No sin los títulos de crédito
Un blog para la cinefilia que se queda hasta el final de los créditos.
10/12/2025
En aquel viejo verano (Robert Z. Leonard, 1949)
28/11/2025
El viejo fusil (Roberto Enrico, 1975)
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Pero la más recordada es El viejo fusil (1975) protagonizada por Philippe Noiret y Romy Schneider que narra la historia de un cirujano francés cuya familia es asesinada por los nazis. Decidirá vengarse y asesinar a todos los relacionados. El tema de la justicia por cuenta propia ya era muy habitual en los westerns por ejemplo, de hecho podemos establecer paralelismos con el personaje de Kirk Douglas en El último tren de Gun Hill (1959), en esta era violada y asesinada su esposa, su misión sería capturar y llevar al culpable ante la justicia. Sin embargo, era una violencia legalista y aquí en cambio, personal, visceral y sin reglas. Pero en ambas teníamos el desarrollo de la acción en un espacio cerrado, ahí eel pueblo dominado totalmente por el cacique local y aquí un castillo medieval con pasadizos y trampas y el tema del hombre solo contra todos.
La crítica de entonces se dividió y podemos apreciar como prueba la opinión de Ángeles Masó en el País del 22-10-1976: "Un filme que parece realizado para justificar la violencia que lleva implícita" en contra de Miquel Porter Moix en TeleExprés: "Me parece que el público hará muy mal si coge el film como una especie de justificación de la violencia, cuando, precisamente, de lo que se trata es de todo el contrario, de decir hasta qué punto la violencia tiene forma de espiral centrípeta y que, una vez encendida, no es fácil pararla."
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| Carátula del filme de Malle |
Le elección de este castillo de Bruniquel obedecía al empeño de Enrico de querer rodar en el lugar donde se refugió su esposa y familiares durante la guerra y aunque la historia es ficticia hay puntos coincidentes con masacres nazis como la ocurrida en Oradour-sur-Glane een 1944.
Así pues, muy interesante revisar El viejo fusil y debatir sobre la violencia por cuenta propia. También es una oportunidad de poder ver a Philippe Noirett en uno de sus papeles, según él, más complicados ya que en la mayor parte del metraje está solo, llorando, gritando o ante escenas brutales.
10/11/2025
Samantha (Melville Shavelson, 1963)
El director enseñó el guion a esta y le contestó: "Me encanta, es el guion más sucio que he leído", la actriz estaba harta de los papeles que le ofrecían hasta entonces como ama de casa o mujer insulsa, pero le pidió a su marido que protagonizara el filme para que tuviera éxito, a Newman no le convencía y ello provocó una gran bronca entre ellos, por suerte todo terminó con un final feliz y la pareja siguió junta sus más de 50 años casados.
Samantha (A New Kind of Love) contaba la historia de un periodista mujeriego y ocioso que se enamoraba de una modista que se dedicaba a copiar los vestidos de la gente rica para ofrecérselo a los pobres. La película jugaba con los equívocos de identidad, ironizaba sobre el mundo de la moda y las diferencias entre estadounidenses y europeos. El reparto incluía a la siempre magistral Thelma Ritter, un Maurice Chevalier autointerpretándose y una Eva Gabor que soltaba la frase de "La mayoría de los americanos no aben divertirse, En Europa hemos aprendido a no ser tan cohibidos, será por eso que todas las guerras empiezan aquí"
Y un valor añadido es de ir viendo ese elegante vestuario que como casi toda producción Paramount corría a cargo de la mítica Edith Head y que fue nominado al Oscar, así como su banda sonora adaptada que contaba con un Frank Sinatra versionando el A New Kind of Love que daba nombre al título original y que fue uno de los mayores éxitos en 1930 de Maurice Chevalier. Precisamente era utilizada su letra para el eslogan que anunciaba Samantha como la película que adopta una nueva actitud sobre el amor.
BIBLIOGRAFÍA:
LEVY, Shawn: Paul Newman, la biografía, cap.13. Ed.Debolsillo, 2010, Madrid
30/10/2025
El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)
21/10/2025
Recordando a Diane Keaton: Buscando al Sr. Goodbar (Richard Brooks, 1977)
Amigos del No sin los títulos, reanudo el blog ya con normalidad a partir de la semana que viene. Mientras y como homenaje a Diane Keaton, permitidme que os vuelva a escribir el post que publiqué el año pasado sobre Buscando al Sr.Goodbar , una de sus mejores actuaciones y aun hoy en día una película desconocida para muchos, solo hace falta analizar la información sobre la muerte de la actriz estos días.
Aprovechando que se ha celebrado el Día internacional de la mujer y se han programado películas de distintas directoras o con temática femenina, voy a hablar de una invisible en plataformas y en televisión, aunque sí está en DVD, me refiero a Buscando al Sr. Goodbar de 1977, adaptación de la novela de Judith Rosner dirigida por Richard Brooks e interpretada por Diane Keaton. Ignoro los motivos de la “desaparición” de esta película, en su momento originó controversias y es posible que se vea políticamente incorrecta.
Brooks tuvo tanto empeño en querer llevar al cine esta
historia que hasta hipotecó su casa para poder financiarla, el tema le servía
de nuevo para enfocar y denunciar aspectos de la sociedad contemporánea y
mostrar la cara más amarga. Su método, como buen periodista que era, fue el de
diseccionar y vertebrar el personaje protagonista, llegó a entrevistarse con
600 mujeres que habían leído la novela de la cual introdujo algunos cambios
como el de resaltar más el carácter cerrado y ultraconservador católico de sus
padres, potenciar su faceta de profesora en una escuela de sordomudos, o darle
más protagonismo al papel de su hermana Katherine.
Se trasladó la acción a 1976 (en una radio se oye un anuncio
de la campaña de Jimmy Carter), quizá pueda pasar por alto este dato, podríamos
pensar, un tanto ingenuamente, que era una manera de querer alabar el cambio
político en EEUU y más por un director cercano al Partido Demócrata. Con la
película ya avanzada, su hermana en un momento le recrimina a Theresa que no
crea en nada y que ni siquiera fuera a votar, hay ahí lanzado un dardo
envenenado a la política y es que Brooks no se casaba con nadie.
Diane Keaton ofreció una interpretación maravillosa, aquel
mismo año había ganado el Oscar por Annie Hall, bien podía haberlo obtenido también
por esta. Refleja perfectamente los estados de ánimo de su personaje, su mala relación
con su padre queda patente ya sea a través de flashbacks (se nos muestra que
fue operada de una escoliosis debida a una poliomielitis y arrastra una
cicatriz desde entonces, el tema será retomado luego en una fuerte discusión
con este por su negativa a tener hijos o pesadillas (sueña que va a verlo en su
capilla ardiente, incluso llega a llorar, pero este se despierta y ofrece una
sonrisa tenebrosa). Constantemente es despreciada por sus ideas liberales.
Otro vínculo reforzado en la película es el que tiene con su
hermana Katherine (Tuesday Weld), tampoco encuentra su lugar en la vida y
recurre al sexo en grupo, drogas, visionado de cine X…probablemente era el
modelo perfecto para su padre, pero acabó fracasando su matrimonio, tiene que
abortar a escondidas (se hacen bastantes referencias a este tema), llega a tener
una relación con un hombre judío y esto también es aprovechado, aunque de
manera más superficial, para mostrar la falta de compenetración entre
religiones. Hay un momento que sorprende y es una buena trampa de guion en la
que ella disfrazada apuñala a Theresa con un cuchillo de goma.
Y el tercer refuerzo que introdujo Brooks fue el de
intensificar su vida de día como profesora de una escuela para sordomudos, hay
un momento en que corrige el apellido de una alumna, pero le dicen sus
compañeros que es que se pronuncia de esa manera, esto sirve también para que
la veamos como una persona frágil que comete errores sin querer y sensible ante
estos. Muestra mucho afecto hacia los niños y hasta consigue que una niña afroamericana
marginada consiga hablar probablemente por el cariño mutuo...Estamos, pues, viendo dos personajes marginados por el sistema que se necesitan. Una de las
mejores escenas es cuando ella un día llega tarde debido a que se ha tomado una
pastilla para dormir y no tiene reparos en explicarlo, uno de los niños le
suelta que no le cree ya que la han glorificado y les imposible que tenga
problemas.
Y luego tenemos el esqueleto principal que son sus aventuras
de noche, se nos presentan varios personajes, la lista ya había empezado con el del profesor
universitario con el que consigue su primera relación sexual, pero que la va
marginando, no se ve capaz de dejar a la que es su mujer y más bien
la utiliza para satisfacer sus deseos. Entre toda esa gente que deambula por
esos bares destaca el de Tony (un Richard Gere aun no muy conocido, con una sobreactuación
en este caso bien trazada) del que hallamos pistas también de su condición
psicológica, suelta una frase demoledora: “La cocaína sirve para ver a América
amable”, a pesar de ser un personaje que recurre a la violencia al ser
rechazado, muestra también una dualidad ya que también se preocupa por ella, incluso
parece quererla de verdad. Hay un momento tenebroso en el que saca una navaja
que se ilumina y va bailando delante de ella, otra trampa de guion que como el
de Katherine antes mencionado presagia el final y también remarca el camino a
la perdición de Theresa.
La introspección de esta que realiza Brooks llega al espectador, si se sigue con atención el metraje observamos la baja autoestima, su sentimiento de culpa, probablemente también que ella misma sepa que va a acabar mal…Me atrevo a decir que más que retratar a una perdedora, se decanta más por el de una persona discapacitada psíquicamente que no tiene hueco en esa gran urbe y en ese sueño americano que debería atenderla y ayudarla.
En el aspecto técnico, la realización de Brooks está cuidada, utiliza mucho los espejos donde se reflejan los estados de ánimo de los rostros y logra unos encuadres notables, lo visual destaca y más en un film nocturno y asfixiante. Hay cierto elemento también de suspense/terror como las dos escenas que he comentado y un final que en el cine tendría más fuerza y que deja la piel de gallina. Hay una estética setentera que algunos minusvaloran, pero es que tanto los hechos como el film son de esa década, nunca he entendido bien esas críticas. En los bares suena mucha música de esos años, supone un gozo algo extraño en una película dura, pero al menos escuchar toda esa banda sonora alivia algo, Magnífica fotografía de William A. Fraker mostrando todos esos rótulos luminosos de los locales en contraste con la oscuridad de la vida de noche y perdida de la protagonista.
Y vamos con las controversias
que había citado al principio, cierta crítica acusó la película nada menos que
de moralista, antifeminista, homofóbica e incluso desde el otro lado de
maniqueísta ya que los personajes masculinos que van apareciendo son todos
negativos. En "El País" (1-4-78) Fernando Trueba escribía que era “una historia
netamente edificante cuyo único fin parecía deprimir y luego moralizar.” Elvira
Roca Sastre escribía en "Mundo Diario" (15-4-78): “Ignoro si Richard Brooks ha
sido fiel al texto literario, pero en esta ocasión hubiera sido preferible
dejar los logaritmos moralistas y encontrar un final sorpresa más original y
homologado con la textura del filme.” Ruiz de Villalobos (19-4-78): “Un final
moralizante -más aparente que efectivo- quita esa fuerza final que la película
deja entrever a lo largo de su proyección”
Evidentemente, no se tuvo en cuenta de donde partía todo el
material y se ignoraba la historia antes mencionada de Roseann Quinn y su
muerte, por lo tanto no había ninguna intención del director de querer castigar
a esta mujer, se limitaba a seguir los hechos tal y como ocurrieron. El trabajo
de Brooks podía ser puesto en cuestión por otros aspectos tales como quizá
mostrar demasiado sexo explícito o haberse alargado demasiado (aunque ambas
cosas creo que están bien tratadas). Por lo tanto, recomiendo el visionado de la
película y conocer el material de donde se parte antes de lanzarnos a la
piscina sin agua con nuestra valoración.
03/01/2025
Olivia Hussey: La Julieta inmortal
Justo al acabar el año se nos informaba de la muerte de Olivia Hussey, un nombre que para ciertas generaciones más jóvenes probablemente no les diga nada, pero para otras sea todo un referente y eso, a pesar de su escasa filmografía. Ella fue la inolvidable Julieta de la mítica adaptación de la inmortal obra de Shakespeare que Franco Zeffirelli dirigiera en 1968 y quizá la mejor actriz que se haya metido en la piel de ella, con solo 15 años la película reflejaba la verdadera edad adolescente de los amantes de Verona y en un contexto de finales de los 60 el film fue algo más que un símbolo de las libertades que se demandaban por entonces.
La actriz tuvo algunos otros papeles, aunque sin la repercusión de este, ahora que la Trece repite el Jesús de Nazaret que Zeffirelli dirigiera unos años después, se acordó de ella dándole el papel de María y sus dotes interpretativas eran bastante efectivas, lástima que no tuviera más oportunidades o prefiriera dedicarse más al teatro. La actriz había nacido en Buenos Aires (Argentina) un 17 de abril de 1951, se nacionalizó británica. Participó en películas de terror como Black Christmas (1974) o Muerte en el Nilo (1978), también la pudimos ver en el papel de Madre Teresa en Mother Teresa (2003).
Como ven, no hay demasiado, pero no por ello se la olvida, el Romeo (Leonard Whiting) en cambio pasó más desapercibido, aunque también recreaba perfectamente al personaje, ganó incluso el Globo de Oro al mejor actor revelación, pero tampoco quiso dedicarse mucho al cine.
Como recuerdo a Romeo y Julieta, engancho este "post" que escribí hace algún tiempo y les vuelvo a recomendar que vean la película y que la descubran especialmente los más jóvenes que no tienen tanto acceso a ella ya que está prácticamente desaparecida de las plataformas.
Hay películas por las que uno siente un cariño especial, una es este Romeo y Julieta de 1968 dirigida por Franco Zeffirelli. Llegué a ella hace ya mucho tiempo a través de su banda sonora compuesta por Nino Rota, su tema de amor sonaba entonces mucho por la radio, hubo múltiples versiones instrumentales, una de ellas de Henry Mancini. Esas notas renacentistas con esos instrumentos de la época conseguían atraerte a la historia de la música y coger ventaja cuando nos la enseñaban de aquella manera en el Bachillerato.
Zeffirelli que fue ayudante de Visconti y un reputado director de ópera, tuvo una filmografía algo irregular. Tras rodar esta, sufrió un grave accidente por la que estuvo apartado detrás de las cámaras varios años, su regreso al cine fue con aquel Hermano sol, hermana Luna que muchos no toleraron bien ya que tenía un una estética hippie y un mensaje ecologista que curiosamente la crítica de izquierda fue la que cargó más contra esta, aunque en el aspecto religioso, los sectores más progresistas la vieron con buenos ojos.
Posteriormente cosechó un gran éxito con la serie sobre Jesús de Nazaret y que en cine se estrenó en una versión abreviada. Esta película también le llevó a ser detestado por otros que veían una película reaccionaria en contra de aquel Jesús que dirigiera Pasolini. El director buscó luego comercialidad dirigiendo un remake de El campeón de King Vidor, se la etiquetó como la película más lacrimógena de la historia, luego siguió En Estados Unidos rodando un drama adolescente titulado Amor sin fin que tuvo su éxito por la canción y que supuso el debut de Tom Cruise en un brevísimo papel, la película explotaba la entonces belleza y fama de la hoy olvidadísima Brooke Shields.
El
director se fue alejando del cine y rodó óperas y no volvió al cine hasta 1988
con El joven Toscanini, en 1990 se atrevió con una versión de Hamlet
interpretada por Mel Gibson, la cual creo que no se trató muy bien en gran
parte por culpa de la consideración hacia el actor, posteriormente sus
películas no tuvieron el eco pretendido, ahí hay una versión de Jane Eyre
interesante con el recientemente fallecido William Hurt, alguna producción para
revisar cómo Té con Mussolini o aquella Callas Forever y poco más. En la web de Televisión Española hay una interesante
entrevista que le hizo Joaquín Soler Serrano en el A fondo
Vuelvo a su Romeo y Julieta, de esas películas que si un día
me pidieran una lista de títulos por las que pasé a ser un cinéfilo la pondría.
A muchos nos sigue ocurriendo que cuando
comentamos con alguien que escribimos de cine nos toman por vulgares, como si
estuviéramos hablando de ir a tomar tapas o jugar con la consola, esto ocurre básicamente
por la ignorancia que hay hoy en día respecto al séptimo arte y es que una cosa
es cine y otra ver películas. El cine estaba llamado, y perdonen que use el
pretérito, a ser la suma de las artes, de la música, la pintura, la literatura,
la fotografía, el teatro, etcétera. Precisamente este Romeo y Julieta es la
suma de todos estos componentes, la primera vez que la vi, sentí una afición
indescriptible hacia lo que podía ser el cine, entonces no sabía mucho del
mundo del celuloide, en el colegio no se nos enseñaba ni de aquella manera…
Creo que no hace falta ya decir, eso espero, que se trata de una adaptación del inmortal de William Shakespeare y coincidiendo que este 23 de abril falleció, he pensado que hoy podía rescatar esta película. Como también ya sabréis, ha habido otras adaptaciones, la más famosa entonces fue la que dirigiera a George Cukor en 1936 con un imposible Leslie Howard que contaba con 43 años y Norma Shearer con 34. La versión de Zeffirelli destacaba por sus dos intérpretes jóvenes, en el momento del estreno se publicitó con la frase de “la película de la juventud”, además estábamos en 1968 por lo que adquirió otras connotaciones que aumentaron la taquilla.
No tenían ni 20 años los enamorados, ella era Olivia Hussey cuya carrera posterior contó con algún título de éxito aunque de secundaria y luego básicamente para
televisión. Él era Leonard Withing que había trabajado en alguna
producción Disney adolescente y que en teatro protagonizó el musical Oliver. Su carrera fue peor que la de ella, aunque al
año siguiente logró también cierta fama haciendo un papel de Casanova de la mano
de Luigi Comencini pero sus posteriores títulos en cine que pretendían convertirlo en galán fueron flojos y se dedicó al teatro. Pero no cabe duda de que fueron unos excelentes Romeo y Julieta y demostraban ya una madurez unida a la inocencia de sus edades, hubo problemas para mostrarles desnudos con la censura al ser menores de edad.
Pero aparte de la elección juvenil de los actores hay otra característica, no es teatro filmado, ni siquiera tiene una puesta en escena así, es un excelente
escenario de cine. Grandes secuencias como el entierro de ella o la secuencia
del balcón son imposibles de olvidar, los duelos entre Montescos y Capuletos,
aquí son vistos como peleas callejeras entre burgueses del siglo XV, el vestuario es vistoso y la fotografía de Pascuale de Santis. excelente.
Tanto gustó que incluso Lawrence Olivier puso la voz en off, véanla y la comentamos.
21/11/2024
Una tumba al amanecer (Counterpoint, 1967)
El calendario nos marca que este 22 de noviembre es Santa
Cecilia, la patrona de los músicos y como suele ser habitual aprovecho la ocasión
para traer una película relacionada, en años anteriores hablé de Ensayo de
orquesta o de aquella biografía no convencional de Chopin que dirigiera Jaime
Camino, Un invierno en Mallorca.
Esta vez le toca el turno a Una tumba al amanecer (1967),
traducción un tanto desafortunada de Counterpoint (Contrapunto) dirigida por
Ralph Nelson (director que cité al hablar de El último homicidio e
interpretada por Charlton Heston, Maximilian Schell, Kathryn Hays y Leslie
Nielsen (sí, el teniente Frank Drebin de Agárralo como puedas)
El argumento es lo suficientemente atractivo, durante la
Segunda Guerra Mundial (1939-1945), una famosa orquesta sinfónica
norteamericana, que está en Europa para entretener a las tropas aliadas, es
capturada en el frente belga por los alemanes. Los músicos son trasladados como
prisioneros a un castillo medieval, cuyo jefe es el General Schiller
(Maximilian Schell), autoritario militar y gran melómano. Schiller le propone
al director de la orquesta, el prestigioso concertista Lionel Evans (Charlton
Heston), la posibilidad de salvar sus vidas a cambio de que interpreten para él
un concierto exclusivo durante una reunión de altos oficiales alemanes. Sin
embargo, los principios éticos de Evans le impiden doblegarse a la voluntad de
un nazi. Su obstinación pondrá en peligro a todos los miembros de la orquesta.
El problema principal de la película es que muchos que se
acercan a ella pueden quedar decepcionados, por una parte, se aleja del modelo tipo
La gran evasión y hay cierta pretensión de querer mezclar aspectos del cine
entonces de ensayo con la fórmula más comercial. Ya el título original nos daba
una pista, pues ese “contrapunto” no deja de evidenciar lo que vamos viendo según
avanza el metraje. Por otra parte, tenemos dos personalidades muy distintas, la
del director de la orquesta y el general nazi, pero a la vez unidas por la megalomanía,
el primer enfrentamiento entre ellos es el mejor, cuando van resaltando las
características de sus nacionalidades.
Por otro lado, la película carece de exteriores incluso el tono mayoritario empleado es sombrío, hay una estética
también de contraponer esa nieve con la oscuridad de ese castillo. Tampoco hay la
utilización de cierto humor para descargar el dramatismo de la historia, hay
momentos duros y densos. Las músicas están muy bien empleadas y consiguen mantenernos en suspense.
La película se inspira en una novela de Allan Sillitoe (que
escribió tal y como recuerdan en varias ediciones la de Sábado noche, domingo
mañana o La soledad del corredor de fondo), es una adaptación muy libre ya que
esta se ambientaba en la Guerra Fría con un conflicto que involucraba a las
tropas de una nación no especificada de Europa del Este. En el guion se contó
con nombres más famosos en la televisión como James Lee (Raíces) o Joel
Oliomsky (Kojak). Parece ser que este se reescribió varias veces sin tener en
cuenta al director y ello puede ser la causa de cierta irregularidad en el
ritmo narrativo.
Y es que no resulta fácil a partir de ese enfrentamiento
inicial, conseguido como he dicho antes, ir repitiéndolo, pero cambiando de
tono, algo así como estar escuchando una gran sinfonía con sus distintos
acordes. Interesante, pues, trasladar lo que sería el lenguaje musical al
cinematográfico.
Heston está inmenso, hasta se pasaba 5 horas diarias
ensayando la quinta sinfonía de Beethoven, también escuchamos a Tchaikovsky, Brahms,
Schubert o Wagner. Como “contrapunto” Maximilian Schell es un general germánico y fanático que quiere que los presos den un concierto solo para él y
como otro “contrapunto” (de ahí el título original) hay el coronel de las SS
que quiere ejecutar a los músicos sin remordimiento alguno.
Una tumba al amanecer acaba resultando una rareza, tan irregular
como interesante de ver y que incluso se desconoce bastante en la filmografía
de Charlton Heston. La verdad es que si quieren disfrutar de música clásica pues
lo van a pasar bien y de paso aprovechar para reflexionar cómo el arte puede
vencer los instintos más negativos de cada uno.
En aquel viejo verano (Robert Z. Leonard, 1949)
El bazar de las sorpresas es de esas grandes comedias que a pesar de ser navideñas, no suelen mencionarse entre los primeros títulos para e...
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Seguimos con la Navidad y en este caso homenajear al autor de una de las canciones más populares que se oyen en estas fechas, probablemente ...
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