Hasta siempre Stanley Donen

Era el 23 F, esta vez el golpe no fue de estado pero sí a nuestro corazón cinéfilo: el gran Stanley Donen había muerto, parecía inmortal, siempre decía que aun nos quedaba él de aquel Hollywood que nos hizo soñar. Él ya decía que el cine era mentira, ahí te equivocabas querido Stanley, tu cine vitalista, ácido, entretenido, amargo y cómico cuando tocaba, es una de esas verdades por las que se puede decir que la vida tiene sentido.

   

 Fuiste un director curioso, haces la que es para muchos la mejor película de la historia Cantando bajo la lluvia y luego se olvidan de ti, hasta TVE que te dedicó un buen reportaje en "Días de cine" se ha olvidado de tus cintas en su espacio de los miércoles, algo que sí hicieron con Bertolucci, pero los cinéfilos, con todos los respetos al director de Novecento, sabemos quién sabía más.

   

 Algunos te encasillaron en que eras un director de musicales, y efectivamente así es, hasta en aquel homenaje a los programas dobles Movie Movie quisiste homenajear a Bubsy Berkeley y te salió muy bien, se nota que lo llevabas en el alma. Pero ya que te encasillan tanto con los musicales, yo soy de aquellos que ha disfrutado con tus comedias teatrales, de aquellas que determinados críticos dicen que no es cine. ¡Qué equivocados están! Solo un genio como tú podía rodar ese paseo de Cary Grant con Ingrid Bergman, de los minutos más elegantes de la historia de esto que antes se llamaba séptimo arte.Miren a partir del min. 31:

   

 Solo tú podías reunir a cuatro espadas en la magnífica Página en blanco y cuidar cada plano, el color de la ropa, insinuar, burlar la censura, ser mordaz con apariencia dulce. Y ahora que te encontrarás a Hitchcock por ahí, la verdad es que fuiste el único capaz de igualarlo y encima añadir tu toque con Charada, película que siempre me pongo cuando estoy algo desanimado, y me recupero...¡Y es que tus películas tendrían que recetarlas!

   

 Y obviamente Dos en la carretera, las notas musicales de Mancini que evocan ese amor/desamor, alegría/tristeza, encuentro/desencuentro, pero en definitiva la vida. En fin, Stanley, incluso nos has hecho sonreír con tu última broma, abandonar este mundo el día antes de la gala de los Oscars, que te menospreciaron siempre. Gracias por hacer cine en mayúsculas y alegrarnos este valle de incultura cinematográfica y poca sensiblidad que nos toca padecer.

 

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