Ha sido una semana con bastantes obituarios de renombre, quizá el más recordado el del gran Christopher Plummer que todos ustedes ya conocen y al que se suman Hal Hobrook (el jefe de Harry el sucio entre otros papeles recordados), Haya Harareet (La Esther de Ben-Hur que tuvo una carrera muy corta) o el actor y guionista Jean-Claude Carrière, que lo resume la prensa como "El habitual de Buñuel" aunque su carrera merece recordarle por más trabajos. Desde estas líneas es imposible hablar de cada uno de ellos, pero también ha habido otra muerte que he sentido porque participó en películas que me han marcado y que me convirtieron en cinéfilo, hablo del director de fotografía Giuseppe Rotunno, al no haber mucha información en las noticias le dedico hoy el blog para repasar su carrera.
A él le debemos muchas obras como El Gatopardo, La Biblia: en el principio…, Los girasoles,Amarcord, All That Jazz, etc. Sin su arte estas películas hubieran sido diferentes tal vez, alguno se estará llevando las manos a la cabeza ahora. Pero a lo que me estoy refiriendo es que una película no es solo el director, de hecho, en una entrevista a Orson Welles en uno de los extras de Una historia inmortal decía que su oficio era de los más falsos porque todo un equipo realizaba el trabajo.
No se trata de despreciar ni de subvalorar ahora la figura del director de cine, él elige a quiénes, siempre que el productor se lo permita, y él será quien le diga al director de fotografía cómo quiere que esta sea. Sin una buena combinación entre ambos lo más probable es un resultado calamitoso. También deberá comunicarse con el equipo de diseño artístico, que será el encargado de construir los diferentes elementos visuales que necesita a la hora de rodar las escenas de la película.
Juntos han de revisar el guion, su estructura, sus personajes y la historia para iniciar un diálogo visual y plantear las ideas básicas sobre el formato, las referencias a seguir, el color, la textura del filme, etc. Y esto es simplemente un breve resumen, podría estar escribiendo hojas…
La carrera de Rotunno está muy ligada a dos directores especialmente: Luchino Visconti (su padre artístico) y Federico Fellini, pero tampoco podemos olvidarnos de De Sica que fue su impulsor. Pero repasemos, aunque sea brevemente y sin poder poner las imágenes que uno quisiera en este blog sobre su obra. Su primer contacto antes de ser ya todo un director de fotografía fue con Rossellini y El hombre de la cruz (1943), el director necesitaba un efecto nocturno en una casa, con un filtro y añadiendo diversas gelatinas coloradas logró una luz lunar que contentó al director.
Pero vino la guerra y Rotunno fue reclutado y estuvo en un campo de concentración. Tras esta tuvo que vivir una dura posguerra donde no encontraba trabajo, comenzó de nuevo como asistente de cámara y, ocasionalmente, trabajaba como operador de cámara, caso de Umberto D de Vittorio de Sica. En esos tiempos se estaba implantando el Neorrealismo en el cine italiano con gran éxito de crítica y público y Rotunno fue cogiendo experiencia en las diversas películas en que colaboró.
Pero no es hasta 1955 que debuta ya como director de fotografía en Pan, amor, y…
Es precisamente el propio De Sica quien lo contrata, ya que, aunque el director era Dino Risi, él era quien controlaba la producción. Según cuenta no era un filme fácil para empezar ya que había muchos exteriores, viajó a Londres para observar la producción del filme en Cinemascope de Anatole Litvak The Deep Blue Sea, el equilibrio entre los interiores y la luz mediterránea fue una dura prueba, pero Rotunno ya había tenido que pasar una cuando Visconti tuvo que encontrar un sustituto para G.R. Aldo en Senso un año antes, en un principio recurrió a Robert Krasker, pero el perfeccionismo de ambos chocó. Rotunno, entonces, operador de cámara de la película ocupó el puesto y compuso varias escenas como la del recordado final.
Visconti quedó tan impresionado que le llamó para Noches blancas (1957). Con el fin de tener fondos brumosos por la noche, pero una visión clara de los actores, el director no podía utilizar filtros de niebla en las lentes de la cámara. En su lugar, utilizaron grandes rollos de tul colgando del techo al suelo en los sets de los estudios Cinecitta. Poniendo farolas justo detrás, funcionó perfectamente para el efecto deseado.
La fotografía de Rotunno se hizo muy popular, comenzó a viajar a Hollywood donde Heny Koster le hizo debutar con La maja desnuda (Por cierto, ¿Cuándo podremos ver en DVD esta película con su formato original?) y obtiene una nominación al Oscar por su trabajo. Con Stanley Kramer retrata su pesimista La hora final y volvió a fotografiar a Ava Gardner en El ángel vestido de rojo.
Visconti lo volvió a llamar y regresa a Italia para ocuparse de Rocco y sus hermanos, trabajo complejo ya que tuvo que trabajar con las tres cámaras que el director empleaba en sus tomas y le causaba dificultad que la iluminación se mantuviera en las tres, pero al final salió una gran fotografía que tuvo varios premios, así que Visconti no lo dudó y lo contrató para El Gatopardo.
Valorizaba la puesta en escena, la iluminación era un elemento importante ya que buscaba adaptar la imagen a la idea fiel del ambiente, era una reconstrucción histórica y con la unidad de vestuario y escenografía trabajaban juntos, ya fuera en las localizaciones o en los teatros. Visconti deseaba una realidad extrema, algo que se consiguió. Por suerte Rotunno pudo trabajar en su restauración. Volvería a trabajar con él en El extranjero o en su capítulo de Las brujas.
Entre estos trabajos vuelve a Hollywood llamado por John Huston para ocuparse de La Biblia, el éxito de El Gatopardo se empleaba en la publicidad anunciando a los espectadores que era de su mismo director de fotografía.
De vuelta a Italia de nuevo, inicia otra gran relación con otro maestro del cine italiano Federico Fellini para el capítulo de "Toby Dammit" de Historias extraordinarias donde Rotunno utilizó una luz roja onírica en el inicio para simular la drogadicción del personaje.
La colaboración con Fellini siguió con Satyricon, Los Clowns, Roma, Amarcord, Casanova, Ensayo de orquesta, La ciudad de las mujeres e Y la nave va.
Para Amarcord por ejemplo le dio una iluminación nostálgica usando geles rojos cálidos, algo que hipnotizaba en cierta manera al espectador que entraba en el mundo felliniano de sus recuerdos ya desde la escena de la hoguera del principio. A Rotunno se le llamaba "El mago de la Luz" y su colaboración con el cineasta de Rimini le ayudó mucho a corroborar tal elogio.
Rotunno explicaba que preparar las películas con Fellini, era salir con él, visitar su querida Rímini donde te hacia conocer los personajes de su infancia que habitaban allí, los lugares que recorría en su memoria... Hablaba mucho e iba preparado para tomar apuntes con la cámara fotográfica y con la libreta, sus historias le suscitaban la idea para poder focalizar el ambiente y la luz.
Bob Fosse que estuvo siempre fascinado por Fellini lo llamó para su All That Jazz, donde su fotografía se servía de una cámara diligente, combinando con acierto planos generales, medios, primeros y primerísimos, captaba la fuerza y el ritmo del baile y utilizaba el blanco como elemento simbólico, fue su última nominación al Oscar.
Su carrera siguió con directores de renombre como Robert Altman y su Popeye para la Disney, Alan J. Pakula y Una mujer de negocios, Fred Zinneman y Cinco días, un verano, Richard Fleischer en El guerrero rojo, Terry Guilliam en Las aventuras del barón Munchausen, Mike Nichols en A propósito de Henry y Lobo o Sidney Pollack en el remake de Sabrina. Su último trabajo fue en el documental sobre Mastroianni dirigido por Anna Maria Tató: Marcello Mastroianni: I Remember (1997).
Ha pasado otro 2 de febrero, día en que una marmota predice el tiempo de duración del invierno en la localidad de Punxsutawney (Pensilvania), si ve su sombra aun quedan seis semanas de frío. Nosotros también tenemos nuestra propia predicción, al ser el día de la candelaria, hay un dicho en catalán que dice: "si la candelera plora, l´hivern és fora, si la candelera riu, encara és viu”. La traducción al castellano quedaría algo macarrónica, viene a decir que si hace sol aun nos quedan semanas para ir bien abrigados y si llueve ya podemos pensar en el buen tiempo.
En 1993, el director Harold Ramis aprovechó este día para rodar Atrapado en el tiempo, una película que ha ido ganando mucho con el arranque de las hojas del calendario. En ella, como ya sabrán, Bill Murray es un meteorólogo que ha de retransmitir dicho acto, pero que al despertar repite el mismo día sin poder salir de este. Se dice que hay exactamente 38 días representados, ya sea en forma parcial o total.
Hay otros estudios en diversos sitios según el IMDB como el de la web "Wolf Gnards", donde Bill Murray pasa ocho años, ocho meses y dieciséis días atrapado. La serie de reseñas de "Movie Truth" calculó que pasó 4.576 días (doce años, seis meses y once días). Mientras que la web "Obsessed With Film" afirma que estuvo 12.403 días, poco menos de treinta y cuatro años, para dar cuenta de convertirse en un maestro pianista, escultor de hielo, etc.
En el DVD, Harold Ramis afirma que la idea original era que Phil viviera el 2 de febrero durante unos diez mil años... Dejando ya a un lado cuántos días vivió asi, lo cierto es que esta película llegó a nuestras salas un verano sin hacer mucho ruido, varios críticos que no aguantaban al actor tuvieron que cambiar su parecer y acabó siendo casi de culto. De hecho, incluso en nuestra vida cotidiana utilizamos muchas veces que estamos viviendo el día de la marmota, y ya no digamos con la maldita pandemia de hará casi un año.
Atrapado en el tiempo tiene un mensaje positivo, a pesar de ciertas escenas dramáticas donde el protagonista hasta se llega a suicidar, pero abunda más lo cómico y las ganas de superación del personaje. Es ese cine vitalista, que te anima durante la hora y media larga que dura y que no te cansas nunca de ver. Más de uno lo compara con el cine de Frank Capra, aunque aquí no hay personajes malvados ni cierta crítica social.
Harold Ramis fue un director que comenzó precisamente con Murray colaborando en el programa radiofónico "The National Lampoon Radio Hour", y escribiéndole guiones, los más recordados son los de Los Cazafantasmas. Como director no acababa de dar el salto, películas divertidas, pero con poco atractivo artístico como eran El club de los chalados (1980) o Las vacaciones europeas de una chiflada familia americana (1985) Atrapado en el tiempo marcó un antes y un después, vendrían luego trabajos respetables como Mis dobles, mi mujer y yo (1996), otra fábula, aunque con menor repercusión y sobre todo la divertidísima Una terapia peligrosa (1999). Nos dejó en 2014 a consecuencia de una vasculitis inflamatoria autoinmune.
Para Bill Murray, Atrapado en el tiempo también le supuso un salto en su carrera, había intentado un papel dramático en el fallido remake de Al filo de la navaja (1984). Con Richard Donner hizo una de sus mejores actuaciones como el Mister Scrooge moderno en ese conseguido ejecutivo de televisión en Los fantasmas atacan al jefe (1989), personaje que ya presagiaba el Phil de Atrapado en el tiempo.
Películas como La chica del gánster (1993), el travesti que interpreta en Ed Wood (1994) o el ventrílocuo de Abajo el telón (1999) demostraban lo buen actor que era. Pero sobre todo los más críticos elogian su papel en Lost in Translation (2003)de Sofia Coppola que le valió una nominación al Oscar, aunque Sean Penn le “robó el premio”, por cierto, la cara de Murray era un poema en la ceremonia.
Y es que su carácter es lo que le ha ido perdiendo, se cuenta de él que nunca se ha llevado muy bien con sus compañeros de trabajo, incluso que le dio un puñetazo a Richard Dreyfus en ¿Qué pasa con Bob? o que incluso estuvo 20 años sin hablar con Harold Ramis. No tiene agente y para contratarlo le han de dejar un mensaje en el contestador, si devuelve la llamada, pide entonces que el guion sea enviado a una tienda de su barrio donde ya irá a recogerlo, esto hace perder la paciencia a más de un director. Así de excéntrico dicen que es.
A Atrapado en el tiempo no le faltó la polémica, Después de su lanzamiento, surgieron varios escritores, alegando que la historia fue robada de su idea. El autor de ciencia ficción Richard Lupoff afirmó que era una copia de su cuento 12:01 pm, mientras que Ken Grimwood, autor de Replay, fue otro. Sin embargo, el guionista Danny Rubin dijo que su único punto de partida de inspiración para esta película fue la historia de 1892 Christmas Every Day de William Dean Howells.
No faltó escritor catalán tampoco que la acusara de plagio, el 23 de junio de 1993 un titular de "El Periódico de Catalunya" lanzaba el siguiente titular digno de ser revisado por aquel curso de ética periodística del recordado programa "Caiga quien caiga": "Hollywood se “inspira” en un relato catalán". Quien escribiera esto lo hacía sin tener ni idea y dando la versión del escritor Miquel de Palol ya por buena, el cual decía que habían copiado su obra de El jardí dels set crepuscles concretamente en su “Historia de la cena en casa de Virgina Guasch”. Esto es lo que decía el escritor: “la diferencia es que mientras en mi novela la narración se enmarca en una disquisición sobre el paso del tiempo y la relatividad, en la cinta tiene un aire a lo Frank Capra que difumina el sentido original y convierte la peripecia en un proceso de perfección espiritual. Palol sin esperar si era verdad o no el plagio ya dictaba sentencia: “hubiera preferido que el producto final fuera menos edulcorado, me da la impresión de qué me han convertido en una hamburguesa”
Lo cierto es que poco se supo después…
Si hemos de vivir cada día el mismo día uno ya cambiaba comenzar la jornada con la canción que le suena en su despertador del "I got you babe". Lo mismo más de uno está anclado en ese 2 de febrero aun, de momento los demás mortales seguimos también a la espera de que vuelva "la normalidad"
El pasado 23 de enero fallecía a los 95 años el productor Alberto Grimaldi, pero la cada vez más escueta información cinematográfica apenas habló de este a pesar de haber producido más de 80 películas en Europa y Estados Unidos durante cuatro décadas. Quizá algunos al leer el nombre de pasada se piensen que es Alberto de Mónaco o que tenía algún parentesco ya que comparte nombre, pero nada tiene que ver. Comenzó su carrera en España produciendo un western de Joaquín Luis Romero Marchent Cabalgando hacia la muerte, aunque su éxito le viene sobre todo en 1965 produciendo de rebote La muerte tenía un precio.
Leone que había conseguido un gran éxito con Por un puñado de dólares se peleó con la productora de esta “Jolly Films” y recurrió a Grimaldi para que le produjera su segunda película de la popular trilogía de la paella. "Jolly" denunció que la propiedad del personaje de Eastwood era de ellos, pero el tribunal resolvió que el personaje de Eastwood aquí no era el mismo y que la personalidad de este era de dominio público.
Al año siguiente también le produce El bueno, el feo y el malo, sin embargo, Grimaldi rechazó producirle Érase una vez en América. Leyó el guion y escribió una larga carta a Leone en la que enumeraba los que, en su opinión, eran algunos de los defectos cruciales de la película: demasiado larga (habría durado cinco horas y los distribuidores estadounidenses la reducirían a dos); y el personaje de Robert De Niro era demasiado negativo para el público estadounidense (en palabras de Grimaldi, "¡viola a una mujer y mata gente sin razón!"). Exigió que se rehiciera el guion, algo que no consiguió como bien sabemos.
Grimaldi tuvo una relación de amor/odio con Federico Fellini, en 1968 le produjo su episodio de “Toby Dammit” en Historias extraordinarias y en 1969 le apoya en su Satiricón, dejándole mucha libertad creativa, algo que Fellini supo exprimir al máximo. Algunos críticos vieron en esto un fallo, pues creen que la película resultó demasiado excesiva.
Aquel mismo año y después de estar ganando dinero con Spaghetti westerns como los que hizo con Lee Van Cleef (Oro sangriento) le financia a Pontecorvo Queimada con la que se pasó de presupuesto y cuyo rodaje fue conflictivo con las famosas peleas entre Brando y su director, aunque más tarde lo considerara uno de sus mejores directores.
En 1971 inicia otra etapa con otro grande del cine italiano, Pier Paolo Pasolini con su “Trilogía de la vida” compuesta por El Decamerón, Los cuentos de Canterbury y concluyendo con Las mil y una noches (1974) no exentas de polémica en sus estrenos y teniendo que torear con la censura como cuando el fiscal general de Milán ordenó el secuestro del filme póstumo del polémico directror Salo o los 120 días de Sodoma, por considerarlo obsceno «en la expresión de los componentes figurativos y discursivos».
Dos semanas más tarde, el tribunal territorial milanés consideró al productor Alberto Grimaldi culpable de delito de obscenidad, y lo condenó a dos meses de arresto, confiscando el filme. Un año después el tribunal de apelación aceptó el recurso de Grimaldi y levantó el secuestro de Salo, pero con la supresión de cuatro secuencias de la película. Grimaldi recurrió y la tercera sección de lo penal del Tribunal Supremo italiano dictó que debía ser considerado como una obra de arte y como tal podría verse nuevamente en Italia sin ningún corte.
No fue este el único problema que tuvo, en 1972 había producido la aun polémica El último tango en París, un tribunal de Bolonia acusó al director Bertolucci, a sus actores Marlon Brando y Maria Schneider y a él por realizar la película bajo el término “pornografía utilitaria”.Bertolucci, por ejemplo, perdió sus derechos civiles, incluso el derecho al voto. Finalmente fueron absueltos.
En 1976 volvió con Bertolucci para su Novecento, la publicidad del momento la califico como “la película italiana más cara y ambiciosa jamás realizada”. Un elenco internacional fue una de las exigencias del productor para vender la película a todo el mundo.
Divergencias con las duraciones hicieron que entre los dos tuvieran sonados desencuentros. “Me cerró la puerta de la sala de montaje, excluyéndome del destino de mi película. A partir de ese momento dejó de haber diálogo entre nosotros y nos comunicamos a través de abogados. Para mí no quedaba otro camino que recurrir a los tribunales”
Ese mismo año tiene otro roce como suele pasar con los grandes productores, dicho de paso, con Fellini y su Casanova que había sido rechazada por "Cineriz" y que gracias a la aportación económica de Grimaldi con 6.000 millones de liras se pudo hacer, pero durante el rodaje le reprochó la manía de reconstruir Venecia en Cinecitta que elevó los costos de la película a “niveles astronómicos”. Se peleó con Fellini y decidió suspender el rodaje. “El mío no es un contrato, es una sentencia. La mía no es una experiencia artística, sino una preparación carcelaria”, declara Fellini durante los meses de pausa.
No obstante, el amor/odio entre ellos dos tuvo un buen final al volver a reencontrarse en Ginger y Fred (1986) , película de la que hablé en este blog y que también tuvo una polémica cuando Ginger Rogers denunció el filme.
Tras 16 años, Grimaldi se despidió del cine con Gangs of New York en el 2002 de Martin Scorsese. Con su muerte desaparece uno de los últimos grandes productores de la historia del cine y una forma de entender el cine cada vez más extinta.
Se cumplen cien años del estreno de El chico de Charles Chaplin el 21 de enero de 1921 en el Carnegie Hall de la ciudad de Nueva York, dentro de una función benéfica. Para celebrarlo, "A Contracorriente Films", la reestrenará en cines restaurada en 4 K el próximo 5 de febrero. Fue el primer largometraje oficial de su autor y evidentemente un punto de inflexión en su carrera.
Después de su etapa exitosa en la Mutual decidió que era hora de innovar y dejar a un lado los cortos para elaborar un largo.
Ya establecido en la First National empieza a dirigirla en 1919 y se alargará un año por diversos problemas. En octubre de 1918, Chaplin se había comprometido en un matrimonio apresurado con una actriz de 17 años, Mildred Harris. La pareja tenía poco en común y el director se sentía bloqueado artísticamente y sufrió un trauma agudo cuando quedó embarazada y dio a luz a un niño deforme, que murió después de tres días.
Una semana y media después de que enterraran a su propio hijo, comenzó a idear lo que sería su primer largo, aquello le hacía tener de nuevo ilusión y la historia en la que el pequeño vagabundo se convertiría en el padre sustituto de un niño abandonado también le haría recuperar su creatividad artística.
Uno de los pilares de la obra es sin duda Jackie Coogan, actor infantil que empatiza perfectamente con él. Las escenas con los dos juntos alcanzan una de las cotas más entrañables y sensibles de la historia del cine, más de uno tenemos en casa algún póster con ellos y seguro que si van a cualquier tienda verán alguno.
La química fuera de la pantalla era tan fuerte como su relación dentro. Todos los domingos, durante las primeras semanas de rodaje, lo llevaba a parques de atracciones y otras actividades. Algunos han visto su relación como un intento para reclamar su propia infancia infeliz, mientras que otros la han interpretado en un intento de refundir a Coogan en el niño que acababa de perder.
Charlie T. Robinson escribió lo siguiente: "Yo sé de modo cierto que el asunto de El chico no es, en realidad, más que un capítulo de la infancia de Charles Spencer Chaplin. El mismo Charlot me lo afirmado, y que yo sepa, es ésta una confidencia que nunca hizo a nadie más."
Para los devotos de Chaplin, entre los que me cuento, esta es quizá la película que más veces hayan visto, reúne toda una serie de características sabiamente encajadas que la convierten en una obra de arte donde como dice el rótulo del principio, soltaremos sonrisas y alguna que otra lágrima, caracteristica chapliniana por excelencia. Sobre su obra diría: “Quería hacer un filme serio qué, entre muchos incidentes cómicos o burlescos, encerrase una ironía capaz despertar la piedad con un sentido de sátira que destacara los aspectos más bufos”
En El chico observamos varios temas, Chaplin perdona la acción de la madre, que pasa del suicidio al arrepentimiento y a buscar a su hijo abandonado, en cambio deja de lado al padre, el cual parece arrepentirse durante varios segundos cuando por error tira una foto de ella al fuego, pero inmediatamente la vuelve a arrojar.
La reivindicación de una caridad real y no fingida está presente en cada uno de los fotogramas, se critica el poco cariño hacia las personas con detalles como el de una maternidad cuyas puertas parecen las de una cárcel, o asimismo el camión del orfanato que más bien parece llevar ganado.
Hay señales de cierto cristianismo también, no más comenzar vemos la silueta del Cristo llevando la cruz, se bendice la mesa (algo que Coogan hacía de una manera entrañable y graciosa), reza antes de acostarse, el sueño final con los personajes vestidos de ángeles y la entrada de los demonios…
Precisamente en esta escena última se puede hacer una lectura de que todos en un principio somos buenos, pero que el mal es el que ha ido entrando como si la tentación de Eva siguiera en la sociedad.
En cuanto escenas inolvidables, seguramente estarán pensando en la del niño rompiendo cristales a pedradas y dándose a la fuga para que luego aparezca Charlot que pasaba por ahí y ofrecerle sus servicios.
Otras que han pasado a la historia son todas aquellas en las que los dos, como he mencionado antes, aparecen juntos, ya sea cuando le hace la comida (divertida inversión de papeles), la moneda del contador de gas, la escena amorosa con la vecina que es la mujer del policía o aquellas persecuciones por los tejados que forman parte ya de la historia del cine.
En todas sus películas siempre hay un momento que alcanza tal cota de sensibilidad que es imposible no soltar alguna lágrima ni llegar más alto, muchos pensarán en el momento en que se llevan al niño al orfanato, pero yo me quedo con la escena de cuando la madre va a visitar a los niños de la calle y coge a uno delante de la casa de él sin saber que es ahí donde está, de pronto la puerta se abre y sale él.
El Chico fue un éxito en taquilla y Chaplin que había fundado la "United Artists" mientras la rodaba daría un nuevo impulso a su carrera. No obstante, Charles Chaplin sufrió el divorcio de su primera esposa, Mildred Harris, mientras rodaba esta película, la cual quiso secuestrarla, es por este motivo que la tuvo que finalizar en secreto en un estudio.
Curiosamente en El Chico aparece la que sería su segunda esposa, Lita Grey, que interpreta a un ángel tentador del sueño y que tenía 12 años. Empezó a tener una aventura con él a los 14 y lo engañó para que se casara con ella cuando tenía 15 diciendo que estaba embarazada, a pesar de que era falso. Se divorciaron dos años después y dio a luz a dos hijos durante su matrimonio.
Como norma habitual en sus películas, les puso música a principios de los 70, para esta creó una partitura que más de uno conocerá porque ha sido utilizada varias veces en campañas contra carteristas en el metro de Barcelona y en otras ciudades también la he escuchado en espectáculos ambulantes. Contiene también una variación de la Sinfonía nº6 de Chaikovsky
Para todo aquel que no la conozca o que quiera de nuevo reír y soltar alguna lágrima tiene una cita en los cines en breve para volver a disfrutarla en pantalla grande, siempre que las circunstancias actuales nos lo permitan. Esperemos también que pronto puedan volver a salir en DVD/Blu-ray sus películas, ya nos dieron una gran alegría cuando salieron con los inicios del DVD y repletas de extras y gran calidad. El listón está alto para "A Contracorriente"
Con motivo de los 125 años del cine, algunos programas cinematográficos han ofrecido listas, ya sea de las mejores películas o de actores para recordar. En el veterano programa “La finestra indiscreta” (La ventana indiscreta) de “Catalunya Ràdio” aprovecharon el número redondo para sacar una de directores y preguntaban a quienes echábamos en falta o, por el contrario, a quienes eliminaríamos, véanla pulsando aquí Hacer este trabajo siempre es complicado, el mismo Àlex Gorina ya lo reconoce en su escrito que es imposible, discutible e injusta.
Repasé el listado varias veces y ver los que faltaban para mí, de pronto me vinieron unas imágenes, eran las de la apertura del mar rojo de Los diez mandamientos de 1956 y quien había hecho posible eso era un hombre llamado Cecil B. DeMille, muchos siglos después de que Dios así lo dispusiera... Incluso tal director lo hizo dos veces, ya me permitirán la broma,pues había realizado una versión muda de 1923. Hay nombres que forman parte de la historia del séptimo arte, nos gusten o no sus películas o no comulgáramos con su ideología, por eso sorprende cuando no se mencionan. En este artículo repasaremos su obra.
Recuerdo la primera vez que vi la película con Heston como Moisés, fue en los 80 y en la tele autonómica catalana TV3, que por aquel entonces era un canal innovador y de bastante calidad, diferente al actual. Nunca la he podido ver en el cine, a eso le tendré que dar las gracias a los programadores de las Filmotecas, al menos una vez en la vida se tendría que poder ver…
Un tiempo después, una incipiente Tele 5 emitió El mayor espectáculo del mundo un Sábado Santo por la tarde, la vi y el reloj parecía que se había acelerado, los 150 minutos habían sido eclipsados, ni tan siquiera los cortes publicitarios (recordemos que cortaban cada 15 minutos la película) la habían alargado.
¿Pero quién era ese hombre llamado Cecil Blount De Mille? Pues comenzaremos con el tópico de decir la fecha y lugar de nacimiento, 1881 y Ashfield (Massachusets). Leyendo libros nos encontramos con dos datos primeros importantísimos, uno es que en 1913, con Jesse L. Lasky y Samuel Goldwyn forman la Lasky Film Company (que sería la Paramount Pictures) y en 1914 se fue al oeste a California para rodar un western The Squaw Man (1914), el primer largometraje producido en Hollywood oficialmente
Solo por esto ya se le tendría que mencionar, para más de uno es el inventor de la fábrica de los sueños. Que dirigiera también bancos le hizo pensar en lo comercial, sacar el mayor rendimiento posible a las estrellas y qué quería ver el gran público para llenar la caja, lo cual provoca que más de uno vea en DeMille un director menor y para nada un autor, se equivocan y bastante. A eso hay que añadirle su ideología, algo que no debería influir en la valoración de sus películas.Era republicano conservador y anticomunista activo.
En 1952 intentó que Joseph L. Mankiewicz fuera destituido como presidente del Gremio de Directores ya que no comulgaba con sus ideas, pero se encontró con la oposición de George Stevens y John Ford que lograron bloquear tal acción. No obstante, no era tan fiero el león como lo pintan, Edward G. Robinson dijo que Cecil B. DeMille salvó su carrera al contratarlo para Los diez mandamientos, había sido incluido en la lista negra por su activismo político de izquierdas, y las ofertas de trabajo no llegaban como resultado. DeMille contratando a Robinson para esta película socavó la lista negra de Hollywood.
Dejemos la política y repasemos su carrera cinematográfica. En aquellos tiempos de cine silente, el director transformó a Geraldine Farrar, la soprano más famosa del momento en una estrella, con él hizo Carmen, una adaptación que resumía perfectamente el popular drama de Mérimée y en el que ya daba muestras de dominar las masas, incluso los curiosos la pueden ver en la adaptación que hizo de María Rosa, sí la obra de Àngel Guimerà.
Si no conocen a DeMille, lo habrán visto quizá en la famosa escena del coche de El crepúsculo de los dioses con Gloria Swanson y dirigida por Billy Wilder. Fue una de sus actrices favoritas y rodó películas que hoy en día pueden sorprender en su carrera como Macho y hembra (1919) o ¿Por qué cambiar de esposa? (1920), antes de convertirse en el fabricante de grandes espectáculos aun mudos como El rey de reyes y la versión ya citada de Los diez Mandamientos.
Dentro de esta etapa muda destaca La marca de fuego (1915), que le dio cierta notoriedad entre los críticos e intelectuales europeos porque vieron en esta, nuevas posibilidades para el aun incipiente arte.
Pero DeMille prefirió caminar por otras sendas como la de las colosales reconstrucciones históricas y al año siguiente rueda Juana de Arco con la que consigue un notable éxito y las señas de lo que será su posterior cine con mucho dominio de temas pasionales, no ceñirse solo a los hechos auténticos y en definitiva ofrecer todo un espectáculo que cautivaba al público.
A esta sigue La olvidada de los dioses con una historia alrededor de Hernán Cortés donde de nuevo la veracidad quedaba relegada por escenarios exóticos y amoríos imposibles. De Mille había encontrado la fórmula que empleó y que hizo que la gallina le fuera poniendo huevos de oro en cada realización.
Su ambición va más allá y en 1923 rueda su primera versión de Los diez mandamientos. La "Ciudad de los Faraones" fue construida de madera y yeso en las "Dunas de Guadalupe", al norte de L.A., los conjuntos presentaban cuatro estatuas de 35 pies de altura del faraón Ramsés, 21 esfinges de cinco toneladas y murallas de más de 120 pies de altura. Un ejército de 2.500 actores, extras, carpinteros, yeseros, pintores, cocineros, personal y miembros del equipo de cine habitaron el set durante tres meses, alojado en un campamento virtual del ejército que contó con casi 1.000 tiendas de campaña. (3.500 animales, utilizados para recrear las escenas del antiguo Egipto, fueron alojados en un enorme corral del campamento.)
Al finalizar el rodaje todo quedó arrasado y enterrado, De Mille dijo que: “Si dentro de 1.000 años, los arqueólogos cavan bajo las arenas de Guadalupe, espero que no se apresuren a publicarse con la increíble noticia de que la civilización egipcia se extendió hasta la costa del Pacífico de América del Norte". En 1983, el documentalista Peter Brosnan localizó los restos de los decorados todavía enterrados bajo las dunas. Actualmente está reconocido como un espacio arqueológico oficial por el estado de California y Brosnan ha estado tratando durante muchos años de recaudar dinero de los estudios de Hollywood para ello.
El efecto de la separación del Mar Rojo fue creado mediante la colocación de dos bloques de gelatina azul lado a lado, calentándolos hasta que se derritieron.
Sin embargo, esta versión contaba con dos partes bien diferenciadas, una era la historia de Moisés, pero después se añadía toda una historia entre la envidia de dos hermanos para mostrar la eficacia de los mandamientos en la vida moderna. Hoy en día choca bastante esta trama, incluso en su momento fue criticada por nada menos que John Ford que le dijo que estaba convirtiendo el cine en un púlpito.
La película fue un éxito y DeMille se puso a trabajar en rodar una historia de Jesucristo con los mismos parámetros, se llamaría El Rey de Reyes (1927) (no confundir con la de Nicholas Ray, la cual no es ningún remake como se suele escribir a veces).
Se comprometió tanto que donó todo su salario para la caridad. Sus dos estrellas, H.B. Warner y Dorothy Cumming, estaban obligadas a firmar acuerdos que les prohibían aparecer en papeles cinematográficos que pudieran comprometer sus imágenes de pantalla "santas" durante un período de cinco años. DeMille también ordenó que no se les viera haciendo ninguna actividad "no bíblica" durante el rodaje de la película. Estas actividades incluían asistir a juegos de pelota, jugar a las cartas, frecuentar clubes nocturnos, nadar y montar en descapotables.
La película la realizó cuando dejó Paramount y organizó su propio estudio, el cual se desplomó después del crack bursátil de 1929.
En España se estrenó en el Teatro de la Zarzuela de Madrid y las crónicas de la época hablaban de un espectáculo como nunca se había visto, aparte de intentar convencer que todo había sido revisado por la Iglesia: “La visión creada por DeMille conmueve, admira, sobrecoge, al espectador sin que este vea desmerecer el espectáculo ante sus ojos de creyente, escollo dificilísimo salvado con cuidadoso e insuperable tacto. No en vano esta película se ha filmado bajo la escrupulosa vigilancia de autoridades religiosas” (Diario Estampa 1928). En los últimos años ha aparecido en YouTube en copias con más o menos fortuna donde pude verla. Por desgracia no ha sido editada en España, aunque sí en Francia o Italia, y las plataformas de las que tanto hablamos parece que ni la conocen o ni se habrán esforzado en buscarla, y eso que hay una edición Criterion. Doy fe de que es un gran espectáculo que todo cinéfilo debería ver.
Después de este gran éxito tanto de público como de crítica, rueda La incrédula donde experimenta uno de sus pocos fracasos, a pesar de ser bastante valorada.
El director volvió a dejar la Paramount en 1929 en busca de mejores arreglos financieros. Firmó un fallido contrato de tres películas con MGM. La primera fue Dinamita (1929), la segunda, su único musical Madame Satán que no obtuvo el resultado en taquilla esperado, y la tercera El prófugo (1931).
La MGM no estaba contenta con él y quiso parar la producción, pero él les convenció al decir que costaría tanto completarla como detenerla. DeMille volvería a su casa, la Paramount, aquello le había afectado, pero su mejor etapa estaba por venir.
Dado que sus películas anteriores habían sido un fracaso de taquilla, aceptó trabajar en el proyecto de El signo de la cruz (1932) con un salario drásticamente reducido y con un presupuesto más ajustado de lo que parecía razonable en ese momento.
La Paramount todavía tenía trajes de Los diez mandamientos (1923), y se le ofreció la oportunidad de usarlos para mantener bajos los costes de producción. Tuvo problemas con la censura, Will H. Hays le presionó para que abandonara el baile seductor de Ancaria en la escena de la orgía, pero se negó rotundamente. Los censores recortarían partes como el carro que saca los cadáveres de la arena, un gorila bailando alrededor de una niña semidesnuda, elefantes pisoteando a los cristianos y levantándolos con sus colmillos, cocodrilos a punto de comerse una chica atada, etc. Afortunadamente, estas escenas se pueden ver en la versión restaurada.
La película fue un éxito, aunque con el tiempo se fue olvidando, en parte por el éxito de Quo Vadis (1951) que contaba una historia similar. El signo de la cruz trataba sobre el incendio de Roma del emperador Nerón, el cual decide culpar a los cristianos y publica un edicto por el cual todos ellos deberán ser arrestados y enviados a la arena del circo. Entre los detenidos se encontraban dos viejos cristianos y la hermosa hija de uno de ellos, de la que se enamora Marco: el más alto funcionario de Roma.
Charles Laughton interpretaba a Nerón, para Popea eligió deliberadamente a Claudette Colbert que hasta entonces había estado interpretando papeles inocentes, y este fue su primer papel “perverso”, Fredric March sería el prefecto de Roma Marco Superbo y Elissa Landi haría de Mercia.
Tras rodar las películas This day an age (1933) y Four frightened people (1934), llega ese mismo año otra de sus realizaciones más recordadas, Cleopatra con Claudette Colbert.
El jefe de Paramount, Adolph Zukor, quería que DeMille repitiera el éxito de El signo de la cruz y le dijo que tenía que hacer otra epopeya histórica con mucho sexo en ella. En 1934, el Código Hays solo se estaba implementando, así que se aseguró de hacer alarde de sus restricciones. Decide abrir la película con una chica esclava aparentemente desnuda pero estratégicamente iluminada sosteniendo un quemador de incienso en cada mano mientras el título aparece en la pantalla.
Las escenas amorosas eran plenamente pasionales y los modelos que llevaban los actores se consideraron osados. Se abría el debate sobre si DeMille estaba haciendo grandes películas o monumentos al mal gusto, pero de lo que no hay duda es que el público llenaba las salas y se hablaba de ellas.
El crítico Alexandre López escribiría en "Mundo diario" lo siguiente: "Una gozada sin límites, una pasada, un talento para hacer realidad lo imposible y divertir a toda costa. Es una obra magnifica. Búsquenle el genio a ese loco DeMille y hallarán la grandeza de su discutible y afortunado paridor de hermosísimos fetos".
Ángel Comas en La Vanguardia (6-3-93) escribiría: "En Cleopatra deslumbró a los censores con sus escenas de masas y le fue colando bailes y escenas de tono subido. Demostró que era un maestro de la fabulación, un auténtico autor de cine, capaz de convertir la historia o la religión en grandes espectáculos." Fue la primera película de DeMille en ser nominada al Oscar a la mejor película, la fotografía de Victor Milner fue recompensada con la preciada estatuilla.
Después de Cleopatra vendría otra gran película, Las cruzadas (1935) sobre las andanzas del rey Ricardo Corazón de León
Esta película marcó la continuación de la amistad de toda la vida del director Cecil B. DeMille y su colaboración con el actor Henry Wilcoxon, que comenzó el año anterior con Cleopatra (1934). Wilcoxon se convirtió en un rostro habitual en sus películas.
Las Cruzadas fue otro gran éxito, aunque la critica la seguía tachando de poco verosímil en el tema histórico. Una de las anécdotas más llamativas es que consiguió que incluso el público musulmán aplaudiera la cinta por el respeto con el que les había tratado.
Pasan dos años y vuelve con un western Buffalo Bill.
John Wayne deseaba mucho el papel de Wild Bill Hickok, que estaba seguro de que lo convertiría en una estrella, pero el director Cecil B. DeMille prefirió a Gary Cooper en su lugar e hizo la mayoría de sus propias acrobacias, incluida la toma en la que montaba "colgando" entre dos caballos.
Volvía a demostrar un gran dominio de las masas, 2.000 actores indios se utilizaron como extras para la secuencia de la masacre de Custer.
Dirige después Corsarios de Florida (1938), Anthony Quinn, yerno del director y que aparecía en esta, dirigió el remake de esta en 1958 Los bucaneros, al hallarse enfermo DeMille, que moriría al año siguiente.
La historia se centraba en Nueva Orleans (1812) cuando sus habitantes -liderados por el pirata Lafitte y el general Andrew Jackson (después presidente de los Estados Unidos) resistieron el asalto de los ingleses. Se basaba en el libro Lafitt, el pirata de Lyle Saxon. Participaron más de 10.000 extras y se rodó tanto material que tardó tres meses en ser convertido en película en la sala de montaje, algo inédito en el Hollywood de esa época.
Al año siguiente vuelve al western con Union Pacífico sobre la construcción del famoso ferrocarril.
Según una noticia en "The Hollywood Reporter", Cecil B. DeMille dirigió gran parte del filme desde una camilla, debido a una operación que tuvo meses antes. Sin embargo, los registros de estudio indican que se desplomó por la tensión de dirigir tres unidades simultáneamente, y la utilizó durante unas dos semanas.
Esta fue una de las películas elegidas de Hollywood para representar a los Estados Unidos en lo que habría sido el primer festival de Cannes en septiembre de 1939. Debido a la guerra, el evento fue pospuesto hasta 1946. En 2002, un jurado retrospectivo examinó algunos de los títulos que habían sido elegidos para 1939 y otorgó a la película una tardía Palma de Oro. De nuevo la espectacularidad se hacía presente con una inolvidable secuencia de descarrilamiento.
Llegamos a la década de los 40 y realiza Policía montada del Canadá sobre las aventuras de tres hombres y dos mujeres en Canadá durante la guerra civil norteamericana que buscan a un fugitivo de la ley. Fue su primera película Technicolor y en ella inició una práctica que seguiría en sus siguientes producciones, la de narrar partes de la historia él mismo.
En 1942 dirige Piratas del Mar Caribe sobre la lucha en 1840 contra los piratas que actuaban en la costa de Florida. A John Wayne no le gustaba Cecil B. DeMille ya que lo había rechazado en Buffalo Bill y aunque estaba contento de haber sido elegido en una película tan importante, no estaba contento con su papel y una vez se quejó de que sólo estaba allí para hacer que Ray Milland pareciera un "hombre real".
Las tomas de los calamares envolviendo sus tentáculos alrededor de los actores se hicieron desenvolviéndolos y mostrando la película al revés.
Dos años más tarde Por el valle de las sombras, un relato de los esfuerzos de un doctor para salvar vidas en la Marina estadounidense durante la guerra en el Pacífico contra los japoneses.
Tuvo la idea de la película después de enterarse de la heroicidad del Dr. Wassell en una de las emisiones de radio del presidente Roosevelt el 28 de abril de 1942, por eso DeMille aparecía en el tráiler y le contaba a la audiencia cómo se hizo la película, después de escuchar al Presidente en la radio.
Tres años más tarde vuelve con Los inconquistables, que trata de las aventuras en el siglo XVIII de una convicta inglesa que es deportada a las colonias americanas.
Marcó su última colaboración con Paulette Godard, se enfureció con ella cuando se negó a hacer un truco que le requirió que le lanzaran bolas de fuego y se vio obligado a usar a una acróbata que acabó quemada.
De nuevo rompía taquillas y fue la película estadounidense más taquillera de 1947. El filme sumaba aventuras, western, drama, acción, romance y guerra y trataba una época poco tratada en cine, previa a la declaración de independencia. Como en otros filmes de DeMille, el tema central de la obra viene dado por la exaltación y defensa de la libertad y la condena de las trabas que esta encuentra en sus manifestaciones y en su ejercicio.
DeMille volvería a hacer un espectáculo bíblico tres años más tarde con Sansón y Dalila con Victor Mature y una sensual Hedy Lamarr que lucía uno de los vestidos más sensuales que se hayan podido ver, obra de la gran Edith Head.
Con una recaudación de veintiocho millones de dólares a nivel nacional, esta película fue el mayor éxito de Paramount Pictures desde Los diez mandamientos (1923).
Se necesitaron dos intentos para derribar la famosa escena del Templo de Dagon. Durante el primer intento, algunas de las cargas de dinamita no pudieron salir a tiempo y tuvo que ser reconstruido para volver a rodarla. Las imágenes de ambos se pueden ver en la película completa.
Y llegamos a otro gran éxito y que supuso su único Oscar a la mejor película, nos estamos refiriendo a El mayor espectáculo del mundo (1952).
Los derechos de uso del lema del título, las instalaciones de Ringling Bros y Barnum and Bailey, y sus actuaciones, fueron compradas por 250.000 dólares. Cecil B. DeMille aconsejó a los guionistas que vieran la película alemana Varieté (1925) como modelo para el tipo de historia que quería. Recorrió el Medio Oeste durante siete meses con el circo, coleccionando anécdotas, argot e ideas entre bastidores, aunque no vivía como ellos ya que disponía de unos remolques especiales provistos de 3 habitaciones, cocina, baños y un amplio comedor, con un servicio compuesto de cocinero y dos secretarias.
Como dato anecdótico, fue la primera película que Steven Spielberg vio. Su padre lo llevó al teatro, prometiéndole un viaje al circo. Tenía seis años en ese momento y le marcó tanto que quiso dedicarse a dirigir. En la película de Spielberg de 2005 La guerra de los mundos se ve un breve clip de la escena del accidente del tren.
A DeMille le había gustado una interpretación de Charlton Heston en el teatro de Julio César. Este estaba en los estudios de la Paramount cuando vio a Cecil B. DeMille y le saludó. El director comezó a hacerle preguntas que finalmente le llevaron a ser elegido el protagonista y cambiar su idea de que fuera Kirk Douglas o Burt Lancaster el director del circo.
Los actores tenían que hacer sus actuaciones sin extras, una de las escenas más recordadas es la de Gloria Grahame que tuvo que poner su cabeza debajo del pie de un elefante ante la mirada de pánico del entonces su marido, Nicholas Ray.
Aparecía también un James Stewart maquillado como el payaso Botones que le había realizado la eutanasia a su mujer enferma terminal y estaba siendo buscado. La Legión de la decencia protestó porque veían que el personaje era demasiado afable y el público le defendía, también se quejaron de los trajes utilizados por los artistas del circo.
La película es guardada con cierta nostalgia por varias generaciones, sus continuas reposiciones en cines de barrio y luego en televisión hacían soñar a gente humilde que no podían pagarse la entrada de los circos y pasar una tarde de lo más divertida.
Y llegamos al final de su carrera con Los diez mandamientos (1957) en la cual utilizó al menos 14.000 extras y 15.000 animales. Producida a un costo de 13 millones de dólares, se convirtió en la película más taquillera de Paramount Pictures en ese momento y durante muchos años, ocupó el segundo lugar solo superada por Lo que el viento se llevó (1939) como la más exitosa de la historia de Hollywood.
La montaña Paramount al principio de esta película era una versión estilizada del logotipo del estudio. Retuvo su forma cónica, pero con un tono de granito rojo y una cumbre más angular bajo un cielo rojo nublado para sugerir la aparición del Monte Sinaí para esta película. Antes de los créditos iniciales, DeMille salió de detrás de las cortinas con un micrófono en mano y presentándola
Escogió a Charlton Heston porque tenía un parecido con la estatua de Moisés de Miguel Ángel, curiosidades del cine, luego hizo de él en la película de Carol Reed El tormento y el éxtasis
Mientras DeMille proyectaba la película Sombrero (1953), la cual usaba como prueba de pantalla para Nina Foch, vio a Yvonne De Carlo y dijo: "Esa es la cara que he estado buscando como la esposa de Moisés"
Anne Baxter vio el papel de Nefretiri como una gran oportunidad para mostrar su atractivo sexual, se pensó inicialmente en Audrey Hepburn, pero la vio demasiada delgada para el papel.
Cuando a Yul Brynner le dijeron que interpretaría al faraón Ramsés II junto a Moisés de Charlton Heston, y que no tendría camisa en la mayor parte de la película, comenzó un riguroso programa de levantamiento de pesas porque no quería ser eclipsado físicamente.
DeMille salvó al músico Elmer Bernstein al contratarlo, estaba sufriendo una marginación por sus ideas políticas que eran contrarias curiosamente a las del director, el músico siempre se lo agradeció, incluso lo volvió a contratar para que hiciera la banda sonora de Los Bucaneros. Gracias a él, hemos podido disfrutar de sus bandas sonoras, si no hubiera hecho la de Los diez mandamientos tal vez su nombre no lo conoceríamos.
Al pedir permiso a las autoridades egipcias para filmar allí, se sorprendió gratamente al descubrir que eran fans de su película, Las cruzadas (1935). "Nos trataste tan bien (árabes en la película), que puedes hacer lo que quieras aquí ", le dijeron.
Los efectos especiales de John Fulton ya forman parte de la historia del cine y en una época que no se hacían por ordenador. Para la escena de Moisés abriendo el Mar Rojo el equipo de producción grabó la caída de agua en un gigantesco tanque en forma de U, instalado en los estudios de la Paramount, tomó planos laterales de la cascada de agua para dar mayor sensación de movimiento y reprodujo la imagen al revés.
Si nos fijamos en la escena del mar Rojo y los efectos visuales de las nubes notaremos cierta similitud con los que utilizó Steven Spielberg para En busca del arca perdida.
DeMille sufrió un ataque al corazón durante la producción. Se tomó solo dos días libres, y luego regresó al trabajo, en contra de las órdenes de su médico, para completar esta película de la cual escribió en los créditos que todo aquel que la viera visitaría la tierra prometida.
Los diez mandamientos fue su testamento cinematográfico, espectacular compendio de todas las virtudes de este gran autor de la historia del cine. De Mille fue un avanzado a su tiempo, su testimonio lo recogieron luego directores como Spielberg. Sin DeMille, la Paramount no hubiera sido lo que fue y tal vez tampoco Hollywood la fábrica de sueños que fue y esperemos que pueda seguir siendo, tampoco famosas superproducciones que todos conocemos no se hubieran realizado tal vez y determinados productores ni se hubieran arriesgado a invertir... El séptimo arte le debe gran parte de su historia y ser recordado.
El pasado 28 de diciembre el cine cumplió 125 años. Fue entonces cuando los hermanos Lumière aprovecharon la gran afluencia de gente en Navidad para ofrecer unas proyecciones públicas en el Salón Indien, café del número 14 del Boulevard des Capucines de París para mostrar el nuevo aparato al que llamaron cinematógrafo y que habían patentado el 13 de febrero de 1895, por tanto la fecha en que se celebra el nacimiento del cine es la de la taquilla, la de cuando la gente pudo asistir a verlo en un sitio
Ya había habido experimentos tiempo atrás, en el siglo XVII, intentando perfeccionar las prestaciones de la linterna mágica, la cual proyectaba imágenes fijas siguiendo principios parecidos a las diapositivas.
El paso del tiempo fue dando otros ingenios mecánicos y fotográficos como el tambor giratorio hueco, con espejos y ranuras, en cuyo interior se colocaban unas tiras de dibujos que parecían moverse en el cilindro o el daguerrotipo que permitía fijar la imagen en planchas de cobre. Otro invento fue el praxinoscopio, una especie de zoótropo que podría proyectar imágenes o la película de celuloide con perforaciones que facilitaban su arrastre y el kinetoscopio entre otros, cámara para grabar imágenes en movimiento.
El cine se convertiría además de una atracción en un arte al que llamamos séptimo ya que en la antigüedad las artes eran seis: pintura, escultura, literatura, arquitectura, danza y música.
El cine ha tenido sus innovaciones en lo largo de su historia, sería largo ahora de explicar todo, pero ya sabemos que comenzó siendo mudo y luego sonoro, en los años 50 pasamos de una pantalla cuadrada a los inventos del cinemascope, cinerama, vistavisión etc, y así podríamos seguir la lista con los sistemas de sonido, la era digital, el 3D etc.
¿Y cómo lleva estos 125 años nuestro querido cine? Pues no está en su mejor momento, si bien hace un cuarto de siglo celebraba el centenario con buena salud, esta vez creo que no. Ya sabemos que el 2020 ha sido un año terrible por la pandemia del coronavirus, pero ya antes de esto estábamos asistiendo a un cambio en la forma de ver las películas.
Lo que eran las salas grandes con su glamour y ambiente cinéfilo fueron desapareciendo, ya quedarán bien pocas. Uno de los casos más tristes lo vemos en Barcelona, hace unos días el director JA Bayona mostraba una foto de lo que ha quedado del cine Urgel (para quien no lo sepa, este cine era el más grande la ciudad, 1800 butacas, coqueto, pantalla muy grande…Más de uno quería ir a este cine para ver los estrenos). Lo que ha quedado de él son tres butacas en medio de un supermercado. Algunos sentirán añoranza y otros ni se darán cuenta…
También he podido ver fotos de lo que fue el Cine Niza, o como ya escribí aquí el Texas. También en Madrid han desaparecido muchos cines, aquellos que en algunas películas de Garci salían con su cámara nostálgica retratando la Gran Vía y que parecían decirnos con aquella música de Jesús Glück lo poco que iban ya a durar. En otras ciudades también ha pasado lo mismo y si se quiere ir al cine hay que ir a los centros comerciales.
Pero esto último que digo está quedando ya anticuado, el auge de las plataformas digitales con series y películas comenzó a quitarles público y el dichoso virus está certificando el fin de lo que era ir al cine, aunque sea en un complejo multisalas, para ver la película. Incluso la todopoderosa Disney ha decidido estrenar sus películas por Disney Plus.
Cierto es que es una medida transitoria de momento, pero el alargamiento de la pandemia y las pocas esperanzas en que el problema del virus se solucione rápido, hace que ya anuncien estrenos para este año por su plataforma en vez de en el cine y muchos nos preguntamos si en un futuro, ya sin peligro, esto continuará así.
Las plataformas tienen, claro está, su parte positiva, en estos momentos en que me encuentro desconectado de lo que es una ciudad me permiten seguir viendo cine, incluso hasta festivales (en Filmin, que es la plataforma más cinéfila, se han podido ver bastantes), pero todo ha de tener su mesura equilibrada, las salas y las plataformas han de saber complementarse. Los empresarios y gente del sector han de saber encontrar la fórmula para que las vuelvan a hacer atractivas y que se note la diferencia de lo que es ver cine en una sala y verlo en una tele.
La historia del cine, como decía, ha tenido muchas innovaciones e inventos, que los siga habiendo es normal. Pero, por favor, que el cine se pueda seguir viendo en salas, es de esta manera cuando celebramos su cumpleaños. Que la gente lo sepa apreciar, se enseñe en los colegios y no se vea como un producto de consumo con fecha de caducidad rápida. Si no, naturalmente que seguirá habiendo películas, pero nos tendremos que preguntar qué ha sido de ese séptimo arte que tantas obras maestras y películas notables nos dio.
Estimados internautas de No sin los títulos, como bien sabéis es tradición para muchos dar la bienvenida al año nuevo viendo el concierto de Viena y escuchando los tradicionales valses y por eso he pensado que lo hagamos también desde esta página en plan cinematográfico. Hoy dejo la letra bastante aparte y que la música sea la protagonista en esta selección
1-Empecemos pues el repertorio y lo hago con una de las mejores escenas rodadas de un vals, se trata de la película de 1949 Madame Bovary dirigida por Vincente Minelli y con música de Miklos Rozsa:
2-Seguramente más de un cinéfilo cuando escucha las palabras "vals" y "cine" se va enseguida a una película, más de uno ya la habrá adivinado, hablamos de El Gatopardo de Luchino Visconti del año 1963, ahí teníamos dos valses geniales, uno era de Giuseppe Verdi inédito llamado “Valzer brillante” que el montador del filme Mario Serandrei compró a un anticuario y se lo regaló al director, pero también el musico de la película Nino Rota compuso otro “El valzer del commiato” y escucharlos y verlos supone uno de los momentos más bellos que uno puede tener, ahí van:
3-Vamos a una de las grandes obras maestras del cine, Lo que el viento se llevó (1939) de Victor Fleming, el "Tema de Tara" de Max Steiner es lo que nos viene enseguida si pensamos en su música, pero hay otras otras composiciones brillantes como este vals llamado "Southern Belle Waltz":
4-¿Qué tal si entramos en el mundo Disney con el vals de La cenicienta (1950)? Ahí bailaba ella con el príncipe al compás de las notas de la canción “So This is love” con música y letra de Mack David, Jerry Livingston y Al Hoffman:
Disney recurrió a compositores clásicos como Tchaikovsky también, en La bella durmiente (1959) se popularizó mucho el vals del ballet que el compositor ruso estrenara en 1890.
5-Volvamos de nuevo a Nino Rota, antes de El Gatopardo, había compuesto un gran vals para la adaptación de la novela de Tolstoi Guerra y paz que King Vidor había llevado a la gran pantalla en 1956
Rota también compuso otro brillante vals para la película Waterloo (1970) de Sergei Bondarchuck
Y claro está no podíamos olvidarnos entre su obra de el vals de El padrino (1972):
6-Dejamos la seriedad de El padrino, para irnos a una comedia de Blake Edwards que dedicó a la pareja cómica de El gordo y el flaco, se trataba de la superproducción La carrera del siglo (1965) cuya partitura era de su inseparable Henry Mancini y teníamos este vals:
7-Vamos ahora a otra comedia El cisne (1956), en esta ocasión dirigida por Charles Walters y que supuso la despedida en el cine de Grace Kelly. Partitura de un músico más que notable e injustamente olvidado Bronislau Kaper:
8-Recurrimos nuevamente a Max Steiner que compuso para Jezabel (1938) una de sus obras magnas con una Bette Davis insuperable. Quien la haya visto en esta película ya no se olvidará de ella:
9-En 1991 Terry Gilliam dirigía la singular El rey pescador con música de George Fenton y con uno de los valses más originales de la historia del cine en una escena mítica
10- Danny Elfman con Tim Burton formaron uno de esos grandes binomios de la historia del cine.En 1989 escribiría la partitura de Batman con este precioso vals:
11-Le toca el turno al musical y a My Fair Lady (1964) de Loewe y Lerner no he encontrado un vídeo de calidad para poner, pero no por ello quiero dejar este vals, uno de mis favoritos:
12-Y ya para acabar lo hacemos con Jerry Goldsmith, en 1985 compuso la banda sonora de Legend que solo se pudo escuchar en Europa. En América se desestimó una de sus mejores partituras por la del conjunto de rock Tangerine Dream. Goldsmith compuso un vals sublime en una de las mejores escenas de un filme que no fue muy bien acogido en su día, pero que en los últimos años se está reivindicando. Con este vals acabamos y os deseo un muy buen feliz año en el que recuperemos ya la normalidad y podamos ir con tranquilidad al cine. Gracias y nos volvemos a leer en el 2021.
Si queréis que hable de algún tema o proponerme algo escribidme: murcar79@gmail.com , encantado os contestaré.