Un recorrido por películas clásicas, ya sean buenas o malas, para cinéfilos de esos que se quedan hasta el final de los créditos. Un blog escrito por Carlos Muñoz Muriedas
Té y simpatía (1956) de Vincente Minnelli: Excavando el cariño soterrado
Obtener enlace
Facebook
X
Pinterest
Correo electrónico
Otras aplicaciones
Se puede ver
estos días en la TCM una de las películas más desconocidas de Vincente
Minnelli, se trata de Té y simpatía del año 1956 y rodada entre dos obras
maestras como El loco del pelo rojo y Mi desconfiada esposa. Hacía mucho tiempo
que no la visionaba, no la suelen emitir y en DVD la verdad es que no la recuerdo, aunque consultando doy con una edición del 2009 que no respetaba el formato original, por lo que debí pasar de comprarla.
La película
empieza con un reencuentro de varios alumnos al cabo de un tiempo de haber
acabado los estudios, entre ellos destaca la presencia de Tom Lee, un chico tímido
que se apartaba de los gustos de ellos y que le habían apodado como “damisela”.
La única persona que le transmitía cariño era Laura Reynolds, la mujer del
profesor de deportes y ama de llaves de la residencia donde se hospedaba.
Té y
simpatía adaptaba la obra de teatro de Robert Anderson estrenada en Broadway y dirigida por Elia Kazan tres años antes y que gozó de cierto éxito, el productor Pandro S. Berman no
dudó en querer llevarla a la gran pantalla y se la ofreció a Minnelli con guion
del propio autor, la adaptación se tuvo que suavizar para burlar a la censura,
se conservó el mismo trío protagonista que en los escenarios: Deborah Kerr como
Laura, John Kerr como Tom y Leif Erikson como el profesor de gimnasia. Resulta
inevitable comentar que John Kerr no guardaba ningún parentesco con Deborah.
Temas como
el adulterio, la prostitución, la homosexualidad, etc. resultaban aun demasiado
morbosos de mostrar en la época y más en una película producida por la Metro en los 50,
pero finalmente el guion reescrito con la inclusión forzada de un inicio y especialmente
de un epílogo nuevo, obtuvo el "nihil obstat". En España
tardó en estrenarse 12 años y las salas donde se vio eran aquellas que
llamábamos de arte y ensayo, creo que incluso se pasó solo en versión original.
Quienes la vean ahora, pueden escuchar un doblaje para una edición en vídeo del
año 1987. En el Reino Unido también estuvo prohibida.
Pero la obra teatral paradójicamente sí llegó a Madrid al Teatro Cómico
y adaptada por Victoriano
Fernández de Asís, el cual declaraba en el ABC del 21 de
abril de 1957:
Fuente: ABC 21 de abril 1957
"Hay en Té y simpatía una censura larvada contra ambiente y métodos que no siendo nuestros no interesa destacar tanto como el problema del alma juvenil que empieza a dudar de sí misma por timidez e inexperiencia en un pequeño mundo escolar donde se cultivan con formas “sui generis” el mito del deporte y el de la virilidad. (…) En mi adaptación, y esto es lo único que me interesa subrayar de modo concreto, he tratado de traer a primer plano ese soterrado lirismo, soslayando acritudes o reiteraciones innecesarias para la ágil comprensión de los espectadores españoles superponiendo el madrigal a la anécdota y desentendiéndome de lo que casi es decorativo y ajeno a nuestra peculiar experiencia con la colaboración de artistas como Pastora Peña, Antonia Mas, Carlos Lemos, Antonio Prieto, Fernando Marín Calvo, un novel de ilustres apellidos y el director Alberto González Vergel, me atrevo a esperar que saldremos adelante en el menester de revelar a nuestro público la peripecia de unas almas perturbadas por déficit de amor, que es el aspecto esencial de Té y simpatía."
Sinceramente, estas palabras bien las podía haber pronunciado Vincente Minnelli, ya que lo que queda excelentemente reflejado es esa falta de amor, cariño y comprensión no solo en el protagonista, también en la mujer e incluso en el marido. Tom explica en un momento que la última vez que vio a su medre fue a los 5 años, y que había venido al mundo con el objetivo de que sus padres se reconciliaran, con pesar exclama lo duro que es fracasar ya de bien pequeño. En el personaje de Deborah Kerr (Laura) ve esa madre que no ha tenido. Ella, por otra part,e tuvo un primer marido con 18 años y ve en Tom el recuerdo de él. En esta relación afectiva se crea un mundo que puede ser interpretado como sincero o resultado de lo que pudo ser y no fue.
Por otra parte, el marido de ella se muestra poco sensible a todo lo que le pasa a Tom, incluso acepta que le linchen sus compañeros porque así se hará hombre, algo compartido por el mismo padre de Tom (interpetado por Edward Andrews, el inolvidable diplomático de Avanti de Billy Wilder.). No es muy afectivo con su mujer, tan solo espera que ofrezca té y simpatía a sus alumnos. El hecho de que Tom en un momento determinado prefiera ayudar a coser a las mujeres de los profesores en vez de jugar con sus compañeros desencadena que le llamen damisela y sea objeto de burla constante. Solo su compañero de habitación le defenderá, aunque cede e impone sus intereses personales, prefiere cambiar de habitación y compañero para no perder la capitanía del equipo del colegio.
Minnelli consigue un notable trabajo y si en la obra de teatro, Fernández de Asís nos hablaba de tratar de llevar ese “soterrado lirismo”, aquí el director lo expone casi desde el principio, algo que tiene aun más valor al ser decorado. Cada fotograma está cuidado, la paleta cromática tan característica en él nos regala escenas inolvidables... Ya esa ventana con la cámara acercándose y desatando el flashback (fíjense cómo va jugando con esta a lo largo del metraje), la puesta en escena, los contraplanos, esa Deborah Kerr en contrapicado para resaltar su fuerza maternal, cómo la fotografía fuera de plano en ese espejo, algo que nos recuerda a Tú y yo o ese bosque que tanto ayuda a comprender la situación de ambos.
No es una obra fácil, no desvelaré el final, pero no esperen un filme de violetas y caramelos, cada personaje sufrirá su desencaje en un mundo sin cariño donde no tienen cabida los que difieren de lo convencional.
El pasado 28 de junio con la proyección de Lo que el viento se llevó acababa la tercera temporada del programa "Classics" de José Luis Garci, los seguidores esperábamos ya la vuelta del cuarto año, pero hace una semana y por la red Twitter la tertuliana Noemí Guillermo anunciaba que la TRECE no renovaba el programa y esgrimía que se le había exigido programar solo en color. Algunos medios recogían la noticia, entre ellos La Razón que matizaba que la cadena no había transmitido una consigna específica de evitar películas en blanco y negro, sino programar películas más modernas, algo que Garci rechazó, aparte que las audiencias "no eran las adecuadas". La vuelta del “Qué grande es el cine” (así se llamaba el programa cuando comenzó en TVE) a la parrilla fue una de las mejores noticias entre tantos disgustos que los cinéfilos padecemos, en estas líneas de mi blog escribí que también nos podía reconciliar con la TRECE y la manera que tenia de tratar las películas. L...
Aprovechando que este viernes Joan Manuel Serrat recoge el premio Princesa de Asturias traigo la que fue su segunda película como protagonista: La larga agonía de los peces fuera del agua dirigida por Francesc Rovira Beleta. Había debutado en el cine en 1968 con Antoni Ribas con Palabras de amor , Jaime Camino lo dirigió en 1973 en Mi profesora particular y en 1976 tuvo un breve papel en La ciutat cremada. La llarga agonia dels peixos fora de l´aigua , así era su título en catalán y estrenada en esta versión en junio de 1970 en el cine Coliseum de Barcelona, es probablemente la mejor aparición del cantautor en el celuloide. Por una parte, teníamos la habilidad de Rovira Beleta que volvía a rodar tras lograr que la Academia hollywoodiense lo nominase por segunda vez por El amor brujo (1967). Con sus ganas de seguir experimentando formas nuevas en el cine español y según sus mismas palabras queriendo crear un cine típico, pero no tópico, se propuso moldear la película co...
El pasado jueves fallecía el actor Jacques Perrin, el cual casi todos lo recordarán por su papel en Cinema Paradiso . La mayoría de los medios pusieron que era un actor famoso sobre todo por esta y Los chicos del coro , otros citaron sus comienzos con Valerio Zurlini y La chica con la maleta y Crónica familiar . La mayoría aplicó lo del corte y pega y poca información ofrecieron y más lamentable fue en nuestros medios, salvo contadas excepciones como el programa "Días de cine". Subrayo esto porque el actor intervino en una de las producciones patrias más importantes de aquellos 60 y que se llamaba La busca , adaptación de la novela de Pío Baroja, el film dirigido por Angelino Fons era de los títulos clave de aquel nuevo cine español que tanto decían que tenía que pulir. Pío Baroja Perrin ofrecía una gran actuación, se metía muy de lleno en el papel de ese chico inocente e ingenuo que no encontraba lugar en la vida, ni en ese Madrid qué tanto prometía. Baroja situó ...
Comentarios
Publicar un comentario