La película con Jacques Perrin que la mayoría de medios no "buscó" en el "corte y pega"

 


El pasado jueves fallecía el actor Jacques Perrin, el cual casi todos lo recordarán por su papel en Cinema Paradiso. La mayoría de los medios pusieron que era un actor famoso sobre todo por esta y Los chicos del coro, otros citaron sus comienzos con Valerio Zurlini y La chica con la maleta y Crónica familiar. La mayoría aplicó lo del corte y pega y poca información ofrecieron y más lamentable fue en nuestros medios, salvo contadas excepciones como el programa "Días de cine". 

Subrayo esto porque  el actor intervino en una de las producciones patrias más importantes de aquellos 60 y que se llamaba La busca, adaptación de la novela de Pío Baroja, el film dirigido por Angelino Fons era de los títulos clave de aquel nuevo cine español que tanto decían que tenía que pulir.

Pío Baroja

Perrin ofrecía una gran actuación, se metía muy de lleno en el papel de ese chico inocente e ingenuo que no encontraba lugar en la vida, ni en ese Madrid qué tanto prometía. Baroja situó la novela dentro de la trilogía de "La lucha por la vida", a esta seguían Mala hierba (1904) y Aurora roja (1905). Había aparecido por entregas en el diario "El globo" y la situaba hacia finales del siglo XIX y comienzos del XX. 

El texto no era fácil de llevar al cine debido a las constantes del autor, como solía ser el desorden temporal, por lo que Angelino Fons elaboró un guion junto a Juan Césarabea, Flora Prieto y Nino Quevedo. Es probable que más de un lector joven no les suene de nada el nombre del director, él también tuvo su "busca" particular y el mundo del cine no le ofreció lo que él pensaba en un principio, los fracasos de sus películas más serias le obligaron a filmar productos comerciales  como El Cid cabreador en 1983, creo que por eso su obra no está lo suficientemente reconocida. Aparte de esta adaptación es recomendable la que hizo de Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós, quizá arrinconada por la serie de televisión posterior, particularmente la Marianela que realizó en 1972 me gusta, pero cierta crítica no perdonó que la protagonizara Rocío Dúrcal .

La busca en su versión cinematográfica tiene un ingrediente añadido y es ver ese Madrid que acabó barrido por la M 30, es pues un documental de unas calles y lugares que ya no existen, en ningún momento veremos el Madrid de los Austrias, ni nada turístico, era pues una decisión arriesgada llevar al cine tal novela, Nino Quevedo, al que he mencionado antes, se encargó de producirla, como hiciera dos años antes con La Tía Tula, por cierto entre su filmografía cuenta con otra película en la que interviene el actor: Goya historia de una sociedad de 1971.


En el Festival de Venecia, el actor se llevó el premio a la mejor actuación que compartió también con la que ofreció en Un hombre dividido dirigida por Vittorio de Seta  (no confundir con De Sica). A pesar de que en la película de Fons el actor estaba doblado por José Luis Yzaguirre, no por ello hay que menospreciar otros rasgos interpretativos como las miradas, gestos, etc. Toda esa comunicación no verbal que un buen actor ofrece y en este caso el papel le venía como anillo al dedo. 

Lamentable que diarios de nuestro país y ciertos críticos olviden nuestra filmografía, la película se
puede visionar a través de la plataforma de Flixolé y la recomiendo abiertamente, aunque ya les avisó que no es fácil, su dureza y pesimismo no solían ser las características habituales en nuestro cine patrio que en más de una ocasión tenían que disimular endulzando la historia. Aquí no es el caso, la ambientación en otra época permitió pasar el filtro de la censura, aunque era evidente que lo que estábamos viendo era la época en que se rodaba o al menos pocos años antes.

Con estas líneas he querido homenajear a un actor, pero también a ese cine tan olvidado nuestro y el recordar a Pío Baroja, el cual a pesar de su afición al cine solo se llevaron al cine Zalacaín el aventurero en dos ocasiones (Francisco Camacho en 1929 y Juan de Orduña en 1955), Las inquietudes de Shanti Andia (1947) por Arturo Ruiz Castillo y la que estoy comentando.

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