El presidente del Borgorosso FC

 


Cerramos agosto con el esperpento del tema de Rubiales y el beso, no daré la lata con ello, aunque me han venido a la mente esas épocas en que ciertos presidentes de clubes eran los absolutos protagonistas de los medios de comunicación, incluso los que no éramos muy futboleros los seguíamos, aunque más bien por la comicidad que destilaban y sin tampoco pensar en sus negocios...

El cine español no aprovechó demasiado todos aquellos nombres que tenemos en mente, eran tiempos en que la españolada tal y como se entendía había sido fulminada por la Ley Miró y salvo alguna que otra referencia puntual, no hubo ni en plan cómico ni serio intento alguno de elaborar un guion que lo retratara.

Sin embargo, en el cine italiano sí tenemos una película que parodia la figura del presidente de club deportivo, es de 1970 y está interpretada por Alberto Sordi, se titula El presidente del Bergorosso FC. La dirigía Luigi Filippo D´Amico, un director que no se prodigó demasiado y que había escrito algunos guiones para el mismo Sordi. En esta había un guionista de lujo, Sergio Amidei que había colaborado con Rossellini o De Sica y que también para el actor había escrito algunos de sus mejores papeles como es el caso de Detenido en espera de juicio o Un burgués pequeño, muy pequeño.

En tal historia colaboró también Sordi y un exfutbolista Adriano Zecca, el resultado quedó algo lejos de las grandes comedias italianas, pero es una película divertida, el actor da vida a Benito Fornaciari, solterón que trabaja como bibliotecario en el Vaticano y que recibe a la muerte de su padre la herencia del equipo de fútbol del Bergorosso FC de cuarta división, a partir de allí hará de todo para tener contentas a las masas y que el equipo logre grandes resultados, incluso contrata a un estrafalario entrenador que también nos puede traer algún que otro nombre a la mente

Lo mejor de la película es sin duda saber reírse de temas tabúes como es la afición al fútbol tan interiorizada  en la genética italiana como la nuestra, pero los italianos siempre gozaron de más libertad a la hora de abordar las parodias, aquí se tenía que ir con el lenguaje críptico o que la censura no entendiera demasiado, por cierto, que cuando se estrenó en España se redujo bastante metraje debido a las palabrotas que no pasaron el "nihil obstat", años más tarde se dobló de nuevo, aunque por lo visto, también con reducción. 

Ya por comenzar, el personaje de Sordi trabaja en el Vaticano como bibliotecario, ya intuímos que habrá una doble moral en el personaje cuando coja las riendas de este calamitoso equipo. Su padre así lo es, su mansión la vemos decorada de retratos femeninos desnudos, en su empresa vinícola solo tiene contratadas a mujeres, la que lleva adelante el negocio (papel encarnado por Margarita Lozano) le confiesa que era la amante de él en secreto, pues él guardaba las formas de matrimonio honrado.

Sordi para ganarse los favores de la hinchada que se pone furiosa porque ha vendido a cuatro futbolistas, se reserva una imitación de Mussolini y esta es mostrada como dócil, inculta, malhablada… No le faltan también sus momentos dramáticos en los que se pretendía reflexionar más sobre el tema, pero la dirección opta más por cierta imitación del estilo felliniano en la trama final donde hay que leer entre líneas todo lo que pasa.



 El director filma mucho los ambientes futbolísticos, desde los bares hasta las barberías, no hallamos ningún personaje que se salve, muestra la corrupción dentro de este deporte y carga contra los otros estamentos, retrata a un alcalde corrupto que busca como puede quedarse con el equipo, el cura oficia la misa muy rápido para no perderse los partidos…. Quizá para suavizar la carga se utilizó un equipo de regional preferente, en sus estadios apenas hay gradas, solo cuentan con un suplente y con sobrepeso.

La figura del presidente, que quizá cuando se estrenó la película podía ser vista como excesiva, no lo es y con el paso del tiempo lo podemos comprar bien con cualquier nombre de esos que tenemos en mente, incluso actuales. Ante todo, lo que se denuncia  es la crueldad a la que se llega con lo que, en teoría, debería ser solo un juego.

 El presidente del Borgorosso FC fue una película que se adelantó a su tiempo, en España pasó sin pena ni gloria, rondó los 300.000 espectadores, cifra bastante baja pues las películas de Sordi tenían su público en nuestro país. A ello hay que añadirle la irregularidad de su director, aunque a pesar de sus carencias le salió una película a la que vale la pena echarle un vistazo. La tienen en DVD, pero creo que en las plataformas no la conocen, como suele pasar con bastantes títulos del cine italiano.

 

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