28/08/2020

La saga de Don Camilo

 

Qué suerte poder tener a mano las películas de la saga Don Camilo, si ustedes no las tienen háganse con ellas, hallarán una grata sorpresa si no las conocen aún. Corría el año 1948 y el escritor Giovanni Guareschi escribió Don Camilo, en ella asistimos a los continuos roces entre el párroco y el alcalde comunista de un pequeño pueblo italiano. El éxito de la novela hizo que en pocos años saltara al cine y es que el productor Giuseppe Amato se hizo con los derechos de esta por una suma ingenua de dinero y con la moda de las coproducciones llegó a un acuerdo con los franceses en la figura de Robert Chabert, representante del también productor Ángelo Rizzoli en París, que exigieron que el director fuera Julien Duvivier tras el rechazo de Vittorio De Sica, el cual no se atrevió finalmente a dar el sí porque no quería quedar mal con alguna de las dos partes enfrentadas. Don Camilo no dejaba de ser un reflejo de la situación que se vivía en la Italia de la posguerra dividida entre dos potentes partidos: La Democracia cristiana y el Partido comunista.

   

 Para el papel de Don Camilo no se pensó inicialmente en Fernandel, sino en Gino Cervi que es quien hizo de alcalde comunista finalmente. Duvivier quiso que fuera el cómico francés quien hiciera de párroco, algo que no gustó inicialmente a su escritor quien imaginaba al personaje con otro rostro. Tampoco fue fácil que Fernandel diera el sí ya que veía irreverente que el Cristo de la parroquia hablase con el sacerdote. La película finalmente se convirtió en un gran éxito y Guareschi ya no fue tan ingenuo en la segunda parte a la hora de vender los derechos y pidió 50 millones de liras. 

  ¿Quién fue Giovanni Guareschi, el escritor de Don Camilo? Fue un escritor y periodista, nacido el 1 de mayo de 1908 en Fontanelle, un pequeño pueblo de la Parma. Cayó prisionero de los nazis y llevado a un campo de concentración en Polonia, donde sufrió física y espiritualmente. En 1945, regresa a Italia. Su visión de la política le hacía preguntar: «¿Hacia dónde va la gente?». «A la izquierda». «Entonces, yo tiro hacia la derecha». Su ideología, no obstante, no era bien definida. Afirmaba ser socialista, monárquico y cristiano. Fundó la revista satírica «Cándido» que le dio fama y lo forjó políticamente. Se fue creando ese Guareschi de fama internacional que trataba, siempre, de conciliar posturas diametralmente opuestas. No callaba lo que pensaba, en 1948 fue un defensor de la Democracia Cristiana, pero cinco años después estaba en la oposición. Atacó a Alcide De Gasperi, el entonces primer ministro de la República Italiana de ser el responsable de los bombardeos de Roma en 1944, hecho que le provocó una condena de 18 meses de prisión, que le minó la salud. Su novela de Don Camilo es su obra más famosa, fue traducida a todos los idiomas, también al ruso y al esquimal. La primera edición española fue por la editorial Guillermo Kraft de Buenos Aires en 1952 con traducción de Fernando Anselmi, posteriormente sería reeditada por Planeta. Guareschi colaboró también con Pasolini en el documental La rabia (1963) donde cada uno daba su punto de vista sobre la condición humana y los conflictos sociales cada uno con su ideología. Falleció en 1968 a causa de un infarto

 



  El estreno de la película en España
Don Camilo fue víctima de la censura en nuestro país, la película incluso ya había sido doblada en 1952, pero se prohibió. Se dice, pero no he podido constatar, que la orden vino del Pardo y cierta frase que dijo el Generalísimo, al verla en su sesión privada, de que con las cosas del comunismo no se podía hacer broma.

   

La censura en España estaba muy manejada e influenciada por la Iglesia Católica y es probable que a los sectores más cerrados de esta no les hiciera gracia que en las pantallas tuviera popularidad la película y vieran en Don Camilo un cura “progre” y una visión amable del comunismo. En 1962 con la apertura del Concilio Vaticano II y el fin de la carrera política de Arias-Salgado (una de las manos más duras de la censura) se intentó que la película fuera por fin estrenada, pero tampoco hubo éxito. Sí en cambio se pudo estrenar ya El Camarada Don Camilo de 1965 en 1968. Para el resto de la saga hubo que esperar 10 años. Se puede decir aquello de ser más papista que el papa ya que el mismo Pío XII recibió a Fernandel en audiencia papal y le dijo que era el sacerdote más famoso del mundo después de él.

  Las películas En total son 5 películas las que Fernandel y Gino Cervi interpretaron, Julien Duvivier dirigió las dos primeras en 1952 (Don Camilo) y en 1953 (El regreso de Don Camilo), dos años más tarde Carmine Gallone toma el relevo y dirige en 1955 Don Camilo y el honorable Peppone y en 1961 Don Camilo, monseñor. 4 años más tarde Luigi Comencini dirigiría El camarada Don Camilo. Iba a haber una sexta, Don Camilo y los contestatarios de la cual el director Christian-Jaque que había trabajado con Fernandel en la magnífica La ley es la ley había rodado una parte en 1970, pero la enfermedad del actor y su fatal desenlace hizo que se suspendiera el rodaje, no obstante Mario Camerini la dirigió dos años después con otros actores, Gastone Moschin como Don Camilo y Lionel Stander como Peppone, pero la película no funcionó y creo que en España no se estrenó ni se ha visto en televisión.

   

 En 1983 Terence Hill que buscaba algún papel para tomar una carrera en solitario sin su inseparable Bud Spencer se atrevió a dirigir una nueva versión de Don Camilo con él en el papel de cura y Colin Blakely como Peppone que no hizo para nada olvidar el clásico.

 Personalmente recomiendo las 5 películas de la saga, no hagan mucho caso de cierta crítica que en el momento de su tardío estreno despreció, aunque sin tampoco menospreciar del todo, las películas por estar dirigidas por Julien Duvivier. Parte de la crítica setentera seguía a rajatabla los postulados de la Nouvelle Vague y calificaba al director francés como profanador por su falsa técnica y clasicismo en su puesta en escena (Godard dixit), es por eso que no les entusiasmara este Don Camilo que se estrenaba 26 años después y lo vieran desfasado en el tiempo. Paradójicamente, Truffaut si fue un admirador del realizador francés en su juventud. Duvivier, sin embargo, tuvo admiradores como Orson Welles, el cual es el narrador en Don Camilo, o Ingmar Bergman que llegó a decir que le gustaría que su filmografía fuera la de él. Otras críticas hablaban de que eran unos personajes locales, craso error porque una de las virtudes que encontramos es la universalidad de ellos y con el paso del tiempo se ve de manera más clara, en vez de un cura bien podría ser un político conservador y el alcalde otro de izquierdas, eso sí, siempre que no fueran de posiciones extremas.

 Luego hay que resaltar sobretodo que la trama no hay que verla como un juego del gato y el ratón, más allá de las diferencias de ideas hay por encima un mensaje de fraternidad, saber convivir, de reírse de uno mismo, de saber mirar primero lo que une antes de lo que desune y de una profunda humanidad. Así pues, los personajes se odian, serán presentados con sus virtudes y sus defectos, capaces de lo mejor y lo peor, pero se necesitan y han de convivir porque entre otras cosas son dos personas humanas y para progresar en la vida se ha de ser abierto, no encerrarse uno en su ideología, entre otras cosas porque la verdad no la tiene nadie. En una sociedad como la actual donde por desgracia vemos que los políticos son incapaces de acercar posturas y solo buscan sus propios intereses, ya sea ante una crisis económica como la que hubo recientemente o ante la triste actualidad del coronavirus, ojalá tuviéramos un Don Camilo y un Peppone rondando y haciendo de las suyas.

21/08/2020

Gracias por seguir levantado, Groucho

Cada agosto se celebran los aniversarios luctuosos de tres grandes: Marilyn Monroe, Elvis Presley y Groucho Marx, esto nos sirve para refrescar la memoria y en el caso del último volver a reír con sus películas. Las efemérides son la excusa perfecta para hablar de alguien y si es de Groucho aun lo hacemos con más ganas. Teniendo en cuenta los tiempos tristes e inciertos que corren, recurrir al humor surrealista de él y sus hermanos es una buena medicina para ir sobreviviendo. Su nombre real era Julius Henry Marx, nació en Nueva York un 2 de octubre de 1890 en el seno de una familia de inmigrantes judíos, era el cuarto de seis hermanos. Con Chico, Harpo y Zeppo debutan en el cine después de un exitoso paso por el teatro con Los cuatro cocos (1929). Tras la que para muchos es su obra maestra Sopa de ganso (1933) firman un contrato con la MGM que se inicia con la que quizá sea su película más popular Una noche en la ópera (1935), el esquema se va repitiendo luego en posteriores películas. Personalmente siempre me han gustado todas las de los Marx excepto la fallida Amor en conserva (si se puede considerar como una película de ellos, claro). Groucho en solitario después no tuvo mucha suerte y salió en algunas películas que estaban a años luz de su talento, una lástima. Se barajó su nombre para el papel del médico de El apartamento, pero Wilder no lo veía muy claro. Guardo muy buen recuerdo de aquellos sábados por la tarde en lo que antes se llamaba “Primera sesión”, en la que emitían una de ellos cada mes en los 80, fue una especie de ciclo encubierto que me dio la oportunidad de ver prácticamente todas y descubrirlos, luego las fui recuperando gracias a que se fueron editando en VHS y luego en DVD. Actualmente apenas se ven por las televisiones. Quisiera hacer mención de los actores de doblaje que tuvo, a Groucho en versión original es muy difícil seguirle por lo que no era tarea nada fácil. La voz que yo prefiero es la de Vicente Bañó, admiro también otros dobladores que tuvo como Josep Maria Angelat, pero creo que el primero le dio un toque personal y una ironía que el segundo tenía de diferente manera, recordemos que Angelat era la voz sobretodo de Louis de Funes, trabajo que hizo perfectamente. Bañó seguía más el estilo del gran José María Ovies cuyos doblajes no se han guardado muchos. (En el primer vídeo la voz es de Angelat, en el segundo de Bañó) Hay quien cree que los Hermanos Marx no tuvieron un gran director, a excepción de Leo McCarey en Sopa de ganso , pero ellos funcionaban solos: Harpo sería el elemento surrealista, Chico hacia el diálogo hilarante con Groucho, luego había los números musicales de ellos, Groucho cantaba, Chico tocaba el piano y Harpo el arpa. Y sobretodo había los encontronazos entre Groucho y Margaret Dummont, de la cual él dijo que no se enteraba de nada. Una vez el cine de los Marx fue perdiendo espacio, quedaron para la posteridad las apariciones de Groucho en televisión y sus geniales frases, en muchas de ellas podemos ver un fiel reflejo de nuestros políticos, por ejemplo, en la de “Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros”. La política la definía de esta manera: “Es el arte de buscar problemas, encontrarlos en todas partes, diagnosticarlos incorrectamente y aplicar las soluciones equivocadas.” Seguramente más de uno estamos pensando en varios nombres al leer esto Groucho sabía reírse de todos y de él mismo, ya dijo que “Nunca pertenecería a un club que admitiera como socio a alguien como yo”. En la década de 1950, fue invitado a realizar un recorrido por la Bolsa de Valores de Nueva York. Mientras estaba en la cabina de observación, tomó el auricular del sistema de megafonía y comenzó a cantar "Lydia the Tattooed Lady". Al escuchar el silencio que venía del piso de negociación, apareció ante la vista, los comerciantes le dieron un fuerte aplauso y gritó: "Señores, en 1929 perdí ochocientos mil dólares en este piso, ¡y tengo la intención de obtener el valor de mi dinero! " Durante quince minutos, cantó, bailó, contó chistes y, durante todo este tiempo, el indicador bursátil de Wall Street se quedó en blanco. Precisamente esa pérdida de dinero le acarreó problemas de salud como un insomnio crónico del que jamás se recuperó. Durante bastantes años nos hicieron creer que en su epitafio se leía “Perdone que no me levante”, pero parece que no es verdad. Han pasado 43 años de su muerte y no hacía falta que pidiera disculpas porque bien levantado sigue estando.

14/08/2020

La Escapada (1962) de Dino Risi

 

Llega el puente de agosto y uno siempre recuerda la imagen de la ciudad que se vacía, la llegada de unos días que parecen un oasis (siempre, claro está, para quien tenga suerte de poder aprovecharlo) e intentar llevar al máximo ese “carpe diem”, pues el tiempo ya nos marca pronto ese dichoso septiembre, por eso convenía hacer una escapada. Precisamente esa era el título del mítico filme de Dino Risi, en italiano "Il sorpasso". que se traduciría por adelantamiento (título que se puso de moda no hace mucho cuando se hablaba de cambios electorales)

La historia de un juerguista caradura (Vittorio Gassman) que casualmente encuentra a un estudiante (Jean Louis Tringtinant) que viene a representar todo lo contrario que él, pero al que logra convencer de pasar el día de vacaciones y hacer esta road movie. Dino Risi, su director, era uno de los padres de la denominada comedia italiana, pero siempre tuvo que conformarse con estar debajo de algún pedestal de otros realizadores más célebres según la crítica. Incluso su reconocimiento no llegó al principio de su carrera, sino que se dio cuando en sus películas comenzó a haber algún elemento dramático o especialmente pesimista, característica que acabo siendo básica en su filmografía desde mediados de los 60. Aquí participaba en el guion otro maestro, Ettore Scola.

La comedia italiana que Risi y otros tantos hicieron no dejaba de ser también un neorrealismo, pero echándole unas sonrisas. A cierta crítica no le gustaba nada esto, una de sus películas más divertidas y brillantes Sabela (1957) que ganó el Festival de San Sebastián fue recibida con silbidos en vez de con aplausos pues no se estaba de acuerdo con el veredicto.

La Escapada se estrenó con bastante éxito en España, a pesar de que la censura la veía algo peligrosa. En Barcelona, por ejemplo, estuvo 27 semanas seguidas en el Cine Diagonal y diez años después el mismo cine la volvió a programar. Ya más tarde, en el 88 hubo otra reposición, aunque en otro cine.

Muchos vieron el retrato aperturista de una época ya que el estudiante venía a ser quien había estado reprimido por la moral imperante, cierto que lo que veíamos era Italia, pero no podíamos dejar de pensar en España... Gassman, en cambio, era el juerguista, caradura, capaz de burlarse de todo y no tener piedad ni con la gente más humilde, por cierto recita la canción de "La casada infiel" de Lorca, se duerme con Antonioni y no para de tocar esa bocina que más de un nostálgico recordará de esa Radio Juventud en sus promos, un personaje totalmente sin ningún límite, norma y ética, un desahogo ante tantas prohibiciones llevado al más puro extremo, por eso más de uno se identificaría con él.. Probablemente sea su personaje mejor construido, incluso por encima del que hizo con el mismo director en Perfume de mujer.

 La escapada  ofrece varias lecturas una vez vista. Más de un censor de la época vería ejemplar cierto desenlace, aunque se le podía dar la vuelta también. Ya saben que una de las preguntas que hace Gasmman al tímido estudiante es si dos naves en el espacio chocan, ¿ cuál es la que paga?…

06/08/2020

5 películas para este agosto


Empezamos un agosto extraño y difícil, el cine nos asegurará al menos un buen rato sin pensar en las mascarillas, en si hay nuevos brotes o perder el tiempo en el google buscando cuándo habrá un remedio para tan dichoso virus. Vamos a intentar desconectar con 5 películas ambientadas en verano: 

 Calabuch (1956) Uno de esos Berlangas que no suele estar entre la crítica de entre los mejores, incluso Truffaut mostró su cara menos amable al verla y escribió: "Viendo esta película uno desea que la bomba atómica caiga por fin, pero sobre la cabeza del director". Menos mal que no se cumplió y Berlanga nos regaló obras mejores, pero esta no tiene nada que desmerecer, ya encontramos muchos de sus temas. Rodada en una Peñíscola que cinco años más tarde sería escenario de El Cid, Calabuch es de esos lugares en el que uno se quedaría a vivir, pero la visión atenta del filme ya nos dice que esto no es así y que detrás de ese bienestar hay también dramas como la soledad, el contrabando, la pobreza...Pero por encima de los problemas hay una bondad y humanidad en sumo grado que es lo que nos irradia esas ganas de visitarlo cada año o las veces que haga falta en nuestra pantalla. La escena: El cohete y las letras de Calabuch.

  Las vacaciones de Monsieur Hulot (1953) El director Jacques Tati logró con su segundo largo su película más popular no exenta de su habitual perfeccionismo, tanto es así que se podría hacer una tesis con las diversas versiones que hay de sus películas con metrajes distintos, cambios en la música, color, etc...Acompañan sus fotogramas esa música de Alain Romans que solo al oírla nos evoca ya esa brisa del mar y nos relajará bastante, además de reírnos ya que la película tiene muchos gags brillantes, pero yo siempre me quedo con ese plano de los niños cuando ven por primera vez el mar. Por cierto, es Monsieur Hulot el único que disfruta de unas verdaderas vacaciones.

 La tentación vive arriba (1955) La parodia del personaje del Rodríguez escrita por Axelrod y que Wilder se las ingenió para que quedara como una obra inmortal que supiese esquivar a la censura. Ropa interior en el refrigerador y una Marilyn más divertida que nunca nos harán olvidar el calor, vale la pena que nos caiga una tomatera si el resultado es este, poco importará que a ella no le guste Rachmaninov 

 ¿Qué ocurrió entre mi padre y tu madre? (1972) Otra de Wilder y con esa habilidad de hacer un cine de autor y a la vez popular. Avanti (este es su título original) es uno de sus mejores ejemplos, hay en ella muchos temas profundos y una gran acidez en la forma de tratarlos, pero también una comedia mediterránea a la italiana que se ríe mucho de sus costumbres, algo que en Italia siempre han sabido aceptar. Visiten cada año ese hotel y ya verán que encuentran cosas nuevas. Por cierto, me encantaría en un hotel encontrar a un director como Clive Revill, está genial. 

Pandora y el holandés errante (1951) Dejamos las comedias y entramos en esta enigmática película que entraría dentro de aquello que algunos llaman “cine literario”. De la misma manera que si uno visita el Museo del Prado ha de tener cierto conocimiento cultural para entender las obras, aquí pasa lo mismo. Pero en Pandora no solo encontraremos la mitología, también el universo de Lorca se nos hace presente con ese color verde constante que la protagonista lleva en todo momento. Fue la película que hizo conocer internacionalmente la Costa Brava, rodada especialmente en Tossa, también podemos encontrar paisajes de S´Agaró, Sant Feliu de Guíxols, Playa de Aro o una plaza de toros ya para el recuerdo de Girona.

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...