Romeo y Julieta de Zeffirelli
Hay películas por las que uno siente un cariño especial, una es este Romeo y Julieta de 1968 dirigida por Franco Zeffirelli. Llegué a ella hace ya mucho tiempo a través de su banda sonora compuesta por Nino Rota, su tema de amor sonaba entonces mucho por la radio, hubo múltiples versiones instrumentales, una de ellas de Henry Mancini. Esas notas renacentistas con esos instrumentos de la época conseguían atraerte a la historia de la música y coger ventaja cuando nos la enseñaban de aquella manera en el Bachillerato.
Zeffirelli que fue ayudante de Visconti y un reputado director de ópera, tuvo una filmografía algo irregular. Tras rodar esta, sufrió un grave accidente por la que estuvo apartado detrás de las cámaras varios años, su regreso al cine fue con aquel Hermano sol, hermana Luna que muchos no toleraron bien ya que tenía un una estética hippie y un mensaje ecologista que curiosamente la crítica de izquierda fue la que cargó más contra esta, aunque en el aspecto religioso, los sectores más progresistas la vieron con buenos ojos.
Posteriormente cosechó un gran éxito con la serie sobre Jesús de Nazaret y que en cine se estrenó en una versión abreviada. Esta película también le llevó a ser detestado por otros que veían una película reaccionaria en contra de aquel Jesús que dirigiera Pasolini. El director buscó luego comercialidad dirigiendo un remake de El campeón de King Vidor, se la etiquetó como la película más lacrimógena de la historia, luego siguió En Estados Unidos rodando un drama adolescente titulado Amor sin fin que tuvo su éxito por la canción y que supuso el debut de Tom Cruise en un brevísimo papel, la película explotaba la entonces belleza y fama de la hoy olvidadísima Brooke Shields.
El
director se fue alejando del cine y rodó óperas y no volvió al cine hasta 1988
con El joven Toscanini, en 1990 se atrevió con una versión de Hamlet
interpretada por Mel Gibson, la cual creo que no se trató muy bien en gran
parte por culpa de la consideración hacia el actor, posteriormente sus
películas no tuvieron el eco pretendido, ahí hay una versión de Jane Eyre
interesante con el recientemente fallecido William Hurt, alguna producción para
revisar cómo Té con Mussolini o aquella Callas Forever y poco más. En la web de Televisión Española hay una interesante
entrevista que le hizo Joaquín Soler Serrano en el A fondo
Vuelvo a su Romeo y Julieta, de esas películas que si un día
me pidieran una lista de títulos por las que pasé a ser un cinéfilo la pondría.
A muchos nos sigue ocurriendo que cuando
comentamos con alguien que escribimos de cine nos toman por vulgares, como si
estuviéramos hablando de ir a tomar tapas o jugar con la consola, esto ocurre básicamente
por la ignorancia que hay hoy en día respecto al séptimo arte y es que una cosa
es cine y otra ver películas. El cine estaba llamado, y perdonen que use el
pretérito, a ser la suma de las artes, de la música, la pintura, la literatura,
la fotografía, el teatro, etcétera. Precisamente este Romeo y Julieta es la
suma de todos estos componentes, la primera vez que la vi senti una afición
indescriptible hacia lo que podía ser el cine, entonces no sabía mucho del
mundo del celuloide, en el colegio no se nos enseñaba ni de aquella manera…
Creo que no hace falta ya decir, eso espero, que se trata de una adaptación del inmortal de William Shakespeare y coincidiendo que este 23 de abril falleció, he pensado que hoy podía rescatar esta película. Como también ya sabréis, ha habido otras adaptaciones, la más famosa entonces fue la que dirigiera a George Cukor en 1936 con un imposible Leslie Howard que contaba con 43 años y Norma Shearer con 34. La versión de Zeffirelli destacaba por sus dos intérpretes jóvenes, en el momento del estreno se publicitó con la frase de “la película de la juventud”, además estábamos en 1968 por lo que adquirió otras connotaciones que aumentaron la taquilla.
No tenían ni 20 años los enamorados, ella era Olivia Hussey cuya carrera posterior contó con algún título de éxito aunque de secundaria y luego básicamente para
televisión. Él era Leonard Withing que había trabajado en alguna
producción Disney adolescente y que en teatro protagonizó el musical Oliver. Su carrera fue peor que la de ella, aunque al
año siguiente logró también cierta fama haciendo un papel de Casanova de la mano
de Luigi Comencini pero sus posteriores títulos en cine que pretendían convertirlo en galán fueron flojos y se dedicó al teatro. Pero no cabe duda de que fueron unos excelentes Romeo y Julieta y demostraban ya una madurez unida a la inocencia de sus edades, hubo problemas para mostrarles desnudos con la censura al ser menores de edad.
Pero aparte de la elección juvenil de los actores hay otra característica, no es teatro filmado, ni siquiera tiene una puesta en escena así, es un excelente
escenario de cine. Grandes secuencias como el entierro de ella o la secuencia
del balcón son imposibles de olvidar, los duelos entre Montescos y Capuletos,
aquí son vistos como peleas callejeras entre burgueses del siglo XV, el vestuario es vistoso y la fotografía de Pascuale de Santis. excelente.
Tanto gustó que incluso Lawrence Olivier puso la voz en off, véanla y la comentamos.
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