Sabrina (1954): El "menor" Wilder, la mayor película
Tengo en mi videoteca una serie de películas bien guardadas a las que suelo recurrir cuando el hastío vuelve con su ejército a dar la lata, sin ir más lejos esta ola de calor unida a las campañas electorales me provoca que tenga que buscar alguna solución para mitigar sus golpes, el antídoto tiene varios nombres y entre ellos brilla el de Billy Wilder: su ironía, acidez, inteligencia y una visión de la vida donde no dejaba títere con cabeza me reconcilian con el género humano, bien es cierto que nombres como ellos ya poquitos o ninguno queda en el cine, pero nadie es perfecto.
Al elegir uno de sus títulos también suelo ir contracorriente y visionar más aquellos que algunos críticos tacharon de menores, ahí están ni más ni menos que Sabrina, La tentación vive arriba, Bésame tonto, Avanti… A más de un director de esos que tanto citan en las redes como genios ya le gustaría tener el 10% de cualquiera de sus fotogramas. Pensando también en este blog y en la entrada de esta semana, escojo Sabrina ya que hace un tiempo hablé de Ariane y así complemento aquel artículo https://nosinlostitulos.blogspot.com/2021/07/sabrina-sabrinay-ariane.html
Sabrina es del año 1954, Wilder llevaba un tiempo sin hacer
comedias, él decía que cuando no las rodaba estaba de mejor humor, en cambio al
prepararlas era todo lo contrario. Fue su última colaboración con la Paramount,
los estudios que le habían dado la oportunidad de ver sus guiones plasmados y debutar en
la realización. El director acababa de rodar Traidor en el infierno y un
directivo le pidió si podía suavizarla para que no se enfadasen los alemanes,
se negó y decidió marcharse. Pero dejó como broche esta película que sigue
siendo una de las más queridas por el estudio de la montaña.
Y es que en Sabrina estaban Humphrey Bogart, William Holden
y muy especialmente Audrey Hepburn en su segunda gran película en Hollywood
tras ganar el Oscar por Vacaciones en Roma.
La obra de Samuel Taylor era vista como una buena oportunidad de
afianzar su carrera y se pidió a Wilder que la dirigiera. Este contrató a su
autor para colaborar en el guion, pero se vio absorbido por el trabajo del
director vienés y sus constantes retoques en sus líneas, motivo por el cual
abandonó, dos décadas después Wilder recurrió a otra obra suya, la admirable Avanti.
Wilder entonces decidió contar con un guionista que luego seria considerado de
los mejores, hablamos de Ernest Lehman ( Chantaje en Broadway, Con la muerte en
los talones, West Side Story…)
Wilder quería trabajar con Cary Grant, pero nunca lo
consiguió, esta maldición le acompañaba ya desde sus tiempos de guionista, lo
quería para Ninotchka de Lubitsch, luego para Ariane…En aquellas fechas, Bogart
quería cambiar su registro y acabó aceptando la oferta de protagonizar Sabrina.
Las relaciones entre ellos dos fueron tensas, aunque el actor acabó
disculpándose. Cuando se habla mal de la película siempre sale este tema y que
no era el papel adecuado para él. Siempre he pensado lo contario, no me imagino
a ese Linus Larrabee sin su rostro tan obsesionado con sus negocios con el plástico hecho de azúcar
como perdidamente enamorado o dejando que la Hepburn le moldease el bombín. Aparte de ello, es una buena
contrarréplica a Holden y su personaje hedonista.
¿Y qué decir de Audrey Hepburn que no se haya dicho ya? Buen
ojo tuvieron al elegir la obra, su personaje frágil, dulce, elegante,
aparentemente ingenua, sensible y mucho más inteligente de lo que puede parecer, John Williams (su padre) le aconseja que no intente alcanzar la luna y la envía a París para que madure (la añoranza por la vieja Europa donde está el amor en contraste con los EEUU). Ahí volverá cambiada y dirá que es la luna
la que intenta alcanzarla a ella. Dos frases irónicas que esconden tras de sí que
el amor sincero es una quimera. Ya en los títulos de crédito el punto sobre la
“i” de su apellido es una luna, probablemente está desplazada en la vida, Wilder
se sirve de otra frase en el personaje de su padre el cual ha de reprimir sus
pensamientos al ver cómo están jugando con ella y le comenta a Bogart que ella
no pertenece a ninguna mansión, pero tampoco su lugar es el garaje.
Los esfuerzos de Wilder en conseguir guiones excelentes se
reflejan prácticamente en cada fotograma y en cada diálogo. Si una escena se le
podía ir de las manos recurre a pequeños detalles que la refuerzan. Cuando
Hepburn intenta suicidarse encendiendo los coches del garaje con la puerta
cerrada harta de que David (William Holden) no se fije en ella, estos empiezan
a hacer un ruido musical y desprender unas ondas de humo que hasta recuerdan
esas “Sinfonías tontas” del primerizo Walt Disney, aportan una comicidad que rebajan
la acción que podía ser vista como demasiado exagerada, pero que bien
reflejaban su estado. Pasa lo mismo cuando escribe antes de esto su carta de
despedida, pidiéndole perdón a su padre por suicidarse, tras una pausa, añade
que por favor no vaya Holden al funeral ya que ni siquiera lloraría.
Sabrina es también un perfeccionamiento en el estilo del
director, aquí se aleja en parte del toque Lubitsch, ya saben que el director
tenía colgado un póster en el que ponía:"¿Cómo lo hubiera hecho Lubitsch?". No
obstante hay alguna referencia implícita, en el encuentro con Bogart en la
pista de tenis, ella le dice que pensaba que entraba para negociar su salida,
sin nombrarla menciona que podría ser una opereta vienesa al estilo de El
príncipe estudiante (La cual fue llevada al cine por Lubitsch en su etapa muda), él pregunta cómo acabaría el primer acto y le contesta que
todos huyendo, cantando una canción. Cada vez que la veo, pienso que Wilder
intentaba poner el famoso toque, pero luego abandonaba la idea y lo variaba. En la escuela de cocina, ella se olvida de
encender el horno para hacer el suflé, un barón mayor le cuenta que quien está
verdaderamente enamorada lo quema, pero quien sufre tristezas se olvida de ponerlo en marcha. Más adelante, cuando Hepburn empieza a preparar una cena para
Bogart le dice que va a preparar un suflé, pero no vemos cómo acabará ya que
ella encuentra los dos pasajes a París. Aunque Hepburn parece enamorada de él y
Bogart también, lo cierto es que no deja de ser una incógnita si esos deseos
son sinceros, el suflé nos lo hubiera dicho. ¿Quizá también Lubitsch? A Wilder, por otra parte, no le gustaba mostrar nunca muchos besos en escena y que el espectador tomara sus propias conclusiones,
recordemos el final de El apartamento donde son sustituidos por una partida de
cartas.
Otro aspecto muy cuidado es el escénico, teatro en cine no
suele congeniar si no hay alguien que sepa diferenciar bien los dos lenguajes.
La atmósfera de cuento de hadas funciona con esa luna, esa gran mansión y la
continua aparición de la canción "Isn´t it romantic" con el contrapunto de ella en el
árbol. Su vestuario modesto del principio es, sin embargo, elegante, al igual
que el que utiliza después cuando ya Holden se ha fijado. Con el incidente de
las copas de champán y la retirada en escena de él, ella lo espera en una pista
de tenis y Wilder la sienta donde el árbitro se sitúa. Al entrar Bogart le
comenta que está arbitrando un partido entre dos jugadores imaginarios. Otra
perfecta síntesis de lo que estamos viendo..
Y como en toda película de Wilder no faltan las frases
irónicas que si las pusiéramos todas, aun me quedarían bastantes párrafos para acabar. Hay una que retrata muy bien ese ambiente de tacañería y arrogancia
de los Larrabee, Holden tras haberse clavado los cristales de las copas y ser
atendido por el médico se le pregunta que cómo sabrá si los ha quitado todos.
La respuesta es que recompondrán las copas.
Otro momento que me gusta es el diálogo entre los sirvientes
cuando llegan las cartas de ella, respiran cierta bondad entre ellos, aunque
también cierto chafarderismo. Les interesa sobre todo que se haya olvidado de
David, en un correo dice que ha roto su foto y todos dicen: "Eso es bueno". Pero
acto seguido en otra línea, pide que le envíen cinta adhesiva a lo que
contestan: “Eso es malo” Así era Billy Wilder, síganme el consejo y recurran
frecuentemente a sus películas en estos tiempos tan mediocres.
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