Hasta siempre Rosa Guiñón, nos vemos en el cine
Es el doblaje una de las profesiones menos reconocidas y
también más maltratadas, lo peor de todo es que quien postula en contra tiene
argumentos a favor, y quien, por el contrario, lo defiende, tiene las de perder.
Es nuestro país un caso excepcional, pues este oficio se realizó con gran
brillantez durante décadas, lleno de voces que perduran en nuestra mente, con
una dicción y entonación perfectas, sabiendo ver bien los labios para que
quedara milagrosamente sincronizado, y tanto los enemigos como amigos de este
oficio, en su mayoría, saben reconocer. En
este blog he citado en más de una ocasión el tema del doblaje, sobre todo para
recordar actores que nos han ido dejando y agradeciendo su labor.
Ya hace años que suelo ver más en versión original que en versión doblada, si tengo que elegir las películas de estreno, escojo la primera opción, pero también confieso que más de una vez, cuando reviso un clásico, me gusta recordarlo tal y como lo vi por primera vez, y “esa vez” fue con la voz de estos dobladores nuestros como es el caso de la recientemente desaparecida Rosa Guiñón. Su carrera es espectacular, ya en los 50 tenemos constancia de su trabajo en Once pares de botas. La lista de actrices y películas es larguísima, échenle un vistazo a la web de El Doblaje para verla. la voz de Julie Andrews, Audrey Hepburn, Meryl Streep, Barbra Streisand, Marilyn Monroe, Shirley McLaine...: https://www.eldoblaje.com/datos/FichaActorDoblaje.asp?id=255
Falleció este lunes a
los 90 años, más de un medio ha recordado su voz, aunque a la mayoría no le
sonaba el nombre. Curiosamente ese día salió un artículo muy comentado en las
redes escrito por Fernando Trueba contra el doblaje, este estaba escrito ya
antes, no hay que ser mal pensados. El director tiene razón en parte de lo que dice, excepto
que este oficio hay que prohibirlo. Mucha gente no se acercaría al cine si no
es porque la película está doblada, no todo el mundo ha tenido la suerte de
poder estudiar inglés de una manera que pueda entenderlo, o cualquier otro idioma. Mi generación que estudió más el francés no suele entenderlo cuando
lo oye, hoy en día hay más medios que no teníamos y que facilita la comprensión de
una lengua extranjera ya desde pequeños.
El doblaje actual, al igual que está pasando últimamente con la calidad de las películas, está en plena decadencia, y no precisamente porque no haya profesionales aún, los hay y excelentes, pero el ritmo de trabajo es otro. Da la sensación, y de hecho así es, que más de un doblaje se ha hecho rápido, doblando tres películas en un día (sic), sin prestarle la importancia que merece, pensando que quienes ven las películas dobladas son gente que en definitiva le da igual.
Esta forma de
trabajar está haciendo perder cada vez más espectadores, de la misma manera que ciertos redoblajes han hecho que no se comprara la película. Sin
duda alguna, trabajos como el de la admirada, recordada y añorada Rosa Guiñón
contribuyeron a que aquel cine fuera ese séptimo arte que tanto nos gustó. Por
eso, y desde estas líneas, un sincero agradecimiento a esta gran actriz a la
que seguiré escuchando en más de una ocasión, por mucho que me contradiga y que
me vuelvan a decir que lo mejor es la voz original de un actor.
Hasta siempre Rosa, nos seguimos viendo en el cine, como tu personaje de Mia Farrow en La Rosa Púrpura de El Cairo has entrado ya dentro de las películas.
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