La habitación verde: Truffaut inmortal

Aprovecho estos días en que se celebra la solemnidad de Todos los Santos y de los fieles difuntos, días de visitar cementerios y recordar a seres queridos fallecidos para hablar de una película que trata el tema de la muerte. Hablo de La habitación verde, un Truffaut ya de su última etapa que en su día fue un fracaso comercial y dividió a la crítica. Adaptaba tres relatos de Henry James: “El altar de los muertos”, "Los amigos de los amigos" y "La bestia en la jungla", cabe apuntar que el novelista norteamericano, hasta su fallecimiento en 1916, había permanecido fiel al recuerdo de su amada muerta. Los relatos de James se articulan sobre la pregunta de si hay que olvidar a los muertos o permanecer ligados a ellos con sentimientos tan violentos como los que nos unen a los vivientes.

Truffaut quería mostrar en la pantalla a un hombre que se niega a olvidarlos, ¿por qué no tener el mismo rango de sentimientos por ellos que por los vivos, la misma relación agresiva o afectiva? Según él, esta película no es el culto a la muerte, sino una extensión del amor por las personas que hemos conocido y que ya no están vivas, y la idea de que tienen una permanencia: “Si hay algo que no puedo resistir es el olvido, se quiere a una persona, luego muere y se la olvida.Yo me resisto ante las presiones de la actualidad que nos devora. El personaje de mi película, que interpretó yo mismo es un caso especial (…)No se puede decir que sea un ser normal, pero ¿la pasión es normal?" 

 

Se le preguntó si La habitación verde era una película fantástica e irreal a lo que contestó que sería difícil responder con una afirmación ya que nada más real para el ser viviente que la muerte. Truffaut cuidó mucho la ambientación de la película, homenajeó también a sus muertos poniendo fotos de ellos en la capilla, especial mención merece la figura del músico Maurice Jaubert que es la que utiliza en el filme. Para la fotografía contó con el fotógrafo Néstor Almendros cuya luz de las velas transfería una excelente atmósfera poética (cuando la vean por televisión intenten tener poca luz para captar el ambiente). Almendros dice en su libro de memorias Días de una cámara que pesé a la seriedad de su tema, esta película se hizo con alegría porque el director amaba profundamente el cine y eso se transmitía al equipo. 

 

 Cada vez que veo La habitación verde pienso en si Truffaut presentía una muerte cercana que le visitaría al cabo de 6 años con solo 52 años. El tema siempre ha estado muy presente en la mayoría de sus películas, en ellas hemos visto desde muertes súbitas, asesinatos, muertes por accidente, hasta muertes como excusa, recuerden Los 400 golpes… Truffaut quiso desde un principio ser el protagonista de la película porque creo que algo tiene el personaje en ciertos pasajes de su vida y en muertes que él sintió profundamente como la de André Bazin o Françoise Dorléac. Seguramente él tendría un pensamiento más cercano al de la protagonista, pero en el fondo hay una conjunción entre ellos dos, una mezcla de Eros y Thanatos. El personaje reniega de la religión, recuerden la escena primera y el diálogo que tiene con el cura, sin embargo hay una atracción hacia esta como lo pudiera haber en la vida real, creando un catolicismo a su manera, de hecho cuando va a pedir el permiso para utilizar la capilla del cementerio y le preguntan si es católico él no dice "no", sino que expone sus ideas.

Uno de los momentos más bellos de la película es el símil que hace cuando está viendo las velas y se oye el ruido de la guerra con sus muertos como si salieran de estas, al principio de la película enfoca en los créditos, con su rostro en primer plano perdido difuminado, imágenes de la contienda. No es mi intención aquí analizar las escenas de la película, no quiero destriparla para quien no la haya visto, pero hay un momento en que él encarga un maniquí de su esposa y lo hace destrozar porque se da cuenta de que es imposible que los personajes vuelvan en vida, se siente horrorizado cuando lo ve, ahí hay una de las claves.

Recomiendo vivamente el visionado, podrán sacar varias lecturas como pasa en todo gran filme, y recordar a ese director que no solo hizo una serie de grandes películas, sino un cinéfilo que nos enseñó a amar el cine y pesé a casi ya cuatro décadas de su fallecimiento, su vela sigue encendida en cada visionado de su cine porque siempre tiene y seguirá teniendo algo que decirnos en cada uno de sus fotogramas. 

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