El burlador de Castilla (1948): Don Juan más Errol Flynn
Tiempo atrás solía hacer frío cuando a la hoja del calendario de octubre le faltaban pocos días para girarla, se acercaba la fiesta de Todos los Santos y la de los Fieles Difuntos, la tradición marcaba la visita al cementerio y a recordar a quienes ya no estaban, el color otoñal ya estaba plenamente instalado y en los teatros era tradición ver representaciones del Don Juan, especialmente la de Zorrilla. Hoy en cambio, si no supiese la fecha, diría que estamos en agosto, ya pocos saben quién es este caballero, las castañeras tendrán que vender helados a este paso y en los cementerios se hacen visitas turísticas más que llevar flores. A todo ello se suma la plena adaptación cutre de la fiesta de Halloween.
Pero desde estas líneas vamos a echar la vista atrás y por
eso hablaré de El burlador de Castilla, película de 1948 y con un Errol Flynn ya
en decadencia a pesar de su edad. Ya hacía años que la Warner quería llevarla y
se la había propuesto a Raoul Walsh o a Michael Curtiz, pero este último
discutió con el actor, se pelearon y ya no quiso dirigirle más, así que fue a
parar a un artesano como Vincent Sherman. El actor llevaba ya algunos fracasos
y los productores pensaron que volviendo al cine de aventuras y como espadachín
podría recuperar la fama, además el papel de Don Juan le venía como anillo al
dedo, suelta una frase hacia el final en la que dice: “Todos los hombres tienen
algo de Don Juan y yo que lo soy pues aun más”.
El film contaba una historia de Herbert Dalmas, nombre
apenas conocido, a él se sumaron para pulir el guion George Oppenheimer del que
tampoco hay mucho a destacar y Harry Kurnitz, este ya más destacado que trabajó
con Howard Hawks o Billy Wilder. Pero lo más curioso es que se contó sin
acreditar con William Faulkner del cual desconozco lo que verdaderamente aquí aportó, también sale el nombre sin aparecer en los créditos de Robert Florey más
conocido en la televisión y que había dirigido a Flynn en aquel curioso western
de San Antonio. Así pues, demasiados nombres y bastante dispares, lo cual se
nota en el resultado final.
Seguro que al ver El burlador de Castilla lo que más nos
llamará la atención son los decorados, de la mano de Edward Carrere cuya
carrera cuenta con títulos memorables como Camelot o Grupo salvaje, consiguió
que la Academia le nominara para el Oscar. En el apartado musical brilla la
partitura de Max Steiner, no se puede negar que la Warner puso interés en la
producción... El reparto ya fue otra historia, se contrató a una joven Viveca
Lindfors como Reina Margarita, que entonces se decía que sería la nueva Grata
Garbo o la sustituta de Ingrid Bergman, repudiada por irse con
Rossellini. Su carrera fue muy activa, pero irregular, como pareja de Flynn no
había mucha química, inevitable pensar en Olivia de Havilland. Quien sí sale
victorioso es Robert Douglas como Duque de Lorca, un símil con el Duque de
Lerma, la maldad del personaje tapa bien las lagunas del guion. En los
secundarios otro malo como Raymond Burr con papel corto, pero trascendente.
El burlador de Castilla empieza bastante bien, Don Juan en
plena acción, una mezcla de humor con cine de aventuras, la fidelidad histórica
ya es otro tema, pero conviene recordar que no estamos en un retrato histórico
ni se pretende, cualquiera que lo juzgue así lo más seguro es que califique la
película de bodrio. El problema es lo que ya he esbozado antes, cuando él vuelve
a la corte de España, el personaje no acaba de encajar bien, se pretende una crítica
hacia esa monarquía, vemos un Madrid triste y él lamentando dónde está la
alegría de antes, el posadero le dice que es por los impuestos. Al rey Felipe
III interpretado por Rommey Brent lo vemos más bien como a un botarate que no
es querido por su pueblo y dominado absolutamente por este Duque de Lorca antes
mencionado, todo lo contrario es la Reina que sí es querida, esta lanza algún
mensaje como cuando le dice a Don Juan que prefiere llenar de paz el rincón reservado
para los estandartes de sus próximas conquistas. En la corte aparece un pintor
llamado Pacheco interpretado por Pedro de Córdoba que remite claramente a Velázquez,
el retrato es de lo poco que parece interesarle al Rey, impagable también la
aparición del enano.
Como ya habrán intuido, es todo bastante irregular, aciertos
y defectos parecen querer convivir, alguna frase notable sale de tanto en tanto
como cuando Don Juan le dice al Duque de Lorca ante la Reina que algunos prefieren
la belleza al trono, lo que provoca una sonrisa de ella y una de las pocas
escenas en que sí hay química. Sin embargo, más de una secuencia está falta de
ingenio, como cuando el Duque de Orsini le encuentra con su mujer, empieza a
haber un diálogo para que le disculpe y no haya duelo, pero no lo consigue, comienza el duelo y cosas del montaje apenas tiene acción. Sí, en cambio, tienen fuerza las escenas de cuando dirige la academia de espadachines, sus encuentros con el Duque, en la primera que tiene con sus hombres recuerda un poco a la de El hombre que mató a Liberty Valance y el bistec de Wayne o posteriormente a El Crack de Garci ya que le pillan comiendo. La media hora final y el duelo en la escalinata es brillante, en su momento, la
publicidad de los cines recogía que eran las mejores escenas hasta la fecha de
Errol Flynn.
En EEUU la película no tuvo el éxito esperado y a ello se
culpó, más que a los defectos de esta, a la aparición del actor que estaba ya
muy mal visto, pocos años después sería despedido de la Warner y once años más
tarde moría con apenas 50 años, el médico que le vio dijo que era un cuerpo de
80. En Europa, sin embargo, tuvo más aceptación, en España concretamente fue bien
recibida, para nada la cinta se parece al Don Juan clásico de Tirso de Molina o al más popular de Zorrilla, la gente quería volver a ver una de aventuras y matar bien la tarde en
el cine. A Flynn le habían salido imitadores, muchas de aventuras de serie B
que llenaban los cines de barrio tenían muchas características de esas grandes películas
con él en la cabeza como El Capitán Blood o Robín de los Bosques, por tanto si
llegaba una con el Errol Flynn de verdad en el reparto aun gustaría más.
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