27/01/2021

Adiós al productor Alberto Grimaldi

El pasado 23 de enero fallecía a los 95 años el productor Alberto Grimaldi, pero la cada vez más escueta información cinematográfica apenas habló de este a pesar de haber producido más de 80 películas en Europa y Estados Unidos durante cuatro décadas. Quizá algunos al leer el nombre de pasada se piensen que es Alberto de Mónaco o que tenía algún parentesco ya que comparte nombre, pero nada tiene que ver. Comenzó su carrera en España produciendo un western de Joaquín Luis Romero Marchent Cabalgando hacia la muerte, aunque su éxito le viene sobre todo en 1965 produciendo de rebote La muerte tenía un precio.

   

Leone que había conseguido un gran éxito con Por un puñado de dólares se peleó con la productora de esta “Jolly Films” y recurrió a Grimaldi para que le produjera su segunda película de la popular trilogía de la paella. "Jolly" denunció que la propiedad del personaje de Eastwood era de ellos, pero el tribunal resolvió que el personaje de Eastwood aquí no era el mismo y que la personalidad de este era de dominio público. 

 

Al año siguiente también le produce El bueno, el feo y el malo, sin embargo, Grimaldi rechazó producirle Érase una vez en América. Leyó el guion y escribió una larga carta a Leone en la que enumeraba los que, en su opinión, eran algunos de los defectos cruciales de la película: demasiado larga (habría durado cinco horas y los distribuidores estadounidenses la reducirían a dos); y el personaje de Robert De Niro era demasiado negativo para el público estadounidense (en palabras de Grimaldi, "¡viola a una mujer y mata gente sin razón!"). Exigió que se rehiciera el guion, algo que no consiguió como bien sabemos.

Grimaldi tuvo una relación de amor/odio con Federico Fellini, en 1968 le produjo su episodio de “Toby Dammit” en Historias extraordinarias y en 1969 le apoya en su Satiricón, dejándole mucha libertad creativa, algo que Fellini supo exprimir al máximo. Algunos críticos vieron en esto un fallo, pues creen que la película resultó demasiado excesiva. 

 

Aquel mismo año y después de estar ganando dinero con Spaghetti westerns como los que hizo con Lee Van Cleef (Oro sangriento) le financia a Pontecorvo Queimada con la que se pasó de presupuesto y cuyo rodaje fue conflictivo con las famosas peleas entre Brando y su director, aunque más tarde lo considerara uno de sus mejores directores. 

 

En 1971 inicia otra etapa con otro grande del cine italiano, Pier Paolo Pasolini con su “Trilogía de la vida” compuesta por El Decamerón, Los cuentos de Canterbury y concluyendo con Las mil y una noches (1974) no exentas de polémica en sus estrenos y teniendo que torear con la censura como cuando el fiscal general de Milán ordenó el secuestro del filme póstumo del polémico directror Salo o los 120 días de Sodoma, por considerarlo obsceno «en la expresión de los componentes figurativos y discursivos».


Dos semanas más tarde, el tribunal territorial milanés consideró al productor Alberto Grimaldi culpable de delito de obscenidad, y lo condenó a dos meses de arresto, confiscando el filme. Un año después el tribunal de apelación aceptó el recurso de Grimaldi y levantó el secuestro de Salo, pero con la supresión de cuatro secuencias de la película. Grimaldi recurrió y la tercera sección de lo penal del Tribunal Supremo italiano dictó que debía ser considerado como una obra de arte y como tal podría verse nuevamente en Italia sin ningún corte.

 No fue este el único problema que tuvo, en 1972 había producido la aun polémica El último tango en París, un tribunal de Bolonia acusó al director Bertolucci, a sus actores Marlon Brando y Maria Schneider y a él por realizar la película bajo el término “pornografía utilitaria”.Bertolucci, por ejemplo, perdió sus derechos civiles, incluso el derecho al voto. Finalmente fueron absueltos. 

 

En 1976 volvió con Bertolucci para su Novecento, la publicidad del momento la califico como “la película italiana más cara y ambiciosa jamás realizada”. Un elenco internacional fue una de las exigencias del productor para vender la película a todo el mundo. Divergencias con las duraciones hicieron que entre los dos tuvieran sonados desencuentros. “Me cerró la puerta de la sala de montaje, excluyéndome del destino de mi película. A partir de ese momento dejó de haber diálogo entre nosotros y nos comunicamos a través de abogados. Para mí no quedaba otro camino que recurrir a los tribunales” 


Ese mismo año tiene otro roce como suele pasar con los grandes productores, dicho de paso, con Fellini y su Casanova que había sido rechazada por "Cineriz" y que gracias a la aportación económica de Grimaldi con 6.000 millones de liras se pudo hacer, pero durante el rodaje le reprochó la manía de reconstruir Venecia en Cinecitta que elevó los costos de la película a “niveles astronómicos”. Se peleó con Fellini y decidió suspender el rodaje. “El mío no es un contrato, es una sentencia. La mía no es una experiencia artística, sino una preparación carcelaria”, declara Fellini durante los meses de pausa.

   

No obstante, el amor/odio entre ellos dos tuvo un buen final al volver a reencontrarse en Ginger y Fred (1986) , película de la que hablé en este blog y que también tuvo una polémica cuando Ginger Rogers denunció el filme. Tras 16 años, Grimaldi se despidió del cine con Gangs of New York en el 2002 de Martin Scorsese. Con su muerte desaparece uno de los últimos grandes productores de la historia del cine y una forma de entender el cine cada vez más extinta. 

21/01/2021

100 años de El chico de Chaplin: Risas y tal vez unas lágrimas

 

Se cumplen cien años del estreno de El chico de Charles Chaplin el 21 de enero de 1921 en el Carnegie Hall de la ciudad de Nueva York, dentro de una función benéfica. Para celebrarlo, "A Contracorriente Films", la reestrenará en cines restaurada en 4 K el próximo 5 de febrero. Fue el primer largometraje oficial de su autor y evidentemente un punto de inflexión en su carrera. Después de su etapa exitosa en la Mutual decidió que era hora de innovar y dejar a un lado los cortos para elaborar un largo. 

Ya establecido en la First National empieza a dirigirla en 1919 y se alargará un año por diversos problemas. En octubre de 1918, Chaplin se había comprometido en un matrimonio apresurado con una actriz de 17 años, Mildred Harris. La pareja tenía poco en común y el director se sentía bloqueado artísticamente y sufrió un trauma agudo cuando quedó embarazada y dio a luz a un niño deforme, que murió después de tres días. Una semana y media después de que enterraran a su propio hijo, comenzó a idear lo que sería su primer largo, aquello le hacía tener de nuevo ilusión y la historia en la que el pequeño vagabundo se convertiría en el padre sustituto de un niño abandonado también le haría recuperar su creatividad artística.

 Uno de los pilares de la obra es sin duda Jackie Coogan, actor infantil que empatiza perfectamente con él. Las escenas con los dos juntos alcanzan una de las cotas más entrañables y sensibles de la historia del cine, más de uno tenemos en casa algún póster con ellos y seguro que si van a cualquier tienda  verán alguno.









 La química fuera de la pantalla era tan fuerte como su relación dentro. Todos los domingos, durante las primeras semanas de rodaje,  lo llevaba a parques de atracciones y otras actividades. Algunos han visto su relación  como un intento para reclamar su propia infancia infeliz, mientras que otros la han interpretado en un intento de refundir a Coogan en el niño que acababa de perder. Charlie T. Robinson escribió lo siguiente: "Yo sé de modo cierto que el asunto de El chico no es, en realidad, más que un capítulo de la infancia de Charles Spencer Chaplin. El mismo Charlot me lo afirmado, y que yo sepa, es ésta una confidencia que nunca hizo a nadie más."

 Para los devotos de Chaplin, entre los que me cuento, esta es quizá la película que más veces hayan visto, reúne toda una serie de características  sabiamente encajadas que la convierten en una obra de arte donde como dice el rótulo del principio, soltaremos sonrisas y alguna que otra lágrima, caracteristica chapliniana por excelencia. Sobre su obra diría: “Quería hacer un filme serio qué, entre muchos incidentes cómicos o burlescos, encerrase una ironía capaz despertar la piedad con un sentido de sátira que destacara los aspectos más bufos” 

En El chico observamos varios temas, Chaplin perdona la acción de la madre, que pasa del suicidio al arrepentimiento y a buscar a su hijo abandonado, en cambio deja de lado al padre, el cual parece arrepentirse durante varios segundos cuando por error tira una foto de ella al fuego, pero inmediatamente la vuelve a arrojar. La reivindicación de una caridad real y no fingida está presente en cada uno de los fotogramas, se critica el poco cariño hacia las personas con detalles como el de una maternidad cuyas puertas parecen las de una cárcel, o asimismo el camión del orfanato que más bien parece llevar ganado.

 

Hay señales de cierto cristianismo también, no más comenzar vemos la silueta del Cristo llevando la cruz, se bendice la mesa (algo que Coogan hacía de una manera entrañable y graciosa), reza antes de acostarse, el sueño final con los personajes vestidos de ángeles y la entrada de los demonios… Precisamente en esta escena última se puede hacer una lectura de que todos en un principio somos buenos, pero que el mal es el que ha ido entrando como si la tentación de Eva siguiera en la sociedad. En cuanto escenas inolvidables, seguramente estarán pensando en la del niño rompiendo cristales a pedradas y dándose a la fuga para que luego aparezca Charlot que pasaba por ahí y ofrecerle sus servicios.

   

Otras que han pasado a la historia son todas aquellas en las que los dos, como he mencionado antes, aparecen juntos, ya sea cuando le hace la comida (divertida inversión de papeles), la moneda del contador de gas, la escena amorosa con la vecina que es la mujer del policía o aquellas persecuciones por los tejados que forman parte ya de la historia del cine. 

 

En todas sus películas siempre hay un momento que alcanza tal cota de sensibilidad que es imposible no soltar alguna lágrima ni llegar más alto, muchos pensarán en el momento en que se llevan al niño al orfanato, pero yo me quedo con la escena de cuando la madre va a visitar a los niños de la calle y coge a  uno delante de la casa de él sin saber que es ahí donde está, de pronto la puerta se abre y sale él.

   

El Chico fue un éxito en taquilla y Chaplin que había fundado la "United Artists" mientras la rodaba daría un nuevo impulso a su carrera. No obstante, Charles Chaplin sufrió el divorcio de su primera esposa, Mildred Harris, mientras rodaba esta película, la cual quiso secuestrarla, es por este motivo que la tuvo que finalizar en secreto en un estudio. 

 Curiosamente en El Chico aparece la que sería su segunda esposa, Lita Grey, que interpreta a un ángel tentador del sueño y que tenía 12 años. Empezó a tener una aventura con él a los 14 y lo engañó para que se casara con ella cuando tenía 15 diciendo que estaba embarazada, a pesar de que era falso. Se divorciaron dos años después y dio a luz a dos hijos durante su matrimonio.

 Como norma habitual en sus películas, les puso música a principios de los 70, para esta creó una partitura que más de uno conocerá porque ha sido utilizada varias veces en campañas contra carteristas en el metro de Barcelona y en otras ciudades también la he escuchado en espectáculos ambulantes. Contiene también una variación de la Sinfonía nº6 de Chaikovsky

   

Para todo aquel que no la conozca o que quiera de nuevo reír y soltar alguna lágrima tiene una cita en los cines en breve para volver a disfrutarla en pantalla grande, siempre que las circunstancias actuales nos lo permitan. Esperemos también que pronto puedan volver a salir en DVD/Blu-ray sus películas, ya nos dieron una gran alegría cuando salieron con los inicios del DVD y repletas de extras y gran calidad. El listón está alto para "A Contracorriente"

15/01/2021

Cecil B.DeMille, el hombre que convirtió el cine en el mayor espectáculo del mundo

Con motivo de los 125 años del cine, algunos programas cinematográficos han ofrecido listas, ya sea de las mejores películas o de actores para recordar. En el veterano programa “La finestra indiscreta” (La ventana indiscreta) de “Catalunya Ràdio” aprovecharon el número redondo para sacar una de directores y preguntaban a quienes echábamos en falta o, por el contrario, a quienes eliminaríamos, véanla pulsando aquí Hacer este trabajo siempre es complicado, el mismo Àlex Gorina ya lo reconoce en su escrito que es imposible, discutible e injusta.

 Repasé el listado varias veces y ver los que faltaban para mí, de pronto me vinieron unas imágenes, eran las de la apertura del mar rojo de Los diez mandamientos de 1956 y quien había hecho posible eso era un hombre llamado Cecil B. DeMille, muchos siglos después de que Dios así lo dispusiera... Incluso tal director lo hizo dos veces, ya me permitirán la broma,pues había realizado una versión muda de 1923. Hay nombres que forman parte de la historia del séptimo arte, nos gusten o no sus películas o no comulgáramos con su ideología, por eso sorprende cuando no se mencionan. En este artículo repasaremos su obra.

 

 Recuerdo la primera vez que vi la película con Heston como Moisés, fue en los 80 y en la tele autonómica catalana TV3, que por aquel entonces era un canal innovador y de bastante calidad, diferente al actual. Nunca la he podido ver en el cine, a eso le tendré que dar las gracias a los programadores de las Filmotecas, al menos una vez en la vida se tendría que poder ver…

 Un tiempo después, una incipiente Tele 5 emitió El mayor espectáculo del mundo un Sábado Santo por la tarde, la vi y el reloj parecía que se había acelerado, los 150 minutos habían sido eclipsados, ni tan siquiera los cortes publicitarios (recordemos que cortaban cada 15 minutos la película) la habían alargado. ¿Pero quién era ese hombre llamado Cecil Blount De Mille? Pues comenzaremos con el tópico de decir la fecha y lugar de nacimiento, 1881 y Ashfield (Massachusets). Leyendo libros nos encontramos con dos datos primeros importantísimos, uno es que en 1913, con Jesse L. Lasky y Samuel Goldwyn forman la Lasky Film Company (que sería la Paramount Pictures) y en 1914 se fue al oeste a California para rodar un western The Squaw Man (1914), el primer largometraje producido en Hollywood oficialmente 





 Solo por esto ya se le tendría que mencionar, para más de uno es el inventor de la fábrica de los sueños.  Que dirigiera también bancos le hizo pensar en lo comercial, sacar el mayor rendimiento posible a las estrellas y qué quería ver el gran público para llenar la caja, lo cual provoca que más de uno vea en DeMille un director menor y para nada un autor, se equivocan y bastante. A eso hay que añadirle su ideología, algo que no debería influir en la valoración de sus películas.Era republicano conservador y anticomunista activo.
 En 1952 intentó que Joseph L. Mankiewicz fuera destituido como presidente del Gremio de Directores ya que no comulgaba con sus ideas, pero se encontró con la oposición de George Stevens y John Ford que lograron bloquear tal acción. No obstante, no era tan fiero el león como lo pintan, Edward G. Robinson dijo que Cecil B. DeMille salvó su carrera al contratarlo para Los diez mandamientos, había sido incluido en la lista negra por su activismo político de izquierdas, y las ofertas de trabajo no llegaban como resultado. DeMille contratando a Robinson para esta película socavó la lista negra de Hollywood. 


Dejemos la política y repasemos su carrera cinematográfica. En aquellos tiempos de cine silente, el director transformó a Geraldine Farrar, la soprano más famosa del momento en una estrella, con él hizo Carmen, una adaptación que resumía perfectamente el popular drama de Mérimée y en el que ya daba muestras de dominar las masas, incluso los curiosos la pueden ver en la adaptación que hizo de María Rosa, sí la obra de Àngel Guimerà. 




 Si no conocen a DeMille, lo habrán visto quizá en la famosa escena del coche de El crepúsculo de los dioses con Gloria Swanson y dirigida por Billy Wilder. Fue una de sus actrices favoritas y rodó películas que hoy en día pueden sorprender en su carrera como Macho y hembra (1919) o ¿Por qué cambiar de esposa? (1920), antes de convertirse en el fabricante de grandes espectáculos aun mudos como El rey de reyes y la versión ya citada de Los diez Mandamientos

 

Dentro de esta etapa muda destaca La marca de fuego (1915), que le dio cierta notoriedad entre los críticos e intelectuales europeos porque vieron en esta, nuevas posibilidades para el aun incipiente arte.

   

Pero DeMille prefirió caminar por otras sendas como la de las colosales reconstrucciones históricas y al año siguiente rueda Juana de Arco con la que consigue un notable éxito y las señas de lo que será su posterior cine con mucho dominio de temas pasionales, no ceñirse solo a los hechos auténticos y en definitiva ofrecer todo un espectáculo que cautivaba al público.

   

 A esta sigue La olvidada de los dioses con una historia alrededor de Hernán Cortés donde de nuevo la veracidad quedaba relegada por escenarios exóticos y amoríos imposibles. De Mille había encontrado la fórmula que empleó y que hizo que la gallina le fuera poniendo huevos de oro en cada realización.




 Su ambición va más allá y en 1923 rueda su primera versión de Los diez mandamientos. La "Ciudad de los Faraones" fue construida de madera y yeso en las "Dunas de Guadalupe", al norte de L.A., los conjuntos presentaban cuatro estatuas de 35 pies de altura del faraón Ramsés, 21 esfinges de cinco toneladas y murallas de más de 120 pies de altura. Un ejército de 2.500 actores, extras, carpinteros, yeseros, pintores, cocineros, personal y miembros del equipo de cine habitaron el set durante tres meses, alojado en un campamento virtual del ejército que contó con casi 1.000 tiendas de campaña. (3.500 animales, utilizados para recrear las escenas del antiguo Egipto, fueron alojados en un enorme corral del campamento.) 

 

Al finalizar el rodaje todo quedó arrasado y enterrado, De Mille dijo que: “Si dentro de 1.000 años, los arqueólogos cavan bajo las arenas de Guadalupe, espero que no se apresuren a publicarse con la increíble noticia de que la civilización egipcia se extendió hasta la costa del Pacífico de América del Norte". En 1983, el documentalista Peter Brosnan localizó los restos de los decorados todavía enterrados bajo las dunas. Actualmente está reconocido como un espacio arqueológico oficial por el estado de California y Brosnan ha estado tratando durante muchos años de recaudar dinero de los estudios de Hollywood para ello. El efecto de la separación del Mar Rojo fue creado mediante la colocación de dos bloques de gelatina azul lado a lado, calentándolos hasta que se derritieron. 

 

 Sin embargo, esta versión contaba con dos partes bien diferenciadas, una era la historia de Moisés, pero después se añadía toda una historia entre la envidia de dos hermanos para mostrar la eficacia de los mandamientos en la vida moderna. Hoy en día choca bastante esta trama, incluso en su momento fue criticada por nada menos que John Ford que le dijo que estaba convirtiendo el cine en un púlpito. La película fue un éxito y DeMille se puso a trabajar en rodar una historia de Jesucristo con los mismos parámetros, se llamaría El Rey de Reyes (1927) (no confundir con la de Nicholas Ray, la cual no es ningún remake como se suele escribir a veces).

 Se comprometió tanto que donó todo su salario para la caridad. Sus dos estrellas, H.B. Warner y Dorothy Cumming, estaban obligadas a firmar acuerdos que les prohibían aparecer en papeles cinematográficos que pudieran comprometer sus imágenes de pantalla "santas" durante un período de cinco años. DeMille también ordenó que no se les viera haciendo ninguna actividad "no bíblica" durante el rodaje de la película. Estas actividades incluían asistir a juegos de pelota, jugar a las cartas, frecuentar clubes nocturnos, nadar y montar en descapotables.

   

La película la realizó cuando dejó Paramount y organizó su propio estudio, el cual se desplomó después del crack bursátil de 1929. En España se estrenó en el Teatro de la Zarzuela de Madrid y las crónicas de la época hablaban de un espectáculo como nunca se había visto, aparte de intentar convencer que todo había sido revisado por la Iglesia: “La visión creada por DeMille conmueve, admira, sobrecoge, al espectador sin que este vea desmerecer el espectáculo ante sus ojos de creyente, escollo dificilísimo salvado con cuidadoso e insuperable tacto. No en vano esta película se ha filmado bajo la escrupulosa vigilancia de autoridades religiosas” (Diario Estampa 1928). En los últimos años ha aparecido en YouTube en copias con más o menos fortuna donde pude verla. Por desgracia no ha sido editada en España, aunque sí en Francia o Italia, y las plataformas de las que tanto hablamos parece que ni la conocen o ni se habrán esforzado en buscarla, y eso que hay una edición Criterion. Doy fe de que es un gran espectáculo que todo cinéfilo debería ver.

 Después de este gran éxito tanto de público como de crítica, rueda La incrédula donde experimenta uno de sus pocos fracasos, a pesar de ser bastante valorada. El director volvió a dejar la Paramount en 1929 en busca de mejores arreglos financieros. Firmó un fallido contrato de tres películas con MGM. La primera fue Dinamita (1929), la segunda, su único musical Madame Satán que no obtuvo el resultado en taquilla esperado, y la tercera El prófugo (1931). 

 

 La MGM no estaba contenta con él y quiso parar la producción, pero él les convenció al decir que costaría tanto completarla como detenerla. DeMille volvería a su casa, la Paramount, aquello le había afectado, pero su mejor etapa estaba por venir. Dado que sus películas anteriores habían sido un fracaso de taquilla, aceptó trabajar en el proyecto de El signo de la cruz (1932) con un salario drásticamente reducido y con un presupuesto más ajustado de lo que parecía razonable en ese momento.

 

La Paramount todavía tenía trajes de Los diez mandamientos (1923), y se le ofreció la oportunidad de usarlos para mantener bajos los costes de producción. Tuvo problemas con la censura, Will H. Hays le presionó para que abandonara el baile seductor de Ancaria en la escena de la orgía, pero se negó rotundamente. Los censores recortarían partes como el carro que saca los cadáveres de la arena, un gorila bailando alrededor de una niña semidesnuda, elefantes pisoteando a los cristianos y levantándolos con sus colmillos, cocodrilos a punto de comerse una chica atada, etc. Afortunadamente, estas escenas se pueden ver en la versión restaurada. 

 

 La película fue un éxito, aunque con el tiempo se fue olvidando, en parte por el éxito de Quo Vadis (1951) que contaba una historia similar. El signo de la cruz trataba sobre el incendio de Roma del emperador Nerón, el cual decide culpar a los cristianos y publica un edicto por el cual todos ellos deberán ser arrestados y enviados a la arena del circo. Entre los detenidos se encontraban dos viejos cristianos y la hermosa hija de uno de ellos, de la que se enamora Marco: el más alto funcionario de Roma.

 Charles Laughton interpretaba a Nerón, para Popea eligió deliberadamente a Claudette Colbert que hasta entonces había estado interpretando papeles inocentes, y este fue su primer papel “perverso”, Fredric March sería el prefecto de Roma Marco Superbo y Elissa Landi haría de Mercia. Tras rodar las películas This day an age (1933) y Four frightened people (1934), llega ese mismo año otra de sus realizaciones más recordadas, Cleopatra con Claudette Colbert.

   

El jefe de Paramount, Adolph Zukor, quería que DeMille repitiera el éxito de El signo de la cruz  y le dijo que tenía que hacer otra epopeya histórica con mucho sexo en ella. En 1934, el Código Hays solo se estaba implementando, así que se aseguró de hacer alarde de sus restricciones. Decide abrir la película con una chica esclava aparentemente desnuda pero estratégicamente iluminada sosteniendo un quemador de incienso en cada mano mientras el título aparece en la pantalla. Las escenas amorosas eran plenamente pasionales y los modelos que llevaban los actores se consideraron osados. Se abría el debate sobre si DeMille estaba haciendo grandes películas o monumentos al mal gusto, pero de lo que no hay duda es que el público llenaba las salas y se hablaba de ellas.


El crítico Alexandre López escribiría en "Mundo diario" lo siguiente: "Una gozada sin límites, una pasada, un talento para hacer realidad lo imposible y divertir a toda costa. Es una obra magnifica. Búsquenle el genio a ese loco DeMille y hallarán la grandeza de su discutible y afortunado paridor de hermosísimos fetos". Ángel Comas en La Vanguardia (6-3-93) escribiría: "En Cleopatra deslumbró a los censores con sus escenas de masas y le fue colando bailes y escenas de tono subido. Demostró que era un maestro de la fabulación, un auténtico autor de cine, capaz de convertir la historia o la religión en grandes espectáculos." Fue la primera película de DeMille en ser nominada al Oscar a la mejor película, la fotografía de Victor Milner fue recompensada con la preciada estatuilla. Después de Cleopatra vendría otra gran película, Las cruzadas (1935) sobre las andanzas del rey Ricardo Corazón de León

 

Esta película marcó la continuación de la amistad de toda la vida del director Cecil B. DeMille y su colaboración con el actor Henry Wilcoxon, que comenzó el año anterior con Cleopatra (1934). Wilcoxon se convirtió en un rostro habitual en sus películas.

 

Las Cruzadas fue otro gran éxito, aunque la critica la seguía tachando de poco verosímil en el tema histórico. Una de las anécdotas más llamativas es que consiguió que incluso el público musulmán aplaudiera la cinta por el respeto con el que les había tratado. Pasan dos años y vuelve con un western Buffalo Bill.

   

John Wayne deseaba mucho el papel de Wild Bill Hickok, que estaba seguro de que lo convertiría en una estrella, pero el director Cecil B. DeMille prefirió a Gary Cooper en su lugar e hizo la mayoría de sus propias acrobacias, incluida la toma en la que montaba "colgando" entre dos caballos. Volvía a demostrar un gran dominio de las masas, 2.000 actores indios se utilizaron como extras para la secuencia de la masacre de Custer. Dirige después Corsarios de Florida (1938), Anthony Quinn, yerno del director y que aparecía en esta, dirigió el remake de esta en 1958 Los bucaneros, al hallarse enfermo DeMille, que moriría al año siguiente. 

 

La historia se centraba en Nueva Orleans (1812) cuando sus habitantes -liderados por el pirata Lafitte y el general Andrew Jackson (después presidente de los Estados Unidos) resistieron el asalto de los ingleses. Se basaba en el libro Lafitt, el pirata de Lyle Saxon. Participaron más de 10.000 extras y se rodó tanto material que tardó tres meses en ser convertido en película en la sala de montaje, algo inédito en el Hollywood de esa época. Al año siguiente vuelve al western con Union Pacífico sobre la construcción del famoso ferrocarril. 

 

 Según una noticia en "The Hollywood Reporter", Cecil B. DeMille dirigió gran parte del filme desde una camilla, debido a una operación que tuvo meses antes. Sin embargo, los registros de estudio indican que se desplomó por la tensión de dirigir tres unidades simultáneamente, y la utilizó durante unas dos semanas. Esta fue una de las películas elegidas de Hollywood para representar a los Estados Unidos en lo que habría sido el primer festival de Cannes en septiembre de 1939. Debido a la guerra, el evento fue pospuesto hasta 1946. En 2002, un jurado retrospectivo examinó algunos de los títulos que habían sido elegidos para 1939 y otorgó a la película  una tardía Palma de Oro. De nuevo la espectacularidad se hacía presente con una inolvidable secuencia de descarrilamiento. 

 Llegamos a la década de los 40 y realiza Policía montada del Canadá sobre las aventuras de tres hombres y dos mujeres en Canadá durante la guerra civil norteamericana que buscan a un fugitivo de la ley. Fue su primera película Technicolor y en ella inició una práctica que seguiría en sus siguientes producciones, la de narrar partes de la historia él mismo. 





 En 1942 dirige Piratas del Mar Caribe sobre la lucha en 1840 contra los piratas que actuaban en la costa de Florida. A John Wayne no le gustaba Cecil B. DeMille ya que lo había rechazado en Buffalo Bill y aunque estaba contento de haber sido elegido en una película tan importante, no estaba contento con su papel y una vez se quejó de que sólo estaba allí para hacer que Ray Milland pareciera un "hombre real".

 

Las tomas de los calamares envolviendo sus tentáculos alrededor de los actores se hicieron desenvolviéndolos y mostrando la película al revés. 

 

 Dos años más tarde Por el valle de las sombras, un relato de los esfuerzos de un doctor para salvar vidas en la Marina estadounidense durante la guerra en el Pacífico contra los japoneses. Tuvo la idea de la película después de enterarse de la heroicidad del Dr. Wassell en una de las emisiones de radio del presidente Roosevelt el 28 de abril de 1942, por eso DeMille aparecía en el tráiler y le contaba a la audiencia cómo se hizo la película, después de escuchar al Presidente en la radio. 

 

Tres años más tarde vuelve con Los inconquistables, que trata de las aventuras en el siglo XVIII de una convicta inglesa que es deportada a las colonias americanas. Marcó su última colaboración con Paulette Godard, se enfureció con ella cuando se negó a hacer un truco que le requirió que le lanzaran bolas de fuego y se vio obligado a usar a una acróbata que acabó quemada. De nuevo rompía taquillas y fue la película estadounidense más taquillera de 1947. El filme sumaba aventuras, western, drama, acción, romance y guerra y trataba una época poco tratada en cine, previa a la declaración de independencia. Como en otros filmes de DeMille, el tema central de la obra viene dado por la exaltación y defensa de la libertad y la condena de las trabas que esta encuentra en sus manifestaciones y en su ejercicio.




 DeMille volvería a hacer un espectáculo bíblico tres años más tarde con Sansón y Dalila con Victor Mature y una sensual Hedy Lamarr que lucía uno de los vestidos más sensuales que se hayan podido ver, obra de la gran Edith Head. Con una recaudación de veintiocho millones de dólares a nivel nacional, esta película fue el mayor éxito de Paramount Pictures desde Los diez mandamientos (1923).

   

Se necesitaron dos intentos para derribar la famosa escena del Templo de Dagon. Durante el primer intento, algunas de las cargas de dinamita no pudieron salir a tiempo y tuvo que ser reconstruido para volver a rodarla. Las imágenes de ambos se pueden ver en la película completa.

   

Y llegamos a otro gran éxito y que supuso su único Oscar a la mejor película, nos estamos refiriendo a El mayor espectáculo del mundo (1952). 

 

Los derechos de uso del lema del título, las instalaciones de Ringling Bros y Barnum and Bailey, y sus actuaciones, fueron compradas por 250.000 dólares. Cecil B. DeMille aconsejó a los guionistas que vieran la película alemana Varieté (1925) como modelo para el tipo de historia que quería. Recorrió el Medio Oeste durante siete meses con el circo, coleccionando anécdotas, argot e ideas entre bastidores, aunque no vivía como ellos ya que disponía de unos remolques especiales provistos de 3 habitaciones, cocina, baños y un amplio comedor, con un servicio compuesto de cocinero y dos secretarias. 

 
Como dato anecdótico, fue la primera película que Steven Spielberg vio. Su padre lo llevó al teatro, prometiéndole un viaje al circo. Tenía seis años en ese momento y le marcó tanto que quiso dedicarse a dirigir. En la película de Spielberg de 2005 La guerra de los mundos se ve un breve clip de la escena del accidente del tren. 

 

A DeMille le había gustado una interpretación de Charlton Heston en el teatro de Julio César. Este estaba en los estudios de la Paramount cuando vio a Cecil B. DeMille y le saludó. El director comezó a hacerle preguntas que finalmente le llevaron a ser elegido el protagonista y cambiar su idea de que fuera Kirk Douglas o Burt Lancaster el director del circo. 

 

 Los actores tenían que hacer sus actuaciones sin extras, una de las escenas más recordadas es la de Gloria Grahame que tuvo que poner su cabeza debajo del pie de un elefante ante la mirada de pánico del entonces su marido, Nicholas Ray. 

 

Aparecía también un James Stewart maquillado como el payaso Botones que le había realizado la eutanasia a su mujer enferma terminal y estaba siendo buscado. La Legión de la decencia protestó porque veían que el personaje era demasiado afable y el público le defendía, también se quejaron de los trajes utilizados por los artistas del circo. 

 La película es guardada con cierta nostalgia por varias generaciones, sus continuas reposiciones en cines de barrio y luego en televisión hacían soñar a gente humilde que no podían pagarse la entrada de los circos y pasar una tarde de lo más divertida.

 Y llegamos al final de su carrera con Los diez mandamientos (1957) en la cual utilizó al menos 14.000 extras y 15.000 animales. Producida a un costo de 13 millones de dólares, se convirtió en la película más taquillera de Paramount Pictures en ese momento y durante muchos años, ocupó el segundo lugar solo superada por Lo que el viento se llevó (1939) como la más exitosa de la historia de Hollywood. 

 

 La montaña Paramount al principio de esta película era una versión estilizada del logotipo del estudio.  Retuvo su forma cónica, pero con un tono de granito rojo y una cumbre más angular bajo un cielo rojo nublado para sugerir la aparición del Monte Sinaí para esta película. Antes de los créditos iniciales, DeMille salió de detrás de las cortinas con un micrófono en mano y presentándola

 

Escogió a Charlton Heston porque tenía un parecido con la estatua de Moisés de Miguel Ángel, curiosidades del cine, luego hizo de él en la película de Carol Reed El tormento y el éxtasis 

 

 Mientras DeMille proyectaba la película Sombrero (1953), la cual usaba como prueba de pantalla para Nina Foch, vio a Yvonne De Carlo y dijo: "Esa es la cara que he estado buscando como la esposa de Moisés"

  

 Anne Baxter vio el papel de Nefretiri como una gran oportunidad para mostrar su atractivo sexual, se pensó inicialmente en Audrey Hepburn, pero la vio demasiada delgada para el papel. 

 

 Cuando a Yul Brynner le dijeron que interpretaría al faraón Ramsés II junto a Moisés de Charlton Heston, y que no tendría camisa en la mayor parte de la película, comenzó un riguroso programa de levantamiento de pesas porque no quería ser eclipsado físicamente.

  

 DeMille salvó al músico Elmer Bernstein al contratarlo, estaba sufriendo una marginación por sus ideas políticas que eran contrarias curiosamente a las del director, el músico siempre se lo agradeció, incluso lo volvió a contratar para que hiciera la banda sonora de Los Bucaneros. Gracias a él, hemos podido disfrutar de sus bandas sonoras, si no hubiera hecho la de Los diez mandamientos tal vez su nombre no lo conoceríamos.

 

 Al pedir permiso a las autoridades egipcias para filmar allí, se sorprendió gratamente al descubrir que eran fans de su película, Las cruzadas (1935). "Nos trataste tan bien (árabes en la película), que puedes hacer lo que quieras aquí ", le dijeron. Los efectos especiales de John Fulton ya forman parte de la historia del cine y  en una época que no se hacían por ordenador. Para la escena de Moisés abriendo el Mar Rojo el equipo de producción grabó la caída de agua en un gigantesco tanque en forma de U, instalado en los estudios de la Paramount, tomó planos laterales de la cascada de agua para dar mayor sensación de movimiento y reprodujo la imagen al revés. 

 

Si nos fijamos en la escena del mar Rojo y los efectos visuales de las nubes notaremos cierta similitud con los que utilizó Steven Spielberg para En busca del arca perdida. DeMille sufrió un ataque al corazón durante la producción. Se tomó solo dos días libres, y luego regresó al trabajo, en contra de las órdenes de su médico, para completar esta película de la cual escribió en los créditos que todo aquel que la viera visitaría la tierra prometida.

 Los diez mandamientos fue su testamento cinematográfico, espectacular compendio de todas las virtudes de este gran autor de la historia del cine. De Mille fue un avanzado a su tiempo, su testimonio lo recogieron luego directores como Spielberg. Sin DeMille, la Paramount no hubiera sido lo que fue y tal vez tampoco Hollywood la fábrica de sueños que fue y esperemos que pueda seguir siendo, tampoco famosas superproducciones que todos conocemos no se hubieran realizado tal vez y determinados productores ni se hubieran arriesgado a invertir... El séptimo arte le debe gran parte de su historia y ser recordado.

08/01/2021

El cine hizo 125 años...¡Y que cumplas muchos más!

El pasado 28 de diciembre el cine cumplió 125 años. Fue entonces cuando los hermanos Lumière aprovecharon la gran afluencia de gente en Navidad para ofrecer unas proyecciones públicas en el Salón Indien, café del número 14 del Boulevard des Capucines de París para mostrar el nuevo aparato al que llamaron cinematógrafo y que habían patentado el 13 de febrero de 1895, por tanto la fecha en que se celebra el nacimiento del cine es la de la taquilla, la de cuando la gente pudo asistir a verlo en un sitio


 

 Ya había habido experimentos tiempo atrás, en el siglo XVII, intentando perfeccionar las prestaciones de la linterna mágica, la cual proyectaba imágenes fijas siguiendo principios parecidos a las diapositivas.

   

 El paso del tiempo fue dando otros ingenios mecánicos y fotográficos como el tambor giratorio hueco, con espejos y ranuras, en cuyo interior se colocaban unas tiras de dibujos que parecían moverse en el cilindro o el daguerrotipo que permitía fijar la imagen en planchas de cobre. Otro invento fue el praxinoscopio, una especie de zoótropo que podría proyectar imágenes o la película de celuloide con perforaciones que facilitaban su arrastre y el kinetoscopio entre otros, cámara para grabar imágenes en movimiento.

   

 El cine se convertiría además de una atracción en un arte al que llamamos séptimo ya que en la antigüedad las artes eran seis: pintura, escultura, literatura, arquitectura, danza y música. El cine ha tenido sus innovaciones en lo largo de su historia, sería largo ahora de explicar todo, pero ya sabemos que comenzó siendo mudo y luego sonoro, en los años 50 pasamos de una pantalla cuadrada a los inventos del cinemascope, cinerama, vistavisión etc, y así podríamos seguir la lista con los sistemas de sonido, la era digital, el 3D etc.

   

 ¿Y cómo lleva estos 125 años nuestro querido cine? Pues no está en su mejor momento, si bien hace un cuarto de siglo celebraba el centenario con buena salud, esta vez creo que no. Ya sabemos que el 2020 ha sido un año terrible por la pandemia del coronavirus, pero ya antes de esto estábamos asistiendo a un cambio en la forma de ver las películas. Lo que eran las salas grandes con su glamour y ambiente cinéfilo fueron desapareciendo, ya quedarán bien pocas. Uno de los casos más tristes lo vemos en Barcelona, hace unos días el director JA Bayona mostraba una foto de lo que ha quedado del cine Urgel (para quien no lo sepa, este cine era el más grande la ciudad, 1800 butacas, coqueto, pantalla muy grande…Más de uno quería ir a este cine para ver los estrenos). Lo que ha quedado de él son tres butacas en medio de un supermercado. Algunos sentirán añoranza y otros ni se darán cuenta…
También he podido ver fotos de lo que fue el Cine Niza, o como ya escribí aquí el Texas. También en Madrid han desaparecido muchos cines, aquellos que en algunas películas de Garci salían con su cámara nostálgica retratando la Gran Vía y que parecían decirnos con aquella música de Jesús Glück lo poco que iban ya a durar. En otras ciudades también ha pasado lo mismo y si se quiere ir al cine hay que ir a los centros comerciales.

   

 Pero esto último que digo está quedando ya anticuado, el auge de las plataformas digitales con series y películas comenzó a quitarles público y el dichoso virus está certificando el fin de lo que era ir al cine, aunque sea en un complejo multisalas, para ver la película. Incluso la todopoderosa Disney ha decidido estrenar sus películas por Disney Plus.

 Cierto es que es una medida transitoria de momento, pero el alargamiento de la pandemia y las pocas esperanzas en que el problema del virus se solucione rápido, hace que ya anuncien estrenos para este año por su plataforma en vez de en el cine y muchos nos preguntamos si en un futuro, ya sin peligro, esto continuará así.

Las plataformas tienen, claro está, su parte positiva, en estos momentos en que me encuentro desconectado de lo que es una ciudad me permiten seguir viendo cine, incluso hasta festivales (en Filmin, que es la plataforma más cinéfila, se han podido ver bastantes), pero todo ha de tener su mesura equilibrada, las salas y las plataformas han de saber complementarse. Los empresarios y gente del sector han de saber encontrar la fórmula para que las vuelvan a hacer atractivas y que se note la diferencia de lo que es ver cine en una sala y verlo en una tele.

 La historia del cine, como decía, ha tenido muchas innovaciones e inventos, que los siga habiendo es normal. Pero, por favor, que el cine se pueda seguir viendo en salas, es de esta manera cuando celebramos su cumpleaños. Que la gente lo sepa apreciar, se enseñe en los colegios y no se vea como un producto de consumo con fecha de caducidad rápida. Si no, naturalmente que seguirá habiendo películas, pero nos tendremos que preguntar qué ha sido de ese séptimo arte que tantas obras maestras y películas notables nos dio.

 

30/12/2020

Valses de cine para comenzar el año

Estimados internautas de No sin los títulos, como bien sabéis es tradición para muchos dar la bienvenida al año nuevo viendo el concierto de Viena y escuchando los tradicionales valses y por eso he pensado que lo hagamos también desde esta página en plan cinematográfico. Hoy dejo la letra bastante aparte y que la música sea la protagonista en esta selección


1-Empecemos pues el repertorio y lo hago con una de las mejores escenas rodadas de un vals, se trata de la película de 1949 Madame Bovary dirigida por Vincente Minelli y con música de Miklos Rozsa: 

 

2-Seguramente más de un cinéfilo cuando escucha las palabras "vals" y "cine" se va enseguida a una película, más de uno ya la habrá adivinado, hablamos de El Gatopardo de Luchino Visconti del año 1963, ahí teníamos dos valses geniales, uno era de Giuseppe Verdi inédito llamado “Valzer brillante” que el montador del filme Mario Serandrei compró a un anticuario y se lo regaló al director, pero también el musico de la película Nino Rota compuso otro “El valzer del commiato” y escucharlos y verlos supone uno de los momentos más bellos que uno puede tener, ahí van: 


3-Vamos a una de las grandes obras maestras del cine, Lo que el viento se llevó (1939) de Victor Fleming, el "Tema de Tara" de Max Steiner es lo que nos viene enseguida si pensamos en su música, pero hay otras otras composiciones brillantes como este vals llamado "Southern Belle Waltz":

  

 4-¿Qué tal si entramos en el mundo Disney con el vals de La cenicienta (1950)? Ahí bailaba ella con el príncipe al compás de las notas de la canción “So This is love” con música y letra de Mack David, Jerry Livingston y Al Hoffman:

 

 Disney recurrió a compositores clásicos como Tchaikovsky también, en La bella durmiente (1959) se popularizó mucho el vals del ballet que el compositor ruso estrenara en 1890. 

 

 5-Volvamos de nuevo a Nino Rota, antes de El Gatopardo,  había compuesto un gran vals para la adaptación de la novela de Tolstoi Guerra y paz que King Vidor había llevado a la gran pantalla en 1956 


Rota también compuso otro brillante vals para la película Waterloo (1970) de Sergei Bondarchuck

   

 Y claro está no podíamos olvidarnos entre su obra de el vals de El padrino (1972): 

 

 6-Dejamos  la seriedad de El padrino, para irnos a una comedia de Blake Edwards que dedicó a la pareja cómica de El gordo y el flaco, se trataba de la superproducción La carrera del siglo (1965) cuya partitura era de su inseparable Henry Mancini y teníamos este vals: 

 

 7-Vamos ahora a otra comedia El cisne (1956), en esta ocasión dirigida por Charles Walters y que supuso la despedida en el cine de Grace Kelly. Partitura de un músico más que notable e injustamente olvidado Bronislau Kaper:

 

 8-Recurrimos nuevamente a Max Steiner que compuso para Jezabel (1938) una de sus obras magnas con una Bette Davis insuperable. Quien la haya visto en esta película ya no se olvidará de ella:

 

 9-En 1991 Terry Gilliam dirigía la singular El rey pescador con música de George Fenton y con uno de los valses más originales de la historia del cine en una escena mítica 

 

 10- Danny Elfman con Tim Burton formaron uno de esos grandes binomios de la historia del cine.En 1989 escribiría la partitura de Batman con este precioso vals: 

 

 11-Le toca el turno al musical y a My Fair Lady (1964) de Loewe y Lerner no he encontrado un vídeo de calidad para poner, pero no por ello quiero dejar este vals, uno de mis favoritos:

   

 12-Y ya para acabar lo hacemos con Jerry Goldsmith, en 1985 compuso la banda sonora de Legend que solo se pudo escuchar en Europa. En América se desestimó una de sus mejores partituras por la del conjunto de rock Tangerine Dream. Goldsmith compuso un vals sublime en una de las mejores escenas de un filme que no fue muy bien acogido en su día, pero que en los últimos años se está reivindicando. Con este vals acabamos y os deseo un muy buen feliz año en el que recuperemos ya la normalidad y podamos ir con tranquilidad al cine. Gracias y nos volvemos a leer en el 2021. 

Si queréis que hable de algún tema o proponerme algo escribidme: murcar79@gmail.com , encantado os contestaré.

 

23/12/2020

Especial: Un viaje por el cine infantil/familiar español hasta los 80

Estimados lectores de No sin los títulos, he estado pensando estos días qué hacer para estas fechas especiales en el blog, tenía varias ideas y una de ellas era ir de nuevo a esa patria llamada infancia, me salían bastantes recuerdos de películas y francamente se hacía difícil exponer todo, entonces pensé en dedicar el post solo a un tema y pensé que del cine español infantil/familiar poco se ha hablado. No pretendo con estas líneas hacer un estudio sobre este, para eso me haría falta más espacio y más documentación, la intención es la de evocar una etapa de nuestras vidas que siempre está presente con más o menos luz.

 En este viaje que voy a hacer hay de todo, películas buenas, malas, fracasos, éxitos, pero todas ellas son cine y de esa agua bebimos, aunque algunos no lo quieran reconocer. He aquí también un homenaje al cine español que tuvo en cuenta al público infantil y ya que estamos en Navidades permítanme que les invite a hacer este recorrido.

 Segundo de Chomón

Quisiera comenzar esta aventura citando a Segundo de Chomón, algunas fuentes dicen que Walt Disney dijo que el inventor de los dibujos era él. Nacido en Teruel, desarrolla su carrera entre Barcelona, París y Turín. En la Ciudad Condal comienza a experimentar en el campo de los trucajes cinematográficos: primero desde su propia productora (Macaya y Marro) y después para la principal productora cinematográfica del mundo, Pathé, ahí utiliza por primera vez en la historia del cine el procedimiento del paso de manivela (animación fotograma a fotograma, precursor del stop-motion.

 En París rodó muchos de sus cortometrajes con una imaginación desbordante y técnicamente innovadores. El cineasta coloreaba a mano las cintas, una técnica en la que fue pionero. La Filmoteca de Cataluña ha ido recopilando su trabajo y en las sesiones infantiles pasaban alguno de sus cortes, uno de ellos era esta Mansión encantada (1907), aunque sea francesa ya me permitirán la trampa 

 

Garbancito de la Mancha (1945)

Y vamos a empezar con una de animación ya plenamente autóctona: Garbancito de la Mancha (1945), Su director Arturo Moreno encontró en la productora y distribuidora catalana Balet y Blay incorporar dicho título a sus catálogos y le ofertó la posibilidad de acometer un largometraje de dibujos en color, terreno este en el que veían jugosas perspectivas comerciales. El autor del argumento sería Julián Pemartín y a final todos acabaron contentos, al director le dio prestigio, Blay obtuvo unos elevados ingresos y la comercializó en Francia, Inglaterra o América donde la Fox se encargaría de su distribución allende el Atlántico. Fue el primer largo de dibujos animados realizado en España y el primero en color de Europa, el Paseo de la Mare de Deu del Coll de Barcelona donde tenían los estudios seria el testigo de tal realización

La producción resultó difícil por la necesidad de importar celuloide desde Suiza y la posterior exportación para el revelado, porque en España aún no existían laboratorios de color, fue elevada a la categoría de interés nacional por su propósito laudable de crear un cine infantil de valores pedagógicos.

 Conocería secuela con Alegres Vacaciones (1947) también de Arturo Moreno y una tercera Los sueños de Tay Pi (1952). Filmoteca Española anunció este año la adquisición de un nitrato del sistema de color original, el británico Dufay Chrome del filme. Hasta ahora, en nuestro país solo se conservaba un fotograma en el sistema original, en la Filmoteca de Catalunya, y el British Film Institute de Londres guarda dos rollos en 35mm de los diez que formaron en origen la película.

 Ahora, Filmoteca Española ha adquirido ocho de esos diez rollos, custodiando así la copia de proyección Dufay Chrome más completa que existe. Además de los rollos originales, se han encontrado también otros materiales posteriores: versiones en blanco y negro o en color, con técnicas y formatos, que, en palabras de Marián del Egido, directora del Centro de Conservación y Restauración de la Filmoteca, contribuyen a completar la historia de la película muchos años después de su estreno. Veremos pues qué tal resulta este Garbancito una vez lo podamos ver restaurado. 


Érase una vez... (1950)

 Ya les he hablado en alguna ocasión en este blog y en otros sitios de esta película del cuento de La cenicienta que tiene un recuerdo espacial para mí, pues colaboró mi abuela en el equipo de los pintores, recuerdo que muchas veces me hablaba de ella y de las anécdotas que contaba Josep Escobar, que aquí se encargó de la dirección de animación. Por lo que se puede ver y oír, se utilizó mucho folclore catalán y cultura popular, la película fue calificada de "Interés nacional" por el propio gobierno de Franco y ganó la medalla de oro en el Festival de Venecia en su sección infantil-juvenil.

 Estrenada el 18-12-1950 en Barcelona, y tres días más tarde en Madrid, la película tuvo la competencia de la versión Disney y esto la perjudicó enormemente, incluso no pudo registrarse con el nombre de La cenicienta ya que Walt Disney lo había hecho. La producción fue de Estela Films, la dirección artística corrió a cargo de Cirici Pellicer y la animada a cargo de Josep Escobar. En el equipo de animación había nombres ilustres como el de Joan Ferrándiz (¿quién no ha felicitado las navidades con sus postales?, Francesc Tur, Guillem Fresquet, Frederic Sevillano o Enric Ferrán “Dibán. Solo se pueden ver fragmentos en blanco y negro a la espera de poder ver la restauración que tantas veces se ha anunciado. 

 

 Los niños prodigio

Los elevados costes de estas producciones hacen que no se hagan, es algo evidente. Estela Films renunció a su segundo proyecto de animación y el cine infantil español comenzará a discurrir por otros senderos,especiamente por los llamados“niños prodigio” y aquí hay que ser justos y citar a un director Luis Lucia, que irá apareciendo con frecuencia porque fue el que más impulsó este tipo de películas, aparte de descubridor de niños prodigio y actores de renombre.

 En 1953 rodó Jeromín que supuso el debut de Jaime Blanch, probablemente el primer niño más popular del cine español con permiso, claro está, de las primeras apariciones de Carlos Larrañaga. La película era una biografía que abarcaba la infancia de Don Juan de Austria, hijo natural de Carlos I (1517-1556). La película estaba basada en una obra del Padre Coloma que se leía mucho en los colegios y respondía al interés del régimen de mostrar la historia de cierto pasado imperial con las connotaciones típicas de la época, pero que conviene revisar sin prejuicios porque fílmicamente era y es una película bastante recomendable. 

 

Otros niños que fueron saliendo y que tuvieron cierta popularidad fueron Miguelito Gil (Recluta con niño  de Pedro L. Rámirez) o Miguel Ángel Rodríguez (Un traje blanco de Rafael Gil) ambas de 1956.

 

Pablito Calvo

Probalmente "el" niño prodigio más famoso a raíz de Marcelino Pan y Vino (1954) cuyo éxito fue internacional 

 

Se trataba de un cuento homónimo de José María Sánchez Silva y que fue dirigido por Ladislao Vajda, un gran director que con él realizó también la excelente Mi tío Jacinto (1956) y Un ángel pasó por Brooklyn (1957). La película nos hacía llorar y también reír con esas inocentadas a los frailes, también nos daba miedo aquella escalera que conducía a aquel Cristo. 

Una canción que salía en medio de la película repasaba la vida de Marcelino en el convento, quizá algunos de ustedes no la tengan en su DVD, una chapuza en una edición cortó trozos, este problema también pasó con la de Mi tío Jacinto que se olvidó de una escena del final y fundamental.

 

 Mi tío Jacinto  era una película bastante dura, aunque en las promociones parece que nos digan que es una comedia, nada parecido con la realidad. Es un filme que nada tiene que envidiar a ese neorrealismo italiano como el que hizo Vittorio de Sica, para mí una obra maestra y su mejor actuación. Pablito Calvo y Antonio Vico, como sobrino y tío lograban llegar al espectador con su sensibilidad y ternura.

   

Con Un ángel pasó por Brooklyn (1957) se recuperaba un tono más de comedia y se le añadía cierto toque fantástico que en su momento chocó y no fue bien visto, pero con los años la película se fue reivindicando. Contaba con Peter Ustinov en el reparto y se ve con mucho agrado

Pablito Calvo había nacido en 1949 en Madrid, actuó después en otras películas que no tuvieron el mismo eco: Alerta en el cielo (1961) de Luis César Amadori, Dos años de vacaciones (1962) en la que ya no era protagonista a pesar de anunciarlo así, y que adaptaba una novela de Julio Verne rodada en la Costa Brava, los años habían pasado y estaba ya muy crecido. En Italia se había hecho también muy popular e hizo con el cómico Totó la película Totó y Pablito (1958) que ahí llamaron Totó y Marcelino

Una película en Argentina, Barcos de papel (1963) supuso su último trabajo, ya que no quiso seguir en el cine con otro tipo de papeles ya adultos. Falleció repentinamente el 1 de febrero de 2000 con solo 50 años víctima de un derrame cerebral. He encontrado este muy buen vídeo de Pablito en los cines de Cartagena y como homenaje lo pongo. 

 

Joselito: Empiezan los niños prodigio cantantes

Seguimos este viaje por el cine español infantil y nos vamos ahora a los niños prodigio que cantaban, el primero de ellos fue Joselito, así como Pablito Calvo tuvo en Vajda a su protector, podríamos decir que Joselito tuvo en Antonio del Amo también a su máximo valedor y en 1957 lo hace debutar en la exitosa El pequeño ruiseñor. Las películas de Joselito eran más rústicas, su canto en sus comienzos era más de tipo folclórico y siempre he pensado que gustaba más al público mayor que a los propios niños. 

 

La película fue uno de los grandes éxitos del cine español y conoció dos continuaciones Saeta del ruiseñor (1957) y El ruiseñor de las cumbres (1958) 

 

El enorme éxito de Joselito no fue solo en España, sino también en Francia, Italia, América y Japón. En EE. UU. llegó a participar en "El show de Ed Sullivan", se puede ver un fragmento aquí ya que no había los derechos para poner entera la actuación: 

 

Pier Paolo Pasolini también quedó prendado de su voz y utilizó una de sus canciones para su película Mamma Roma (1962)

   

Su carrera continuó con películas como Escucha mi canción (1959) o El pequeño coronel (1960), tenían la característica también de ser muy sensibleras y hacer llorar. Se buscaron canciones más de tipo infantil, aunque lo folclórico era lo que abundaba: 

 

Su carrera iba dando éxitos, pero el niño crecía, siguió teniendo éxito más allá del Atlántico, su hábil productor Cesáreo González supo explotarlo bien, películas como Las aventuras de Joselito en América (1960) o Bello recuerdo (1961) seguían explotándole y el espectador iba a verlo cantar y a llorar un poco. El Joselito adulto ya no tuvo éxito, pese a recurrir a grandes directores como Manuel Mur Oti en Loca juventud (1964) o Rafael Gil en La vida nueva de Pedrito Andía (1964), películas donde repetía el esquema de chico descarriado. 

 

 El público ya no aceptaba que el pequeño ruiseñor tuviera más de 20 años y con Prisionero en la ciudad (1969), donde el cambio físico era más que evidente, se despedía de ese cine.

   

Marisol

Pasamos de Joselito y nos vamos a la niña prodigio por excelencia del cine español: Pepa Flores “Marisol”. Si bien Joselito tuvo a Cesáreo González de productor y a Antonio del Amo como su principal director, Marisol tuvo al productor Manuel J. Goyanes y a Luis Lucia como su director y valedor. Debutó en Un rayo de luz (1960). 

 

 Sus películas seguían un esquema parecido con momentos dramáticos que conducían a la felicidad. Eran  más infantiles que las de Joselito y aunque muchas de sus canciones también eran folclóricas se incluían otras más apropiadas para los niños. 

 

El público tampoco esperaba grandes películas, quería solo ver la simpatía de Marisol, su ternura y alegría. Era un cine evasivo sin grandes temas, aunque de tanto en tanto se sacaran algunos como podían ser las relaciones familiares entre padres e hijos, la educación, las amistades. Incluso alguno se preguntaba qué hacía una niña cantando canciones adultas como si fuera la joven que quisiera ser mayor. 

 

Acompañada casi siempre por Isabel Garcés y un actor que lo hacía bien, pero que era más famoso por el flequillo que llevaba José María Tasso,  Marisol consiguió grandes éxitos con Ha llegado un ángel  (1961),

 

 y sobretodo con Tómbola (1962) donde popularizó, y de qué manera, la canción del título. 

 

Marisol también tuvo éxito en otros países y como Joselito participó en "El Show de Ed Sullivan", por desgracia no he encontrado imágenes, pero en el NO-DO podemos ver una buena prueba de su popularidad internacional 

 

Marisol pronto se sintió explotada y se intentó cambiar la dinámica de sus películas, mostrándola más juvenil. Si en Tómbola cantaba "Chiquitina", en Marisol rumbo a Río cantaba "Muchachita" en clara referencia a su anterior etapa. El músico Augusto Algueró conseguía con cada tema un éxito y fue el compositor de la mayoría de sus películas.

 

 Un repaso por esta nueva etapa nos hace pensar que su productor no quería que se perdiera tampoco a la Marisol niña, buena muestra son los argumentos y los temas. En 1964 rueda La nueva Cenicienta dirigida por George Sherman y con Robert Conrad como partenaire. 


Al año siguiente es ni más ni menos que Mel Ferrer quien se pone detrás de la cámara y la rueda en Cabriola, película que compartía cartel con Pedro Mari Sánchez, otro niño popular y bastante simpático en su momento. El actor no guardaba buen recuerdo de Ferrer, aunque sí de su mujer Audrey Hepburn que visitaba a menudo el rodaje y se mostraba cariñosa con el reparto. 

 

No es hasta con Carola de día, Carola de Noche (1969)donde ya vemos otra Marisol, en esta película dirigida por Jaime de Armiñán que nos remite a una especie de Vacaciones en Roma a la española rompió con el productor Manuel G. Goyanes.

 

Marisol, ya con el nombre de Pepa Flores siguió interpretando papeles ya de manera mas esporádica en películas como El poder del deseo (1975) de J. A. Bardem, Los días del pasado (1978) de Mario Camus) o Bodas de Sangre (1981) de Carlos Saura. En Televisión es recordada su actuación dando vida a Mariana Pineda en Proceso a Mariana Pineda (1984) de Rafael Moreno Alba.. Un año después se retira del cine y abandona voluntariamente la vida pública.

 

Rocío Dúrcal: Una niña ya más crecida

La otra gran niña prodigio, pero ya más adulta, fue Rocío Dúrcal. De su filmografía es en su debut  Canción de juventud (1962), la que aun reúne bastantes componentes de ese cine familiar tan típico español de la época y también dirigida por Luis Lucia. 

Un colegio de chicas y otro de chicos coinciden en los momentos de recreo y un día descubren una vieja ermita semirruinosa que deciden reconstruir. Para ello, y como forma de obtener fondos, optan por organizar una función teatral para sus familias. Sin embargo, una de las alumnas, Rocío (Rocío Dúrcal), teme que su padre (Carlos Estrada), un reputado pianista casi siempre ausente por motivos de trabajo, no asista a la función. Como ven, el argumento no era nada del otro mundo, pero las canciones de Algueró y situaciones más o menos divertidas convertían la película en un pasatiempo agradable de ver.


Al año siguiente rueda la singular Rocío de la Mancha.

 

 Siguen otros éxitos, ya como mayor, como Más bonita que ninguna (1965), Acompáñame (1966) o Buenos días Condesita (1967), las tres de Luis César Amadori. Sus películas se vuelven más adultas a partir de Cristina Guzmán (1968) también de Amadori o la adaptación que hizo Angelino Fons de Marianela.

 El éxito de Rocío Dúrcal también fue internacional. Dejó el cine para dedicarse plenamente a la canción.

La gran familia (1962)

Entre el boom de los niños cantantes se estrenaba una película que dio pie a una trilogía más una cuarta para televisión: La gran Familia de Fernando Palacios y producida por Pedro Masó, ahí veíamos a un Jaime Blanch ya algo más mayor, al niño Pedro Mari Sánchez con sus petardos y que le dio mucha popularidad , a un adolescente Carlos Piñar o una infantil Maribel Martín que entre otros formaban parte de esa familia encabezada por un Alberto Closas en estado de gracia, una magnifica Amparo Soler Leal, un abuelo interpretado por el inolvidable Pepe Isbert y un padrino divertido que hacía José Luis López Vázquez.

 La película era una apología de las familias numerosas, no en vano el desarrollismo económico de los tecnócratas del Opus Dei impulsó una recuperación económica que daría pie al boom turístico y a la España del 600. La película es todo un clásico del cine familiar y  esta escena se recuerda aun: 

 

 Otros niños de los que pocos se acuerdan

Volvamos a los niños cantantes, algunos no tuvieron suerte o no quisieron seguir esta senda. ¿Alguien se acuerda hoy de las películas de Angelito? ¿O las de Estrellita? 

 

 Otros, en cambio, pocos se acuerdan de que empezaron como niños, caso de Enrique San Francisco, el cual hizo una con, ni más ni menos, el payaso Charlie Rivel, llamada El aprendiz de Clown (1967) y era una suerte de documento del gran payaso catalán internacional. Por desgracia no he encontrado ningún vídeo. Su director, Manuel Esteba, que pasaría a la historia por rodar la que para muchos es la peor película de la historia del cine español, El Ete y el oto con los Hermanos Calatrava, rodaría al año siguiente Hola, Señor Dios, una cinta también con matices infantiles sobre un niño que iba a buscar a Dios para que curara a su hermana, podíamos ver el pesebre viviente de Corbera de Llobregat y entre otras curiosidades el camionero era ni más ni menos que Antonio Machín.




 La filmografía de Esteba se fue deteriorando después demasiado con productos eróticos y rodados con muy pocos medios.

 Años 60: El Mago de los sueños de Francisco Macián

De 1966 es la película más recordada, probablemente, de dibujos animados española: El Mago de los sueños. Su director Francisco Macián (Barcelona 1929-1976) empezó ilustrando revistas gráficas infantiles como Florita y Yumbo. más tarde, ya en funciones de animador, colaboró con la productora Balet y Blay en la anteriormente citada Los sueños de Tay-Pi y con los Estudios Moro. En 1955 funda en Barcelona su propio estudio de animación, donde realizó anuncios publicitarios, uno de los más recordados es el de "La canción del Cola Cao": 

 

En 1964 inicia el proyecto de El mago de los sueños inspirado en el cuento de Hans Cristian Andersen "Ole Cierraojos" y que sería protagonizado por la familia Telerín creados por José Luis Moro y que daba las buenas noches en TVE con su famoso ·Vamos a la cama". 

 

 Los personajes adquirirían entidad en función de la peripecia que afrontarían. Los pequeños tras entonar su canción en la tele obedientemente colocados en sus camas a la hora de dormir, recibirían la visita de un mago que se transformaría en un cuentacuentos qué introduciría a cada miembro en una aventura relacionada con su comportamiento. 

 

El rodaje se alargó hasta 1966 debido a que el presupuesto inicial de 6.500.000 ptas. pasó a ser de 14.600.000. La dificultad de tirar adelante un filme de animación con su complejo trabajo, que fue desarrollado de modo artesanal por un equipo de 80 personas, incrementó la cuantía. La música corrió a cargo de José Solà y entre los cantantes que ponían voz a las canciones había Andy Rusell, Teresa María, Ennio Sangiusto, Los de la Torre y Los Tres Sudamericanos. La discográfica Belter editó un disco con su banda sonora que tuvo grandes ventas 

 

La película fue un gran éxito, prácticamente un millón de espectadores fue a verla, pero las dificultades que hubo imposibilitaron que Macián hiciera inmediatamente después un largometraje de animación basado en la popular historia de “Els pastorets” (Los pastorcillos) conocida sobretodo en Cataluña y que Josep Maria Folch i Torres (Els pastorets o l´adveniment de l´infant Jesús) o Ramon Pàmies (L´estel de Natzaret) inmortalizaron. Narra las andanzas de dos pastorcillos que van a ver al Niño Jesús, pero que en el camino les pasan varias peripecias, entre ellas la visita de unos demonios. Su prematura muerte nos privó de ver la que seguramente hubiera sido una gran filmografía del Walt Disney español.

 

Los festivales de Mortadelo y Filemón

 Llegamos a 1969 y asistimos a la presentación cinematográfica de los famosos personajes de Francisco Ibáñez: Festival de Mortadelo y Filemón. Se trataba de ocho cortometrajes que se realizaron en los Estudios Vara. Otros ocho realizados por la misma época se reunieron en el Segundo festival de Mortadelo y Filemón. Los cortos se realizaron con el objetivo de ser presentados a la televisión, pero ésta exigía un número de episodios que los estudios, con los medios limitados de que disponían, no eran capaces de alcanzar, por lo que se decidió unir los cortos en dos largometrajes.

   

Rafael Vara (Madrid, 1936 - Colmenar Viejo,1989), caricaturista y director de cine de animación que se dedicaba sobretodo a documentales y publicidad llegó a un acuerdo con la Editorial Bruguera, quien poseía los derechos de la obra para obtener la exclusiva. A Francisco Ibáñez no le gustaron nada estos cortos y llegó a declarar que le parecían sacos de patatas, quedando más satisfecho con la serie que la BRB hizo en los 90. 

 

 Ana Belén: El fracaso de Luis Lucia 

 

El hecho de que Marisol o Joselito ya estuvieran lo suficientemente creciditos provocó un cierto vacío que Lucia pensó que podría volver a llenar. La fórmula sería la misma y se contrató a Augusto Algueró para las canciones, una niña llamada María del Pilar Cuesta Acosta recibió el apodo de Ana Belén en vez del de María José como en un principio se pensó y sería la nueva niña prodigio con una película que se pensó que sería otro éxito. 

 

 Para ello no se escatimaron gastos y se contó además con la presencia de Fernando Rey que por esos años gozaba de una gran popularidad. La amistad entre una niña acomodada, huérfana de madre y cuyo padre no le hace caso con un payaso llamado Zampo no fue bien acogida por los espectadores y las comparaciones eran inevitables. 

 

No obstante, la película ganó la Medalla del Círculo de Escritores Cinematográficos y Ana Belén pudo seguir una exitosa carrera musical sin que este tropiezo le afectase 

 


La Pandilla con Karina

La Pandilla fue un grupo musical infantil en los 70. Su gran éxito fue una canción navideña compuesta por Juan Pardo llamada "El Capitán de madera". Su popularidad también navegó más allá del Atlántico.

   

En 1972 los directores Fernando García de la Vega y Ramón Torrado dirigieron la película En un mundo nuevo con Karina que acababa de participar y cosechar un éxito al quedar segunda en Eurovisión. Tuvieron la idea de aprovechar también la popularidad que estaba cosechando el grupo infantil con la canción anteriormente citada y ofrecer un cóctel extraño que funcionó bien en taquilla. No obstante, las habilidades cinematográficas de la Pandilla quedaron bastante en entredicho por lo que prefirieron seguir cantando y no actuar. 


Cruz Delgado, la gran esperanza en el cine de animación

Cruz Delgado (Madrid 1929) es un nombre fundamental del cine de animación español y que nos alegró bastante con sus productos bastante cuidados que nos hacían tener esperanzas en que el cine de dibujos era posible en nuestro país. Durante cuatro años trabaja en Estudios Moro, en el departamento de animación. En 1961 es contratado por los Estudios Belvision de Bruselas donde participa en la realización de un largometraje. Terminado su contrato con estos estudios, regresa a España en 1963 y funda en Madrid una productora dedicada exclusivamente a la producción de películas de dibujos animados, siendo la primera de ellas el cortometraje titulado "El Gato con Botas", premiada en el Certamen Internacional de Cine de Gijón en 1964 y en Gottwaldov (Checoslovaquia) en 1965. 

Después de realizar durante varios años cortometrajes, publicidad, presentaciones para películas, títulos, películas didácticas, etc., realiza en 1968, por encargo de Televisión Española, una serie de trece episodios sobre su personaje “Molécula". En 1972 decide acometer la realización de su primer largometraje de dibujos animados, titulado Mágica Aventura, que obtiene en 1973 en el Certamen Internacional de Gijón cuatro importantes premios, así como mención de honor en los festivales de Odense (Dinamarca) y La Bourbul (Francia), siendo también seleccionado por la Dirección General de Cinematografía para el Festival de Moscú en 1975. 

 

En 1977 realiza, en colaboración con el ilustrador José Ramón Sánchez, su segundo largometraje, titulado El Desván de la Fantasía. 

 

En 1978, coproduce con José Romagosa una serie de televisión de 39 episodios sobre la obra de Miguel de Cervantes Don Quijote de La Mancha, la cual es emitida por TVE a partir de 1979 y es su trabajo más recordado.

 

Para ser fieles a la novela se contrataron a dos asesores literarios que fueron Guillermo Díaz-Plaja y Manuel Criado de Val para que ayudasen al guionista Gustavo Alcalde. 

 

Se montó un estudio en Madrid en la plaza de las Salesas, se contrata para trabajar en él a un centenar de dibujantes y al fondista Ángel S. Chicharro quien recorre toda la Mancha para tomar apuntes de todos los elementos característicos de la zona, incluso sobrevoló la zona un helicóptero durante cinco horas para filmar el paisaje y poder ser lo más similar a la zona. Para dibujar a los cuatro personajes principales de la novela (Alonso Quijano, Sancho Panza, Dulcinea del Toboso y Rocinante) se utilizaron un total de ochenta colores. 

 

La canción oficial de la serie llamada "En un lugar de la Mancha"  fue interpretada por Lorenzo Valverde, sin embargo, se creó una más comercial titulada "Don Quijote y Sancho" del grupo infantil Botones y compuesta por Juan Pardo.

 Debido a la gran cantidad de trabajo se contrataron a más dibujantes, hecho que aumentó el presupuesto hasta la cifra de 350 y 400 mil pesetas por episodio que podía mantenerse debido a la labor de Romagosa durante la primera temporada, pero en la segunda muchos de los productos de merchandising dejaron de realizarse y no se volvió a firmar el contrato con algunas empresas, lo que hizo que la parte final de la serie se hiciera de forma apresurada. Se lanzó en VHS posteriormente dos vídeos, una primera parte de 92 minutos y otra de 94. Fernando Fernán Gómez puso la voz a Don Quijote y Antonio Ferrandis a la de Sancho Panza 

 

 En 1983 se estrena su tercer largometraje, Los Viajes de Gulliver, el cual obtiene una acogida muy favorable por parte del público y la crítica, así como el premio "Elefante de Plata" en el Festival Internacional de Calcuta. 

 

 En 1988 concluye un cuarto largometraje titulado Los Cuatro Músicos de Bremen, que obtiene el premio Goya 1990 a la mejor película de animación, siendo la primera producción española que obtiene dicho galardón. Simultáneamente, produce una serie de 26 episodios titulada Los Trotamúsicos basada en los personajes del mencionado largometraje, la cual se hace pronto muy popular a raíz de sus repetidos pases por TVE desde 1989 hasta la fecha. 


Óscar, Kina y el laser

Entre las películas de dibujos y las de niños cantando se coló en 1978 esta interesante producción con un reparto prácticamente desconocido y que hoy está bastante olvidada. Adaptaba uno de los cuentos de la escritora barcelonesa Carmen Kurtz. Poca información he podido encontrar, es como si de este filme no se quisiera hablar, algo injusto, entre otras cosas ganó el premio a la mejor película en el Festival de Gijón. 

 El guion estaba bien elaborado, su director José María Blanco (que solo dirigió una película más 10 años después, Bueno y tierno como un Ángel) interpretó perfectamente el mundo de fantasía del que es protagonista Óscar, que andaba por ahí con una oca y un artefacto que lanzaba rayos. La película era muy entretenida y hasta me encantaba cuando la veía programada. Kurtz llegó a escribir hasta 16 cuentos sobre el personaje, pero por desgracia solo llegó a la gran pantalla este. Una película maldita que merece reivindicarse y que he querido acordarme de ella por los ratos que me hizo pasar. 

 

El boom del cine infantil con Parchís 

En 1979 la discográfica barcelonesa Belter lanza un anuncio en los periódicos para crear un conjunto infantil y grabar discos. En aquel momento estaba teniendo bastante éxito el dúo de Enrique y Ana, y de grupos infantiles había los Nins cuya directora y creadora era Marta Minguella que nos dejó este año. Belter se puso en contacto con ella para que el grupo que querían formar tuviera una imagen y concepto distintos a los de este, pero Minguella rechazó hacerlo, aunque fue quien dio la idea de que vistieran como las fichas del parchís más el dado, y aunque ella siguió con los Nins estuvo colaborando en algunos aspectos. 

Una vez formado el grupo empezó a tener un éxito desbordado y se les propuso protagonizar una película en 1980 que en un principio no estaba pensada para ellos, se trataba de La guerra de los niños y la dirigiría Javier Aguirre que acababa de hacer, por empeño de José Luis Dibildos una película con la entonces estrella infantil de TVE y anteriormente cantante melódico Torrebruno llamada Rocky Carambola

 

En La guerra de los niños aparte de Parchís, actuaría un niño gordo llamado Rodrigo Valdecantos que puso de moda entonces el sobrepeso en las producciones infantiles, aparte de una perra que salió en varias películas llamada Mary (Superman en el filme). El argumento era el de unos niños traviesos que deciden ayudar a su profesor Don Matías (papel interpretado por Manuel Alexandre que le encantaba hacer y que le dio popularidad y cierto resurgir en su carrera) ante el derribo del colegio por parte de un empresario inmobiliario (papel que hacía Ricardo Merino) 


La película se estrenó un 16 de diciembre de 1980 en Barcelona y las colas llamaban la atención, nadie se podía pensar que iba a ser vista por 1.298.774 espectadores o que la canción del "Twist de mi colegio" compuesta por Juan Pardo se iba a bailar en todos los coles, incluso después de muchos años.

 

Se dobló incluso al italiano, inglés, alemán y japonés. Javier Aguirre que es uno de los directores más insólitos que hemos tenido, capaz de hacer este tipo de cine e inmediatamente después hacer otro de arte y ensayo que llamaba “el anticine” repitió la fórmula con el productor Bermúdez de Castro y en 1981 rueda La segunda guerra de los niños en cuyas promociones se decía que visitaban Disneylandia.

   

 El argumento era el de Don Atilio (Ricardo Merino) que era el dueño del colegio que no había podido cerrar y decide triplicar las cuotas de los escolares, Parchís renunciaba al premio que les había tocado de ir a Disneylandia para ayudar al resto de alumnos. En una secuencia, su protagonista Tino le robaba un coche a la policía, parecía un guiño al cine quinqui de la época de José Antonio de la Loma.
La Disney no permitió que rodaran en el parque de Orlando por lo que se contrató a un operador que grabase con la cámara metida en una bolsa con el objetivo fuera. 

 

También tuvo éxito, aunque la película repetía demasiado el esquema de la primera. Los Parchís fueron haciendo películas también en Argentina, aunque cuando se estrenaban en España no tenían el mismo eco que las que hacían con Aguirre. Llegó al año siguiente la tercera parte de la saga: Las locuras de Parchís

  

 Parecía que el director se la había tomado más en serio y había momentos divertidos y más elaborados que en la segunda. El grupo estaba en su máximo apogeo, incluso había actuado en el Madison Square Garden de Nueva York ese año y esta vez sí la Disney se interesó por ellos, aunque quedó frustrado el intento. 




 

Finalmente en 1983 Aguirre decide rodar una cuarta parte: Parchís entra en acción donde ya se veían algo crecidos y su líder, Tino, ya no quería seguir porque quería hacer carrera en solitario, de hecho cuando se estrena en diciembre de ese año ya había sido sustituido.

   

Meses antes habían tenido un tropiezo con La gran aventura de Parchís, coproducción argentina española que no tuvo la recaudación esperada. También Yolanda Ventura, hija del gran Rudy Ventura, no tenía muchas ganas de seguir y quería empezar una carrera de actriz adulta, empezó con una serie de su primo Joaquín Oristrell en TVE, "Platos Rotos", para luego irse a México donde la adoraban y empezar a hacer culebrones. 

La descomposición del grupo y de Belter acabó con las películas, aunque unos años después y con una formación paralela llamada "Parchís 92" se escribió un guion en el que actuarían con Miguel Gila y Nadiuska, ya tenía hasta nombre: La banda del dragón. La dirigiría Angel Huete que había trabajado en las anteriores del grupo original, pero una discusión entre la discográfica, que ahora era Divucsa, y él hizo que no viera la luz.

Años más tarde, el líder de los Parchís Tino Fernández tendría un desgraciado accidente de coche donde perdería el brazo. En Cine de barrio, José Manuel Parada invitó a los componentes tras muchos años sin saberse de ellos Un documental estrenado el año pasado en Netflix hizo que se voviera a hablar de ellos.


   

 Regaliz 

El gran éxito de Parchís hizo que Belter lanzara un grupo parecido, con ello querían cubrir las galas que Parchís no podía realizar debido a sus compromisos con Hispanoamérica, o sea que nacieron ya como una especie de sustitutos de ellos, eligieron este nombre porque rimaba con el de Parchís. Debutaron precisamente con ellos y los Nins en Barcelona en el Palacio de Deportes y la programación de entonces de TVE que ofrecía muchas horas a los más pequeños los popularizó también. Graban una canción, "En la isla de los monstruos", para la película de Juan Piquer Simón Misterio en la isla de los monstruos, coproducción con los EEUU. 


El director Luis José Comerón se fija en ellos para rodar una película con tintes ecológicos La rebelión de los pájaros (1982) que trataba de la huida de estos por los altos niveles de contaminación, los niños serían los encargados de concienciar a los mayores de cuidar el medioambiente. Durante el rodaje, en una escena en la Plaza Cataluña de Barcelona tuvieron que tirar petardos para ahuyentar a las palomas ya que los pájaros habían desaparecido y no podían verse, incluso se repartía comida en las calles de alrededor para que las palomas se fueran. La película contaba con un reparto en el que podíamos ver a Assumpta Serna, Montserrat Carulla o Alfred Luchetti, podíamos ver un cameo del futbolista Enrique Castro "Quini" y un actor hacía del mismo alcalde de Barcelona Narcís Serra, eso sí lo veíamos de espaldas, más de uno se pensó y hasta dijo que era el verdadero.

 

La película no tuvo mucho éxito, aunque se la recuerda entre los de mi generación con cierto agrado y tuvo varios premios por sus valores y el de mejor película infantil del Ministerio de Cultura. No hace mucho en una entrevista con su director en La Vanguardia  llegó a decir que a Truffaut le gustaba: Trufaut se me acercó y me dijo: “¡Cuánto oficio hay en su película! Veo las muchas dificultades, qué gran trabajo ha hecho usted, le felicito.

También salía Jorge Sanz, entonces otro niño estrella que tuvo la mala suerte de rechazar  la serie de Antonio Mercero Verano Azul, pero que pudo trabajar ni más ni menos que haciendo de Conan niño en Conan, el bárbaro al lado de Arnold Schwarzenegger. Su mejor papel infantil fue el de La leyenda del tambor, la famosa leyenda del Bruch que Jorge Grau llevara al cine por segunda vez después de la versión de Iquino, aunque le suelen recordar por Valentina, tal y como irónicamente siempre dicen en la serie de David Trueba ¿Qué fue de Jorge Sanz?

 

Los Regaliz probaron suerte con otra película Buenas noches, señor monstruo que iba a ser dirigida por Antonio Mercero. Su argumento era sencillo, cuatro niños que perdidos en el bosque iban a parar a un castillo habitado por monstruos trasnochados que querían volver a salir. La película tenía la ventaja de que se podía ver como un homenaje a ese cine de terror patrio, no en vano teníamos a Paul Naschy haciendo de hombre lobo.

 En el resto del reparto nombres ilustres como el de Andrés Mejuto haciendo de Doctor Frankenstein, Luis Escobar de Drácula, Guillermo Montesinos de Quasimodo, o Fernando Bilbao que hacía de monstruo. Aparte de Los Regaliz, Mercero incluyó a Miguel Ángel Valero, mas famoso por ser "El piraña" de Verano azul y que seguía la moda de poner a un niño gordo en las películas infantiles. 

 

Fue un fracaso, entre otras cosas porque la hicieron coincidir con Las locuras de Parchís en los cines y los niños preferían esta última, se llegó a culpar al cartel promocional de esta porque se decía que asustaba a los niños y no la concebían como una película infantil. Ya no probaron más suerte en el cine y el contrato con cinco películas más quedó cancelado, y ya solo rodaron un corto destinado a los colegios para que los niños se lavaran los dientes llamado Dientes fuertes

Los problemas económicos de Belter que llegó a no pagarles, más el declive de la formación acabó borrándoles del mapa casi sin que uno se diera cuenta.

 Otras películas infantiles a raíz del éxito de Parchís 

Javier Aguirre quiso explotar el momento para ganar dinero y poder rodar las películas que él hacía de arte y ensayo, para ello quiso que la entonces popular "María Jesús y su acordeón" tuviera también película y en 1982 la dirigió en Los pajaritos junto al veterano Antonio Garisa y la niña Eva Celdrán que salía en varias cintas, entre ellas la de Las locuras de Parchís. El argumento era este: María Jesús se gana la vida tocando el acordeón y entabla amistad con un abuelo y su nieta, titiriteros que buscan un circo donde poder trabajar. 

 

Luis María Delgado no quiso perder tampoco este tren y dirigió a Teresa Rabal en la película Loca por el circo que se estrena el 30 de agosto de 1982, hacía un doble papel, por un lado una cantante que huye al pueblo donde vive su hermana gemela porque su padre no quiere que trabaje en el circo, y por otra parte hace de maestra de un colegio estricto donde cambiará el método de enseñanza. Valeriano Andrés, Rafaela Aparicio, Rafael Alonso, Asunción Balaguer, Luis Lorenzo, Miguel Ayones o María Adánez completaban el reparto 

 

La película obtuvo el premio especial del jurado en la sección infantil del Festival de cine de Moscú. Delgado quiso aprovechar el éxito de otra cantante infantil, llamada Chispita, para darle también su película Chispita y sus gorilas que rodó justo después de la de Teresa Rabal, ahí trabajaba con "Los pirañas" grupo infantil fugaz cuyo nombre venía porque cantaba ahí el antes mencionado Miguel Ángel Valero, el piraña de Verano azul, aunque lo suyo no era precisamente el cantar.

   

La película tuvo cierto éxito y llegó a estrenarse en Nueva York y Puerto Rico, pero el cansancio que sentía con la explotación que sufrían estos niños le hizo rechazar otros proyectos, entre ellos una película que se quería rodar ni más ni menos que en Los Ángeles.

 Y naturalmente el grupo que no podía quedar sin película era el de Enrique y Ana, así que en 1981 el director Tito Fernandez se puso manos a la obra y dirigió una película sencilla Las aventuras de Enrique  y Ana. 

 

Enrique daba vida a un profesor de gimnasia que era despedido y que decide dedicarse en compañía de su hermana Ana a la música. La dirección artística corría a cargo de Gil Parrondo y el vestuario de Yvonne Blake. En el reparto encontrábamos a Luis Escobar, Amparo Soler Leal o Achero Mañas. 

 

Se quería que la película superara en espectadores a La guerra de los niños de Parchís por lo que tuvo una fuerte publicidad, incluso una cabalgata para el día de su estreno, pero al final se quedó en unos meritorios 994.851 espectadores sin alcanzar el objetivo. Una de las canciones que en aquel momento se puso de moda por lo escatológico de su letra, "Caca-culo-pedo-pis" fue censurada en Sudamérica y se cambió por Caca-Cucú-pepe-pipi.

 No hicieron más películas, la fama que entre ellos dos no se llevaban bien les acompañó bastante. Para fans de los momentos kitsch hay una aparición en el "Un dos tres, responda otra vez" cantándole una canción a ET con motivo del estreno de la película de Spielberg y donde salían varios extraterrestres vestidos como si fueran frailes. 

 

 También en 1981 el director Enrique Guevara, famoso por sus películas pornográficas dirigiría sorprendentemente Las aventuras de Zipi y Zape, película que compite con El Ete y el oto como la peor de la historia, aunque en la parte positiva hay que decir que conservaba la caracterización original de los personajes de Josep Escobar aunque los niños resultaban algo mayores y a Doña Jaimita le dieron un toque  lamentable

 

El guion escrito por el mismo Guevara y por Ricard Reguant intentaba imitar el esquema de las películas de Parchís y mirar que tuviera un resultado bueno en taquilla. Los Zipi y Zape los interpretaban los hermanos Francisco Javier y Luis María Valtuille que se dedicaban a la música. Más tarde formarían parte de varios grupos de rock y poco se sabe de ellos. Escobar al leer el guion no quiso saber nada de la película. Se dice que de tan mala, casi se podría convertir en objeto de culto. Mary Santpere hacía de tía Aniceta, Alfred Lucchetti de don Minervo, Marta Angelat de Jaimita Zapatilla y Joan Monleón de Don Pantuflo Zapatilla. 

 

 El éxito de las películas infantiles hizo que hasta la pareja Pajares-Esteso abandonara las de destape e hiciera una que imitaba también a estas producciones, Mariano Ozores que siempre fue muy hábil para recaudar dinero dio en el clavo y la película tuvo éxito, se llamaba Padre no hay más que dos (1982)

 

 Lolo García, el último niño prodigio de la época

 

Entre todas estas películas apareció otro niño que hizo unas taquillas de escándalo, se trataba de Lolo García, un niño rubio con unos potentes ojos azules que todos querían ver. El director Antonio Mercero lo descubrió y con solo 7 años le dio el papel protagonista de La guerra de papá en 1977 que se basaba en la novela de Miguel Delibes El príncipe destronado

El niño hacía todo tipo de gamberradas para llamar la atención de su familia ya que se sentía desplazado por su nueva hermanita. A pesar de lo que pudiera parecer, no era estrictamente una película infantil, sino que iba más allá, pero los niños nos reíamos con las ocurrencias de él y su frase de “mierda, cagao, culo”.

 La familia en la película escondía fisuras por las secuelas ideológicas de la Guerra Civil, así pues, teníamos al padre que representaba el bando de los vencedores y a la madre el de los vencidos. Teresa Gimpera, Héctor Alterio, Verónica Forqué, Queta Claver, Vicente Parra o Chus Lampreave formaban parte del reparto.

 

 Al año siguiente el mismo Mercero le da otro papel protagonista en Tobi, una fábula ecológica algo lacrimógena que muchos la consideramos de culto. Su argumento era este: Tobi, un precioso niño rubio, lleva una vida feliz y normal hasta que un día le nacen unas alas en la espalda que le dan un aspecto angelical. La investigación médica llevada a cabo no da ningún resultado. El padre es partidario de que le hagan una operación que lo libre de las alas para que sea un niño como los demás.

   

 Escrita por el mismo Mercero y Horacio Valcárcel tenía ciertas connotaciones mitológicas e iconográficas, algo así como un Cupido y un Ícaro mezclado con los querubines de Murillo. 

 


 Lolo García iba creciendo y naturalmente perdía ese aspecto angelical, sus posteriores películas ya no tuvieron el gran éxito. En 1981 rueda Dos y dos cinco con Lluís Josep Comerón junto a Antonio Ferrandis. Aquí interpretaba a un niño de 8 años al que su padre intenta apartar y proteger de la realidad aislándolo en una finca. Pero durante el verano conocerá a una persona muy especial: Tomás, un anciano que está construyendo una barca y que le ofrece su amistad. Como pueden deducir, Ferrandis hacía un papel parecido al de Chanquete. 

 

 Ya más crecido, Mariano Ozores le da en 1984 un papelito en El pan debajo del brazo, una especie de remake de su película Crónica de nueve meses. Rueda en Italia una película llamada Computron 22 ya en 1988 y en TV hace de Miguel Servet niño en 1989 dirigido por José María Forqué.

En 1989 en una entrevista que le hizo Isabel Gemio declaraba que quería seguir haciendo cine, pero ya no llegaron más propuestas, el cine español había cambiado mucho y todo ese cine popular más los directores artesanos habían sido tratados bastante despectivamente.

Aqui acaba nuestro viaje, el cine infantil español ha continuado, pero eso ya es otra historia.

Les deseo felices fiestas y Feliz Año. Nos volvemos a leer pronto 

Les dejo un Cine de Barrio con Concha Velasco en la que habla de Tobi, busqué uno de José Manuel Parada en el que invitó a Lolo García en el 97, pero no ha sido posible encontrarlo en el archivo de TVE


El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...