¡Gracias, Spielberg!

 




Esta semana he ido a ver Los Fabelman de Spielberg, gran acierto el del director al evocar su infancia con aquella primera vez que fue al cine para ver El mayor espectáculo del mundo de Cecil B.DeMille, a aquel niño le impactó la escena del tren y la quiso rodar con uno de juguete, de ahí salió su pasión por querer hacer cine. 

Personalmente, le tengo mucho cariño a aquella película, la cual ya me viene de infancia, mi abuela y mi madre me contaban que la iban a ver a un cine de reestreno en el barrio de Gracia de Barcelona que se llamaba Comedia (no confundir con el del Paseo de Gracia). Por la descripción que recuerdo, era una sala muy modesta, pero aquello no era tenido en cuenta, la magia del cine hacía olvidar sus pobres condiciones y el recuerdo de poder tener contacto con el séptimo arte es lo que perduraba. La ilusión con la que recordaban siempre el espacio quizá me hicieron aficionar a querer las buenas películas y el cariño por el recuerdo de mi barrio.

La nostalgia para nada es mala siempre que la sepamos dosificar, a pesar de que, como su etimología indica, hay dolor. El cine de Spielberg siempre la ha utilizado y con gran sensibilidad, en una reposición de ET, la sala era un valle de lágrimas. En Los Fabelman ha querido autobiografiarse y reivindicar ese cine que tanto le marcó.

Sus películas  han sido siempre un gran antídoto contra la decadencia que el cine ya presentaba en los 70 cuando la televisión le iba ganando batallas, aunque no la guerra.Ver Tiburón en una pantalla grande no era lo mismo que en televisión, recuerdo cómo se reflejaba aquel azul en la sala donde la vi, el impacto y el suspense que suponía... O luego con los Indiana Jones que evocaban una película de aventuras de cine de barrio que se llamaba El secreto de los incas con un Charlton Heston vestido igual que aquel Harrison Ford, largas colas y ganas de que se estrenara, a los de mi generación les marcó, y a las anteriores también, era reivindicar ese cine que tanto nos entretenía y que no estaba reñido para nada con el de autor.

Precisamente, si hay un director de cine clásico con el que más se le puede comparar es con Cecil B.De Mille y su manera de concebir el séptimo arte como un auténtico espectáculo, acuérdense de la frase que siempre soltaba: "La película ha de comenzar como un terremoto e ir a más” De Mille distraía y a la vez proporcionaba obras notables, aunque para los más puristas tal vez no fuera un autor, sino un artesano, algo que también le pasa al director de ET. Pueden leer el especial que le dediqué en este enlace: http://nosinlostitulos.blogspot.com/2021/01/cecil-bdemille-el-hombre-que-convirtio.html


 Hace unos días el director le agradeció a Tom Cruise el empeño de que la secuela de Top Gun no fuera directamente a las plataformas, sino que se estrenara al cine: “Salvaste el trasero de Hollywood. Y es posible que hayas salvado la distribución en cine. En serio.(Top Gun) Maverick tal vez salvó a toda la industria del cine” https://youtube.com/shorts/Fsw7ycDsjjg?feature=share Y es que Spielberg sabe muy bien por dónde van los tiros, mientras en las redes, cierto cambio de tarifa en una plataforma provoca llantos, otros en cambio seguimos yendo al cine con la esperanza de que este séptimo arte vuelva a resucitar, ya que si este muere, lo otro también, y con Los Fabelman podremos opinar si nos gusta más o menos, pero hay algo que no cabe duda cuando acaba la película y es decir: ¡Gracias Spielberg!




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