25/10/2023

Centenario de la Disney: La isla del tesoro (1950)

 



El pasado 16 de octubre se cumplieron 100 años desde que los hermanos Walter y Roy Disney fundaran la "Walt Disney Company" y es evidente que tal efeméride merece una revisión de toda su gran obra. La mayoría habla, obviamente, de sus películas de animación y deja algo de lado sus producciones plenamente realistas, especialmente las clásicas. En este blog he hablado, desde que lo creé, de varias de estas, hoy me iré a la primera, la excelente adaptación que se hizo en 1950 de La isla del tesoro.




La idea de adaptar la mítica novela de Robert Louis Stevenson estaba en la mente ya de Walt Disney a finales de los 30 e incluso había pensado en una película animada, las consecuencias de La II Guerra Mundial congelaron el proyecto hasta que en 1949 se volvió a ello, se compraron los derechos de la obra que estaban en manos de la Metro que preparaba también una adaptación. Disney buscó las localizaciones en Inglaterra, concretamente en Bristol, Falmouth y la costa de Cornualles, mientras que los interiores se filmaron en los Denham Studios de Londres.

El reparto sería británico a excepción del actor infantil estadounidense Bobby Driscoll en su papel de Jim Hawkins, su mirada angelical, su rostro conmovedor y expresividad fue uno de los pilares para el éxito del film, así que Walt Disney no lo quiso cambiar cuando las leyes británicas se lo impedían por razones de edad, sus escenas fueron filmadas antes de que la justicia pudiera actuar y el tribunal de apelaciones declaró que Disney había infringido descaradamente la británica. El trabajo de Driscoll, que ese año había sido recompensado con un Oscar honorífico por sus trabajos en Danny (1948) y La ventana (1949), le valió ganar una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, posteriormente fue la voz de Peter Pan (1953) y Walt Disney tenía más proyectos para él, pero el cambio de físico y un caso severo de acné los paralizaron, problemas de salud y de drogadicción acabaron con su vida en 1968, incluso fue enterrado sin saberse quién era.

 

Para el papel de Long John Silver se contrató a Robert Newton, el cual lo borda perfectamente y sería el papel probablemente más recordado de toda su carrera y que repetiría en una secuela del film y en una serie. La interacción entre estos dos actores fue muy alabada y ayudaba a centrarse más en la relación entre los dos personajes, cierta crítica había visto mal que en la anterior versión de Victor Fleming las actuaciones de Jackie Cooper y Wallace Berry fueran concebidas como vehículo de lucimiento, opinión que no comparto



Sí, en cambio, se pude decir que Disney fue más fiel a la novela o a su espíritu, a pesar de varios cambios, entre ellos, el del final. El guion corrió a cargo de Lawrence Edward Watkin, habitual en producciones suyas como Los arqueros del rey (1952), La espada y la rosa (1953) o Darby y el rey de los duendes (1959). Es evidente que de su pluma salían muchas ideas del mismo Walt Disney, entre ellas que abundaran los planos del viaje visto a través de los ojos de Jim. Todo ello se tenía que materializar con un buen director y se contrató a Byron Haskin que aun no tenía una filmografía muy famosa como tal, pero sí en cuanto fotografía y efectos especiales, en 1939 había ganado un Oscar por la primera aplicación práctica en el cine del proyector de fondo de triple cabezal. Sus posteriores películas fueron grandes éxitos de crítica y público: La guerra de los mundos (1953), Su majestad de los Mares del Sur (1954), Cuando ruge la marabunta (1954)…

Haskin imprimió en la película una atmósfera opresiva, algo que gustaba mucho a Walt Disney, recordemos las escenas del bosque de Blancanieves y los siete enanitos, el incendio en Bambi, el fragmento de "La noche en el monte pelado" de Fantasía…La fotografía corrió a cargo de Freddie Young, cuyo nombre ya ha aparecido en anteriores artículos de este blog como uno de los grandes colaboradores de las superproducciones de David Lean, el "Washington Post" publicó en su día que era una de las fotografías en color más hermosas jamás tomadas.



El resultado final gustó mucho a Walt Disney, incluso no quiso aligerar el film, aunque pensó en incluir una secuencia animada, "Reynard, el zorro", contada a Jim por Long John Silver, sobre este personaje quería hacer una película, pero tenia dudas de si el "Código Hays" pondría problemas que le ocasionaran rechazo entre parte de su público, algunos bocetos fueron utilizados posteriormente para su versión animada de Robin Hood .

La novela de Robert Louis Stevenson fue adaptada varias veces en el cine, ya hemos citado la de Victor Fleming brevemente en 1933, posterior a la de Disney hay la dirigida por John Hough con Orson Welles en 1972. También tenemos una producción curiosa que supuso el debut de Fraser C. Heston en la dirección y que recurrió a su padre Charlton Heston para encarnar al famoso pirata y como Jim Hawkins teníamos a un joven Christian Bale. Los teleñecos (Muppets)  tuvieron su versión en 1996 y la Disney en 2002 volvió a recurrir al tema en una extraña versión que cambiaba el mar por el espacio en El planeta del tesoro y que supuso un gran fracaso. Lo cierto es que la influencia de la novela de Stevenson en el tema provocó que cierto estereotipo y que concibiéramos las novelas y las películas de aventuras con islas tropicales desiertas, mapas con una X, marineros con la pata de palo o piratas con loros sobre sus hombros.


17/10/2023

Hasta siempre, Pumares

 

─Sí, buenas noches, ¿dígame?

─Hola Carlos, ¿Qué tal?

─Fatal

─¿Por qué?

─Porque estoy trabajando

Este era uno de los comienzos habituales de las llamadas a Carlos Pumares en el Polvo de estrellas de Antena 3 Radio, programa cinematográfico que amenizó las madrugadas en una primera etapa desde 1982 hasta 1993. Con la entrada del Grupo Prisa a la citada emisora, varias de sus estrellas marcharon, aunque él se quedó dos años más si mal no recuerdo, pero el horario cambió y pasó a emitirse a las 20h y ya no era solo de cine, ahí Pumares dio espacio para la medicina natural, gastronomía, etc. No era tampoco ningún cambio brutal ya que le gustaba hablar de ello a menudo. Por desgracia esa Antena 3 Radio pasó en un año a ser "Sinfo Radio", una emisora solo de música clásica y Pumares se fue a la calle. Encontró ubicación en Radio Voz, emisora gallega cuyo proyecto era emitir para toda España, en Barcelona donde vivía no se escuchaba, así que le perdí la pista en 1994.

A mí me han echado de todos los sitios y me gustaría seguir haciendo radio, pero no me llaman, solo me recuerdan por el Fibergrán”, esta fue una de las cosas que me dijo en la sala 4 del Cine Verdi mientras esperábamos el comienzo de una película que se llamaba La vida sin Sara Amat del "BCN Film Fest", me encantó esos días poder haber hablar con él y le agradecí todo lo que había aprendido, confieso que al principio me dio miedo entablar conversación, soltarle algo que le enfureciera y me enviara a paseo, pero no fue así. Él puso de su parte y empezó diciéndome: “Lo bueno de este festival es que tiene unos horarios decentes, no como en Sitges que tenemos que ir en pijama, aunque ese es el mejor de todos” 

Conviene aquí hacer una parada en el texto y explicar qué es eso del "Fibergrán", a principios del 2000 Pumares pudo volver a hacer radio por la madrugada, fue a Onda Cero y entre película y película volvía con la medicina natural porque “ya ven ustedes los japoneses lo que duran”, en una de las llamadas con el doctor, este recetó a una mujer una medicina que se llamaba así, Fibergrán, la mujer no entendió bien el nombre y Carlos se prestó a ayudarla, el resultado fue este:

Puede que esto contribuyera a que Javier Sardá lo fichase para Crónicas Marcianas, ahí explotó y aumentó al máximo el personaje gruñón muy seguro de tener la razón, los que lo conocíamos no nos chocaba el fondo ya que repetía manías suyas como que la tortilla de patata es “solo de patata, sin cebolla”, recuerdo una vez que abrió el programa de radio diciendo que no le llamaran porque tenía que explicar algo grotesco que le había pasado, con voz serena empieza a contar que pide una tortilla de patata en un hotel, creo que dio el nombre, y que cuando se la sirven resulta que  me han puesto calabacín, qué vergüenza, ese cocinero tendría que ser expulsado” y etc., esta última frase gritando y luego preguntando a los oyentes qué les había parecido ese "atentado culinario".  Uno oyéndole hasta disfrutaba, era la madrugada, por lo que si alguien había sintonizado su programa para abrazarse a Morfeo, quedaba de nuevo desvelado por completo.

Sin embargo, entre esas extravagancias y su buen paladar, siempre repetía que iba a los restaurantes "Hispania" de Arenys de Mar con su habitual descripción inicial que era un lugar donde uno se jugaba la vida por una pirueta que había que hacer en la Nacional II y al "Giorgio" de Segur de Calafell al que le pedía que sirviera meriendas también, estaba el de un hombre culto, un cinéfilo que amaba el cine y que no le importaba decir si tal director venerado no le gustaba. A lo largo de los años ha tenido sus fobias, Hitchcock no era de sus favoritos, se ponía a explicar las chapuzas de sus montajes y a decir que Vértigo era mala porque a Kim Novak no le habían hecho la autopsia, de Woody Allen decía que era un gandul porque no realizaba el plano/contraplano, de Luis Buñuel dijo que El ángel exterminador era una tomadura de pelo “como casi todas las de él”, que Spielberg tenia que ir al psiquiatra porque siempre está poniendo bicicletas, señal que no le comprarían una.... No paraba de repetir que solo los grandes eran los que también hacían malas películas y que una vez le llamó la mujer de Berlanga enfadada porque había criticado Moros y cristianos, aquello le quedaría grabado porque no paró de repetirlo.

“Yo empezaba después de García y este decía al acabar que era ya muy tarde y que tenían que ir a dormir los oyentes, yo me enfadaba, pero es una gran persona”, esta fue otra de las frases que me soltó, añadiendo que cuando acababa, ponían la repetición de Supergarcía y que cuando explotó la Guerra del Golfo, con todas las noticias solo tuvo cinco minutos para poner una canción y dar paso otra vez a García.

"Fatal, fatal"... Así creo que estamos bastantes desde que el pasado 12 de octubre la cuenta de Cinemasmusic comunicara su fallecimiento en el Twitter, hacía un par de años que no sabíamos nada de él y al no acudir al Festival de Sitges el año pasado ya temíamos que su salud estaba mal. Muchos han sido los mensajes de afecto hacia su persona desde este mundo cinéfilo y casi todos se podrían resumir en que supo transmitirnos una afición al cine y aunque se enfadase o cortase la llamada, detrás había un buen tipo tal y como pude corroborar hace 4 años. No olvido aquellos especiales del monolito del 2001, los especiales de Qué bello es vivir (¿Recuerdan la escena cuando en El Crack 2, Alfredo Landa va a ver a Arturo Fernández? Se oye en la radio la voz de Martín Ferrand dando paso a un especial de Nochebuena de Pumares), la reivindicación del cine cómico mudo y sus admirados Stan Laurel y Oliver Hardy, con qué pasión explicaba sus gags…

Creo que sería injusto, aunque ahora me soltaría un grito, recordar que antes de Polvo de estrellas, había escrito varios guiones “espantosos todos ellos”, según él: La casa de las chivas de León Klimovsky, en su día todo un gran éxito de público a partir de la obra de Jaime Salom, Separación matrimonial de Angelino Fons, otra película que dio su dinero y tocando un tema polémico entonces, el estilo más que de dramón mexicano como alguno comentó, era más parecido al francés, con un final poco usual en el cine patrio. Luego vino Una mujer prohibida de José Luis Ruiz Marcos, incursión en el cine negro y El extraño amor de los vampiros otra vez colaborando con Klimovsky aunque en esta ocasión la película apenas tuvo difusión comercial. Para TVE escribió los guiones de El hotel de las mil y una estrellas, algo que años después declaró un gran error. En todos ellos aparecían otros nombres, pero él repetía que quien los había escrito en su totalidad era él. Y seleccionaba la película de La clave de José Luis Balbín.

Y de paso, acabo reivindicando el Polvo de estrellas televisivo del que nadie habla ( a ver si en Antena 3 TV pudieran poner un archivo para poder consultarlos) ahí daba paso a varias películas y entre ellas ofrecía entrevistas, información cinematográfica, etc. La cadena privada no gozaba de un gran catálogo de títulos por lo que la elección resultaba dificultosa. Si no recuerdo mal, una de las primeras que emitió fue El ladrón de Bagdad y La Kermese heroica curiosamente emitida en VOSE. Aquello no duró mucho y dejó de presentarlo tras unos meses, hasta apagaba el cigarro delante de todos, así era él, sincero, provocador, culto y buen tipo, pero ante todo un crítico cinematográfico que además era cinéfilo, pocos quedan que reúnan las dos condiciones.

11/10/2023

El sur (1983) inacabado de Víctor Erice

 


La última y maravillosa película de Víctor Erice aparte de traer serenidad al cine actual tan necesitado de esta, también ha despertado la curiosidad de varias generaciones que no les sonaba para nada su nombre. La última película suya databa de 1992, han pasado nada menos que 31 años para poder ver una nueva obra suya en pantalla grande. La crítica no ha reaccionado de manera tan uniforme como en aquellas únicas tres obras que nos brindó. Esta vez ha habido de todo, desde decir que es una obra maestra o un sopor inaguantable, pero lo que llamaba la atención en alguna era cierta desmitificación de su figura al exponer que más bien solo había realizado una película de verdad, su ópera prima El espíritu de la colmena, ya que El sur era una obra inacabada y El sol del membrillo un documental.



El estreno de Cerrar los ojos ha traído consigo la reposición de sus dos primeras películas en algunas ciudades, no así de El sol del membrillo que a pesar de contar con una nueva copia digital en 4K realizada por la Filmoteca de Catalunya en el 2017, no podemos disfrutar de ella comprando el Blu-Ray o DVD correspondiente o viéndola por televisión, misterios sin resolver y por desgracia habituales ya… Mientras hacía cola en el cine (sí, he escrito bien…) me comentaba una persona que había visto por primera vez El sur y que se había aburrido “porque era muy lenta”, me lo repitió más de una vez, le dije que estaba inacabada y si tenía conocimiento de ello, la respuesta fue negativa, me reiteró que esperaba que esta fuera más divertida porque estaba rodada en Granada…Me vinieron a la cabeza unas palabras del propio Erice en las que comentaba que las películas una vez realizadas ya no son del director, sino de la gente.

El sur es de 1983, 10 años después de su ópera prima, el director admitía no saber contestar a la eterna pregunta de tal tardanza: “He hecho El sur forzándome a mí mismo, un poco para poder comprender por qué he tardado diez años en hacer una segunda película” (Presència, mayo 1983). Su vuelta al cine por desgracia fue frustrante ya que es una película tal como él decía “inacabada como relato cinematográfico”, aunque tuviera la crítica a su favor. 


 

 


Ángel Fernández Santos con el que escribió el guion de El espíritu de la colmena y que estuvo un tiempo también trabajando en este, contaba lo siguiente: “la historia que Erice manejaba, era el resultado del encuentro de otras dos. Una, que transcurría en una ciudad castellana, procedía de un relato ideado por Adelaida García Morales, su mujer. La otra era de cosecha propia de Erice, parte de una saga familiar andaluza en la que años antes había trabajado. El encuentro entre las dos historias se había producido de una manera natural y creaba algunas dificultades de síntesis, pero no insalvables. Erice la salvó durante el pasado verano y el guion quedó terminado a finales de julio (…) hoy supe después por los periódicos que el rodaje se había interrumpido semanas antes de lo previsto, dejándose sin filmar la parte específicamente sureña del relato (…) (El País, 9-V-83). Así pues, un guion que estaba en torno a las 1000 páginas se redujo a unas 500.

La decisión de tal supresión fue del productor Elías Querejeta que le había financiado su primera obra, a lo largo de los años eludió el tema cuando se le preguntaba: “El sur es un filme acabado que hay que contemplar tal como es. Si el rodaje se suspendió o no, es algo marginal a la propia existencia del filme” (El Periódico, 28-V-83). Erice tampoco fue muy proclive a hablar del tema: “El rodaje fue detenido, en definitiva, yo lo he aceptado, esto, aunque no me pueda solidarizar con todas y cada una de las secuencias que el hecho comporta, a pesar de comprender algunos de los motivos (…). Yo soy consciente que el cine es un proceso industrial y lo asumo con todas las consecuencias (…) lucharé, si puedo, para completar esta historia (…). En cuanto los motivos que el rodaje no continuara, no quisiera entrar, no quiero polemizar ya que el productor no está presente aquí y respeto absolutamente su opinión.”

La relación entre los dos se enfrió, eran amigos, pero siguieron respetándose, quizá porque cada uno sabía de sobras cómo funciona el cine, sin Querejeta no hubiera habido El espíritu de la colmena y tal vez ni estaría hablando hoy de Erice porque lo mismo ni hubiera podido rodar nada. Cuando la productora dio la orden de la suspensión, todo el equipo estaba ya preparado para partir hacia Carmona (Sevilla). El director sabía hasta la hora del tren, y los actores, entre los que se encontraba Fernando Fernán Gómez, estaban todos contratados. Tanto director como productor hicieron público un documento firmado por ambos, donde se hablaba de la suspensión del rodaje, pero en el que se consideraba también la posibilidad de reanudar la película hasta completar el proyecto original.

Sin embargo, se produjo otro hecho que no gustó a Erice, Querejeta quiso llevarla al Festival de Cannes y el montaje se tuvo que apresurar, Erice comentaba que no era partidario de llevarla: “hemos tenido que acabar la película demasiado rápido, acelerar las mezclas de sonido. De aquí que el trabajo de la música no haya sido tan cuidado como hubiese deseado” Su pase por Cannes no fue del todo afortunado como se preveía, ya que se proyectó en la jornada postrera y pasó casi desapercibido. Al día siguiente se estrenó en Madrid con gran entusiasmo de la crítica, sin apenas objeciones a por qué no se había acabado. Un total de 437.581 espectadores la vieron durante los meses que estuvo en cartel, una cifra algo anodina e inferior a los 534.362 de El espíritu de la colmena.


Desde entonces, en cada visionado de El sur, para los que sabíamos los entresijos de la producción, nos imaginábamos qué hubiera podido ser, en algunos programas como Qué grande es el cine en 1996, Juan Cobos y Miguel Marías que habían conversado con Erice de esa parte no rodada, hablaban de un gran festival de colorido, del personaje aventurero que encarnaría Fernán-Gómez y un tono que probablemente incluso hiciera cambiar la imagen de Erice de director frío, casi nórdico. Se remarcaba que el director no quería hablar del tema y eso lo dijo con la condición de tener el magnetofón cerrado.(Pueden verlo en el siguiente vídeo al final del párrafo, a partir del minuto 43:22, se desvelan partes de la película por si no la han visto). 



Quedan muchas preguntas ya sin respuesta y varias contradicciones, como que Erice ya sabía que no habría continuación cuando montó la película. Y cuando uno ve El sur ha de verla por lo que hay, tal como decía Querejeta: “Ni una película ni un poema han de medirse por lo que sucedió durante la creación”.

En todo caso, ese qué pudo ser ya casi forma parte de la mitología de El sur, incluso viendo Cerrar los ojos uno se puede preguntar si ahí había algo del guion frustrado, como lo hay de El embrujo de Shanghai que no pudo realizar con el guion hecho. La historia del cine está llena de finales cambiados o montajes alterados (piensen en Orson Welles con El cuarto mandamiento, Sam Peckinpah con Mayor Dundee, Billy Wilder con La vida privada de Sherlock Holmes…), así que imaginémonos, si acaso, en palabras de Erice ese final “con acento romántico en su búsqueda incesante, siempre hacia el sur, cada vez hacia el sur, hacia los misteriosos y sabios Mares del Sur de Robert Louis Stevenson


05/10/2023

Centenario de Charlton Heston: Pasión bajo la niebla (1952)

 


Un 4 de octubre de 1923 nacía en Evanston (Illinois) John Charles Carter, bautizado por el séptimo arte como Charlton Heston. Probablemente sea uno de los actores más carismáticos de la historia cuya fama y filmografía fue y sigue siendo compartida por varias generaciones. En los últimos años de su vida se le criticó su pertinencia a la "Asociación del Rifle", la cual llegó a presidir. Cierta crítica cinematográfica lo marginó (prueba de ello es que apenas hemos podido revisar en las dos filmotecas más importantes de España una de sus películas para tal efeméride, esperemos que programen algo en los próximos meses…). Cierta amnesia “voluntaria” de algunos olvida su lucha contra el “apartheid” o su apoyo a directores sin medios para que pudieran acabar sus obras, casos de Orson Welles (Sed de Mal) o Sam Peckinpah (Mayor Dundee)


Precisamente, muchas de las películas del actor convendría verlas en pantalla grande, imagínense Los diez mandamientos, Ben-Hur, El Cid, 55 días en Pekín, El señor de la guerra, El planeta de los simios… Alejándonos de las Filmotecas, una de ellas ya hizo la misma jugada cuando la gran Olivia de Havilland cumplió los cien y encima estaba viva, sí que el actor ha tenido reconocimiento a través de libros (El universo de Charlton Heston de Notorius Ediciones o Charlton Heston, un héroe para la eternidad de Fernando Alonso Barahona y Juanma de la Poza. Por la red en el portal Decine21 se votó cuál era la mejor de él. La elegida fue Sed de mal, seguida muy de cerca por El planeta de los simios y Ben-Hur.  

Al no ser muy amante de las votaciones, ni de establecer un “top ten”, he pensado en recurrir a alguno de sus filmes no tan famosos, pero a la misma altura. Pensé en El señor de la guerra, El más valiente entre mil, Cuando el destino nos alcance…Pero al final, opté por Ruby Gentry, aquí titulada vulgarmente como Pasión bajo la niebla de King Vidor. Es del año 1952, el mismo en que el actor consiguió su primer y sonado éxito gracias a Cecil B-DeMille y su esplendida El mayor espectáculo del mundo. El actor se iba afianzado en la taquilla gracias a westerns o películas de aventuras de serie B para la Paramount como Hoguera de odios o El secreto de los incas, pero le faltaban papeles en que pudiera desarrollar más su talento y tal oportunidad no la desaprovechó.


Pasión bajo la niebla está ambientada en Carolina del Norte, ahí Ruby (Jennifer Jones) interpreta a una joven campesina de fuerte temperamento, la cual está enamorada de Tackman (Charlton Heston), un hombre que se va a casar con la hija de un rico hacendado. Por despecho, se casa con Gentry (Karl Malden), el hombre más poderoso de la comarca. Pero el matrimonio no será bien visto. El argumento bien podría ser tildado de folletín si no fuera por el oficio del director, que siempre le encantó mostrar al individuo frente a la sociedad, en este caso centrada en la figura femenina y la marginación que sufre. Más de un crítico la comparó con su anterior Duelo al sol, casi como una especie de borrador sin tener la producción de Selznick incordiando, aunque eso es relativo ya que al tener a su esposa también aquí, debió aguantar algún que otro “consejo”.

La sensualidad que despliega el filme no sería la misma sin Heston, el cual borda un personaje con garra, pasional y frío a la vez, desborda un erotismo que luego recuperaría en Cuando ruge la marabunta. Es de sus mejores actuaciones, y paradójicamente no suele nombrarse en estos cánones que tanto gustan hoy en día, claro que tampoco aparece entre las más famosas de Vidor o de Jennifer Jones (el propio actor recordaba en sus memorias que ella jamás se maquilló en esta película). Son de esos magníficos filmes que quizá por ciertas temáticas no tuvieron en su día la distribución adecuada y que a los cinéfilos nos toca reivindicar. En nuestro país fue censurada, incluso había un título propuesto: La indómita. Pero los censores pensarían que sería algo peligrosa para ciertas almas y se tuvo que esperar una década, los carteles de la época la promocionaban así: “Jamás la pantalla ofreció una historia tan violenta como la de Ruby Gentry, una mujer tan peligrosa, destructora y mortal como el mismo amor”

Sabedor Vidor del escaso presupuesto que tenía, supo rodearse bien, para el guion contó con Silvia Richards, colaboradora de Fritz Lang en Secreto tras la puerta o Encubridora, la fotografía recayó en Russell Harlan, habitual de Howard Hawks que cuenta en su haber grandes trabajos como el que hizo con Minnelli en El loco del pelo rojo o con Wilder en Testigo de cargo y para la dirección artística contó con Charles D. Hall, el cual trabajó con Chaplin en Luces de la ciudad o Tiempos modernos.

La precisión de los encuadres, el ritmo de cada fotograma, la ambientación cuidada y ese clímax final convierten lo que podía haber sido un culebrón más en una película extraordinaria no ya solo con la lucha de Ruby contra su amor, sino también en una visión de la tierra y de la feminidad alejada de la imagen tópica maternal, estamos ante una mujer de bajo estrato social con pasiones de clase alta en una Carolina del Sur clasista y llena de fanatismo religioso, este último presente casi desde el principio hasta el final.

Aunque la película ha tenido copias muy malas en DVD y en pases televisivos, hay una en Filmin bastante notable y me reafirmo en que creo que merece este título estar en el canon de las mejores de Charlton Heston.

El reportero (Michelangelo Antonioni, 1975)

La figura del director Michelangelo Antonioni con el tiempo ha sufrido evoluciones que van desde quienes lo consideran todo un genio del sé...