Proceso a Mariana Pineda (TV): Una serie a redescubrir
26 de mayo, tal día como este en 1831 era ejecutada Mariana
Pineda en Granada acusada de conspirar contra el régimen absolutista de
Fernando VII, tenía solo 26 años, su figura pasó a simbolizar la lealtad y la
libertad. De ella nació una copla popular que escuchamos aquí con la voz de Pepa Flores "Marisol" quien la encarnara en la serie que vamos a comentar:
¡Oh!, qué día tan triste en Granada
que a las piedras hacía llorar
al ver que Marianita se muere
en cadalso por no declarar.
Marianita sentada en su cuarto,
no paraba de considerar:
«Si Pedrosa me viera bordando
la bandera de la Libertad»
Se han escrito, y se sigue en la actualidad, muchas biografías sobre ella y de muchos
estilos, quizá la más destacada sea la de Antonina Rodrigo por su rigor a la
hora de contrastar sus fuentes documentales. Hubo antes también biografías
noveladas para un público menos exigente como la de José María Tavera en 1959
entre otras.
En teatro también su figura está presente en Las arrecogías del beaterio de Santa María Egipciaca de José Martín Recuerda escrita en 1970 y censurada hasta 1977. Bastante olvidada hoy en día, se centraba en esa institución-reformatorio donde las “Arrecogías” (mujeres “perdidas” y presas políticas) viven en la ansiedad a la espera de qué será de ellas, ahí se encerró a Mariana. La obra fue dirigida por Adolfo Marsillach y en su reparto estaban Concha Velasco, María Luisa Ponte o Pilar Bardem entre otros. Un texto y autor a reivindicar, sin ninguna duda.
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Fuente: http://fundacionjosemartinrecuerda.es/index.php?module=obra&tipo=1&view=159 |
TVE le dedicó un espacio de la serie Paisaje con figuras en 1976 escrita por Antonio Gala, aquí Mariana era encarnada por Blanca Estrada. El escritor desmitificó la leyenda, nacida especialmente con la obra lorquiana, que era ella quien bordaba la bandera liberal
A principios de los 80 y con TVE en pleno auge de grandes producciones, empezó a gestarse la idea de llevar a la pantalla su vida y se la encargó a Rafael Moreno Alba que había tenido un gran éxito con la adaptación de
Los gozos y las sombras de Torrente Ballester. La serie empezó a rodarse en
diciembre de 1983 y acabó en marzo del año siguiente.
Para el Proceso a Mariana Pineda contó con un guion de
Carmen Icaza Zabálburu (no confundir con Carmen Icaza y de León como ha
sucedido en otros medios) que produjo la serie también, revisado por el propio director y por Emilio Romero.
La producción tuvo un presupuesto de 162 millones de ptas., el vestuario fue
complicado, pues según cuentan las crónicas no se había hecho ninguna película
ambientada en esos años. Pero de lo que más se hablaba era de Pepa Flores...
La actriz había conseguido relanzar su carrera y dejar atrás su etapa como Marisol, Armiñán en Carola de día, Carola de noche
(1969) había logrado hacer la transición, luego Bardem (La corrupción de Chris
Miller (1973), El poder del deseo (1975)) y Eugenio Martín (La chica del molino
rojo(1973)) la afianzó con buenos resultados en taquilla. Mario Camus logró la que
creo que es su mejor película (Los días del pasado (1978)), pero aquí el público la
dejó de lado, lo cual supuso un abandono del cine no escrito con alguna
participación en los pseudomusicales de Carlos Saura. Verla de protagonista nuevamente en
Proceso a Mariana Pineda despertaba expectativas altas.
Pepa Flores en sus pocas declaraciones a la prensa que
hacía, declaraba que se sentía identificada con el personaje, mujer andaluza,
madre joven y luchadora por la libertad. Su interpretación que me parece
francamente notable, tuvo una serie de criticas que parecían hechas, incluso,
desde antes de empezar la serie. El diario El País recogía en su edición del 11
de diciembre de 1984 que había “defraudado a los intelectuales universitarios
de la ciudad (Granada) y a la gente de la calle”
Uno de los más críticos fue Manuel Orozco quien declaraba que “Mariana Pineda para bien o para mal perteneció a la aristocracia o alta burguesía liberal de Granada y no fue ese ser agrio y frenético que intenta encarnar una mala actriz de gestos o modales barriobajeros en acción”. El periodista Alejandro Víctor García señalaba “el ligero asomo pro-soviético en su desenvoltura ante las cámaras, más social realista que dulce y tan alejado de la Mariana que nos describe su biógrafa Antonina Rodrigo.” Incluso Francisco Ayala publicó una "tercera" en el ABC en la que tachaba de ridícula la actuación.
Moreno Alba
criticó que si hubiese sido otra actriz no se habrían producido tales
comentarios y que se estaba haciendo un paralelismo entre la vida privada de
ella y la de Mariana: “Hay mucha gente, y esto no es una suposición, que no
quiere ver en la serie a Mariana Pineda, que lo que quiere ver es a Pepa Flores,
lo que resulta perjudicial para todos. ¿Cuál puede ser la razón? Tal vez que la
actriz ha crecido con una generación que fue proyecto y que hoy tiene vigencia,
de esa generación unos han alcanzado el cenit de sus esperanzas, a los otros la
vida les ha ido trayendo la frustración y, mientras tanto, Pepa Flores sigue en
la brecha. La gente conoce sus ideas políticas, pero no existe el mínimo
paralelismo entre su vida y la de Mariana Pineda, el personaje tiene vigencia
social y civil después de que España ha perdido la Constitución, exactamente al
revés que Pepa Flores que se desarrolla en la dictadura y entra después en el
contexto constitucional." (ABC, 2-12-1984)
La actriz, sin embargo, establecía paralelismos: “precisamente
yo creo que los problemas que impulsaron a Mariana en su lucha siguen
existiendo todavía hoy en nuestra sociedad, a pesar del siglo y medio
transcurrido desde su muerte. Y esa fue una de las razones principales que me
decidieron a aceptar el papel. (…) La actitud de Mariana Pineda responde a una
problemática histórica que desgraciadamente no ha perdido aún actualidad. (…) Como
quiera que la figura histórica de Mariana marcó un hito que todavía permanece
vivo, yo he intentado a nivel personal interpretar a un personaje que en todo
momento resulte creíble, humano y real a los ojos de los espectadores de hoy,
procurando acercarlo a la sensibilidad actual para que no se quede aislado y
distante.
No gustaron tampoco en Granada las siguientes declaraciones: "hoy a mí por lo menos me ha dado la impresión de que en Granada no se conocen
suficientemente la vida y la importancia histórica de Mariana, aunque quizá la
culpa de estos hechos la tengan los muchos años de ocultación del tema que
hemos padecido en épocas anteriores. El caso es que me llevé una gran decepción
cuando, después de buscar con gran entusiasmo la tumba de Mariana en la
Catedral, donde apenas nadie sabía el lugar exacto en que estaba enterrada, pude
comprobar que se halla en una especie de alcantarilla que pasa completamente
inadvertida en el templo, y yo creo que esta mujer se merece otra cosa".
Para el papel del temible juez Ramón Pedrosa se escogió a Germán
Cobos quien dijo de la serie que estaba convencido de que iba a ser un éxito impresionante
ya que se trataba de una serie comercial, una película de aventuras, con buenos
y malos sobre un fondo romántico y en la que además ganaban los malos. Pedrosa
era el antagonista de Mariana, el Alcalde del Crimen de la Real Chancillería y desde 1831 Alcalde de Casa y Corte, comisionado por orden de
Fernando VII para las causas por conspiración contra la seguridad del
Estado y de los derechos del trono, pasó a la historia como verdugo de la
libertad. El actor decía de él: "hoy creo que es la primera vez que interpreto
en cine a un hijoputa. Siempre hecho de bueno de galán. Mi personaje representa
la represión. Pienso, en este sentido, que Pedrosa es honesto porque cree que
se necesita mano dura, está convencido de la bondad del sistema represivo y, por
otra parte, como es habitual con tipos así, es un ser despreciable, ambicioso y
trepa. Los conflictos que presenta la serie son universales y actuales. Hijoputas
como Pedrosa hay a barullo hoy en día. La derecha cerril española haría
ahora lo que él hizo entonces."
Ciertamente, Germán Cobos borda su papel, aunque no esté
bien decirlo, la maldad del personaje le da mucho ritmo a la serie y es que
siempre en este tipo de producciones ha ido bien tener un personaje malvado. Sus diálogos con Mariana permiten la exhibición dramática de ambos en estado puro, a ello ayudan mucho los primerísimos planos que Moreno Alba emplea.
En el resto del reparto encontramos en los roles de más protagonismo a Carlos Larrañaga como
el Capitán Álvarez de Sotomayor, o a un joven Juanjo Puigcorbé no muy creíble en su papel de Teniente Alba, quizá el punto flaco de la serie, entre otros nombres ilustres.
A pesar de las críticas, las cuales desconocía cuando vi por
primera vez la serie, me gusta. La dirección de Romero Alba tiene
nervio, capta muy bien la situación de angustia de los liberales y la opresión
del momento. Perfectamente escenificada, muestra una exquisita sensibilidad combinando todo el material que tiene, no se limita solo a dirigir bien a los actores (excepto a Puigcorbé como he dicho), la cantidad de contrapicados y de primerísimos planos le da a la imagen una viveza algo inhabitual en las series de entonces. Cuenta con una fotografía excelente, capaz de hacernos leer la mirada de Mariana, sentir sus emociones a través de las sombras y de la luz que llega a emocionar. Granada queda muy bien
retratada, cierto que puede chirriar ver en determinados momentos el Alcázar de
la Puerta de Sevilla en Carmona en vez de Granada, pero eso son licencias que
los directores saben bien por qué lo hacen, aunque no lo entendamos. Muchas veces rodar en otros sitios se debe a razones económicas, pero la mayor parte de lugares están rodados en la capital nazarí, considero secundario este problema.
Referente a la polémica antes mencionada que hubo entre ciertos intelectuales en Granada con la serie, evidentemente siempre un
historiador o un escritor pondrá objeciones a cualquier trabajo cinematográfico/televisivo
como es en esta ocasión, pero esto sucede también en otros ámbitos. La figura
de Mariana Pineda, precisamente por haber defendido la libertad y la lealtad se
convierte en patrona de muchos pensamientos, incluso de algunos más que ni la
protagonista en cuestión se hubiera planteado o incluso defendido.
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Francisco Ayala |
Al leer el artículo del bueno de Ayala, creo que este se dejó llevar mucho por los recuerdos, los pasados siempre acaban dulcificando, también el tener como modelo la Mariana de Lorca o la biografía de Antonia Rodrigo no favorecía que la serie agradara si esperabas algo parecido…Ataca incluso una escena de “destape”. ¡Si viera las series de hoy! Pueden leer el artículo a través de este enlace: https://www.abc.es/archivo/periodicos/abc-sevilla-19841127-3.html
Moreno Alba se defendía de sus declaraciones escribiéndole: "Respecto a sus recuerdos, no los considero justos ya que el propio Federico García Lorca dijo: “yo he cumplido con mi deber de poeta oponiendo una Mariana viva cristiana y resplandeciente de heroísmo frente a la fría vestida de forastera y librepensadora del pedestal”". Respecto a la biografía, lanzó una larga serie de preguntas donde quedaba patente su hartazgo sobre las críticas y que nos sirven también para reflexionar sobre los distintos tipos de lenguaje a la hora de enfocar la historia:
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Rafael Moreno Alba |
Para que saquen ustedes sus propias conclusiones y conozcan
y se aproximen a la figura de Mariana Pineda, les recomiendo que vean la serie,
la cual pueden hallarla en el Archivo de TVE, en la plataforma de FlixOlé y
encontrarla editada en DVD, aunque me imagino que ya descatalogada.
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