La noche oscura: La actuación mística de Juan Diego
El pasado jueves fallecía Juan Diego, sin ánimo de que este blog se convierta en un obituario semanal, vamos a dedicarle un pequeño homenaje y para eso he escogido la película La noche oscura (1989) de Carlos Saura. Juan Diego era inquieto y observador, siempre buscó hacer cosas distintas, él decía que “mi sistema es hacerlo mal, siempre a contracorriente y así a lo mejor sorprendes”. Saura a finales de los años 80 lo convirtió en San Juan de la Cruz, el actor comentaba: “es muy cómodo trabajar con Saura porque es uno de esos directores donde la posible estupidez no es rechazada de inmediato, me gusta la dimensión mágica que tiene La noche oscura, creo que desde la miseria hemos hecho una especie de metafísica de la basura”
Carlos Saura |
Juan Diego |
La película se centra durante el tiempo en que San Juan de
la Cruz permaneció encarcelado, en concreto nueve meses en una cárcel de Toledo
a causa de la rivalidad que existía entre los carmelitas calzados y los
descalzos, estos últimos secuestraron a San Juan y después de un juicio
sumarísimo, fue trasladado a una celda en el mes de diciembre. Solo la
abandonaba los viernes, le daban una paliza y lo volvían a encerrar, comía solo
sardinas y pan. Saura remarcaba que nunca hubiera podido sobrevivir si no llega
a establecer comunicación con Dios, que “le iluminó y dictó sus poemas”.
En sus noventa esquemáticos minutos explora el
pensamiento profundo de este Santo y más allá de sus escritos, vemos cómo
soñaba, trataba sus tentaciones, sus recuerdos, las apariciones y milagros,
visiones horrorosas, imágenes de luz súbita, espíritus nauseabundos… A pesar de
que no será fácil para ciertos espectadores seguirla en su totalidad y menos
comprenderla, es una película que despierta cierta atracción, en parte gracias
a la utilización de su fotografía, la cual consigue un contraste bello entre la
luz que lo va iluminando y la oscuridad del monasterio con los rayos que entran
y la sensación de poder captar lo que hay fuera sin verlo. Por contra, hay otros momentos algo controvertidos, como el de las tentaciones y la aparición del diablo
que no acaban de ser bien resueltos y entorpecen el ritmo.
En su breve reparto contamos también con Fernando Guillén, Manuel de Blas, Fermí Rexach, Julie Delpy, etc. El equipo fue el habitual. entre ellos el director de fotografía Teo Escamilla. Andrés Vicente Gómez fue el productor.
Saura dice que lo más atractivo de la vida de San Juan no es
la parte pragmática de su labor organizativa, la fundación de nuevos conventos,
ni tampoco, sorprendentemente, su obra, sino lo que sucedió en aquellos nueve
meses encerrado en ese agujero inmundo y viéndose como un mensajero que escribe
al dictado, “una especie de intermediario entre Dios y la tierra, esta idea de
que el autor no es el autor, sino un autor soberano por usar una expresión
calderoniana, me parece una de las cosas más apasionantes de este personaje”
A pesar de las contradicciones que puede haber por parte de algunas declaraciones del propio director, tiempo después
matizó el tema sobre si la película era mística y él lo resumía de esta manera
quedando aún más ambiguo el tema: : “no es una película sobre el misticismo, al
menos considerado éste en el sentido religioso. Digo esto porque coma a mi
juicio, hay un misticismo laico, y éste sí puede estar en la película, pero no
el otro. En La noche oscura pretendo acercarme al proceso interior de la
creación poética de Juan de la Cruz que es un poeta tan excelso que cuatro
siglos después sigue siendo leído en Europa. Cuando se está produciendo un
esfuerzo general de búsqueda de nuestra identidad, volver la mirada hacia un
poeta como éste no significa refugiarse en el pasado y retroceder a temas
antiguos.”
Revisemos pues La noche oscura que a pesar de sus defectos y
ambigüedades, probablemente en cada visionado hallemos algo y no siempre insertado en el plan inicial de Saura, las grandes películas están llenas de
diferentes lecturas y sea este un misticismo religioso o laico, o tal vez los dos sean el mismo, nos puede
hacer descubrir aspectos que desconocíamos de la misma manera que le pasó a
Juan Diego metiéndose en el personaje. Aparte de todo esto, es uno de los
mejores homenajes que le podemos hacer y oír en su voz toda esa poesía que, sin
duda alguna, ya justifica el visionado.
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