Cristóbal Colón de oficio...descubridor (1982). La traca final de la españolada

 



Corría el año 1982 y a una década del V Centenario del Descubrimiento de América, Mariano Ozores dirigía esta parodia de Cristóbal Colón con argumento de Juan José Alonso Millán. Tal y como era de esperar, la crítica la rechazó totalmente, pero el público la acogió con gusto, se formaban colas para verla y según la base de datos del Ministerio de Cultura recaudó lo que hoy serían 1.725.384,69 € y fue vista por 1.412.893.


Me imagino que algunos al ver qué película comentaba hoy ni habrán abierto el blog, pero he considerado oportuno hablar de ella y más teniendo el 12 de octubre cercano. Reitero, como suelo hacer en este espacio, que no solo hablo de películas buenas, lo que importa es que hablemos de cine, considero que esta película fue la traca final del cine español popular. 

Aquel año, y al cabo de pocas semanas del estreno de esta, se producía el enorme triunfo del PSOE que traería la famosa Ley Miró, la cual consistía en una subvención anticipada a partir de la presentación del filme, incluyendo guion, equipo artístico y técnico. Esta pretendía elevar la calidad del cine, apostar por nuevos realizadores, películas  experimentales y acabar con las comedias de Pajares y Esteso, el “fantaterror” o la mal denominada españolada que abusaba desde mediados de los 70 de bastante chabacanería y ofrecer destapes de mal gusto.

Mariano Ozores desveló en el 2002 que Pilar Miró lo tenía vetado ya que no aguantaba que tuviera él tres películas en los cines de la Gran Vía madrileña y en cambio ella no pudiese estrenar los suyos soltando esa desafortunada frase de que no se le podían dar subvenciones porque “hacía un cine para fontaneros”. Aquel 1982 también supuso el estreno de la versión cinematográfica de La colmena de Cela, la cual tuvo unas cifras en la taquilla prácticamente idénticas que la película de Colón. 

Cristóbal Colón de oficio…descubridor, la cual se tituló así y vamos a respetar sin entrar dónde se deben colocar las comas o los puntos suspensivos, venía a ser una mezcla de lo que estaban ofreciendo la comedia hollywoodiense con sus parodias de géneros tipo Aterriza como puedas o las desmitificaciones de Mel Brooks como La loca historia del mundo. Se contó con Andrés Pajares que entonces estaba en la cima y a él lo acompañaba todo un reparto coral que resumía la comedia española de las dos últimas décadas. Pero llamaba la atención un nombre, el de Fiorella Faltoyano que más de uno se preguntó qué hacía aquí. Cuenta ella en sus memorias que José Frade, el productor, se empeñó que interpretara a Isabel, La Católica en vez de Lina Morgan como quería Ozores. Seguramente Frade buscaba un guiño al público del nuevo cine español y que este tipo de comedias podían convivir con lo que se buscaba. La experiencia no fue buena para ella ya que cuenta que el director no encajaba bien que participara.

Cuarenta años después de su estreno, verla de nuevo supone toda una experiencia sociológica, por una parte hay abundancia de referencias a la situación política y social que se vivía aquellos años en España con muchas referencias al "Estado de las Autonomías", incluso se parafrasea el lema que Felipe González concibió de “OTAN, de entrada no”, para aplicarlo en una manifestación en la que el lema es “Centralismo sí, autonomías de entrada no”. Otro momento divertido es que cuando la Reina Isabel dice que el 12 de octubre será festivo en toda España, incluso en Cataluña, pero que para compensarles será festivo ahí el Lunes de Pascua.

Referencias al fallido intento de golpe de Estado de Tejero, la confrontación entre curas progres y conservadores: Cisneros es considerado de los primeros. Tampoco se libra el "Opus Dei", se le entrega a Colón un libro que está escribiendo titulado Camino (Para quien no lo sepa el título alude al libro  de José María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus, donde expone su pensamiento) , y le sueltan que si en España no estás recomendado, no eres nada, por aquel entonces se decía que ser de la  Obra equivalía a tener trabajo seguro. También es gracioso el papel que se le da a Antonio Gamero, otro guiño también al cine español nuevo, el cual compone un remedo de Marcelino Camacho.

 La verdad es que la película podía haber sido una gran comedia y a ratos así lo es, divierte, entretiene y hasta te hace sentir nostalgia por esa libertad que había de poder reírse de todo. Lástima que Ozores abuse del humor escatológico y nos dé una de las escenas peores que se hayan podido rodar, la de cuando Colón y Felipa se acuestan y se tiran ventosidades las cuales empiezan a apagar velas, etc., mejor no seguir comentando la secuencia…De todas maneras, el uso de este humor se presentaba en el de Mel Brooks, acuérdense de Sillas de montar calientes y la escena de comer judías. También hay alguna que otra frase que hoy en día estaría prohibida. Ahora bien, si me quedo con la mejor escena elijo la de Rafaela Aparicio como madre de Boabdil.

El éxito de la película hizo que Frade inmediatamente concibiera una especie de secuela con las mismas características: Juana La Loca…de vez en cuando, aunque aquí Ozores no la dirigió, ignoro las razones porque encontrar información de estas películas es bastante complicado. Se recurrió al barcelonés José Ramón Larraz que había tenido un gran éxito al rodar la comedia erótica de terror Polvos mágicos con Alfredo Landa también producida por Frade y era alabado por ciertos cinéfilos cultos con el filme rodado al año siguiente Estigma. Pero la película no tuvo el éxito esperado, nada menos que un millón menos de espectadores en menos de un año del estreno de la anterior. Su mayor reclamo era el de ver a Lola Flores de Isabel La Católica, pero su personaje rápidamente desaparece, para Juana La Loca se contó con Beatriz Elorrieta en vez de una actriz cómica, lo cual se nota, aunque peor es el papel de Jaime Morey como Felipe “El hermoso”. El conjunto fue un desastre y es una lástima ya que el reparto también era coral.

Pero Frade insistió y pensó que para nada estaba muerto ese tipo de cine, así pues produjo El Cid cabreador inmediatamente y nada menos que con el domador de leones habitual en las revistas del corazón Ángel Cristo y Carmen Maura como Jimena, a pesar de ser algo mejor que la anterior, tampoco se logró el resultado de la primera, algún chiste referido al boom que en esos años tenía el programa radiofónico de José María García y un Angelino Fons como director que estaría maldiciendo tener que rodar eso y no La busca por un plato de lentejas… Apenas 100.000 personas fueron a verla.

No obstante, otros siguieron intentando y en 1984 llegaba una película que no he logrado ver llamada Cuando Almanzor perdió el tambor, dirigida por Luis María Delgado y con Antonio Ozores como Almanzor, pero estaba claro que el ruido de esa última traca con Cristóbal Colón de oficio…descubridor ya no tenía eco.

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