Un pequeño recuerdo para Josep Maria Forn

 


Hay directores que tienen la desgracia de ser recordados por solo una película, este puede ser bien el caso del recientemente fallecido Josep Maria Forn. Solo hace falta mirar las noticias de la semana pasada donde se titulaba que había muerto el director de La piel quemada, incluso su propio nombre quedaba relegado por el del título en cuestión.

Forn comenzó su aventura cinematográfica en 1948 gracias a Ignacio F. Iquino como meritorio de rodaje, luego sigue como ayudante de dirección, en el IMDB le encontramos ejerciendo esa función con durectores como Jerónimo Mihura (Me quiero casar contigo, 1951),  o con Francisco Rovira-Beleta (Once pares de botas, 1954). También como supervisor de guiones de Apartado de correos 1001 (1950) o Hay un camino a la derecha (1953).

Tal experiencia le lleva a dirigir su primera película en 1957 con el título de Yo maté, no he tenido la
oportunidad de visionarla y tampoco creo que sea fácil de encontrar. Su siguiente título al año siguiente es francamente notable: Muerte al amanecer y también conocida como El inocente, la tienen editada en DVD en una restauración que le hace justicia. El director adaptaba la novela de Mario Lacruz, del que hablé en mi post sobre la película Gaudí. Era un film de aquellos con trama confusa, llena de giros y con una excelente ambientación de aquella Barcelona negra que tan buen cine proporcionó. Fue su primer filme con la productora Teide Films que él había comprado y el rodaje estuvo lleno de problemas económicos y legales

Después de esta sigue con otras de las que tampoco he tenido la oportunidad de ver, se llora mucho cuando alguien muere, pero poco se le reconoce en vida...Una de estas y que tiene muy buena pinta, ya me permitirán la vulgar expresión, es la que dirigió en 1961 con guion de Rovira Beleta y que se llamó La vida privada de Fulano de Tal con Fernando Fernán Gómez de protagonista. A pesar de que incluso hasta escribí a la Filmoteca para ver si la pasaban en el centenario de Rovira Beleta, da la sensación de ser un filme totalmente invisible

Sigue luego con películas de cine negro de aquellas que la Betevé (la tele local de Barcelona) nos deleita los domingos: ¿Pena de muerte’ (1961), Los culpables (1962), La ruta de los narcóticos (1962). En 1964 adapta una interesante obra de Alejandro Casona, La barca sin pescador, que la rueda en Sant Pere Pescador, se ha podido ver en Youtube a falta de que tampoco alguien la editara o nos la ofreciera por televisión.


 Pero es en 1967 cuando su nombre será recordado con La piel quemada. Hablar de la película nos llevaría a otro artículo, ya conocen la historia y aquella singular pareja compuesta por Antonio Iranzo y Silvia Solar. A pesar de la fama, hubo en su momento división de críticas, incluso, según cuenta Esteve Riambau en Antología crítica del cine español (p.643), un simulacro de juicio en el desaparecido Cine Balmes de Barcelona donde el crítico Joan Francesc de Lasa actuaba como defensor y el músico Joan Pineda como fiscal. El director del cine tuvo que cortar la luz para evitar que el debate subiera de tono tras la negativa de la escritora Maria Aurèlia Capmany a hablar castellano.

La defensa de Lasa salió victoriosa y es un filme que aun hoy en día causa debate, con un guion bien calculado y todo un documento histórico de la época. Los hay que lo ven como una defensa de la inmigración andaluza y la defensa de una Cataluña acogedora, otros que los ridiculiza y que la imagen que se presenta de los catalanes es cerrada y prepotente...Estos debates no dejan de mostrar que es una gran película de la que siempre se puede sacar algo. Como curiosidad, fue el filme que ilustró un interesante debate sobre Cataluña en el programa La Clave que contó ni más ni menos que con Jordi Pujol entre los invitados, el cual felicitó al programa por su emisión.

Después de La piel quemada, el director probó con una adaptación de la novela de Manuel de Pedrolo, La respuesta que la censura no permitió estrenar y estuvo archivada hasta el 1976.

Ford dejó momentáneamente la dirección y  fundó y presidió el "Instituto de cine catalán", aunque en 1979 logra un gran éxito de taquilla, no así de crítica con Companys, procés a Catalunya,  algunos vieron una imagen no del todo objetiva, el director no quiso ofrecer una biografía completa de él, sino centrarse en sus últimos días. A pesar del respaldo del público, no vuelve a ponerse detrás de la cámara. En 1987 es designado "Director general de cinematografía" del "Departamento de cultura" de la Generalitat hasta 1991 donde volvió a dirigir, esta vez con una inofensiva comedia titulada Ho sap el ministre?, en 1998 vuelve con Subjudice, película que pocos vieron, y luego volvió a acercarse a otro Presidente de la Generalitat  con El coronel Macià. Se despidió con un documental en el 2015 que llamó El problema catalán.

Coincidí con él en varias presentaciones en la Filmoteca, también el Texas en un pase especial sobre La piel quemada. Lo encontré una persona afable, didáctica, respondiendo a todas las preguntas y muy cercano. Personalmente, creo que Forn sería más reconocido si hubiera continuado con ese cine de los 50 y 60. Eligió otros caminos y cada uno es libre de ello. Pero no cabe duda de que con su desaparición se nos va un gran cineasta cuya filmografía ha de recordarse como es debido.

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