10/11/2025

Samantha (Melville Shavelson, 1963)



Cineasta injustamente poco reconocido, la carrera de Melvlle Shavelson se caracterizaba por un cine comercial y popular dotado de gran ingenio en su técnica, quizá las protagonizadas por Sophia Loren Cintia y Capri o pequeñas joyas como Tu mano en la mía. Samantha es una comedia alegre y vistosa protagonizada por un Paul Newman en una de sus escasas incursiones en el género y junto a su mujer Joanne Woodward.

El director enseñó el guion a esta y le contestó: "Me encanta, es el guion más sucio que he leído", la actriz estaba harta de los papeles que le ofrecían hasta entonces como ama de casa o mujer insulsa, pero le pidió a su marido que protagonizara el filme para que tuviera éxito, a Newman no le convencía y ello provocó una gran bronca entre ellos, por suerte todo terminó con un final feliz y la pareja siguió junta sus más de 50 años casados.

Samantha (A New Kind of Love) contaba la historia de un periodista mujeriego y ocioso que se enamoraba de una modista que se dedicaba a copiar los vestidos de la gente rica para ofrecérselo a los pobres. La película jugaba con los equívocos de identidad, ironizaba sobre el mundo de la moda y las diferencias entre estadounidenses y europeos. El reparto incluía a la siempre magistral Thelma Ritter, un Maurice Chevalier autointerpretándose y una Eva Gabor que soltaba la frase de "La mayoría de los americanos no aben divertirse, En Europa hemos aprendido a no ser tan cohibidos, será por eso que todas las guerras empiezan aquí"


 

 Las críticas resaltaban ese argumento poco pretencioso, pero bien presentado, así en el ABC del 29-3-1964 leíamos: "Son obras que se ven con sonrisa, se gustan, se admiran y se olvidan. Películas perfectas, pero sin asidero, sin problemas de espíritu, literario o estético que obligue a discurrir o simplemente pensar"


El colorido era una de sus bazas más fuertes, como en toda obra de su director, empleaba una paleta
viva y un gusto por el rojo y el azul en las escenas nocturnas, aparte de ello jugaba con dividir la pantalla (técnica que se puso muy de moda en los 60 y que Stanley Donen había empezado a utilizar). Shavelson que era el escritor también del guion, era consciente de que este tampoco pretendía una reflexión filosófica para el público, así que se ingenió unas escenas oníricas a lo largo del metraje que resultan muy divertidas y en las que los dos protagonistas están sumamente divertidos, ahí vemos, entre otras, a él en bicicleta, jugando a fútbol americano o montado en carro. También va superponiendo imágenes y jugando con ella mucho antes de la Inteligencia artificial nos invadiera, con estas herramientas crea un montaje con un notable ritmo narrativo.

Uno de sus puntos más fuertes es la fiesta de las costureras en el día de su patrona Santa Catalina ahí sale Chevalier que se permite recordar algunas de sus canciones más populares incrementando el tono desenfadado y vitalista del filme, veremos a u  Newman también haciendo de él... Incluso esta acaba con un diálogo entre Woodward y la estatua de la santa.


Y un valor añadido es de ir viendo ese elegante vestuario que como casi toda producción Paramount corría a cargo de la mítica Edith Head y que fue nominado al Oscar, así como su banda sonora adaptada que contaba con un Frank Sinatra versionando el A New Kind of Love que daba nombre al título original y que fue uno de los mayores éxitos en 1930 de Maurice Chevalier. Precisamente era utilizada su letra para el eslogan que anunciaba Samantha como la película que adopta una nueva actitud sobre el amor.


BIBLIOGRAFÍA:

LEVY, Shawn: Paul Newman, la biografía, cap.13. Ed.Debolsillo, 2010, Madrid


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