Homenaje a Gina Lollobrigida: La romana (1954)



El pasado lunes 9 de enero fallecía Gina Lollobrigida a los 95 años, una de las grandes divas del cine italiano con carrera en Hollywood también. A raíz del Pan. Amor y fantasía (1953) el productor Howard Hughes se fijó en ella y en su carrera compartía cartel con Humphrey Bogart en La burla del diablo o con Errol Flynn en Espadas cruzadas, el fracaso de esta última le hizo volver a Italia, aunque pocos años más tarde retomaría su periplo hollywoodiense.

 En Italia le esperaba un gran éxito en 1954: La romana, dirigida por Luigi Zampa con quien había trabajado en sus inicios, se trata de una adaptación de la novela homónima de Alberto Moravia, el cual trabajó también en el guion. Ambientada en Roma en 1935, Gina interpreta a Adriana Silenzi que es inducida por su madre a trabajar como modelo para un pintor para hacer frente a su pobreza. Ahí conoce a Gisela otra modelo quien le propone salir con hombres ricos y poderosos.

   

 El guion cuando fue leído por la actriz fue rechazado y le dijo al productor: “Guardate, que io una puttana, cosí non la faccio”. En España hubo que esperar hasta 1970 para poder verla y en 1988 se llevó a la televisión en una miniserie en la que el escritor también colaboró en el guion y que volvió a contar con la actriz, en este caso haciendo de madre de la protagonista.En nuestro país fue emitida por Tele 5

   

 Moravia en sus novelas seguía una línea neorrealista con bastante crítica social y también existencialista, prueba de ello son  El conformista, Dos mujeres, o El aburrimiento, en varias ocasiones fue propuesto para premio Nobel, aunque su mayor recompensa probablemente fuera ver llevadas a la gran pantalla muchas de sus obras, un total de 73 veces sale su nombre si vamos al IMDB entre guiones suyos, adaptaciones y colaboraciones.

 La Romana dura apenas 90 minutos, suficientes para condensar los temas que se esconden tras el dramón aparente que una visión superficial del filme podría dar. La fugacidad de la vida, el arrepentimiento o la lealtad a unos principios se van mostrando, ya sea a través del personaje de ella o de sus relaciones. En absoluto es una película blanca, en el guion también trabajó Ennio Flaiano que escribiese con Fellini (Los inútiles, La Strada, Las noches de Cabiria…) y eso se nota porque esta reducción de la novela está muy bien esquematizada, quizá con un punto flaco que es el papel de la medre de ella, la cual tiene bastante protagonismo en la primera mitad, pero que luego lo pierde.

 Tras la gran popularidad de la película, la carrera de Gina siguió sumando éxitos como la secuela de Pan, amor y Fantasía o La mujer más guapa del mundo que le valió llevar este apodo durante gran tiempo y otra vuelta a Hollywood para protagonizar Trapecio. Su carrera es menor que la de Sophia Loren, pero  podía haber sido al revés, antes he comentado lo que le dijo Gina al productor de La romana, Moravia pensaba nuevamente en ella para el papel de La Ciociara ( Dos mujeres) y De Sica estaba muy de acuerdo, pero la actriz no quería este tipo de personajes, Magnani también lo rechazó y Loren lo cogió, papel que como bien saben le valió el Oscar. 

   

 La carrera de Gina empezó a decaer a finales de los 60, en más de una ocasión comentaba que rechazaba papeles porque el cine estaba cambiando y ya no le interesaba. En 1973 rodaba con Rovira Beleta No encontré rosas para mi madre, película que supuso un adiós prolongado a la gran pantalla, pues luego solo cogió papeles televisivos, no sin antes protagonizar una polémica en nuestro país cuando en 1977 decidía volver al cine para protagonizar Nido de viudas, la actriz abandonó el rodaje y declaró que ella solo daba dinero a los pobres, pues el productor Tony Navarro no le pagaba. En una entrevista con José María Íñigo negaba que su marcha tuviera que ver con malas relaciones con Valentina Cortese y soltaba que eran amigas. Sirva la película que he escogido para homenajearla y comprobar que era una gran actriz más allá del terreno extra cinematográfico. Descanse en paz


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