Un López Vázquez con un humor muy negro: Black Story (La historia negra de Peter P. Peter)

 

Este 11 de marzo José Luis López Vázquez hubiese cumplido cien años y como suele ocurrir, los centenarios nos sirven para repasar sus carreras, en el caso de mi blog no me ha hecho falta esperar a tal efeméride pues ya en alguna ocasión he escrito sobre él, y en interpretaciones de las que no se suelen hablar, como aquel magnífico Gaudí en aquel mediometraje maldito. (Véase clicando aquí )

Inició su carrera en el teatro amateur en 1939, y además de interpretar, trabajaba la escenografía. 7 años más tarde ya debutaría como actor profesional en el Teatro María Guerrero con obras como El anticuario o La dama boba. En el cine comenzó siendo diseñador de vestuario, colaborando con grandes como Rafael Gil y seguiría en el teatro en las compañías de Conchita Montes y de Alberto Closas, al que siempre recordaba con agradecimiento por confiar en él.


Sus papeles cinematográficos más populares vinieron en los 60: El cochecito (1960), Plácido (1961), Atraco a las tres (1962), El verdugo (1963)…Se ganó el afecto tanto de público como de crítica, combinaba todo tipo de papeles y de producciones, seguramente en más de un sitio se le recuerde únicamente por su etapa seria con directores como Carlos Saura, Jaime de Armiñán, Pedro Olea, Manuel Gutiérrez Aragón... En cambio, sus comedias no sean muy nombradas o directamente marginadas. En este segundo grupo tendríamos sus películas con Gracita Morales, en su día grandes éxitos, su papel de padrino en La gran familia o sus numerosas colaboraciones con Pedro Lazaga.

Precisamente de este último bloque he querido rescatar para que mi artículo no sea solo un repaso por su carrera cinematográfica en la que hallar datos fácilmente a la vista en otros medios. Es por eso por lo que me voy a 1971 y al filme Black Story (La historia negra de Peter P. Peter) dirigida por Pedro Lazaga.

En el programa A fondo de Joaquín Soler Serrano en una entrevista al actor, este lamentaba del tipo de humor en España que tildaba de sarcástico, socarrón, tenebroso y añadía que es un país que, aunque se piense lo contrario, carece de sentido de este, lamentaba no poder haber ahondado en el humor inglés, negro…  La película que traigo esta semana bien se podría englobar en el tipo que él quería, va bastante más allá de lo que eran los argumentos de las denominadas, muchas veces injustamente, españoladas.

En ella el actor interpreta a un escritor que comienza a imaginarse las situaciones que escribe como aquel Walter Mitty, salvo que escribe novela negra y está harto de que su mujer le esté engañando con un hippy, él a la vez está enamorado de su secretaria. Tanto él como su mujer se odian y planean eliminarse, aunque las cosas no saldrán como se esperan…

Primero de todo, hay que decir que desde el primer minuto hasta el último la película es una broma y como tal hay que verla, el humor negro y más en los tiempos actuales no suele gustar a según qué sensibilidades, sin embargo es sorprendente cuando estos argumentos aparecen en películas serias de intriga y nadie pone el grito en el cielo.

La segunda cuestión es la de analizar bien la crítica que detrás de esta broma hay, ridiculiza tanto al hombre como a la mujer, burló la censura hábilmente, pues es una crítica a la supuesta fidelidad del matrimonio por lo que también nos vendrá a la mente, aunque ahí se aborda de otra manera y con otros esquemas, esa gran comedia de Richard Quine maltratada por sus desconocedores que la critican solo al leer el título en vez de verla toda y que se llamaba: ¿Cómo matar a la propia esposa?

Hay toda una serie de frases geniales como cuando él pregunta a su amigo: "¿Soy anormal?" Y le contesta: “Soportas como puedes el matrimonio, eres normal”. La mujer de él interpretada magníficamente por Analía Gadé se llama Beatriz , tanto ella como él son viudos y se conocen riendo en el cementerio mientras van a ver las tumbas de sus respectivas parejas en una escena que retrata la filosofía del tema. Piensen que estamos en 1971 y mostrar estas imágenes no era nada fácil, no se admitía reírse de algo como la muerte y mucho menos de los muertos. Por ejemplo, en una película que nada tiene que ver con esta dirigida por Clint Eastwood y que se titulaba Infierno de cobardes de 1973 se tuvo que añadir una frase en el doblaje para que la censura diese su visto bueno sobre el tema.

La escena de cama que se nos presenta no es la típica que podríamos esperar, tanto ella como él dicen que se quieren mientras cada uno está pensando en sus ligues, ella con un hippy interpretado por Manuel de Blas y él con su secretaria interpretada por una Paca Gabaldón de cuando era Mary Francis. Hay dos personajes secundarios que nutren la historia, una es la tía de ella, genial Mari Carmen Prendes también como escritora de tercera de novelas de intriga que tiene un odio hacia los hombres que los lleva a matar en casi todas sus novelas, magnifica cuando recuerda sus estadísticas, y otro es el amigo de él, un Rafael Alonso como psiquiatra.

El humor y más hacia la mitad se vuelve más negro, incluso roza el surrealismo y llega a parodiar el cine de terror, se produce una curiosa disyuntiva entre lo real y lo imaginado, el argumento juega mucho con esto y también usa mucho el slapstick con situaciones delirantes que provocarán carcajadas, sin querer desvelar nada, es genial cómo acaba el personaje.

Ýa aviso de que la película tiene sus imperfecciones, aunque tampoco pretende ser una joya de coleccionista. Lazaga en 1971 dirigió nada menos que 5 películas, de ahí que en más de una ocasión los montajes o ciertas tomas fueran algo descuidados debido a las exigencias de poder estrenarla a tiempo, ello en parte contribuyó a que no fuese reconocido como uno de los grandes, a pesar de que mereció mucho más, pues mérito tiene rodar tantas películas, tener éxito y en más de una llegar al notable como es el caso. Gran cinéfilo, aquí se permite homenajear más de una película, para ello cuenta con el guion de Santiago Moncada que combinaba por entonces comedias con películas de terror italianas, y del que hablé en este blog cuando me referí a la biografía de San Juan de Dios dirigida por Miguel Picazo (ver aquí).

La película no es fácil de hallarla, aunque hace algunos años si se emitía bastante, en las plataformas no me ha parecido verla y al ser políticamente incorrecta no creo que la pasen  por televisión. En DVD sí se editó por Filmax y aun la podrían encontrar, aunque ya son las últimas unidades, o sea que si la encuentran no lo duden y denle una oportunidad.

En fin, que he querido rendir homenaje a un grande como José Luis López Vázquez, que aquí también cantaba, y en uno de sus papeles en los que de bien seguro se encontró cómodo. Lástima que quizá sea cierto lo que decía en la entrevista y seamos un país sin humor o de mal humor, de ahí que Black Story solo la recordemos cuatro gatos.

 

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