tampoco se cita en los institutos o en las Facultades de Filología, tampoco está en esos cánones oficiales, no es que me dé en este blog por hablar de autores olvidados, el teatro de él me gusta, creo que está infravalorado y se le juzga inadecuadamente. Pienso que es una lástima que uno complete sus estudios literarios sin que sepa quién fue, y como él otros tantos muchos. El teatro, en si general, también suele ser marginado y reducido a unos nombres, sin dar la oportunidad de poder uno tener una opinión propia y tener ya establecidos ciertos prejuicios, en la mayoría de las ocasiones, cuando se enfrenta a una obra. 

Vi la película de Rovira Beleta sin conocer nada del autor hace ya bastantes años y me sorprendió, me dio por conocer quien estaba detrás de ese texto, se trataba de un asturiano nacido en Besullo (Asturias) en 1903 y fallecido en Madrid en 1965, había sido inspector de Primera Enseñanza en el Valle de Arán hacia finales de la década de los 20, se instaló en un pueblo leridano llamado Les y había formado un grupo de teatro infantil llamado “El pájaro pinto”. En 1931 crea un teatro ambulante que recorre 300 pueblos “desde Sanabria hasta La Mancha, desde Aragón hasta Extremadura”. Gana el Premio Nacional de Literatura con Flor de Leyendas y en 1933 el Lope de Vega y durante la Guerra Civil monta representaciones para los heridos. 



Se ve obligado a abandonar España y se establece finalmente en Buenos Aires donde escribe sus obras más famosas como La dama del alba de la que hablamos, La barca sin pescador, Los árboles mueren de pie, La tercera palabra o La casa de los siete balcones. En 1962 decide regresar a España y estrena con éxito de público todas estas obras, aunque parte de la crítica no lo ve con buenos ojos y reivindica otros autores, entonces pujantes, como Antonio Buero Vallejo o Alfonso Sastre.

Su teatro es visto, como he dicho anteriormente, en estos estrenos como anticuado y que no supo evolucionar. Conviene matizarlo, la crítica ya sea de teatro, de cine, de literatura, etc. suele encumbrar a los autores rupturistas y que buscan innovar en pro de revitalizarlo, tales elogios provocan que obras anteriores ya no sean bien vistas, en cine  la Nouvelle Vague hace que más de un crítico ya no le guste el cine de René Clair o de Marcel Carné. Pero lo peor es que se establece una división, si te gustaba Rossellini no te podía gustar Visconti, si admirabas a Saura no podías defender a Rafael Gil y si lo hacías, lo más probable es que perdieras amistades y que te tacharan de conservador. 

Creo que esto, por suerte, en los últimos años no pasa tanto, aunque también es cierto que cada vez es más reducido el grupo de gente que tiene una visión global de la historia del arte. Lo lógico y normal sería siempre poder alabar o criticar a un autor sin tener que compararlo a una estética o movimiento, poder acceder libremente su obra y a partir de ahí la variedad de opiniones enriquecería el panorama. 


 

La dama del alba se estrenó en teatro por primera vez en 1944 en Buenos Aires por la compañía de Margarita Xirgu. Ella misma, Alberto Closas, Susana Canales y Amelia de la Torre la interpretaron. En España se estrena en 1962, tras la vuelta del exilio de su autor tal y como he citado anteriormente y la dirección en el Teatro Bellas Artes de Madrid corrió a cargo de José Tamayo, en el reparto teníamos a Antonio Vico, Ana María Noé, Asunción Sancho, Julieta Serrano y Gemma Cuervo. 

El tema principal es el de la muerte y más de uno la relacionó con la película de Ingmar Bergman El séptimo sello de 1957 y estrenada en España en 1961, como habrán podido comprobar el filme de Bergman es posterior, pero al haberse estrenado la representación teatral aquí  después, daba la sensación de cierta inspiración, incluso cuando Rovira Beleta presenta su filme, cierta publicidad la anunció como “la película que hubiese querido rodar Ingmar Bergman” 

La muerte en El séptimo sello (Fuente: Filmin)



La muerte en la obra tiene rostro y voz, es bondadosa y hasta consoladora, no busca transmitir miedo, incluso se siente algo angustiada por su papel, pero acepta que forma parte de la vida y viceversa. El autor tiene bastante habilidad en crear un texto de diálogos profundos, pero a la vez cercanos al espectador. Frases que suelta como la de por qué se queja tanto la gente de la vida y luego no quiere dejarla o aquella respuesta contundente cuando le dice al abuelo sobre sus 70 años, “esos son los que ya no tienes”… son dignas de reflexionar.

La muerte en La dama del alba (Fuente: TVE)

Detrás del tema principal hay otros, uno que me gusta particularmente es el del tema del mito, la leyenda, Quizá es que soy fordiano y como recordarán en El hombre que mató a Liberty Valance, el editor cuando acaba de oír la historia dice: “cuando la leyenda se convierte en hecho, imprime la leyenda”. Una vez vean La dama del alba entenderán por qué escribo esto .

Otros temas son la inocencia de los niños, que juegan con la muerte, aunque no sepan quién es, la aceptan a pesar de ser una desconocida,  se asustan cuando ríe de aquella manera que no puede disimular. Luego el ambiente de los pueblos y el qué dirán, hay cierta crítica al mundo cerrado de estos y a cierto conservadurismo cuando Miguel se lamenta de que no puede estar viviendo con Adela por los comentarios.

 
A los críticos que no les apasiona tanto la obra, exponen cierto moralismo en el autor ya que exponen que se condena el adulterio. Esta opinión la encuentro algo discutible, cierto es, según como se mire, pero yo todas las veces que la he visto, no creo que sea la verdadera intención del texto y sí el tema de convertir en mito lo que no es y la ingenuidad de cierta sociedad carente de cultura, recordemos que los niños se quejan de que no pueden ir a la escuela al principio, por lo que la veo más como un teatro progresista que de lo que algunos comentan ya que implícitamente es bastante jugosa, como suele ser Casona, pero las etiquetas tapan demasiado.

De la película dirigida en 1966 por Rovira Beleta escribí esta crítica en el FilmAffinity:

 “La película que Rovira Beleta dirigió justo después de su mayor éxito comercial "Los Tarantos" fue esta adaptación de la obra de Alejandro Casona.. La película empieza como un cuento con su "Érase una vez..." quizás, según su director, por tener cierta atmósfera de ello. Los niños, aunque no protagonistas, juegan un papel importante en el devenir de la historia al principio... 

El realizador ambienta el filme en un pueblo leridano, bastante bien buscado, por cierto, pues su paisaje, sus casas, sus altas montañas de fondo, el río..., contribuyen a la atmósfera fantasmagórica de ensueño y realidad de la película. Una obra de teatro nunca resulta fácil de pasar al cine, para esta ocasión su director se atrevió con algunas innovaciones y cierto manejo de técnica cinematográfica como la utilización de imágenes subliminales que no podemos ver, pero que sí se quedan grabadas en el cerebro.

 Hay por otra parte un continuo sonido de la naturaleza: el agua, los truenos, el viento que van marcando ciertas escenas y tienen cierta función de alerta, pasando lo negativo a positivo y viceversa. También tenemos una buena utilización de la cámara, especialmente en momentos como cuando Dolores del Río hace varias cosas a la vez sin salir del mismo plano, la repetición de un abrazo desde diversas perspectivas, panorámicas rápidas que van de un personaje a otro, o la utilización de los escenarios sin las personas para explicar un hecho de la historia. 

Mención especial, y también curiosa, es la fiesta de San Juan ya que el mismo realizador también la saca en "Los Atracadores”, la alegría de la fiesta ofrece un curioso y original contraste con esa presencia de la muerte. En definitiva, una película con muchos temas para analizar y debatir y que convendría revisar y redescubrir.”


 Esto es lo que escribí, hoy añadiría que el director sabe cortar los diálogos largos del autor, sin quitarles por ello su esencia. Le saca el jugo a una obra, que cinematográficamente gana, ya que muchos de los elementos de Casona como el pueblo, en la película quedan perfectamente plasmados, algo que en teatro resulta complicado. Si van ustedes al Estudio 1 en el archivo de TVE echarán en falta que salga una ambientación en sus calles, plazas, etc.El director barcelonés escogió un bello pueblo de Lleida para rodar.

Lo que a Rovira Beleta le pasó, cuando dice que la obra luego le resultó pasada y que se había engañado a sí mismo, probablemente se deba a que no tuvo la película el gran reconocimiento crítico esperado internacionalmente. Y esto se debe en parte, a los dichosos prejuicios hacia Casona
que no creía en el teatro para “intelectuales”: “el teatro debe estar dirigido a un público de cultura y sensibilidad medias, a un público universal, a una humanidad general” (La Vanguardia, 23.3-1965).
Creo que el director barcelonés también pensaría lo mismo sobre el cine. Él mejoró La dama del alba, dejó realizada una gran película, que si se hubiese hecho una prueba de no decir que era española en un festival, hubiese recibido todo tipo de elogios. 

 Actualmente la película cuesta encontrarla en DVD, en las plataformas no está y no he podido ponerles ninguna escena, ya que no hay nada en YouTube, el mundo de los derechos de imagen, en más de una ocasión, se entiende menos que la muerte, pero en fin... Sí que podemos ver en el Archivo de TVE dos adaptaciones que se hicieron para "Estudio 1" realizadas por Gustavo Pérez Puig. Creo que Alejandro Casona con el tiempo se le reconoce algo más, las palabras que le dirigió Joaquín Calvo Sotelo en su fallecimiento resuenan aun: "Querido Alejandro: No creas ni por un momento que estás muerto, vives. Hoy mismo miles de personas te oirán hablar desde los escenarios del mundo (…) Si me permiten, añadiré que cada vez que vean esta película, querrán saber más de tu obra, pues un gran filme como este solo puede tener la ráiz en un grande, y Casona lo es.

Buena noche de San Juan


10/06/2021

La saga de los Rius (TVE) de Ignacio Agustí cumple 45 años

 

 
Hoy hablaré de una serie que cumple 45 años y que no está editada en DVD, pero que por suerte con el maravilloso archivo de TVE podemos recuperar. Se trata de La saga de los Rius, dirigida por el pionero de la casa Pedro Amalio López y adaptada por Juan Felipe Vila San Juan. La serie de trece capítulos sigue el discurrir de las novelas de Ignacio Agustí: Mariona Rebull (1944), El viudo Rius (1945) y Desiderio (1957), englobadas dentro de una pentalogía llamada La ceniza fue árbol que añadía dos más posteriores, pero que ya no forman parte de la serie de TVE: Diecinueve de julio (1965) y Guerra Civil (1972). 

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Se trata de, como bien dice el título, un recorrido por la familia burguesa de los Rius y sus tres generaciones entre 1882 y 1916, un retrato histórico de esa Barcelona emprendedora, el desarrollo industrial, acontecimientos históricos, amoríos, etc. Pero paremos un momento y detengámonos en el autor de las novelas: Ignacio Agustí (Lliçà de Vall 1913-Barcelona 1974), probablemente a los más jóvenes e incluso a los de mediana edad no les sonará de nada el nombre, tampoco se estudia ni se cita, no forma parte de esos cánones oficiales tan discutibles...

 Sin embargo, sí que fue conocido en su día, vayamos a la hemeroteca y veamos lo que dijo Azorín sobre él cuando escribe Mariona Rebull: “¡Por fin tenemos un novelista!”. Tal fue el éxito de sus dos primeras novelas, que el director José Luis Sáenz de Heredia se interesó en llevarlas a la pantalla y tres años después de su publicación asomaba la película de Mariona Rebull con un notable éxito de público y de crítica, ahí teníamos a José María Seoane como Joaquín Rius, a Blanca de Silos como Mariona y una joven Sara Montiel como chica de revista que ya presagiaba sus películas posteriores

 

Fuente: Amazon
Fíjense que Horacio Sáenz Guerrero en "La Vanguardia" del 6-4-1947 no detalla el argumento ya que “las dos novelas de Ignacio Agustí son ampliamente conocidas para que nosotros tengamos que dar una referencia de ellas” La película impactaba y en ella teníamos la famosa escena de la bomba del Liceo “probablemente superior en riqueza escenográfica y en densidad dramática a todo lo que hasta ahora nos haya podido ofrecer nuestro cine… y el de los demás” sentenciaba el artículo. Por cierto, que más de uno cree que Mariona Rebull fue un personaje real, de ahí la grandeza de la novela, la de convertir un personaje ficticio en todo un referente mítico de la ciudad.  

 

Si uno busca enciclopedias de escritores en lengua española no hallará mucho de Ignacio Agustí, tan solo las referencias a estas novelas y algunos datos interesantes como que fue director de la Revista "Destino" entre 1944 y 1956. Con malevolencia quizá no intencionada, se nos apuntará que apoyó la causa nacional en la Guerra Civil, lo cual es cierto, pero convendría cuando se escribe sobre alguien que se dijese todo y no quedarnos vagamente en un periodo de su vida como sucede en este tipo de entradas. Ignacio Agustí tiene todo un historial contradictorio que debería interesar y no quedarse con una sola imagen.


 En su centenario, hace 8 años, el periodista Sergi Doria publicó una interesante biografía del escritor titulada Ignacio Agustí, el árbol y la ceniza y con el subtítulo de “la polémica vida del creador de La saga de los Rius”  matizaba su “reaccionarismo” y retrataba con profundidad su vida, sus luces y sus sombras. Acaba con esa etiqueta de que era falangista, sí lo fue entre el 37 y el 42 como muchos otros provenientes de la “Lliga” de Cambó. Sin embargo, después estuvo amenazado por ellos que entraron pistola en mano preguntando por “el cabrón de Ignacio”, en la sede de "Destino" ya que había liberalizado de tal manera la revista que veían un peligro en él, eso le lleva a abandonar Barcelona momentáneamente y de hecho Mariona Rebull la escribe en Zúrich.
Fuente: Amazon

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 La Reina Isabel II le concedió la “Medalla por el Servicio en la Causa de la Libertad” por su apoyo, como director de "Destino", a  Gran Bretaña durante la II Guerra Mundial. Crea a su vuelta en 1944 el famoso “Premio Nadal" y su voto es decisivo para que Carmen Laforet se lo llevara por Nada, eso le comporta un alejamiento con Josep Vergés que no estaba de acuerdo y con González-Ruano que pensaba que sería el ganador. 

Contrató luego a Ana María Matute que publicaría sus primeras novelas. Otros datos interesantes para citar son que, a raíz de la disolución de "Destino", compra la Librería Argós en 1957, situada en el número 30 del Paseo de Gracia; arranca de Manuel Fraga Iribarne la autorización para publicar “Tele/Estel” al amparo de la empresa “Tele/Exprés” que congregó a un buen plantel de firmas catalanas, fue la primera publicación escrita íntegramente en catalán después de la Guerra Civil sin estar vinculada con la Iglesia Católica. 

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Cabecera del diario. Fuente: Wikipedia

Manifestaxión delante de la Catedral de Barcelona
 Fuente: Germinans Germinabit

 En el diario Tele/eXpres ejerce de director, pero en este causa polémica un artículo suyo en el que critica la manifestación de sacerdotes efectuada el 11 de mayo de 1966 y que oficialmente era para protestar por la detención y palizas efectuadas a Joaquim Boix, delegado de los estudiantes de la Escuela de Ingenieros y militantes comunistas. Los sacerdotes, que iban ensotanados, fueron hasta la Jefatura de Policía de Vía Layetana para entregar al comisario Creix una carta. Esta fue reprimida por la policía y provocó una nueva división entre las relaciones de la Iglesia y el régimen. Cabe apuntar que sectores catalanistas de esta no aceptaban que el Arzobispo Marcelo González hubiera sido designado sucesor de Gregorio Modrego en Barcelona y varias pancartas con el lema de “Volem Bisbes catalans” aparecieron en determinadas parroquias aquel mismo año. También hay que recordar la famosa “Caputxinada” de solo dos meses antes, en la cual centenares de estudiantes e intelectuales se encerraron en el convento de los capuchinos situado en la C/ Cardenal Vives i Tutó 2 de la ciudad condal.

 Ignacio Agustí escribió un artículo criticando la manifestación y calificó a los sacerdotes de “bonzos incordiantes” en su artículo "La procesión política", expresión que fue, según cuentan las crónicas, bastante popular en su momento y que provocó un fuerte rechazo entre los sectores catalanistas, el escritor no entendía por qué el escrito había levantado tantas ampollas, del cual llegó a recibir, según cuenta, mil cartas a favor y otras mil en contra, pero lo peor fue que se inició una campaña contra él.

(Pueden leer el citado artículo "La procesión política" en la interesante página de "La hemeroteca del buitre" clicando aquí,  hay un lapsus en la fecha, debería poner 1966, no 1976.

 La fachada del diario fue pintada con un “¡Feixisme no, Democràcia!”, se incendiaron ejemplares del diario, la policía tuvo que proteger el edificio, y el denominado “Comité de la defensa de la Dignitat Ciutadana” escribió a Luis Sentís, Presidente del Consejo de Administración del diario, pidiéndole una rectificación y si en tres días no lo hacía, se declararía a Agustí como “enemigo público número 1 de Cataluña”, se llamaría a un boicot al diario, así como a sus marcas comerciales. Finalmente, Ignacio Agustí tuvo que dimitir y la dirección pasó a Carlos Sentís. (CREIXELL Joan La "manifestació" de capellans de 1966. Publicacions de l'​Abadia de Montserrat. Col·lecció "Biblioteca Serra d'Or". Barcelona 1992)

 

Ignacio Agustí falleció el 26 de febrero de 1974, en la misa “in corpore sepulto” celebrada en la parroquia de San Eugenio I, Papa, acudieron numerosas personalidades de la vida cultural, entre otros Guillermo Díaz-Plaja, Carmen Mieza, Ana María Matute, Carmen Kurtz, Francisco Rovira Beleta, Josep Cañas, Xavier Montsalvatge, Manuel Blancafort, Maurici Torra-Balari, Delmiro de Caralt, etc.

 Llegaron muestras de afecto entre otros escritores como Camilo José Cela: “quisiera dejar constancia de que su obra me parece la de un novelista de cuerpo entero”; Vicente Aleixandre: “Mariona Rebull fue para mí una de las revelaciones de la nueva literatura posterior a la guerra española”; Joaquín Calvo Sotelo: “Me remuerde la conciencia en la parte alícuota que me corresponde, de que la Academia no haya inscrito su nombre en la lista de sus miembros. Con su muerte se va un escritor imaginativo. Un creador de seres humanos, no de muñecos y un hombre honesto. Son esas virtudes tan raras que valen la pena de llorarlas.”; Miguel Delibes: "Fue uno de los contados novelistas que abrieron camino a nuestra novela después de nuestra guerra y que consiguieron atraer la atención del público español que estaba en manos de los Lajos Zilahy, hermanas Brontë, etc.”; Dionisio Ridruejo: "Ha muerto un escritor de su ciudad, de la que nunca ha querido salir espiritualmente, su desaparición constituye un verdadero dolor para las letras nacionales." (Hemeroteca de La Vanguardia, 27 de febrero de 1974)

 En los años 70 empezó a gestionarse en TVE que La ceniza fue árbol podía convertirse en serie, Juan Felipe Vila-San Juan convenció a los directivos a raíz del éxito que estaba teniendo en televisiones europeas La saga de los Forsyte producida por la BBC y que adaptaban las novelas de John Galsworthy, de ahí que se diera el título de La saga de los Rius.  

Dirigida por uno de los pioneros de TVE Pedro Amalio López, el cual con Vila-San Juan ya habían tenido un gran éxito con la adaptación de El conde de Montecristo, contó con un excelente reparto: Fernando Guillén daba vida a Joaquín Rius, Maribel Martín a Mariona Rebull, José María Caffarel a Desiderio, etc. Podíamos ver a rostros como Mari Carmen Prendes, Ramiro Oliveros, Alejandro Ulloa, Emilio Gutiérrez Caba, Montserrat Carulla, Rafael Anglada, Alfred Lucchetti, Victoria Vera, Teresa Gimpera entre otros. Su presupuesto fue de 60 millones de pesetas.

Personalmente me encanta ver esta serie, ya que está rodada con gran sensibilidad, era una época en que no se notaba ese nerviosismo de tener que ir a toda velocidad en las tramas como en bastantes producciones actuales. Tiene una música del gran Augusto Algueró que mezcla  composiciones populares catalanas. Hay momentos de la serie inolvidables como ese paseo de Joaquín Rius con su hijo hasta la fabrica o el famoso atentado del Liceo, rodado con un brillante color, del que hay que recordar que muchos no lo pudieron apreciar en el momento de su estreno ya que aun las televisiones en color no eran mayoría. 

 



TVE nos da la oportunidad en su archivo de verla en español o en catalán, sin embargo, esta última está algo resumida y la calidad de imagen no es del todo lo deseable, recomiendo mejor ver la versión castellana. La serie tuvo bastante éxito, incluso la revista "Diez Minutos" regalaba las acuarelas de diferentes lugares de Barcelona que aparecen en los créditos del inicio y del final. Lástima que tal serie no saliera editada en DVD, caso extraño este, ya que la mayoría de las series de TVE han sido editadas con numerosos extras y esta, sin duda, era de las más atractivas. También hay que lamentar que las dos restantes de la pentalogía no hayan sido adaptadas. Pueden seguir la serie desde el cápitulo 1 clicando aquí, en el archivo de de RTVE:

03/06/2021

My Fair Lady en la 2

 



Aunque esté alejado de la programación televisiva, me alegra ver que sigan pasando clásicos y que estos tengan buena audiencia. Los musicales, no obstante, suelen ser el género menos visto, por desgracia. En una lista de las películas de la 2 más vistas, West Side Story o Los paraguas de Cherburgo ocupan injustamente los últimos puestos. Por eso, felicito a TVE (que no digan que siempre hablo mal de ellos) por programar este lunes My Fair Lady, el musical de Frederick Loewe y Alan Jay Lerner, producido por Jack L. Warner, dirigido por George Cukor y con Rex Harrison y Audrey Hepburn de protagonistas. https://twitter.com/GerardoQuietMan/status/1399642540652048389?s=20

   

No tuve la suerte de verla en pantalla grande, siempre esperaba que la Filmoteca la proyectase, pero no hubo suerte…La descubrí, precisamente en un pase de Tele 5 (sí, he escrito bien…) un 14 de agosto de 1991 por la noche, me acuerdo perfectamente porque desde el piso de Gracia de Barcelona donde vivía, se escuchaban los martillazos de cómo iban montando el decorado en la calle para la fiesta mayor del barrio. Combinación curiosa aquella, entre los vecinos que tenían que superar las tentaciones de Morfeo para tenerlo todo preparado para el día siguiente, las notas del "I Couve Have Danced All Night" se escapaban por las persianas de madera bien abiertas por el calor, casi como indirecta o como homenaje,pues los que somos de Gracia nos gusta estar bien despiertos esa noche para ver los engalanados a primera hora...

 

El pase de la cadena privada sorprendía aun más porque era en su espacio estrella reservado para los grandes estrenos y películas recientes que se llamaba "Cine 5 estrellas", la película bien se merecía tal calificación. Anteriormente había sido emitida por TVE, uno de sus pases fue criticado por coincidir con el montaje teatral de Alonso Millán en 1982 con Alberto Closas (lástima que no se pueda ver ningún vídeo o grabación de él como Henry Higgins, a ver si se acuerdan de que en octubre es su centenario…) y Ángela Carrasco en Madrid y que provocó, según ellos, un bajón de espectadores.

 Por suerte y al igual que en aquellos pases, las canciones iban en inglés subtituladas. La cadena privada la emitió dos veces más, una en verano y otra por Navidad, pero ya de madrugada para poder seguir en vela toda la noche. Pasaron unos años y en el 95, Canal Plus programó codificada (para los que no lo sepan, había un aparato decodificador al que se le ponía una llave y entonces se veían las películas, ya que era de pago) una restauración de esta a cargo de Robert A. Harris y James C. Katz y que contaron con la colaboración de Martin Scorsese. En aquel entonces tenía el Plus, pero la sorpresa fue que las canciones las cantaban en castellano, ya no era la copia de antes. Ahí teníamos a Felipe Peña que se atrevía a cantar y salía bien parado, entre otras cosas porque era un magnífico actor aparte de ser la voz de John Wayne y de tantos actores. 




Pero aquellas canciones compuestas para ser cantadas en la lengua llana de Shakespeare, nunca encajarían del todo en el idioma de Cervantes con esdrújulas, de ahí que ciertas frases desentonaban, aunque también el ingenio del adaptador Ernesto Santandreu (Maestro Damasco) al parafrasear "The rain in Spain stays mainly in the plain" por "La lluvia en Sevilla es una pura maravilla" le dio aun más popularidad a la canción, incluso se acuerda uno más de esa traducción. Por cierto, el doblaje de los diálogos es maravilloso, incluso los enemigos de esta técnica lo reconocen.

  




 Audrey Hepburn fue finalmente doblada en la versión original por Marni Nixon, aunque ella quiso probar en cantarlas. Pero a Jack L. Warner no le convenció su acento, aunque la actriz había cantado con su voz años antes el musical dirigido por Stanley Donen Una cara con ángel.

   
                                           Audrey cantando con su propia voz

 El productor no quiso que Julie Andrews, que es quien la cantaba en teatro, tuviera el papel porque no quería arriesgar el dinero en una actriz que por aquel entonces era desconocida en cine. Audrey que era muy sensible, no le gustaba mucho esta papeleta, pero Warner le dejó bien claro que si rechazaba el papel, no llamaría a Julie Andrews. Años más tarde la propia Audrey reconoció que si ella no hubiese aceptado, Warner tenía en la mente a Liz Taylor que soñaba con el papel.

 

La amistad entre las dos actrices siguió, como bien puede comprobarse en las fotos de la ceremonia de los Oscars donde Andrews consiguió la estatuilla por Mary Poppins que fue su debut en cine y Audrey, debido al tema de las canciones, no fue ni siquiera nominada, actitud de esas tan feas con las que obsequia más de una vez la Academia de Hollywood. “El papel era para ti, pero no tuve las agallas de rechazarlo” le dijo Audrey a Julie. Lo cierto es que la Hepburn está maravillosa y cuesta pensar en otra actriz para la película.

   
                                 (versión con la voz original de Audrey Hepburn)

En español la dobló en las canciones la cantante de la discográfica Belter,Teresa María. Famosa porque puso voz a diversos doblajes de musicales en España y le dio voz a Julie Andrews en Mary Poppins, Sonrisas y lágrimas o Millie, una chica moderna. Poco se sabe de ella, en Wikipedia se nos dice que su nombre real es María Teresa de las Heras y que su hijo es el cantante Macaco con un estilo musical muy distinto al de su madre. En una entrevista en el "Heraldo de Aragón" del 15-03-2015 ella habla sobre estas películas. Nos cuenta que del medio centenar de voces que enviaron a la propia Julie Andrews, esta escogió la suya

   

Cita que en las canciones en inglés cerraba mucho la boca y que le facilitaba la sincronización, algo que con Audrey no pasaba ya que al no cantar abría “unas bocas impresionantes” y que no sabía qué hacer para acompasar las canciones. Cuenta Teresa María que Saul Chaplin le hizo una oferta para ir a Hollywood, pero que la rechazó porque sus padres se negaron.

   

 Por la red se pueden ver curiosidades como unos números para TVE con Concha Velasco.  

 En la década del 2000, Paloma San Basilio y José Sacristán la volvieron a representar en teatro a raíz del éxito de la pareja en El hombre de La Mancha, luego ya fue interpretada por Juan Gea y otros actores

   

 Veremos si este nuevo pase en la 2 vuelve a recuperar la versión doblada, pero con las canciones en inglés…

27/05/2021

Tres grandes musicales de Joshua Logan

 

Seguramente, muchos de los jóvenes cinéfilos de hoy en día, no les diga apenas nada el nombre de Joshua Logan, es cierto que los que tienen más edad tampoco lo reivindicaron mucho.Un caso extraño,  uno de esos realizadores con una filmografía corta, pero interesante, llena de clásicos que en su día dieron bastante de que hablar. Picnic, Bus Stop, Sayonara, Fanny…Hoy voy a recomendar brevemente tres musicales que realizó y que son una delicia.

 Empecemos con Al sur del pacífico (1958), se trata de un musical de Rodgers y Hammerstein que el propio Logan montó en Broadway tras leer los relatos de James A. Michener. En la trama hay una doble relación sentimental: por una parte, la enfermera norteamericana (Mitzi Gaynor) que se enamora de un residente francés (Rossano Brazzi) de la zona; por otra, la nativa (France Nuyen) con un teniente yanqui (John Kerr). En ella, como ya adivinarán, se tratan temas como las relaciones interraciales y la denuncia de racismo en la sociedad estadunidense de la época, casi se diría que es una especie de continuación de su película Sayonara con Marlon Brando.



Es una película, que al igual que los otros dos musicales que citaré, tiene sus defensores y detractores, aunque en este caso la balanza se inclina más hacia el lado negativo. A Logan se le achacó un reparto con poco carisma y que no supieran cantar, que dejase la carga ideológica en un segundo plano, algo que suele suceder en todo musical donde la música es la principal protagonista, y que esos números rodados con esos filtros monocromos resultaran poco estéticos. A pesar de que dicen que fue un fracaso el filme, lo cierto es que fue de los más taquilleros de ese año. Logan, digan lo que digan, le dio gran vitalismo a esta obra, números como "There is Nothin Like a Dame” tendría que estar en cualquier antología del género, al igual que otras como “A Wonderful Guy “con gran ritmo y color o la curiosa
“Bali Ha´i”

 

 “Some Enchanted Evening”, el tema más lírico y bello con ese atardecer, probablemente el más famoso de la película

 .  

 Tras 8 años vuelve al musical con Camelot, sus detractores señalarán que es larguísima o que en ella hay una atmósfera de "hippismo" repelente, algo que molestaba mucho a la pareja Redgrave-Nero, cuando vinieron a Sitges en el año 87 dieron fe de ello. Sin embargo, sí había un trasfondo ecologista ya que los vestidos fueron confeccionados con tejidos naturales, algo que le acercaba más a la moda sesentera que a la Edad Media. De todas maneras, no creo que esto sea motivo para decir que la película ha envejecido mal, el musical de Frederick Loewe y Alan Jay Lerner tomaba como punto de partida la novela de T.H: White The Once and Future King que Walt Disney ya había adaptado para su Merlín, el encantador (1963) El hecho de ver un Camelot donde las letras de las canciones nos recordaban que las flores crecían en ramilletes, que el invierno estaba prohibido hasta diciembre o que la lluvia jamás caía antes de ponerse al sol, nos aproxima más bien a una atmósfera de cuento, más que de apología de ciertas modas pasajeras. 

En Broadway, Camelot se estrenó el 2-12-60 y tuvo 873 representaciones, lo interpretaban Julie Andrews y Richard Burton, cuando Jack L. Warner decide llevarlo al cine se gasta 15 millones de dólares y quería a Julie Andrews, incluso se disculpó con ella por no haberla contratado para My Fair Lady.

   

 Pero el productor acabó cediendo a los gustos de Logan que pidió a Redgrave ya que daba una imagen más adecuada de mujer adúltera que no una monja como Andrews, según palabras de él. Para Lancelot se eligió a Franco Nero, un actor más bien limitado y más para este tipo de producciones, aunque superaba bien la prueba, entre otras cosas porque Logan sabía dirigir bien a los actores. Al igual que en South Pacific, se rodó en grandes exteriores, para nada tenía ese regusto teatral de otros musicales. Logan rodó en España, veía que los castillos de Inglaterra estaban en ruinas o tenían adiciones modernas, mientras que aquí se conservaban enteros los que fueron construidos en la Edad Media. Finalmente, Logan eligió el castillo de Coca y el Alcázar de Segovia.

   

 El resultado final fue un musical maravilloso, con grandes números como el inolvidable "If Ever I Would Leave You" que según cuenta Jaume Figueras se había hecho ya famoso en nuestro país porque se utilizaba en el programa de TVE "Reina por un día". Algo parecido sucedía con el "I Could Have Danced All Night" de My Fair Lady que era la sintonía del programa "Fantasía" de RNE. La canción ha tenido múltiples versiones y alguna que otra parodia.

   




 A Richard Harris la canción que más le gustaba era la de "How to handle a Woman", que la consideraba la creación más bella de todo musical.  

 Como solía ser típico en Loewe y Lerner, más de una canción era dialogada como este "What do The Simple Folk Do". No olvidemos tampoco el número de Camelot y la boda  

 Aunque la película no tuvo el éxito esperado porque según Warner el reparto no era lo suficientemente atrayente, a los productores poco les importó y dos años después Logan volvería con La leyenda de la Ciudad sin Nombre, otro musical de Loewe y Lerner, mi preferida entre las tres, fue su última película con solo 61 años, fallecería a los 79. Aquí sí que el reparto era popular, aunque el rodaje estuvo marcado por las diferencias con Lerner que además era productor ejecutivo y lo amenazaba con sustituirle por Richard Brooks (curioso nombre para un musical…) Ambientada en plena fiebre del oro, se trata de un musical vitalista y a la vez cínico que propone una divertida reflexión sobre las relaciones sexuales, la respetabilidad, el dinero, la amistad, el sentido de propiedad, las raíces de uno, etc. Inolvidable final que casi podríamos emparentar con el cine cómico.

Logan volvía a ofrecernos otro “menage à trois” como en Camelot, aunque aquí ella estaba casada con los dos protagonistas. Eastwood canta con su propia voz, aunque al actor no le gustó la película y la consideraba un Cat Ballou 2 por el protagonismo que tenía Lee Marvin, el cual conseguía un papel parecido a ese confeccionando un aventurero borrachín y jugador.

 Mención especial para Jean Seberg, que demostraba poder trabajar en comedias y romper ese encasillamiento de musa de la Nouvelle Vague. Si me preguntan cuál sería la única película que me llevaría a una isla, no tengo dudas de que sería esta, me hace sentir acompañado, me provoca sonrisas, veo además un western, una de aventuras, una comedia, sus canciones son pegadizas y de calidad…

 La película costó 20 millones de dólares que no pudieron recuperarse, pero con los años ha ido creciendo en prestigio, la canción "Wand´rin Star" fue número 1 en muchos países, incluido España donde José Guardiola popularizó una versión en español.

     

 Pero no hay que olvidar los otros números como el bellísimo “They Call the Wind Maria”, el bucólico "I Talk to the Trees” o el lírico "A Million Miles Away Behind the Door”, así como el rítmico tema del comienzo “I´am on My Way”  

 Si ustedes han tenido un mal día, están deprimidos, o simplemente quieren animarse más y de paso ver buen cine, opten por cualquier de estos tres musicales. Ya les aviso también, de que incluso, si no son muy aficionados al género, quedarán satisfechos.


20/05/2021

Gil Parrondo, el centenario olvidado

 

 

2021 es un buen año para recordar grandes figuras del cine español como Luis García Berlanga o Fernando Fernán Gómez cuyos centenarios se celebran en las próximas fechas.Se está hablando mucho más del primero que del segundo, sin embargo, hay un tercero del que poco o nada se está comentando, y ese es el director artístico Gil Parrondo, nacido en Luarca (Asturias) el 17 de junio de 1921.

 Antes de continuar, conviene explicar qué es un director artístico: también llamado escenógrafo, diseñador y decorador. Es el responsable de todo lo que hay delante de la cámara (decorado, attrezzo vestuario y peluquería) y de la ambientación concreta de cada secuencia. Se ocupa de las localizaciones de exteriores y del diseño y construcción de decorados, coordina un equipo más o menos amplio formado por maquetistas, arquitectos de interiores, ambientadores, pintores, jardineros, atrecistas, diseñadores de vestuario, sastres, peluqueros, etc., y realiza su trabajo en coordinación con el director de fotografía y el equipo de iluminadores a fin de planificar los movimientos, posiciones y encuadres de la cámara.

 La definición o, mejor dicho, cuál es el trabajo propio de los directores artísticos siempre ha sido algo difícil de aclarar, pero unas palabras del propio Gil nos pueden ayudar a entenderlo mejor: “En realidad, nosotros somos decoradores, somos los que hacemos los decorados o localizamos unos exteriores, según lo que necesita la historia o el guion. Eso es lo que hemos sido desde siempre: simplemente decoradores. En España se decía: los decorados los hace fulano de tal. Después, al cobrar cada vez más importancia este departamento nuestro, vino de América, de Hollywood, la designación “art director” o sea el director artístico y así se mantuvo bastantes años. Y más recientemente, se empezó con lo que llaman el “diseñador”, una cosa muy complicada, el diseñador de producción, una cosa muy rara, ¿no? Y ahora, entre nosotros, en la jerga nuestra, se dice: ¿quién diseña esta película? Se emplea habitualmente el diseño de la película que no me parece mal como diseño. pero si a mí me preguntan, yo siempre diré que mi profesión es la de decorador. Yo soy decorador de cine y me gusta que pongan Decorados: Gil Parrondo, más que director artístico, más que cualquier otra cosa.”

 Gil Parrondo llevaba en una agenda todas las películas en las que había trabajado, en el documental de Desde mi ventana de Miguel Ángel Trujillo de 2013 enseña que su primer trabajo fue en Los cuatro robinsones (1939) de Eduardo García Maroto. Vendría luego una fructífera unión con el director artístico Sigfrido Burmann en producciones de Cifesa, tales como La Nao capitana (1947) de Florián Rey, Locura de amor (1948) de Juan de Orduña, Un hombre va por el camino (1949) de Manuel Mur Oti, Sangre en Castilla (1950) de Benito Perojo, Lola la piconera (1952) o Jeromín (1953) ambas de Luis Lucia. Tales colaboraciones son su mejor entrenamiento para la elaboración, diseño y construcción de grandes y dificultosos decorados, experiencia que le resultaría muy provechosa en sus encargos posteriores cuando tuvo la oportunidad de trabajar en producciones internacionales que le permitieron el uso de más medios y recursos.

 

Gil se refiere a esta etapa en los siguientes términos: “Burmann en realidad ha sido mi maestro, es con quien más he trabajado, lo he hecho en cine y en teatro y aparte de todo lo que aprendí con él, que fue mucho, no solo está el aspecto profesional, puesto que era mirarle y observar esa capacidad de trabajo que era inmensa, pero, sobre todo, era su cualidad humana, eso es lo que más me gustaba. era un hombre realmente admirable” 

En 1952 viene su primera incursión internacional, aunque su nombre aun no salía en los títulos de crédito, en Tres historias de amor (Decameron Nights, 1952) de Hugo Fregonese  y cuyo diseñador de producción era Thomas N. Moraham. La película fue rodada en varios lugares de España tales como La Alhambra de Granada, el Alcázar de Segovia, Ávila o Blanes, en plena Costa Brava.

   

 Por desgracia, es una película poco vista que intentaba explotar el éxito de Pandora y el holandés errante, la cual había internacionalizado la Costa Brava y de paso explotar el turismo en España. Su primer trabajo ya en una película con cierto renombre fue el de Mr. Arkadin (1955), nada menos que con Orson Welles, así lo veía Gil: “un trabajo árido, duro, porque los resultados artísticos fueron más que dudosos, aunque resultó muy atractiva por los decorados que tuvimos (Espinosa y él) que montar, a veces que improvisar, en fin, una labor muy interesante". No guardaba buen recuerdo del director de Ciudadano Kane: "hable mal porque acababa de leer en "Cahiers du Cinéma" que Orson Welles decía que en Mister Arkadin había hecho no solo el guion, la interpretación y la dirección, sino también los decorados. ¡Con todo lo que yo sufrí en esa película se va a apuntar él también los decorados!" No obstante, Gil Parrondo, siempre se llevó bien con sus directores, su humildad y bonhomía se palpan en cada una de las entrevistas que uno puede hallar.

 

Alejandro Magno (1955) de Robert Rossen fue la primera producción de gran presupuesto en la que colaboró junto a Luis P. Espinosa, con el que compartiría una amplia filmografía, su nombre tampoco aun figuraba. Al frente del departamento artístico se encontraba Andrej Andrejew. En esta película trabajaron muchos profesionales de diferentes áreas que serían llamados sucesivamente en cada superproducción rodada en nuestro país, y parte de ellos formarían parte del equipo de Samuel Bronston dos años después con El Capitán Jones (1957).

   

Antes de esta, colaboró en tres películas internacionales, Orgullo y pasión (1956) donde buscó innumerables localizaciones, aunque no he podido encontrar información  si aquel paisaje de Loja (Granada) con mar añadido fue idea suya. Recordemos que la imagen de este pueblo granadino había sido utilizada por Leo McCarey en Sopa de ganso y que como homenaje se dedicó un mirador a los Hermanos Marx en dicha localidad.

  

Luego vendría La frontera del terror (1956) donde tuvo que ambientar en parajes españoles zonas de Albania. La tercera en cuestión fue Simbad y la princesa del mismo año, aquí sí acreditado, supuso su encuentro con el mítico Ray Harryhausen y perfeccionó su conocimiento del uso de las maquetas, de las cuales tenía experiencia por su trabajo con Burmann. Parrondo volvería a escoger La Alhambra de Granada y entre otras localizaciones volvería a rodar en la Costa Brava, destacando el uso de la Playa de Sa Conca (Playa de Aro, Gerona) que sería habitual en sus películas, así como en otras superproducciones.

   

Empieza entonces su trabajo con el imperio Bronston, aunque tampoco su trabajo sería inscrito en los créditos, ni tampoco estaría en nómina fija. Él tenía asignado el cargo de "Art director Spain". En El capitán Jones (1959) hizo pasar el trono del Palacio Real de Madrid por el de Catalina de Rusia en Moscú o convirtió Denia (Alicante) en un pueblecito pesquero escocés.

   

Vino a continuación Rey de Reyes (1960), eligió el paraje de El Cautivo en el desierto de Tabernas (Almería), para la escena en que Jesús es tentado por el diablo y tiñó con polvillo coloreado una parte de la zona. Vinieron luego El Cid (1961), 55 días en Pekín (1963) y La caída del Imperio Romano (1964), Bronston recurrió como decoradores a unos poco conocidos como Veniero Colosanti y John Moore que habían trabajado en Trapecio (1956) o Adiós a las armas (1957). Parrondo detalla así su trabajo con ellos "En el Cid aparecieron Colasanti y Moore. John Moore era un pintor americano Colasanti era un decorador italiano de mucho prestigio y de gran personalidad. Vinieron de Italia contratados por Bronston que tenía mucha intuición para estas cosas y una gran percepción de lo que era un director de arte, los dos tenían un gran sentido del color y ellos hicieron todos los decorados y los trajes; las dos cosas muy bien. Tenían mucha libertad, y, además, como la situación era muy favorable en cuanto a gasto en construcción de decorados, podían disponer de un nutrido equipo: lo que teníamos era un equipo enorme, éramos lo menos unas 40 personas en el departamento de arte, ¡como en los tiempos gloriosos de la Metro!"

Llegó el final de las producciones de Samuel Bronston con El fabuloso mundo del circo (1964), donde el presupuesto fue muy ajustado en comparación con las anteriores, la imaginación de Gil Parrondo consiguió vaciar las butacas del Gran Teatro del Liceo de Barcelona para instalar una jaula para las fieras y convertirlo también en la pista central del circo de Hamburgo, ambientar el puerto de la ciudad para la llegada del circo y su posterior accidente, o convertir el Parque del Retiro de Madrid en Los Campos Elíseos de París

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En medio de estas superproducciones, llegó David Lean para rodar Lawrence de Arabia (1961) y aunque tampoco figure Gil en los créditos, ayudó mucho al director artístico John Box ya que Las Dunas del Cabo de Gata, el desierto de Tabernas o las playas de Carboneras (Almería) eran lugares muy conocidos por él. En 1964 trabajaría también con Lean y con Box en Doctor Zhivago, inolvidable, entre otros decorados, la construcción de ese Moscú junto al cementerio de Canillas en Madrid.

 

Me perdonarán que salte muchos títulos, pues el tema da más para un libro... En 1970, ya con el nombre ganado y saliendo debidamente ya acreditado, gana el Oscar con Patton junto al ambientador Antonio Mateos, y son los dos primeros españoles en conseguirlo, bien es cierto que Juan de la Cierva ese mismo año consiguió uno por su contribución, pero si hablamos de los "Oscars" artísticos sí fueron ellos. Formaban parte del equipo de dirección artística también Urie McCleary y Pierre-Louis Thevenet. Se localizaron diferentes puntos de la geografía española para recrear los distintos pasajes del guion: El Guetar y Palermo en Almería, Las Ardenas en Valsaín (Segovia), Normandía en Urbasa (Navarra), los cuarteles militares en Madrid; en la Rambla del Búho de Tabernas se construyó una carretera donde llegaron a pasar cincuenta tanques, doce cazas; en las dunas del Cabo de Gata crea un cementerio con piedras blancas y cruces, la plaza de la Catedral de Almería pasó a ser la de Messina, etc.

  

En 1971 conseguiría otro Oscar junto a Yvonne Blake en Nicolás y Alejandra del mismo director. En los estudios de Sevilla Films en Madrid se construyeron unos decorados de palacio impresionantes, los exteriores de el Palacio de Oriente sirvieron para la presentación de tropas, El Palacio Real de Aranjuez para la salida de la carroza trineo del zar, el Aula Magna del Hospital de San Carlos para las asambleas revolucionarias, el teatro español como la ópera, una llanura junto a Uceda (Guadalajara) para secuencias con Rasputín, la estación de Delicias decorada con motivos imperiales en la despedida de tropas y con banderas rojas en la llegada de Lenin... Volvió a rodar en la playa de Sa Conca (Costa Brava, Gerona), la fachada de la residencia de verano se construyó en los segovianos pinares de Valsaín.

   

En 1972 obtuvo una nominación por su trabajo en Viajes con mi tía de George Cukor, el decorado que representa el restaurante de una estación de tren parisina fue considerado en la época como un verdadero alarde creativo. Al no poder rodar in situ se reconstruyó en los estudios Verona de Colmenar Viejo teniendo que unir dos platós dadas las dimensiones que requería. Los techos que aparecen en la película son los auténticos de la estación francesa y fueron rodados por el equipo de la segunda unidad. El exterior es el de la estación madrileña de Atocha, también se rodó en el casino antiguo de Madrid y en el Paseo del Retiro.

   

 Inicia una fructífera colaboración con John Millius en la excelente El viento y el león (1974) donde de nuevo la imaginación del decorador le lleva a convertir el Castillo de la Calahorra (Granada) en la fortaleza de El Raisuli (Sean Connery), los Reales Alcázares de Sevilla en el interior del palacio del sultán o el Hotel Palace de Madrid en la Casa Blanca, además de Boca del Asno (Segovia) como el parque de Yellowstone. Hay la anécdota que cuenta Millius que cuando se proyectó esta película para el presidente estadounidense Gerald Ford, este comentó que reconocía bien el lugar del Parque de Yellowstone, porque fue guardabosques allí. El director se abstuvo de informarle que aquello que veía era España.

   

Con Millius volvería a trabajar en Adiós al rey (1989), aparte de colaborar sin acreditar para algunas localizaciones de Conan,el bárbaro (1982) En 1975 trabaja con Richard Lester para Robin y Marian, su trabajo más querido y un director que sentía verdadera pasión con su trabajo. Los exteriores se filmaron en Navarra, en la sierra de Urbasa y en Lecumberri, en el cerco de Artajona marcó los territorios del sheriff de Nottingham, la fortaleza asediada al principio se rodó en el Castillo de Villalonso en Zamora, etc.

 

Volvería a colaborar con el director en Cuba (1978) y El regreso de los mosqueteros (1987). También con Schaffner repetiría en Los niños del Brasil (1977), La esfinge (1979) y Corazón de León (1985). Pese a su fama en películas internacionales, no olvidó el cine español, con Pedro Masó inicia una estrecha colaboración con Un hombre como los demás(1974), Las adolescentes (1975), La menor (1976), Puente aéreo (1981) o las series de TVE Anillos de oro (1983)y Segunda enseñanza (1986). Con Jaime Chávarri rueda Bearn o La sala de muñecas (1983) y Las bicicletas son para el verano (1984), con Pilar Miró, Werther (1986) y Tu nombre envenena mis sueños (1996), con Jaime Camino El largo invierno (1992), con Antonio Mercero La hora de los valientes (1998), con Rovira Beleta, La espada negra (1976), etc.

   

Con José Luis Garci inicia su fiel colaboración a partir de Volver a empezar (1982) y con su trabajo gana varios premios Goya (Canción de cuna (1994), You´re the one (2000), Tiovivo c. 1950 (2004) Ninette (2005) gracias a su escrupuloso trabajo para los ambientes requeridos.

   

El 24 de diciembre de 2016 Gil Parrondo fallecía en Madrid a los 95 años. En el 2013 se rueda para TVE el antes mencionado documental Desde mi ventana dirigido por Miguel Ángel Trujillo y en el que se repasa su obra. Lo pueden ver a continuación:

 

Bibliografía: 
LOSADA, Miguel y MATELLANO, Javier. El Hollywood español. T and B Editores, Madrid, 2009

GARCÍA DE DUEÑAS, Jesús (2002) "Gil Parrondo. La quimera alcanzada". Nickel Odeon (27) 171-173

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...