Con el mes de agosto, uno cree que tiene más tiempo para todo, se supone que es una época de relajación, de cierta evasión de la vida ordinaria en la que uno, si ve cumplidos sus deseos, alcanza la felicidad casi absoluta, pero en mi caso no sucede. Siempre tengo una larga lista de espera, y entre estas, una de películas para ver. Entre los títulos a revisar, tengo bastantes de Eric Rohmer, aquel cineasta del que Gene Hackman decía que su cine era como ver crecer la hierba en La noche se mueve, personalmente a mí no me aburre, incluso me entretiene, aunque puedo entender perfectamente a quien no le guste.
En la plataforma Filmin hay una interesante muestra de su cine, la mayoría de las copias están remasterizadas y son las que distribuye "A contracorriente" en DVD/Blu-ray. Así que hace 15 días empecé con La coleccionista, pero un fallo me fastidió el final, a falta de unos 30 segundos me sale un pantallazo con un código de error, algo que me ha sucedido con otros títulos. Por ejemplo, los títulos de crédito de bastantes me desaparecen cuando faltan unos 30 segundos, les escribí y me respondieron que el problema era la codificación (?) y que no era debido a mi dispositivo, o sea que el problema es general y que daban parte para que se resolviera. Al cabo de unos días ya se podía ver bien el final, sin embargo, sigo sin poder acceder a los créditos de otras que también les cité como Manhattan o Toma el dinero y corre de Woody Allen, pero como la mayoría no ve los créditos no se dan cuenta.
Cuando hay un error, te entran ganas de maldecir a todos los que lo provocan y ciertamente, mal lo tenemos los cinéfilos ya que cuando no es esto (ahora no hablo de Filmin), es el formato mutilado de Sabrina que exhibe la TCM y que La 2 quiso apuntarse también hace unas semanas o la Trece que a este paso acabará empezando las películas por la mitad.
Con estos calores, donde ese “más tiempo para todo” nos permite filosofar y reflexionar. intento ser comprensivo. Me vino a la cabeza qué pasaría si un mal día dejaran de existir las plataformas, los DVDs estuvieran llenos de hongos, ya no quedara ningún reproductor a la venta, o incluso qué pasaría si la Trece la cerrara el Cardenal Omella como quiere hacer con no sé cuántas parroquias de su diócesis de Barcelona…Al menos la gente sigue viendo películas del oeste, aunque a la Conferencia Episcopal no le guste como canta Tex Ritter la canción de Solo ante el peligro del principio ya que siempre desaparece en sus incontables pases.
Pero mientras haya errores y nos podamos seguir quejando, señal de que existen y podemos seguir viendo el cine en casa, no de la manera correcta, pero menos da una piedra, es nuestra única manera de ver el cine y algo de cariño incluso les tenemos. Me vino a la cabeza cuando de niño veía películas en TVE, una tarde echaban La vuelta al mundo en 80 días. El pase televisivo se vio salpicado de un corte cuando Cantinflas toreaba, un pantallazo y una voz en off de aquellas tan educadas y con perfecta dicción nos pedían disculpas y ponían la banda sonora de West Side Story, luego la cambiaban y ya ponían la de la película en cuestión. En casa alguien diría aquello cuando se estropeaba la emisión de “son ellos”, esos “ellos” me los imaginaba corriendo en busca de una cinta de celo, o lo mismo se había quedado atascada la película y no sabían dónde estaban las herramientas ese sábado por la tarde o tal vez mandaban al chico de los recados al videoclub rápidamente a buscar otra copia y a saber cuánto tardaría... Pero a los 10 minutos ya volvía la tranquilidad y la película seguía.
Con los años, las películas ya no se rompían en TV, pero el descuido de los programadores seguía, las madrugadas en los 90 estaban llenas de grandes películas, pero grabar de madrugada era toda una aventura, nunca comenzaban a la hora exacta, se necesitaba un cursillo de malabarismo matemático que nadie nos había enseñado y que tampoco nos haría subir la media de las notas, las ecuaciones de segundo grado eran simples adivinanzas al lado de todo eso.
Uno podía jugar con ventaja si ponía una cinta VHS de cuatro horas en vez de la standard de tres, pero te decían que aguantaría menos. Otros recurríamos también a aquello del SP/LP que los más nostálgicos recordarán y que los más jóvenes pensarán que me he vuelto loco. Grabar en LP te permitía que la cinta de 180 horas se doblara, así grababas toda la madrugada completa y te asegurabas ver la película, pero perdía la calidad de imagen y de sonido, algún día tendremos que hablar de aquellos tiempos del vídeo y de los videoclubs, que omito ahora porque no acabaría nunca.
Las televisiones generalistas, con los años, fueron olvidando el cine, apareció el DVD que al principio era carísimo, pero nos aseguraban que era el formato definitivo. Recuerdo que uno de los primeros títulos que compré fue el de Willow, tenía muchos extras y era barata, ahí el actor decía que por fin ya podíamos gozar para siempre de la película. Como futurólogo no se ganaría la vida…
Poco a poco vimos que los discos se rayaban, yo los conservaba bien, pero ibas a una biblioteca a alquilar alguna y parecía que habían cocinado una tortilla de patata encima.
No sé por qué algunos títulos se descatalogaron enseguida, me fui a todas las tiendas a buscar un packde Harold Lloyd y nada, pero en una biblioteca cercana a la zona alta de la Calle Balmes de Barcelona lo tenían para coger en préstamo. Cuando por fin lo tengo, veo que los discos están impecables, pero algún iluminado pegó el código con la alarma en la parte de lectura del disco. Aun recuerdo el espectáculo de algún empleado intentando quitarlo tras quejarme, el disco quedó finalmente archivado y tal vez acabara ahuyentando las palomas o de posavasos.
Nadie es perfecto como decían Billy Wilder e I.A.L Diamond, convivir con defectos es lo más normal del mundo y mientras los sigamos contando, será señal de que sigue existiendo esto del séptimo arte en casa. Hace tiempo maldecíamos las colas de los cines, ojalá ahora volvieran… Miedo me da cuando un día todo sea correcto y perfecto, quizá ya no seamos humanos. ¿ A ver cómo finalizarían el remake de Con Faldas y a lo loco?
El 28 de agosto hará 100 años que Fernando Fernán Gómez vino
a este mundo, su centenario no está teniendo el eco merecido, probablemente por
dos factores: La coincidencia con el de Berlanga y el desconocimiento de parte
de su obra. Como actor participó en 210 producciones, debutó en 1943 con
Cristina Guzmán de Gonzalo Delgrás y su última aparición fue en el 2006 en la
película Mia Sarah de Gustavo Ron, o sea que son 7 décadas de cine español.
Su ópera prima como director fue Manicomio en 1954, dirige
un total de 30 producciones, incluyendo las de televisión, entre sus títulos
hay obras que ya forman parte de la historia del cine como La vida por delante,
El mundo sigue, El extraño viaje, Mi hija Hildegart, El viaje a ninguna parte,
etc.
A ellas hay que añadir su obra de teatro Las bicicletas no
son para el verano que Jaime Chávarri llevó al cine en 1984 o la historia de Mi
General dirigida por Jaime de Armiñán, así como el guion de Los zancos de
Carlos Saura, etc.
Esas 7 décadas engloban toda una historia del cine español
en la que encontraremos todo tipo de películas y corrientes, desde las
peyorativamente llamadas españoladas, al cine de la transición, de arte y
ensayo, etc. Precisamente, cuando se celebra un centenario suele ser una
oportunidad para revisar y reivindicar la figura del homenajeado, completar
filmografías, consultar bibliografía, etc.
Fuente: Filmaffinity
Me he puesto a revisar su filmografía de director y me he
acordado de una que creo que llevo casi tres décadas sin ver. Se trata de Yo la
vi primero (1974), me he puesto a buscarla y no se encuentra en ningún lado, ni
editada en DVD, ni en ninguna plataforma, ni pases televisivos, creo que la
última vez que se vio por televisión fue a principios de los 90 y estuvo editada
en VHS.
Su argumento era este: Un niño de 10 años, Ricardo, está
enamorado de su vecina Paloma. Tras sufrir un accidente, queda en coma durante
25 años. Tras despertar, aunque sea un adulto tiene la mentalidad de un niño y
descubre que su amada se ha casado con un individuo despreciable.
En el guion colaboraron además de Fernán Gómez, otros tres nombres como Chumy Chúmez, que las nuevas
generaciones ya no lo conocerán, era un humorista gráfico, escritor y hasta
director de cine, algunos lo conocerán más como colaborador del antaño programa
de Tele 5 Este país necesita un repaso, que era la adapatción del que se emitía dentro del
programa radiofónico Protagonistas de Luis del Olmo bajo el título “El debate sobre el
estado de la nación”.
Chumy Chúmez. Fuente: RTVE
En el año 72 impulsó
la creación de la revista satírica Hermano Lobo donde colaboraron primeras
espadas como Forges, El Perich, Summers, Quino, Gila, Umbral, Vázquez
Montalbán, José Luis Coll… Su lema era “Semanario de humor dentro de lo que
cabe”, a cada publicación había que añadirle un plus de inteligencia para saber
burlar la censura.
El otro escritor fue Arturo Rubial del que poco sé, aunque
buscando he encontrado que fue uno de los guionistas de aquel programa de TVE
con Luis Aguilé que se llamaba El hotel de las mil y una estrellas de finales de los 70, más
recordado por un polémico striptease de Eva León disfrazada de monja que
provocó la supresión del espacio. Uno de sus guionistas era el mítico crítico de cine Carlos
Pumares.
Manuel Summers. Fuente: RTVE
El tercer escritor de la película fue Manuel Summers que era
el protagonista de la película, por aquel entonces había dejado su cine de arte
y ensayo como Juguetes rotos o El juego de la oca para dar paso a otro más
comercial con división de opiniones, pero conservando aun un peculiar humor negro e irónico. Acababa de filmar las exitosas Adiós cigüeña
adiós (1971) y su secuela El niño es nuestro (1973)
Fernán Gómez dijo del filme : “el tema de la película no
era excesivamente original, pero era muy tierno pensar que un niño conservaba
su mentalidad aunque crecía físicamente por haber estado en coma y luego el
hombre veía todo el mundo a su alrededor con esa mentalidad de niño cuando él
no lo era, esto tratado con el humor de Chummy Chúmez y Summers a mí me parecía
bien.”
Fernán Gómez acababa de dirigir para TVE el mediometraje Juan
Soldado, basado en la novela de Fernán Caballero y que decía que era su
mejor realización, anteriormente había dirigido la alimenticia Cómo casarse en
siete días y había tenido un fracaso con su Crimen imperfecto, algo así como
una traslación sin citar de Mortadelo y Filemón y que para alguno es una película de culto.
Luego vendría La
querida (1976), película al servicio de Rocío Jurado, con alguna que otra
pincelada artística, pero insuficiente en su globalidad, ya que su intención era
la comercial, afortunadamente su ingenio volvería a partir de la rescatada
Bruja más que bruja y Mi hija Hildegart, que servidor coloca entre las cumbres
de obra.
Yo la vi primero no tuvo en su momento buenas críticas,
tachada sobre todo como un chiste demasiado largo y que el director no había
sabido medir bien los tiempos. La actuación de Summers tampoco se llevó
elogios, le acusaban de repetir su papel de Polvo eres con los mismos guiños La
película, sin embargo, se vio con agrado en el Festival de cine de Molins de
Rei (Barcelona)
El periodista cultural Iván Tubau la alabó diciendo: no se
pierdan cuando se estrene “Yo la vi primero”, sin ser una obra maestra es una
película que se ve con gusto y sin vergüenza lo cual en el cine español no es
que sea muy frecuente.
En sus escasos pases televisivos la crítica cambió y hablaba
bien, incluso su argumento fue comparado con el de la película Big. Por
desgracia, no sé si por motivos de derechos o de pura ignorancia, llevamos tres
décadas sin saber de Yo la vi primero. Ni tan siquiera este centenario
algo descafeinado nos permitirá verla y poder analizarla bien. Simplemente por
esta unión entre los mundos de Fernán Gómez, de Summers o de Chumy Chúmez ya
valdría la pena visionarla. ¿Alguien se anima a rescatarla?
Suele ser casi un ritual del verano ver Grease cada año, a muchos nos recuerda el final del colegio, las vacaciones de verano, cierta alegría efímera, pero que siempre vuelve.
La película estrenada en 1978 es de las más repuestas en televisión, y uno de los pocos musicales que da buenos resultados de audiencia. La han sabido comercializar muy bien, cuando la estrella de Travolta estaba olvidada se reeditó su banda sonora en 1991 que de nuevo fue número 1 y el filme volvió a resucitar para otra generación. El actor encontró de nuevo el éxito ese año, aunque no bailando en Mira quien habla, luego vendría Tarantino y su carrera volvería a elevarse.
Grease tuvo una secuela algo tardía en 1982 y que constituyó todo un fracaso tanto de público como artístico. Estaba protagonizada por una Michelle Pfeiffer aun desconocida y que tampoco hacía presagiar que tuviera una gran carrera y por otro lado teniamos a un actor británico Maxwell Caulfield, del que se decía que era el nuevo Richard Gere, pero cuya filmografía fue finalmente bastante anodina y tuvo que conformarse con alcanzar cierta popularidad en un papel de malo de la serie Los Colby, el actor se casó con Juliet Mills, la hermana de Hayley y que muchos la recordamos por ¿Qué ocurrió entre mi padre y tu madre?
Los personajes y actores que repitieron sus papeles de la primera incluían a Didi Conn como Frenchy, Eve Arden como la directora McGee, Dody Goodman como Blanche Hodel, Sid Caesar como el entrenador Calhoun y Eddie Deezen como Eugene, el cual deduzco que viviría en el colegio y eso que parecía buen estudiante. Dick Patterson, quien interpretó al Sr. Rudie en el original, interpreta al Sr. Spears y Dennis Stewart, quien interpretó al miembro de los Scorpions en el original, interpreta a Balmudo.
Entre las incorporaciones teníamos a dos veteranos como Connie Stevens y especialmente a Tab Hunter en el papel de un profesor Mr. Stuart que se reservaba una canción.
Del resto del reparto, el único que logra una interpretación eficaz fue Adrian Zmed como Nogerelli, como curiosidad tenemos el debut cinematográfico de Lorna Luft, hija de Judy Garland y del productor Sidney Luft, pero que no logró tampoco convencer.
Según el IMDB, el mismo Tom Cruise se presentó para el papel protagonista, pero la directora lo rechazó por su baja estatura, otros nombres fueron Shaun Cassidy, Greg Evigan, Andy Gibb y Rick Springfield. El problema no era el cásting, sino el argumento y las canciones. La historia es bastante ridícula, Michael Carrington (Maxwell Caulfield), un joven inglés refinado llega al instituto norteamericano donde se enamora de Stephanie Zinone (Michelle Pfeiffer), líder del grupo de animadoras, pero ésta sólo se fija en los miembros del club de chicos local, y solo quiere salir con alguien motorizado, entonces Michael empezará a entrenarse para saber llevar una y con unas gafas oscuras ocultar su identidad a ella. Como pueden leer, una historia exclusiva para adolescentes
Las cinco primeras canciones del principio no están mal, pero a medida que avanzan parecen de relleno, no logran que se queden en la cabeza, incluso son largas y con coreografías algo horteras.
Hay también más de un error en el argumento, el personaje de Frenchy desaparece de repente sin saber por qué, Maxvell Caulfield falla tanto en su rol de estudiante educado y guaperas como en el de convertirse en un “rebelde sin causa”. Y de la Pfeiffer está tan mal perfilado su papel que uno olvida enseguida que era ella la que salía.
Patricia Birch fue la directora de esta secuela, había sido la coreógrafa de la primera parte, y se nota que lo suyo no era eso, la historia estaba escrita por Ken Finkleman, su nombre no sonará a más de uno, pero ese mismo año él dirigió la secuela de otro éxito como Aterriza como puedas, también envuelta de cierta polémica ya que los directores originales de la primera no quisieron saber nada de ella por desacuerdos, así como de algunos de sus actores como Robert Stack que no quiso salir, ya que veía el guion como una especie de pastiche del primero. Al ser una película de gags más o menos afortunados por encima del argumento, el resultado quedaba más disimulado y era divertida, aunque la originalidad ya quedara en entredicho y la taquilla tampco quisiera saber mucho.
El fracaso de Grease 2 hizo que otras dos secuelas previstas, más una serie quedaran almacenadas en un cajón, la Disney los desempolvó hace ya más de una década para los High School Music que como pudieron comprobar guardaban gran parecido y que tuvieron en su momento bastante popularidad.
¿Es Grease? No, es High School
Mejor recurrir cada año a la primera parte, aunque Grease 2 es tan mala que incluso quién sabe si acaba volviéndose buena. En una de estas noches de verano bochornosas quizá hasta te entretenga, no seamos tan malévolos tampoco con ella.
El pasado lunes, La 2 de TVE en su espacio "Días de cine clásico" volvió a emitir Sabrina de Billy Wilder. Si por mí fuera, que la repusieran cada año, aunque sea una película bastante accesible para encontrar y descubrir. Su nombre queda ya asociado a Audrey Hepburn, ni una cantante de playback italiana en los 80 cuya voz no era lo más famoso, ni un remake descafeinado dirigido por Sidney Pollack, ni cierta bruja televisiva han podido con ella. Sabrina es y será Audrey Hepburn.
En cambio si digo que la Hepburn siempre será Ariane, más de uno ni la conocerá ¿Por qué tanto pase de Sabrina y ninguno de Ariane (Love in the afternoon (1957) en televisión? Y eso que las dos tienen muchos puntos en común, pero sigue siendo hoy en día la gran desconocida de Billy Wilder, incluso a pesar de que a finales de la década del 2000 salió editada en DVD, aunque de aquella manera...
Estaba producida por la Allied Artists, productora independiente que quiso contratar a varios de los grandes en los 50, ahí estaba William Wyler con La gran prueba y Wilder que acababa de rodar El héroe solitario, después de marcharse de la Paramount, aceptó el encargo.
Es una película crucial en su carrera y el punto de partida con tres de sus máximos colaboradores, el guionista I.A.L Diamond, el productor Harold Mirisch y el director artístico Alexander Trauner. Por otra parte, en Ariane, creo que se cumple el objetivo de lo que Wilder tenía colgado en su despacho de “¿Cómo lo hubiese hecho Lubitsch?", nunca lo implícito fue más explícito, cuestión que ciertos cineastas modernos o no saben o no se les enseña.
Anuncio del estreno.Fuente:Hemeroteca de La Vanguardia 2-10-1957
Ariane estuvo muchos años sin poder verse, no hay una explicación muy clara al respecto, recuerdo que hacia mediados de los 90 se pasó por sorpresa en el Cine Alexis de Barcelona, anteriormente solo se había podido ver en la Filmoteca, pero en la programación televisiva era invisible. El desaparecido Cine Meliés de la Ciudad Condal contribuyó a devolverle el lugar que se merecía y en 1997 ya pudo verse en aquel modesto, pero inolvidable y desaparecido cine, con bastante éxito de público.
Recuerdo como si fuese ayer la ilusión que daba ver un Wilder “nuevo”, afortunadamente su filmografía ha sido accesible y salvo algunas primeras, que posteriormente con la aparición del DVD saldrían ya editadas, uno no ha de tener muchos problemas para encontrarlas.
La película cuenta la historia de Ariane Chavasse (Audrey Hepburn), hija del investigador privado Claude Chavasse (Chevalier). Es una joven que toca el violonchelo y que está enamorada después de oír a escondidas las historias que investiga su padre. Se verá enredada en los asuntos de un playboy encarnado por Gary Cooper.
I.A.L Diamond
Tal y como sucediese con Sabrina, el director quería a Cary Grant y siempre lamentó no poder trabajar con él. Quizá seré un bicho raro, pero a mí siempre me ha encantado cómo trabajan Bogart en la primera y Cooper en Ariane, no soy de aquellos que piensan en cómo lo habría hecho Grant... Es más, creo que tanto uno como el otro supieron dotar sus papeles sin sobreactuaciones y asumiendo que la gran protagonista era Audrey Hepburn.
El guion de I.A.L Diamond tomaba como punto de partida la novela Ariane, jeune fille russe de 1920 escrita por Jean Schopfer con el pseudónimo de Claude Anet. A pesar de lo dicho antes y que sea esta la película más lubitschiana de Wilder, tiene sus toques propios. Al inicio vemos un camión de la limpieza regando las calles de París a primera hora, este no se inmuta ante una pareja a los que moja, tal vez con Lubitsch el conductor hubiera parado de regar en ese momento.
Gary Cooper y Audrey Hepburn. Fuente: Wikipedia
El personaje de Cooper tenía similitudes con el que escribiera Wilder para La octava mujer de Barba azul, de ahí que se decantara por el actor después de la negativa de Grant. El guion añadía la figura del padre de Audrey , el detective parisino experto en infidelidades conyugales encarnado por Maurice Chevalier, habitual en varias operetas de Lubitsch, aunque aquí no canta.
El papel de los músicos zíngaros es sumamente divertido, cuando empiezan a tocar "Fascinación", Cooper está a punto de conseguir su objetivo. Cuando salen de la habitación es la señal de que algo va a ocurrir detrás de la puerta.
Los diálogos están repletos de acidez, como aquel cuando habla Ariane de los americanos: “son gente muy extraña. Cuando son jóvenes, van al dentista para que les enderecen los dientes, al cirujano para que les quite las amígdalas y los alimentan con vitaminas hasta reventar. Algo sucede en su interior, se vuelven inmunes a todo, mecánicos, automáticos y estancos. Ni siquiera estoy segura de que tengan corazón.
-¿Qué es? ¿Un marciano?- pregunta el supuesto futuro novio
-No, es americano
Ariane no tuvo el éxito esperado, la Allied Artists tampoco encontró la recaudación que pensaba con su otra producción de un año antes y también con Gary Cooper, La gran prueba de William Wyler, por lo que las expectativas de ser una productora de películas importantes se vinieron abajo. Los derechos de emisión fueron pasando de unas manos a otras y acabó siendo la obra maldita de Wilder hasta que La vida privada de Sherlock Holmes (1970) cogiera el puesto, pero eso ya es otra historia como decía "Moustache" (Lou Jacobi) en Irma la dulce
El pasado lunes nos dejaba el director Richard Donner, de sus manos salieron títulos míticos para la denominada generación del EGB, ahí tenemos su Supermán, que a día de hoy es ya un clásico y probablemente la mejor película de superhéroes que se haya rodado, luego vinieron Su juguete preferido, Los goonies, Arma Letal, Los fantasmas atacan al jefe y mención aparte merecería su primer trabajo conocido La profecía, excelente película de terror y que personalmente siempre he preferido a los excesos de El exorcista, pues el film de él mantenía una tensión “in crescendo” sin necesidad de efectos especiales y el tan repelente gore, además de ese sorprendente e irónico final y el famoso triciclo que luego Kubrick copiaría.
Entre estas hay Lady Halcon, película por la que siento un especial afecto, bien es cierto que me gustaba más hace algunos años, pero uno sigue disfrutando de ella a pesar de sabérsela de memoria. Volver la vista atrás y recuperar esa ingenuidad adolescente como la que tiene el personaje pícaro encarnado por Mathew Broderick supone un ejercicio incluso saludable, siempre que no se abuse demasiado de ello.
Fuente: Filmaffinity
Lady Halcon apareció en nuestras carteleras un verano de 1985, sin hacer mucho ruido ya que en EEUU no tuvo la resonancia esperada, en Barcelona fue en los cines Alexandra, Aquitania (la que fue posteriormente Filmoteca) y Waldorf. Los estrenos de verano antes no eran los más significativos, casi se diría que era una película para llevar a los críos al cine y así entretenerlos y gozar de dos horas de aire acondicionado.
La película reunía la cualidades necesarias para que el público adulto no se aburriera, su espléndida fotografía de Vittorio Storaro te transportaba a esa Edad Media en los montes Apeninos con sus castillos y paisajes rembrandtianos, que luego supimos que habían sido propiedad de Luchino Visconti.
(Michele Pfeiffer: Fuente: Filmaffinity)
Michelle Pfeiffer que aun no se había asentado del todo en la industria con esa secuela de Grease tan odiada, nos mostraba una belleza incomparable, aunque a ella no le gustó mucho el papel. Ofrecía, además, un curioso contraste con el tosco Rutger Hauer.
Su argumento ya lo conocerán, relata la diabólica venganza del Obispo de Aquila, que consiste en hacer imposible el amor entre Navarre (Rutger Hauer) e Isabeau Anjou (Michelle Pfeiffer). Aliándose con las fuerzas del mal, el Obispo consigue hechizar a los amantes: ella se convertirá en halcón durante el día, y él será un lobo por la noche. Eternamente unidos y separados, encontrarán un aliado en el joven lacayo Philippe Gaston (Matthew Broderick), que intentará ayudarlos a conjurar la maldición del obispo.
Rutger Hauer (Fuente: Filmaafinity)
La historia fue escrita por Edward Khamara, pero en la publicidad se dijo que estaba basada en una
leyenda popular, lo cual llevó al guionista a querellarse. Seguramente en esa historia tomara como fuente de inspiración otras como la de "Eloísa y Abelardo", "La bella y la bestia", etc En un principio el guion estaba lleno de monstruos y elementos fantásticos que a Donner no le convencían ya que veía el guion flojo y quería centrarse en la historia de amor imposible, llamó a David Peoples (Blade Runner) pero tampoco le convenció, finalmente Michael Thomas y Tom Mankiewickz redactaron la historia como pretendía el director.
A pesar de cierta apariencia superficial, la película va más allá, su historia de amor tiene un dramatismo que otras de esa época no tienen, reflexiona sobre un periodo de la historia y ciertos cabecillas de una Iglesia que tenía de todo menos caridad o tras el aparente papel simpático de Broderick hay una persona triste, de aquellos que parecen nacidos para perder siempre…
El propio Donner en una entrevista a “l´Ecran Fantastique” remarcaba que el principal problema era vender la película ya que ni era de magia y brujería, tampoco de hechizos, ni una comedia”.
Lady Halcon, vista hoy cuatro décadas más nos puede seguir sorprendiendo, pero sobre todo el hecho de elaborar un cine comercial con ciertos toques de autor.
He querido hoy con este artículo improvisado homenajear a Richard Donner, y me llama la atención que más de uno que despreciaba su cine, ahora lo tilde de gran maestro, tampoco hay que exagerar. Tal como decía él mismo, sus películas eran previsibles con final feliz y para tal tarea, también son necesarias unas dotes de gran director.
Hoy en día, parece que ya no exista el término medio, algo es malo o una obra maestra, situación que lleva a auténticos disparates. Tal vez la industria necesitaría más del talento de Richard Donner para esas películas actuales que nacen ya con fecha de caducidad...
William Wyler llevó a la gran pantalla numerosas adaptaciones teatrales: Una chica angelical, La carta, La loba, La calumnia son algunos ejemplos. Pero él supo diferenciar claramente lo que era una obra de teatro y una película, dotó a estas de un estilo que ya quisieran muchos directores. De la que hoy hablo, Brigada 21 (Detective Story), obra de teatro de Sidney Kingsley, es un magnífico ejemplo.
Lo más seguro es que no les suene el nombre de este autor. En cine tenemos varias adaptaciones de su obra: Hombres de blanco (Ryszard Boleslasky 1934), Regreso a casa (Mervyn LeRoy 1948) y el propio Wyler ya había llevado una obra suya en 1935, Dead End. Brigada 21 es quizá su trabajo más conocido, en Broadway se llevaron a cabo 581 representaciones, del 23 de marzo de 1949 al 12 de agosto de 1950 y fue protagonizada por Ralph Bellamy como McLeod y Meg Mundy como su esposa y que en cine serían Kirk Douglas y Eleanor Parker. En Barcelona se representó en el Poliorama y en Madrid en el Fontalba, en esa ocasión fue José Montero Alonso quien la adaptó y la interpretó la "Compañía La linterna" creada por Paco Torres.
En una autocrítica aparecida en el ABC del 21 de marzo de 1952 leemos:
El ambiente y los personajes de Brigada 21 sitúan a la obra dentro del género policiaco: una comisaría en cuyas viejas paredes laten recuerdos dramáticos, vidas rotas, lágrimas, desesperaciones, violencia. Mas la calidad de esta comedia de extraordinario éxito internacional es tal, que va más allá del género neta y típicamente policiaco. Brigada 21 tiene una gran hondura humana en el fondo de su trama apasionante y tras el retablo de sus tipos extraños y diversos la emoción de los temas eternos de toda la vida y de todos los ambientes, el amor, el dolor…
Kirk Douglas. Fuente: Wikipedia
Se nota que quien escribe conoce plenamente la obra y lo que quería trasladar, son un buen apunte para aquel espectador que la vea por primera vez y también para aquellos que no ven el trasfondo que hay.
El argumento es el de la vida en una comisaría, donde un policía James McLeod (Kirk Douglas) utiliza métodos poco ortodoxos con sus detenidos. Se centra especialmente en un médico “abortista”, pero su abogado es sabedor de un motivo personal que afecta al policía y que cree que le lleva a la violencia contra su cliente.
Más de uno ve en este papel de McLeod una antesala del Harry Callahan de Harry el sucio. Antes he utilizado las comillas en adjetivar al médico, y es que Wyler tuvo más de un problema con la censura que le impedía que se citara la palabra “aborto” en cuestión. En los diálogos podía aparecer “carnicero”, pero no abortista. Son de esas historias de la censura que en los últimos tiempos, en pro de lo supuestamente “políticamente correcto” están resucitando y creando otras situaciones absurdas.
A ello hay que añadir un problema con el final, pero que finalmente pudo rodarse gracias a una petición, los señores de las tijeras no permitían que pudieran rodarse escenas como la que se ve.
Cabe decir que ni la obra ni la película son proabortistas, sino lo contrario, incluso algún lector la recordará haber visto en algún que otro cineclub parroquial, pero la palabra escandalizaba y era un tabú. Wyler reaccionaba a esta cuestión así: "ciertos temas no pueden ni discutirse, son como si no existiesen. La obra teatral condena claramente el aborto, pero al parecer ni siquiera se nos permite que lo mencionemos. El código está obsoleto, fue creado hace 15 años y las cosas han cambiado ¿por qué no podemos tratar de cosas reales y actuales?"
Las historias en esta comisaria se desarrollan en seis espacios los cuales se comunican hábilmente con los diversos movimientos de cámara, apenas sale el exterior, los personajes van interactuando y el espectador se va sintiendo casi como dentro de ahí, a ello también añadir los excelentes encuadres que todo seguidor de su filmografía reconocerá, y eso que decían que no tenía un estilo.
Kirk Douglas y Eleanor Parker. Fuente: IMDB
La dirección de actores, por otra parte, es excelente, 1951 sería un gran año para Kirk Douglas ya que rodaría también con Raoul Walsh (Camino de la horca) y Billy Wilder (El gran carnaval), el actor se encargó de familiarizarse interpretando la obra anteriormente. Eleanor Parker con 20 minutos y 10 segundos en pantalla es la actuación, según el IMDB, más corta que ha obtenido nominación al Oscar a la mejor actriz. Mención aparte merece el papel de Lee Grant en el papel de cleptómana que supone un contrapunto en la tensión “in crescendo” de la película.
Y por esa comisaría desordenada y sucia aparecen también personajes peculiares como esa mujer que afirma que sus vecinos están fabricando una bomba, podemos observar el sudor en las camisas de más de uno, las constantes llamadas telefónicas, la toma de huellas, tan es así sentir el ruido de ahí que uno se olvida de que no hay música en el desarrollo.
Del argumento de la película se dice que es la base de novelas negras llamadas “police procedural” y su técnica con càmaras no estáticas inspiraría series de televisión de los 50, aunque lo que más recordará es aquella Canción triste de Hill Street ya en los 80.
Brigada 21 es una película muy recomendable para todo tipo de públicos, con temas como el del pasado que todos llevamos dentro, el perdón, la dignidad humana, etc. A veces recibo algún mensaje que me pregunta cuándo echan la película de la que hablo en televisión. No me parece haberla visto en las plataformas, ellos sabrán los motivos y si la conocen, pero sí se puede encontrar un DVD en la fecha que escribo esto sin ninguna complicación
Este 21 de junio como ya sabrán marca el inicio del verano, y una de las más bellas canciones que llevan su nombre es este "Summertime", melodía que más de uno desconoce su procedencia. La canción está escrita por George Gershwin, letra de su hermano Ira, y forma parte de su ópera Porgy and Bess.
Tal vez también este título le será desconocido o no lo habrá visto, fue estrenada el 30 de septiembre de 1935 en Boston y en Broadway el 10 de octubre de aquel mismo año.
Rouben Mamoulian
La producción y dirección en teatro fueron a cargo de Rouben Mamoulian, cuyo nombre cinematográficamente es bastante valioso: La reina Cristiana de Suecia, El signo del zorro, Sangre y arena, La bella de Moscou, etc. Estos y otros más configuran una notable filmografía, pero que no pudo sumar finalmente la adaptación para el cine de Porgy and Bess, le sustituyó Otto Preminger. Del film ya hablaremos luego, repasemos antes a su autor.
George Gerhwin es uno de los nombres de oro del musical estadounidense, fallecido prematuramente de un tumor en el cerebro cuando solo contaba con 38 años en 1937, siempre lamentaremos cuántas melodías se llevó consigo. Su primer éxito fue la canción "Swanee" , canción que años más tarde cantó Judy Garland en Ha nacido una estrella (1954)
En 1924 compuso "Rhapsody in Blue", inmortalizada posteriormente por Woody Allen en el prólogo de su película Manhattan (1979). Escribió luego musicales como Oh, Kay!, Funny Face, Girl Crazy, Of Thee I Sing, etc. Muchas de las melodías de estos se han utilizado en películas, finalmente en 1935 estrena la obra de la que hablamos Porgy and Bess. En 1945 siguiendo los cánones del Hollywood clásico se lleva su vida al cine, Rapsodia en azul de Irvin Rapper, con Robert Alda en el papel de compositor y con más de un elemento ficticio.
En 1951 Vincente Minnelli aprovecha la partitura de Un americano en París, para elaborar un musical con varias de sus canciones y piezas más famosas, la película se lleva 7 Oscars incluyendo el de mejor película y es una de las cumbres del género.
Stanley Donen llevó al cine en 1957 su musical Una cara con ángel, película que con el tiempo se ha ido revalorizando con justicia ya que en su estreno estaba algo ensombrecida por películas de él como Cantando bajo la lluvia.
En 1964 Billy Wilder en Bésame tonto recupera algunas canciones de él que permanecían inéditas como "Sophia", "I´m a Poached Egg" y "All the Livelong Day".
Al ya mencionado Woody Allen, cabe destacar también el film de Ridley Scott que utilizó el título de una de sus canciones "Someone to watch over me", aqui traducida como La sombra del testigo (1987)
A lo largo de la historia del cine, valga la redundancia, encontraremos en más de una ocasión sus temas como este "The Man I Love" de la película New York, New York (1977) de Martin Scorsese
Me aficioné hace ya años a ver si podía encontrar algo sobre esta adaptación cinematográfica de Porgy and Bess de 1959, pero todo estaba confuso, que si estaba incompleta, que si estaba secuestrada, incluso preguntando a más de uno la confundían con Carmen Jones, otra de Preminger que se basaba en la ópera Carmen de Bizet con el elemento del racismo.
Según cuenta el IMDB, esta película nunca se ha lanzado oficialmente en ningún formato , aunque hay numerosas copias piratas, que duran 115 minutos que estuvieron disponibles en VHS y DVD-R. La versión original tiene una duración de 138 minutos, sin incluir la obertura y la música de entrada. Por lo tanto, aquello de que estaba inconclusa y guardada en un cajón tenía bastante razón.
La raíz de todo este lío parece estar en que la familia Gershwin no estaba satisfecha con la película, porque no se representó como una verdadera ópera con todo el recitativo interpretado musicalmente, y también porque los dos protagonistas estaban doblados. El director original de la película, Rouben Mamoulian , quería filmar en exteriores, pero Samuel Goldwyn se negó. Para colmo, un incendio destruyó los decorados, y Mamoulian solicitó rodar nuevamente fuera. Enfurecido, Goldwyn sintió que Mamoulian se estaba aprovechando de una desgracia y lo despidió y contrató a Otto Preminger., quien hizo la película en escenarios en Hollywood. Goldwyn no quedó nada satisfecho del resultado
Problemas de derechos y que las familias Gershwin y Goldwyn no llegaran a un acuerdo económico, han imposibilitado absurdamente que tal película pueda ser vista adecuadamente.
Por fortuna, un día en la tienda del 79 de la Calle Tallers de Barcelona vi en las estanterías una de esas ediciones piratas, pregunté a los de ahí que siempre son muy amables, y me advirtieron que se veía muy mal, pero la compré ya que era la única manera de poder ver algo, si no pues la puedes usar para espantar palomas, de posavasos, aprovechar el estuche y si eres coleccionista guardar la carátula, aunque es algo fea la de esta edición. Efectivamente ese DVD es un desastre, pero menos da una piedra, parece una grabación televisiva borrosa, pero tal y como está el asunto, casi es como tener un tesoro tenerla.
Ambientada en un pueblo de pescadores de Carolina del Sur, Bess (Dorothy Dandridge), una mujer con mala reputación deseada por varios pretendientes, trata de librarse de Crown, su amante (Brock Peters), estribador del muelle y pendenciero. La única persona dispuesta a pasar por alto su pasado es Porgy (Sidney Poitier), un tullido que emplea como piernas un minúsculo carrito tirado por una cabra. Pero su relación se ve amenazada por la desaprobación de la gente y por el retorno de Crown.
Además de los dos protagonistas, destacaba un Sammy Davis Jr en el papel de Sportin' Life, un traficante de cocaína venido del Harlem neoyorquino, el número de "It Ain´t Necessarily So" es de los mejores del filme.
Otto Preminger
Preminger conseguía una película bella, de un lirismo en cada fotograma impresionante y que supera incluso a su Carmen Jones, la ambición del autor en cada proyecto se notaba y si se pudiera ver en las condiciones que merece no habría duda de que su reputación de cineasta subiría varios escalones. La partitura instrumentalizada por André Previn nos deja grandes interpretaciones como esos dúos de los dos protagonistas con con el “Bess, you is My Woman Now”, o el “I Love You”, Porgy. La ambientación es perfecta, desde el Summertime antes citado, o en escenas como la de la mujer de las fresas vendiendo su mercancía o el del vendedor de cangrejos.
Tanto Sidney Poitier como Dorothy Dandrige fueron doblados, el primero por Robert McFerrin y ella por Adele Addison. Sidney Poitier se había negado rotundamente a asumir el papel de Porgy cuando se lo ofreció Samuel Goldwyn porque sentía que perpetuaba los estereotipos de los negros de una época pasada. Sin embargo, lo convencieron ya que el rechazo de una oferta de Samuel Goldwyn, hubiese afectado su carrera.
El rodaje fue un infierno, al ya mencionado despido de Mamouilian hay que añadir la pugna entre Goldwyn que quería manejar todo y más teniendo en cuenta que se trataba de su última película. A Preminger le molestaba su intromisión en la edición de la película, por lo que filmó casi todo en tomas largas, con la cámara moviéndose hacia adentro y hacia afuera y los ángulos de la cámara, rara vez cambiaban durante las tomas. También hubo pocos primeros planos. Esto impidió que Goldwyn incorporara sus propias ideas fotográficas en la película.
Curiosamente, el enfoque de Preminger fue precisamente el opuesto al de Trevor Nunn , quien filmó una versión televisiva en video de 1993 al estilo de una película cuadrada
Samuel Goldwyn
La película llegó unos años tarde a España, en Barcelona se estrenó el 13 de mayo de 1969 en el Waldorf y con todo el esplendor de la pantalla ancha , lo cual debió ser un gran gozo para aquellos que tuvieron la suerte de poder ir.
La crítica en general fue buena, A. Martínez Tomás en La Vanguardia del 15-5-1968 escribía: "Porgy and Bess es uno de los más brillantes espectáculos realizados hasta ahora por el cine"
La película estuvo patrocinada por el Gran Teatro del Liceo. Cabe recordar que en la ciudad condal, la ópera de Gerswhin se estrenó ahí el 3 de febrero de 1955 con gran éxito. En una crónica de Ángel Zúñiga para "La Vanguardia" también, daba cuenta que la música de Gershwin había llegado por primera vez a Barcelona de la mano de Fernando Bayés "en las revistas internacionales que hicieron famosa la frivolidad del Principal Palace" (Teatre Principal de las Ramblas). Señala que su canción "Swanee" era tatareada en toda Barcelona en 1920.
George Gershwin
El diario también aportaba un escrito de Xavier Montsalvatge un día antes del estreno, en el que recogía unas palabras de lo que Gerhwin en su día opinaba sobre su obra: Me piden a menudo por qué Porgy and Bess ha sido calificada de ópera folclórica. La explicación es simple: Porgy and Bess es una historia folclórica. Cuando empecé la partitura decidí no utilizar el folclore porque quería escribir una música coherente, de una sola pieza. Compuse mis propios "spirituals" y canciones conservando la palpitación original de la música popular. Así concebida en el estilo de una ópera clásica, Porgy and Bess no deja de ser una ópera folclórica (...). Me aseguré que sería capaz de escribir no solamente música seria, sinó además canciones alegres para que el humor y el drama se conjugaran evitando cualquier sensiblería"
Los años pasan y no da la sensación de que podamos ver la película como se merece. De todas maneras, quién sabe, lo mismo cualquier día nos encontramos con una copia de calidad encontrada no sé dónde y que había guardado algún alma caritativa. No perdamos la esperanza, pero seamos realistas...