Dijo Fellini: “La televisión es el espejo donde se refleja la derrota de todo nuestro sistema cultural”. Algunos de ustedes pensarán ahora que me estoy contradiciendo con el artículo de la semana anterior, pero todo tiene una explicación.
Yo hablaba de una época determinada, en la que el respeto formaba parte de nuestros principales valores. Hoy en día, parece que hacer esta acción no esté de moda, seguro que tendrán en mente algún que otro momento en el que no le habrán tratado con la suficiente corrección en sitios públicos. Esta mala educación se refleja en la televisión al alterar las películas cortando los títulos de crédito. Antes solía provocar polémica que te los quitaran, recuerdo un pase de Oficial y caballero en el 93 donde no se oyó la canción de Joe Cocker ganadora del Oscar ya que sale justo en las letras del final que unas tijeras miserables destrozaron. La gente se quejó en su día mucho, pero hoy la televisión ha enseñado a no respetar, y de ahí puede salir un camino muy peligroso. No esperen luego que les respeten si no saben ustedes hacerlo con las obras de los demás
Televisión Española fue un referente para muchos de nosotros, no ya solo en lo cultural, sino en la calidad. Tendría también sus errores en aquellas épocas, obviamente, pero nadie es perfecto. Pero de lo que nadie podría dudar es que había un cuidado, una sensibilidad y sobretodo un respeto al espectador que paga en sus impuestos al ente.
En época de Pilar Miró, por ejemplo, si no rodó alguna cabeza, al menos una buena bronca sí hubo al cortar para dar publicidad en la escena de la avioneta de Con la muerte en los talones.
Luego la publicidad en televisión ya fue salvaje con la aparición de las privadas. Mi "estimada" Tele 5 de la época de Lazarov fue algo salvaje, a veces cortaban después de los títulos iniciales. Las pausas eran cada quince minutos, o incluso cada diez si la película era corta con tal de que en total hubiera unos cinco o seis cortes de tres o cuatro minutos.
No solo había estas pausas, por Navidad un anuncio de un turrón que insertaba el animal que da nombre a la marca en un momento determinado del filme, nos destrozaba las escenas... Tenías que averiguar el minuto donde había salido y así entrar en un sorteo. Pero no solo fue esto, luego aparecían subtítulos anunciando que por la noche iba a haber tal gala o tal partido...
De todas maneras, estamos hablando de una televisión privada, no de una pública Ya dije la semana anterior que a Lazarov le guardo un gran respeto y que contribuyó a que una gran parte de la sociedad se fijara en clásicos cinematográficos. Probablemente, para evitar los desastres de las privadas, salió una ley en el 99 que obligaba a respetar los títulos, pero como suele pasar aquí, no se cumple.
Pero todo esto no lo podía hacer TVE, y para muchos ver una película en el canal público era un oasis, sabías que no iba a pasar nada de esto. Además, ya en época de Ramón Colom prácticamente todas las películas respetaban su formato original, en La 2 no se cortaban los títulos de crédito nunca. En La 1 alguna vez, pero se acostumbraban a dejar al menos los primeros cuando esto ocurría. Ahora en cambio es de golpe y porrazo, asustando incluso.
Y es que el ente público, hoy en día, se ha convertido en una máquina para que tenga un cierto share de audiencia. Algún que otro experto habrá dicho que mantener esas letritas de después de la película (sic) es un veneno porque hace que la gente ya no vea el programa que va después.
No puede ser más desafortunada esa teoría, y también más peligrosa. Me explico, si resulta que un espectador deja de ver un programa, porque no aguanta los dos minutos de la película en la que salen los créditos, es que poca valoración le da a ese espacio. Si tan interesante y bueno es el programa de después, yo me espero lo que haga falta que no es tanto. Por cierto, esta teoría se va al traste, pues más de una vez nos ponen dos minutos seguidos de publicidad de la cadena. ¿Entonces no se van los espectadores, Sres. de TVE? Y otro ejemplo: ¿Por qué cortan los títulos a las 4 de la mañana? ¿Es que hay mucha audiencia a esa hora? ¿En Cuéntame por que no cortan los títulos?
Vamos ahora con lo de "peligrosa" que decía antes... Por ejemplo, estos clásicos que ahora nos vuelven a emitir en la segunda cadena vienen con una presentación que el director de Días de Cine hace y que resulta interesante de ver para introducirte en ella. Pues bien, he podido seguir estos últimos días un diálogo en twitter en el que da la razón a los que se quejan de estas supresiones, pero antepone la teoría de la dirección de que los telespectadores se van con los títulos, y que por desgracia, él mismo se echaría a temblar si "Días de cine" fuera detrás de los créditos. ¿Se imagina que un día algún directivo de estos diga que las películas hay que verlas sin presentación alguna, pues hacen perder puntos de share, ya que la gente cambia de canal porque solo quiere ver la película?
TVE se ha de diferenciar de las demás, y cuando proyecta cine lo tendría que hacer respetando la obra íntegra. Al no ser así, se pierde el interés en ella y la vemos como un canal vulgar más e incluso pensando en por qué tenemos que pagarla ya que deja de tener sentido su servicio público. Ya no es aquel referente cinéfilo como está sucediendo en los últimos años con Betevé en Barcelona, gran ejemplo a seguir.
En fin, todo esto no pasaría si ustedes vieran los títulos de crédito, o sea que ya lo saben. Que no llegue el día en que se compre un DVD sin la carátula... Y vean estas obras de arte:
Un blog para la cinefilia que se queda hasta el final de los créditos.
29/11/2018
22/11/2018
Gracias a la tele por haberme hecho cinéfilo
Hace un tiempo me pregunté de dónde venía mi cinefilia, siendo yo de la generación de los 80, y repasando encontré varias respuestas. El cine tiene el inconveniente de que lo tenemos que ver en la mayoría de ocasiones en un espacio distinto de donde fue concebido. Me explico, uno a mi edad ha podido ver la mayoría de películas de Billy Wilder no en cine, sino en televisión. No he podido ver los ojos de Audrey Hepburn en grande, tal y como pensaron los grandes directores que contaron con ella. Tampoco he podido ver cómo Charlton Heston abría el mar rojo con esos maravillosos efectos especiales artesanos, lejos de los procesos digitales de hoy en día, ni a Charlot en la gran pantalla haciendo bailar los panecillos, o a Omar Shariff por el desierto.
Recuerdo una edición francesa que compré de Luces de la ciudad en VHS que comenzaba con una frase que atribuían a Francois Truffaut y que decía lo siguiente: "Como yo amo el cine, yo amo el vídeo". No he podido contrastar si dijo esto, o se lo sacaron de contexto, pero la encuentro muy acertada. A pesar de ciertos puristas que critican mucho la televisión, ha sido y es nuestro único medio para ir viendo clásicos que de otra manera no tendríamos oportunidad. O sea que resumiendo, muchas gracias a la televisión y lo mismo al vídeo por hacernos soñar con los héroes del celuloide
Gracias también a todos aquellos programadores que, por ejemplo, había en TVE, que sabían bastante de cine y venderlo. Un mítico espacio fue "Cine Club", su sintonía compuesta por Nacho Cano sigue siendo recordada, incluso escucharla nos remite al ambiente cinéfilo de calidad. Una música que nos hizo acercar a películas que en algunos casos no eran tan accesibles. La acción pedagógica de difundir cultura en una televisión pública funcionaba a la perfección. Hoy en día se echan en falta este tipo de notas conjugadas para un programa, la tele de hoy en día va demasiado rápido, como si fuera un metro rutinario.
Programas como "La Clave" de José Luis Balbín con la excelente selección de películas a cargo de Carlos Pumares hicieron que el cinefórum volviera a muchas de nuestras casas, y que debatiéramos temas de lo más variado. Otros espacios como el de José Luis Garci nos hicieron ver que la moviola no solo se utilizaba para ver jugadas de partidos de fútbol, sino que también podíamos repasar cuando Cary Grant subía ese vaso de leche con aquella luz especial en Sospecha. Hubo más, a todos ellos, pues, reiterado agradecimiento. Al igual que con la radio de la que hablé hace unas semanas, fueron nuestros grandes profesores de cine.
No quiero olvidarme de las privadas, hoy en día sí que están fatal, pero cuando nacieron emitían buen cine. Nadie de mi edad podrá negar el entusiasmo que despertaba esa Tele 5 dirigida por Valerio Lazarov, amado y odiado por muchos, pero a veces esto último por envidia. Supo construir una televisión comercial y vitalista, en algunos aspectos criticable, pero eran monjitas de la caridad si comparamos con la tele actual. En aquella Tele 5 había desde el cine actual al cine clásico. Sus promos con la voz de Justino Bermúdez ayudaban mucho a que gente que no las conocía las viera
De aquella Tele 5 salieron cinéfilos, entre ellos el que escribe, lo reconozco.Emitían cada año El mayor espectáculo del mundo de Cecil B. DeMille, filme que considero una obra maestra y me da rabia que siempre saquen el tema de que no se merecía el Oscar a la mejor película. Y que conste que soy un fan acérrimo de El Hombre tranquilo, película que competía ese año por la estatuilla preciada.
Esta película me trae muchos recuerdos familiares, mi madre y mi abuela me comentaban con emoción que cada año había una reposición en el cine Comedia del barrio de Gracia de Barcelona (No confundir con el del Paseo de Gracia, el que yo hablo estaba en la C/ Gracia delante de la Parroquia de Santa María de Gracia y del colegio "Patronat Domènech") Era un cine de barrio, luego José Manuel Parada reinventó el término y lo aplicó al cine español comercial de los 50,60 y 70. Estos cines incrementaban la ilusión de los vecinos, generalmente estaban poco aseados y hoy en día nos daría cierta cosa ir, pero en aquel tiempo fueron una gran herramienta para que toda una generación creciera en cinefilia y la transmitiera a sus descendientes. Cuando uno ve Cinema Paradiso se emociona, y lo hace porque en su ADN están todas aquellas vivencias.
Podría seguir hablando de cinefilia y cómo me vino, pero he querido centrarme en la tele y en el cine de barrio con el recuerdo de esta gran película de DeMille que cineastas como Spielberg disfrutaban de niños.
Y ya saben que uno no podrá ser nunca un cinéfilo si no se queda a ver todos los títulos de crédito, en eso la tele nos ha hecho muchas malas jugadas, más de uno se piensa que ha visto El secreto de la pirámide y no, si quieres ver el final sale después de esas letras, o sea que ya lo sabes, a verla de nuevo.
Feliz cine
Recuerdo una edición francesa que compré de Luces de la ciudad en VHS que comenzaba con una frase que atribuían a Francois Truffaut y que decía lo siguiente: "Como yo amo el cine, yo amo el vídeo". No he podido contrastar si dijo esto, o se lo sacaron de contexto, pero la encuentro muy acertada. A pesar de ciertos puristas que critican mucho la televisión, ha sido y es nuestro único medio para ir viendo clásicos que de otra manera no tendríamos oportunidad. O sea que resumiendo, muchas gracias a la televisión y lo mismo al vídeo por hacernos soñar con los héroes del celuloide
Gracias también a todos aquellos programadores que, por ejemplo, había en TVE, que sabían bastante de cine y venderlo. Un mítico espacio fue "Cine Club", su sintonía compuesta por Nacho Cano sigue siendo recordada, incluso escucharla nos remite al ambiente cinéfilo de calidad. Una música que nos hizo acercar a películas que en algunos casos no eran tan accesibles. La acción pedagógica de difundir cultura en una televisión pública funcionaba a la perfección. Hoy en día se echan en falta este tipo de notas conjugadas para un programa, la tele de hoy en día va demasiado rápido, como si fuera un metro rutinario.
Programas como "La Clave" de José Luis Balbín con la excelente selección de películas a cargo de Carlos Pumares hicieron que el cinefórum volviera a muchas de nuestras casas, y que debatiéramos temas de lo más variado. Otros espacios como el de José Luis Garci nos hicieron ver que la moviola no solo se utilizaba para ver jugadas de partidos de fútbol, sino que también podíamos repasar cuando Cary Grant subía ese vaso de leche con aquella luz especial en Sospecha. Hubo más, a todos ellos, pues, reiterado agradecimiento. Al igual que con la radio de la que hablé hace unas semanas, fueron nuestros grandes profesores de cine.
No quiero olvidarme de las privadas, hoy en día sí que están fatal, pero cuando nacieron emitían buen cine. Nadie de mi edad podrá negar el entusiasmo que despertaba esa Tele 5 dirigida por Valerio Lazarov, amado y odiado por muchos, pero a veces esto último por envidia. Supo construir una televisión comercial y vitalista, en algunos aspectos criticable, pero eran monjitas de la caridad si comparamos con la tele actual. En aquella Tele 5 había desde el cine actual al cine clásico. Sus promos con la voz de Justino Bermúdez ayudaban mucho a que gente que no las conocía las viera
De aquella Tele 5 salieron cinéfilos, entre ellos el que escribe, lo reconozco.Emitían cada año El mayor espectáculo del mundo de Cecil B. DeMille, filme que considero una obra maestra y me da rabia que siempre saquen el tema de que no se merecía el Oscar a la mejor película. Y que conste que soy un fan acérrimo de El Hombre tranquilo, película que competía ese año por la estatuilla preciada.
Esta película me trae muchos recuerdos familiares, mi madre y mi abuela me comentaban con emoción que cada año había una reposición en el cine Comedia del barrio de Gracia de Barcelona (No confundir con el del Paseo de Gracia, el que yo hablo estaba en la C/ Gracia delante de la Parroquia de Santa María de Gracia y del colegio "Patronat Domènech") Era un cine de barrio, luego José Manuel Parada reinventó el término y lo aplicó al cine español comercial de los 50,60 y 70. Estos cines incrementaban la ilusión de los vecinos, generalmente estaban poco aseados y hoy en día nos daría cierta cosa ir, pero en aquel tiempo fueron una gran herramienta para que toda una generación creciera en cinefilia y la transmitiera a sus descendientes. Cuando uno ve Cinema Paradiso se emociona, y lo hace porque en su ADN están todas aquellas vivencias.
Podría seguir hablando de cinefilia y cómo me vino, pero he querido centrarme en la tele y en el cine de barrio con el recuerdo de esta gran película de DeMille que cineastas como Spielberg disfrutaban de niños.
Y ya saben que uno no podrá ser nunca un cinéfilo si no se queda a ver todos los títulos de crédito, en eso la tele nos ha hecho muchas malas jugadas, más de uno se piensa que ha visto El secreto de la pirámide y no, si quieres ver el final sale después de esas letras, o sea que ya lo sabes, a verla de nuevo.
Feliz cine
15/11/2018
La dificultad de ver a Chaplin en televisiones accesibles
Este miércoles la televisión pública se apuntó un buen tanto con la emisión de El gran dictador de Chaplin. La audiencia respondió y obtuvo más de un millón de espectadores, cifra poco habitual en La 2.
Ver películas de Charles Chaplin ha sido bastante complicado en las televisiones, salvo plataformas de pago y de tanto en tanto algún canal local, su filmografía es invisible en la pequeña pantalla.
Corría el año 1988 y TVE decidió programar un ciclo los fines de semana por la tarde, para muchos ese fue el primer contacto con sus películas. Sí que habíamos visto antes cortos de él en programas como "La bola de cristal" y nos encantaba.
(En este vídeo melancólico del avance de programación hay un pequeño desliz de no nombrar a la mujer de Chaplin (Oona O´Neill) que sí salía en Candilejas en un breve papel, pero al leerlo todo junto el locutor parece que esté diciendo que era Claire Bloom.)
Pero después de ese ciclo solo recuerdo un pase de La quimera del oro por la madrugada en 1991, luego José Luis Garci la recuperó para el espacio "Qué grande es el cine" en 1995, y en 1999 en el mismo se proyectó La condesa de Hong Kong, su última película.
No todo es culpa de TVE, los herederos y quienes controlan los derechos de sus películas no han dado muchas facilidades, me atrevo a decir que el propio Chaplin estaría muy enfadado de ver cómo se estaba llevando el tema.
Tampoco en el mercado del vídeo hubo mucha suerte, sí que salieron editadas sus películas en los 80 y principios de los 90 con una caja amarilla típica de la Columbia (aunque no era la productora de estas). Sin embargo, enseguida fueron retiradas y cuando alquilabas alguna se veía ya muy gastada. A veces buscando, y con suerte, podías encontrar alguna nueva de El Chico o Una mujer de París (emitida hace un año en el canal local de Barcelona, Betevé, dentro del espacio de Luis Aller). Yo por ejemplo encontré una copia nueva de Monsieur Verdoux en 1996 en una tienda ya desaparecida de Barcelona y era para guardarla bajo llave...
La única que se distribuía era La quimera del oro, a veces presentada de forma elegante en una lata metálica. No era la versión que Chaplin retocó después añadiendo música, diálogo y recortando escenas, sino la primera que hubo y la que pasó TVE.
La por entonces llamada Manga Films llegó a editar Luces de ciudad y Tiempos modernos en VHS a mediados de los 90 bajo una colección que se titulaba "Biblioteca de cine", sin embargo por problemas de derechos fueron retiradas. Yo conseguí encontrarlas a 200 pesetas cuando liquidaron una tienda de discos mítica de la C/ Pelayo barcelonesa, sacaban productos que habían estado almacenados a la espera de que alguien diera permiso para que se pudieran vender.
Tuvimos que esperar hasta 2003 para que por fin con el DVD llegara una gran colección que hacía justicia a su autor. MK2 editions bajo el sello de la Warner editó todas y una buena selección de cortos, acompañándolas de muchos extras y con copias remasterizadas. Por aquel entonces el DVD era caro y había que tener paciencia si no se contaba con mucho dinero para ir completándola. Comprarlas y verlas era una maravilla y se cumplían nuestros deseos.
Ahora con el paso de los años sí he podido ver que en alguna tienda tienen estas copias de MK2 bajo el sello de Emon a un precio muy asequible, pero ya sin extras. Han ido saliendo buenas colecciones de sus cortos y se puede decir que es accesible su filmografía, pero claro está que no todo el mundo tiene una tienda de DVDs en su ciudad y ha de comprarlas por correo con el consiguiente añadido de sus gastos.
Esperemos que TVE o cualquier otro canal siga emitiendo sus películas para que así todo el mundo las pueda ver, así como las Filmotecas, que sí han ido poniéndolas estos años, a veces más, a veces menos, pero en definitiva pasándolas...También es de agradecer la sensibilidad de sitios como el Centro Cívico del Coll-La Bruguera en Barcelona que homenajeó a los cómicos del cine mudo en febrero de 2016 y se proyectó pagando los derechos "Luces de ciudad". Desde estas líneas pediría por favor a los Ayuntamientos, o a quien sea, que pongan facilidades para que se puedan pasar películas en estos espacios de forma accesible y hacer cinefórums, historia del cine, etc.
Y mientras ya sabéis, queridos lectores, que cuando vayáis al cine no os marchéis hasta que se hayan acabado los títulos de crédito. Si seguís con esta manía, llegará un día en que venderán los libros sin tapas.
Ver películas de Charles Chaplin ha sido bastante complicado en las televisiones, salvo plataformas de pago y de tanto en tanto algún canal local, su filmografía es invisible en la pequeña pantalla.
Corría el año 1988 y TVE decidió programar un ciclo los fines de semana por la tarde, para muchos ese fue el primer contacto con sus películas. Sí que habíamos visto antes cortos de él en programas como "La bola de cristal" y nos encantaba.
(En este vídeo melancólico del avance de programación hay un pequeño desliz de no nombrar a la mujer de Chaplin (Oona O´Neill) que sí salía en Candilejas en un breve papel, pero al leerlo todo junto el locutor parece que esté diciendo que era Claire Bloom.)
Pero después de ese ciclo solo recuerdo un pase de La quimera del oro por la madrugada en 1991, luego José Luis Garci la recuperó para el espacio "Qué grande es el cine" en 1995, y en 1999 en el mismo se proyectó La condesa de Hong Kong, su última película.
No todo es culpa de TVE, los herederos y quienes controlan los derechos de sus películas no han dado muchas facilidades, me atrevo a decir que el propio Chaplin estaría muy enfadado de ver cómo se estaba llevando el tema.
Tampoco en el mercado del vídeo hubo mucha suerte, sí que salieron editadas sus películas en los 80 y principios de los 90 con una caja amarilla típica de la Columbia (aunque no era la productora de estas). Sin embargo, enseguida fueron retiradas y cuando alquilabas alguna se veía ya muy gastada. A veces buscando, y con suerte, podías encontrar alguna nueva de El Chico o Una mujer de París (emitida hace un año en el canal local de Barcelona, Betevé, dentro del espacio de Luis Aller). Yo por ejemplo encontré una copia nueva de Monsieur Verdoux en 1996 en una tienda ya desaparecida de Barcelona y era para guardarla bajo llave...
La única que se distribuía era La quimera del oro, a veces presentada de forma elegante en una lata metálica. No era la versión que Chaplin retocó después añadiendo música, diálogo y recortando escenas, sino la primera que hubo y la que pasó TVE.
La por entonces llamada Manga Films llegó a editar Luces de ciudad y Tiempos modernos en VHS a mediados de los 90 bajo una colección que se titulaba "Biblioteca de cine", sin embargo por problemas de derechos fueron retiradas. Yo conseguí encontrarlas a 200 pesetas cuando liquidaron una tienda de discos mítica de la C/ Pelayo barcelonesa, sacaban productos que habían estado almacenados a la espera de que alguien diera permiso para que se pudieran vender.
Tuvimos que esperar hasta 2003 para que por fin con el DVD llegara una gran colección que hacía justicia a su autor. MK2 editions bajo el sello de la Warner editó todas y una buena selección de cortos, acompañándolas de muchos extras y con copias remasterizadas. Por aquel entonces el DVD era caro y había que tener paciencia si no se contaba con mucho dinero para ir completándola. Comprarlas y verlas era una maravilla y se cumplían nuestros deseos.
Ahora con el paso de los años sí he podido ver que en alguna tienda tienen estas copias de MK2 bajo el sello de Emon a un precio muy asequible, pero ya sin extras. Han ido saliendo buenas colecciones de sus cortos y se puede decir que es accesible su filmografía, pero claro está que no todo el mundo tiene una tienda de DVDs en su ciudad y ha de comprarlas por correo con el consiguiente añadido de sus gastos.
Esperemos que TVE o cualquier otro canal siga emitiendo sus películas para que así todo el mundo las pueda ver, así como las Filmotecas, que sí han ido poniéndolas estos años, a veces más, a veces menos, pero en definitiva pasándolas...También es de agradecer la sensibilidad de sitios como el Centro Cívico del Coll-La Bruguera en Barcelona que homenajeó a los cómicos del cine mudo en febrero de 2016 y se proyectó pagando los derechos "Luces de ciudad". Desde estas líneas pediría por favor a los Ayuntamientos, o a quien sea, que pongan facilidades para que se puedan pasar películas en estos espacios de forma accesible y hacer cinefórums, historia del cine, etc.
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