Un blog para la cinefilia que se queda hasta el final de los créditos.
25/10/2023
Centenario de la Disney: La isla del tesoro (1950)
17/10/2023
Hasta siempre, Pumares
─Sí, buenas noches, ¿dígame?
─Hola Carlos, ¿Qué tal?
─Fatal
─¿Por qué?
─Porque estoy trabajando
Este era uno de los comienzos habituales de las llamadas a
Carlos Pumares en el Polvo de estrellas de Antena 3 Radio, programa cinematográfico
que amenizó las madrugadas en una primera etapa desde 1982 hasta 1993. Con la
entrada del Grupo Prisa a la citada emisora, varias de sus estrellas marcharon,
aunque él se quedó dos años más si mal no recuerdo, pero el horario cambió y
pasó a emitirse a las 20h y ya no era solo de cine, ahí Pumares dio espacio
para la medicina natural, gastronomía, etc. No era tampoco ningún cambio brutal
ya que le gustaba hablar de ello a menudo. Por desgracia esa Antena 3 Radio
pasó en un año a ser "Sinfo Radio", una emisora solo de música clásica y Pumares se fue a la calle. Encontró ubicación en Radio Voz, emisora gallega cuyo proyecto
era emitir para toda España, en Barcelona donde vivía no se escuchaba, así que
le perdí la pista en 1994.
“A mí me han echado de todos los sitios y me gustaría seguir
haciendo radio, pero no me llaman, solo me recuerdan por el Fibergrán”, esta fue
una de las cosas que me dijo en la sala 4 del Cine Verdi mientras esperábamos
el comienzo de una película que se llamaba La vida sin Sara Amat del "BCN Film Fest", me encantó
esos días poder haber hablar con él y le agradecí todo lo que había aprendido, confieso que al principio me dio miedo entablar conversación,
soltarle algo que le enfureciera y me enviara a paseo, pero no fue así. Él puso
de su parte y empezó diciéndome: “Lo bueno de este festival es que tiene unos horarios
decentes, no como en Sitges que tenemos que ir en pijama, aunque ese es el
mejor de todos”
Conviene aquí hacer una parada en el texto y explicar qué es
eso del "Fibergrán", a principios del 2000 Pumares pudo volver a hacer radio por
la madrugada, fue a Onda Cero y entre película y película volvía con la
medicina natural porque “ya ven ustedes los japoneses lo que duran”, en una de
las llamadas con el doctor, este recetó a una mujer una medicina que se llamaba así,
Fibergrán, la mujer no entendió bien el nombre y Carlos se prestó a ayudarla, el resultado fue este:
Puede que esto contribuyera a que Javier Sardá lo fichase para
Crónicas Marcianas, ahí explotó y aumentó al máximo el personaje gruñón muy
seguro de tener la razón, los que lo conocíamos no nos chocaba el fondo ya que
repetía manías suyas como que la tortilla de patata es “solo de patata, sin cebolla”,
recuerdo una vez que abrió el programa de radio diciendo que no le llamaran
porque tenía que explicar algo grotesco que le había pasado, con voz serena
empieza a contar que pide una tortilla de patata en un hotel, creo que dio el
nombre, y que cuando se la sirven resulta que “me han puesto calabacín, qué vergüenza, ese
cocinero tendría que ser expulsado” y etc., esta última frase gritando y luego preguntando a los oyentes qué les había parecido ese "atentado culinario". Uno oyéndole hasta disfrutaba, era la
madrugada, por lo que si alguien había sintonizado su programa para abrazarse a
Morfeo, quedaba de nuevo desvelado por completo.
Sin embargo, entre esas extravagancias y su buen paladar,
siempre repetía que iba a los restaurantes "Hispania" de Arenys de Mar con su habitual descripción inicial que era un lugar donde uno se jugaba la vida por una pirueta que había que hacer
en la Nacional II y al "Giorgio" de Segur de Calafell al que le pedía que
sirviera meriendas también, estaba el de un hombre culto, un cinéfilo que amaba
el cine y que no le importaba decir si tal director venerado no le gustaba. A lo largo de los años ha tenido sus fobias, Hitchcock no era de sus favoritos,
se ponía a explicar las chapuzas de sus montajes y a decir que Vértigo era mala
porque a Kim Novak no le habían hecho la autopsia, de Woody Allen decía que era
un gandul porque no realizaba el plano/contraplano, de Luis Buñuel dijo que El
ángel exterminador era una tomadura de pelo “como casi todas las de él”, que Spielberg tenia que ir al psiquiatra porque siempre está poniendo bicicletas, señal que no le comprarían una.... No
paraba de repetir que solo los grandes eran los que también hacían malas
películas y que una vez le llamó la mujer de Berlanga enfadada porque había
criticado Moros y cristianos, aquello le quedaría grabado porque no paró de
repetirlo.
“Yo empezaba después de García y este decía al acabar que era ya muy
tarde y que tenían que ir a dormir los oyentes, yo me enfadaba, pero es una gran persona”,
esta fue otra de las frases que me soltó, añadiendo que cuando acababa, ponían
la repetición de Supergarcía y que cuando explotó la Guerra del Golfo, con
todas las noticias solo tuvo cinco minutos para poner una canción y dar paso
otra vez a García.
"Fatal, fatal"... Así creo que estamos bastantes desde que el pasado
12 de octubre la cuenta de Cinemasmusic comunicara su fallecimiento en el Twitter, hacía un
par de años que no sabíamos nada de él y al no acudir al Festival de Sitges el
año pasado ya temíamos que su salud estaba mal. Muchos han sido los mensajes de
afecto hacia su persona desde este mundo cinéfilo y casi todos se podrían
resumir en que supo transmitirnos una afición al cine y aunque se enfadase o
cortase la llamada, detrás había un buen tipo tal y como pude corroborar hace 4
años. No olvido aquellos especiales del monolito del
2001, los especiales de Qué bello es vivir (¿Recuerdan la escena cuando en El Crack 2,
Alfredo Landa va a ver a Arturo Fernández? Se oye en la radio la voz de Martín
Ferrand dando paso a un especial de Nochebuena de Pumares), la reivindicación
del cine cómico mudo y sus admirados Stan Laurel y Oliver Hardy, con qué pasión
explicaba sus gags…
Creo que sería injusto, aunque ahora me soltaría un grito,
recordar que antes de Polvo de estrellas, había escrito varios guiones
“espantosos todos ellos”, según él: La casa de las chivas de León Klimovsky, en
su día todo un gran éxito de público a partir de la obra de Jaime Salom, Separación
matrimonial de Angelino Fons, otra película que dio su dinero y tocando un tema
polémico entonces, el estilo más que de dramón mexicano como alguno comentó,
era más parecido al francés, con un final poco usual en el cine patrio. Luego
vino Una mujer prohibida de José Luis Ruiz Marcos, incursión en el cine negro y
El extraño amor de los vampiros otra vez colaborando con Klimovsky aunque en
esta ocasión la película apenas tuvo difusión comercial. Para TVE escribió los
guiones de El hotel de las mil y una estrellas, algo que años después declaró un
gran error. En todos ellos aparecían otros nombres, pero él repetía que quien
los había escrito en su totalidad era él. Y seleccionaba la película de La clave de José Luis Balbín.
Y de paso, acabo reivindicando el Polvo de estrellas televisivo del que nadie habla ( a
ver si en Antena 3 TV pudieran poner un archivo para poder consultarlos) ahí daba
paso a varias películas y entre ellas ofrecía entrevistas, información
cinematográfica, etc. La cadena privada no gozaba de un gran catálogo de
títulos por lo que la elección resultaba dificultosa. Si no recuerdo mal, una
de las primeras que emitió fue El ladrón de Bagdad y La Kermese heroica
curiosamente emitida en VOSE. Aquello no duró mucho y dejó de presentarlo tras
unos meses, hasta apagaba el cigarro delante de todos, así era él, sincero,
provocador, culto y buen tipo, pero ante todo un crítico cinematográfico que además era cinéfilo, pocos quedan que reúnan las dos condiciones.
11/10/2023
El sur (1983) inacabado de Víctor Erice
La última y maravillosa película de Víctor Erice aparte de
traer serenidad al cine actual tan necesitado de esta, también ha despertado la
curiosidad de varias generaciones que no les sonaba para nada su nombre. La
última película suya databa de 1992, han pasado nada menos que 31 años para
poder ver una nueva obra suya en pantalla grande. La crítica no ha reaccionado
de manera tan uniforme como en aquellas únicas tres obras que nos brindó. Esta
vez ha habido de todo, desde decir que es una obra maestra o un sopor
inaguantable, pero lo que llamaba la atención en alguna era cierta
desmitificación de su figura al exponer que más bien solo había realizado una
película de verdad, su ópera prima El espíritu de la colmena, ya que El sur era una obra
inacabada y El sol del membrillo un documental.
El estreno de Cerrar los ojos ha traído consigo la
reposición de sus dos primeras películas en algunas ciudades, no así de El sol
del membrillo que a pesar de contar con una nueva copia digital en 4K realizada
por la Filmoteca de Catalunya en el 2017, no podemos disfrutar de ella comprando
el Blu-Ray o DVD correspondiente o viéndola por televisión, misterios sin
resolver y por desgracia habituales ya… Mientras hacía cola en el cine (sí, he
escrito bien…) me comentaba una persona que había visto por primera vez El sur
y que se había aburrido “porque era muy lenta”, me lo repitió más de una vez, le
dije que estaba inacabada y si tenía conocimiento de ello, la respuesta fue
negativa, me reiteró que esperaba que esta fuera más divertida porque estaba
rodada en Granada…Me vinieron a la cabeza unas palabras del propio Erice en las
que comentaba que las películas una vez realizadas ya no son del director, sino
de la gente.
El sur es de 1983, 10 años después de su ópera prima, el director admitía no saber contestar a la eterna pregunta de tal tardanza: “He hecho El sur forzándome a mí mismo, un poco para poder comprender por qué he tardado diez años en hacer una segunda película” (Presència, mayo 1983). Su vuelta al cine por desgracia fue frustrante ya que es una película tal como él decía “inacabada como relato cinematográfico”, aunque tuviera la crítica a su favor.
Ángel Fernández Santos con el que escribió el guion de El espíritu de la colmena y que estuvo un tiempo también trabajando en este, contaba lo siguiente: “la historia que Erice manejaba, era el resultado del encuentro de otras dos. Una, que transcurría en una ciudad castellana, procedía de un relato ideado por Adelaida García Morales, su mujer. La otra era de cosecha propia de Erice, parte de una saga familiar andaluza en la que años antes había trabajado. El encuentro entre las dos historias se había producido de una manera natural y creaba algunas dificultades de síntesis, pero no insalvables. Erice la salvó durante el pasado verano y el guion quedó terminado a finales de julio (…) hoy supe después por los periódicos que el rodaje se había interrumpido semanas antes de lo previsto, dejándose sin filmar la parte específicamente sureña del relato (…) (El País, 9-V-83). Así pues, un guion que estaba en torno a las 1000 páginas se redujo a unas 500.
La decisión de tal supresión fue del productor Elías
Querejeta que le había financiado su primera obra, a lo largo de los años
eludió el tema cuando se le preguntaba: “El sur es un filme acabado que hay que
contemplar tal como es. Si el rodaje se suspendió o no, es algo marginal a la
propia existencia del filme” (El Periódico, 28-V-83). Erice tampoco fue muy
proclive a hablar del tema: “El rodaje fue detenido, en definitiva, yo lo he
aceptado, esto, aunque no me pueda solidarizar con todas y cada una de las
secuencias que el hecho comporta, a pesar de comprender algunos de los motivos
(…). Yo soy consciente que el cine es un proceso industrial y lo asumo con
todas las consecuencias (…) lucharé, si puedo, para completar esta historia (…).
En cuanto los motivos que el rodaje no continuara, no quisiera entrar, no
quiero polemizar ya que el productor no está presente aquí y respeto
absolutamente su opinión.”
La relación entre los dos se enfrió, eran amigos, pero
siguieron respetándose, quizá porque cada uno sabía de sobras cómo funciona el
cine, sin Querejeta no hubiera habido El espíritu de la colmena y tal vez ni
estaría hablando hoy de Erice porque lo mismo ni hubiera podido rodar nada. Cuando la
productora dio la orden de la suspensión, todo el equipo estaba ya preparado
para partir hacia Carmona (Sevilla). El director sabía hasta la hora del tren, y
los actores, entre los que se encontraba Fernando Fernán Gómez, estaban todos
contratados. Tanto director como productor hicieron público un documento
firmado por ambos, donde se hablaba de la suspensión del rodaje, pero en el que
se consideraba también la posibilidad de reanudar la película hasta completar
el proyecto original.
Sin embargo, se produjo otro hecho que no gustó a Erice, Querejeta
quiso llevarla al Festival de Cannes y el montaje se tuvo que apresurar, Erice
comentaba que no era partidario de llevarla: “hemos tenido que acabar la película demasiado
rápido, acelerar las mezclas de sonido. De aquí que el trabajo de la música no
haya sido tan cuidado como hubiese deseado” Su pase por Cannes no fue del todo
afortunado como se preveía, ya que se proyectó en la jornada postrera y pasó
casi desapercibido. Al día siguiente se estrenó en Madrid con gran entusiasmo
de la crítica, sin apenas objeciones a por qué no se había acabado. Un total de
437.581 espectadores la vieron durante los meses que estuvo en cartel, una
cifra algo anodina e inferior a los 534.362 de El espíritu de la colmena.
Desde entonces, en cada visionado de El sur, para los que sabíamos los entresijos de la producción, nos imaginábamos qué hubiera podido ser, en algunos programas como Qué grande es el cine en 1996, Juan Cobos y Miguel Marías que habían conversado con Erice de esa parte no rodada, hablaban de un gran festival de colorido, del personaje aventurero que encarnaría Fernán-Gómez y un tono que probablemente incluso hiciera cambiar la imagen de Erice de director frío, casi nórdico. Se remarcaba que el director no quería hablar del tema y eso lo dijo con la condición de tener el magnetofón cerrado.(Pueden verlo en el siguiente vídeo al final del párrafo, a partir del minuto 43:22, se desvelan partes de la película por si no la han visto).
Quedan muchas preguntas ya sin respuesta y varias contradicciones, como que Erice ya sabía que no habría continuación cuando montó la película. Y cuando uno ve El sur ha de verla por lo que hay, tal como decía Querejeta: “Ni una película ni un poema han de medirse por lo que sucedió durante la creación”.
En todo caso, ese qué pudo ser ya casi forma parte de la
mitología de El sur, incluso viendo Cerrar los ojos uno se puede preguntar si
ahí había algo del guion frustrado, como lo hay de El embrujo de Shanghai que no pudo realizar con el guion hecho. La historia del cine está llena de finales
cambiados o montajes alterados (piensen en Orson Welles con El cuarto
mandamiento, Sam Peckinpah con Mayor Dundee, Billy Wilder con La vida privada
de Sherlock Holmes…), así que imaginémonos, si acaso, en palabras de Erice ese
final “con acento romántico en su búsqueda incesante, siempre hacia el sur,
cada vez hacia el sur, hacia los misteriosos y sabios Mares del Sur de Robert
Louis Stevenson”
05/10/2023
Centenario de Charlton Heston: Pasión bajo la niebla (1952)
Un 4 de octubre de 1923 nacía en Evanston (Illinois) John Charles Carter, bautizado por el séptimo arte como Charlton Heston. Probablemente sea uno de los actores más carismáticos de la historia cuya fama y filmografía fue y sigue siendo compartida por varias generaciones. En los últimos años de su vida se le criticó su pertinencia a la "Asociación del Rifle", la cual llegó a presidir. Cierta crítica cinematográfica lo marginó (prueba de ello es que apenas hemos podido revisar en las dos filmotecas más importantes de España una de sus películas para tal efeméride, esperemos que programen algo en los próximos meses…). Cierta amnesia “voluntaria” de algunos olvida su lucha contra el “apartheid” o su apoyo a directores sin medios para que pudieran acabar sus obras, casos de Orson Welles (Sed de Mal) o Sam Peckinpah (Mayor Dundee)
Precisamente, muchas de las películas del actor convendría verlas en pantalla grande, imagínense Los diez mandamientos, Ben-Hur, El Cid, 55 días en Pekín, El señor de la guerra, El planeta de los simios… Alejándonos de las Filmotecas, una de ellas ya hizo la misma jugada cuando la gran Olivia de Havilland cumplió los cien y encima estaba viva, sí que el actor ha tenido reconocimiento a través de libros (El universo de Charlton Heston de Notorius Ediciones o Charlton Heston, un héroe para la eternidad de Fernando Alonso Barahona y Juanma de la Poza. Por la red en el portal Decine21 se votó cuál era la mejor de él. La elegida fue Sed de mal, seguida muy de cerca por El planeta de los simios y Ben-Hur.
Al no ser muy amante de las
votaciones, ni de establecer un “top ten”, he pensado en recurrir a alguno de sus filmes no
tan famosos, pero a la misma altura. Pensé en El señor de la guerra, El más
valiente entre mil, Cuando el destino nos alcance…Pero al final, opté por Ruby
Gentry, aquí titulada vulgarmente como Pasión bajo la niebla de King
Vidor. Es del año 1952, el mismo en que el actor consiguió su primer y sonado
éxito gracias a Cecil B-DeMille y su esplendida El mayor espectáculo del
mundo. El actor se iba afianzado en la taquilla gracias a westerns o
películas de aventuras de serie B para la Paramount como Hoguera de odios
o El secreto de los incas, pero le faltaban papeles en que pudiera desarrollar
más su talento y tal oportunidad no la desaprovechó.
Pasión bajo la niebla está ambientada en Carolina del Norte, ahí Ruby (Jennifer
Jones) interpreta a una joven campesina de fuerte temperamento, la cual está
enamorada de Tackman (Charlton Heston), un hombre que se va a casar con la hija
de un rico hacendado. Por despecho, se casa con Gentry (Karl Malden), el hombre
más poderoso de la comarca. Pero el matrimonio no será bien visto. El argumento
bien podría ser tildado de folletín si no fuera por el oficio del director, que
siempre le encantó mostrar al individuo frente a la sociedad, en este caso centrada
en la figura femenina y la marginación que sufre. Más de un crítico la comparó
con su anterior Duelo al sol, casi como una especie de borrador sin tener
la producción de Selznick incordiando, aunque eso es relativo ya que al tener a
su esposa también aquí, debió aguantar algún que otro “consejo”.
La sensualidad que despliega
el filme no sería la misma sin Heston, el cual borda un personaje con garra, pasional
y frío a la vez, desborda un erotismo que luego recuperaría en Cuando ruge
la marabunta. Es de sus mejores actuaciones, y paradójicamente no suele nombrarse
en estos cánones que tanto gustan hoy en día, claro que tampoco aparece entre
las más famosas de Vidor o de Jennifer Jones (el propio actor recordaba en sus
memorias que ella jamás se maquilló en esta película). Son de esos magníficos
filmes que quizá por ciertas temáticas no tuvieron en su día la distribución
adecuada y que a los cinéfilos nos toca reivindicar. En nuestro país fue
censurada, incluso había un título propuesto: La indómita. Pero los
censores pensarían que sería algo peligrosa para ciertas almas y se tuvo que
esperar una década, los carteles de la época la promocionaban así: “Jamás la
pantalla ofreció una historia tan violenta como la de Ruby Gentry, una mujer
tan peligrosa, destructora y mortal como el mismo amor”
Sabedor Vidor del escaso presupuesto
que tenía, supo rodearse bien, para el guion contó con Silvia Richards,
colaboradora de Fritz Lang en Secreto tras la puerta o Encubridora,
la fotografía recayó en Russell Harlan, habitual de Howard Hawks que cuenta en
su haber grandes trabajos como el que hizo con Minnelli en El loco del pelo
rojo o con Wilder en Testigo de cargo y para la dirección artística
contó con Charles D. Hall, el cual trabajó con Chaplin en Luces de la ciudad
o Tiempos modernos.
La precisión de los encuadres,
el ritmo de cada fotograma, la ambientación cuidada y ese clímax final
convierten lo que podía haber sido un culebrón más en una película
extraordinaria no ya solo con la lucha de Ruby contra su amor, sino también en
una visión de la tierra y de la feminidad alejada de la imagen tópica maternal,
estamos ante una mujer de bajo estrato social con pasiones de clase alta en una
Carolina del Sur clasista y llena de fanatismo religioso, este último presente
casi desde el principio hasta el final.
Aunque la película ha tenido
copias muy malas en DVD y en pases televisivos, hay una en Filmin bastante
notable y me reafirmo en que creo que merece este título estar en el canon de las mejores de
Charlton Heston.
El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)
La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...
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